Está en la página 1de 40

RESUMEN DE LA MEMORIA TÉCNICA DEL

ORDENAMIENTO ECOLÓGICO DEL MAR DE

CORTES

EL COLEGIO DE MÉXICO, A. C.

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA

INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA


EL COLEGIO DE MÉXICO, A. C.

“Bases para el Ordenamiento Ecológico


de la Región del Mar de Cortes
(Componente Social y Económico)”

Resumen Ejecutivo

Coordinadores:
Cuauhtémoc León
Boris Graizbord

INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA


(SEMARNAT)
Resumen Ejecutivo

Este documento corresponde al Informe Final del Convenio de Colaboración


firmado entre el Instituto Nacional de Ecología (SEMARNAT) y El Colegio de
México A. C. para realizar el estudio denominado “Bases para el Ordenamiento
Ecológico de la Región de Escalera Náutica (Componente Social y Económico)”.

El estudio consta de seis capítulos. En los primeros cuatro se desarrollan


líneas analíticas que se complementan entre sí: 1) desde la perspectiva
socioeconómica se buscó establecer la forma en que los procesos y actores
económicos de la Región Noroeste interactúan, poniendo especial énfasis en su
articulación funcional y ubicación espacial (Capítulo I); 2) desde una perspectiva
geoeconómica se modelaron las relaciones de esta región con otros espacios
económicos nacionales e internacionales (Capítulo II); 3) desde una perspectiva
sectorial, con relación a los temas de embarcaciones y turismo se estimó el
potencial de crecimiento de la región a la vez que se analizaron ejemplos de otras
partes del mundo para visualizar y comparar los problemas asociados a este tipo
de desarrollo (Capítulo III); y, 4) desde una visión prospectiva, se construyeron
tres escenarios con los cuales se modelaron algunas variables para visualizar
alternativas del desarrollo de la región y plantear los elementos de una discusión
en que se inserta el proyecto sectorial para una escalera náutica (Capítulo IV).

Los dos últimos exploran temas que están mas bien relacionados al proceso
de planeación y toma de decisiones y que consideramos permite completar la
imagen regional en toda su complejidad. El capítulo V contextualiza las
evaluaciones de impacto ambiental con relación a marcos legales de otros países
así como en el contexto nacional y proporciona elementos para determinar el tipo
de evaluación de impacto ambiental (EIA) que debería presentar el Proyecto de
Escalera Náutica. Y, el último (Capítulo VI), construye una imagen de la región en
función de la percepción social y valoración que ciertos grupos y líderes
ambientalistas tienen, tanto de la región como del propio proyecto impulsado por
FONATUR.

La región

En el estudio se confirman algunas de las hipótesis iniciales: la región como tal, si


bien es identificable como una unidad diferente del resto del país (el Noroeste),
tiene sobre todo desde el punto de vista económico poca cohesión interna. El
Golfo de California se expresa más como una serie de áreas o puntos (conjunto de
localidades urbanas, municipios o estados, fragmentados) relativamente
independientes entre si o incluso asimétricos en cuanto a su capacidad política o
socioeconómica.

La idea de ordenar y gobernar esta región, aquí definida en diferentes


escalas, primero como conjunto de entidades federativas y luego como municipios
y localidades alrededor del propio golfo, aparece como una tarea posible siempre
y cuando se reconvierta o recree una visión de conjunto por parte de los distintos
actores aquí enumerados. Es decir, al mismo tiempo que la región presenta un
gran potencial económico y poco rezago social con respecto al resto del país,
existen sectores o espacios cuya subsidiariedad es más a un espacio económico
(como el espacio fronterizo o los sectores agrícola o comercial), que a un
segmento del territorio nacional (el propio Mar de Cortés).

Esta región, al igual que el país en su conjunto, muestra un fuerte vínculo con
Estados Unidos. El territorio esta articulado por una serie de actividades
productivas sectoriales cuyo peso relativo es diverso, ya sea si las comparamos
hacia el interior de la región o con respecto a la región y sus relaciones exteriores
(con el resto del país o con el extranjero). Es posible afirmar que en la región la
especialización urbana y microregional (las redes urbanas) mas que funcionar
como elementos de complementariedad hacia el interior de la propia región, se
mantienen relativamente aisladas, y las actividades económicas funcionan como
un conjunto de enclaves dependientes con el norte o el resto del país.

De manera similar y complementaria la poca cohesión política de los distintos


actores, principalmente de los distintos ordenes de gobierno, se expresa sobre
todo en una ausencia de liderazgo regional y, por tanto, de una visión de conjunto
sobre uno o varios proyectos de desarrollo que le de ventajas,
complementariedad, y fuerza, a la región vis á vis el resto del país, incluso ante los
mercados externos.

Este territorio desarticulado, que concentra en las ciudades la mayor fuerza


productiva en la industria maquiladora, tiene otras dos caras o facetas más. De un
lado, en los recursos naturales que sirven para el mercado externo e interno
asociados a las actividades primarias, de suma importancia: la pesca y la
agricultura; así como la mayor relevancia que está adquiriendo la acuacultura. Y,
por otro, los centros urbanos de la región se están convirtiendo en competidores
de las actividades productivas del campo al demandar recursos como el agua
(para usos domésticos e industriales) y la energía. Visto así, los nodos productivos
que regulan e inducen los usos del suelo aledaños terminan formando redes o
áreas tributarias subsidiarias unas de otras vinculadas con el exterior, mas que
con el interior.

El mayor problema de este modelo de escasa articulación se encuentra en


las costas y los litorales. En efecto el mar, como un área económica de cuatro
dimensiones, tiene su resumidero en una pequeña franja costera en un sistema de
ganglios o nodos que son los puertos. En este contexto y ante una superficie
territorial tan extensa, los cambios del uso del suelo, o los usos en sí mismos
aparecen demasiado dispersos, inconexos o irrelevantes pero, por otro lado, ante
recursos escasos como el agua, los hilos azules de los cauces de los ríos, las
cuencas en sí mismas, en el mapa parecen permitir la articulación del territorio
económico con el propio uso de sus recursos. Dicho de otra manera, el análisis
clásico de la diversidad biológica y del paisaje se escapa y pierde sentido, sobre
todo a la luz de cinco elementos (o dimensiones) que parecen incompatibles por
razones de campos del conocimiento, de los métodos analíticos disponibles en
cada uno, y por su naturaleza propia:
a) el mar con sus islas, fondos y fenómenos oceanográficos (como las
surgencias y la productividad orgánica);
b) la tierra con sus ecosistemas de planicie o de montaña, con sus propios
procesos biofísicos;
c) las costas como conjunción de ambos o como eslabón o cadena de
transmisión que conecta a uno y otro fenómeno o proceso;
d) los propios ríos y sus usuarios donde las variaciones o presiones sobre los
procesos que mantienen la disponibilidad, la calidad y la cantidad del agua
gobiernan el resto, y, finalmente,
e) los centros de población y la infraestructura que el hombre construye
(presas, termoeléctricas, puertos, carreteras, drenaje, etc).

Así, el uso del suelo y su descripción se vuelve complicada, y en esta escala


aparecen nuevos fenómenos que requieren de una paciencia inaceptable
políticamente y, nuevos esfuerzos para comprenderlos; sería el caso de la
multiplicidad de los actores políticos (por ejemplo el hecho de que los municipios
estén gobernados por distintos partidos políticos), de las divergencias y
heterogeneidad entre municipios, pero simultáneamente de la gran constante que
es la competencia por el agua entre las ciudades y el resto del territorio y entre
actividades productivas. En este sentido, las acciones de las ONG se pueden
enmarcar también dentro de la necesidad que tiene la sociedad para conservar
sus recursos naturales pero, al mismo tiempo, en la dependencia de la región de
actores políticos (ONG internacionales) cuya influencia y peso afectan las
condiciones y el futuro del Mar de Cortés.

A lo largo del estudio aparece una discusión en algunos casos no explícita,


relacionada al hecho de que no es viable inducir y alcanzar un desarrollo
equilibrado (o sustentable) desde una perspectiva sectorial, en este caso
dominada por el sector del turismo. Aún sin tomar en cuenta las condiciones de la
región que aquí se presentan, se visualiza intuitivamente una contradicción difícil
de resolver: si el desarrollo sustentable es un proyecto cultural, en el mas amplio
sentido (con sus tres dimensiones clásicas), ¿cómo una inversión federal
proveniente de un solo sector de servicios, cuya contraparte ambiental acota o
califica, podría en principio impulsar el desarrollo regional integral?

Si bien todo proyecto o política (plan o programa) es perfectible, y mas allá de


la forma en que se ha planteado el Proyecto de la Escalera Náutica -estimulando
el rechazo de algunos de los actores (las ONG)-, las condiciones de la región
muestran cierta inviabilidad del mismo.

La Región de Escalera Náutica es una región heterogénea


Esta región conformada por 5 estados (Baja California, Baja California Sur,
Sonora, Sinaloa y Nayarit1) y, particularmente, por 44 municipios costeros que
representa 14% de la superficie del país, contiene sólo 8% de la población total
con 7.8 millones de habitantes (en el año 2000) y en cuatro municipios (Tijuana,
Mexicali, Hermosillo y Culiacán) se concentra casi 40% de éstos. La población de
la región es urbana. El ritmo de concentración urbana es superior a la nacional,
por lo que gran parte de la población vive en localidades mayores de 15 mil
habitantes y aquellas mayores de 500 mil habitantes tienden a crecer más y
concentrar relativa y absolutamente mayor población.

En 1980 las cinco entidades federativas generaron 8% del producto interno


bruto (PIB) total nacional. Para 1988, la economía de la región Noroeste registró
una Tasa de Crecimiento Promedio Anual (TCPA) de 2.3% y su participación en la
generación de riqueza nacional se elevó a 8.9%. Entre 1988 y 1998 el PIB regional
logró crecer a una TCPA de 3.4%, dinámica superior a la demográfica. El
desempeño económico nuevamente fue relativamente elevado, siendo la región
Noroeste una de las zonas con mayor ritmo de crecimiento con respecto al total
nacional, por lo que su participación mejoró de 8.9 a 9.1%.

Sin embargo, las actividades industriales no están suficientemente


desarrolladas, ya que en 1998 la Región Noroeste participaba con tan sólo 6.6%
del PIB manufacturero del país contra 8.8% de su contribución demográfica.

Si se toma en cuenta que la región Noroeste concentra 8.8% de la población


y 6.6% del PIB industrial nacional, entonces ésta se caracteriza por una elevada
vocación exportadora al generar en 1997 el 17.3% de las exportaciones del país.
La estructura absoluta y relativa en las exportaciones de la región Noroeste
permiten concluir que esta zona del territorio nacional se ha insertado a los
mercados internacionales en función del aprovechamiento de sus recursos
naturales, así como por su posición geográfica y explotación de ventajas
comparativas vía salarios relativos para la ubicación de empresas maquiladoras,
principalmente en las entidades fronterizas de Baja California y Sonora.

Por otro lado, si bien la aportación regional de 9% en el PIB nacional (1998)


parece importante, el peso del sector agropecuario es aún mayor, por lo que casi
18% del PIB agropecuario proviene precisamente de esta región. Del mismo modo
del PIB pesquero casi 50% es producto de esta región. Es decir, la importancia
económica relativa de la región en el país es mucho mayor que el tamaño de su
población.

El sistema de ciudades de la región se caracteriza por presentar varios


subsistemas que no se encuentran vinculados del todo entre sí, en parte por su

1
El hecho de que se incluya Nayarit en la región permitió identificar no sólo la dinámica interna
sino el papel residual de este estado en la propia región. Se debe aclarar que si bien el
ordenamiento ecológico no lo incluye, en este análisis enriquece en gran medida los distintos
fenómenos contemplados y no afecta al propio ordenamiento.
extensa superficie, en parte por la especialización microregional en actividades
económicas específicas sin el desarrollo de cadenas productivas territoriales. Ante
ello, las acciones tendientes a promover y consolidar el desarrollo integral del
Noroeste del país necesariamente deben basarse en estrategias de carácter
territorial en función de los lugares centrales existentes y con una definición clara
de los sectores económicos a incentivar.

El aprovechamiento de recursos naturales ha sido el elemento fundamental


para el crecimiento regional, pero se deberán tomar medidas para lograr un uso
sustentable de los recursos, al tiempo de diversificar las oportunidades
ocupacionales y de inversión.

Los lineamientos de política descritos se basan en la creación y desarrollo de


ventajas competitivas que permitirían alcanzar en el mediano plazo una
configuración del sistema urbano regional dividido en tres grandes subsistemas: i)
Tijuana-Mexicali-Hermosillo, con especialización en producción manufacturera de
exportación y atención complementaria hacia el subsistema de La Paz; ii) Culiacán
- Ciudad Obregón - Los Mochis, conformando cadenas productivas
agroindustriales, y iii) Mazatlán - La Paz - Tepic, procurando la consolidación
pesquera y el desarrollo de encadenamientos vinculados al turismo. La diversidad
existente en el Noroeste del país paradójicamente, puede ser aprovechada para
alcanzar un mejor futuro común.

En el Capítulo II, que contiene los elementos para identificar el tipo de


relaciones que esta región guarda con el resto del país pero, principalmente, con
Estados Unidos y con otros países, se comprueba lo que aparece en el capítulo
previo: la región definida está fragmentada y la poca cohesión no esta sólo dada
por las interacciones internas (mostradas en el primer capítulo) sino más bien por
las que cada parte del territorio (las ciudades o las zonas productivas) tiene con el
exterior. Se confirma así la fragmentación de la región, ahora en función de sus
relaciones externas a partir de indicadores de intercambio comercial y de
migración.

La cohesión interna

La región Noroeste como tal, si bien es identificable como una unidad diferente del
resto del país, sobre todo desde el punto de vista económico, tiene poca cohesión
interna: el Golfo de California se expresa más como una serie de áreas o parches
(conjunto de localidades urbanas, municipios o estados, fragmentados)
relativamente independientes o incluso asimétricos en cuanto a su capacidad
política o económica.

Las perspectivas para ordenar y gobernar esta región, aquí definida en


diferentes escalas, primero como conjunto de estados y luego como municipios y
localidades alrededor del propio golfo, aparece como una tarea posible siempre y
cuando se reconvierta o recree una visión de conjunto por parte de los distintos
actores aquí enumerados. Es decir, al mismo tiempo que la región presenta un
gran potencial económico y poco rezago social con respecto al resto del territorio
nacional, existen muchos subsectores o territorios cuya subsidiariedad es mas a
un espacio geoeconómico (como la frontera o la agricultura o el comercio), que a
un segmento del territorio (el propio mar). De aquí que este estudio pueda verse
como una primera visión macro y, por tanto, como insumo, para la aplicación de
políticas públicas en temas ambientales (conservación y manejo de recursos), de
desarrollo urbano, de políticas de apoyo y gestión del agua o la agricultura, o de
desarrollo turístico o del sector energético, etc.

Algunas estadísticas macro

La región estudiada es una zona predominantemente urbana porque más de la


mitad de su población reside en localidades mayores a 15 mil habitantes. En 1980
la región contaba con 5.5 millones de habitantes, de los cuales 2.8 se
concentraban en ciudades por lo que la tasa de urbanización (porcentaje de la
población urbana con respecto a la población total) se ubicó en 59.5%; esta tasa
fue mayor que la del país en su conjunto, 52.2, por lo que se concluye que la
región observaba un mayor grado de urbanización relativo en comparación con el
resto del territorio nacional. En 1990 la población urbana de la rgc aumentó a 4
millones con una tasa de urbanización de 66.3%, en tanto que para 1995 los
residentes urbanos sumaron 5 millones y la tasa ascendió a 69.8 por ciento y en el
2000 con 5.6 llegó a 71.5%. Esto significa, por otra parte, que para el último año la
región contaba con mas de 2 millones de personas que residían en comunidades
rurales o pequeñas localidades no urbanas.

Este contexto predominantemente urbano es el marco para el desarrollo


institucional. Las instituciones (de una sociedad cualquiera) son referentes que,
bajo la forma de organizaciones o unidades sociales, cumplen un fin
colectivamente aceptado. El entramado institucional de una región, como puede
ser el Golfo de California, comprende el cúmulo de organizaciones y unidades
sociales que persiguen un fin cualquiera, según la definición fundamental del
grupo o región al que pertenece.

En el Golfo de California existen patrones de interacción institucional que


establecen pautas de comportamiento colectivo que difícilmente pueden
considerarse homogéneas e integradas al nivel regional.

En las prioridades del Gobierno Federal (que promueve inversiones y


proyectos ajustados a su visión del equilibrio nacional) la región tiene un papel
como complemento y apoyo a las estrategias de integración comercial con los
Estados Unidos, y simultáneamente al desarrollo de puertos y puntos de contacto
con la Cuenca del Pacífico. Pero cada gobierno estatal utiliza una
subregionalización interna propia y una jerarquía de intereses también propia.
Para Baja California, la subregión más relevante es la franja fronteriza; para
Sonora lo constituyen sus municipios agrícolas; para Sinaloa sus áreas dedicadas
a la exportación de hortalizas y al aprovechamiento de los recursos pesqueros;
para Jalisco, su desarrollo industrial y comercial interior; mientras que para Nayarit
y Baja California Sur hay un número mayor de oportunidades relacionadas con la
inversión pública federal en los sectores portuario, turístico e industrial.

Los municipios: unidades básicas de gobierno

El ámbito municipal es el punto de encuentro y confluencia de intereses entre las


necesidades de individuos, familias y colectividades como las comunidades, los
ejidos, los sindicatos y las empresas pequeñas y medianas, y las necesidades de
las economías regionales y nacionales por alcanzar escalas óptimas de
producción, consumo, acumulación de riqueza y satisfacción de necesidades
sociales.

El desarrollo de las instituciones locales constituye, por ello, la dimensión de


mayor importancia y trascendencia para los propósitos de una estrategia de
desarrollo regional sustentable. Sin embargo, los gobiernos locales de la región
presentan una atomización de intereses no debidamente representados y
atendidos por las instituciones políticas. De esta forma, lo que podrían ser
necesidades y prioridades comunes de alcance regional se diluyen en múltiples y
reiterados micro-proyectos y reiteradas proclamas reivindicatorias de la autonomía
municipal y de la auto-gestión social, etc.

Veámoslas específicamente. En primer lugar, al interior del Golfo de


California existen agudas diferencias en cuanto a los recursos con que cada
ayuntamiento cuenta. En la parte superior de la escala de ingresos se encuentran
ayuntamientos como Tijuana, Hermosillo, Mexicali y Culiacán que cuentan, cada
uno, con ingresos que superan al total de recursos que reciben todos los
ayuntamientos de Nayarit y Baja California Sur reunidos. En estos casos, los
ingresos totales de los ayuntamientos se encuentran por encima de los 300
millones de pesos (valores corrientes para el año 1997). En la parte intermedia se
encuentran ayuntamientos como Cajeme, Puerto Vallarta, Ensenada, Ahome,
Tepic, La Paz, Los Cabos y Guasave que disponen de recursos superiores a los
100 millones de pesos cada uno. El resto de los ayuntamientos (32) cuentan con
ingresos totales inferiores a 70 millones de pesos cada uno (Pitiquito en el mismo
año de 1997 registró ingresos totales por 3 millones 968 mil pesos). Estas
diferencias ponen en evidencia las dificultades que podrían surgir para la
implantación de una estrategia de desarrollo regional integral que dependa de las
aportaciones económicas de los gobiernos locales.

En segundo lugar, pese al incremento substancial de los recursos


municipales, la estructura de ingresos mantiene una elevada dependencia
respecto de las participaciones provenientes del gobierno federal y de los
gobiernos estatales. Aún en los casos de mayor capacidad para generar ingresos
propios (como en el caso de Tijuana), éstos no logran superar 50% del total. Lo
anterior implica que en cualquier contexto los ayuntamientos de la región no
podrán asumir decisiones de gasto o nuevos compromisos presupuestales sin
contar con el apoyo y la participación de las autoridades federales y estatales.
En tercer lugar, y por lo que se refiere al gasto público en la región, es
necesario tener presente el hecho de que la mayor parte de los egresos se destina
a la operación regular de servicios públicos y al pago de sueldos y salarios o gasto
corriente. Esto significa que los ayuntamientos se encuentran inmersos en una
lógica en la que su mayor interés reside en el mantenimiento y ampliación de
estos servicios y en alcanzar niveles de cobertura total hacia su población ya que,
de esta forma, aseguran su legitimidad y la regularidad en el flujo de recursos
públicos.

Por lo anterior, una estrategia de desarrollo regional que tratara de alterar


esta dinámica muy probablemente encontrará resistencias tanto por parte de los
ayuntamientos de mayores dimensiones, que verían afectadas sus posibilidades
de utilizar recursos nuevos para intereses propios, como por los gobiernos
pequeños que no desean ver ajustadas sus necesidades a los criterios de
estrategias de carácter más general.

El Agua, recurso escaso bajo alta presión

Los estados que bordean el Golfo de California cuentan con un total de 156
acuíferos de los cuales se extraen 4,400 Mm3 de agua al año. Un poco más de
80% de este volumen se utiliza en actividades agrícolas, mientras el resto se
destina a los usos público, industrial y doméstico. Aunque en el ámbito regional la
extracción es igual a la recarga, hay 20 acuíferos que manifiestan más de 20% de
sobreexplotación. Destacan los que alimentan a los tres distritos de riego agrícola
por bombeo que se localizan en la llanura costera de Sonora, con una extracción
anual de más de 1,200 Mm3 y una recarga estimada de 750 Mm3. Producto de
esta sobreexplotación de acuíferos, que se localizan cerca del mar y el
consecuente abatimiento de sus niveles, hay un proceso creciente de intrusión
salina que afecta ya a 15 mil hectáreas de tierra agrícola en esos tres distritos. No
obstante, el problema es aún mayor: en tres estados del golfo se localizan 15 de
los 18 acuíferos del país con problemas de intrusión salina. Resaltan San Quintín
y Maneadero en Baja California; Santo Domingo y La Paz en Baja California Sur; y
Caborca, Guaymas y Costa de Hermosillo en Sonora.

Por otra parte, según estimaciones oficiales realizadas en los distritos de


riego de Baja California, Sonora y Sinaloa, de una superficie total de 1.4 millones
de hectáreas, 20% se encuentra afectada por la presencia de sales, es decir,
alrededor de 290 mil hectáreas. El 70% de éstas se ubica en los distritos de los
ríos Colorado, Fuerte y Culiacán. El origen de estas sales es diverso: deficientes
prácticas de riego y drenaje, presencia natural en acuíferos someros o en el
proceso de formación geológica, intrusión salina en acuíferos costeros
sobreexplotados, etc.

El usuario principal del agua es el sector agrícola, con más del 90% de la
demanda total. Esta se concentra en 16 distritos de riego con una superficie de
más de 1.5 millones de hectáreas, que representan casi 50% de la superficie bajo
riego en el país. Cuatro distritos emplean agua subterránea y 12 agua superficial
(aunque en ocasiones algunos también extraen el líquido de acuíferos). En estas
áreas irrigadas se localiza la zona de cultivos de exportación más importante de
México, cuyo destino principal es el mercado estadounidense.

Después de la agricultura, la demanda principal de agua proviene de las


ciudades con 8% del total. Esta se concentra en capitales estatales como Mexicali,
Hermosillo y Culiacán, en puntos fronterizos como Tijuana, y en centros que se
ubican propiamente en el litoral como Mazatlán, Los Mochis y La Paz. En éstas se
ubica 32% de la población de la región. Otro 12% se asienta en Guaymas-
Empalme, Huatabampo, Escuinapa, Puerto Peñasco, Guasave, Tuxpan y San
José del Cabo. En varias de las ciudades mencionadas se agrega la demanda de
agua para uso industrial que, en conjunto, representa 2% de la demanda total.

La problemática del agua en las urbes está relacionada con su crecimiento


acelerado y su repercusión en el consumo doméstico, pero también con la
eficiencia de los organismos operadores del servicio de agua potable y la
competencia por el uso del recurso, en particular, con el sector agrícola.

Sobresalen los distritos del valle de Culiacán, río Yaqui, río Fuerte y río
Colorado, con más de 200 mil hectáreas cada uno y que representan 62% de la
superficie total. Salvo el último, estos distritos son alimentados por presas cuya
capacidad de almacenamiento individual es superior a 2 mil millones de metros
cúbicos de agua al año. Le siguen los distritos con superficies menores a 100 mil
hectáreas, que son alimentados por presas de menor capacidad o mediante pozos
que extraen agua de mantos acuíferos.

El otro demandante más importante es el urbano

Un caso especial es la conurbación Guaymas-Empalme-San Carlos, cuyas


demandas crecientes de agua son satisfechas mediante la operación de un
acueducto que transporta líquido que es extraído de una batería de pozos situada
en la cuenca del río Yaqui a 77 km de distancia. Otro caso es Tijuana que
depende del agua que transporta un acueducto de 180 km desde el valle de
Mexicali. Esta misma infraestructura se ha propuesto para el abastecimiento futuro
de ciudades como Hermosillo, en la que se ha planteado la construcción de un
acueducto proveniente también de la cuenca del río Yaqui o la instalación de una
gran planta desaladora de agua de mar en las inmediaciones de Bahía Kino o de
agua salobre en la zona agrícola de la Costa de Hermosillo.

Otras localidades que se abastecen de agua procedente de zonas agrícolas


mediante acueductos son: Ensenada (BC), que la importa del valle de Guadalupe,
el puerto de San Carlos (BCS), que la transporta del valle de Santo Domingo a 35
km de distancia; y las comunidades pesqueras ubicadas entre Bahía de Tortugas
y Punta Abreojos (BCS), que se surten del valle del Vizcaíno a 100 km. Un último
caso que depende de fuentes de abastecimiento lejanas es Puerto Peñasco
(Sonora), que cubre parte de su demanda con agua de pozos localizados a 55 km
en tierras de propiedad ejidal.
Aunque el volumen de agua utilizado por la industria es relativamente
reducido, sobresale por la cantidad y diversidad de contaminantes que descarga a
diferentes cuerpos de agua. A estas descargas se suman las aguas residuales
municipales y las que efectúa la agricultura a través de numerosos drenes en
bahías y esteros. Una gran parte de estas descargas tiene como cuerpo receptor
final el Golfo de California.

En forma similar al resto del país, el porcentaje de tratamiento de estas aguas


por entidad federativa no rebasa 25% del volumen total y en algunos casos, como
Baja California Sur, no llega ni a 3%. En el caso de las aguas residuales
municipales predominan las plantas con procesos primarios de tratamiento
basados en lagunas de estabilización y lodos activados. Entre sus problemas se
encuentra que de las 170 plantas existentes, 18% no opera, la mayoría requiere
rehabilitación y otra parte requiere ampliación. Otro problema es que, en general,
el agua tratada no es reutilizada en ninguna actividad o proceso posterior, por lo
cual las inversiones en este rubro se consideran onerosas.

La incertidumbre sobre el futuro de la región se puede visualizar con lo


anterioriormente expuesto y con base en el análisis de las proyecciones de
crecimiento poblacional al que se suman los proyectos de desarrollo en curso. A
las casi 6 millones de personas asentadas en los municipios del litoral en el año
2000, se espera que se sumen alrededor de un millón de habitantes en los
próximos 10 años y otro millón más en los siguientes 15, para tener un total de 8
millones en el año 2025. Tal crecimiento representa un tercio adicional de la
población actual en tan solo un cuarto de siglo, a la que habrá que dotar del
servicio de agua. En el presente, únicamente en 5 municipios costeros hay 100 mil
habitantes sin servicio de agua entubada. Este incremento de población implica,
además, un mayor volumen de generación de aguas residuales municipales, que
requerirá darle tratamiento previo antes de enviarlo al medio marino y costero,
proceso que hoy día no llega a representar ni la cuarta parte del volumen total. Lo
mismo puede decirse para el caso de las aguas residuales industriales.

Inversiones productivas demandantes del recurso

Por lo que se refiere a proyectos de desarrollo, en el periodo 2000-2001


ingresaron a la SEMARNAT 450 proyectos al procedimiento de evaluación
ambiental procedentes de los cinco estados. Más de la mitad (54%)
correspondieron a los sectores pesquero y turístico; la mitad de ellos fueron
catalogados dentro de la modalidad particular. La mayoría de los proyectos
pesqueros, fundamentalmente granjas y parques acuícolas, se pretenden instalar
en el litoral centro-sur de Sonora y a lo largo de la costa de Sinaloa. Los proyectos
turísticos se concentran en Baja California, Baja California Sur y Nayarit, en ese
orden; éstos comprenden desde hoteles, condominios, marinas y muelles, hasta
restaurantes y concesiones de zona federal marítimo-terrestre.
Ocho proyectos pesqueros y tres turísticos en la región son de modalidad
regional, es decir, con previsible impacto en amplias áreas y que se ejecutarán en
extensiones superiores a 500 has o que alterarán cuencas hidrológicas.

Otros proyectos importantes son: tres del sector hidráulico (presa Picachos
en Sinaloa, hidroeléctrica de Tecate y la terminal transoceánica de Topolobampo);
tres del sector energía (gasoducto Mexicali-Tijuana y centrales termoeléctricas de
Agua Prieta y Mexicali); y uno del sector minero (proyecto de producción de oro en
Santa Rosalía).

La entrada en operación de la mayoría de los nuevos proyectos de desarrollo


agudizarán la situación de escasez física del recurso que manifiesta la región, si
ello no va acompañado de una estrategia global e integral para enfrentarla. Entre
las principales acciones están las siguientes: en particular, resalta la necesidad de
incrementar la eficiencia de su uso en el sector agrícola, con lo cual se obtendrían
considerables volúmenes adicionales de líquido para su empleo en otros sectores;
• las ciudades deberán incrementar la eficiencia de sus organismos
operadores, a través de la modernización de sus redes de distribución y de
sus sistemas de medición y cobranza;
• cobro efectivo y asignación del valor económico real;
• política tarifaria que tienda a reducir los subsidios que benefician
generalmente a los grandes usuarios;
• instalación de plantas de tratamiento de aguas residuales municipales e
industriales, estrategias que tiendan a su reutilización, sobre todo en áreas
agrícolas adyacentes a las ciudades;
• requisito de que todo nuevo proyecto de desarrollo incluya el programa,
plan, acción o medida que tenga como propósito hacer un uso más eficiente
del líquido o llevar a cabo el aprovechamiento que ocasione el menor
deterioro a los cuerpos de agua, en especial, en aquellos que se sitúan en
la zona litoral.
• cierto tipo de proyectos deberán tener como requisito indispensable
consumir sólo agua de reuso

Manejo de Cuencas

Otro aspecto mas de desarrollo integral concierne a la implementación de la


perspectiva de manejo de cuenca hidrográfica en la solución de los conflictos entre
regiones y usuarios. Resultará difícil, y serán soluciones parciales, las acciones y
medidas que no consideren la interrelación de los procesos físicos y sociales en el
manejo de esa unidad de análisis geográfico. Deberán fomentarse proyectos de
conservación de la naturaleza, de reforestación o de “producción de agua” en
comunidades y regiones de las partes altas de las cuencas, que contribuyan a
proporcionar diversos servicios ambientales a las partes bajas. Igualmente, más
que seguir alentando y fomentando las transferencias de agua hacia el exterior de
las cuencas, deberán proponerse intercambios de agua entre las distintas partes
al interior de cada cuenca, de acuerdo con balances hidrológicos confiables y
actualizados. Ambas acciones contribuirían a minimizar los impactos ambientales
que generan cierto tipo de actividades económicas como la ganadería, la minería y
la construcción de grandes obras hidráulicas para riego.

El fomento a una mayor participación de los usuarios y de la sociedad


organizada en la gestión del agua, a través no sólo de su participación en
procesos de consulta y en instrumentos como los consejos de cuenca, sino a
través de su participación con información pública y veraz, en el diseño,
seguimiento y evaluación de proyectos hidráulicos es indispensable. Además,
sería de utilidad ampliar sus facultades en las comisiones y juntas estatales y
locales del agua, y su verdadera incorporación como sujetos y actores sociales en
los programas gubernamentales de fomento de una cultura del agua

Relaciones y vínculos regionales

La Región, a pesar de que en una primera aproximación podría percibirse como


una extensa e idílica planicie costera constituye, en realidad, un espacio
marcadamente heterogéneo. En ella coexisten desde los vastos y prósperos
cultivos de hortalizas y granos intensamente explotados a lo largo del corredor
Culiacán, Guamúchil, Ahome (Los Mochis), Navojoa, Cajeme (Ciudad Obregón);
hasta los puertos pescadores de San Blas, Topolobampo, Huatabampo y
Guaymas; además de los puertos turísticos mixtos de Vallarta, Mazatlán, Puerto
Peñasco, Ensenada y La Paz. Por su parte, Tepic, Culiacán, Hermosillo y Mexicali
se incorporan como cuatro ciudades capitales y, por tanto, con una fuerte vocación
administrativa, al tiempo que Tijuana constituye la mayor metrópoli fronteriza
mexicana y uno de los polos industriales más importantes del país.

Con un total de ventas al exterior equivalente a 10,258 millones de dólares,


Baja California ocupa el tercer lugar nacional como entidad exportadora, solo
superada por el Distrito Federal y Chihuahua. Además de su inmensa capacidad
productiva, Baja California se distingue de los casos de Sinaloa, Baja California
Sur, Nayarit e incluso Sonora, por su condición predominantemente urbana y por
el alto grado de especialización en la elaboración de bienes industriales para la
exportación. Entre los rubros más importantes manufacturados en el Estado
destacan los televisores a color, con un valor superior a los 1,300 millones de
dólares; las máquinas para el procesamiento de información, con cerca de 600
millones de dólares; los acumuladores y transformadores eléctricos, con más de
800 millones; así como los artículos de grifería y válvulas de alivio o seguridad,
con alrededor de 300 millones de dólares. Cabe decir que la fabricación de
televisores a color solo es superada, en el agregado nacional, por la exportación
de petróleo crudo y la industria automotriz.

Ahora bien, es importante no perder de vista la cuestión de las escalas. Si


bien se ha insistido en la especialización agro-exportadora de Sinaloa, Baja
California Sur y Nayarit, es necesario recordar que tan solo la exportación de
tomate ( 48.317 millones de dólares), espárrago (30.346 millones de dólares) y
cebolla (26.900 millones de dólares), producidos en el valle de Mexicali durante el
año de 1999, fue suficiente para superar el valor total de las ventas al exterior
efectuadas por Baja California Sur y Nayarit durante el mismo año (74 millones de
dólares). El 99.79% de estos productos fueron consumidos en Estados Unidos,
mientras que el marginal restante se distribuyó entre Brasil y Canadá.

Como en muchos de los casos anteriores más del 99% de las exportaciones
de manufactura sonorenses se dirigen hacia los Estados Unidos, mientras que las
ventas de origen agrícola tienden a diversificarse un poco más: las hortalizas
frescas o congeladas, provenientes del valle del Yaqui-Mayo, encuentran además
del mercado norteamericano, un destino relativamente importante (10% del total)
en los consumidores de España, Italia, Portugal, Francia y Grecia.

Con respecto al comportamiento por bloques de la actividad comercial en la


Región, es posible apuntar algunas conclusiones generales, a saber:
a) la heterogeneidad regional en lo que toca a su comercio internacional es de
tal magnitud, que incluye entre sus componentes a las entidades más y las
menos integradas económicamente con el exterior (Baja California y
Nayarit, respectivamente);
b) la región describe un gradiente de especialización agrícola que va desde la
cuasi monoproducción agrícola para el intercambio, hasta la
multidiversificación exportadora agro-industrial;
c) la importancia de la actividad comercial y la concentración de las
exportaciones en un solo mercado, determinan que las perspectivas
regionales inmediatas, mediatas y hasta de largo plazo dependan de la
capacidad de arrastre de la economía norteamericana;
d) a excepción de Nayarit, el grueso de las importaciones estatales se asocian
con sus perfiles exportadores, de lo que se deduce un ciclo de
retroalimentación del crecimiento, más o menos virtuoso, orientado hacia el
exterior.

En este contexto exportador ¿qué tipo de mapa aparecería ante nuestra


vista? Si se tratase de intensidad lumínica que estuviese dada exclusivamente por
el valor en dólares del total del intercambio comercial (exportaciones +
importaciones), aparecería entonces un gradiente de luz que abarcaría desde la
“profunda oscuridad” nayarita, pasando por las “penumbras” de Baja California
Sur, la iluminación media y media-alta de Sinaloa y Sonora, hasta la
“incandescencia” de Tijuana. Si a través del mismo método tratásemos de
distinguir la intensidad de intercambios en la actividad electrónica, por ejemplo,
entonces solamente se distinguirían con claridad las luces de Tijuana y Mexicali;
mientras que si el interés se enfocase en la actividad automotriz sería Hermosillo
"La Ciudad Luz" regional; en tanto, la agricultura haría emerger largos corredores
iluminados a través de los valles del Mayo-Yaqui y el de Mexicali.

El desarrollo de un eje sectorial que articule la región

El concepto contemporáneo de institución debe su acepción a la evolución de los


enfoques políticos y sociológicos que ha asumido, a lo largo de los últimos veinte
años, la conveniencia de interpretar la realidad social desde un punto de vista
estructural, en el que los factores de mayor peso e importancia son aquellos que
reflejan los valores, principios y acuerdos “básicos” o fundamentales de un grupo
social cualquiera; sea éste una comunidad, una industria o un sistema político-
electoral. La diferencia entre una organización cualquiera y una institución reside,
entonces, en que la primera puede entenderse como un acuerdo entre varios
individuos para un fin determinado, pero cuya utilidad e importancia no está
reconocida por todos los actores sociales como un referente indispensable. La
institución, en cambio, se refiere a una o varias organizaciones cuya función o
actividad está reconocida como socialmente necesaria e indispensable por todos o
la mayoría de los miembros de la comunidad, sector o nación.

La integración de organizaciones e instituciones se conforma de acuerdo a lo


que bien puede considerarse una jerarquía funcional que va de articulaciones
simples (asociaciones vecinales) hacia formas más complejas (cooperativas
productivas, cámaras industriales, sindicatos), hasta los mecanismos de
gobernabilidad y solución de conflictos (cámaras legislativas, gobiernos locales,
dependencias públicas, procesos electorales).

La distinción entre instituciones y organizaciones es relevante para los fines


de este estudio pues, como se analiza en los apartados relativos al marco
normativo y al entramado institucional del Golfo de California, una de las tareas
fundamentales para el futuro de esta región es la conformación de una definición
única y homogénea de instituciones y la vinculación de las organizaciones
gubernamentales y civiles a dicha definición.

En el Golfo de California existen patrones de interacción institucional


dominados por la lógica de distribución de competencias entre niveles de gobierno
y por la lógica centralizadora, lo que lleva a identificar una jerarquía de prioridades
en dos niveles. En un primer nivel, se encuentran las prioridades del Gobierno
Federal que promueve inversiones y proyectos ajustados a su visión de equilibrio
nacional en la que la región tiene un papel complementario y de apoyo a las
estrategias de integración comercial con los Estados Unidos, y al desarrollo de
puertos y puntos de contacto con la Cuenca del Pacífico. En el segundo nivel se
encuentran las prioridades estatales. En este nivel, se trata de la existencia y
relativa competencia por recursos e inversiones entre seis centros alternativos,
cada uno ubicado en la capital estatal: Mexicali, La Paz, Hermosillo, Tepic,
Culiacán y Guadalajara. Se da un alto grado de dispersión, pues cada gobierno
estatal utiliza una regionalización interna propia y una jerarquía de intereses
también propia. Así, mientras para Baja California su subregión más relevante es
la franja fronteriza, para Sonora lo constituyen sus municipios agrícolas; para
Sinaloa sus áreas dedicadas a la exportación de hortalizas y al aprovechamiento
de los recursos pesqueros; para Jalisco su desarrollo industrial y comercial
interior; para Nayarit y Baja California Sur hay un número mayor de oportunidades
relacionadas con la inversión pública federal en los sectores portuario, turístico e
industrial.
Actualmente, el panorama político del Golfo de California se conforma con
una elevada pluralidad, por ejemplo en la filiación política de los 50 gobiernos
existentes en la región. En términos institucionales, esto ha dado lugar a la
agudización de los conflictos entre gobiernos estatales y al incremento de la
competencia formal e informal por recursos fiscales federales –bajo la forma de
inversión pública en infraestructura- y por nuevas inversiones productivas, tanto
nacionales como extranjeras.

Turismo como eje sectorial articulador

Una de las grandes limitaciones que en México han tenido las acciones de
desarrollo que promovió el Estado durante tres décadas, a través de FONATUR, el
denominado modelo inmobiliario, fue la falta de una visión amplia del contexto
regional. Basta recordar los problemas de la costa del Pacífico: Huatulco, un
destino turístico en una región de grandes contrastes, lo mismo que Ixtapa, un
destino donde la pobreza ha cercado y limitado al desarrollo turístico.

El proyecto de la Escalera Náutica es, por tanto, más que una sucesión de
marinas, un amplio espacio donde confluyen tecnologías y capacitación, se
requiere de personal especializado, de talleres de apoyo, de industrias que
produzcan determinados insumos, para darle una autonomía al cluster náutico.

Una de las grandes limitaciones que en México han tenido las acciones de
fomento turístico ha sido la carencia de una visión regional integral que logre,
entre otros aspectos, consolidar las diversas cadenas productivas que potencien
los beneficios del consumo turístico. En ocasiones parece que la política de
fomento turístico se limita a la venta de lotes, terrenos y la construcción de
hoteles, condominios y vivienda.

La propuesta que en la actualidad se plantea para la Escalera Náutica se


acerca más a la de un modelo inmobiliario, que implica la formación de enclaves,
que a un modelo de desarrollo regional sustentable.

Un análisis de mercado indica que el gran mercado de barcos de los Estados


Unidos está dominado por una clase media que los usa sólo durante el fin de
semana y en las zonas costeras (embarcaciones hasta 25 pies); y de barcos de
medianos a grandes (mayores a 45 pies), lo que implica una drástica reducción
del mercado potencial al 2% del total.

Por las condiciones geográficas y de navegación se estima que los cálculos


de demanda que sustentan el proyecto requieren adecuarse para considerar
principalmente a embarcaciones mayores a 45 pies y no a las de 25 a 45 pies,
como hasta ahora. Bajo este supuesto parece existir un sobre dimensionamiento
del mercado potencial de Estados Unidos, no tanto por la existencia de
embarcaciones en lo general, sino de las embarcaciones de la magnitud necesaria
para navegar desde sus lugares de origen. Si el proyecto de la Escalera Náutica
sigue considerando el mercado de embarcaciones de 25-45 pies, en realidad la
orientación de mercado estará dado por el mercado que remolcará sus
embarcaciones a las marinas más que a navegar hacia ellas. Esto significa
modelos muy distintos, más de carácter “masivo” que “selectivo”, que tendrán otro
tipo de implicaciones de crecimiento –por la experiencia en la zona con una alto
grado de desorden fuera de la zona de la marina como el caso San Carlos- que
han caracterizado algunos destinos de la costa del Mar de Cortés.

Además de pasar el filtro de la cuestión ambiental, el proyecto de Escalera


Náutica presenta dos grandes retos desde la perspectiva del fomento al desarrollo
que considera al turismo como un instrumento. El primer reto es el de adecuarse
al tamaño y condiciones del mercado: ser un proyecto definido por el mercado y
no definido por creación de producto. Esto evitaría inversiones que a la larga se
conviertan en “elefantes blancos” (caso Loreto-Nopoló). El segundo es concebir el
desarrollo más allá de la construcción de infraestructura y enclaves que, por muy
exitosos que puedan ser como negocio privado, no garantizan el desarrollo
regional. Se trata de evitar esquemas de crecimiento, como los existentes en otras
zonas del país, que en el largo plazo generan más costos que beneficios (caso
Riviera Maya, por ejemplo).

Si se toma como referente la lucha contra el desarrollo de la salinera en San


Ignacio, se observa que la Escalera Náutica presenta grandes dificultades
ambientales, por ello es que el ordenamiento debe incluir nuevos aliados-
beneficiarios del proyecto: pescadores artesanales, ecologistas, pobladores
indígenas, ejidatarios y empresarios que se dedican a la acuacultura y los
diferentes actores del sector turismo. Esto implica considerar el proyecto más allá
de los límites de los predios –evitando argumentos como el mínimo porcentaje que
representan de la totalidad del Mar- y concebirlo como un proyecto de desarrollo
de carácter regional.

Escenarios

Para explorar el impacto del proyecto Escalera Náutica del Mar de Cortés (PEN) en
la prospectiva demográfica y macroeconómica de la región Noroeste hacia el año
2020, se diseñó y calibró tres escenarios posibles: i) futuro tendencial de la región
sin grandes proyectos de inversión; ii) instrumentación de la Escalera Náutica
como un proyecto sectorial de inversión pública y privada, y iii) puesta en marcha
del PEN, acompañado con la implementación de un programa de reforzamiento del
gasto social para contrarrestar las desigualdades al interior de la región.

Las proyecciones del escenario 1, futuro tendencial, indican que entre 2000 y
2020 la región en su conjunto acusará una tasa de crecimiento poblacional similar
a la del país en su conjunto, pero su ritmo de crecimiento económico será mayor
en la primera con respecto al segundo, por lo que elevará más allá del promedio
nacional su PIB per cápita. Dicho incremento ocurrirá por las fortalezas de Baja
California y Sonora, en contraste con las debilidades de Baja California Sur,
Nayarit y Sinaloa. Como corolario aumentarán las desigualdades sociales al
interior de la región.
Los resultados del escenario 2, PEN, indican que la adición al PIB regional
atribuible al PEN en 2020 será de 16.6 mil millones de pesos, 13.9% con respecto
al incremento del PIB según proyección tendencial. Asimismo, la población
adicional a 2020 se estima en 900 mil habitantes, 47.4% con respecto al
incremento esperado según proyección tendencial. Desde el punto de vista de las
entidades federativas, el PEN mostrará mayor impacto en el crecimiento económico
adicional relativo de Baja California Sur con 43%, seguida por Nayarit con 26%,
Sinaloa y Sonora con 6% y Baja California con 2 por ciento.

De esta manera, el PEN fortalecerá la posición de la región Noroeste en


materia de generación de PIB frente al contexto nacional, pero a su interior no se
solucionarán las desigualdades sociales, salvo por el impacto positivo a registrarse
en Baja California Sur; la evolución de Baja California y Sonora seguirá soportada
en gran medida por su vocación exportadora de manufacturas, es decir su
inserción en los mercados internacionales; Nayarit bajará su tasa de expulsión
poblaciónal, y Sinaloa no tendrá gran impacto en su crecimiento económico, por lo
que prevalecerá como una entidad con expulsión de población.

Por último, los resultados del escenario 3, PEN y fortalecimiento del gasto
social, muestran que el PIB adicional en la región al año 2020 será 25.9 mil
millones de pesos, 21.8% con relación al incremento del PIB según escenario
tendencial. La población adicional en este pronóstico suma 1.6 millones de
personas, 83.6% del crecimiento esperado entre 2000 y 2020 según escenario
tendencial. Si se implementan las acciones aquí sugeridas en materia de
reforzamiento del gasto social con la distribución territorial propuesta, entonces el
mayor crecimiento económico esperado en la región con respecto al escenario
tendencial, se traducirá, de manera paralela, con una disminución en las
desigualdades al interior del espacio regional, habiendo un mayor incremento en la
calidad de vida de la población de los estados de Baja California Sur, Nayarit y
Sinaloa; estos dos últimos cambiarían su categoría migratoria de expulsión de
población a equilibrio demográfico, en tanto que los recursos adicionales para
gasto social le permitirían al primero enfrentar su elevado crecimiento demográfico
esperado. Nuevamente, la evolución socioeconómica de Baja California y Sonora,
según este escenario, seguirá determinada básicamente por su inserción en el
comercio internacional.

A partir de los resultados cuantitativos y reflexión cualitativa de los tres


escenarios sobre la evaluación prospectiva de la región Noroeste y el papel del
PEN, se desprenden dos grandes conclusiones de lineamiento de política para el
desarrollo regional: i) el proyecto Escalera Náutica del Mar de Cortés debe ser
concebido no sólo como un programa sectorial para promover el crecimiento de la
actividad turística en la región, sino como un pretexto para coadyuvar a mitigar las
desigualdades sociales al interior de la región, a través de la canalización adicional
de gasto público para obras de desarrollo social, y ii) las políticas públicas
requeridas para el crecimiento económico de la región Noroeste, caracterizado por
su fragmentación y heterogeneidad, deberán contener una perspectiva espacio-
sectorial. En el aspecto sectorial se tendrá que matizar las acciones tendientes a
promover aquellas actividades específicas que mejoren la posición competitiva en
el ámbito nacional e internacional, es decir una política sectorial activa y selectiva
en la consecución de ventajas competitivas. En el aspecto territorial será
necesario adoptar criterios diferenciales para engarzar las iniciativas sectoriales
con las posibilidades y potencialidades del territorio.

Implicaciones de orden político

Debe tenerse presente el hecho de que los actuales niveles de desarrollo


económico y de concentración demográfica son, al mismo tiempo, causa y efecto
de las capacidades institucionales de los gobiernos de toda la región. Esto
significa, fundamentalmente, que en la conformación de los patrones de
concentración, aislamiento e integración/desarticulación de cadenas productivas
han estado involucradas las acciones de los ayuntamientos, gobiernos estatales y
dependencias federales.

Lo anterior significa, fundamentalmente, que ante cualquiera de los


escenarios que se perfilan en torno a la concreción de la Escalera Naútica, es de
esperarse que los diferentes actores adopten como estrategia primaria y
fundamental la defensa de sus intereses propios; debilitando, por lo menos en las
fases iniciales, las posibilidades de que una visión de carácter regional se imponga
y estructure, bajo una sola definición de objetivos, los recursos de los diferentes
sectores y proyectos. Así también, la persistencia de las diferencias entre sectores
productivos, capacidades institucionales y disponibilidad de recursos puede llevar
a la articulación de estrategias individuales y colectivas que deriven en esquemas
de negociación, conflicto y cooperación que anulen o neutralicen los diversos
esfuerzos que se hagan, en una suerte de “juego de suma cero”.

En estas condiciones, la falta o ausencia de un liderazgo regional claro se


muestra como la principal carencia de todo el entorno del Mar de Cortez. Si bien
tal carencia afecta por igual a todos los ámbitos y a todos los actores, no puede
dejar de insistirse que a las instancias públicas corresponde, más que a ningún
otro sector, la realización de esfuerzos encaminados a la búsqueda de consensos
y al ejercicio de acciones de integración de actores y voluntades. Por consiguiente,
se requiere que tanto las instancias federales, como los gobiernos estatales y los
ayuntamientos adopten una definición común sobre la mejor forma de conducir el
desarrollo de la región, teniendo o no como punto de partida el proyecto de
“Escalera Naútica”.

Por último, es necesario tomar en consideración la fragmentación económica


y geográfica para lograr articular los proyectos y que estos redunden en un
desarrollo regional integral. En el plano local es necesario tomar en consideración
los múltiples actores e intereses con el fin de no hacer de la Escalera Náutica un
proyecto exclusivo y excluyente que beneficie sólo a unos cuantos, como ha sido
históricamente el caso, en aquellos programas, planes y proyectos que se gestan
en el ámbito de la administración pública federal.
Impacto ambiental y evaluación estratégica

La legislación ambiental vigente proporciona diferentes instrumentos de política,


entre los cuales se encuentra la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA). Entre las
modificaciones recientes se plantean dos modalidades de evaluación: la regional y
particular.

La modalidad regional se requiere, de acuerdo al Art. 11 de la LEGEEPA,


cuando se trate de: parques industriales y acuícolas, ó granjas acuícolas de mas
de 500 hectáreas; carreteras y vías férreas; proyectos de generación de energía
nuclear; presas y, en general, proyectos que alteren las cuencas hidrológicas; un
conjunto de obras o actividades que se encuentren incluidas en un plan o
programa parcial de desarrollo urbano o de ordenamiento ecológico que sea
sometido a consideración de la SEMARNAT en los términos previstos por el
artículo 22 de este reglamento; un conjunto de proyectos de obras y actividades
que pretendan realizarse en una región ecológica determinada y proyectos que
pretendan desarrollarse en sitios en los que por su interacción con los diferentes
componentes ambientales regionales, se prevean impactos acumulativos,
sinérgicos o residuales que pudieran ocasionar la destrucción, el aislamiento o la
fragmentación de los ecosistemas. En los demás casos la manifestación deberá
presentarse en la modalidad particular.

La ley general y el reglamento de impacto en este sentido no cuentan con


elementos equivalentes a la Evaluación Estratégica Ambiental (EEA), tanto en la
definición de conceptos como en las modalidades de evaluación. De esta forma
se generan vacíos para atender problemas de evaluación ambiental de otros
niveles de acción como políticas, planes y programas que serían viables para la
región o bien que podrían impulsarse intersectorialmente.

En determinados casos la modalidad regional pudiera, por definición, de


acuerdo al Art. 11, considerarse estratégica para abordar problemas con
implicaciones regionales y considerar los impactos acumulativos, sinérgicos y
residuales abordados por la EEA en otros países. Esta situación se muestra en el
Art. 13 de la LEGEEPA. La manifestación de impacto ambiental, en su modalidad
regional, deberá contener (entre otras) la siguiente información: vinculación con
los instrumentos de planeación y ordenamientos jurídicos aplicables; descripción
del sistema ambiental regional y señalamiento de tendencias del desarrollo y
deterioro de la región; identificación, descripción y evaluación de los impactos
ambientales, acumulativos y residuales del sistema ambiental regional; estrategias
para la prevención y mitigación de impactos ambientales, acumulativos y
residuales, del sistema ambiental regional; pronósticos ambientales regionales y,
en su caso, evaluación de alternativas e identificación de los instrumentos
metodológicos y elementos técnicos que sustentan los resultados de la
manifestación de impacto ambiental. Aunque pudiera aprovecharse la EIA, en la
modalidad regional, para instrumentar la EEA para casos de políticas, planes y
programas. Esta requeriría desarrollarse metodológicamente para poder aplicarse
en estos niveles. Lo deseable sería que la EEA pudiera ser definida dentro de la
ley y el reglamento para que tuviera un valor legal ya que como las experiencias
internacionales lo señalan se han dado mejores resultados cuando ha sido
obligatoria más que optativa.

En referencia al marco jurídico y las características del proyecto de la


Escalera Náutica como proyecto que impulsará el desarrollo regional, la
realización de varias obras dispersas a lo largo de las costas y en vías de
comunicación terrestre sobre la península de Baja California y Sonora, donde se
ven involucrados diferentes municipios y entidades federativas, implica además
que en particular la propuesta de Santa Rosaliíta y Bahía de los Ángeles se
encuentran dentro de un Area Natural Protegida. Factores que, en conjunto, hacen
que la propuesta se apegue mas al modelo de Evaluación Estratégica Ambiental
(EEA) para planes de desarrollo regional. Situación que dentro del contexto
mexicano correspondería a la Modalidad de Evaluación de Impacto Ambiental
(EIA) Regional.

Es importante mencionar que además de la EIA existe el ordenamiento


ecológico estatal de Baja California, el cual por las dimensiones que tiene el
Estado es muy general para tener lineamientos específicos para las áreas
indicadas. Por otra parte, el área natural protegida (Área de Protección de Flora y
Fauna Silvestre “Valle de los Cirios”) de momento no cuenta con un programa de
manejo que pudiera regular el desarrollo de actividades para el manejo de las
áreas propuestas.

Adicional a éstos instrumentos de política ambiental se encuentran los de


desarrollo urbano para las comunidades localizadas en la región. En lo que se
refiere al Plan Estatal de Desarrollo Urbano, éste plantea la necesidad de elaborar
los esquemas de desarrollo urbano de centro de población para las localidades
que considera prioritarias como Santa Rosaliíta y Bahía de los Ángeles. Sin
embargo, en este sentido, hasta la fecha no se cuenta con regulación del uso del
suelo en dichos asentamientos. Dicho de otra manera, la región cuenta con
escasos elementos de regulación ambiental y del desarrollo urbano, situación que
de no atenderse traería consecuencias negativas para el desarrollo de los
asentamientos humanos en cuanto a la dotación de equipamiento, vivienda,
infraestructura y servicios municipales y en lo ambiental al deterioro de las ANP.

Tarde o temprano la EEA en México va a tener que ser considerada en el


marco jurídico ambiental, bien como resultado de presiones externas comerciales
o para el financiamiento internacional de programas o planes de desarrollo, al
igual que sucedió con la EIA a principios de los ochenta antes de su
instrumentación en la LEGEEPA de 1988.

La EIA funciona adecuadamente en otros países cuando ésta se encuentra


vinculada con otros instrumentos de política ambiental o de planeación de los
asentamientos humanos y cada quien actúa sobre su competencia. Pero ¿qué
pudiera suceder cuando se realiza una EIA y no se cuenta con los otros
instrumentos? Bueno pues este es el caso en que se encuentra la mayoría del
territorio de Baja California. La EIA entonces se convierte en una evaluación
ambiental integral y no en una simple evaluación de un proyecto, donde se debe
tener una visión estratégica ante la falta de otros elementos.

La Percepción

Como se señaló anteriormente, en la parte relativa a las relaciones


intergubernamentales e intersectoriales, en el Mar de Cortés y su zona de
influencia las redes de cooperación e integración de políticas y programas públicos
muestran un patrón de escasa vinculación. La irrupción de nuevas inversiones y la
puesta en marcha de un proyecto de gran envergadura –como la Escalera
Náutica- tendrán que desarrollarse enfrentando la desarticulación referida.

Esto no implica que la falta de integración en el trabajo de las instituciones


públicas pueda poner en entredicho la realización de las inversiones. Por el
contrario, la historia de la región está llena de experiencias de implantación aislada
de proyectos y programas que son justamente una de las explicaciones más
frecuentes a la falta de articulación entre gobiernos, y entre los sectores público y
privado.

Un consenso generalizado entre los especialistas que fueron entrevistados


para este trabajo y el grupo de enfoque y los distintos organismos de ONG
encuestados, fue la importancia de contar con más información sobre el proyecto.
Todos coinciden en una actitud de rechazo en caso de que la información no fluya,
ya que perciben esta situación como de resguardo de propuestas no adecuadas y
aceptables para la comunidad regional y el entorno ecológico del Golfo.

Es relevante hacer notar algunas variaciones en el tono en que se


expresaron los entrevistados por internet y los entrevistados en el grupo de
enfoque en Baja California a diferencia de las entrevistas personales. En los
primeros (internet y grupo de enfoque) se percibió un rechazo espontáneo más
evidente y categórico hacia el proyecto, mientras que en el segundo se apreció
una postura más conciliadora o más dispuesta a aceptar el proyecto, si se hace
conforme a un plan cuidadoso, con todo y sus reservas por las razones concretas
que se describen en el análisis previo del estudio.

La opinión de todos los entrevistados coincidió en que los tiempos de espera


para recibir la información han expirado y que es urgente no aplazar más las
recomendaciones de este trabajo dada la sospecha, desconfianza, suspicacia y
rumores que se generan a partir de esta falta de referencia que redundan en un
rechazo creciente al proyecto por parte de todos los sectores públicos y sociales.

Las opiniones sobre la Escalera Náutica son diversas. Sin embargo, la


percepción de las amenazas son compartidas. Entre las opiniones se destacan
dos posiciones: 1) la Escalera Náutica va a provocar daños profundos a la
diversidad biológica, las comunidades locales y el paisaje, 2) la Escalera Náutica
presenta oportunidades para las comunidades y la conservación, siempre y
cuando se cumpla con una serie de condiciones.

En general, en el desarrollo de la conversación los entrevistados se movieron


de la primera a la segunda posición, es decir, previeron los daños pero
consideraron que, si se toma una serie de medidas, éstos daños pueden evitarse.
Sin embargo, la conclusión no queda ahí, permanece la gran duda de que las
autoridades en general tengan la capacidad de establecer y dar seguimiento a las
regulaciones. La mayor amenaza se percibe en la especulación inmobiliaria. El
propio proyecto de la Escalera Náutica ya ha provocado esta especulación en
ciertas áreas. Se señala que las marinas no son negocio, lo es el desarrollo
inmobiliario que las acompaña y los servicios turísticos que se prestan en ellas.
Los sitios seleccionados para las marinas lo son, más por el paisaje y la
posibilidad de acceder a la compra de los terrenos que por consideraciones
ambientales. Hay el temor de que continúe la tendencia a establecer campos de
golf en la región.

Se exige que antes de avanzar con el proyecto se cuente primero, con el


ordenamiento ecológico del territorio y que este ordenamiento pase de lo regional
a lo local; y segundo que estos ordenamientos involucren a los pobladores para
que hagan suyo el proceso y lo defiendan.

En todos estos entrecruzamientos de visiones y opiniones cabe considerar la


necesidad, antes señalada, de que el Gobierno Federal articule y ejerza un
liderazgo sólido a partir de la conformación de mecanismos de comunicación
dinámica que permitan recoger en una sola instancia las posturas existentes en el
Mar de Cortez. Como demostró el trabajo de campo, los principales actores no
están dominados por posturas radicales contrarias a la introducción de cambios en
la región. A la demanda explícita de que sean tomadas medidas preventivas
adecuadas para evitar efectos no deseados en la aplicación de la Escalera
Naútica o de cualquier otro proyecto de alcance regional, debe corresponder una
actuación gubernamental amplia, integradora y políticamente responsable. Para
ello cabe considerar la posibilidad de que el Gobierno Federal constituya un
mecanismo ad hoc para la región, con la presencia y participación de las
secretarías de hacienda, desarrollo social, marina y turismo, entre otras.
ORDENAMIENTO ECOLÓGICO
DE LA REGION DEL MAR DE CORTES
(COMPONENTE BIOFÍSICO E INTEGRACIÓN)
Participantes

UABC Ileana Espejel Coordinación


José Luis Fermán Manejo de Zona Costera
Alejandro Garcia SIG
Roberto Martínez Fauna
Tonatiuh Mendoza SIG
Georges Seingier SIG
Yrma Cruz Flora y bases de datos
Claudia Leyva Bases de datos
Concepción Arredondo SIG
Alejandro Espinoza SIG
Juan Carlos Ramírez SIG
Salvador González Fauna
Alejandro Espinoza SIG
Luis Galindo Bect SIG
Roberto Pérez Imágenes
Rosa I Rojas Ordenamiento Territorial

UNISON Alejandro Castellanos Ecosistemas terrestres


Antonio Cruz Manejo de zona costera
Hector Licón Manejo de Zona Costera
Jesús Sánchez Flora
Martín Botello Manejo de Zona Costera
Reyna Castillo Fauna
Alma Haro Análisis de sistemas

UABCS Oscar Arizpe Manejo de Zona Costera


Francisco García Bases de datos
Martha Vicencio Fauna marina
María de los Angeles Covarrubias Base de datos
Edgar del Rosal SIG

UAS Guillermo Rodríguez Manejo de Zona Costera


Sergio Sánchez Fauna
José Saturnino Díaz Flora
Marco Antonio González Fauna
Ramiro Ahumada Fauna

IMADES Gertrudis Yanes A. SIG


Fausto Santiago SIG

CICESE Anamaria Escofet Manejo de Zona Costera


Jesús Serrano Regionalización
Marina Mondragón Manejo de bases de datos

COLEF Hugo Riemann SIG y Flora

WWF Ivan Parra SIG y bases de datos

CIDIR Patricia Muñoz Manejo de zona costera


Diana Escobedo Manejo de zona costera
ORDENAMIENTO ECOLÓGICO
DE LA REGION DEL MAR DE CORTES
(COMPONENTE BIOFÍSICO E INTEGRACIÓN)
RESUMEN EJECUTIVO

INTRODUCCION Y ANTECEDENTES

La región de la escalera náutica comprende las costas del Pacífico de la península


de Baja California y las costas y aguas del Mar de Cortés tanto de la península
como de Sonora y Sinaloa. De hecho, es una región costera heterogénea dividida
principalmente en dos: la vertiente del Pacífico y el Golfo que a su vez se divide en
dos zonas claramente diferenciadas biológica, social y económicamente: los
estados de Baja California y Baja California Sur (vertiente al Golfo) conforman una
unidad más o menos homogénea (diferenciada claramente entre el norte y el sur),
escasamente desarrollada y por lo tanto con menor impacto terrestre sobre el mar.
En cambio, Sonora y Sinaloa conforman una zona también diferenciada
latitudinalmente y con un gran impacto sobre el mar. Este estudio es continuación
del ordenamiento marino del Mar de Cortés, el cual se realizó en los pasados tres
años. Se anexan los resultados de ese ordenamiento y se agregan las islas como
área protegida. Asimismo se incorporan algunos resultados de un taller organizado
en el 2001 por la Coalición para la Sustentabilidad del Golfo. El equipo esta
conformado por más de 40 investigadores de las principales instituciones y ONG's
de la región quienes aportaron datos propios y facilitaron el acceso a la
información generada en estudios anteriores. La propuesta de Ordenamiento
Ecológico regional cobra importancia ante un proyecto sectorial y por esta razón,
se analiza dicho proyecto de manera especial.

OBJETIVOS
Elaborar una propuesta de Ordenamiento Ecológico Territorial (modalidad
regional) que permita regular e inducir el uso del suelo y las actividades
productivas bajo una perspectiva que compatibilice el aprovechamiento y la
conservación de los recursos naturales en la zona de interés (con énfasis en un
proyecto sectorial que impulsa el turismo náutico).

Objetivos Particulares
1. Recopilar y analizar toda la información existente para la región.
2. Integrar un Sistema de Información Geográfica que facilite la
caracterización, el análisis, el modelado, el monitoreo y la gestión del
aprovechamiento sustentable del territorio.
3. Formular una regionalización terrestre y marina.
4. Elaborar un análisis sobre la diversidad biológica costera al nivel de
cuencas y en el área marina.
5. Generar el documento integrado para el Ordenamiento Ecológico Territorial
(modalidad regional).
REGIONALIZACION Y SELECCION DE INDICADORES DE DESARROLLO
SUSTENTABLE

Este trabajo considera la porción terrestre que circunscribe al mar de Cortés y se


incrementa adicionando las costas del Pacífico en la Península de Baja California.
La región, denominada ahora "Región de la Escalera Náutica", por un proyecto
sectorial de FONATUR, se subdividió en 362 unidades cartográficas equivalentes
a los mapas de INEGI 1:50 000. Esto se hizo para facilitar la captura y
homogeneizar la información de las bases de datos físicas, bióticas y sociales
disponibles.

Una regionalización de macroescala subdivide a la región en seis subregiones


conformadas como unidades por la hipsografía en tierra y batimetría en mar. En la
Vertiente Pacifico (Corriente de California) las dos subregiones son I. Baja
California Occidente y II. Baja California Sur Occidente y en la vertiente Mar de
Cortés, las subregiones son: III. Baja California Oriente, IV. Baja California Sur
Oriente. V. Sonora y VI. Sinaloa.

Posteriormente, se definieron 54 Unidades Ambientales Marinas del Pacífico


construidas de acuerdo a la batimetría y la prolongación de las cuencas de la
Península de Baja California y 96 Unidades de Gestión (UGA) terrestres, las
cuales se construyeron con la combinación de las cuencas y subcuencas
hidrológicas y los municipios. Asimismo, se anexaron las Unidades de Gestión del
Mar de Cortés.

El marco conceptual para la evaluación de la región se hizo de acuerdo al


esquema de Presión - Estado - Respuesta de la OCDE, para lo cual se
identificaron las fuerzas motrices de desarrollo en la región de estudio; los
indicadores de presión (indicadores de amenazas potenciales) así como los de
estado (indicadores tempranos de advertencia) y los de impacto (indicadores de
amenaza) considerados ambos como indicadores de fragilidad. Posteriormente,
con la combinación de los índices de estado y presión se construyó un índice de
vulnerabilidad. Con la combinación de estos tres índices se eligió la respuesta,
que es la propuesta de políticas de ordenamiento regional por unidad de gestión
(UGA que son una combinación de las unidades ambientales o cuencas y las
unidades administrativas o municipios).

Se diseñó un Sistema de Información Geográfica (SIG) con un mapa base (escala


1: 250 000) que contiene información de vías de comunicación, batimetría e
hipsografía, cuencas, Estados, Islas, límites municipales, población mayor a
100,000 habitantes, población entre 5,000 y 100,000 habitantes y toponimia)
además de los mapas parciales de los índices compuestos de fragilidad, presión y
vulnerabilidad por unidad cartográfica. Asimismo, contiene un mapa con la
asignación de una política de ordenamiento (protección, conservación y
aprovechamiento) por cada unidad cartográfica (terrestre) y cada unidad ambiental
(marina). Finalmente, el SIG contiene una propuesta de ordenamiento regional
que se diseñó en las Unidades de Gestión designando una política dominante y
una o dos secundarias.

El índice compuesto de fragilidad esta diseñado con un indicador referente a la


proporción de pendientes (bajo o menores a 100, media o entre 100 y 300 y altas o
mayores de 300 grados); la riqueza de avifauna, mastofauna y flora vascular y la
proporción de tipos de vegetación natural que no cambiaron en los inventarios
forestales entre 1993 y 2000, No se consideró un elemento que parecería
importante, el endemismo de la fauna y flora, porque resultó que todos los tipos de
vegetación y habitats, excepto los de Sinaloa, tienen un endemismo muy alto con
respecto a México. Es decir, la región en sí, es endémica.

El índice compuesto de presión se calculó con indicadores demográficos


(población del 2000 y tasa de cambio poblacional entre 1995 y el 2000). Estos,
indirectamente definen a otros indicadores sociales como es el de CONAPO de
marginación social. Asimismo, se incluyó un indicador de tasa de cambio de uso
de suelo entre 1993 y 2000. Este también es un valor indirecto de desarrollo social
y económico.

El índice compuesto de vulnerabilidad conjunta los índices de presión y fragilidad,


con lo cual es posible definir las políticas de ordenamiento regional. Con esto se
puede definir si un conjunto de unidades de gestión requieren de impulsar el uso
de su territorio o si les es conveniente restringir el desarrollo de las actividades y
motivar, en cambio, la conservación de sus ecosistemas y recursos naturales.
Asimismo, permite definir aquellas unidades que requieren de una política de
protección ya que en el momento no son parte de un Area Natural Protegida.

Por otro lado, y como detonador de una presión potencial, se analizaron los
escenarios que presenta el proyecto de escalera náutica para el 2006 y 2014-
2030. Los indicadores de presión potencial consideraron las únicas variables
disponibles y comparables que presenta el proyecto de FONATUR: número de
embarcaciones (posiciones en seco y en agua) y número de cuartos (con una
densidad de 30 cuartos por hectárea). Asimismo, se dividieron en dos grandes
grupos de impacto (en términos de intensidad y alcance): los paraderos (más
pequeños y casi todos de nueva creación) y los centros náuticos (mucho más
grandes y sólo dos nuevos que se agregan a nueve puertos y marinas ya
existentes en la región). Estos escenarios se sumaron como indicadores
potenciales de presión al índice de presión en la porción terrestre-costera.

ORDENAMIENTO REGIONAL
POLÍTICAS ECOLÓGICAS PROPUESTAS.

La interpretación de la vulnerabilidad (combinación de fragilidad y presión) se


concreta en esta propuesta de políticas de ordenamiento ecológico regional. Para
esto, se propone asignar las siguientes políticas, con la salvedad de que es
necesario cotejar con lo dispuesto en los planes de manejo de área protegidas y
ordenamientos locales, estatales, etc.

APROVECHAMIENTO.- Política ambiental que promueve la permanencia del uso


actual del suelo y/o permite su cambio en la totalidad de unidad de gestión
ambiental (UGA) que en este caso serán las cuencas o los municipios donde se
aplica. En esta política siempre se trata de mantener por un periodo indefinido la
función y las capacidades de carga de los ecosistemas que contiene la UGA.

CONSERVACION.- Política ambiental que promueve la permanencia de


ecosistemas nativos y su utilización, sin que esto último implique cambios masivos
en el uso del suelo en la UGA donde se aplique. En esta política se trata de
mantener la forma y función de los ecosistemas y al mismo tiempo utilizar los
recursos existentes en la UGA.

PROTECCION.- Política ambiental que promueve la permanencia de ecosistemas


nativos que por sus atributos de biodiversidad, extensión o particularidad que ya
esten o merezcan ser incluidos en sistemas de áreas naturales protegidas en el
ámbito federal, estatal o municipal. La utilización de los recursos naturales está
sujeta a la normativa definida en el Programa de Manejo que sea definido por la
administración de un área protegida.

Asignación de políticas de ordenamiento marino

En las unidades marinas tanto del Mar de Cortés como del Pacífico, se tienen tres
políticas. En las 54 unidades del Pacífico 74.0% son para aprovechamiento,
20.85% para conservación y 5.14% para protección, las dos últimas básicamente
son políticas para los sistemas lagunares y bahías cuya capacidad de limpieza es
menor que los litorales de mar abierto tan comunes en las dos subregiones.
Ninguna área, excepto la correspondiente al Valle de los Cirios (trece unidades
ambientales marinas), esta oficialmente protegida por la federación. En el Mar de
Cortés 73.95% son para aprovechamiento, 19.67% para conservación y 6.37%
para protección, parte del cual ya esta protegido oficialmente en las reservas del
Alto Golfo, Loreto, las Islas y la porción marina del Valle de los Cirios. Las
primeras tienen un plan de manejo y en la última se encuentra en preparación
para terminarse este año.

Asignación de políticas de ordenamiento terrestre

En la porción terrestre de la región de la escalera Náutica se tienen cuatro


variantes de aprovechamiento, cinco de conservación y tres de protección. La
región en su porción terrestre resultó frágil (78.91% con alta y muy alta fragilidad)
con una presión muy baja. (el 82.6% de la superficie de la región ). Esto se debe
a que la presión que ejercen las actividades económicas esta muy concentrada en
las ciudades principales (4.1% de presión alta y muy alta) y en el sur de Sonora y
todo el litoral de Sinaloa. El resultado de un ordenamiento regional, se traduce a la
asignación de políticas básicamente para la protección (34.75%) y la conservación
(52.37%). El resto (12.84%) esta asignado para aprovechamiento, motivando que
se siga haciendo de la misma manera concentrada como ha sido hasta ahora.

Es importante recordar que la presión, además de los indicadores demográficos,


mide la proporción de uso actual y la tasa de cambio de uso de suelo entre 1993 y
2000; por esta razón es que el sur de Sonora y norte de Sinaloa aparecen con una
presión alta y muy alta, ya que la acuacultura se impulsó enormemente en estos
últimos años. Asimismo, por la manera en que se trataron las bases de datos, no
fue posible diferenciar el abandono de la agricultura del cambio de uso de suelo;
por lo que es importante resaltar que la presión en Ciudad Constitución, San
Quintín y en la Costa de Hermosillo (lugares donde la salinización del manto
freático ha provocado un abandono del campo) no significa lo mismo que una
presión media en otro sitios donde, por ejemplo, se ha transformado la vegetación
natural en campos agrícolas o ganaderos.

La presión potencial que ofrece el proyecto de escalera náutica a esta escala, es


la perforación del paisaje. Este es uno de los impactos más fuertes ya que implica
la necesidad de conectividad posterior. Es decir, si el proyecto sólo fuera náutico,
la conectividad sería por la vía costera-marina con una política de
aprovechamiento y conservación dominante que pudieran permitirlo pero, como el
proyecto presupone un crecimiento hotelero considerable (al menos en los dos
centros náuticos del 2006 y los 11 centros del 2014), la conectividad se
incrementaría vía terrestre restándole los beneficios ambientales que, al parecer,
ha causado el desarrollo concentrado, especialmente en Sonora y la península de
Baja California. Por otro lado, se incrementaría la presión en el 2014 en todos los
municipios de Baja California, Loreto, Cajeme, Navojoa, Ahome, Culiacán,
Mazatlán y Concordia, aumentando asimismo su vulnerabilidad. Para que esto no
suceda, resultó del ordenamiento, la asignación de políticas de conservación
dominante con política de aprovechamiento secundaria para poder ejercer más
control sobre las actividades de los proyectos sectoriales de gran magnitud.

Estrategias

Dada la alta fragilidad y baja presión y vulnerabilidad media y baja de la región, la


estrategia regional resulta en una política de conservación dominante, con
protección en las ya denominadas áreas protegidas y en algunas unidades,
especialmente marinas en el Pacífico, que no están protegidas oficialmente. La
política de aprovechamiento es dominante para los ecosistemas marinos y para
Sinaloa y esta rodeada de políticas de conservación dominante, por esta razón es
importante elaborar planes de manejo integrales que incorporen a todos los
sectores involucrados en la zona costera. Se sugiere la elaboración de una
estrategia ambiental para el Manejo de la Zona Costera de la región, que garantice
la aplicación y continuidad del ordenamiento regional. Esto es independiente de
los estudios de ordenamiento local se sugieren en lss UGAs donde hay proyectos
de Escalera Náutica.
Las políticas de ordenamiento propuestas se presentan para cada UGA en las seis
subregiones. Una ventaja de trabajar las políticas por las UGAs que se presentan,
es que los municipios de la Península de Baja California son enormes y, divididos
por cuencas, ofrecen una posibilidad de aplicación de las políticas del
ordenamiento, quizás más eficiente. Cuando una UGA tiene una política de
aprovechamiento dominante y esta rodeada de UGAs con conservación o
protección, se sugiere una estrategia de aprovechamiento con control y/o
restauración, según sea el caso. Sin embargo, esta estrategia con intensidades de
uso más particulares debería aplicarse en ordenamientos a escala local, ya que en
este ordenamiento regional, pareciera que no es operativo dado el gran tamaño y
diversidad de políticas secundarias propuestas para las UGAs.

Subregión: Vertiente Pacífico

I. Baja California Occidente

Consiste de siete UGAs donde sólo dos, las de Tijuana, tienen una política
dominante de aprovechamiento. Las dos tienen una política secundaria de
conservación y una de ellas tiene una política secundaria de protección. Esto es
básicamente por el índice de fragilidad ya que todavía los alrededores de las
ciudades de Tijuana y Rosarito poseen fragmentos de matorral rosetófilo costero
que tiene una gran cantidad de especies (muchas endémicas) en las laderas de
pendientes mayores a 300. Asimismo, en las UGAs de la subregión en la porción
norte, la política sugerida dominante es la conservación con dos políticas
secundarias que son protección y aprovechamiento. Esto es porque ahí están,
aunque cubren una superficie mínima con respecto al área de la UGA, los
poblados del Corredor Turístico Tijuana-Ensenada y hacia cuenca arriba, se
localiza la sierra Juárez con chaparrales y bosques protegidos oficialmente o con
una política sugerida por este trabajo de protección debido a las pendientes altas y
la riqueza de especies. La UGA de San Quintín tiene una política secundaria de
protección en la cuenca alta por la presencia de una ANP en la Sierra San Pedro
Mártir que proporciona el agua de riego que se usa en los campos agrícolas de
cuenca abajo. La porción de presión alta hacia el norte de San Quintín se debe al
incremento de la frontera agrícola en la zona costera de los últimos años.

El sur de la subregión corresponde totalmente a una ANP (El Valle de los Cirios)
por lo que toda ella tiene una política de protección. Además de que el mapa de
presión tienen una ausencia casi total de poblados y de transformación de la
vegetación natural y el mapa de fragilidad muestra unidades cartográficas con
fragilidad muy alta y media dada por la cantidad de especies reconocidas (y
abundancia de endemismos) en el matorral rosetófilo costero al norte y en el
matorral sarcocrassicaule al sur.

II. Baja California Sur Occidente

Esta subregión tiene una ANP en el norte por lo que una superficie considerable
es para protección y al sur en la sierra de La Laguna y las selvas de Los Cabos el
endemismo y las pendientes es significativo como para sugerir esta política de
protección. El resto de la subregión es de conservación-protección, con dos UGAs
con políticas secundaria de aprovechamiento básicamente por la presencia de
poblados turísticos en la costa y la agricultura en proceso de abandono en
Constitución. La fragilidad media de esta UGA se debe a que ocurre
preferentemente en pendientes bajas.

Subregión: Vertiente Mar de Cortés

III. Baja California Oriente

En esta subregión el Valle de Mexicali es para aprovechamiento ya que es una


zona urbana y agrícola con presión alta y muy alta y fragilidad baja dada por las
pendientes y los ecosistemas transformados. Se presentan UGAs de conservación
con fragilidades altas y muy altas y entre ellas hay una UGA de protección con dos
políticas secundarias dadas por las sierras y los matorrales ricos en especies de
flora y fauna, excepto en la zona de San Felipe en la costa, no hay poblados ni
cambio de uso de suelo notable a esta escala de trabajo, por lo que la presión es
muy baja. Asimismo, al sur de la subregión se encuentra El Valle de los Cirios una
ANP que sólo tiene una zona poblada en Bahía Vizcaíno que no ofrece presión
alguna a esta escala y que tiene una fragilidad muy alta, dada por los núcleos de
endemismo y las pendientes medias. La UGA que tiene una política secundaria de
conservación es porque no esta dentro del ANP y tiene una porción con fragilidad
media.

IV. Baja California Sur Oriente

Esta subregión, excepto por la zona de La Paz es de Protección dominante con


una política secundaria de conservación en el norte y sur y el resto es para
conservación con protección ya que su fragilidad es alta y muy alta debido a los
acantilados y a la poca transformación de los matorrales que también son ricos en
especies de flora y fauna. Hay UGAs donde los proyectos de Escalera Náutica
requieren de políticas de aprovechamiento con control muy estrictas.

V. Sonora

La subregión tiene dos UGAs que son de una ANP al norte (El Pinacate y desierto
de Altar) con dos políticas secundarias de conservación aprovechamiento por las
unidades que tienen agricultura y acuacultura. Una UGA con protección dominante
y onservación como política secundaria es hacia el sur en una zona donde los
matorrales sarcocaules y mezquitales ofrecen todavía una riqueza biótica
importante. Casi todo el norte de la subregión tiene UGAs con una política
dominante de Conservación con una secundaria de aprovechamiento que se da
por la fragilidad media y baja de las unidades con agricultura y la acuacultura en la
costa donde también se encuentran unidades con presión media y baja. Una
explicación a la alta fragilidad en la subregión es la gran cantidad de aves
migratorias registrada en los humedales de Sonora. Hay UGAs donde los
proyectos de Escalera Náutica requieren de políticas de aprovechamiento con
control muy estrictas.

VI. Sinaloa

Esta es la subregión con más UGAs con una política de aprovechamiento


dominante, aunque casi todas tienen dos políticas secundarias de conservación,
que pretenden conservar las selvas de la subregión. Se sugiere una política de
aprovechamiento con restauración en aquellas UGAs donde hay porciones de
fragilidad alta y una política de aprovechamiento con control en aquellas UGas
donde la fragilidad es media.

Arreglos Institucionales

! Se sugieren asociaciones de municipios que comparten políticas


ambientales, aunque no sean del mismo estado.

! Se sugiere implementar programas institucionales que motiven entre los


municipios un concepto de región, donde los efectos del desarrollo y la
conservación tienen diferentes implicaciones si son en la vertiente del
Pacífico que en la vertiente del Mar de Cortés.

! Dada la política de conservación dominante, los proyectos sectoriales como


el de la escalera náutica, deben incorporar elementos de pago a los
servicios ambientales de una manera considerable.

! Es importante elaborar propuestas institucionales que protejan las UGAs


con política de protección que todavía no son parte del Sistema Nacional de
Areas Protegidas.

! Dado que la porción marina tiene una política de aprovechamiento


dominante y esta rodeada de una porción terrestre con una política de
conservación dominantes, es urgente elaborar programas institucionales de
vigilancia, casi ausentes en la región.
600000 800000 1000000 1200000 1400000 1600000 1800000

BCN ORDENAMIENTO ECOLÓGICO REGIONAL


MAR DE CORTES
3600000 3600000

3400000 Sonora 3400000

Chihuahua
3200000 3200000

3000000 3000000

Ugas Marinas Sinaloa


Proteccion
Conservacion
Aprovechamiento
Ugas Terrestres
Aprovechamiento Durango
Aprovechamiento (Ppal)
2800000 Conservacion 2800000

Conservacion (Ppal)
Proteccion
Proteccion (Ppal)

Baja California Sur


2600000 2600000

600000 800000 1000000 1200000 1400000 1600000 1800000

60 0 60 120 Kilometers
600000 800000 1000000 1200000 1400000 1600000 1800000

ORDENAMIENTO ECOLÓGICO REGIONAL


BCN MAR DE CORTES
3600000
3600000

3400000 3400000

3200000
Sonora 3200000

Ugas Marinas
Proteccion
3000000 Conservacion 3000000

Aprovechamiento
Ugas Terrestres
Aprovechamiento
Aprovechamiento (Ppal)
Conservacion
Conservacion (Ppal)
Proteccion
2800000
2800000 Proteccion (Ppal)

2600000 2600000

600000 800000 1000000 1200000 1400000 1600000 1800000

60 0 60 120 Kilome
600000 800000 1000000 1200000 1400000 1600000 1800000

ORDENAMIENTO ECOLÓGICO REGIONAL


MAR DE CORTES
3600000 3600000

Chihuahua
3400000 3400000

Sinaloa
3200000 3200000

Durango

3000000 3000000

2800000
Baja California Sur 2800000
Ugas Marinas
Proteccion
Conservacion
Aprovechamiento
Ugas Terrestres
Aprovechamiento
Aprovechamiento (Ppal)
2600000
Conservacion 2600000
Conservacion (Ppal)
Proteccion
Proteccion (Ppal)

600000 800000 1000000 1200000 1400000 1600000 1800000

60 0 60 120 Kilometers
600000 800000 1000000 1200000 1400000 1600000 1800000

BCN ORDENAMIENTO ECOLÓGICO REGIONAL


MAR DE CORTES
3600000 3600000

Ugas Terrestres
Aprovechamiento
Aprovechamiento Conservacion
3400000 3400000
Aprovechamiento Conservacion Proteccion
Sonora Aprovechamiento Proteccion Conservacion
Conservacion
Conservacion Aprovechamiento
Conservacion Aprovechamiento Proteccion
Conservacion Proteccion
Conservacion Proteccion Aprovechamiento
Proteccion
3200000
3200000 Proteccion Conservacion
Proteccion Conservacion Aprovechamiento
Ugas Marinas
Chihuahua
Proteccion
Conservacion
Aprovechamiento

3000000 3000000

Sinaloa

2800000 2800000

2600000 2600000

600000 800000 1000000 1200000 1400000 1600000 1800000


600000 800000 1000000 1200000 1400000 1600000 1800000

ORDENAMIENTO ECOLÓGICO REGIONAL


BCN MAR DE CORTES
3600000
3600000

3400000 3400000
Ugas Terrestres
Aprovechamiento

Sonora
Aprovechamiento Conservacion
Aprovechamiento Conservacion Proteccion
Aprovechamiento Proteccion Conservacion
Conservacion
Conservacion Aprovechamiento
Conservacion Aprovechamiento Proteccion 3200000
3200000
Conservacion Proteccion
Conservacion Proteccion Aprovechamiento
Proteccion
Proteccion Conservacion
Proteccion Conservacion Aprovechamiento
Ugas Marinas
Proteccion
Conservacion
3000000
3000000 Aprovechamiento

2800000 2800000

Ch

2600000 2600000

600000 800000 1000000 1200000 1400000 1600000


Sinaloa
1800000
600000 800000 1000000 1200000 1400000 1600000 1800000

ORDENAMIENTO ECOLÓGICO REGIONAL


MAR DE CORTES
3600000 3600000

Chihuahua

3400000 3400000

Sinaloa

3200000 3200000

3000000 3000000

Ugas Terrestres
Aprovechamiento
Aprovechamiento Conservacion
Aprovechamiento Conservacion Proteccion
2800000 Aprovechamiento Proteccion Conservacion 2800000
Conservacion
Conservacion Aprovechamiento
Conservacion Aprovechamiento Proteccion
Conservacion Proteccion
Conservacion Proteccion Aprovechamiento
Proteccion
Proteccion Conservacion
2600000
Proteccion Conservacion Aprovechamiento 2600000
Ugas Marinas
Proteccion
Conservacion
Aprovechamiento
600000 800000 1000000 1200000 1400000 1600000 1800000

También podría gustarte