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Universidad Nacional San

Antonio Abad

Fiducia

FACULTAD: DERECHO Y
CIENCIAS SOCIALES

Asignatura: Derecho Romano

Docente: Dr.Miguel Angel Nieto


Mueriel
Integrantes:

Armas Olarte Liseth Daiana


Chullo Huamani Liroy Mijael
Mamani Huillca Cristian
Valverde Torre Yasmany

Semestre: 2018-I
Presentación

El presente trabajo constituye una información sobre el


tema “FIDUCIA” que es un aporte de la cultura Romana
para el conocimiento del mundo jurídico en especial de la
legislación peruana, que tiene como objetivo brindar
información a la comunidad estudiantil sobre este
importante tema que es fundamental para el aprendizaje
de nuestra carrera y para el desarrollo de nuestro
conocimiento a lo largo de la vida profesional. Esperando
que el tema estudiado sea eficaz y preciso en la
información para el estudiante.

GRACIAS
Dedicatoria
LA FIDUCIA

FIDUCIA (DERECHO ROMANO)

El contrato de fiducia es un contrato de buena fe, en cuya virtud una persona, fiduciante,
se obliga a transmitir y transmite a otra persona, fiduciaria, la propiedad de una cosa
mancipable a través de la in iure cessio o de la mancipatio. A partir de la adquisición del
dominio, el fiduciario se ve obligado a restituir la cosa a partir del cumplimiento de un
plazo o de una condición. Esta obligación restitutoria se debía contener en un pacto,
llamado pactum fiduciae concluido al efecto, que era añadido a la mancipatio. Se
encuentra protegido la actio fiduciae, de buena fe y de carácter infamante.

LA FIDUCIA EN LAS FUENTES ROMANAS

Gayo 2, 60: La garantía puede contraerse con derecho prenda a favor del acreedor, o
fiducia con un amigo, a fin de que nuestras cosas queden en su poder, cuando
efectivamente se ha contraído esta última, es evidente que la usureceptio procede
siempre; pero si se ha contraído con el acreedor, procede cuando se haya pagado el dinero;
si no se ha pagado, sólo procede si el deudor no la recibió del acreedor en arrendamiento
ni se la pidió para poseerla en precario; ahí corresponde la usucapión lucrativa.

CONCEPTO Y TIPOS

 Fiducia con el acreedor (fiducia cum creditore)

El fin de esta modalidad es garantizar un crédito. Así, mientras subsiste la obligación, el


acreedor mantiene la propiedad fiduciaria de la cosa; a su turno, una vez extinguida la
deuda, se hace exigible su obligación de restituir la propiedad. Como es lógico, el
acreedor se veía imposibilitado, en la práctica, de disponer de la cosa, puesto que de
hacerlo, se arriesgaba a incumplir su obligación si ésta se hacía exigible. Esta función de
garantía, la fiducia guarda muchas semejanzas con la prenda y la hipoteca romanas, salvo,
como se ha visto, por la transmisión de la propiedad. En este sentido, en el plano de las
garantías reales, la fiducia se encuentra en un extremo, en tanto que al otro se encuentra
la hipoteca. En un plano intermedio, se encuentra la prenda.
 Fiducia con un amigo (fiducia cum amico)

Esta modalidad podía atender a las más variadas finalidades. Aún más, se comprende
mejor a partir de un conocimiento más acabado de la idea de amistad prevaleciente en el
mundo romano, dotada de un estatuto moral muy severo. Así, se podía dar en fiducia a
un amigo aquellas cosas mancipables o mancipi que estuvieran expuestas a embargos,
confiscaciones o destrucción, dependiendo de las circunstancias. De este modo, el
fiduciante buscaría en el fiduciario un mayor grado de protección de los bienes, tanto
física como jurídica, de la que él mismo pudiera dar. Con todo, el desarrollo de contratos
como el depósito o el comodato, fueron ganando terreno a esta forma de fiducia hasta
hacerla desaparecer del horizonte del derecho romano tardoclásico.

LA ACTIO FIDUCIAE

Otto Lenel conjeturó la siguiente fórmula:

“Si paret Aulum Agerium Numerio Negidio fundum quod de agitur ob pecuniam debitam
fiduciae causa mancipio dedisse eamque pecuniam solutam eove nomine satisfactum esse
aut per Numerium Ngidium stetisse quo minus solveretur eumque fundm redditum non
esse negotiumve ita actum non esse, ut inter bonos bene agier oportet en sine fraudatione,
quanti ea res erit, tantam pecuniam condemnato, si non paret, absolvitur”

La fórmula prescribe al juez la evaluación de la conducta del demandado, el fiduciario, a


fin de determinar si se ha comportado de acuerdo a lo que "conviene observar, justamente
y sin defraudación, entre personas honestas". Ha sido esta referencia a la ausencia de
defraudación, la que da el carácter de buena fe a la acción.

Esta acción sirve, asimismo, al fiduciario, para exigir el reembolso de los gastos
realizados en la cosa. En opinión de Lenel, quien se basa en el texto de Ulpiano de D. 13,
7, 22 pr.-2, la actio fiduciae existió como directa y contraria.

Se ha discutido la existencia de dos acciones, una in ius y otra in factum, lo que ha sido
rechazado por un sector de la doctrina romanista.
FIDUCIA EN EL DERECHO ACTUAL

La fiducia es un contrato flexible, en el cual las cláusulas se pueden adaptar según la


conveniencia y necesidades de la persona que vaya adquirir este instrumento financiero.
Dentro del contrato fiduciario intervienen el fideicomitente (como la persona que
adquiere esta clase de contrato), un beneficiario (que puede ser el fideicomitente o un
tercero) y la sociedad fiduciaria o fiduciario.

Algunos términos relacionados con este concepto son:

 El fideicomitente: Es la persona natural o jurídica que encomienda uno o todos sus


bienes a la sociedad fiduciaria con una determinada finalidad.
 Persona Natural: tu, tu tía, tu prima, tu amigo, tu jefe, etc.
 Persona Jurídica: Una sociedad de las que conoces, Anónima, Limitada, etc.
 Beneficiario: El beneficiario es una persona que fue escogida por el fideicomitente
para que goce de los beneficios y de la finalidad del contrato de fiducia. Este
beneficiario puede ser una persona natural o jurídica, de naturaleza privada o pública,
nacional o extranjero.
 Fiduciario: Es la persona que recibe los bienes y se compromete a cuidarlos y
administrarlos según se hayan pactado en el contrato. Su principal función es cumplir
con la finalidad del contrato. Debe ser una persona capacitada y conocer muy los
temas para aconsejar y prestar la información correcta al momento de necesitarlo
Mediante la fiducia, le confías-transfieres algunos o todos los bienes a una sociedad
fiduciaria para que cumpla las Instrucciones que se dan en el contrato de fiducia.

Ejemplo

El señor Pérez, entrega la administración de su edificio el Nogal, a la Fiduciaria, mediante


un contrato de fiducia mercantil. La Fiduciaria será a partir de ese momento quien se
encargue de recibir los pagos de administración de los inquilinos del edificio y con este
dinero deberá pagar mensualmente los recibos de servicios públicos y todas las demás
obligaciones que estén a tu cargo.
CARACTERÍSTICAS
DE LA FIDUCIA

Una tarea para Una separación


Confianza Un Fiduciario
cumplir absoluta de bienes

Siempre debe hacer La asociación La fiduciaria debe


Que se deposita una finalidad que fiduciaria debe mantener una
en la fiduciaria y debe quedar muy siempre tener a separación total
la fiduciaria en la clara cuando la disposición de la entre su propio
persona que lo persona y la persona que solicita patrimonio y los
solicita sociedad Fiduciaria la fiducia, una bienes que se le
celebran el contrato persona, conocida entregan.
fiduciario. como fiduciario,
con un alto nivel de
profesionalidad

Figura 1. Características de la Fiducia.

ENCARGOS FIDUCIARIOS
Acto de confianza en virtud del cual una persona entrega a otra uno o más bienes
determinados con el propósito de que ésta cumpla con ellos una finalidad específica, bien
sea en beneficio del fideicomitente o de un tercero.

Ejemplo: El señor Pérez se encuentra fuera del país y desea comprar un edificio al señor
Ramírez. Para ello le solicita que se realice un contrato de encargo fiduciario en el cual
se autorice a la Fiduciaria a realizar el pago por valor del edificio en nombre del señor
Pérez, al señor Ramírez.
FIDEICOMISO

Un fideicomiso o fidecomiso1 (del latín fideicommissum, a su vez de fides, "fe", y


commissus, "comisión") es un contrato en virtud del cual una o más personas
(fideicomitente/s o fiduciante/s) transmiten bienes, cantidades de dinero o derechos,
presentes o futuros, de su propiedad a otra persona (fiduciaria, que puede ser una persona
física o jurídica) para que esta administre o invierta los bienes en beneficio propio o en
beneficio de un tercero, llamado beneficiario, y se transmita su propiedad, al
cumplimiento de un plazo o condición, al fideicomisario, que puede ser el fiduciante, el
beneficiario u otra persona.

Al momento de la creación del fideicomiso, ninguna de las partes es propietaria del bien
objeto del fideicomiso. El fideicomiso es, por tanto, un contrato por el cual una persona
destina ciertos bienes a un fin lícito determinado, encomendando la realización de ese fin
a una institución fiduciaria en todas las empresas.

Los bienes afectados al fideicomiso no corren el riesgo comercial del fiduciante (el que
transmite la propiedad de los bienes) ni del fiduciario (el propietario de los bienes
fideicomitidos luego del vencimiento del plazo del contrato), puesto que el patrimonio
que es objeto del fideicomiso no puede ser perseguido por los acreedores de ninguno de
ellos, ni afectado por la quiebra de ambos o de alguno de ellos.

HISTORIA DEL FIDEICOMISO

El origen del fideicomiso moderno se encuentra en la fiducia o fidecommissum del


Derecho romano, una institución creada en el marco del derecho sucesorio y al amparo
de una pieza clave del modelo, la relación de confianza. Así, el fideicomitente encargaba
al fiduciario la entrega de un patrimonio hereditario concreto a una persona, esto es, al
fideicomisario. Para constituir un fideicomiso no existió, en principio, requisito alguno
de forma: bastaba la voluntad del fideicomitente y la aceptación del fiduciario. Si la
relación de confianza se quebraba, el fideicomitente podía revocar el fideicomiso en
cualquier momento. Como inconveniente, si el fiduciario hacía mal uso sobre el
patrimonio, resultaba muy difícil a las partes reclamar. Con la llegada del Imperio, se
trató de solventar este último problema creando una jurisdicción especial de pretores
fideicomisarios encargados de velar por el cumplimiento preciso de la voluntad de los
fideicomitentes. Con el tiempo, la figura del fideicomiso decayó y prácticamente se
asimiló a los legados, aunque los fideicomisos siguieron ajenos al testamento, mientras
que el legado debía constar en él.

FIDEICOMISO EN LA ACTUALIDAD

Un fideicomiso es un contrato por el cual una persona (el fiduciante) transfiere a título de
confianza a otra persona (el fiduciario) uno o más bienes, que pasan a formar el
patrimonio fideicomitido, para que al vencimiento de un plazo o al cumplimiento de una
condición, éste transmita la finalidad o el resultado establecido por el primero, a su favor
o a favor de un tercero llamado beneficiario o fideicomisario.

El fideicomiso se puede constituir por contrato o testamento.

El plazo o condición a que se sujeta el dominio fiduciario no puede ser superior a 30 años,
salvo que el beneficiario fuere un incapaz, en cuyo caso puede durar hasta su muerte o
hasta la cesación de su incapacidad.

Los bienes afectados al fideicomiso no corren el riesgo comercial del fiduciante (el que
transmite la propiedad de los bienes) ni del fiduciario (el propietario de los bienes
fideicomitidos luego del vencimiento del plazo del contrato), puesto que el patrimonio
que es objeto del fideicomiso no puede ser perseguido por los acreedores de ninguno de
ellos, ni afectado por la quiebra de ambos o de alguno de ellos.

Ejemplo

El dueño del terreno aporta su terreno, el arquitecto aporta el proyecto, y un inversor


aporta el dinero para construir un edificio. (El dueño del terreno, el arquitecto y el
inversor son los fiduciantes). El fiduciario designado administra la obra. Contrata a una
empresa constructora y hace el edificio. Luego procede a la venta de los departamentos
resultantes. El contrato de fideicomiso establece que los fiduciantes son a la vez
beneficiarios, recibiendo, por ejemplo el dueño del terreno el 10%, el arquitecto el 10%
y el inversor el 80% del remanente de bienes una vez liquidado el fideicomiso.
CÓMO Y PARA QUÉ SIRVE EL FIDEICOMISO

El fideicomiso sirve de marco y sustento jurídico para la asignación de beneficios


económicos derivados de la propiedad de ciertos bienes, conforme a la voluntad de su
dueño y con efectos hacia el futuro. Es un modo de disposición de la propiedad que "ata"
los bienes a un destino determinado, en interés de personas distintas de aquella que recibe
la propiedad. Su interés práctico deriva precisamente de tres atributos: Los bienes en
cuestión son enajenados por su dueño, quien los transfiere "a título fiduciario". No es lo
mismo que la transmisión de la propiedad a título oneroso o gratuito, pero se trata de un
acto de disposición del titular. La transferencia "a título fiduciario" rodea a los bienes de
inmunidad respecto de los acreedores de quien los recibe, así como de los acreedores del
dueño original y de los destinatarios finales de los bienes. Los bienes quedan amparados
por un régimen de administración conforme a su naturaleza y al destino previsto. El
fideicomiso sirve para instrumentar donaciones en vida del instituyente y también para
establecer disposiciones de última voluntad o a instituciones de beneficencia y entidades
de bien público que aprovechan el beneficio para su objeto específico. El fideicomiso
sirve para articular las relaciones de índole comercial que deseen crear entre sí, el dueño
original de los bienes y sus contrapartes en un negocio, el fideicomiso cobija con igual
facilidad tanto operaciones individuales promovidas por empresas constructoras de
edificios y viviendas, como grandes fondos de inversión con multitud de participantes. El
contrato de fideicomiso puede ser esquematizado como un triángulo equilátero donde la
base es la relación entre el dueño de los bienes (fiduciante) y las personas a las cuales ha
elegido como destinatarias de los mismos (beneficiarios).

PARTES

Técnicamente, el contrato de fideicomiso se da entre dos partes (llamadas partes stricto


sensu): 'fideicomitente/fiduciante' - 'fideicomitido/fiduciario'; aunque la relación
fiduciaria se da entre cuatro sujetos: los antes mencionados más el beneficiario (que puede
o no existir) y el fideicomisario. El fiduciante decide disponer de ellos a favor de un
fiduciario, para cumplir un fin determinado, el primer paso generalmente es dado por el
fiduciante, quien busca o elige un fiduciario en vista a pactar con él las condiciones de un
acuerdo que puede tener extensas proyecciones en el tiempo. El rol del fiduciante, como
impulsor de los actos que han de llevar a la constitución del fideicomiso, consiste en:
 La designación del fiduciario, en virtud de la confianza que se deposita en él

 La decisión de desposeerse de ciertos bienes de su propiedad y transferirlos al


fiduciario

 La especificación de los fines para los cuales es instituido el fideicomiso y, en


particular, el nombramiento de los beneficiarios en interés de quienes habrá de
actuar el fiduciario.

El fiduciante o fideicomitente es la parte que transfiere a otros bienes determinados,


es el promotor e impulsor del fideicomiso y aporta la dotación de bienes que le
confieren sustancia. Tiene que poseer el dominio pleno de los bienes dados en
fideicomiso.

El fiduciario es la parte a quien se transfieren los bienes, y que está obligada a


administrarlos con la prudencia y diligencia propias del buen hombre de negocios
(administrar lo ajeno como propio), que actúa sobre la base de la confianza depositada
en él. Puede ser cualquier persona física o jurídica. En México el Fiduciario debe ser
una persona moral autorizada para ser Fiduciaria en los términos de la Ley de
Instituciones de Crédito dictada en 1932. Es importante destacar la presencia de entes
de existencia ideal, generalmente organizados como sociedades anónimas, que se
dedican a la tarea de fiduciarios con carácter profesional, cuentan con personal
capacitado, sistemas administrativos, resguardos de confidencialidad y mecanismos de
control interno que les permiten asumir la tarea del fiduciario en múltiples casos
simultáneamente y por periodos de extensa duración.

El beneficiario es la persona en cuyo beneficio se ha instituido el fideicomiso (puede


o no existir), sin ser el destinatario final de los bienes. Pueden ser una o varias personas
físicas o jurídicas. El concepto de "determinabilidad" de los beneficiarios es
suficientemente elástico como para servir los propósitos del fiduciante, aun si los
objetivos del contrato abarcan un grupo o una clase de personas. La aceptación del
beneficiario se explica porque nadie está obligado a conformar una situación jurídica
contra su voluntad; la aceptación del beneficiario es el elemento que cierra el circuito
del fideicomiso entre aquel y el fiduciario, a tenor de las disposiciones del fiduciante.
El fideicomisario es el destinatario final o natural de los bienes fideicomitidos.
Normalmente, el beneficiario y el fideicomisario son una misma persona. Pero puede
ocurrir que no sea la misma persona, puede ser un tercero o el propio fiduciante.

TIPOS DE FIDEICOMISO

 Fideicomisos para encargos específicos: para un contrato específico

 Fideicomisos de fomento: para el fomento de la garantía

 Fidecomisos en que los fideicomisarios no están específicamente designados: sino


que son grupos sociales en los que el Estado cree tener el deber de intervenir para
resolver problemas de desarrollo.

 Fideicomisos de Caridad

 Los fideicomisos en que los fideicomisarios son otras entidades del gobierno
federal.

 Fideicomisos en los que los fideicomisarios es el propio fideicomitente

TERMINACIÓN DEL FIDEICOMISO

Una considera la realización de sus objetivos al vencimiento del plazo o al cumplirse la


condición según el contrato. La otra enfrenta la disolución anticipada por obra de las
circunstancias, lo cual puede significar la frustración de dichos objetivos.

Producido el hecho que configuraba la condición, trascurrido el tiempo previsto, el


fideicomiso ha servido a los propósitos de las partes y debe entrar en liquidación.

 Liquidación del fideicomiso: consistirá en realizar aquellos bienes que cubran los
desembolsos previstos del modo más ventajoso posible.

 Entrega de los Bienes: conforme al contrato de fideicomiso, después de


transcurrido cierto tiempo o cumplida una condición, el titular del dominio
fiduciario ha de "entregar la cosa a quien corresponda".
CONCEPTO LEGAL

Siguiendo la doctrina del doctor Lacruz Verdejo:

"Entre nosotros, la doctrina es dominante y define la sustitución fideicomisaria repitiendo


la letra del art. 781 CC español, como aquella 'en cuya virtud el testador encarga al
heredero que conserve y transmita a un tercero el todo o la parte de la herencia.'"

Mas el citado texto comete la impropiedad de hablar de encargo cuando se trata de un


gravamen impuesto al fiduciario de modo absoluto, y también emplea inexactamente la
expresión transmitir, porque el fiduciario no transmite los bienes al fideicomisario, sino
que es la misma ley la que resuelve la titularidad y la atribuye automáticamente al segundo
heredero, y queda al primero (o a sus sucesores) el deber de entregar materialmente bienes
que pertenecen ya a otra persona, al menos en la mayor parte de los casos.

Estas impropiedades del artículo 781 son recuerdo de un instituto romano que se halla en
el origen de la sustitución: el fideicomiso, encargo que hace un testador al nombrado
heredero de que entregue enseguida la herencia a un tercero, que no es llamado como
sucesor pero que va a recibir el beneficio. El heredero (fiduciario) es una especie de
pantalla o monitor, un simple intermediario entre el causante y aquel a quien favorece
realmente la libertad (fideicomisario).

Fideicomiso Mercantil: El fideicomitente transmite una institución fiduciaria a la


propiedad o la titularidad de uno o más bienes o derechos según sea el caso para ser
destinados a fines lícitos y determinados encomendados la creación de dichos fines a la
propia institución fiduciaria.

VENTAJAS DEL FIDEICOMISO

 El fideicomiso es una garantía exclusiva, no se comparte con otros acreedores.

 Considerando que el patrimonio no responde por las deudas del fideicomitente,


fideicomisario o fiduciario, el patrimonio es inembargable y se encuentra fuera de
la masa concursal.

 Es una herramienta flexible, la cual permite tener diferentes tipos de bienes


(terrenos, derechos de cobro, flujos dinerarios, equipos, acciones, entre otros) y
cumplir con múltiples encargos. Cada contrato se estructura a la medida de las
necesidades de las partes.

 Facilita el acceso al crédito, ya que con el fideicomiso se mitigan riesgos en la


operación y en una eventual ejecución.

 La ejecución no requiere de un proceso judicial, por lo tanto, la recuperación de


financiamientos es más rápida y eficaz.

 El fideicomiso no entorpece los procesos operativos del fideicomitente.

 Es una estructura tributariamente neutra.

 Es una figura sólida, lo cual se demuestra con los siguientes ejemplos:

o Levantamiento de embargos sobre patrimonios en fideicomiso.

o Reconocimiento de Indecopi sobre la exclusión de la masa concursal de


los bienes que conforman un fideicomiso.

o Resoluciones de SUNAT reconociendo inembargabilidad de fondos en


fideicomisos.

o Defensa exitosa contra demandas de nulidad de fideicomiso.

EL FIDEICOMISO EN EL PERÚ.

Antecedentes

Hablar de los antecedentes del fideicomiso en el Perú es remontarnos a enero del año
1931, fecha en la que llegó a nuestro país la misión Kemmerer, liderada por el economista
norteamericano Edwin Walter Kemmerer, la cual contribuyó con el marco institucional
para la estabilidad financiera de nuestro país, y de países como Bolivia, Chile, Colombia,
Ecuador Costa Rica, México y Venezuela. Fue la misión Kemmerer la que recomendó la
creación de un banco central con la facultad exclusiva de emitir moneda y una oficina a
cargo de supervisar a los bancos comerciales50. Estos países conformaron el llamado
Modelo Pacífico, en contraposición al Modelo Atlántico adoptado por Argentina, Brasil,
Uruguay, países en los cuales el banco central también funge de supervisor de los bancos
comerciales.

Autoridades de supervisión de bancos, seguros y


valores 51

Bancos Seguros Valores

Argentina BC S R

Brasil BC S R

Chile B SVS SVS

Colombia B B B

Costa Rica B S R

México B S BC

Perú B B R

Uruguay BC BC BC

BC: Banco Central, B: Autoridad bancaria, S:


Supervisor de seguros, R: Regulador de Valores;
SVS: Supervisor de Valores y Seguros

El cuadro muestra la estructura actual de las autoridades de supervisión bancaria, seguros


y valores de algunos países latinoamericanos. Como se puede apreciar del cuadro, en
cuanto a la supervisión de bancos hay una marcada diferencia entre la estructura adoptada
por Perú, Chile, Colombia, Costa Rica, México, cuya supervisión está a cargo de una
autoridad bancaria, en clara muestra de la influencia de la Misión Kemmerer (en el caso
del Perú a cargo de la Superintendencia de Banca, Seguros y Administradora Privada de
Pensiones), y la adoptada por Argentina, Brasil y Uruguay, con un Banco Central
encargado de la estabilidad monetaria pero además de la supervisión de la banca
comercial.
En lo que respecta al Perú, como consecuencia inmediata de las recomendaciones de la
misión Kemmerer se aprobó la Ley Monetaria y la Ley del Banco Central de Reserva y
el 23 de mayo de 1931 se promulgó la Primera Ley de Bancos (Decreto Ley N° 7159)52,
la misma que reguló a las denominadas “funciones de confianza” como el antecedente
legal de la figura del fideicomiso actual. Veamos la evolución histórica de las normas
financieras que regularon el fideicomiso:

EL DECRETO LEY N° 7159 Y LAS “FUNCIONES DE


CONFIANZA”
Este Decreto Ley fue promulgado por recomendación de la misión Kemmerer, la cual
aconsejó al gobierno peruano la regulación de las funciones de confianza53, proponiendo
que sean función privativa de los bancos bajo control del estado, ya que “el empleo de
(…) encierra muchos peligros (…) En cambio el banco, siendo compañía, constituye una
entidad contínua, por lo general bien administrada y de responsabilidad”.

Las comisiones de confianza constituyen el antecedente más remoto del fideicomiso en


nuestro país, pero al mismo tiempo, es la misión Kemmerer la que traza el sistema cerrado
que se mantiene hasta hoy, ya que las comisiones de confianza sólo podían ser llevadas a
cabo por los bancos, quienes pueden asegurar una operatividad contínua y pueden contar
con mayor respaldo para cumplir con sus obligaciones frente a sus terceros contratantes.

En efecto, a través del artículo 89 de dicho dispositivo legal se estableció que el


Superintendente de Bancos estaba facultado para otorgar autorización a cualquier banco
para que realicen la labor de depositario, apoderado o administrador de bienes ajenos, así
como las demás “funciones de confianza” asignadas o autorizadas por la ley. De esta
manera se monopolizó el mercado de las comisiones de confianza (y posteriormente del
mercado fiduciario) a los bancos, impidiendo que cualquier persona natural o jurídica que
no se encuentre debidamente autorizada por el Superintendente de Bancos pueda ejercer
dicho cargo.

Dicha norma regulaba que la autorización sólo podía otorgarse previo cumplimiento del
depósito de garantía, consistente en valores de primera clase que devenguen intereses, por
la suma de S/ 200,000 al precio de plaza de dichos valores54. La exigencia de un fondo
de reserva denotaba no solo la relevancia que podían adquirir las comisiones de confianza,
sino sobre todo el riesgo inherente al que se podían encontrar expuestas las personas que
confiaran en los bancos determinados encargos. En vista de significar un riesgo distinto
al riesgo crediticio y de mercado existentes en las operaciones ordinarias realizadas por
los bancos, se exigía una autorización separada con un requisito especial (el depósito de
garantía) para cubrir los eventuales incumplimientos de la banca en la administración de
estos patrimonios.

El depósito de garantía establecido a favor de la Superintendencia, le permitía a ésta


institución un control directo y eficaz, reduciendo el riesgo inicial, lo cual queda en
evidencia cuando la norma permitía al Superintendente hacer efectiva las garantías. El
depósito se mantenía hasta la cancelación de la autorización y después de asegurarse que
los intereses del público quedaran totalmente “resguardados”. Pero no sólo eso, el mismo
artículo 91 establecía que en caso que el depósito se tornaba insuficiente en razón del
aumento de las comisiones de confianza, se podía requerir el depósito de garantías
adicionales.

EL DECRETO LEY N° 637 Y LAS “COMISIONES DE


CONFIANZA”.
Esta Ley fue dada en el año 1991 y derogó al Decreto Ley N° 7159, refiriéndose
textualmente por primera vez al fideicomitente y a los fideicomisos en general. Esta
norma tuvo muy poca incidencia en nuestra normatividad, tuvo tantos errores que se
publicaron 75 rectificaciones.

DEL DECRETO LEGISLATIVO N° 770 Y LOS


“FIDEICOMISOS”
Esta norma reguló por primera vez el fideicomiso en el Perú, siendo promulgada en el
año 1993. Su artículo 314 conceptúa al fideicomiso como la “relación jurídica por la
cual una persona, llamada fideicomitente, transfiere uno o más bienes a otra persona,
llamada fiduciario, quien se obliga a utilizarlos en favor de aquél, o de un tercero
llamado fideicomisario”. Nótese que para esta norma existía una transferencia de
propiedad a favor del fiduciario.

De acuerdo con su artículo 316, sólo los bancos podían ejercer la función de fiduciario,
quien se encontraba obligado a cumplir la finalidad del fideicomiso según el instrumento
constitutivo, conservado el fideicomitente y sus causahabientes un derecho de crédito
personal contra el banco fiduciario, suprimiendo de esta forma la exigencia del depósito
en garantía requerido a las empresas bancarias.

EL FIDEICOMISO EN LA ACTUALIDAD
Actualmente, existen dos clases de fideicomisos en el Perú: el fideicomiso bancarios, que
denominaremos así por estar regulado por la Ley General del Sistema Financiero y del
Sistema de Seguros y Orgánica de la Superintendencia de Banca y Seguros (Ley N°
26072) y el fideicomiso de titulización, regulado por la Ley del Mercado de Valores, Ley
N° 861. La presente tesis, así como la hipótesis y su planteamiento, giran en torno a la
regulación del fideicomiso bancario.
BIBLIOGRAFIA

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Dykinson, 1999) 630 ss.

 LENEL, Otto, Das edictum perpetuum (Leipzig, 1927; reimp. Aalen: Scientia,
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 TALAMANCA, Mario, Istituzioni di Diritto romano (Milano: Giuffrè, 1990),


477 ss.

 ESPINOSA ESPINOSA, Juan. Derecho de la Responsabilidad Civil, Segunda


Edición
 GOMEZ DE LA SERNA, Pedro. Curso exegético del derecho romano comparado
con el Español, Madrid, Ed. Librería Sánchez, Quinta Edición, 1874. actualizada
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 ESCOBAR ROZAS, Freddy en Tradiciones, transplantes e ineficiencias: el caso
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 Ley 24.441 de la legislación argentina
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 Ley del Mercado de Valores (México)
 Ley de Instituciones de Crédito (México)
 Colcombet, E. El arte de invertir.

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