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La mayoría de los numerosos artículos que han detallado las causas del
colapso de las torres del World Trade Center del 11 de septiembre de 2001
brindó explicaciones cualitativas. Sin embargo, los análisis cuantitativos
demuestran que algunas conclusiones de uso común son incorrectas. Por
ejemplo, el acero no pudo haberse derretido en esas llamas y hubo más
daños estructurales que apenas la ablandamiento del acero en altas
temperaturas. A continuación se presentan una serie de pautas a mejorar
en futuras estructuras.
INTRODUCCIÓN
El colapso de las torres gemelas del World Trade Center (WTC) el 11 de
septiembre de 2001 fue tan repentino como dramático. La destrucción total
de unos edificios tan imponentes conmocionó a todo el mundo.
Inmediatamente luego del incidente y aún hoy en día ha habido
especulaciones al respecto: que los edificios eran estructuralmente
deficientes, que las columnas de acero se derritieron, o que el equipo de
control de incendios no funcionó. Para separar los hechos de la ficción,
hemos intentamos cuantificar varios detalles del colapso.
Cada evento será discutido por separado, pero en principio es útil revisar el
diseño general de las torres.
EL DISEÑO
Las torres fueron diseñadas y construidas a mediados de la década del
sesenta hasta cerca del inicio de la década del setenta. Representaban un
nuevo enfoque de rascacielos ya que serían bastante livianas e incluirían
métodos de construcción modular con el objetivo de acelerar el programa y
reducir los costos.
Para lograr que cada torre sea capaz de soportar esta carga de viento, los
arquitectos eligieron un diseño de “tubo perimetral” liviano que consistía
en 244 columnas de acero de sección cuadrada de 36 cm de lado en centros
de 100 cm (ver Imagen 3). Esto permitió tener ventanas de más de medio
metro de ancho. Dentro de este tubo exterior había un núcleo de 27 x 40 m
diseñado para soportar el peso de la torre. Este tubo contenía los
ascensores, las escaleras, los tubos de cableados y las tuberías de servicios.
En cada piso, vigas en celosía de 80 cm de alto conectaban al núcleo con el
perímetro. Sobre estas vigas prensadas se dispusieron losas de concreto
para formar el suelo. En base, el edificio era una construcción con forma de
caja de huevo que estaba compuesto por 95% de aire aproximadamente, lo
que explica porqué los escombros que quedaron luego del colapso eran de
solo unos pocos pisos de alto.
El único componente de metal del avión que era comparable en fuerza con
las columnas perimetrales del WTC era la viga estabilizadora al final del
fuselaje. Si bien el impacto del avión sin dudas destruyó varias columnas
de la pared perimetral del WTC, el número de columnas perdidas en el
primer impacto no fue amplio y las cargas cayeron sobre las columnas
restantes en esta estructura tan redundante. Igual o más significativa en el
primer impacto fue la explosión que se desató luego de que se incendiaran
los 340 687 l (aproximados) de combustible para avión, que comprendían
cerca de 1/3 del peso del avión. El incendio resultante fue claramente la
causa principal del colapso (Imagen 4).
EL INCENDIO
El incendio es lo más malinterpretado del colapso del WTC. Incluso hoy
en día, los medios sostienen (y muchos científicos creen) que el acero se
derritió. Se sostiene que el combustible para avión llega a altas
temperaturas, especialmente con tanto combustible presente. Esto no es
cierto.
Parte del problema es que la gente (inclusive los ingenieros) muchas veces
confunden temperatura y calor. Si bien están relacionados, no son lo
mismo. Termodinámicamente, el calor contenido en un material está
relacionado con la temperatura a través de la capacidad calorífica y la
densidad (o masa). La temperatura se define como una propiedad
intensiva, lo que significa que no varía de acuerdo con la cantidad de
material, mientras que el calor es una propiedad extensiva que sí varía de
acuerdo con la cantidad de material. Una manera de ver la diferencia entre
temperatura y calor es observar que si a una llama se le agrega más leña, no
resulta el doble de temperatura, ésta permanece más o menos igual, pero sí
se obtiene el doble del tamaño del fuego o de la cantidad de tiempo que se
mantiene encendido, o de la combinación de ambos sucesos. Por lo tanto, el
hecho de que había 340 687 l de combustible para avión en unos pocos
pisos de las torres del WTC no significa que el fuego era
extraordinariamente caliente. La temperatura del fuego del WTC no era
inusual y definitivamente no era para nada capaz de derretir acero.
Sin embargo, es muy difícil alcanzar esta temperatura máxima con una
llama difusa. No hay nada que asegure que el combustible y el aire de una
llama difusa se mezclen en la mejor proporción. En general, las llamas
difusas son ricas en combustible, lo que significa que el exceso de
moléculas de combustible, que quedan sin quemarse, también debe ser
calentado. Es sabido que la mayoría de de llamas difusas son ricas en
combustible porque, por ejemplo, al soplar un fogón o usar un fuelle de
herrero el rango de combustión incrementa ya que se le está agregando más
oxígeno. Esta llama difusa rica en combustible puede disminuir de
temperatura por hasta uno de dos factores nuevamente. Esta es la razón por
la cual las temperaturas en los incendios residenciales están generalmente
entre los 500 ºC y los 650 ºC. Se sabe que las llamas del incendio del WTC
eran del tipo difusas y ricas en combustible, así lo demostró el copioso
humo negro. El hollín se genera por el combustible que no es quemado
completamente, por ende, el fuego del WTC era rico en combustible, lo que
no sorprende con 340 687 l de combustible disponible. Factores como el
volumen de las llamas y la cantidad de hollín disminuyen la pérdida de
calor por radiación en el fuego, acercando la temperatura al máximo de
1000 ºC. Sin embargo, es muy poco probable que el acero del WTC haya
experimentado temperaturas por encima de los 750 u 800 ºC. Los informes
que afirman que el acero se derritió a 1500 ºC están, en el mejor de los
casos, utilizando terminología imprecisa.
EL COLAPSO
Casi todos los edificios grandes poseen un diseño redundante que permite
la pérdida de un miembro de la estructura principal, como una columna.
Sin embargo, si fallan varios miembros, el desplazamiento de las cargas
ejercen un sobrepeso sobre los miembros adyacentes y el colapso se da con
un efecto dominó.