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Lo complejo del Módulo Complejo: aspectos

matemáticos

Paul Garnica Anguas


Instituto Mexicano del Transporte

Introducción

La aparición de la clasificación de asfaltos basada en desempeño, denotada PG por sus


siglas en inglés Performance Grade, ha introducido nuevos conceptos y propiedades para
el ingeniero civil que está involucrado en el proyecto, diseño, construcción y conservación
de carreteras. En particular, aparecieron los términos módulo complejo y ángulo de fase de
un asfalto, como características esenciales para asegurar una adecuada resistencia a las
deformaciones permanentes y al agrietamiento por fatiga en la carpeta asfáltica de un
pavimento sujeto al paso repetido del tránsito vehicular.

Es muy conveniente por ello profundizar en el concepto de módulo complejo, para lograr
un mejor entendimiento de lo que ese parámetro significa y valorar todo su potencial para
seleccionar y evaluar asfaltos convencionales y modificados, que puedan contribuir a una
mayor durabilidad de nuestros pavimentos.

En este artículo se abordan los aspectos matemáticos básicos que originan el adjetivo
complejo, y en artículos posteriores se discutirán aspectos reológicos y experimentales.

Sobre los números complejos

El lector recordará que en los primeros años de nuestra educación básica se nos enseña
sobre la existencia de los números. Se nos habla de números naturales, positivos, negativos,
racionales, irracionales y trascendentes que, agrupados, forman el conjunto de los números
reales. Lo que quizás no siempre se nos dice, o tendemos a olvidar, es que los números
reales se denominan así para diferenciarlos de otra clase de números que parecen ser
irreales, imposibles, como lo puede ser la raíz cuadrada de un número negativo.

Tomemos por ejemplo la ecuación algebraica 𝑥 2 − 1 = 0, que tiene la solución 𝑥 = ±1, y


que pertenece al conjunto de los números reales. Sin embargo, en la ecuación 𝑥 2 + 1 = 0 la
solución aparente es √−1, que es la raíz de un número negativo y por lo tanto no existe, es
completamente irreal, al menos en una primera impresión.
En una ecuación cuadrática del tipo 𝑎𝑥 2 + 𝑏𝑥 + 𝑐 = 0, la solución está dada por la famosa
−𝑏±√𝑏 2 −4𝑎𝑐
expresión 𝑥 = y según los valores de los coeficientes puede que las raíces que
2𝑎
satisfagan la ecuación sean reales o no lo sean. En la ecuación 𝑥 2 + 𝑥 − 2 = 0 las raíces
son los números reales 1 y -2, pero en la ecuación 𝑥 2 − 2𝑥 + 2 = 0 la solución pasa por
√−4
el cálculo de la expresión 1 ± , que necesita el cálculo de la raíz cuadrada de un número
2
negativo.

El problema de las raíces de un número negativo acompañó toda la historia de las


matemáticas entre los siglos XVI y XIX. René Descartes (Francia, 1596-1650) bautizó a
estos nuevos números como imaginarios. Fue Leonhard Euler (Suiza 1707-1783) quién
utilizó primero la notación de la unidad imaginaria 𝒊 = √−𝟏 , con la cual la solución de la
ecuación 𝑥 2 + 1 = 0 se puede expresar como 𝑥 = 𝑖, y las raíces de 𝑥 2 − 2𝑥 + 2 = 0
como 1 ± 𝑖 .

Finalmente el gran matemático alemán Carl Friedrich Gauss (Alemania, 1777-1856)


introdujo el término número complejo y le dio todo el formalismo al cálculo de variable
compleja que se utiliza hoy.

Un número complejo 𝒛 se expresa como 𝒛 = 𝒂 + 𝒃𝒊, donde a y b son números reales, e i es


la unidad imaginaria. Todo número complejo es un par ordenado de números reales (a,b).
Así entonces, el conjunto de los números reales se transformó en un subconjunto del
conjunto mayor de los números complejos. Como todo par ordenado, un número complejo
z=a+bi se puede representar como un punto en el plano complejo (ver Figura 1), en el que
el eje de las abscisas representa su parte real, denotada Re(z), y el eje de las ordenadas
representa su parte imaginaria, denotada Im(z).

Figura 1. Representación de z en el plano complejo.


Como se puede apreciar de la Figura 1, la interpretación de z en el plano complejo se puede
hacer en forma vectorial. Podemos notar sin dificultad que 𝑟 = √(𝑎2 + 𝑏 2 ), 𝑎 = 𝑟𝑐𝑜𝑠(𝜃),
𝑏 = 𝑟𝑠𝑒𝑛(𝜃) y que, por lo tanto, 𝑧 = 𝑟(𝑐𝑜𝑠𝜃 + 𝑖 𝑠𝑒𝑛𝜃).

Adicionalmente, Euler demostró su famosa relación 𝑒 𝑖𝜃 = 𝑐𝑜𝑠𝜃 + 𝑖 𝑠𝑒𝑛𝜃, con lo que un


número complejo z se puede expresar, en lo que se denomina su forma polar, como 𝒛 =
𝒓𝒆𝒊𝜽 . De esa relación de Euler, tomando el caso particular de 𝜃 = 𝜋, resulta que 𝒆𝒊𝝅 −
𝟏 = 𝟎, que relaciona los 5 números más famosos de la historia, sólo faltaría el infinito, ∞.
Aunque de de la unidad imaginaria i, Gauss diría que “la verdad metafísica de √−1 es
elusiva”.

Los números complejos han encontrado aplicación en todos los campos de las
matemáticas, en muchos de la física, notoriamente en la mecánica cuántica, y en ingeniería,
especialmente en la electrónica y las telecomunicaciones, por su utilidad para representar
las ondas electromagnéticas y la corriente eléctrica.

Aplicación a la solución de ecuaciones diferenciales

Una aplicación muy frecuente de los números complejos es dentro del análisis de
vibraciones. Por ejemplo, la Figura muestra un esquema simplificado de un sistema de
primer orden sujeto a una solicitación armónica.

Figura 2. Esquema de un sistema de primer orden sujeto a una solicitación externa.

La rigidez del sistema se representa a través de la constante k del resorte, y el


amortiguamiento a través de la constante c del amortiguador. La ecuación diferencial
ordinaria que expresa el movimiento de tal sistema es la siguiente:

𝑐𝑥̇ (𝑡) + 𝑘𝑥(𝑡) = 𝐹(𝑡) (1)


En esta ecuación 𝑥̇ es la derivada del desplazamiento x con respecto al tiempo y es por lo
tanto la velocidad del sistema. Si consideramos la solicitación como una función armónica
del tipo 𝐹(𝑡) = 𝑘𝐴𝑐𝑜𝑠(𝜔𝑡), donde A es su amplitud y la frecuencia es 𝜔, la ecuación (1)
se puede reescribir como:

𝑥̇ (𝑡) + 𝑎𝑥(𝑡) = 𝐴𝑎 𝑐𝑜𝑠(𝜔𝑡) (2)

Donde hemos introducido por facilidad de escritura la constante 𝑎 = 𝑘⁄𝑐 = 1⁄𝜏, donde a
𝜏 se le denomina constante tiempo. Utilizando números y variables complejos, la ecuación
(2) se transforma en:

𝑥̇ (𝑡) + 𝑎𝑥(𝑡) = 𝐴𝑎 𝑒 𝑖𝜔𝑡 (3)

Donde de acuerdo con la relación de Euler 𝑒 𝑖𝜔𝑡 = cos(𝜔𝑡) + 𝑖 𝑠𝑒𝑛(𝜔𝑡). Con esta
definición, si usamos la parte real de 𝑒 𝑖𝜔𝑡 la solicitación se define por cos(𝜔𝑡), y si usamos
la parte imaginaria de 𝑒 𝑖𝜔𝑡 la solicitación se definiría con sen(𝜔𝑡). La escritura de la
ecuación (3) es por ello muy flexible y de gran aceptación.

Ahora bien, como la solicitación es armónica, seguramente la respuesta en términos de 𝑥(𝑡)


también lo será. Por ello la solución a la ecuación (3) tendrá la forma siguiente:

𝑥(𝑡) = 𝑋(𝑖𝜔)𝑒 𝑖𝜔𝑡 (4)

Sustituyendo (4) en (3) y después de una sencilla manipulación algebraica despejamos


𝑋(𝑖𝜔) para obtener:
𝑎𝐴 𝐴
𝑋(𝑖𝜔) = = (5)
𝑎+𝑖𝜔 1+𝑖𝜔𝜏

𝑋(𝑖𝜔) 1
Es usual emplear la variable 𝐺(𝑖𝜔) = = 1+𝑖𝜔𝜏, que como toda función de variable
𝐴
compleja se puede expresar como 𝐺(𝑖𝜔) = |𝐺(𝑖𝜔)|𝑒 −𝑖∅, donde |𝐺(𝑖𝜔)| y ∅ se les llama el
módulo complejo y el ángulo de fase de 𝐺(𝑖𝜔), respectivamente. La ecuación (4) se
escribirá finalmente como:

𝑥(𝑡) = 𝐴|𝐺(𝑖𝜔)|𝑒 𝑖(𝑤𝑡−∅) (6)

En la Figura 3 se muestra la evolución en el tiempo de la solicitación F(t) aplicada al


sistema con la respuesta del mismo en términos del desplazamiento x(t), dado por la
ecuación (6).
Figura 3. Comparativa de la solicitación F(t) y la respuesta del sistema x(t).

En este tipo de problemas es mucho más útil estudiar la respuesta del sistema en términos
de la frecuencia 𝜔. Para ello, usando un poco del álgebra compleja ya mencionada,
|𝐺(𝑖𝜔)| se puede escribir de la siguiente manera:
1
|𝐺(𝑖𝜔)| = √𝑅𝑒[𝐺 (𝑖𝜔)]2 + 𝐼𝑚[𝐺(𝑖𝜔)]2 = (7)
[1+(𝜔𝜏)2 ]1/2

El gráfico de la ecuación (7) se muestra en la Figura 4, donde se puede apreciar que para
pequeñas frecuencias de la excitación la magnitud del módulo complejo |𝐺(𝑖𝜔)| es 1, y
para altas frecuencias tiende a 0. La expresión para el ángulo de fase se puede obtener,
también con un poco de álgebra compleja, como:
𝐼𝑚 𝐺(𝑖𝜔)
∅ = 𝑡𝑎𝑛−1 [− 𝑅𝑒 𝐺(𝑖𝜔) ] = 𝑡𝑎𝑛−1 𝜔𝜏 (8)

El gráfico de la ecuación (8) se muestra en la Figura 5, donde se aprecia que a bajas


frecuencias el ángulo de fase es 0 y para altas frecuencias tiende a 𝜋/2.
Figura 4. Variación del módulo complejo |𝐺(𝑖𝜔)| con la frecuencia.

Figura 5. Variación del ángulo de fase ∅ con la frecuencia.

Conclusiones

Como se puede concluir de la solución del sistema de primer orden sujeto a una solicitación
armónica, los términos módulo complejo y ángulo de fase aparecen naturalmente por el
hecho de utilizar las matemáticas basadas en el cálculo de variable compleja. Como se
discutirá en el próximo artículo, la ciencia de la reología retoma sistemas de primer orden
más sofisticados a la hora de tratar de entender el comportamiento de los materiales
asfálticos sujetos a cargas cíclicas, y entonces a los parámetros matemáticos módulo
complejo y ángulo de fase se les da un sentido físico, y se transforman en propiedades de
la materia.

Bibliografía

Meirovich, Leonard, “Elements of vibration analysis”, Ed.McGraw Hill International


Editions.

Zill, Dennis G., “Complex analysis with applications”, Ed. Jones and Barlett Mathematics.

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