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Tema.
Educación para la paz formación ciudadana
Sustentado por:
Esmeralda dulce maría Domínguez Rodríguez
Matricula.
15-2125
Facilitador/a
Elson Vásquez Guzmán
En los años 60 surge la Investigación por la Paz como disciplina científica. En 1959 se
constituye en Oslo el Instituto de Investigación Social y en 1964 el IPRA (Asociación
Internacional de Investigación por la Paz), que recoge las ideas de Johan Galtung sobre
violencia estructural y las propuestas de P. Freire que ligan la educación con el desarrollo
de los pueblos y la superación de las desigualdades sociales.
En los años 70, en plena carrera armamentística, se puso especial énfasis en aspectos
relacionados con la industria de armas, la amenaza nuclear y la bipolaridad del mundo, en
dos bloques militares enfrentados.
Describe las características que debe reunir el docente que educa para la
paz. y redacta el perfil del educando que haya recibido formación para la
Paz
Educador Estudiantes
Los castigos tienen graves efectos sobre el niño, pero también sobre los
padres (y la sociedad, en general). Estos son algunos de los efectos
negativos en el niño:
Enseñan a ser víctima. Acepta los castigos como algo natural y que debe
acatar sin rechistar.
Enseñan a ser violento. Al validar sus padres el castigo, el niño será más
proclive a castigar en su edad adulta. Si el castigo es físico, además, tenderá a
mostrar conductas agresivas con los demás, con sus parejas y con sus familias,
puesto que considera la violencia como un modo adecuado para resolver los
problemas.
Enseñan a ser sumiso. El niño (y futuro adulto) no cuestionará las normas
establecidas, aunque pueda considerarlas injustas. Se limitará a cumplirlas sin
defender su punto de vista.
Enseñan a no razonar. “No debo pegar a mi hermana porque me castigarán”.
Aunque el castigo se acompaña, en ocasiones, de explicaciones sobre la
conducta indeseada, para el niño es prioritario evitar el castigo antes que
comprender dichas razones.
Aumentan la ansiedad y estrés.
Disminuyen la autoestima. “No hago nada bien”.
Impulsarán al niño a repetir la conducta indeseable en cuanto quien le
castiga no esté presente.
Promueven el sentimiento de venganza.
“Hoy me has pillado, pero mañana no lo harás”.