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Omar Rincón - Televisión pública: del consumidor al ciudadano

Televisión pública y televisión de gobierno


La televisión pública es que pertenece a Estados, comunidades y depende de subvenciones de los
gobierno. El propietario es el estado, y por eso carece de un pensamiento y diseño que corresponda a
un concepto contemporáneo de democracia. Su soberanía reside en un régimen legal y organizativo
que asegure la autonomía de gestión y el pluralismo y la diversidad de los mensajes
La televisión de gobierno es entendida como propaganda y difusión del régimen político.

TV comercial y pública
La TV comercial es la que tiene primariamente fines de lucro, desligando esto de la publicidad (los
canales públicos también obtienen su financiamiento parcial de la venta de publicidad).
Pero la distinción tiene que ver con la misión. La TV pública busca maximizar su contribución de
servicio público y un compromiso con la visibilización de los excluídos en lo comercial; la TV privada,
maximizar su ganancias aunque puede tener un compromiso con la construcción de lo público.
Relación con las audiencias:
Algunos coinciden en que para cumplir sus objetivos ambas necesitan tener altos niveles de audiencia,
la TV pública no puede renunciar a los masivo.
Otros creen que la TV pública debe optar por las audiencias minoritarias, no atendidas por la TV
comercial, también como productores.

Consumidor y ciudadano
Canclini, por ejemplo, considera que el problema es constituirnos simultáneamente como ambos, sin
oponerlos.
Portales recuerda que la TV se refiere a la sociedad, el público, la gente, las personas; los cuales son al
mismo tiempo consumidores y ciudadanos. La TV puede aportar a ambas dimensiones. En el consumo
hay ejercicio de ciudadanía. Se enfatiza la necesidad de las televisiones públicas de interpelar al
televidente como ciudadano, debe generar diálogo, promover formas activas de los derechos del
consumidor.

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