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Día de muertos

Ivar Da Coll

mi gata Simona y el cuate Miguel.

E n cada noviembre que viene la abuela

nos trae como siempre historias sorpresas.

Papeles picados con mil calaveras,


15 Cerca de las lumbres, que guían a los muertos,

también es costumbre servir los refrescos.

Más tarde sentados junto a la abuela


pan rosa endulzado y atole de fresa
Todos escuchamos sus calaveras,
5 Y del cempasúchil las flores del muerto
que cuentan la vida de los esqueletos.
cargando en sus brazos racimos inmensos.
20 Y dan mucha risa sus cuentos de muertos:
En unos comales tortilla, aguacate,
la orquesta tocaba guarachas, boleros,
copal, azares, también chocolate.
rancheras y danzas con ritmo rumbero.
Elote, tamales, naranjas y plátanos,
Dos muertos bailaban un triste bolero,
10 puerquitos y aves de pan hecho a mano.
pero se enredaron con sus esqueletos;
Todo esto lo usamos haciendo un altar
25 de pronto en un giro chocaron sus cuerpos,
Ponemos retratos de los que no están.
quedando en el piso un poco de huesos.
La tía María Antonia, mi abuelo José,
Me da mucha risa de ver a los muertos
tan llenos de vida moviendo sus huesos. 45 Yo quiero probar toditos los huesos

Los muertos se suben volando hasta el cielo. que adornan el pan del día de muertos.

30 ¿Será que las nubes están hechas con huesos? Los muertos de harina cubiertos de azúcar

En un matrimonio de muerta con muerto, a todos les gustan, a mí me fascinan.

la novia y el novio son dos esqueletos. Y como me encanta comer de a poquitos,

Celebran su boda en un cementerio, 50 a cada calaca le doy un mordisco.

con trajes de cola vestidos de negro. Un día un esqueleto se fue para el mar,

35 Después de la fiesta comida y pastel. montado en un huevo se puso a remar,

Los novios comienzan su luna de miel. de pronto chocó con una cuchara, 2
Se suben a un coche con sus equipajes. el huevo se hundió al fondo del agua.

Se van esa noche para un largo viaje 55 El agua era oscura con olas gigantes,

¿Irán hasta el cielo? ¡Vaya uno a saber! tenía mucha espuma, era un chocolate.

40 Quisiera saberlo pues dudo y no sé. El muerto se ahogaba,

Los muertos se suben volando hasta el cielo ―Me quema, me arde

¿Será que las nubes están hechas con huesos? ¡Auxilio! ―gritaba.

En una cocina los muertos no asustan, 60 ―¿No habrá quién me salve?

son hechos de harina y pasta de azúcar. Entonces vinieron dos labios gigantes,
y se lo comieron en vez de ayudarle

Termina la tarde,

se lleva los versos,

65 se siente en el aire

perfume de incienso.

Las velas dibujan sobre el pavimento,

caminos que cruzan los cementerios.

Con música y flores, y con alimentos,

70 en muchos panteones hay fiesta de muertos. 3


Entonces la abuela nos lleva corriendo,

vamos con ella hacia el cementerio.

Ya llega a su fin el dos de noviembre,

yo quiero pedir que pronto regrese,

75 que nos vuelva a reunir igual que otras veces.

La abuela vendrá con todos sus cuentos Da Coll, Ivar. Día de muertos, Nueva York: Lectorum
Publications, 2004.
y hará un nuevo altar en día de muertos.

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