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3.

John Beverley y los aportes de los estudios


subalternos a la crítica literaria
El académico norteamericanojohn Beverley ha sido uno de los más
dinámicos, creativos y comprometidos fundadores del grupo de
intelectuales latinoamericanos que intentó apli car las propuestas
teóricas de los estudios subalternos de la India a las realidades
latinoamericanas. El evidente influjo del intelectual indio Ranajit
Cuha, especialmente la comprensión de éste sobre el subalterno, en
el libro de Beverley Subalternidady Representación (2004) es una prueba
contundente de las posibilidades de interpretaciones otras de la
realidad "latinoamericana" a partir de las perspectivas expuestas en
los estudios subalternos. Esta aplicación no ha consistido en simple
copia, sino en la oportunidad de orientar la reflexión sobre las
condiciones de producción de la literatura latinoamericana y los
nuevos mecanismos no hegemónicos de representación del subalterno
a través de la «post-literatura», específicamente el «testimonio» -del
que Beverley es uno de sus teóricos más comprometidos. El trabajo
dejohn Beverley ha consistido en la elaboración de un importante
cuerpo teórico que desarrolla una aguda crítica a los saberes
humanísticos tradicionales, es decir a las perspectivas "letradas", que
pretenden imponer el sentido "transparente" de la realidad
latinoamericana a través de sus discursos y metodologías, propias de
las academias universitarias partícipes de los mecanismos de
dominación hegemónica.

3.1. Más allá de la "ciudad letrada"

La vinculación de john Beverley a los estudios cu lturales y,


específicamente, a la revisión de los mismos a partir del horizonte
abierto por los estudios subalternos le ha permitido renovar sus
perspectivas teóricas y sus enfoques temáticos ante los objetos de
estudio de la teoría literaria tradicional. Al respecto, el cambio
fundamental es el que puede notarse en diferentes artículos, y en su
libro antes referido, en donde resiente el enfoque todavía letrado de
sus anteriores argumentaciones y en las cuales se enfatizan las
perspectivas "literarias" en la conformación de los frentes de
emancipación en los períodos de revolución en Centroamérica. Su
texto de 1990, en coautoría con Marc Zimmerman, Literature and

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Polilics in the Central American Revolution, todavía evidencia el horizonte
de interpretación letrada en e! pape! de las literaturas comprometidas
en los procesos de cambio social en Latinoamérica. Acerca de este
cambio reflexiona en su libro Subaltemidad y Rejnesentación, texto con
una fuerte carga de las nuevas perspectivas presentes en los estudios
subalternos, publicado más de una década después de aquel primer
texto:

N uestra hipótesis en Literature and Politics era que las formas


dominantes de la moderna literatura centroamericana -la poesía
en particular- se habían vuelto una fuerza material -una práctica
'ideológica, en el sentido que Althusser le da al término- en la
construcción de los movimientos revolucionarios que estaban
compitiendo por e! poder en la región, Pero mientras Marc y yo
estábamos luchando por terminar el libro, también estábamos
golpeados por la creciente sensación de las limitaciones de la
literatura como forma de empoderamiento y agenciamiento de
lo popular [.. .]

Fue por esta crisis de mi trabajo y mis compromisos políticos


[ ... ] que yo giré a lo s estudios subalternos [ ... ] Lo que
compartíamos [con e! Grupo de Estudios Subalternos de Asia
del Sur] era una sensación de que el proyecto de izqui erda
latinoamericana, que había definido nuestro trabajo previo había
alcanzado un límite. Nosotros no estábamos seguros, o no
estábamos de acuerdo, acerca de cuál era exactamente ese límite,
pero estábamos seguros de que las cosas estaban cambiando y
necesitábamos un nuevo paradigma. (Beverely 2004, pp. 26-27)64

Podemos hablar entonces de un primer Beverley, comprometido en


los proyectos de la izquierda tradicional centroamericana y cuyos
resultados teóricos están presentes en Literature and Politics; y de un
segundo Beverley, vinculado con la crisis de lo s proyectos
revolucionarios, generada precisamente por su olvido de las bases
reales, los subalternos, en sus programas emancipadores. De este
modo Beverley, casi inmediatamente después de la publicación del
primer texto, realiza una revisión de sus posturas teóricas a la luz de
tj.I En dicho libro se orn~ cc ulla ljcmplarizanle rell"xión oel caso sanclinista en Nicaragua (Cfi·. Bevc rky
20M. pp. I 37· I 40)

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los estudios subalternos. Esto no conlleva el alejamiento del
compromiso con la izquierda política, pero sí un horizonte alterno
en la manera de asumir este proyecto, ahora consciente de "tomar
en cuenta la complicidad de la academia misma -nuestra propia
complicidad- en producir y reproducir la relación élite/subalterno"
(Bevcrley 2004, p.33).

Por todo ello toma sentido el nuevo proyecto de Beverley consistente


en elaborar una crítica al academicismo humanista que pretendiendo
representar al otro, a través de la creación literaria y la crítica literaria,
ha caído en la trampa de crear subalternos en su mismo proceder.
El subalterno queda siempre ignorado por parte del letrado, y hablar
por el subalterno es una manera también de acallarlo, de anular su
voz. Es en esta línea que Beverley ante la pregunta de Spivak, ¿puede
hablar el subalterno?, asume la negativa, al igual que ésta, en la
respuesta a la misma. Pues el subalterno, como tal, no puede hablar,
no tiene un discurso autorizado, carece de los medios de expresión
"oficial" y, por ende, de ser escuchado.

El proyecto de estudios subalternos desarrollado por Beverley tendrá,


por lo menos, tres grandes objetivos:

1) Crítica al discurso hegemónico de las humanidades letradas


que anulan al subalterno, pretendiendo representarlo, es decir
hablar por el subalterno. Esto conlleva, a su vez, una crítica a
las instituciones desde donde este saber hegemónico toma
relevancia: la universidad.

2) Como consecuencia de lo anterior, Beverley desarrollará una


perspectiva crítica al supuesto papel del intelectual letrado
como conciencia del subalterno, como guía mesiánico de los
intereses del subalterno.

3) La búsqueda de nuevas perspectivas postliterarias a partir de las


cuales se haga posible un proceso de democratización de la
literatura elitista, y deje de considerarse el único referente que
permita consolidar la "identidad" latinoamericana.

Acerca del primero de los vectores del proyecto de John Beverley,


Santiago Castro-Gómez (1999) comenta:

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La crítica de Beverley se dirige primordialmente hacia el tipo de
discurso letrado y humanista que predomina en los departamentos
de li teratura latinoamericana en los Estados Unidos. Siguiendo
de cerca a Foucault, Beverley afirma que las estructuras del
aparato universitario ofrecen a lo s profesores y alumn os un
material ya reificado de estudio, "empaquetado", por así decirlo,
en rígidos esquemas canónicos que definen de antemano lo que
es y lo que no es "Literatura latinoamericana". De hecho Beverley
pretende mostrar que la organización institucional de los
programas de literatura obedece a una ideología hegemónica
que asigna a los países imperiales el dominio sobre una
determinada lengua. (pp. 84-85)

Beverley se constituye, entonces, en un deconstructor de lo s


mecanismos a partir de los cuales las academias del primer mundo
conforman los saberes autorizados o canónicos . La limitante
fundamental de los saberes consagrados por la academia es que
responde a modos hegemónicos en la construcción de dichos saberes:
la escritura -modo de producción del saber a la que la mayoría de
los subalternos de los países sobre los cuales se reflexiona no tiene
acceso. Además, quienes entran en el canon literario no son los
sub alternos, sin o los intelectuales de la élit e de los países
latinoamericanos que tienen acceso a la formación sistemática y a
los grupos de consagración de autores y obras. En este sentido, la
llamada de atención de Beverley se centra en la denuncia a la
complicidad de la academia hegemónica de mantener los procesos
locales de subalternización de grandes mayorías en los países
latinoamericanos.

La crítica de Beverley a estos saberes académicos, engendrados a


partir de la consagración de intelectuales letrados, problematiza las
expectativas de los intelectuales que pretenden elaborar la identidad
nacional a partir de una serie de creaciones literarias que no representan
a las mayorías de los involucrados (incluso cuando hablan por ellas, o
como ellas) sino a los sectores de las élites que se piensan a sí mismas
ya los demás a través de la creación literaria. Establecer la identidad
latinoamericana desde este punto de partida letrado tiene como
resultado la marginación y exclusión de otras expresiones no letradas
de dicha identidad, las cuales no son tomadas en cuenta por las

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anquilosadas academias unive rsitarias del prim er mundo o quienes
las imitan en los países latinoamericanos.

Este reto propuesto por Beverley se convierte en una seria crítica a


la bllena voLuntad del académico bienintencionado que pretende difénder
al subalterno a través de los mismos mecanismos de dominación . Es
en este espíritu qu e Beverl ey afirma que " la universidad y las
in stitu ciones culturales como el museo son en sí prácticas culturales
productoras d e subalternidad: d e allí qu e lo subalterno no puede
e n 1 r a r sin s u fr ir u n a t r a n s fo r m a ció n " ( 1 996) p . 1 64)

El supuesto papel del intelectual como "redentor" del subalterno se


le vuelve sospechoso a Beverley, precisamente por no caer en la
cuenta de la ingenua actitud mesiánica que subyace a dicho objetivo.
Si e! intele ctual toma el lugar del subalterno lo qu e provoca es
simplemente la anulación del mismo. Esta perspectiva crítica al papel
del intelec tual ha sido uno de los caminos a través d e los cuales
Beve rl ey ha intentado comprende r las causas del fracaso d e los
movimientos revolucionarios en Latinoam érica Y' En esta línea de
re l1exión Beve rl ey desarrolla una oporruna crítica al proyec to de
tra nsculturación letrada propu esto por Angel R ama. De éste critica
"la no ción de 'transcu lturación narrativa ' [ ... ] la cual continúa
si rvi endo como una forma latinoamericana del tipo de modernidad
literaria postcolonial". (2 004, p . 75) Esta

transculturación postulaba el rol providencial de una vanguardia


"letrada" de científicos sociales, pedagogos, artistas, escritores,
críticos y un nuevo tipo de lider político destinado a representar
a las clases y grupos sociales subalternos a través de! desarrollo
de nu evas forma s político-culturales en la qu e la presencia
iormadora de éstos en la historia y la sociedad latinoamericana
podría hacerse ma nifiesta. (2004, p.76)

El a legato de Beve rl ey gira en torno a la co nstatación de que la


lo:, :\1 n 'sIH" IO alir lll a Ilt-wrle)': " mi pl'OJli a ,'xpericlIl'ia ('0 11 el 1'01 d e la lil na lura e n la revoluciones
('t' l1lruaI1H..-i('al1as I ll(' l'ia rili .. ,·, qu e la ~a d e l1a nlt'lol1í,lIi ca kscrilllra-lilc ra lura-IClrados-'-'liles c rio ll as-
(' iu , bd-n;.\c ió lI ) qu e R a n!;, eSlahl('('I' c n L, ciudacll('lrad" nu fue necesa ri a rn e l1l e ru la con los intentos
de de lu "l' ralizar la li lcra lu nl a Ira,,"s de las ('ampaijas de a lfabcliz<lc i'-lI1 impulsadas por las revo luciones
,'n Cuha \. 1'\ ic ara,l!;ua: fu" prcc isa lllc llI e, 'UlO de lo, líllliles d" di c.ha, r(' volu ciones el no romper con 111-,
pn'\'i; "jna nluías cu lturales y li", 1:S1l' lalllbié'n un o de lo, I"U!I()S d e p artida d e l proyecto del Grupo de
I ~Sl urli os Sllh a ltnnlls Lal inlJa nH' rica nns." (2 0lH, p. B21

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cultura subalterna generalmente no ha estado expresada en la
tradición letrada sino a partir de lo oral. Entonces, una vez que se
propone que la identidad latinoamericana estará moldeada por un
proceso de transculturación, que intenta integrar el paradigma de
la oralidad dentro del hegemónico paradigma letrado, lo que se
obtiene es una subordinación de la primera en la segunda. En este
sentido la transculturalidad letrada sería un tipo de homogenización
cultural llevado a cabo por la cultura hegemónica tradicional. La
insuficiencia del paradigma letrado se demuestra a partir del constante
peligro de la anulación del subalterno. Por otro lado, Beverley
reconoce en el proyecto de transculturación letrada la tendencia del
proyecto historicista y teleológico hegemónico de alcanzar la
modernidad latinoamericana. En ello se evidencia que tras el proyecto
de Ángel Rama está el paradigma criollo-mestizo de nación
homogénea (Cfr. Beverley 2004, p.79).

La crítica elaborada por Beverley ha producido contraposiciones por


parte de muchos intelectuales latinoamericanos, quienes apelando,
en primer lugar, a las perspectivas anti-yanquis que ven toda propuesta
que no surja del seno latinoamericano con sospecha y, en segundo
lugar, a la reivindicación y defensa del papel del intelectual como
articulador de la identidad latinoamericana, intentan desacreditar
los aportes de Beverley a la reflexión latinoamericana. Por su parte,
esta tendencia de los intelectuales es catalogada por John Beverley
con el nombre de "neoarielismo". Al respecto dice:

el problema del neo-arielismo no es que sea nacionalista y / o


anti-yanqui, sino que no lo es de una manera eficaz. Afirma el
valor de lo "latinoamericano" contra los Estados Unidos, pero
su problema está en que no es hoy (y no lo era en la época de
Rodó) una respuesta adecuada a esa hegemonía [ ... ] no es capaz
de articular de una forma hegemónica la nación latinoamericana
o de América Latina como región o civilización: es decir no tiene
una manera de representar y agrupar a todos los elementos
heterogéneos y multifacéticos que componen la nación o la
región. Produce y reproduce una división perpetua entre la
cultura de los intelectuales -incluyendo intelectuales supuestamente
progresistas o de izquierda- y los sectores populares. (Beverley
2007, p.48)

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El p ap el del intelectual en el presente hi stóri co no puede se r ya el
mismo qu e as umió dura nte los siglos XIX y XX. Los procesos de
globalización , migraci ón , fracaso de los proyec tos revolu ciona rios
de izqui erd a y la d esconli a nza ante las m e ta -n a rra tivas, h a n
configu rado nuevos retos en la manera en la que el intelectual intenta
comprometerse ac tu almente con las realidades sociales. La crítica
al así llamado neo-a rielismo, por parte de Beverley, trata de evidenciar
el tem or que los intelectuales latinoameri can os ti enen de a brirse a
las nuevas posibilidades históricas, qLúzá motivados por la conservación
de sus a ntiguos, y a hora ya consolidados, privilegios en las academias
latin oame ricanas. El resultado de este anquilosamiento consistirá en
la elaboración fi ccio nal de las identidades co nstruidas a im age n y
semejanza de la producción intelectual letrada. Los caminos propuestos
por Beve rl ey son bas tantes retadores pu es nos p revi ene n de las
h a bitu ales m an eras de produ cir y co nsagra r cono cimi e ntos en
Latinoamérica.

3.2. El «testiInonio» corno estrategia de solidaridad


acadéntica con el subalterno

Beverl ey habl a de la constitución de una eta pa de "p ostlite ratura",


la cual "sugie re no tanto la superación de la literatura como forma
cultura l sino un a ac titud más agnóstica ante ell a" (Beverl cy 1996,
p.165). En este sentido, Beverley ve una posibilidad, que precisamente
proviene en parte pero no exclusivamente de la literatura, de establecer
un proceso de interacción más hori zo ntal entre el intelectu a l y el
subalterno, ello a través del «testimonio».fi6 Para Beverley el testimonio
"ofrece el m odelo teóri co y la prácti ca con creta de un a nu eva
posibilidacl de relación entre intelectuales (académicos o no) y suj etos
subalternos, modelo que podría ser generalizado a otras formas de
prác ti ca social y cultural" . (Beve rl ey 1996, p.1 6 2) Adem ás , " El
1;11 rJ4;'1 defi nición de «tcstinlOnio» dada po r 13('ve rky es la siguien te: "u ll a na rrativa r...] co ntada en
prim e ra p. ~ rso n a por UII narrad o r que t's tam bié n un pru ta¡(on ista o t<,sti go rea l de los eve ntos que él o
e lla CIIl'llta [ . .. J. l.a pa la b ra testimo niu traduce li tera lm ent e el ac to ele testifi ca r () d c se r testigo en un
sentido lega l o religioso / .. .1. I.. .c'1 siluaciún de narración dd testimoni o eJ)\'udvc ull a urgencia de cOJllUnicar,
un prohlem a d.· repl1:'siórl. miseri a. suiJalte rnid ad, e nca rcelamiento, lucha por la supelv ivencia, implicado
e n el acto mismo <ir. la na rrac ió n . [ ~'1 posición <id lector ucltestimon iu es se meja nte a la de un miembro
del jurado e n una CUl1e. A rlir. ·l1'ncia d .. la novela, eltes ti ntonio prolllt'te po r delinició n estar p rima lia mente
co ncn nid o e O Il la s in c erid ad e n l u¡(ar d e co n la litcrari e d a d " . (Bevcrley 20 04 , p . I0 3)

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testimonio se nos presenta (esto es, a la esfera pública) como un
texto escrito, pero que también conserva una cierta autoridad o
priv:ilegio epistémico de la oralidad en e! contexto de los procesos de
modernización que privilegian la alfabetización y la escritura en
lenguajes europeos como normas culturales."G7 (2004, p.lll ) Es a
partir de esta "relación" que surgen los "estudios subalternos",
ev:identemente académicos. Los estudios subalternos

Surgen y se desarrollan como una práctica académica en un


marco contemporáneo en el que la globalización está produciendo
nuevos patron es de dominación y explotación, y fortaleciendo
otros anteriores. Responden a las presiones sobre la universidad,
la investigación y las políticas institucionales para producir los
saberes apropiados a la tarea de comprender y administrar mejor
una trasnacional y heterogénea clase trabajadora. Entonces, los
estudios subalternos no son sólo nuevas formas de producción
de conocimiento académico; deben ser también formas de
intervenir políticamente en esa producción, desde la perspectiva
de! subalterno. (2004, p.56)

Beverley es consciente de los riesgos que el testimonio tiene como


forma de representación del subalterno. Los peligros com un es
consisten en la tentación de considerar al testimonio una vertiente
más de la literatura canónica. Cosa que ya ha pasado hoy en día.
Sin embargo, en medio de los peligros de absorción de! subalterno
en los que puede incurrir el testimonio como género literario, se hace
evidente que este posibilita maneras alternativas a aquellas en las
que era el intelectual el único que articu laba el discurso apropiado
para mediar las demandas del subalterno sin que apareciera su voz,
funcionando "como un forma de dominación y enajenación" (Beverley
1996, p.159). Además, el testimonio

está situado en la intersección de las formas cu ltura les del


ti7En otro lugar dice Bcverlev: " Uno de los aspectos más seiialados del testimo nio es que permite "re tar"
la pérdida de la autorid ad de la orali dad en el co nt ex to de los procesos de mode rnización cu ltural que
privilegian al allabetismo y la literatura. loo.] No es el antagonismo entre li teratura escrita y narraci ón
oral en sí lo que cuenta en el testimon io. sin o la manera en que esta relac ió n se ajusta ¡¡ las necesidades
de lucha, resisten cia, o simple nl e nl<' de so breviven cia , qu e t' stán involucradas e n su situaci ó n de
enunciación ." (1996, p.141-142)

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hum a nismo burgu és, como la literatura y el libro (o la crítica
litera ri a), enge ndradas por las prác ti cas del coloni a li smo y el
imperi alismo y relacionadas con ellos, y esas prácticas culturales
subalternas que a menudo constitu ye n su contenido n arrativo-
descriptivo . Por tanto su naturaleza como discurso está marcada
por una serie de aporías: es y no es "voz"; es y no es un a forma
"auténti ca" de cultura subalterna ; es y no es "docum ental" ; es
y no es li te ratura; concuerda y no concuerda con el humanismo
ético que manej amos como muestra ideológica académica propia;
a firm a y rechaza a la vez la categoría del "suj eto" com o autor
o e mi so r so b e r a no. (B ev e rl ey 199 6, pp. 14 4-145 )

El testim onio permite engendrar una propuesta más democráti ca al


interi or de la literatura y en donde es posible articular tanto la voz
del letrado com o la del subalterno ; el testimonio es un a especie de
alianza estratégica en donde al subalterno le es "permitido" hablar
y ser escuchado, y en el que al intelectual se le presenta la oportunidad
de comprometerse con el subalterno sin anularlo, sin invisibiliza rlo.
Es en este sentido que afirm a Beverley que "los estudios subalternos
se ofrecen como un instrumental conceptual para recuperar y registrar
la presencia subalterna tanto históricamente, como en las sociedades
contemporáneas." (2004, p.59) Esta instrumentalidad solidaria es la
qu e queda expresa en el sigui ente comentari o: "quizá la cues tión
más urgente no es tanto cómo nosotros mismos nos apropi amos de
narradores testimoniales, como iconos que nos dicen lo que nosotros
querernos escuchar, sino cómo estos narradores se apropian de nosotros
para sus propósitos." (2004, p. l 1 1)

John Beverley, como hemos visto, es uno de los más comprometidos


intelectuales en el campo de los estudios subalternos. Sus propuestas
ha n ge nerado un gran debate entre los intelectu ales qu e le critican
el hecho de no se r un latinoamericano y de pertenecer a la academia,
privil egiada además , es tadounidense. Sin embargo, la renovación
que puede vislumbrarse a través de sus propuestas es un claro ejemplo
de la co mpl~j a realidad de la literatura. Además, la actividad intelectual
de Beve rl ey ha estado comprometida con) en y desde Latin oamérica.
H oy en dí a n o p a rece bas ta r la bu en a volunta d del intelectual

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comprometido. Pareciera que la búsqueda de nuevas maneras no
subalternizantes del intelectual que se compromete y solidariza en
las presentes luchas sociales, se convierte en una actividad urgente
precisamente si no se quiere caer en los constantes peligros de las
décadas anteriores.

El testimonio es la propuesta que avanza Beverley. La eficacia o


ineficacia de esta estrategia se develará posteriormente. Lo que sí
tiene claro Beverley es la necesidad de ir más allá de las maneras
"neo-arielistas" de reivindicación del papel tradicional del intelectual
que cómodamente elabora al otro sin interesarle la realidad concreta
de éste o lo que la alteridad tiene que decir. Por todo eso se propone
el testimonio, ya que este es "evidentemente una manera de 'servir
al pueblo'" (Beverley 2002, p. 28). El testimonio es para Beverley
"tanto un arte como una estrategia de la memoria subalterna." (2004,
p.120)

Este es el camino propuesto por Beverley desde el horizonte de los


estudios subalternos. El fracaso de los proyectos de izquierda remite
a la búsqueda de nuevas maneras de interpretar y confrontar las
realidades que la globalización y el proyecto neoliberal crean hoy en
día. No puede seguirse en el camino tradicional de la izquierda
hegemónica. Beverley apuesta por los estudios subalternos, pues "la
cuestión política involucrada en los estudios subalternos es, por tanto,
¿cómo imaginar una nueva versión del proyecto socialista no atada
a una teleologia de la modernidad?" (Beverley 2004, p.16). Esta es
la nueva tarea propuesta por los estudios subalternos, concretizarla
y convertirla en estrategia contra-hegemónica requiere ir más allá
de las anquilosadas trincheras elaboradas por la izquierda en las
décadas anteriores. El proyecto de los estudios subalternos, o
concretamente "la civilización latinoamericana articulada desde lo
subalterno", tiene para Beverley las siguientes perspectivas y
compromisos por asumir (Beverley 2004, p. 17):

1) "la originalidad teórica de lo producido desde los movimientos


sociales latinoamericanos"

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2) "la afirmación 'b olivariana' si se qUlere, de formas de
territorialidad que van más all á de la nación oficial"

3) "el hecho de que económicamente, culturalmente la base


esencial de América Latina como civilización es el agro y el
campesinado y la fuerza de trabajo rural"

4) "la supervivencia y resurgimiento de los pueblos incligenas con


sus propias formas lingüísticas, culturales y económicas"

5) "la lucha contra el racismo en todas sus formas, y para la plena


incorporación de la población afro-latina, mulata, mestiza"

6) "la redefinición de la nación misma" como " un Estado


multinacional y multicultural"

7) "las reivindicaciones de las mujeres contra la misoginia y el


machismo y a favor de una igualdad, porque ellas sostienen 'la
mitad del cielo'"

8) "las luchas obreras, tanto en el campo como en las ciudades,


para enfrentar regimenes más y más duros de capitali smo
salvaje y conquistar el dominio sobre las fuerzas de producción
no solo en su nombre, sino en nombre de una sociedad justa
e igualitaria para todos"

9) "la incorporación de esa inm ensa parte de la población


latinoamericana que vive en barrios,jávelas, comunas, ranchos,
call ampas, esperando generación tras generación, una
modernidad económica".

3.3. Encuentros y desencuentros entre los estudios culturales


y los estudios subalternos

En su libro Subalt,erm:dady RepresentaciónJohn Beverley realiza sendos


acercam ientos a las posibilidades y limitan tes de los estudios

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culturales. El eje que articula la visión sobre éstos es la comprensión
que del subalterno tienen el autor. El influjo del texto de Ranajit
Guha Elementary Aspects rf Peasant Insurgency in Colonial India a la largo
del libro del académico norteamericano, como lo habíamos sugerido
antes, es de suma importancia para la definición del subalterno
utilizada por Beverley. La principal característica del subalterno y
la subalternidad consiste en la "negatividad" y "oposición" a lo
hegemónico: "Para Guha [ ... ] la categoría que define la identidad
o "voluntad" del subalterno es la negación." (2004, p.54). Más
adelante afirma: "Ello implica que la lógica que constituye la identidad
subalterna es, necesariamente, binaria." (p.127) Debido a esta
caracterización del subalterno es que los estudios subalternos también
desarrollarán el ímpetu de oposición: "por eso -afirma Beverley-
prefiero enfatizar el aspecto 'negativo' o crítico del proyecto de los
estudios subalternos: su interés en registrar dónde fracasa el poder
de la universidad y de las disciplinas en representar al subalterno."
(2004, p.69)

La oposición y / o negación que caracterizan a la identidad subalterna


explica la razón por la cual una transculturación armonizadora de
las diferencias -enarbolada en buena medida por los estudios culturales-
resulta sospechosa para los estudios subalternos. En este sentido la
categoría de "hibridez" -desarrollada por Homi Bhabha y utilizadas
tanto por Néstor García Canclini (en Culturas híbridas) y Mario Roberto
Morales (2002)68 (éste utiliza como traducción de aquél término la
idea de "mestizaje cultural")- pareciera negar la posición de distancia,
del "afuera" de la hegemonía a la que haría referencia el concepto
«subalterno». El término subalterno, entonces, rescataría para sí una
comprensión binaria de las realidades socioculturales, económicas
y políticas en donde el subalterno es producido eficientemente por
la cultura hegemónica.

Como hemos visto en la primera parte de este trabajo, los estudios


li8 En el prólogo al lib ro de Ma ri o Roberto Mo rales afirm a Beverl ey: "Se podría lee r La tlrlir.u /aciólI de
/lIS difmmcias como una versión guatemalteca o 'glocal' , si se quiere, de ese libro fund acional de los estudios
culturales latinoam erican os que es Culturas híbridas, de Nés tor Ca rcía Canclini, sobre IOdo en su doble
deseo de salir d e lo que C a nclini lla ma una 'con cepción gutemberguiana' de protagoni smo cultural, y
de estudiar la intersección entre lo local y lo global en las prácticas y políti cas culturales contempo ráneas."
(Morales 2002, p. 1O)

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culturales surgieron co mo una estrategia teó rica, m etodológica y
epistemológica alternativa a la ceguera de las disciplinas canónicas
y de las ideológi cas escnciali stas de izquierda . La cultura d e m asas,
las reivindi caciones de los grupos excluidos (muj eres, homosexuales,
indíge nas, neg ros, etc.) es timula ban la creación de nuevas y más
incl uyentes formas académicas para la comprensión de los fenómenos
socioculturales emergentes. Lo que propone Beverley,a contra pelo
de los desarrollos de Canclini y M orales, es que los estudios culturales
en sus oríge nes tambi én surgieron baj o una a rticulaóón política de
oposición bin a ri a: era n formas anti-h egem ónicas de expresión de
las nu evos fenómenos de la cultura de masas surgentes (Cfr. 2004,
p. 152-1 53). Sin embargo, y en esto es constante Beverley, los estudios
culturales co rren el riesgo de quedar atrapados en la configuración
ar m óni ca y ce lebrativa d e las intrín secas relaciones de oposición
(bin ari as, entonces) dent ro de la cultura de la sociedad de masas, del
consum o de la diversifi cación culturaL En este sentido se pregunta
el a utor: "¿Son las limitaciones de los estudios culturales las mismas
qu e las d e la transc ulturación?" (2004, p.1 63) Pa ra responder la
pregunta ac udirá al a náli sis críti co del texto d e C a rcía C a nclini
CuLturas Idbridas. La sigui ente afirm ación pa rece ser una respu esta
positiva a la pregunta a ntes establecida:

C a nclini compa rte co n el giro postmode rnista en gen eral el


sentido de las limitacion es del Estado y de las na rra tivas de
form ación y mode rni zación es tatal. Donde él difiere de los
estudios subalternos en particular, sin embargo, es que su concepto
de poder de gesti ón, definid a en pa rte por las operaciones de la
cultura popula r y de masas, busca explícitamente trascender el
fu erte bin ari smo impli cado en la di cotomía élite/subalterno. El
está in teresado en "desco nstruir" (él mism o usa ese término) las
categorías de subalte rnidad y hegemonía, al menos como éstas
so n ge neralm ente comprendidas en relación a la modernización
y la mod ernid ad. Pa ra C anclini , como pa ra Homi Bhabha , la
catego ría q ue expresa las din á mi cas d e la cultura popul a r es
hibrid ez e n lu ga r d e sub a lt e rn id a d . (200 4, pp.1 73 -174)

La sospecha acerca de la noción de hibridez e hibridación consiste,

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para Beverley, en

una relación de familia, por así decirlo, con la nOClOn de


transculturación, en la misma medida en que la noción de
transculturación estaba relacionada a la idea anterior de mestizaje
o criollización como esencia de la identidad o identidades en
América Latina. (2004, p.l 77)

El peligro de que los estudios culturales, en su versión latinoamericana,


continúen quizá sin quererlo el proyecto de homogenización cultural
que proviene de los proyecto de nación desde el siglo XIX es la
principal preocupación presente en la argumentación del académico
norteamericano. Lo que extraña Beverley es la ausencia de un
proyecto de oposición clara como alternativa a la orfandad de los
proyectos contrahegemónicos generada por el colapso de los proyectos
de izquierda. Los estudios subalternos serían quienes estarían llamados
a responder a la lógica de oposición binaria, propia de los subalternos,
que ha quedado en el olvido por parte de los estudios culturales. Los
estudios subalternos estimularían la oposición frente a la dominación
hegemónica para lograr una reforma a la estructura de dominación
que genera activamente subalternidad, y que los estudios culturales
habrían olvidado dada su tendencia a la mezcla y la hibridez, es
decir, debido a una posible complicidad con el sistema de la
globalización neoliberaP9 A Canclini se le acusa de mantenerse
"esencialmente dentro de la lógica del sistema dominante, en vez de
crear un espacio de oposición o estimular las contradicciones de este
sistema." (2004, p.180)

Frente a lo anterior la vía que queda por estimular ante la ambigüedad


opositora de los estudios culturales consiste, y esta es la tarea propuesta
por Beverley, en la interpelación crítica que los estudios subalternos
erigen sobre la complicidad de aquellos con el sistema imperante,
en ello consistiría la compleja articulación y tensión de ambas
tendencias. (Cfr. 2004, p.183-184) Los estudios subalternos no

G!'Santiago C astro-GÓllIez (1999) comenta al respecto: " Beve rley piensa que, al valorar positivamente
los efec tos dc la cultura de masas en el imaginario popular, los tra bajos de Canclini, Brul1ne r, Barbero
y Sarlo legiumal1 el poder tecnológico del 'capitalismo tardío', ignorando al mismo tiempo sus consecuencias
destru cti"as." (p.93)

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abandonan la esperanza de lograr un cambio estructural del sistema,
por esta razó n es que la supuesta articulación de inte reses entre los
medios hege mónicos de expresión y los intereses populares de los
~ ub a lt ernos propu es ta por los es tudi os c ulturales tend erí a n a
desarti cular aquell a esperanza. Para Beverley "el proyecto de los
estudios subalternos no es sólo un problema de 'representación' del
subalterno, sino de comprender cómo nuestro propio trabajo en la
aca d e mia func iona activame nt e h ac ie ndo y d es h acie ndo
subalternidad. " (2004, pp.2 11-212)

La propuesta políti ca a la que tendería la oposición del subalt erno


ante el sistema consiste, y en esto la solidaridad de la academia parece
ser de suma imp ortancia, en la articulación de una " hegemonía
nacional-popular." (2 004 , p.20 1) Este proyecto no consiste en un
simple rel evo de m a ndo , sin o en la co nfiguración política de las
demandas del subalterno que cuenta con un proyecto, quizá no
letrado ni sistemáti co, que tiende a la búsqu eda de la superación de
su subalternidad sin por ello reproducir los esquemas hegemónicos
del cual es producto. Este proyecto político otro es lo que desaparece
en los estudios culturales con el supuesto de la hibridación. 70 Los
estudios subalternos interpelan a los estudios culturales a través del
llamado de atención acerca del reconocimi ento de las auté nticas
demandas políticas que los subalternos engendran como alternativas
al sistema.

711 Al respecto afirma Bc\'(' r!ey: " una tclcolugia pustnaciona l (nu reconocida) opera en C ulturas híbridas,
e n la medida l'll quc la hibrilbciélll illlpli ca Ull proceso de combi nac ión q ue es a la vez necesa rio y
pro\'idencial. dcstru \'endo en las prácticas co tidi anas las oposicio nes binarias que CancJini como teórico
d e la cultura pre te nd e dl'cnn struir. La hibridació n f'un cin na , en ot ras pa lab ras, como un prnceso de
supe móém dialectit'a o trasce ndl'ncia de estados a nte rio res d e clisonancia o contracUcción en la configuración
de un suje tu, g nlpo o clase sneial , y de identidades regiu na les o nacionales. En este sentido, el argumento
de Ca ncl in i cs, t'sc ncialnwllte. Illodt' rnista l. ... ]" (2004 , p. 17S )

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