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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOJA

FACULTAD DE LA EDUCACIÓN, EL ARTE Y LA COMUNICACIÓN


CARRERA QUÍMICO BIOLÓGICAS
CICLO VI

Datos Informativos
Alumno: Ángel Emilio Camacho Martínez
Asignatura: Ecología
Ciclo: VI
Fecha: 30-01-2018

Los diez principales agentes de la contaminación

El dióxido de carbono (CO2) es una molécula compuesta por un átomo de carbono y


dos átomos de oxígeno. Está presente en la atmósfera de forma natural. Su
concentración ha variado a lo largo de la historia geológica de la Tierra. Como gas de
efecto invernadero, juega un papel clave en la temperatura media del planeta: si no
hubiese CO2 no disfrutaríamos de la temperatura que requiere la vida tal y como la
conocemos. Pero, por ese mismo motivo, las variaciones en la concentración de CO2
presente en la atmósfera están relacionadas con variaciones climáticas: mucho CO2
reteniendo calor puede provocar un aumento de la temperatura media.

En nuestra atmósfera la molécula de dióxido de carbono está presente en forma gaseosa


y en una concentración muy inferior a las 5.000 partes por millón (ppm) recogidas como
valor límite de exposición profesional para agentes químicos: unas 400 ppm que -a
pesar de su constante aumento- no nos impiden respirar con normalidad y sin miedo a
asfixiarnos por este compuesto.
Monóxido de carbono (CO)

El monóxido de carbono es un gas tóxico, inodoro, incoloro e insípido, parcialmente


soluble en agua, alcohol y benceno, resultado de la oxidación incompleta del carbono
durante el proceso de combustión. Consta de un átomo de carbono unido mediante
enlace covalente (con una longitud de 0,1128 nm) a un átomo de oxígeno (CO).

Efectos

La peligrosidad del CO radica en que dicho gas presenta una gran afinidad por la
hemoglobina (240 veces superior a la del oxígeno), dando lugar a la
carboxihemoglobina, que al desplazar al oxígeno de la hemoglobina de la sangre
provoca isquemia e hipoxia, situaciones a las que el corazón y el cerebro son
especialmente sensibles.

A bajas concentraciones el monóxido de carbono causa fatiga en personas sanas y dolor


pectoral en pacientes con enfermedades cardiacas. A concentraciones más altas provoca
problemas de visión y coordinación, cefaleas, mareos, confusión y náuseas, causando
síntomas similares a la gripe que desaparecen al cesar la exposición al contaminante.
Cuando las concentraciones son muy elevadas la exposición al CO puede ser letal,
ocasionando la muerte en pocos minutos.

A este respecto, algunos estudios indican que más del 50% de los envenenamientos por
CO son debidos a vehículos a motor y de estos más del 80% corresponde a vehículos
aparcados en garajes. Los garajes subterráneos se han convertido en un sumidero de CO
aún cuando dispongan de puertas o ventanas abiertas, puesto que la ventilación pasiva
no es suficiente para reducir el riesgo en espacios semicerrados. La inhalación de humos
de todo tipo de fuegos es la segunda causa de envenenamiento por CO; los bomberos
constituyen el colectivo que sufre un mayor riesgo de intoxicación por este
contaminante.

En algunos países, como Estados Unidos, el monóxido de carbono se utiliza para


conferir a la carne una apariencia fresca, evitando así las pérdidas económicas debidas
al pardeamiento que experimenta la carne al estar en contacto con el oxígeno. Ello se
debe a que el CO reacciona con la hemoglobina de la carne formando
carboxihemoglobina, un pigmento de color rojo brillante que enmascara el
envejecimiento y descomposición natural de las carnes. Sin embargo, esta práctica está
prohibida en la Unión Europea al ser considerada engañosa para los clientes, que
adquieren una carne de apariencia fresca que en realidad no lo es.

Dióxido de Azufre

El dióxido de azufre (SO2) es un gas contaminante incoloro y con un olor desagradable


que se origina en la combustión del carbón y el petróleo. Los ciudadanos y sus entornos
urbanos se encuentran en el radio de acción de los focos emisores de este gas. Las
centrales termoeléctricas, las refinerías, los hornos, la fundición de metales, las calderas
de calefacción o los motores diésel son algunos de los principales causantes de este
compuesto. También el humo de los cigarrillos esconde SO2 junto a otras sustancias
tóxicas, así como algunas actividades consideradas más ecológicas, como las plantas de
biomasa, de geotermia o de cogeneración eléctrica a partir de purines de cerdo.

El SO2 se origina en la naturaleza a partir de las erupciones volcánicas u oceánicas


(fumarolas). Su proporción es menor en comparación con las emisiones antropogénicas
(causadas por el ser humano): se estima que el SO2 de origen natural representa el 25%
del total que llega a la atmósfera.

Una vez dispersado en el medio ambiente, el SO2 puede causar diversos efectos
negativos. Mezclado con la lluvia, se llega a transformar en ácido sulfúrico y provoca la
denominada "lluvia ácida". El viento puede facilitar que este corrosivo elemento recorra
miles de kilómetros antes de precipitarse en bosques, lagos, canales y ríos. Los daños en
seres vivos, en la tierra o en los edificios llegan a ser cuantiosos. La cantidad emitida no
es la única variable que condiciona el efecto de este gas. La situación atmosférica
favorece o dificulta su dispersión.

Otros compuestos de este elemento derivan también en efectos negativos para el medio
ambiente. El hexafluoruro de azufre (SF6) se contempla en el Protocolo de Kyoto como
uno de los gases de efecto invernadero causantes del cambio climático. La industria
papelera utiliza sulfuro de hidrógeno (H2S) para extraer la celulosa de la madera. Si este
gas llega a la atmósfera, además de producir un característico olor a huevos podridos,
puede transformarse en SO2.

En el ser humano, la inhalación de concentraciones demasiado elevadas de SO2 puede


ocasionar problemas de salud. Las vías respiratorias se irritan y, en ocasiones, se daña el
tejido pulmonar. Enfermedades relacionadas con el sistema respiratorio y el
cardiovascular se pueden originar o agravar por efecto de este compuesto. Los niños,
ancianos y, en general, las personas con este tipo de dolencias (asma, bronquitis,
enfisema, etc.) son las más sensibles a esta contaminación.

Óxidos de Nitrógeno

El NO2 y el NOx (NO+NO2) tienen también un origen principalmente antrópico.

Como contaminantes, son gases que se emiten en los procesos de combustión que se
llevan a cabo en relación con el tráfico (sobre todo vehículos automóviles, y en especial
de motores diésel) y con el transporte en general, así como en instalaciones industriales
de alta temperatura y de generación eléctrica.

Su formación se debe a la oxidación que sufre el nitrógeno atmosférico (N2, principal


componente del aire) a altas temperaturas.

Los focos emisores emiten generalmente NO y NO2, a los que denominamos primarios,
con el tiempo el NO se oxida y genera NO2 secundario. Así pues cerca de las fuente el
ratio NO/NO2 es mucho más alto que en las zonas de fondo regional.
En ambiente urbano, generalmente más del 75% del NO2 en aire ambiente es aportado
por el tráfico rodado. Esta contribución es mayor que la que aporta al Inventario
Nacional de Emisiones debido a que los ciudadanos viven muy próximos al tráfico
rodado, y aunque en tonelaje las emisiones son inferiores a las de otras fuentes, su
contribución a la exposición humana en ciudades es muy superior

A lo largo de los años se ha producido global y paulatinamente una disminución de las


emisiones de estos contaminantes, que resulta más marcada si se atiende a focos
individuales como el tráfico (que continúa siendo el principal contribuyente) o a la
combustión en las industrias energéticas, que han experimentado una caída importante a
partir del año 2008.

Los niveles más altos de NOx se alcanzan en las grandes aglomeraciones urbanas y en
sus zonas metropolitanas, así como en el entorno de las vías de comunicación con
tráfico más denso.

DDT y otros plaguicidas

El DDT (diclorodifeniltricloroetano) es un insecticida organoclorado sintético de amplio


espectro, acción prolongada y estable, aplicado en el control de plagas para todo tipo de
cultivos desde la década del cuarenta.

Tiene aplicación industrial y doméstica.

Su potencial ecotóxico reside en que mata a los insectos por contacto, afectando su
sistema nervioso. Su efecto tóxico, luego de ser aplicado, se conserva durante años (alto
poder residual); un campo tratado con DDT conserva, luego de diez años el 50% de la
cantidad aplicada. Se calcula que desde su invención en 1939 se han consumido,
mundialmente, un millón de t, gran parte de las cuales se encuentran aun dispersas en
aguas, tierras y organismos.

Su acción no es selectiva, su aplicación provoca no sólo la muerte inmediata y masiva


del insecto plaga, sino también la de insectos benéficos y a mediano y largo plazo la de
infinidad de otros organismos (peces, aves y mamíferos).

Una vez aplicado se dispersa y difunde tanto sobre el medio terrestre como el acuático.
Se han encontrado pingüinos y focas en la Antártida y en el Ártico contaminado con
DDT.
A través de los distintos niveles tróficos su concentración aumenta. Un pez intoxicado
puede llegar a tener 10.000 veces más DDT que la cantidad presente en el agua.

Los mutantes sobrevivientes al DDT desarrollan resistencia a esas dosis lo que implica
el posterior empleo de una dosis mayor para controlar las nuevas poblaciones de la
plaga, generando así un incremento constante en las cantidades aplicadas.

Este producto permitió mejorar sensiblemente el rinde de las cosechas destinadas a la


alimentación humana y significó un importante elemento en la denominada Revolución
Verde de la agricultura. Lamentablemente, su uso indiscriminado y su mal manejo
aparejaron las consecuencias ecotóxicas mencionadas.

Estas características y la propiedad bioquímica de acumularse en el tejido adiposo


(grasas), provocan que este insecticida ingrese en la red trófica de los ecosistemas y se
acumule y concentre en los órganos de los animales (bioacumulación) provocando
intoxicación y muerte masiva, en muchos casos.

Bibliografía

http://ecologiacbta85.blogspot.com/2009/06/contaminacion-por-ddt.html

http://www.ambientum.com/enciclopedia_medioambiental/atmosfera/Los-
contaminantes-atmosfericos.asp

http://www.crana.org/es/contaminacion/mas-informacion_3/diaxido-azufre-so2

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