La corteza prefrontal se encuentra en la parte anterior del lóbulo frontal. Se considera la máxima expresión del desarrollo cerebral humano. Es la responsable última del control de la cognición, conducta y actividad emocional. La corteza prefrontal recibe información del sistema límbico (implicado en el control emocional) y actúa como mediador entre cognición y sentimientos a través de las funciones ejecutivas. Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas de orden superior, las cuales controlan nuestra conducta y emociones. Dentro de la corteza prefrontal pueden diferenciarse tres áreas o circuitos: dorsolateral, cíngulo anterior y orbital.
Área dorsolateral: El déficit relacionado con la lesión en este área prefrontal son, principalmente, de tipo cognitivo:
1. Incapacidad para resolver problemas complejos: disminución de la
inteligencia fluida (razonamiento, adaptación y resolución de situaciones novedosas, etc.). 2. Rigidez cognitiva y perseveración: la persona mantiene un pensamiento o acción a pesar de que se le invite a cambiarlo. 3. Disminución de la capacidad de aprendizaje: dificultad para adquirir y mantener nuevos aprendizajes. 4. Afectación de la memoria temporal: déficit de la memoria relativa al orden de los acontecimientos ocurridos. 5. Déficit en la programacióm motora y en la alternancia de actividades motoras: dificultades en la organización de secuencias de movimientos y a la hora de cambiar de actividad. 6. Disminución de la fluidez verbal: capacidad de evocar palabras a partir de una consigna (por ejemplo, categoría semántica). Esta actividad requiere de capacidad de acceso al léxico, sin embargo, también es necesaria la organización y planificación cognitiva dirigida a una meta poco habitual, así como la atención selectiva y focalizada (enfocar la atención hacia un estímulo). 7. Déficit de atención: dificultades en el mantenimiento de la atención (sostenida), en la inhibición de otros estímulos (selectiva) y en el cambio de foco atencional (alternante). 8. Trastornos pseudodepresivos: síntomas similares a los característicos de una depresión (estado de ánimo bajo, apatía, etc.).
Zona cingulada:
1. Reducción de la actividad espontánea: muestran una apariencia estática.
2. Pérdida de iniciativa y motivación: presentan una apatía notable. 3. Alexitimia: incapacidad en el reconocimiento y, por tanto, expresión de las propias emociones. 4. Restricción en el lenguaje: con frecuencia sus respuestas son monosilábicas. 5. Dificultad para el control de interferencias: dificultad en el control de la atención selectiva. 6. Trastornos pseudodepresivos.
Zona orbital:
Los síntomas que caracterizan al trastorno disejecutivo relacionado con el área
orbitofrontal son de tipo conductual. La persona destaca por su actitud desinhibida.
1. Cambios de personalidad: inestabilidad en su manera de ser y de actuar.
2. Irritabilidad y agresividad: reacciones emocionales exageradas ante situaciones de su vida cotidiana. 3. Ecopraxia: imitación de movimientos observados en otra persona. 4. Desinhibición e impulsividad: falta de autocontrol sobre su conducta. 5. Dificultad para adaptarse a las normas sociales: lleva a cabo comportamientos socialmente inaceptables. 6. Alteración en el juicio: razonamientos erróneos. 7. Falta de empatía: incapacidad para comprender la situación de la otra persona, mantenimiento de una conducta y expresión emocional no acorde a la situación. 8. Euforia: estado de ánimo exaltado.