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El Juego de La Repetición en "El Camino de Santiago" de Alejo Carpentier
El Juego de La Repetición en "El Camino de Santiago" de Alejo Carpentier
El Juego de La Repetición en "El Camino de Santiago" de Alejo Carpentier
de Maeseneer Rita. El juego de la repetición en « El camino de Santiago » de Alejo Carpentier. In: América : Cahiers du
CRICCAL, n°18 tome 1, 1997. Les Formes brèves de l'expression culturelle en Amérique Latine de 1850 à nos jours : Conte,
nouvelle. pp. 145-158;
doi : 10.3406/ameri.1997.1251
http://www.persee.fr/doc/ameri_0982-9237_1997_num_18_1_1251
ciôn. No solo me refiero al hecho de que Juan el Indiano del capitulo X re-
pite - en parte textualmente - los mitos de America senalados por el
indiano embustero del capitulo IV, sino que se evoca a dos (o mas) Juanes, se
describen dos (o mâs) tambores, dos delirios (uno en Amberes y otro en el
palenque), la continua alternancia entre ilusiôn y decadencia. Es obvio que
la repeticiôn ya ha sido destacada en varios estudios. Partiendo de dos in-
terpretaciones del verbo « repetir », intentaré « repetir » la experiencia de
lectura del cuento, integrando, completando y matizando las observaciones
y a emitidas al respecto.
« Repetir » significa segun Maria Moliner « decir una cosa mâs de
una vez », o sea que pueden aparecer dos o mâs veces una palabra, un sin-
tagma, una frase. Otra definiciôn esboza otro camino : repetir es « decir lo
mismo que ha dicho otro ». Este « otro » no solo se podria interpretar como
una « voz » que habla en el mismo cuento, sino también como una « voz »
que habla en otra obra (literaria o no) de Carpentier o de otro escritor, por
lo que integro la intertextualidad.
Limitândome a estos dos tipos de repeticiôn, excluyo otras posibles
interpretaciones, como la expresiôn semântica del acto de repetir (recor-
dar, volver a pensar, anorar...) o la repeticiôn de indole fonético-estilïs-
tica, tal como la han estudiado Fernandez Rubio en El eco y otros recursos
estilisticos en la novelistica de Alejo Carpentier y Marquez Rodriguez en el
apartado « El efecto eco » (254-260).
Repeticiones y variaciones
1 . Va en la misma direction lo advertido por Dîaz : « Otra dimension que podemos consi-
derar en cuanto al simbolismo de Juan es que sus diversos estados o profesiones son indicati-
vos de los elementos religioso, militar, y civil » (150).
El juego de la repeticiôn en « El Camino de Santiago ». . . 147
mo las dos caras indisociables del ser humano, la eterna lucha entre el
bien, la elevaciôn y el mal, el embuste (Dîaz, 157).
El titulo del cuento constituye también el punto de partida para una
série de repeticiones/variaciones. Esta présente el sintagma del « Camino
de Santiago » (49, 51, 56, 71, 78) en unos momentos estratégicos de la na-
rraciôn, casi siempre hacia el final de un capitule No solo se especula
sobre la interpretaciôn mundana - el camino de los peregrinos - y la inter-
pretaciôn celestial - la galaxia, la Via Lâctea, el « Campo Estrellado » (71,
79) -, tal como lo expone, por ejemplo, Mocega Gonzalez (98-100). Se
juega también con la minûscula/ mayûscula y con el complemento que
acompana a la palabra « Camino ». El « Camino de Santiago » se convierte
en « caminos de Francia » (« Por caminos de Francia va el romero », 49)
con minûscula (y en plural) para referirse a la peregrinaciôn por Francia.
También es el « camino de Francia » (« El camino de Francia arroja al
romero, de pronto, en el alboroto de una feria que le sale al paso, entrando
en Burgos », 52) y el « Camino Frances » (« Bien atrâs quedô el Camino
Frances », 57), variantes para indicar el camino de Santiago de Composte-
la1. Ademâs se relacionan el « camino de Santiago » (j con minûscula !) y
el « camino de Sevilla » (78), que es camino de America, asociaciôn
también présente en la novela sobre Colon, El arpa y la sombra (1979) :
Camino de America, Camino de Santiago, Campus Stellae - en rea-
lidad camino hacia otras estrellas : initial acceso del ser humano a la
pluralidad de las inmensidades sidérales. (IV : 234)
sillar de coro » (67, 76, 79). Dicho sea de paso, en toda la novelïstica car-
penteriana, se puede observar una verdadera fîjaciôn en esta parte del cuer-
po femenino, tan « sobresaliente » en America Latina1.
LA REPETICIÔN ÛNICA
Paso a algunos ejemplos donde se repiten una sola vez una palabra,
un sintagma o una frase, o sea que se trata de una repeticiôn ûnica. En el
primer capitulo se describe a la amante flamenca del Duque de Alba me-
diante la metonimia de « una voz que sonaba, sobre el mâstil del laud »
(45). Este detalle cobra mas importancia al repetirse en el segundo capitulo
durante el delirio de Juan. Juan ve al Duque de Alba y también
pasaba volando, de patio a calle, montada en el mâstil de un laûd,
una senora de pechos sacados del escote, con la basquina levantada y
las nalgas desnudas bajo los alambres del guardainfantes.2 (49)
1 . Escojo al azar un ejemplo sacado de Concierto barroco (1974) : «(...) Filomeno, a quien las
redondas caderas y el sonrosado escote de Anna Giro no dejaron insensible... » (TV : 188). Por
lo que se refiere al sîmil « como sillar de coro », lo comenta también Marquez Rodriguez (281-
182) como ejemplo de fusion de la cultura europea arquitectônica y lo africano, lo negroide.
2. Para los arcaismos « basquina » y « guardainfantes » que contribuyen a recrear el am-
biente de la época, véase el comentario de Marquez Rodriguez (202).
3. Entre cada capitulo se efectûan saltos temporales cuya duration muchas veces no esta es-
pecificada. En lo espacial, pasamos de Amberes (I y II) por Francia (III) a Burgos (IV). En
el capitulo V, se sale de Sevilla para llegar a La Habana. Los très capitulos siguientes (VI-
VII- VIII) se sitûan en Cuba. El capitulo IX narra el viaje de regreso con insistencia sobre
Gran Canaria. El capitulo X se situa en Burgos. En el ultimo capitulo se narra el viaje a
Sevilla y luego se produce un salto geogrâfico a Burgos.
4. Fitch define la intra-intertextualidad de la siguiente manera : « Par là nous nous référons
aux multiples rapports qu'entretiennent les textes d'un même auteur les uns avec les autres
plutôt que ceux qui les relient aux textes d'autres écrivains » (85).
5. El arquitecto militar italiano al que se refiere es Antonelli, evocado también en el ensayo
« La cultura de los pueblos que habitan en las tierras del Mar Caribe », 1987 (203-204).
El juego de la repeticiôn en « El Camino de Santiago »... 149
indiano embustero del capitulo IV. Al cotejar los dos fragmentos, Benîtez
Rojo insiste esencialmente en dos procedimientos de transformaciôn. En
primer lugar, senala las adiciones de nuevos mitos (la ciudad de Manoa
(76), las bocas del Maranôn (77), ...), lo que se combina con una progre-
siôn en la temporalidad senalada por los deicticos « ya » y « ahora ».
Benîtez Rojo constata que, por una parte, ha habido un progreso en la
temporalidad entre las dos escenas situadas en Burgos, pero que, por otra parte,
no ha avanzado el tiempo de la historia, que sigue siendo el 22 de septiem-
bre de 1568 segun sus câlculos1. El critico concluye que se juntan un «
discurso que se desplaza diacronicamente » y « otro discurso que marcha repi-
tiendo miméticamente un momento » (306). El segundo procedimiento de
transformaciôn es lo que Benîtez Rojo llama la « reducciôn de nombres co-
munes a nombres propios » (308). Por ejemplo, el « otro Pizarro » (56) que
vio estatuas de gigantes, esta especificado en la segunda menciôn, ya que
se habla de « Francisco Pizarro » (76). O el « esclavo negro » (55) quien
acompana al indiano en el capitulo IV, se convierte en el capitulo X en
« Golomôn » (75), nombre de amplias resonancias intertextuales en Car-
pentier2. Las diferencias que acabo de senalar basândome en Benîtez Rojo,
me llevan a concluir que la repeticiôn es a la vez lo mismo y lo otro.
A fin de profundizar esta idea interesa volver sobre el final del
cuento. Después de que Santiago ha intercedido ante la virgen de Sevilla
por Juan el Indiano y Juan el Romero, se efectûa un salto geogrâfico, y a
que se describe a Belcebû en Burgos :
1. Benîtez Rojo (303-306) se basa en el anâlisis temporal efectuado por Magnarelli (83-85),
aunque introduce algunas correcciones.
2. Como senala también Benitez Rojo (309-310), Golomôn es el padre del negro valiente,
Salvador Golomôn, evocado en Espejo de Paciencia, primer poema épico del cubano Silves-
tre de Balboa y Troya de Quesada (1608). De manera no ficticia se cita la obra de Balboa en
el primer capitulo de La mûsica en Cuba (1946) (XII : 235-236) y se introduce la cita del
Espejo de Paciencia en la novela Concierto barroco (1974) (IV : 159), ya que Filomeno, el
segundo criado del protagonista, el Amo mexicano, dice ser biznieto del hijo de Golomôn.
Curiosamente se menciona también en el cuento el nombre de Francisquillo, el primer
criado del Amo mexicano, cuando Juan se inscribe en la Casa de la Contrataciôn : « En el
mismo folio de asientos desfilaban, a continuaciôn, un pellejero de la emperatriz, un mercader
genovés Jâcome de Castellôn, varios chantres, dos polvoristas, el Dean de Santa Maria del
Darién con su paje Francisquillo, (...)» (59).
El juego de la repeticiôn en « El Camino de Santiago »... 151
Al comparar los dos textos, vemos que se efectûan los dos tipos de
transformaciôn comentados por Benîtez Rojo, la adiciôn y la reducciôn. Se
pasa efectivamente de un nombre comûn, un « ciego », a un nombre pro-
pio, « Belcebû ». De esta manera se aclara por que el sombrero tiene que
ser tan grande y por que las unas son tan largas. Esta reducciôn y adiciôn
acentûan el carâcter de engano1 y de disfraz en que se ve envuelta la em-
presa de ir a America, lo que esta sugerido ya en la primera llegada a Se-
villa por el atuendo de Juan :
Asi habiendo trocado la venera por la Rosa de los Vientos, llega Juan
el Romero a la Casa de la Contrataciôn, tan olvidado de ser peregri-
no, que mâs parece un actor de companîa desbandada, de los que, a
falta de dinero, echan mano a las areas del vestuario, acabando por
ponerse la casaca del bobo del entremés, las bragas del vizcaîno, la
cota de Pilatos, y el sombrero que llevaba Arcadio, el pastor enamo-
rado de la comedia al estilo italiano, que no gustô. (57)
As the title of the book suggests, Posse's fiction centers on the myth
of the Devil and his reputed preference for the New World as resi-
1. En la repeticiôn se insiste aûn mâs sobre el engano, por ejemplo, respecto a los caimanes
que vende Juan el Indiano. Comparemos los dos contextos :«(...) se ve Juan empujado al
cabo de un callejôn donde un indiano embustero ofrece, con grandes aspavientos, como traî-
dos del Cuzco, dos caimanes rellenos de paja » (55). Y « Un dîa de feria, al cabo de una
calle ciega, esta Juan el Indiano pregonando, a gritos, dos caimanes rellenos de paja que da
por traîdos del Cuzco, cuando lo cierto es que los comprô a un prestamista de Toledo » (75,
el subrayado es mîo).
2. Para la interpretaciôn de esta cita de Lope de Vega, véase Velazco (26-27). Partes de la
misma cita se encuentran también en el ensayo « Vision de America » de Carpentier, 1978
(177, 189).
152 Rita De Maeseneer
dence and field of operations, a theme that had been important in two
earlier Latin American masterpieces, Carpentier's El reino de este
mundo (1949) and Joao Guimaraes Rosa's Grande sertào veredas.
1. En La Relation del Tercer Viaje de Colon leemos : «(...) y por esto me puse a tener esto
del mundo, y fallé que no era redondo en la forma qu'escriven, salvo que es de la forma de
una pera que sea toda muy redonda, salvo allî donde tiene el peçôn que alli tiene màs alto, o
como quien tiene una pelota muy redonda y en lugar d'ella fuesse como una teta de muger
alli puesta, y qu'esta parte d'esté peçôn sea la mâs alta e mâs propinca al cielo, o sea debaxo
la linea equinoçial, y en esta mar Ocçéana, en fin del Oriente (Hamo yo fin de Oriente adon-
de acaba toda la tierra e islas) » (213). Anadamos que para la imagen del monte en forma de
teta, Colon se inspiré en la forma del Teide. De esta manera se genera una interesante
transfusion de lo real en lo ficticio, donde la imagen adquiere una vida (y descendencia) propias.
Ademâs esta imagen tomada de Colon fue muy gustada por Carpentier, no solo en El arpa y
la sombra (IV : 323, 338), sino también, por ejemplo, en El siglo de las luces (1962) : « El
mundo ténia forma de pecho de mujer, con un pezôn en cuya punta crecïa el Arbol de la
Vida » (V : 295).
2. Se hace también una referencia a este romance en Los pasos perdidos (1953) : « Durante
dos siglos habian cantado los ciegos del Camino de Santiago los portentos de una Arpia
Americana, exhibida en Constantinopla, donde muriô rabiando y rugiendo... » (II : 273).
156 Rita De Maeseneer
Mediante las citas se subraya que el punto de mira es, por tanto, America1.
« ABRID EL CONCffiRTO »
Se podria indagar mucho mas en este diâlogo con las demâs obras de
Carpentier interpretando la repeticiôn de una manera mas amplia. La repe-
ticiôn podrîa concernir no solo a las repeticiones textuales, sino también a
la repeticiôn temâtica. Ya he mencionado en epigrafe el tema del Camino
de Santiago (relacionado con el mar) en La consagraciôn de la primavera
(1978) (VIII : 435-436). Y Esteban de El siglo de las luces (1962) empren-
de el mismo camino que Juan el Romero, aunque con otro propôsito, el de
difundir en Espana las ideas revolucionarias. De esta manera advierte el jo-
ven que « Sandalias habria de darme la libertad, con una escarapela por
venera » (V : 130). En el capîtulo 12 de Los pasos perdidos (1953) (II :
242-247) se evoca la fiesta de Santiago celebrada en el puerto Santiago de
los Aguinaldos, una de « las cien ciudades nuevas » (79) de America a la
que alude Santiago al final del cuento. Los mitos de America que sedujeron
a los conquistadores, constituyen el aliciente para el protagonista del
cuento « Semejante a la noche » (III : 33-34). En Los pasos perdidos (1953)
(II : 270) el buscador de oro, Yannes, y el recolector de plantas, Montsal-
vaje, se sienten atraidos por los mitos del Dorado, de Manoa... La temâtica
de la promesa de peregrinaciôn incumplida vuelve en El recurso del méto-
do (1974) (VII : 140), donde el Primer Magistrado promete ir en
peregrinaciôn a la iglesia de la Divina Pastora en acciôn de gracia por la victoria
obtenida sobre el general Walter Hoffmann. En El arpa y la sombra (1979)
(IV : 343) Colon tampoco cumple su promesa de ir en peregrinaciôn a Ro-
ma. Estos paralelismos vienen a sugerir que Juan el Romero/el Indiano,
Yannes, Esteban, el Primer Magistrado, Colon son hasta cierto punto per-
sonajes intercambiables, eternos viajantes por el mundo carpenteriano.
Aparté de las repeticiones temâticas, se podria estudiar la recurren-
cia de ciertos rasgos estilisticos como la enumeraciôn, tan tïpica del estilo
barroco de Carpentier, la preferencia por ciertas palabras, como « anebla-
do », o por ciertos campos semânticos como el maritimo, tan présente
también en El siglo de las luces (1962). Estos anâlisis constituyen algunas sen-
das por seguir. Lo que mi limitado estudio de la repeticiôn en « El Camino
de Santiago » me ha ensenado, es que nadie puede negar que lo mismo
también es lo otro, juego bastante borgesiano...
1 . En muchas otras obras carpenterianas (sobre todo en las ultimas) son prépondérantes las
citas francesas que se refieren de una manera mucho mâs mediata a America. Véase a este
respecto las conclusiones de mi tesis doctoral sobre La consagraciôn de la primavera
(1978).
El juego de la repeticiôn en « El Camino de Santiago »... 157
Obras citadas
Rita DE MAESENEER
Provinciale Hogeschool voor Vertalers en Tolken (Gent)/
Vrije Universiteit Brussel.