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L’OSSERVATORE ROMANO
EDICIÓN SEMANAL EN LENGUA ESPAÑOLA
Unicuique suum Non praevalebunt
Año L, número 20 (2.567) Ciudad del Vaticano 18 de mayo de 2018

Catequesis en la audiencia general

de los miércoles

Cristianos llamados
a perserverar en la fe
página 2 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 18 de mayo de 2018, número 20

Tierra Santa
La semana del Papa
Reunión tenta veces siete». También responder a cuatro preguntas
Deseo expresar mi con los obispos chilenos subrayaron que el Papa «nos planteadas por el arzobispo
l Papa Francisco se ha dado un ejemplo claro de vicario Angelo De Donatis, el

E
gran dolor por los lo que tenemos que hacer». Pontífice pronunció un dis-
reunió con los obis-
muertos y heridos en Tierra pos de Chile del 15 curso en el cual exhortó a de-
al 17 de mayo en el Inauguración Sede Scholas jarse «iluminar por el para-
Santa y Oriente Medio. La
Vaticano. El pasado 8 de arrio 31, un barrio de digma del éxodo, que cuenta
violencia nunca lleva a la
paz. Por ello, invito a todas
las partes en causa y a la
comunidad internacional
abril les envió una carta para
convocarlos. Francisco, como
informa la Sala de Prensa de
la Santa Sede, «interpelado
por las circunstancias y los
B chabolas en el cora-
zón de Buenos Aires,
recibió una video-
conferencia desde Roma del
Papa Francisco para inaugu-
precisamente cómo el Señor
haya elegido y educado un
pueblo al cual unirse, para
hacerlo el instrumento de su
presencia en el mundo». Este
desafíos extraordinarios que rar una sede de Scholas Oc-
a renovar los esfuerzos para suceso, explicó, «habla de
plantean los abusos de poder, currentes. Para la ocasión, en
el Barrio 31 fueron invitadas una esclavitud, de una salida,
que prevalezcan el diálogo, sexuales y de conciencia, ocu-
rridos en Chile a lo largo de algunas personas del mundo de un pasaje, de una alianza,
la justicia y la paz las últimas décadas, considera del deporte: todos alrededor de una tentación/murmura-
necesario examinar en pro- de una multitud de chicos y ción y de un ingreso», pero
(@pontifex_es, 16 de mayo, 15:30)
fundidad sus causas y conse- una orquesta formada tam- es, en sustancia, «un camino
cuencias, así como los meca- bién por jóvenes, que tocaron de sanación». Y como tal
nismos que han llevado en al- en directo desde la capital ar- puede orientar los pasos de la
gunos casos a su encubri- gentina para el Pontífice, que comunidad eclesial de Roma,
miento y a las graves omisio- en ese momento se encontra- ayudándola a liberarse de
Obras de amor nes hacia las víctimas». A lo ba en la sede romana de «una condición de esclavitud,
largo de los encuentros, el Pa- Scholas. Allí fue recibido por es decir de limitación sofo-
pa también ha compartido un centenar de jóvenes que cante, de dependencia de co-
sus conclusiones personales participaron en los talleres de sas que no son el Señor».
No hay amor sin derivadas de la reciente mi- Scholas en diez países del
sión especial a Chile confiada mundo: Argentina, Paraguay, Instrucción Cor orans
obras de amor. La a monseñor Charles Scicluna, Colombia, México, Perú, Bra- sobre la vida contemplativa
entrega al hermano brota del Arzobispo de Malta, y al sa- sil, Haití, Mozambique, Espa-
obriedad y discreción

S
cerdote Jordi Bertomeu, de la ña e Italia. Una vez allí,
corazón que ama Congregación para la Doctri- Francisco inauguró virtual- en el uso de los me-
(@pontifex_es, 16 de mayo, 13:30) na de la Fe y de otros testi- mente otras sedes de Scholas dios de comunicación
monios orales y escritos que a través de videoconferencias. para salvaguardar el
ha continuado recibiendo. Saludando a los interlocuto- recogimiento y el silencio: la
En las reuniones, que se res invitó a las nuevas genera- tarea del capítulo conventual
desarrollaron en estricta con- ciones de jóvenes formadores será «establecer la modalidad
fidencialidad, participaron 31 de Scholas a no dormir, a no de uso de estos medios», pi-
La familia Obispos diocesanos y auxilia- perder la capacidad de soñar diendo a las monjas «madu-
res y 3 Obispos eméritos. El con los ojos abiertos, porque rez de juicio y capacidad de
Papa estuvo acompañado por todos son capaces de soñar discernimiento, y sobre todo
el prefecto de la Congrega- durmiendo. Les instó a mirar amor a la propia vocación
La familia es ción para los obispos, carde- a lo lejos, sabiendo que un contemplativa». Es uno de
la esperanza nal Marc Ouellet. El objetivo sueño puede transformarse en
los puntos principales de la
de este largo «proceso sino- realidad. Por tanto, les pidió
del futuro. Oremos nueva instrucción Cor orans
dal» es discernir juntos, en la que arriesguen, que encuen-
tren la valentía de luchar por de la Congregación para los
especialmente por las familias presencia de Dios, la respon-
la vida, por las ilusiones, a no institutos de vida consagrada
sabilidad de todos y cada uno
que atraviesan grandes en esas heridas devastadoras, jubilarse antes de tiempo. y las sociedades de vida apos-
así como el estudio de los tólica. Lo presentó el martes
dificultades, para que por la mañana, 15 de mayo,
cambios adecuados y durade- Encuentro
el Señor las sostega ros que impidan la repetición con la diócesis de Roma en la Sala de prensa de la
de actos siempre reprobables. s necesario escuchar Santa Sede, el arzobispo se-

E
(@pontifex_es, 15 de mayo, 13:30)
En el comunicado, la Sala de sin temor nuestra sed cretario José Rodríguez Car-
prensa explicó que «es funda- de Dios y el grito ballo, junto al subsecretario,
mental restaurar la confianza que sale de nuestra el cisterciense Sebastiano Pa-
en la Iglesia mediante pasto- gente de Roma, preguntándo- ciolla. El nuevo documento
res buenos que testimonien nos: ¿En qué sentido este gri- sobre la vida contemplativa,
Periodismo de paz con su vida el haber conocido to expresa una necesidad de explicó el prelado, nació con
la voz del Buen Pastor: que salvación, es decir de Dios? el intento de indicar algunas
sepan acompañar el sufri- Es la invitación dirigida por líneas aplicativas de la consti-
miento de las víctimas y tra- el Papa Francisco a los repre- tución apostólica del Papa
Invito a los bajar de manera decidida e sentantes de los distintos Francisco Vultum Dei quaerere,
incansable en la prevención componentes de la comuni- del 29 junio 2016. El texto, en
profesionales de los abusos». Dos obispos dad diocesana de Roma que
particular, precisa que la au-
de la comunicación elegidos como portavoces de participaron en el encuentro
tonomía jurídica reconocida a
la Conferencia episcopal chi- que se celebró el lunes 14 de
a promover un periodismo lena ofrecieron una rueda de mayo por la tarde, en la basí- cada monasterio sui iuris debe
de paz al servicio de todas prensa con los medios inter- lica de San Juan de Letrán. «presuponer una real autono-
nacionales la víspera de los Después de haber escuchado mía de vida», es decir la ca-
las personas, especialmente encuentros con el Papa, en la la relación de síntesis del tra- pacidad «de gestionar la vida
de aquellas que no tienen voz que dijeron que llegaban a bajo de la comisión que en del monasterio en todas sus
Roma «con dolor y vergüen- los meses pasados profundizó dimensiones: vocacional, for-
#WorldCommunicationsDay mativa, gubernamental, rela-
za» y que «si es necesario, el tema de las «enfermedades
(@pontifex_es, 13 de mayo, 13:30) pediremos perdón hasta se- espirituales» y después de cional, litúrgica, económica».

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número 20, viernes 18 de mayo de 2018
En el Regina coeli el llamamiento del Papa después de los atentados en Indonesia
Basta odio y violencia
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos
días!
Hoy, en Italia y en muchos otros países se
celebra la solemnidad de la Ascensión del
Señor. Esta fiesta contiene dos elementos.
Por una parte, la Ascensión orienta nuestra
mirada al cielo, donde Jesús glorificado se
sienta a la derecha de Dios (cf. Mateo 16,
19). Por otra parte, nos recuerda el inicio de
la misión de la Iglesia: ¿Por qué? Porque
Jesús resucitado ha subido al cielo y manda
a sus discípulos a difundir el Evangelio en
todo el mundo. Por lo tanto, la Ascensión
nos exhorta a levantar la mirada al cielo, pa-
ra después dirigirla inmediatamente a la tie-
rra, llevando adelante las tareas que el Se-
ñor resucitado nos confía.
Es lo que nos invita a hacer la página del
día del Evangelio, en la que el evento de la
Ascensión viene inmediatamente después de
la misión que Jesús confía a sus discípulos.
Una misión sin confines, —es decir, literal-
mente sin límites— que supera las fuerzas
humanas. Jesús, de hecho dice: «Id por to-
do el mundo y proclamad la Buena Nueva a
toda la creación» (Marcos 16, 15). Parece de
verdad demasiado audaz el encargo que Je-
sús confía a un pequeño grupo de hombres
sencillos y sin grandes capacidades intelec-
tuales. Sin embargo, esta reducida compa-
ñía, irrelevante frente a las grandes poten-
cias del mundo, es invitada a llevar el men-
saje de amor y de misericordia de Jesús a
cada rincón de la tierra. Pero este proyecto
de Dios puede ser realizado solo con la
fuerza que Dios mismo concede a los após-
toles. En ese sentido, Jesús les asegura que
su misión será sostenida por el Espíritu San-
to. Y dice así: «Recibiréis la fuerza del Es-
píritu Santo, que vendrá sobre vosotros y
seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Ju-
dea y Samaria y hasta los confines de la tie-
rra» (Hechos de los apóstoles 1, 8). Así que es-
ta misión pudo realizarse y los apóstoles ini-
ciaron esta obra, que después fue continua-
da por sus sucesores. La misión confiada
por Jesús a los apóstoles ha proseguido a
través de los siglos, y prosigue todavía hoy:
requiere la colaboración de todos nosotros.
Cada uno, en efecto, por el bautismo que
ha recibido está habilitado por su parte para
anunciar el Evangelio La Ascensión del Se-
ñor al cielo, mientras inaugura una nueva
L’OSSERVATORE ROMANO
forma de presencia de Jesús en medio de
nosotros, nos pide que tengamos ojos y co-
razón para encontrarlo, para servirlo y para
testimoniarlo a los demás. Se trata de ser
hombres y mujeres de la Ascensión, es decir,
buscadores de Cristo a lo largo de los cami-
nos de nuestro tiempo, llevando su palabra
de salvación hasta los confines de la tierra.
En este itinerario encontramos a Cristo mis-
mo en nuestros hermanos, especialmente en
los más pobres, en aquellos que sufren en
carne propia la dura y mortificante expe-
riencia de las viejas y nuevas pobrezas. Co-
mo al inicio Cristo Resucitado envió a sus
discípulos con la fuerza del Espíritu Santo,
así hoy Él nos envía a todos nosotros, con
la misma fuerza, para poner signos concre-
tos y visibles de esperanza. Porque Jesús
nos da la esperanza, se fue al cielo y abrió
las puertas del cielo y la esperanza de que
lleguemos allí.
Que la Virgen María, que como Madre
del Señor muerto y Resucitado animó la fe
de la primera comunidad de discípulos, nos
ayude también a nosotros a mantener
«nuestros corazones en alto», así como nos
exhorta a hacer la Liturgia. Y que al mismo
tiempo nos ayude a tener «los pies en la tie-
rra» y a sembrar con coraje el Evangelio en
las situaciones concretas de la vida y la his-
toria.
Al finalizar la oración mariana, después del
llamamiento por la paz en Indonesia, el
Pontífice recordó la Jornada mundial de las
comunicaciones sociales, dedicada este año al
tema «Fake news y periodismo de paz». A
continuación saludó a los distintos grupos
presentes, concluyendo el Regina coeli con unas
palabras a las madres, en el día en el que se
celebra su fiesta, y con una oración a la Virgen
de Fátima.
Queridos hermanos y hermanas:
Estoy particularmente cerca del querido
pueblo de Indonesia, de modo especial de
las comunidades cristianas de la ciudad de
Surabaya duramente golpeadas por el grave
ataque contra lugares de culto. Elevo mi
oración por todas las víctimas y sus familia-
res. Juntos invoquemos al Dios de la paz
para que haga cesar estas violentas acciones,
y en el corazón de todos encuentren espacio
página 3
Llamamiento del Papa por el
final de la violencia en
Indonesia. Después de los
atentados que han sacudido al
país asiático, en particular los
que han golpeado las
comunidades cristianas de
Surabaya, el Pontífice expresó
su cercanía a la población
durante el Regina coeli del
domingo 13 de mayo, deseando
que «en el corazón de todos
encuentren espacio sentimientos
de reconciliación y de
fraternidad». Antes,
refiriéndose a la solemnidad
litúrgica celebrada en Italia y
otros países del mundo,
Francisco había invitado a los
fieles presentes en la plaza de
San Pedro a ser «hombres y
mujeres de la Ascensión, es
decir buscadores de Cristo a lo
largo de los senderos de
nuestro tiempo».
no sentimientos de odio y violencia, sino de
reconciliación y de fraternidad. Recemos en
silencio.
Hoy es la Jornada mundial de las comu-
nicaciones sociales, sobre el tema «Fake ne-
ws —es decir, noticias falsas— y periodismo
de paz». Saludo a todos los operadores de
los medios de comunicación, en particular a
los periodistas que se empeñan en buscar la
verdad de las noticias, contribuyendo a
crear una sociedad justa y pacífica.
Os saludo a todos vosotros, romanos y
peregrinos; en particular a los músicos y a
los grupos folclóricos venidos de Alemania;
a los fieles paraguayos residentes en Roma
de la comunidad «Virgen de Caacupé»; a
los participantes en el congreso de la UCIIM
a 50 años de la muerte del fundador Ge-
sualdo Nosengo; al movimiento «Dives in
Misericordia» de Nápoles.
Saludo a los fieles de Catania, Scandicci,
San Ferdinando de Puglia y San Marzano
sul Sarno; a los numerosos chicos de la con-
firmación y confirmados de Génova, como a
aquellos de Emmenbrücke (Suiza) y Liscate;
a los niños de la parroquia de San Giustino
en Roma; y a los estudiantes del Instituto
«Tommaso Aversa» de Mistretta.
Saludo a los trabajadores de la «Federal
Express Europe», con el deseo de que las
dificultades actuales encuentren una solu-
ción positiva. Dirijo un pensamiento espe-
cial a los Alpini, reunidos en Trento para la
Asamblea Nacional. Les animo a ser testigos
de caridad y operadores de paz, sobre el
ejemplo de Teresio Olivelli, alpino, defensor
de los débiles, recientemente proclamado
beato.
Siendo hoy la jornada dedicada a las ma-
dres en muchos países, ¡un aplauso a las
madres! Quisiera saludar a todas las madres,
agradeciéndoles por su custodia de las fami-
lias. Recuerdo también a las madres que es-
tán en el cielo y continúan custodiándonos
con la oración. ¡Recemos a nuestra Madre
celeste, que hoy 13 de mayo, con el nombre
de Nuestra Señora de Fátima, nos ayuda a
proseguir en el camino.
Os deseo a todos un buen domingo. Por
favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen
almuerzo y hasta pronto!
página 4 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 18 de mayo de 2018, número 20

Mensaje a los participantes de la vigilia mariana internacional

La santidad es un elixir de juventud

«Si alguno —incluidos vuestros padres, vuestros sacerdotes, vuestros profesores— intenta cerraros la en Taiwán en la iglesia dedicada a Our Lady
boca, recordadles que la Iglesia y el mundo necesitan también de los jóvenes para rejuvenecerse a of Assumption.
sí mismos»: lo subrayó el Papa en el videomensaje a los participantes de la vigilia mariana Precisamente en estos días los obispos de
internacional de las nuevas generaciones, que tuvo lugar el sábado por la tarde, en el nuevo Taiwán están en Roma para la visita «ad li-
santuario de San Gabriel de la Dolorosa, en la Isla del Gran Sasso de Italia, en Abruzzo. mina». ¡Estarán contentos de saber que sus
Guiada por el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario del Sínodo de los obispos, la liturgia se jóvenes rezan y que hoy están también ellos
desarrolló en conexión por vídeo con otras cuatro diócesis en varios continentes. junto al Sucesor de Pedro! Queridos jóve-
nes, unidos en oración desde lugares tan le-
janos, vosotros sois una profecía de paz y de
Queridos hermanos: tanto necesitamos. Es la renovada juventud
reconciliación para toda la humanidad. No
que nos ha traído la resurrección del Señor. me cansaré nunca de repetirlo: ¡no levantéis
Estoy contento por participar en la vigilia
mariana internacional de los jóvenes en pre- Lo entendió bien san Gabriel de la Dolo- muros, construid puentes! ¡No levantéis mu-
paración a la próxima Asamblea del Sínodo rosa, patrón de los estudiantes, un santo jo- ros, construid puentes! Unid las orillas de
de los Obispos, organizada en el nuevo san- ven enamorado de María. Él, que había per- los océanos que os separan con el entusias-
tuario de San Gabriel de la Dolorosa. Es dido a su madre de niño, sabía que tenía en mo, la determinación y el amor del que sois
verdad que estoy físicamente lejos de voso- el Cielo dos madres que velaban por él. Y capaces. Enseñad a los adultos, cuyo cora-
tros, pero gracias a las modernas tecnologías así se comprende su gran amor por la ora- zón a menudo se ha endurecido, a elegir el
de la comunicación tenemos la posibilidad ción del rosario y su tierna devoción por la camino del diálogo y de la concordia, para
de acortar las distancias. En realidad, noso- Virgen, que quiso asociar para siempre a su entregar a sus hijos y a sus nietos un mundo
tros cristianos sabemos desde siempre que la propio nombre cuando, con tan solo diecio- más bello y más digno del hombre.
única fe y la oración concorde unen a los cho años, se consagró a Dios en la Familia El tercer y último pensamiento es para el
creyentes en todo el mundo: se puede decir religiosa de los Pasionistas, convirtiéndose Sínodo ya cercano. Ya sabéis que la próxi-
que, incluso sin saberlo, ¡hemos sido los en Gabriel de la Dolorosa. ma Asamblea del Sínodo de los Obispos es-
precursores de la revolución digital! Como he afirmado recientemente en la tará dedicada a «Los jóvenes, la fe y el dis-
Saludo a vuestro pastor, monseñor Loren- exhortación apostólica Gaudete et exsultate, cernimiento vocacional», y que toda la Igle-
zo Leuzzi, que desde el principio de su mi- «la santidad es el rostro más bello de la sia está ya desde hace tiempo intensamente
nisterio en medio de vosotros os ha implica- Iglesia» (n. 9) y la transforma en una comu- comprometida con el camino sinodal.
do en el camino sinodal, y el cardenal Lo- nidad «simpática» (cf. n. 93). Si san Am- Encontrando muchos jóvenes como voso-
renzo Baldisseri, secretario general del Síno- brosio se decía convencido de que «toda tros con ocasión de la reunión pre sinodal
do, que celebra la santa misa para vosotros. edad es madura para la santidad» (De virgi- del pasado mes de marzo, advertí del peli-
Quisiera ahora confiaros algunos pensa- nitate, 40), sin duda lo es también la edad gro de hablar de los jóvenes sin hacer ha-
mientos que tengo particularmente en el co- juvenil. ¡No tengáis miedo de ser santos, blar a los jóvenes, dejándoles a «distancia
razón. mirando a María, a san Gabriel y a todos de seguridad». Los jóvenes no muerden,
los santos que os han precedido y os indi- pueden acercarse y tienen el entusiasmo, y
El primer pensamiento es para María. Es
can el camino! vosotros además del entusiasmo tenéis la lla-
bonito que los jóvenes recen el rosario, ma-
ve del futuro.
nifestando así su afecto por la Virgen. Su El primer pensamiento es para María. El
mensaje, por otro lado, es hoy más actual segundo es para los jóvenes conectados con Queridos jóvenes, volviendo a vuestras fa-
que nunca. Y esto porque ella es una joven milias y vuestras parroquias —en Téramo,
vosotros desde distintas partes del mundo
entre los jóvenes, una «mujer de nuestros Panamá, Rusia, Irlanda, Taiwán—, no dejéis
para participar en esta vigilia. Saludo con
días», como amaba decir don Tonino Bello. que os callen. Cierto, quien habla puede
afecto a los jóvenes de Panamá, reunidos en
equivocarse, y también los jóvenes alguna
Era joven —quizá apenas adolescente— el santuario internacional del Corazón de vez se equivocan, son humanos, pecando de
cuando el ángel le dirigió la palabra, alte- María con el obispo monseñor Domingo imprudencia, por ejemplo. Pero no tengáis
rando sus pequeños proyectos para hacerla Ulloa Mendieta, con los cuales me reuniré miedo de equivocaros y de aprender de
parte del gran proyecto de Dios en Jesucris- el próximo año con ocasión de la Jornada vuestros errores, así se va adelante. Si algu-
to. mundial de la juventud; los jóvenes de la no —incluidos vuestros padres, vuestros sa-
Permaneció joven también después, cuan- Federación Rusa, reunidos en la catedral de cerdotes, vuestros profesores— intenta cerra-
do, a pesar del pasar de los años, se hizo la Transfiguración en Novosibirsk con su ros la boca, recordadles que la Iglesia y el
discípulo del Hijo con el entusiasmo de los obispo monseñor Joseph Werth y el delega- mundo necesitan también de los jóvenes pa-
jóvenes, y lo siguió hasta la cruz con la va- do para los jóvenes de toda Rusia, monse- ra rejuvenecerse a sí mismos. Y no os olvi-
lentía que solo poseen los jóvenes. Permane- ñor Clemens Pickel; los jóvenes de Irlanda, déis de tener a vuestro lado aliados imbati-
ce joven para siempre, también ahora que la conectados desde Glencomeragh House, casa bles: Cristo, el eternamente joven; María,
contemplamos Asunta en el Cielo, porque la de oración y formación para jóvenes, junto mujer joven; san Gabriel y todos los santos,
santidad mantiene eternamente joven, es el al obispo monseñor Alphonsus Cullinan; y que son el secreto de la perenne juventud
verdadero «elixir de la juventud» del que finalmente los jóvenes de Taiwán, reunidos de la Iglesia.
número 20, viernes 18 de mayo de 2018 L’OSSERVATORE ROMANO página 5

Veintitrés años
GIOVANNI MARIA VIAN
ario Agnes fue un exponente significativo, y

M al mismo tiempo reservado, del catolicismo

italiano. Nacido en la tierra irpina en una fa-
milia de sólidas raíces católicas y a la que
permaneció siempre muy ligado, se distinguió por la fide-
lidad absoluta a la jerarquía eclesiástica. En los últimos
treinta años del siglo XX vivió su compromiso de laico
primero en la Acción católica (de la que fue, entre otras,
presidente nacional) y después en L’Osservatore Romano,
que dirigió casi un cuarto de siglo. Seco y casi excavado
en el físico, riguroso en los modos a veces cortantes, con
el transcurso de los años había dulcificado un carácter
fuerte e impetuoso que, a quienes lo conocieron de cerca,
mostraba atenciones inesperadamente amigables e incluso
diligencias afectuosas. Concluida su larga dirección, se
había aislado cada vez más en su vivienda en el Vaticano
y en los últimos años había sido golpeado por una grave
enfermedad, afrontada sin lamentos, y había sufrido sobre
todo la pérdida de su querida hermana. Hasta los últimos
días continuó de todos modos siguiendo la actualidad, re-
cibiendo a los sobrinos y amigos, pero prefiriendo más a
menudo breves conversaciones por teléfono. El periodo
de su dirección en el periódico de la Santa Sede fue el se-
gundo más largo en la historia de L’Osservatore Romano,
después de los cuarenta años de Giuseppe Dalla Torre,
extendiéndose durante veintitrés años bajo dos pontifica-
dos: Juan Pablo II y Benedicto XVI. Y con el aristócrata
paduano, aunque muy diferente de él y en tiempos modi-
ficados desde la raíz, Mario Agnes tuvo trazos comunes:
el compromiso en el movimiento católico, la fidelidad al
servicio de la Santa Sede y, finalmente, un gobierno firme
del periódico.
Transformada en el tiempo del concilio y por la direc-
ción de Raimondo Manzini, que fue nombrado por Juan
XXIII y que con coherente e inteligente apertura supo des-
pués interpretar los decisivos quince años de Montini, la
cabecera vaticana estuvo después guiada durante más de
seis años por Valerio Volpini, intelectual esquivo y refina-
do. Le sucedió, llamado por Juan Pablo II, el que enton-
ces no tenía cincuenta y tres años Agnes, que sin titubear
afrontó dificultades externas e internas en el diario. Su
atención se dirigió sobre todo a las transformaciones, in-
cluso conflictivas, del catolicismo italiano y a este com-
promiso se añadió la entrada en el periódico de las neu-
vas tecnologías, que acogió incluso sin utilizarlas perso-
nalmente.
Muy fiel al primer Papa no italiano después de casi me-
dio milenio, Agnes guió el diario de la Santa Sede en el
periodo en el que se afirmó y se consolidó la proyección
vigorosamente planetaria del pontificado de Wojtyła. Pero
no abandonó la mirada apasionadamente partícipe sobre
Italia y sobre los acontecimientos de los católicos en la
península. Al término de su dirección dejó con conciencia
serena una redacción madurada y dispuesta a continuar, a
través de mutaciones indispensables a cada periódico que
quiera ser auténticamente tal, un compromiso institucio-
nal diario y silencioso. Al servicio de un editor que no tie-
ne comparación en el panorama internacional de los me-
dios.
Muere Mario Agnes, director de L’Osservatore romano desde 1984 hasta 2007
Un estilo inconfundible
omo director emérito de L’Osserva-
C tore Romano, después de un largo
periodo al frente del periódico de
la Santa Sede, Mario Agnes quiso
seguir viviendo en su vivienda en el Vatica-
no, entre los muros de «la casa del Papa»,
donde murió la tarde del 9 de mayo. Su
apartamento era austero y modesto, como su
estilo de vida, como cuenta Francesco M.
Valiante en una crónica publicada en la edi-
ción diaria del periódico el sábado 12 de
mayo, donde destaca su sentido personal de
pertenencia a la Iglesia, concebido como un
vínculo de cercanía física además de espiri-
tual, a la Sede Apostólica y al Pontífice Ro-
mano.
Hasta que sus fuerzas se lo permitieron,
cada domingo Agnes recorría a pie el breve
trayecto que lo separaba de la parroquia de
Santa Ana, para participar en la misa. Y
precisamente en la pequeña iglesia a las
puertas del Vaticano, la mañana del 12 de
mayo, el arzobispo Vincenzo Paglia celebró
el rito fúnebre. Sus restos reposarán en Seri-
no, el pueblo donde nació hace 86 años, el
6 de diciembre de 1931 y donde empezó su
militancia en la Acción católica como educa-
dor parroquial de los jóvenes.
Se licenció en Letras en la Universidad de
Nápoles y después fue docente de historia
del cristianismo en el Magisterio de Cassino
y asistente ordinario en la Universidad de
Roma La Sapienza. También cubrió cargos
de creciente responsabilidad en las filas de
la mayor asociación de laicos italiana. Allí
llevó el timón durante siete años, hasta 1980,
apostando por valorar la dimensión religiosa
de la asociación sin descuidar su vocación
social y civil y fortaleciendo el vínculo con
la jerarquía, en particular con los Papas. Pri-
mero con Pablo VI y después con Juan Pa-
blo II, que lo llamó en 1984 para dirigir el
L’Osservatore Romano. Concluido el pontifi-
cado de Juan Pablo II, Agnes continuó diri-
giendo el periódico también con Benedicto
XVI, hasta septiembre de 2007, cuando el
Pontífice le confirió el título de «director
emérito», llamando a sucederle a Giovanni
Maria Vian y expresándole en una carta un
«vivo aprecio por las dotes de inteligencia y
de corazón» reveladas «en el desempeño de
sus deberes delicados y exigentes».
En una crónica publicada el sábado 12 de
mayo en la edición diaria de L’Osservatore
Romano, Piero Di Domenicantonio recuerda
a Anges en una crónica titulada «Aquella
corbata un poco floja».
Cuenta que en la redacción alguno pensa-
ba que el profesor llevaba corbata también
sobre el pijama y explica que el jefe de la
sección de Internacional en la época se lo
preguntó y obtuvo una carcajada por res-
puesta. Mario Agnes se presentó en el perió-
dico con las palabras del mensaje del Conci-
lio a los jóvenes: «Darse sin retorno».

Mario Agnes con el Papa Juan Pablo
El pésame
del Papa
Mario Agnes, director emérito del Osservatore Romano
murió la tarde del 9 de mayo en su vivienda en el
Vaticano. Publicamos a continuación, el telegrama
enviado al sobrino, el profesor Salvatore Agnes, por el
Pontífice.
Recibida la noticia de la desaparición del profesor
Mario Agnes, presidente nacional de la Acción ca-
tólica italiana y director emérito de L’O sservatore
Romano, le expreso a usted y a todos los familiares
mi pésame personal. Deseo, en particular, recordar
con gratitud su compromiso con el laicado católico
y, sobre todo, el servicio generoso y prolongado en
la dirección del periódico de la Santa Sede. Mien-
tras aseguro mi oración para que el Señor resucita-
do acoja en su reino glorioso al difunto profesor,
imparto a usted y a cuantos lloran la desaparición
la Bendición apostólica.
II FRANCISCO PP.
número 20, viernes 18 de mayo de 2018 L’OSSERVATO

CARLOS MARÍA GALLI*

El nuevo documento de la Comisión Teológica In-
ternacional (CTI) desarrolla el tema La sinodalidad
en la vida y en la misión de la Iglesia. Es el fruto de
un estudio realizado en el transcurso de su noveno
quinquenio por parte de una de sus tres subcomi-
siones. El texto fue aprobado en la Sesión Plenaria
del año 2017, luego fue presentado a su Presidente,
S.E. Luis F. Ladaria, S.J., prefecto de la Congrega-
ción para la doctrina de la fe, quien autorizó la
publicación después de recibir el parecer favorable
del Papa Francisco el 2 de marzo de 2018.
Se trata de un texto de eclesiología sistemática
que integra variados aportes de la exégesis bíblica,
la historia de la Iglesia, la teología dogmática, la
teología pastoral, el derecho canónico, la teología
espiritual, la liturgia, el ecumenismo y la doctrina
social de la Iglesia.
La sinodalidad configura a la Iglesia como Pue-
blo de Dios en camino y asamblea convocada por
el Señor. El andar juntos por el camino incluye el
estar juntos en asamblea. La sinodalidad surge de
la comunión eucarística y anima la peregrinación
misionera de la Iglesia. Las asambleas, en especial
los concilios ecuménicos y los sínodos episcopales,
son momentos históricos privilegiados de un dis-
cernimiento guiado por el Espíritu Santo al servi-
cio de la evangelización.
«El camino de la sinodalidad es el camino que
Dios espera de la Iglesia en el tercer milenio». El
Papa Francisco dijo esta frase en el discurso pro-
nunciado el 17 de octubre de 2015, en la conmemo-
ración del quincuagésimo aniversario de la Institu-
ción del Sínodo de los Obispos por parte del bea-
to Pablo VI, poco antes de concluir el Concilio Va-
ticano II. Se trata de una afirmación programática
y comprometida, dicha con la parresía del Espíritu,
que se sitúa en el contexto de su llamado a la re-
forma de la Iglesia a través de una conversión pas-
toral y una salida misionera. La sinodalidad –ha
subrayado– «es dimensión constitutiva de la Igle-
sia», de modo que «lo que el Señor nos pide, en
cierto sentido, ya está todo contenido en la palabra
“Sínodo”».

Finalidad y estructura del documento

El documento, editado en la página oficial de la
Santa Sede el pasado 3 de mayo, se propone ofre-
cer algunas líneas para profundizar el significado
teológico de la sinodalidad en la perspectiva de la
eclesiología católica. En el primer capítulo se re-
monta a los datos normativos que se encuentran
en la Sagrada Escritura, en la Tradición y en la
historia bimilenaria de la Iglesia, para poner en
plena luz el enraizamiento de la figura sinodal en
el desarrollo histórico de la Revelación y para evi-
denciar las connotaciones fundamentales y los cri- El documento de la Comisión Teológica Inte
terios teológicos que definen el concepto y regulan
la práctica. El capítulo segundo esboza una teolo-
gía de la sinodalidad en sintonía con la enseñanza
del Concilio Vaticano II. Expone el misterio de la
Iglesia como comunión del Pueblo de Dios pere-
grino y misionero, con una especial referencia a las
propiedades distintivas de la unidad, la santidad,
Caminar juntos en la
la catolicidad y la apostolicidad de la Iglesia.
Sobre esta base eclesiológica los capítulos si- miento comunitario y apostólico, y atendiendo a ese acontecimiento se ha fundado la tradición sino-
guientes intentan ofrecer algunas orientaciones los reflejos positivos en el camino ecuménico y en dal y conciliar de la Iglesia.
pastorales y espirituales. En el marco de la voca- la diaconía social de la Iglesia. El Documento comprende la sinodalidad en cla-
ción sinodal del Pueblo de Dios, el capítulo terce- ve cristológica-trinitaria. Los cristianos «fijamos la
ro se refiere a la concreta actuación de la sinodali- mirada en Jesús» (Hebreos 12, 2). Él es el peregrino
dad considerando los sujetos, las estructuras, los Clave cristológica y experiencia eclesial evangelizador que anuncia la Buena Noticia del
procesos y los acontecimientos sinodales. La des- El carácter ejemplar del Concilio de Jerusalén Reino de Dios (Lucas 9, 57). La Iglesia es la comu-
pliega en varios niveles: en la Iglesia particular, en (Hechos 15, 4-29) manifiesta la vida sinodal desde nidad de aquellos que siguen «el camino del Se-
la comunión entre las Iglesias particulares de una los orígenes cristianos. Allí, frente a un desafío ñor» (Hechos 9, 2). Jesús es «el Camino» (Juan 14,
región y en el conjunto de la Iglesia universal, re- pastoral y doctrinal decisivo, se ejercitó el método 6) de Dios al hombre y de éste al Padre. Él, Cami-
cogiendo aportes de las tradiciones y estructuras del discernimiento comunitario y apostólico bajo la nante, Camino y Patria, nos acompaña para reco-
de las Iglesias de oriente y de occidente. El cuarto rrer el «camino más perfecto» (1 Corintios 12, 31).
guía del Espíritu Santo (Hechos 15, 28). En esa reu-
ofrece orientaciones para la conversión espiritual y San Juan Crisóstomo afirmó que «Sínodo es
nión participaron, diversamente, «apóstoles y pres-
pastoral hacia una renovada sinodalidad, analizan- nombre de Iglesia», es decir, un camino hecho
bíteros con toda la Iglesia» (Hechos 15, 4.6.22). En
do la espiritualidad de comunión y el discerni- juntos. Explica que la Iglesia es la asamblea con-
ORE ROMANO
ernacional sobre la sinodalidad de la Iglesia
a audacia del espíritu
vocada para dar gracias y cantar alabanzas a Dios
como un coro, una realidad armónica donde todo
se mantiene unido, porque quienes la componen,
mediante su relación recíproca y ordenada, coinci-
den en un mismo sentir por el amor.
Sínodo es una palabra griega compuesta por la
preposición sýn, que significa «con», y el sustanti-
vo hodós, que significa «camino». Camino hecho
juntos bajo la guía del Señor resucitado por parte
del conjunto del Pueblo de Dios en la variada plu-
ralidad de sus miembros y en el ejercicio responsa-
ble y convergente de los distintos ministerios, ca-
rismas, deberes y estados de la vida.
La Iglesia es un caminar juntos que contempla
la reunión en asamblea a partir de aquella forma
original y constitutiva que es la asamblea eucarísti-
ca. El Pueblo de Dios escucha la Palabra de Dios
y celebra la comunión con el Cuerpo de Cristo,
gracias al cual Él se hace presente de forma plena
en la historia. De la experiencia de la fe vivida han
surgido las asambleas eclesiales que buscan discer-
nir, en escucha del Espíritu Santo, las cuestiones
doctrinales, canónicas y pastorales planteadas con
el transcurso del tiempo. Aquellas han generado
una ininterrumpida praxis sinodal a nivel diocesa-
no, provincial, regional y universal. El documento
tiene presente la variada práctica sinodal que se ha
dado a partir del magisterio del Vaticano II y de
una forma situada en las Iglesias locales radicadas
en distintas culturas y continentes.
páginas 6/7
Desde la eclesiología conciliar
La Constitución dogmática Lumen gentium ofre-
ce los principios fundamentales para una inteligen-
cia de la sinodalidad en la comunión del Pueblo
santo por la Santìsima Trinidad (LG 4). El orden
de sus tres primeros capítulos constituye una nove-
dad en la historia del magisterio y de la teología.
La secuencia: Misterio de la Iglesia (cap. 1), Pue-
blo de Dios (cap. 2), Constitución jerárquica (cap.
3) enseña que, en el designio trinitario de la salva-
ción, la jerarquía —el Colegio Episcopal encabeza-
do por el Obispo de Roma— está al servicio del
Pueblo de Dios misionero.
La sinodalidad expresa la condición de sujeto
que le corresponde a toda la Iglesia y a todos en
la Iglesia. Todos los bautizados son
pañeros de camino, llamados a ser sujetos activos
en la santidad y en la misión porque participan del
único sacerdocio de Cristo y están enriquecidos
por los carismas del Espíritu. En esa línea, el Papa
Francisco se refiere a la Iglesia como el santo Pue-
blo fiel de Dios, completando una rica expresión
conciliar (LG 12a).
En este contexto eclesiológico el neologismo «si-
nodalidad» no designa un mero procedimiento
operativo sino la específica forma de vivir y obrar
(modus vivendi et operandi) de la Iglesia como Pue-
blo de Dios que manifiesta y realiza en concreto su
ser comunión en el caminar juntos, en el reunirse
en asamblea y en el participar activamente en la
misión evangelizadora. La sinodalidad expresa y
actualiza la naturaleza y la misión de la Iglesia en
la historia orientada hacia la plenitud del Reino de
Dios. Por eso Iglesia es nombre de Sínodo y Síno-
do es nombre de Iglesia.
La sinodalidad designa tres realidades de la vida
y la misión de la Iglesia. Ante todo, el estilo pecu-
liar que califica su modo ordinario de vivir y de
obrar. Además, señala las estructuras y los procesos
que expresan la comunión sinodal a nivel institu-
cional. También, incluye la realización puntual de
aquellos acontecimientos —desde un sínodo dioce-
sano a un concilio ecuménico— en los cuales la
Iglesia es convocada a actuar sinodalmente a nivel
local, regional y universal.
En la Conmemoración del 50º Aniversario de la
institución del Sínodo de los Obispos, Francisco
se refirió a la sinodalidad como una dimensión
constitutiva de la Iglesia. Su enseñanza está conva-
lidada por los procesos de participación y de con-
sulta que impulsó en las dos asambleas sinodales
dedicadas a analizar el amor en la vida del matri-
monio y la familia durante el trienio 2013-2015. La
exhortación Amoris laetitia es un fruto de esa prác-
tica sinodal y colegial.
La pirámide invertida de la sinodalidad
Francisco supera la tradicional figura piramidal,
que todavía marca cierto imaginario colectivo. Pro-
pone una Iglesia sinodal empleando la sugestiva
imagen de una pirámide invertida. Esta reinversión
de la figura fue realizada por el Concilio y es con-
firmada por el Papa argentino. La teología de la
sinodalidad es un desarrollo original y homogéneo
del acontecimiento conciliar y de su magisterio
eclesiológico. Siguiendo la lógica de la Lumen gen-
tium (LG 18), ella ofrece el marco interpretativo pa-
ra comprender y vivir el ministerio jerárquico —ci-
ma de la pirámide que se ubica en la base— como
un humilde servicio al Pueblo de Dios, base que se
sitúa en la cima.
La sinodalidad se asienta sobre dos pilares: el
sensus fidei de todo el Pueblo de Dios —tema de
otro documento de la CTI en 2014— y la colegiali-
dad sacramental del episcopado en comunión je-
rárquica con el Papa. Invita a desplegar la comu-
nión sinodal entre «todos», «algunos» y «uno»,
articulando los dones del pueblo cristiano, la mi-
sión del episcopado y el servicio del Sucesor de
SIGUE EN LA PÁGINA 8
página 8
Caminar juntos en la audacia del espíritu
VIENE DE LA PÁGINA 7
Pedro. La circularidad entre la profecía de
la universitas fidelium, el discernimiento del
colegio episcopal y la presidecncia del mi-
nisterio petrino enriquece a la Iglesia entera.
Conjuga la dimensión comunitaria del Pue-
blo de Dios, la dimensión colegial del mi-
nisterio episcopal y el primado diaconal del
Obispo de Roma. Un proceso análogo se
da en las Iglesias particulares y las agrupa-
ciones de Iglesias. El documento analiza la
actuación de sujetos, estructuras, procesos y
eventos sinodales que articulan la autoridad
de algunos y la participación de todos.
El concepto de sinodalidad se distingue y
se relaciona con los conceptos de comunión
y de colegialidad, que están en el corazón
de la doctrina eclesiológica del Vaticano II.
Respecto a comunión, sinodalidad explicita
el concreto modo de vivir y de obrar que
despliega en la historia la participación de
los discípulos en la comunión de amor del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Pero
también dice algo específico en relación a la
colegialidad, en cuanto que este último con-
cepto expresa el significado y el ejercicio del
ministerio de los obispos en tanto miembros
del colegio episcopal en comunión jerárqui-
ca con el Obispo de Roma para servir a las
Iglesias locales en el seno de la única Iglesia
universal. El documento de la CTI insiste en
que el dinamismo sinodal del que vive la
Iglesia y su misión implica ambas cosas: la
participación y la corresponsabilidad de to-
dos los bautizados, y el ejercicio específico
de la autoridad de los pastores.
L’OSSERVATORE ROMANO
Un camino de reforma sinodal y
misionera
En 1965 Karl Rahner sostuvo que en el
Vaticano II se manifestó el principio sinodal
y colegial de la Iglesia. Con Francisco in-
gresamos en una nueva fase de la recepción
del Concilio y la reforma de la Iglesia. Para
él, el Vaticano II hizo una relectura del
Evangelio a la luz de la cultura contemporá-
nea e impulsó un proceso de renovación ab-
solutamente irreversible. En la encíclica
Laudato si’ afirma que dirigió la exhortación
Evangelii gaudium «a los miembros de la
Iglesia en orden a movilizar un proceso de
reforma misionera todavía pendiente» (LS
3). La reforma es la conversión sinodal y
misionera de todo el Pueblo de Dios y to-
dos en el Pueblo de Dios.
Con Francisco la dinámica de conversión
pastoral impulsada desde la periferia lati-
noamericana hace aportes a una eclesiología
sinodal y una reforma misionera. Esta Igle-
sia regional hizo una recepción situada del
Vaticano II a partir de la Conferencia Epis-
copal de Medellín (1968) inaugurada por
Pablo VI, continuada por las asambleas de
Puebla (1979) y Santo Domingo (1992). Ha-
ce 50 años aquella mostró el rostro latinoa-
mericano de esta Iglesia, la dimensión pro-
fética del Evangelio, el compromiso por una
Iglesia pobre y de los pobres, la alegría de
fe pascual.
En 2007, en la V Conferencia general del
Episcopado latinoamericano y caribeño cele-
brada en el santuario de Aparecida en Bra-
sil, el cardenal Bergoglio presidió la Comi-
sión de Redacción del Documento y tuvo
un rol significativo en su elaboración cole-
gial y sinodal. El primer Papa del sur del
Sur comparte su experiencia sinodal con la
viernes 18 de mayo de 2018, número 20
Iglesia que camina el mundo entero. Esto
confirma lo expresado por Yves Congar en
1950: «muchas reformas provienen de las
periferias». La reforma de la Iglesia exige
un salto de calidad para promover una re-
novada praxis sinodal capaz de involucrar a
todos y a cada uno de sus miembros. No se
trata de una simple operación de ingeniería
institucional. El documento de la Comisión
Teológica expresa que se trata ante todo de
hacerse disponibles a aquella conversión del
corazón y de la mirada, don del Espíritu de
Cristo, tanto a nivel personal como pastoral,
para desarrollar un estilo y una praxis sino-
dal que responda cada vez más a las exigen-
cias del Evangelio y a la alegría de comuni-
car el Evangelio.
Dimensiones ecuménicas y culturales
Al mismo tiempo, es providencial que
hoy se manifieste con claridad que la sino-
dalidad es una cuestión esencial en el cami-
no ecuménico que recorren las Iglesias y co-
munidades eclesiales para llegar a la plena y
visible unidad en Jesucristo. La Comisión
Teológica Internacional hace referencia al
Documento de Chieti (2016), fruto de los
trabajos de la Comisión mixta internacional
para el dialogo teológico entre Iglesia católi-
ca e Iglesia ortodoxa, y al documento del
Consejo ecuménico de las Iglesias The Chur-
ch. Towards a Common Vision (2013). Resulta
providencial que en su exhortación progra-
mática el Sucesor de Pedro se refiera a la si-
nodalidad en el marco de lo que puede
aprender la Iglesia católica de las iglesias
ortodoxas (EG 246). La sinodalidad también
ilumina el testimonio eclesial en el contexto
de la sociedad global de nuestro tiempo.
Los desafíos cruciales que enfrenta la familia
humana piden un espíritu y una cultura del
encuentro y, por eso, de actitudes de escu-
cha, diálogo y cooperación. Ante el desinte-
rés y la desconfianza que afectan el compro-
miso con cuestiones que hacen al bien co-
mún nacional e internacional, es necesario
recrear espacios y procesos de ejercitación
eficaz para la participación corresponsable.
Pablo VI promovió la Iglesia del diálogo y
Juan Pablo II la llamó a ser «casa y escuela
de comunión». Hoy Francisco la convoca a
«iniciar procesos» de «discernimiento, puri-
ficación y reforma» (EG 30). Caminando por
el sendero de la reforma evangélica y evan-
gelizadora la Iglesia puede aportar la «dia-
conía social» de la sinodalidad para ayudar
a cultivar la justicia, la paz y el cuidado de
la casa común a nivel local y global.
Por una teología más sinodal
La vida sinodal se refleja en el trabajo
teológico y entraña un desafío para pensar
la fe al servicio de la Palabra de Dios y de
la nueva evangelización. Lo testimonia el
medio siglo de la CTI, instituida por Pablo
VI en 1969, acogiendo una propuesta del Sí-
nodo de los Obispos de 1967. El documento
sobre la sinodalidad cita el texto anterior de
la Comisión sobre La Teología hoy: «Como
en el caso de todas las vocaciones cristianas,
el ministerio de los teólogos, al tiempo que
personal, es también comunitario y cole-
gial». Y agrega: «La sinodalidad eclesial
compromete también a los teólogos a hacer
teología en forma sinodal, promoviendo en-
tre ellos la capacidad de escuchar, dialogar,
discernir e integrar la multiplicidad y la va-
riedad de las instancias y de los aportes». El
Espíritu anima la Iglesia y actúa en la histo-
ria. Hoy nos desafía a desarrollar una teolo-
gía de la sinodalidad e imaginar nuevos ca-
minos para hacer teología sinodalmente.
*Decano de la Facultad de Teología de la
Pontificia Universidad Católica Argentina y
miembro de la Comisión Teológica
Internacional (2014-2019
número 20, viernes 18 de mayo de 2018 L’OSSERVATORE ROMANO página 9

Cosas nuevas Nuestra misión evangélica

y cosas antiguas hacia el mundo
GIOVANNI MARIA VIAN
l hojear el último libro de monse-

A ñor Leonardo Sapienza sobre el

Papa Montini (La barca de Pablo,
Cinisello Balsamo, Edizioni San
Paolo, 2018, 240 páginas, 16 euros) viene
enseguida a la mente el dicho de Jesús
Publicamos nuestra
traducción al español
de la nota escrita a mano
por Pablo VI al cardenal
secretario de Estado.
contado en el Evangelio de Mateo (13, 52)
sobre el escriba que «convertido en discí-
pulo del reino de los cielos es parecido a
a carta aquí unida, dirigi-

un dueño de casa que extrae de su tesoro
cosas nuevas y cosas antiguas». Y lo nuevo
se cruza precisamente con lo antiguo en
los textos trazados y comentados por el
autor en una especie de ideal reconstruc-
ción biográfica.
El libro singularmente se abre y se cierra
sobre dos pasajes que se remontan al pon-
tificado de Pío XII, fielmente servido por
casi un cuarto de siglo en la Secretaría de
Estado por Montini. El 3 de enero de 1955,
en la víspera de la partida hacia Milán, el
nuevo arzobispo da las gracias al Papa en
una carta firmada de tres páginas reprodu-
cidas en facsímil, mientras que al final del
mismo año se remontan breves anotaciones
del sustituto Angelo Dell'Acqua, también
estas reproducidas en facsímil, «sobre la
aparición de Nuestro Señor tenida» por el
Pontífice el 2 de diciembre de 1954, confir-
mada por L’Osservatore Romano del 11 de
diciembre de 1955 y poco después por el
mismo Papa al sustituto.
Decenas son los textos, precisamente
nuevos y viejos, que Sapienza publica, re-
lativos al episcopado milanés y sobre todo
L
da al señor cardenal de-
cano del Sacro Colegio,
podrá ser leída por el se-
ñor cardenal nuestro secretario de
Estado y será por él entregada,
por los relativos efectos, al mismo
señor cardenal decano, en el caso
de nuestra enfermedad o de otro
grave impedimento, que no nos
permita, según las previsiones,
por un periodo largo de tiempo,
ejercitar con suficiente eficacia
nuestro apostólico oficio.
san José, de san Pedro apóstol, lica, en las manos del señor car-
cuyas llaves nos han sido confia- denal decano del sacro colegio
PAULUS PP. VI das y de san Pablo apóstol, de cardenalicio, dejando a él, con-
2 de mayo de 1965. quien queremos asumir como juntamente al menos a los seño-
ejemplo y protección su nombre, res cardenales que están a cargo
A continuación publicamos la carta de los santos y de todos los ánge- de los dicasterios de la Curia Ro-
enviada al decano del colegio les, conscientes de nuestra res- mana y al cardenal nuestro Vica-
cardenalicio. ponsabilidad frente a Dios y lle- rio para la ciudad de Roma
no el corazón de reverencia y ca- (siempre que se puedan convocar
Reservada ridad, que nos unen a la santa normalmente; y en caso contrario
al señor cardenal decano Iglesia católica, no desmemoria- a los señores cardenales jefes de
del Sacro Colegio
dos de la misión evangélica nues- las órdenes del Sacro Colegio), la
os, Pablo VI, por divi- tra hacia el mundo, facultad de aceptar y de hacer

el quindenio del pontificado. Son dramáti-
cos los documentos sobre el caso Lefebvre,
pero sobre todo impresionan las firmas de
los textos que Pablo VI escribe el 2 de ma-
yo de 1965 para su secretario de Estado y
para el decano del colegio cardenalicio,
«en caso de nuestra enfermedad o de otro
impedimento» que le hiciera imposible
«ejercitar con suficiente eficacia nuestro
apostólico oficio». Inéditos que el autor ha
publicado con el estímulo del Papa Fran-
cisco junto a un breve comentario del mis-
mo Pontífice, con fecha del 8 de diciembre
de 2017.
Cuando escribe estos textos Montini es
Papa desde hace menos de dos años. Pocas
semanas más tarde, el 30 de junio de 1965,
segundo aniversario de su elección, escribi-
rá las célebres «Notas para nuestro Testa-
mento», completado por breves añadidos
en 1972 y 1973. «Consciente de nuestra res-
ponsabilidad delante de Dios, y lleno el
corazón de la reverencia y de la caridad,
que me unen a la santa Iglesia católica, ni
olvidando nuestra misión evangélica hacia
el mundo» se lee en el corazón del texto.
Escrito que su actual sucesor define co-
mo «un humilde y profético testimonio de
amor a Cristo y a su Iglesia», subrayando
que el Pontífice «no escapa de sus respon-
sabilidades», sino concluyendo que «debe-
mos dar gracias a Dios, el único que guía y
salva la Iglesia, por haber permitido a Pa-
blo VI continuar hasta el último día de vi-
da, siendo padre, pastor, maestro, hermano
y amigo». Con una declaración que confir-
ma la admiración de Bergoglio por su pre-
decesor del cual proclamará dentro de po-
cos meses la santidad.
Con finura, Sapienza ha elegido para la
portada del libro un detalle de un pequeño
cuadro de Aldo Carpi inspirado en el viaje
a Tierra Santa y regalado a Pablo VI por el
artista. Para ilustrar la relación entre Mon-
tini y el apóstol Pedro, pero también la na-
vegación no siempre tranquila de su pe-
queña barca. Que es la del pescador, pero
que en la interpretación de muchos autores
cristianos representa también la de la Igle-
sia en el mundo.
N
na Providencia Obispo
de Roma y Pontífice
de la Iglesia universal,
en presencia de la santísima trini-
dad Padre, Hijo y Espíritu Santo
—invocado el nombre de Jesucris-
to, Nuestro Maestro, nuestro Se-
ñor y nuestro Salvador, a él debe-
mos todo el amor y todo el servi-
cio a nosotros posibles y de cuya
suma potestad pastoral estamos
indignamente pero auténticamen-
te revestidos— confiados en la
asistencia benigna de María San-
tísima, de san Juan Bautista y de
Humilde testimonio
y una prueba más de santidad
El comentario del Papa al escrito de Pablo
Publicamos el texto del Papa
Francisco como comentario de los
escritos de Pablo VI recogidos en el
volumen de monseñor Leonardo
Sapienza «La barca di Paolo»
(La barca de Pablo).
He leído con asombro estas
cartas de Pablo VI, que me pare-
cen un humilde y profético testi-
monio de amor a Cristo y a su
Iglesia; y una prueba más de la
santidad de este gran Papa.
Frente a la tremenda misión
que le fue confiada; frente a de-
negaciones y a una sociedad en
cambio vertiginoso, Pablo VI no
elude sus responsabilidades.
Lo que a él le importa son las
necesidades de la Iglesia y del
mundo. Y un Papa impedido
declaramos:
— en el caso de enfermedad,
que se presuma incurable o de
larga duración y que nos impida
ejercitar suficientemente las fun-
ciones de nuestro ministerio
apostólico;
— o bien en el caso de que otro
grave y prolongado impedimento
sea igualmente obstáculo,
de renunciar a nuestro sacro y
canónico oficio, tanto como
Obispo de Roma como como Je-
fe de la misma santa Iglesia cató-
Carta de Pablo VI al decano
operativas estas nuestras dimisio-
nes, que solo el bien superior de
la santa Iglesia nos sugiere y al
cual imploramos con todo el co-
razón lo mejor posible de propor-
cionar, que auspicie nuestra ben-
dición apostólica.
PAULUS PP. VI
Datado en Roma, en San Pedro
en el domingo del Buen Pastor,
II después de Pascua,
el 2 de mayo de 1965,
II nuestro Pontificado
VI
por una grave enfermedad no
podría ejercitar con suficiente
eficacia el ministerio apostólico.
Por eso, en conciencia y des-
pués de una madura reflexión,
indica sus precisas voluntades,
por el bien superior de la Santa
Iglesia.
Debemos agradecer a Dios, el
único que guía y salva la Iglesia,
por haber permitido a Pablo VI
continuar hasta el último día de
vida siendo padre, pastor, maes-
tro, hermano y amigo.
Ciudad del Vaticano, 8 de
diciembre de 2017
página 10 L’OSSERVATORE ROMANO
La homilía del Pontífice
Misa en Santa Marta
La fe
se transmite en familia
n las grandes ciudades cada vez son más frecuentes las cuida-
E
doras extranjeras que hacen de segunda madre y transmiten
con la concreción del amor y del testimonio la fe a los niños.
Y tal vez los padres, ocupados con mil compromisos de traba-
jo, deberían redescubrir la belleza de su papel al transmitir la fe a sus
hijos y no esperar a la catequesis en la parroquia o a cualquier partici-
pación ocasional en la misa. Es una fuerte invitación a ser testigos del
Evangelio para suscitar la curiosidad en quien no cree y abrir así el
trabajo del Espíritu Santo la que el Papa Francisco lanzó el jueves, 3
de mayo, por la mañana en la misa en Santa Marta. Con un pensa-
miento y una oración particular para todos los padres. Es la sugerencia
a no transmitir la fe haciendo proselitismo o buscando apoyos como
para un equipo de fútbol.
«En el pasaje de la carta de san Pablo a los Corintios se habla de la
transmisión de la fe» hizo inmediatamente presente Francisco refirién-
dose a la primera lectura (15, 1-8). Y repitiendo las palabras escritas
por el apóstol: «A vosotros, de hecho, os he transmitido sobre todo lo
que yo también he recibido». Y es precisamente así, explicó el Papa,
como «se transmite la fe: doy aquello que he recibido y Pablo recita lo
que ha recibido». Pero «la fe no es solamente el rezo del Credo: la fe
se expresa en el Credo pero es más». Porque si «todo lo que creemos
está en el Credo, la actitud de fe va más allá, es otra cosa, más gran-
de».
Por el resto, relanzó el Pontífice, «transmitir la fe no es dar informa-
ciones, sino fundar un corazón, fundar un corazón en la fe en Jesucris-
to». Por esa razón, «transmitir la fe no se puede hacer mecánicamen-
te» diciendo: «toma este libro, estúdialo y después te bautizo». No,
insistió Francisco, «es otro el camino para transmitir la fe: es transmitir
lo que nosotros hemos recibido».
viernes 18 de mayo de 2018, número 20
Y precisamente «este es el desafío de un cristiano: ser fecundo en la
transmisión de la fe» afirmó el Papa. Pero es «también el desafío de la
Iglesia: ser madre fecunda, dar a luz a los hijos en la fe» añadió, expli-
cando que «esta no es una exageración: lo decimos en la ceremonia
del bautismo». Por lo tanto, he aquí «la Iglesia que “da a luz”, que es
“madre”». Y en esta perspectiva Francisco sugirió «dos pistas de la
transmisión de la fe».
«La Iglesia es madre si transmite la fe en el amor, siempre con aire
de amor» dijo el Pontífice, recordando que «no se puede transmitir la
fe sin este aire materno». Tanto que «alguno ha escrito elegantemen-
te» que «la fe no se da, se da a luz». Y precisamente «la Iglesia quien
da a luz en nosotros la fe : es decir, la transmisión de la fe siempre se
da en el aire del amor, de la madre Iglesia, se da en casa».
El mismo san Pablo, continuó el Papa, «recuerda a Timoteo, hermo-
so ese pasaje, “yo recuerdo la fe de tu madre y de tu abuela”». Por lo
tanto, explicó Francisco, «es la fe lo que se transmite de generación en
generación, como un don». Pero siempre «en el amor, en el amor de la
familia: allí se transmite la fe, no solo con palabras, sino con amor,
con caricias, con ternura».
El Pontífice repropuso también, a este respecto, el episodio que se
cuenta en el libro de los Macabeos, «cuando aquella mujer daba fuer-
za a los siete hijos frente al martirio: en el texto se dice dos veces que
esa mujer hablaba a los hijos en lengua materna, hablaba en lengua,
les daba fuerza en la fe pero en lengua materna». Porque «la verdade-
ra fe se transmite siempre en dialecto: el dialecto del amor, de la fami-
lia, de la casa, lo que se entiende en el aire». Y «tal vez la lengua es la
misma, pero hay algo de dialecto allí y allí se transmite la fe “mater-
nalmente”».
Sustancialmente, explicó el Papa, si la «primera actitud para la
transmisión de la fe es el amor, otra actitud es el testimonio». En reali-
dad, afirmó, «transmitir la fe no es hacer proselitismo: es otra cosa, es
más grande incluso». Cierto, continuó, «no es buscar gente que apoye
a este equipo de fútbol, a este club, este centro cultural: eso está bien,
pero para la fe no funciona el proselitismo». Y «bien lo ha dicho Be-
nedicto XVI: “La Iglesia crece no por proselitismo sino por atracción”».
De hecho, dijo Francisco, «la fe se transmite, pero por atracción, es
decir, por testimonio». Y, añadió, «hoy celebramos la fiesta de dos
apóstoles, Felipe y Santiago, que dieron la vida, transmitireron la fe
con testimonio». Testimoniar la fe, por lo tanto.
En este sentido, el Papa quiso compartir un recuerdo personal:
«Una vez en una de las Jornadas de la juventud, creo que estaba en
Cracovia, en un almuerzo con los jóvenes, un joven me preguntó: “yo
tengo un compañero que es ateo, pero él es bueno y bueno, le quiero.
¿Qué debería decirle para que se convierta?”». Y he aquí la respuesta
directa del Papa: «Mejor no le digas nada, haz. Y que se pregunte:
¿por qué este hombre se está comportando así? ¿Por qué este hombre
hace esto cuando es normal hacer lo opuesto? Da testimonio».
Es un hecho, explicó el Pontífice, que «el testimonio provoca curio-
sidad en el corazón del otro y esa curiosidad la toma al Espíritu San-
to» que comienza a funcionar «dentro». Y así «la Iglesia cree por
atracción, crece por atracción, y la transmisión de la fe se da a través
del testimonio, hasta el martirio». Precisamente, «cuando uno ve esta
coherencia de la vida con lo que decimos, la curiosidad siempre llega:
“¿Pero por qué vive así? ¿Por qué lleva una vida de servicio a los de-
más?”». Y «esa curiosidad es la semilla que toma el Espíritu Santo y
la lleva adelante, y la transmisión de la fe nos hace justos, nos justifi-
ca».
Por lo tanto, afirmó el Papa, «la fe nos justifica y en la transmisión
nosotros damos la justicia verdadera a los demás». En el fondo «es
simple» lo que escribe Pablo a los Corintios: «A vosotros, de hecho,
os he transmitido, sobre todo, lo que he recibido». Las del apóstol son
palabras claras: «He transmitido lo que he recibido». Recuerdan «la
transmisión de la fe en el amor, en casa». Pero, reveló Francisco, «mu-
chas veces en casa se escucha decir: “cuando vaya a catequesis, apren-
derá”». Y «muchas veces son las cuidadoras, mujeres de fe las que
transmiten, las que dan, transmiten la fe a los niños: también cuidado-
ras extranjeras» tal vez los «padres trabajan, van, sí, tal vez van a la
misa una, do, tres, cuatro veces al año, tal vez van a la misa así, son
católicos, pero no saben transmitir la fe; y son las cuidadoras las que
transmiten la fe».
Y esto, dijo el Papa, «es un hecho que se ve todos los días en las
grandes ciudades e incluso aquí en Italia». La fe se transmite «con
amor» y «la cuidadora es la que acaricia, la que cuida, que lo hace cre-
cer, que ayuda a la madre, es como una segunda madre». Y «esto está
transmitiendo la fe en el amor, en el testimonio», porque no se trata
de «transmitir una cosa, una filosofía», sino de «transmitir algo que te
justifica, eso te hace bien a los ojos de Dios». En conclusión, el Papa
invitó a pedir «al Señor por que tantos padres se ocupen de esto, que
sepan que transmitir la fe es algo grandioso, muy hermoso, muy her-
moso». Y también pedir «por tantos cristianos, que el Señor nos dé
todas las fuerzas para dar testimonio y con el testimonio sembrar la
curiosidad; y esa curiosidad toma el Espíritu Santo y abre el corazón
para recibir la fe».
número 20, viernes 18 de mayo de 2018
El pueblo sabe
si el obispo es un pastor
l obispo es un hombre
E que «sabe velar con su
pueblo» con «una acti-
tud de cercanía» y de
implicación total. Y «el pueblo
sabe reconocer si el obispo es un
pastor» que construye una rela-
ción «íntima» tanto como para
«conocer los nombres de todos»
para cuidarlos, o es «un emplea-
do» de negocios «siempre con la
maleta en la mano». La misión
del obispo de «cuidar y confirmar
la fe» fue delineada y relanzada
por el Papa Francisco en la misa
celebrada el viernes 4 de mayo en
Santa Marta.
«Ayer la liturgia nos había he-
cho reflexionar sobre la transmi-
sión de la fe, sobre cómo se trans-
mite la fe», hizo enseguida pre-
sente el Papa. Y «hoy este pasaje
de los Hechos de los apóstoles
—explicó refiriéndose a la primera
lectura (15, 22-31)— nos hace refle-
xionar sobre custodiar la fe y so-
bre confirmar en la fe», recordan-
do que «este custodiar la fe y
confirmar en la fe principalmente
es el trabajo de los obispos».
«La situación es clara», prosi-
guió el Pontífice y «la describen
los apóstoles, los obispos» en la
carta para los cristianos de Antio-
quía reportada en el pasaje de los Hechos:
«Habiendo sabido que algunos de entre noso-
tros, sin mandato nuestro, os han perturbado
con sus palabras, trastornando vuestros áni-
mos».
En resumen «los obispos, los apóstoles,
reaccionan con Pedro frente a esta falta de
paz: estaban trastornados —explicó Francisco—
porque fueron estos que eran cristianos pero
querían reinstaurar la iniciación judía, los ju-
daizantes, y decían: “nosotros tenemos la ver-
dadera doctrina, no es la que dice Pablo”».
Como diciendo: «Pablo no; nosotros. Estas
son novedades malas».
Pero «con este discurso —afirmó el Papa—
la pobre gente se sintió desorientada: se pre-
sentaron estos “ortodoxos de la verdadera
doctrina” a defender a la gente, pero el efecto
fue el contrario». Tanto que «la comunidad
permaneció trastornada, desorientada». Por
una parte, pensaba la gente, «Pablo nos dice
esto», pero «estos que son doctores con tanto
título nos dicen esto». Pero entonces «¿cuál
es el camino?».
Por eso, «en Jerusalén, Pedro con el colegio
de los obispos toman las riendas de la situa-
ción, rezan, reflexionan y responden». Son
«precisamente los obispos quienes custodian
la fe y, todavía más, en un momento en el que
el pueblo está desorientado, por esta gente
que va a meter la nariz ahí con doctrinas que
parecen más ortodoxas pero al final no son de
raíz cristiana, los obispos son aquellos que
confirman en la fe».
Así, hizo notar el Pontífice, «el pueblo, que
estaba trastornado, cambió de ánimo después
de la carta», como indica la página de los He-
chos de los apóstoles: «Cuando la leyeron, se
alegraron por el aliento que infundía». Es así
que la situación «cambia», porque «cuando el
obispo confirma en la fe, viene la alegría, la
alegría del corazón».
De hecho, prosiguió, «el obispo es el que
vela, el que vigila». Y «la palabra griega dice
esto»: el obispo es aquel «que observa». En
resumen, el obispo «es un poco el centinela,
también, que sabe mirar para defender el re-
baño de los lobos que vienen: mira, está por
encima del rebaño y con el rebaño; camina
con su rebaño, cuida del rebaño».
L’OSSERVATORE ROMANO
«La vida del obispo está implicada con la
vida del rebaño» reiteró el Papa. Cierto, «no
es un empleado de una multinacional, por
ejemplo, que va a hacer de inspector». Sin
embargo, «el obispo está implicado con el re-
baño pero vela». Y «hay una cosa más pro-
funda en la forma de velar del obispo», por-
que «el obispo, como los pastores, velan». Y
«velar —explicó Francisco— significa estar con
el pueblo, también de noche: pensemos en los
pastores en Belén» que «se turnaban durante
la noche».
«Velar», reiteró el Pontífice, es «una bonita
palabra para describir la vocación del obispo:
velar para custodiar de los lobos, para confir-
mar la fe cuando el rebaño está un poco deso-
rientado, para custodiar la fe». Por otro lado,
añadió, «velar significa implicarse en la vida
del rebaño. Jesús diferencia bien el verdadero
pastor del empleado, de ese que va por el pa-
go y no le interesa si viene el lobo y come» a
una oveja: «no le interesa».
Sin embargo «el verdadero pastor que vela,
que está implicado en la vida del rebaño, de-
fiende no solo a todas las ovejas: defiende a
cada una, confirma a cada una y si una se va
o se pierde, va a buscarla y la lleva de regreso
al redil». Y «está tan implicado que no deja
que se pierda una». Pero esta es también «la
oración de Jesús: en la última cena pide al Pa-
dre la gracia de que no se pierda ninguno: Je-
sús es obispo ahí y como obispo cuida de to-
dos».
«Velar significa todo esto» afirmó el Papa,
recordando que «el verdadero obispo no es
solamente el vigilante que mira desde arriba
hacia abajo, no es solamente el centinela», si-
no que «es el que vela implicado; que conoce
el nombre de cada una de las ovejas y esto
nos hace entender cómo Jesús ha concebido
al obispo: cercano».
«La capacidad de velar nos dice “cercanía”»
insistió Francisco. Por eso el pastor conoce a
cada oveja «por nombre, dice Jesús». Y «el
Espíritu Santo dio al pueblo de Dios el olfato
de entender dónde hay un verdadero obispo
respecto a un obispo que está desorientado».
Por otro lado, añadió, «cuántas veces hemos
escuchado: “Oh, este obispo, sí, es bueno, pe-
página 11
ro no cuida mucho de nosotros, está siempre
ocupado”; o: “Este obispo se implica en los
negocios, es un poco de negocios y eso no es-
tá bien”; o: “Este obispo se ocupa de cosas
que no van con su misión; o: “Este obispo es-
tá siempre maleta en mano, siempre viajando,
por todos lados”, o “guitarra en mano”, cada
uno puede pensar».
«El pueblo de Dios —repitió el Pontífice—
sabe cuando el pastor es pastor, cuando el
pastor es cercano, cuando el pastor sabe velar
y da la propia vida por ellos». El punto cen-
tral es precisamente «la cercanía» y «la vida
del obispo es estar con el rebaño, con cada
uno». Y «la alegría del obispo» es «que nin-
guna oveja se pierda». Es más, «la muerte del
obispo, del verdadero obispo», está siempre
«en su rebaño».
«A mí me conmueve mucho pensar —confió
al respecto Francisco— en la muerte de san
Toribio de Mogrovejo: allí, en un pequeño
pueblo indígena, en una tienda, rodeado de
los cristianos indígenas que le tocaban la chi-
rimía para que muriera en paz». Es la imagen
del «pueblo que ama al obispo que les había
cuidado».
«El obispo, con esta actitud de cercanía, de
velar, de implicarse —también de oración, por-
que la primera tarea de los obispos es rezar—
tiene esa relación íntima que Jesús ha querido
entre obispo y pueblo, y con esta actitud con-
firma en la fe» afirmó el Papa. Él «custodia la
fe del pueblo». Y precisamente «esto hicieron
en Jerusalén los apóstoles con Pedro: vieron
estos inquietos que iban allí, creyendo ser los
verdaderos teólogos del cristianismo, para dar
la verdadera doctrina», pero al final «trastor-
naron al pueblo, y los apóstoles decidieron in-
tervenir y confirmar en la fe a ese pueblo de
Dios». En práctica, «se hicieron cercanos».
«Recemos al Señor —concluyó el Pontífice—
para que nos dé siempre buenos pastores» y
«que no falte a la Iglesia la custodia de los
pastores: no podemos ir adelante sin ellos.
Que sean hombres así, trabajadores, de ora-
ción, cercanos, cercanos al pueblo de Dios.
Digámoslo en una palabra: hombres que se-
pan velar».
página 12 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 18 de mayo de 2018, número 20

En la audiencia general en la plaza San Pedro el Papa concluye las reflexiones sobre el bautismo

La educación cristiana es un derecho de los niños

La educación cristiana «es un derecho de los niños». Y «es tarea de los padres, junto a padrinos y santidad. Deja que todo esté abierto a Dios y
madrinas, hacerse cargo de alimentar la llama de la gracia bautismal en sus pequeños, ayudándoles a para ello opta por él, elige a Dios una y otra
perseverar en la fe». Es cuanto recordó el Papa Francisco en la audiencia general del miércoles 16 de vez. No te desalientes, porque tienes la fuerza
mayo, en la plaza San Pedro, concluyendo el ciclo de catequesis dedicadas al bautismo. del Espíritu Santo para que sea posible, y la
santidad, en el fondo, es el fruto del Espíritu
Santo en tu vida (cf. Gálatas 5, 22-23)» (n.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos glos, el bautismo se llamaba también «ilumi- 15).
días! nación» y a quien era bautizado se le llamaba
Hoy concluimos el ciclo de catequesis sobre «el iluminado». Esta es, de hecho, la vocación Al finalizar saludó a los grupos presentes.
el bautismo. Los efectos espirituales de este cristiana: «caminar siempre como hijos de la
sacramento, invisibles a los ojos pero operati- luz, perseverando en la fe» (cf. Rito de inicia- Saludo especialmente a los peregrinos de len-
vos en el corazón de quien se ha convertido ción cristiana de los adultos, n. 226; Juan 12, gua española venidos de España y Latinoamé-
en una nueva criatura, se hacen explícitos me- 36). Si se trata de niños, es tarea de los pa- rica. Los invito a poner los medios necesarios
diante la entrega del vestido blanco y de la dres, junto a padrinos y madrinas, hacerse para que la gracia del bautismo crezca y fruc-
vela encendida. Después del lavacro de rege- cargo de alimentar la llama de la gracia bau- tifique en sus vidas. No se desalienten ante las
neración, capaz de recrear al hombre según tismal en sus pequeños, ayudándoles a perse- dificultades y busquen a Dios una y otra vez,
Dios en la verdadera santidad (cf. Efesios 4, verar en la fe (cf. Rito del Bautismo de los ni- porque el Espíritu Santo da la fuerza necesa-
24) ha parecido natural, desde los primeros si- ños, n. 73). «La educación cristiana es un de- ria para alcanzar la santidad en medio de las
glos revestir a los neobautizados con una ves- recho de los niños; esta tiende a guiarles gra- circunstancias que les toca vivir cada día.
timenta nueva, cándida, similar al esplendor dualmente a conocer el diseño de Dios en Que Dios los bendiga. Muchas gracias.

de la vida conseguida en Cristo y en el Espíri-
tu Santo. La vestimenta blanca, mientras ex-
presa simbólicamente lo que ha sucedido en
el sacramento, anuncia la condición de los
transfigurados en la gloria divina. Lo que sig-
nifica revestirse de Cristo lo recuerda san Pa-
blo explicando cuáles son las virtudes que los
bautizados deben cultivar: «Revestíos, pues,
como elegidos de Dios, santos y amados, de
entrañas de misericordia, de bondad, humil-
dad, mansedumbre, paciencia, soportándoos
unos a otros y perdonándoos, mutuamente, si
alguno tiene queja contra otro. Como el Se-
ñor os perdonó. Y por encima de todo esto,
revestíos del amor que es el vínculo de la per-
fección» (Colosenses 3, 12-14). También la en-
trega ritual de la llama extraída del cirio pas-
cual, recuerda el efecto del bautismo: «Recibe
la luz de Cristo», dice el sacerdote. Estas pa-
labras recuerdan que no somos nosotros la luz
sino que la luz es Jesucristo (Juan 1, 9; 12,
46), el cual, resucitado de entre los muertos,
venció a las tinieblas del mal. Nosotros esta-
mos llamados a recibir su esplendor. Como la
llama del cirio pascual da luz a cada vela, así
la caridad del Señor Resucitado inflama los
corazones de los bautizados, colmándolos de
luz y calor. Y por eso, desde los primeros si-
Cristo: así podrán ratificar personalmente la
fe en la cual han sido bautizados» (ibíd., In-
troducción, 3). La presencia viva de Cristo,
para custodiar, defender y dilatar en nosotros,
es lámpara que ilumina nuestros pasos, luz
que orienta nuestras elecciones, llama que ca-
lienta los corazones en el ir al encuentro al
Señor, haciéndonos capaces de ayudar a quien
hace el camino con nosotros, hasta la comu-
nión inseparable con Él. Ese día, dice el Apo-
calipsis, «ya no habrá noche, y ya no necesita-
remos la luz de lámpara ni la luz del sol, por-
que el Señor Dios nos iluminará. Y reinare-
mos por los siglos de los siglos» (cf. 22, 5).
La celebración del bautismo se concluye con
la oración del Padre Nuestro, propia de la co-
munidad de los hijos de Dios. De hecho, los
niños renacidos en el bautismo recibirán la
plenitud del don del Espíritu en la confirma-
ción y participarán en la eucaristía, aprendien-
do qué significa dirigirse a Dios llamándole
«Padre».
Al finalizar estas catequesis sobre el bautis-
mo, repito a cada uno de vosotros la invita-
ción que expresé así en la exhortación apostó-
lica Gaudete et exsultate: «Deja que la gracia
de tu Bautismo fructifique en un camino de
Nuevo llamamiento del Papa por la paz en
Tierra Santa y Oriente Medio. Expresó
preocupación y dolor por el recrudecimiento de la
tensión en la región, pidiendo a las partes en
causa y a la comunidad internacional un
renovado compromiso para que prevalezcan «el
diálogo, la justicia y la paz».
Estoy muy preocupado y afligido por la es-
calada de las tensiones en Tierra Santa y en
Oriente Medio y por la espiral de violencia
que aleja cada vez más de la vía de la paz, del
diálogo y de las negociaciones. Expreso mi
gran dolor por los muertos y los heridos y es-
toy cercano con la oración y el afecto a todos
los que sufren. Reafirmo que el uso de la vio-
lencia nunca lleva a la paz. Guerra llama a
guerra, violencia llama a violencia. Invito a
todas las partes en causa y a la comunidad in-
ternacional a renovar el compromiso para que
prevalezcan el diálogo, la justicia y la paz. In-
vocamos a María, Reina de la paz. «Dios te
salve María...». ¡Que Dios tenga piedad de
nosotros! Dirijo mi felicitación cordial para el
mes del Ramadán que empezará mañana.
Que este tiempo privilegiado de oración y
de ayuno ayude a caminar en la vía de Dios
que es la vía de la paz.