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imputables relativos que han cometido un hecho punible, cuando existe el peligro potencial de que
puedan incurrir en el futro en actos similares. “La medida de seguridad supone la aplicación de un
tratamiento dirigido a evitar que un sujeto peligros llegue a cometer un delito…por ello podemos
decir que las medidas de seguridad tiene como presupuesto fundamental a la peligrosidad del
delincuente. En la actualidad la naturaleza punitiva de las medidas de seguridad consisten siempre
en una privación o restricción de bienes jurídicos, por ende, constituyen un medio de control social
formal que es capaz de producir graves efectos restrictivos en la libertad de las personas.
FINES DE LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD El derecho penal moderno ha ido incorporando a lo largo
del presente siglo las medidas de seguridad y corrección como consecuencia del delito, siendo que
mediante de ellas se persiguen exclusivamente objetivos de defensa social a través de la presente
prevención especial. En la actualidad, el derecho penal organiza un sistema de medidas de seguridad
y reinserción social desvinculado e independiente de la culpabilidad y no limitado por las exigencias
del principio de culpabilidad. El fundamento de las medidas de seguridad debe ser exclusivamente
la peligrosidad criminal del autor, es decir, la probabilidad de que vuelva a delinquir en el futuro, y
su duración debe establecerse también en función de dicha peligrosidad. Las medidas de seguridad
son intervenciones en los derechos del individuo, privativas de libertad unas, como los
internamiento en centros psiquiátricos, de deshabituación o de educación especial, o privativas de
otros derechos, como prohibiciones de estancia o residencia, privación del derecho a conducir
vehículos o a la tenencia de armas, inhabilitación profesional, expulsión del territorio nacional, la
custodia familiar, o el sometimiento a determinadas tratamientos. La aplicación de estas medidas
de seguridad requieren los siguientes presupuestos: Primero: que el sujeto haya cometido un hecho
previsto como delito. Segundo: que exista un pronóstico fundado de comisión de nuevos delitos.
Tercero: que el sujeto se halle declarado total o parcialmente exento de responsabilidad criminal a
consecuencia de anomalías o alteraciones psíquicas que impidan o dificulten la comprensión de la
realidad, de la ilicitud del hecho o el actuar conforme a dicha comprensión.
La distinción entre penas y medidas de seguridad es sumamente difícil de realizar cuando la pena y
la medida de seguridad tienen idénticos fundamentos, fines y límites11. En ese sentido indica
Zugaldía12:
b) Del mismo modo, las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad se orientan a un
idéntico fin constitucional: a saber, la reeducación y reinserción social del sometido a ellas.
c) Por último, se considera también que las medidas de seguridad han de estar rodeadas de todas
las garantías de la pena y sometidas igualmente a idénticos límites constitucionales.
a) Las penas tienen como presupuesto la culpabilidad, mientras que las medidas se imponen en
razón a la peligrosidad.
b) Las penas están orientadas a la prevención general positiva, y las medidas de seguridad a la
prevención especial.
Por ello, aquel autor señala que «mientras que la penas asegura la vigencia de la norma desde un
punto de vista normativo o contrafáctico, la medida de seguridad opera mediante un aseguramiento
empírico o cognitivo». En consecuencia, las penas se basan en la culpabilidad y se fundamentan en
la prevención general positiva. Por el contrario, las medidas de seguridad se basan en la peligrosidad
y su pronóstico, y se fundamentan principalmente en la prevención especial, aunque también
producen efectos de prevención general positiva Pueden ser duraderas, cuando tienen una
permanencia más o menos determinada y se aplican según las circunstancias concretas y pueden
conducir a la indeterminación con la consiguiente trasgresión del principio de legalidad; y no
duraderas o aisladas, si no dependen del tiempo, como sucedería con la amonestación.
CONTROL JUDICIAL. El Juez competente está obligado a controlar la ejecución de las medidas de
seguridad que imponga. El, pues, esta vinculado a ellas por una obligación de inmediación que no
debe sucumbir como desafortunadamente ocurre con frecuencia- a la rutina de la eventualidad, la
improvisación o la falta de diligencia.
Los presupuestos de las medidas deberán regularse, en la ley penal: se trata de sanciones
alternativas que no es preciso delimitar en general con respecto a las otras sino que requieren en el
caso concreto una ponderación cosa que solo es posible si sobre ellas debe decidir una única
instancia. etc. De aquí se desprende que la peligrosidad de un sujeto, es decir, la posibilidad de que
cometa un delito en el futuro, puede constatarse aun antes de que se haya cometido delito alguno.