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PERSPECTIVA TRADICIONAL
Los efectos de las obligaciones fueron entendidos como los derechos que la ley confiere
al acreedor para exigir del deudor el cumplimiento exacto, íntegro y oportuno de la
obligación, cuando éste último no cumpla en todo o en parte, o esté en mora de cumplirla.
El efecto natural de toda obligación es el deber de prestación que compete al deudor. Desde
la perspectiva del acreedor, el efecto propio de una obligación es el crédito o derecho
personal.
En materia de contratos, está particularmente presente el principio de fuerza obligatoria
de los contratos, el cual encuentra su fundamento en la autonomía de la voluntad, reflejado
en el art. 1545 CC.
El principio de fuerza obligatoria es también conocido como principio de permanencia de
los contratos, denominación que refuerza la idea de que las partes deben ejecutar el
contrato, y sólo en caso de que esto sea imposible, recurrir a los demás remedios
contractuales que confiere la ley.
Desde un punto de vista jurídico, esta visión se encontraría recogida en el art. 1672 CC,
pues esta norma señala que “si el cuerpo cierto perece por culpa o durante la mora del
deudor, la obligación subsiste, pero varía de objeto: el deudor es obligado al precio de la
cosa y a indemnizar al acreedor”. Si bien la disposición opera únicamente respecto a
obligaciones de especie o cuerpo cierto, recogería el espíritu que al respecto ha querido
consagrar el Código.
Las excepciones al principio de permanencia de los contratos se encontrarían en los arts.
1489, 1553 y 1555. Todas ellas dan el derecho de opción al acreedor ante el incumplimiento
contractual.
PERSPECTIVA CONTEMPORÁNEA
La doctrina tradicional incurre en un error al señalar que el cumplimiento forzado es un
derecho principal, preferente a los demás remedios contractuales. La interpretación práctica
del art. 1545 es sumamente idealista, pues la generalidad de las obligaciones propias del
tráfico jurídico son obligaciones de dar o hacer, cuyo objeto es fungible, esto es,
reemplazable por otro con igual poder liberatorio.
En vista de lo anterior, al acreedor no le interesa que sea la persona del deudor que cumpla
con su obligación, sino que la prestación contenida en ésta sea satisfecha oportunamente;
en caso de que el deudor no cumpla, el acreedor podría acudir a otro agente que desarrollo
y ofrezca el mismo bien o servicio.
De ahí que no sea justo imponer al acreedor, quien es víctima del incumplimiento, la
necesidad de demandar en primer lugar el cumplimiento forzado. El art. 1545 requiere ser
reinterpretado y entendido como una norma que establece consecuencias jurídicas ante el
incumplimiento. El contrato legalmente celebrado, en tanto es una ley para las partes, debe
ser cumplido; en caso de que no se cumpla, el deudor debe hacerse cargo de las
consecuencias jurídicas que se generen, perteneciendo la elección que a este respecto se
haga únicamente al acreedor, toda vez que él es víctima del incumplimiento y el único que
puede distinguir cuáles son los remedios que le satisfacen.
Así, la doctrina contemporánea distingue dos intereses que persigue el acreedor en todo
contrato:
- Interés originario, es decir, el cumplimiento del programa prestacional
- Interés de indemnidad, o la legítima expectativa de que no se genere a su respecto ningún
menoscabo o perjuicio.
INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS
GENERALIDADES
Según la doctrina tradicional, la indemnización de prejuicios es el derecho del acreedor
para obtener del deudor el pago de una cantidad de dinero equivalente al beneficio
pecuniario que le habría reportado el cumplimiento exacto, íntegro y oportuno de la
obligación. En definitiva, busca colocar al acreedor en igual posición que la que habría
alcanzado de haberse ejecutado oportunamente el contrato.
Esta definición tradicional equiparó a la indemnización de perjuicios con el cumplimiento
por equivalencia. Sin embargo, la doctrina contemporánea entiende que el cumplimiento
por equivalencia consiste en el valor pecuniario de la prestación.
Con todo, la doctrina contemporánea está dividida en cuanto a sí la indemnización de
perjuicios comprende o no el cumplimiento por equivalencia:
a. Sí lo comprende, porque se refiere a los perjuicios extrínsecos e intrínsecos.
b. No lo comprende, porque el cumplimiento por equivalencia es una hipótesis de
cumplimiento (no en natura, sino que en dinero), y la indemnización de perjuicios es el
derecho a obtener la reparación por los daños que derivan del incumplimiento.
***IMPORTANCIA radica en que, si el cumplimiento por equivalencia es hipótesis de
cumplimiento, no requeriría la concurrencia de incumplimiento imputable, ya que el derecho
a exigirlo sería parte del mismo derecho personal del acreedor, por lo que su exigibilidad
derivaría de la obligación misma, no del incumplimiento. Al contrario, la indemnización de
perjuicios es consecuencia del incumplimiento.
Naturaleza jurídica
La doctrina tradicional estimó que la indemnización de perjuicios es la misma obligación
que dejó de cumplirse, y que ante el incumplimiento cambia de objeto, pero en vez de
perseguirse el cumplimiento de la obligación como tal, lo que se pretende es una suma de
dinero que represente el cumplimiento de la obligación. No hay reemplazo de la obligación
original por la de indemnizar. Esta interpretación encuentra su fundamento jurídico en los
arts. 1672 y 1555.
La doctrina contemporánea entiende que la obligación de indemnizar constituye una
obligación nueva que nace del hecho ilícito consistente en el incumplimiento. Es decir, el
cumplimiento por equivalencia sería la obligación originaria, pero con un nuevo objeto; y la
indemnización de perjuicios sería una nueva obligación, cuya fuente se encuentra en un
hecho ilícito consistente en el incumplimiento.
Clases de indemnización
Compensatoria
Cantidad de dinero a que tiene derecho el acreedor para repararle el perjuicio que le reportó
el incumplimiento total o parcial de la obligación.
Moratoria
Aquella que tiene por objeto reparar al acreedor el perjuicio sufrido por el cumplimiento
tardío de la obligación.
REQUISITOS
La culpa se presume
En responsabilidad contractual la culpa se presume en virtud del art. 1547 inc.3: “La
prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo…”.
Es decir, corresponde al deudor probar que ha empleado el cuidado debido porque la ley
presume que si incumple es porque no empleó el cuidado a que estaba obligado, que actuó
con culpa.
En el caso de terceros por quienes no responde el deudor, el acreedor sólo podrá exigir
que se le ceda la acción que tenga su deudor contra el tercero autor del daño (art. 1677 y
1590 inc. final).
Sin embargo, hay quienes creen que la mora no supone culpa, pues el art. 1551 CC no la
exige.
Efectos de la mora
a. El acreedor puede demandar indemnización de perjuicios (art. 1557)
b. El deudor se hace responsable del caso fortuito (art. 1547 inc.2)
c. El riesgo de la especie o cuerpo cierto debida pasa al deudor. Será de cargo del deudor
hasta su entrega (art. 1550)
AVALUACIÓN DE PERJUICIOS
Avaluación judicial
Es la que hace el juez, quien debe determinar la procedencia de la indemnización, los
perjuicios a indemnizar y fijar el monto de los éstos.
Respecto de los perjuicios, deben indemnizarse tanto los patrimoniales como
extrapatrimoniales, directos, previstos y/o imprevistos (según si concurre culpa o dolo) y el
daño emergente y lucro cesante (en algunos casos, también daño moral).
El interés es positivo, es decir, colocar al acreedor en una posición equivalente a aquella
que le habría significado el cumplimiento íntegro y oportuno. No es negativo, pues no se
busca retrotraer al acreedor al estado anterior a la celebración del contrato.
Avaluación legal
Características
REQUISITOS
1. Manifestación de voluntad del acreedor en el sentido de extinguir el vínculo
contractual
2. Que se notifique por cualquier medio al deudor de esta resolución, pues de lo
contrario le será inoponible
3. Que se le conceda un plazo al deudor para precaver las consecuencias perniciosas
que pueda generar la extinción del vínculo contractual
***El ejercicio de esta facultad va siempre por cuenta y riesgo del acreedor, por lo que, al
igual que en la resolución judicial, se requerirá un incumplimiento grave y la observancia de
la buena fe objetiva. Si no se cumplen estas exigencias, el control judicial a posteriori que
haga el juez podría determinar que el ejercicio de la facultad ha sido abusivo y dar lugar a
la indemnización de perjuicios o resolución o cumplimiento forzado, según lo solicite la
parte.
PROCEDENCIA
Existen diversos artículos que responden a distintos fundamentos de procedencia: arts.
2180 n°2, 2177, 2163 n°3, 2226 y 2204 (aprender los 3 primeros).
Límites a la procedencia
Los art. 1545 y 1489 parecen determinar su proscripción a propósitos de los contratos
bilaterales. No obstante, pareciera que la contradicción puede ser salvada.
Con respecto al art. 1545 CC, esta norma debe ser reinterpretada, dado que la facultad que
se reconoce al contratante-víctima debe consistir en extinguir unilateralmente el contrato,
no siendo más que la consecuencia del contratante incumplidor.
En relación al art. 1489 CC, que implicaría necesariamente la intervención judicial, se
propone que dicha intervención no necesariamente se deba materializar ex_ante, sino que
también puede ser eventual, a posteriori, a solicitud del contratante incumplidor que estime
que el ejercicio de la facultad de ruptura unilateral ha sido abusivo.