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Caries: Factores Predisponentes y su Prevención.

El camino para una sonrisa sana y brillante comienza antes del nacimiento y
continúa durante toda la vida. La correcta higiene bucal y los cuidados deben
mantenerse por siempre, pero es la etapa prenatal y hasta la adolescencia el
período en el cual es fundamental el desarrollo de hábitos preventivos. 1

Con este propósito las sociedades dan las respuestas que se necesitan para
enfrentar los problemas de salud, que están siempre inmersos en el contexto
de los valores, creencias, conocimientos y prácticas de los grupos, éstos a su
vez se enmarcan en el entorno sociocultural y político de cada época y lugar,
limitarse a los aspectos biológicos conduce en dejar a un lado factores
importantes que influyen en la etiología e historia natural de la enfermedad, la
efectividad de los tratamientos e incluso lleva a no identificar las razones reales
por las que los pacientes acuden a la consulta. El objeto de estudio de la salud
publica expresa en síntesis en un momento histórico determinado, el
comportamiento del proceso salud - enfermedad en la comunidad por el grado
de equilibrio que establecen los hombres entre sí y con la naturaleza, en el
plano de la salud física, mental y social. 2

La promoción del autocuidado se proclama frecuentemente como la estrategia


más importante en la salud primaria dental. El cepillado dental ha sido, por
muchos años, el principal mensaje de educación dado a niños, adolescentes y
adultos, se basa la supuesta ayuda a eliminar la placa y facilita el contacto
íntimo del fluoruro contenido en la pasta dental con los dientes. Para promover
eficazmente el cepillado dental es necesario entender los factores asociados
con esta práctica/conducta de higiene. 3, 4

La Organización Mundial de la Salud señala que la participación de grupos


organizados, entre ellos las comunidades, debe darse en las deliberaciones, la
toma de decisiones, el control y la responsabilidad con respecto a la atención
de la salud. Esta organización estableció en el año 2000 como una función
esencial de la salud pública, la participación social y el refuerzo del poder de
los ciudadanos en salud y plantea que puede expresarse a través de la
participación de la comunidad organizada en programas de prevención,
diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de la salud. 5

Todas las acciones de promoción y prevención deben dirigirse hacia los


riesgos. El factor de riesgo puede ser de naturaleza física, química, orgánica,
sicológica o social, en alguna enfermedad anterior al efecto que se esta
estudiando, que por su presencia o ausencia se relaciona con la enfermedad
investigada, o puede ser la causa que contribuye a su aparición en
determinadas personas, en un determinado lugar y en un tiempo dado. 6

La alta prevalencia de caries que se presenta en el mundo entero y afecta del


95 al 99% de la población, lo que hace que situé a este padecimiento como la
principal causa de pérdida de dientes; ya que de cada diez personas nueve
presentan la enfermedad o las secuelas de esta, que tiene su comienzo casi
desde el principio de la vida y progresa con la edad. 7

En Cuba la caries dental es una de las enfermedades bucales de mayor


prevalencia, pues daña a más del 90% de la población y la tendencia a
padecerla en los menores de 15 años es un comportamiento similar al descrito
por otros países. Afecta aproximadamente al 40% de los infantes y entre el 60
y el 80% de los adolescentes y jóvenes. Para mejorar los niveles de salud
bucal, el Ministerio de Salud Pública se ha planteado mantener y mejorar la
situación alcanzada en relación con la atención estomatológica. 8

Este trabajo tiene el objetivo evaluar la efectividad de la intervención educativo-


curativa para la prevención de caries dental en los niños de cinco a 12 años de
edad.

Sellantes en la Prevención de Caries


La caries dental es uno de los problemas más relevantes dentro del ámbito
odontológico y de la Salud Pública. Según la Organización Mundial de la Salud,
entre el 60 a 90% de los niños del mundo presentan caries. Por otro lado, los
cuidados dentales curativos en los países industrializados representan una
significativa carga económica, donde el 5 a 10% de los gastos en Salud Pública
se relacionan con la salud oral. Los cuidados curativos son más costosos en
comparación con las intervenciones preventivas 9. En la mayoría de los países
en vías de desarrollo más del 90% de las caries se encuentran sin tratamiento 9

La importante prevalencia de caries ha sido también detectada en Chile, por


medio de estudios nacionales, realizados en los años 1996-1999 y 2007. 10 Aun
así, el último estudio epidemiológico nacional (2007) mostró la persistencia de
una alta proporción de caries en la población infantil, con una prevalencia
nacional en niños(as) de 6 años de 70.3%. 11 Pese a que existen muchos
programas de prevención tales como la fluoruración de aguas y educación en
salud bucal, entre otras actividades, se constata la necesidad de utilizar
métodos complementarios para el control de la enfermedad. Actualmente, el
Ministerio de Salud considera la prevención de lesiones de caries como una de
las prioridades de salud del país, focalizando sus actividades en la población
menor de 20 años.

Se cree que los sellantes de fosas y fisuras, ampliamente utilizados en


programas comunitarios de control de caries, son uno de los materiales más
efectivos para este fin.12 Su importancia se debe a que las superficies oclusales
de los molares son especialmente susceptibles a la acumulación de placa
bacteriana y al consecuente desarrollo de caries, debido a su irregular
anatomía. Los sellantes actúan eliminando esta irregularidad, lo que dificulta la
adhesión bacteriana y facilita la higiene. 13

Existen dos tipos disponibles de sellantes: En base a resina y en base a vidrio


ionómero, distinguiéndose entre sí por su mecanismo de polimerización y
adhesión a la estructura dental.14 Además, el segundo material presenta la
supuesta ventaja de funcionar como reservorio de flúor, ya que presenta
fluoruro en su composición química. 15 Por tratarse de una intervención de
aplicación fácil, atraumática, indolora y bien tolerada, se considera como un
aporte relevante a la Salud Pública, especialmente en la población infantil. En
Chile, la utilización de sellantes de puntos y fisuras es una estrategia que está
sugerida en los documentos de orientación clínica y guías basadas en
evidencia que se encuentran disponibles para dar atención odontológica a la
población infanto juvenil. Es por tanto de interés conocer los resultados de la
literatura científica en este sentido para este grupo de edad en particular.

Ahovuo-Saloranta y col. 16, en el año 2008 publican una revisión sistemática de


la literatura basados en la metodología de la Librería Cochrane. En ella intentan
comparar el rendimiento en la prevención de desarrollo de nuevas lesiones de
caries entre superficies selladas y no selladas, además de establecer
diferencias entre los distintos materiales empleados para este fin. El autor
concluye que la efectividad de los sellantes de fosas y fisuras es obvia en
poblaciones de alto riesgo, mientras que en otras condiciones de riesgo es
deficiente. Por otro lado, los resultados de esta revisión en cuanto a los
distintos materiales utilizados como sellantes de fosas y fisuras, son
conflictivos. En este sentido, se han reportado resultados inconsistentes con
respecto al uso de los sellantes como método preventivo de caries en
superficies oclusales utilizando distintos materiales. Algunos estudios que
compararon la efectividad de sellantes de resina con sellantes de vidrio
ionómero no detectaron diferencias en la incidencia de caries o un mejor efecto
protector para el grupo del vidrio ionómero, aún tomando en cuenta que la
retención de este material es inferior al de sellante con base a resina 17. Por
otro lado, se han encontrado estudios donde se reportan resultados superiores
respecto a la prevención de caries para los sellantes de resina. 18 Las
inconsistencias encontradas podrían deberse a la presencia de sesgos o a una
posible heterogeneidad metodológica de los estudios.

Una de las formas directas para evaluar la calidad metodológica en el área de


las ciencias odontológicas, consiste en revisar la producción científica para la
prevención y tratamiento de sus patologías más importantes. De esta manera,
el objetivo de la presente revisión consiste en evaluar la calidad metodológica
de los ensayos clínicos controlados que utilizan sellantes de fosas y fisuras
para la prevención de caries dental.
En los últimos 60 años ha habido un descenso en la prevalencia de la caries
dental (CD) en los países desarrollados atribuido fundamentalmente al empleo
del flúor (F). El consumo de flúor en cantidades adecuadas logra aumentar la
mineralización dental y la densidad ósea, reducir el riesgo y prevalencia de CD
así como ayudar a la remineralización del esmalte dental.

La principal fuente de ingesta de flúor es habitualmente el agua por lo que la


fluoración del agua de consumo sigue siendo una importante medida
preventiva colectiva si hay una prevalencia alta de CD1. Con la finalidad de
prevenir la CD y evitar la fluorosis dental, desde 2011 se recomienda una
concentración óptima de flúor de 0,7 mg/L frente a los 0,7-1,2 mg/L
recomendados previamente2. Si durante la infancia la concentración de flúor en
el agua de bebida es superior a 1,5 mg/L se puede producir fluorosis dental,
mientras que si es superior a 4 mg/L puede dar lugar a fluorosis esquelética1.
Cuando no se fluoriza el agua, como ocurre en la mayor parte de España, los
programas preventivos de CD como el del grupo de Expertos del Programa de
la Infancia y la Adolescencia del Programa de Actividades Preventivas y de
Promoción de la Salud (PAPPS), incluyen el empleo de suplementos orales de
flúor cuyas dosis se establecen en función de la concentración de ión fluoruro
del agua de bebida, la edad y el grado de riesgo de CD3.

Tradicionalmente, el agua del grifo ha sido la aportación más importante a la


ingesta total de agua diaria, sin embargo, en los últimos años ha habido un
aumento en el consumo de agua mineral natural (AMN). Según la última
encuesta nacional de ingesta dietética de España, de 2011, cerca del 40% del
agua total consumida es AMN4 y según los datos de consumo europeos,
referidos a 2012, España era la quinta consumidora, con
116,9 L/habitantes/año tras Italia, Alemania, Bélgica y Hungría5. Por otro lado,
en España hay escasos estudios sobre el contenido en flúor de AMN y son
anteriores a 20056, 7.

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