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ESTILOS DE LIDERAZGO. PERSPECTIVA DE UN DOCENTE.

La dinámica educativa actual conlleva a pensar en el rol fundamental de un maestro


en la formación de sus estudiantes, y las cualidades que éste debe poseer en su papel
de orientador en el proceso de aprendizaje y generación de conocimientos.

Los docentes de los diferentes niveles educativos (inicial, primario, secundario o


superior), independientemente de la materia o de la profesión en la cual se
desenvuelvan, deben de ejercer el rol de un líder ante la mirada atenta de sus
estudiantes. Pues son éstos últimos precisamente, la razón de ser de un educador.

Por lo tanto, es importante identificar al liderazgo como una capacidad, cualidad o


herramienta que debe poseer todo aquel que se dedique a la difícil tarea de educar
para influir de manera positiva en sus estudiantes, no sólo como un transmisor de
conocimientos sino también como un motivador y un apasionado por lo que hace.

En el día a día, un docente al igual que todo líder debe ser capaz de utilizar los
diferentes estilos de liderazgo, de acuerdo al contexto que se presente, a las personas
a las que se dirige y al objetivo que desea conseguir. Debe ser capaz de: 1) hacer
respetar su autoridad dando órdenes; 2) hacer reflexionar a sus estudiantes y pedir
sugerencias para la solución de un determinado problema o toma de decisiones; y 3)
delegar tareas y funciones cuando sea necesario. Utilizando por lo tanto el liderazgo
autocrático, democrático y liberal, en diferentes situaciones.
Y aunque en los equipos podemos apreciar distintos estilos de liderazgo, es decir, el
sello personal que tienen los líderes para guiar a sus seguidores. Éstos podrían
resumirse básicamente en tres:

1. Autocrático
Las decisiones son tomadas por el líder. Y se caracteriza principalmente por la
poca o nula participación de los subordinados tanto en el planteamiento de los
objetivos como en la toma de decisiones. Basándose en una comunicación
unilateral.
2. Democrático
Las decisiones son tomadas en conjunto. El líder estimula la participación
activa de sus seguidores y los mantiene informados de todo. Basándose en
una comunicación bilateral.
3. Liberal o anárquico
En este último caso las decisiones recaen sobre los subordinados, teniendo
una participación mínima del líder.
Establecidos los tres principales estilos de liderazgo, se debe resaltar que éstos
pueden ser utilizados indistintamente de acuerdo a la situación, no obstante en la
práctica el que ha demostrado mejores resultados es el democrático.

De esta forma, un verdadero líder es capaz de adaptarse a diferentes grupos bajo


condiciones variadas. Siendo precisamente tres puntos los que resaltan en la teoría
situacional del liderazgo: el líder, el grupo y la situación.

Pero… ¿un líder nace o se hace? Existen los denominados líderes natos, aquellos que
son capaces de ejercer su liderazgo en todos los aspectos de su vida y que por
naturaleza son ambiciosos, entusiastas, perseverantes, honestos, grandes
comunicadores e influyentes. Sin embargo, un líder puede ser también circunstancial y
surgir en cualquier momento en el que se requiera específicamente de sus
conocimientos para enfrentar un determinado problema, y cuando éste es resuelto su
situación de líder desaparece.

Esta última premisa, está relacionada directamente con la teoría del liderazgo
situacional de Hersey y Blanchard, que según Guerra (2017) sostiene que en función a
la madurez que vayan adquiriendo los seguidores, el líder debe adaptar su estilo de
liderazgo a través de cuatro etapas:

a) Alta tarea/baja relación: utilizado para seguidores con bajo nivel de preparación
y que necesitan una guía. El líder decide que debe hacerse, cómo y cuándo.
Asumiendo un papel de orientador, enseñando actividades y procedimientos.
b) Alta tarea/alta relación: utilizado para seguidores con bajo a moderado nivel de
preparación. El líder incrementa la relación con sus seguidores, establece una
comunicación bilateral para estimular su esfuerzo.
c) Alta relación/baja tarea: utilizado para seguidores con moderado a alto nivel de
preparación, que pueden participar en la toma de decisiones a través de una
comunicación bilateral, otorgándoles también una mayor responsabilidad.
d) Baja relación/baja tarea: utilizado para seguidores con alto nivel de formación,
el líder delega funciones y otorga independencia en muchos aspectos a sus
seguidores.

Según este enfoque, el líder debe adoptar su estrategia de acuerdo a estas cuatro
situaciones, teniendo en cuenta que tanto la preparación como la madurez de los
seguidores mejoran con el tiempo. Definiendo la madurez no como una condición de
edad o de estabilidad emocional, sino como la voluntad de aceptar responsabilidades,
la capacidad y experiencia para realizar ciertas tareas sin dirección y la motivación
intrínseca para hacer algo por cuenta propia.

Por otro lado, el modelo del colaborador menos preferido de Fiedler sugiere que la
eficacia del liderazgo recae sobre la personalidad del líder y lo favorable de la
situación según tres aspectos:

 Relación líder – colaborador: a mayor confianza entre ambas partes se genera


un mejor entorno.
 Estructura de tareas: a mayor estructuración de las tareas, resulta más sencillo
para el colaborador pues requiere de una menor guía.
 Cargo del líder: a mayor poder del líder, más favorable la situación.

Esta teoría afirma que las personas se sienten más motivadas a trabajar con líderes
cuya prioridad son las relaciones y menos motivados con aquellos que sólo están
preocupados por los objetivos.

En conclusión, es importante conocer las características de un líder y los diferentes


estilos de liderazgo que existen para romper el estereotipo del típico docente que es
visto como un simple facilitador de conocimientos. Alguien que sabe más que el resto
del aula y que por ende tiene la capacidad de enseñar. Entendiendo que el papel de
líder puede y debe ser asumido por todo aquel que se haga llamar maestro, pues no
sólo se transmiten conocimientos, se predica con el ejemplo, y se debe motivar a los
alumnos con el entusiasmo y el amor a la profesión que es fácilmente percibida por
ellos. Entendiendo además, que cada uno de ellos madura a su ritmo y asumiendo
diversos estilos de enseñanza y de liderazgo para cada situación.

“Pues quien se atreva a enseñar nunca debe dejar de aprender” (Cotton, 1917).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

1. Chiavenato, I. (1995). Introducción a la teoría general de administración. Sao


Paolo, Brasil: Editorial Mc Graw Hill.
2. Cotton, J. (1917). The New Museum. Nueva Jersey, Estados Unidos: Editorial
CHIZINE PUBN.
3. Guerra, F. (2014). Estilos de liderazgo. Perspectivas, 12(1), 4-5.

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