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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

INSTITUTO BÍBLICO DE PORTUGUESA


“ASAMBLEAS DE DIOS”
ACARIGUA ESTADO PORTUGUESA

Participantes:
Fernández Tahirys
Manrique Inés
Mendoza Janeth
Pedroza Andy
Pérez Coromoto
Profesor
:
Pedro Duran

Acarigua, Noviembre del 2016


INTRODUCCIÓN

Sigue su rumbo ascendente, la violencia y agresión, incluyendo las muertes por


causas no naturales, en las familias, escuelas y en la sociedad en general.

La rebeldía de los niños y jóvenes en escuelas y en la familia, es cada vez más


frecuente, frente a padres y educadores, que son incapaces de aplicar estrategias
efectivas.

Cada día se aprende con mayor efectividad, como agredir y cómo matar Y este
aprendizaje destructivo, principalmente se realiza, a través de la televisión, los juegos
de video, en las películas de adultos como en las de muñequitos hechos para niños, las
cuales tienen generosas porciones de violencia, aún de parte de los “buenos”. Muchas
veces los padres prefieren pagar por este tipo de aprendizaje, que invertir su dinero en
cómo aprender a enseñar cosas constructivas y en cómo enfrentar y anular o sustituir
estas destructivas enseñanzas.

El consumo de alcohol, tabaco y otras drogas como la marihuana, cocaína, etc.


sigue manteniendo un lugar destacado en las preferencias de jóvenes y adultos de
ambos sexos.

Que cada miembro de la familia tenga la oportunidad de desarrollar vínculos


consigo mismo y con sus otros seres amados, con los cuales le unan vínculos
establecidos por Dios. De esa forma cada uno será resistente a las presiones negativas,
de sí mismo y del ambiente.
EL PAPEL DEL AMOR EN LA COMUNICACIÓN ENTRE PADRES E HIJOS

Hace un tiempo, a muchos jóvenes de Estados Unidos les preguntaron qué les
dirían a sus padres si supieran que estos iban a morir al día siguiente. En vez de
hablarles de sus problemas, casi todos respondieron que les dirían “lo siento” y “los
amo muchísimo” (Solo para padres, de Shaunti Feldhahn y Lisa Rice).

Normalmente, los hijos quieren a sus padres, y los padres quieren a sus hijos.
Esto es cierto sobre todo entre los testigos de Jehová. Aun así, a veces es difícil lograr
que los padres y los hijos tengan una buena comunicación. ¿Por qué pasa eso? ¿Por qué
les cuesta hablar de algunos temas? ¿Qué pueden hacer para mejorar su comunicación?

SAQUEN TIEMPO PARA HABLAR

¿Por qué a muchas familias les cuesta tener una buena comunicación? ¿Por qué
era fácil para las familias israelitas tener una buena comunicación?

Hoy día, a muchas familias les cuesta tener una buena comunicación porque no
tienen tiempo para hablar. Pero en tiempos de los israelitas era diferente. Moisés les
dijo a los padres que debían enseñarles a sus hijos las leyes de Dios. ¿Y cuándo tenían
que hacerlo? Moisés dijo: “Cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino
y cuando te acuestes y cuando te levantes”. En Israel, los niños pasaban el día en casa
con su madre o en el trabajo con su padre. Así que todos tenían mucho tiempo para
estar juntos y conversar. Gracias a eso, los padres podían saber lo que sus hijos
pensaban, querían y necesitaban. Y los hijos también podían conocer bien a sus padres.
¿Por qué en muchas familias no hay verdadera comunicación?

La vida es muy diferente hoy día. En algunos países, los niños empiezan a ir a
la escuela cuando todavía son muy pequeñitos, a veces con solo dos años de edad.
Muchos padres y madres trabajan fuera de su casa. Y cuando toda la familia está en la
casa, pasan las horas pegados a la televisión, la computadora o el teléfono. En muchas
familias, los padres y los hijos casi no se conocen. No hay verdadera comunicación
entre ellos.
¿Qué han hecho algunos padres para pasar más tiempo con sus hijos?

¿De dónde podría sacar más tiempo la familia para estar todos juntos? Algunas
familias han decidido pasar menos tiempo con la televisión o la computadora. Otras
han decidido comer todos juntos por lo menos una vez al día. Y muchas aprovechan la
Noche de Adoración en Familia para conocerse mejor mientras estudian la Biblia. Pero
esos no son los únicos momentos en los que pueden pasar tiempo en familia. Deben
encontrar tiempo para hablar todos los días. Antes de que los hijos se vayan a clase, los
padres pueden decirles algo positivo, analizar el texto diario o hacer una oración con
ellos. Eso los ayudará mucho durante el día.

¿De dónde podrían sacar más tiempo para estar con sus hijos?

Algunos padres han hecho cambios grandes en su vida para pasar más tiempo
con sus hijos. Por ejemplo, una hermana con dos niños pequeños dejó de trabajar a
tiempo completo. Ella explica por qué: “Por la mañana, todos salíamos corriendo para
ir al trabajo o la escuela. Cuando regresaba a casa por la noche, mis hijos estaban
durmiendo: ya los había acostado la niñera”. Claro, ahora tienen que vivir con menos
dinero. Pero ella está contenta porque ahora sabe lo que piensan sus hijos y cuáles son
sus problemas. También dice que escucha lo que le dicen a Jehová cuando oran, y así
puede guiarlos, animarlos y enseñarles.

HAY QUE SER “PRESTO EN CUANTO A OÍR”

¿De qué se quejan los padres y los hijos?

Después de hablar con muchos jóvenes, las autoras del libro titulado Solo para
padres dijeron que la queja más común fue que los padres no escuchan. Muchos padres
también se quejan de que los hijos no escuchan. En realidad, para que haya buena
comunicación, todos deben escuchar con atención a los demás miembros de la familia.

¿Cómo deben escuchar los padres a sus hijos?


Los padres deben preguntarse: “¿De veras escucho a mis hijos?”. Si usted tiene
hijos, tal vez se le haga difícil escucharlos si ellos le hablan cuando está cansado o si le
cuentan algo que no le parece importante. Pero recuerde que para ellos sí puede ser
muy importante. La Biblia dice que el cristiano debe ser “presto en cuanto a oír”. Esto
significa que usted debe escuchar con atención no solo lo que sus hijos dicen, sino cómo
lo dicen. Si se fija en su tono de voz y sus gestos, podrá saber cómo se sienten. También
debe hacerles preguntas. La Biblia dice que se necesita habilidad para descubrir lo que
una persona piensa (Proverbios 20:5). Así que cuando hable con sus hijos, hágales
preguntas para descubrir lo que realmente sienten. Esto es importante sobre todo
cuando trate con ellos un tema del que no les gusta hablar.

RECUERDA QUE TUS PADRES TE AMAN Y SOLO BUSCAN LO


MEJOR PARA TI

¿Por qué deben los hijos obedecer a sus padres?

Los hijos deben preguntarse: “¿De veras obedezco a mis padres?”. La Biblia
dice que los hijos deben escuchar los consejos de su padre y las advertencias de su
madre (Proverbios 1:8). ¿Por qué debes escuchar a tus padres y ser obediente? Porque
ellos te aman y solo buscan lo mejor para ti. Si tienes una buena comunicación con
ellos y no olvidas que te quieren mucho, te será más fácil obedecerles. Y para que ellos
te entiendan, trata de contarles lo que piensas. Claro está, tú también debes esforzarte
por entenderlos.

¿Qué aprendemos de la historia de Rehoboam?

¿Haces caso de los consejos de otros jóvenes como tú? Pues ten cuidado. Sus
consejos pueden parecer buenos, pero muchas veces no lo son. Las personas jóvenes
no tienen tanta experiencia ni saben tanto como las personas mayores. La mayoría toma
decisiones sin pensar en lo que podría pasarles en el futuro. Piensa en la historia de
Rehoboam, el hijo del rey Salomón. Cuando llegó a ser rey de Israel, Rehoboam no
hizo caso de los buenos consejos de las personas mayores. En vez de eso, hizo caso de
los malos consejos de los jóvenes con los que había crecido. ¿Y qué pasó? Que la
mayoría de la gente de su reino se rebeló contra él. Así que no seas como Rehoboam.
Cuéntales a tus padres lo que piensas y lo que sientes. Haz caso de lo que te digan y
aprende de ellos (Proverbios 13:20).

Si los padres escuchan a sus hijos con calma, podrán entender lo que sienten

Si los padres no demuestran que están dispuestos a escuchar, ¿cómo pueden


reaccionar los hijos?

Si usted tiene hijos, ¿qué puede hacer para que le pidan consejos a usted, y no
a los amigos de su edad? Demuéstreles que con usted se puede hablar de cualquier cosa.
Una hermana adolescente dijo que sus padres se ponen nerviosos tan pronto como ella
les habla de algún chico. Esto hace que ella también se ponga nerviosa y deje de hablar
del tema. Otra joven Testigo escribió: “Muchos adolescentes desean que sus padres los
aconsejen, pero si los padres no los toman en serio, van a buscar a alguien que sí lo
haga, aunque tenga menos experiencia”. Demuéstreles a sus hijos que siempre está
dispuesto a escucharlos y a comprenderlos, sin importar de qué quieran hablarle.
Así ellos se sentirán cómodos y escucharán sus consejos.

HAY QUE SER “LENTO EN CUANTO A HABLAR”

¿Qué puede hacer que la comunicación entre padres e hijos sea más difícil?

La comunicación podría hacerse más difícil si los padres reaccionan mal


cuando sus hijos les cuentan algo. Claro, es normal que los cristianos quieran proteger
a sus hijos de las cosas malas de este mundo. Pero los hijos no siempre ven las cosas
de la misma manera que ellos. Si los padres enseguida se enojan o se molestan, los hijos
podrían pensar que están exagerando y dejar de contarles lo que les pasa.

¿Por qué los padres no deben decir rápidamente lo que opinan?

Los padres no deben decir rápidamente lo que opinan. Es cierto que cuesta
callarse cuando un hijo se enoja y dice cosas que les preocupan. Pero es importante
escuchar antes de responder. El rey Salomón dijo algo muy sabio: “Cuando alguien
responde a un asunto antes de oírlo, eso es tontedad de su parte” (Proverbios 18:13). Si
los padres escuchan con calma, quizá logren entender por qué el joven dijo lo que dijo.
Solo podrán ayudarlo si entienden bien la situación. Así que escuchen con amor a su
hijo y traten de comprender lo que ocurre. Entonces podrán decirle algo que realmente
lo ayude.

¿Por qué los hijos deben pensar antes de hablar?

Los hijos también deben pensar antes de hablar. Recuerda que Dios les ha dado
a tus padres la responsabilidad de educarte (Proverbios 22:6). Así que no les digas
enseguida que no estás de acuerdo con lo que te dicen. Ellos tal vez ya estuvieron en la
misma situación en la que tú estás ahora. Tal vez cometieron algunos errores cuando
tenían tu edad, y no quieren que a ti te pase igual. Tus padres son tus amigos, no tus
enemigos. Ellos no quieren hacerte daño, sino ayudarte (lea Proverbios 1:5). La Biblia
dice: “Honra a tu padre y a tu madre”. Demuéstrales que los quieres tanto como ellos
te quieren a ti. Así los ayudarás a educarte como Jehová quiere que lo hagan.

HAY QUE SER “LENTO EN CUANTO A IRA”

¿Qué nos ayudará a mantener la calma y ser pacientes con la familia?

A veces somos un poco impacientes con los miembros de la familia. El apóstol


Pablo les dijo a los cristianos de la ciudad de Colosas: “Esposos, sigan amando a sus
esposas y no se encolericen amargamente con ellas”. A los padres les recomendó que
no fueran demasiado exigentes con sus hijos, para no desanimarlos. Y a los cristianos
de la ciudad de Éfeso les dijo: “Que se quiten toda amargura maliciosa y cólera e ira y
gritería y habla injuriosa, junto con toda maldad”. Debemos tratar de cultivar “el fruto
del espíritu” de Dios. Así podremos mantener la calma y ser pacientes cuando estemos
en situaciones difíciles.

¿Cómo corrigió Jesús a sus discípulos? ¿Por qué nos impresiona que Jesús
reaccionara así?

Los padres deben pensar en el ejemplo de Jesús. Durante su última cena con los
apóstoles, ellos se pusieron a discutir sobre quién era el más importante. Pero él no les
gritó ni les habló con dureza. En vez de eso, los corrigió con calma. Les recordó que
habían estado a su lado en los malos momentos. Y como estaba seguro de que iban a
ser fieles cuando Satanás los atacara, les prometió que serían reyes con él en el cielO).
¿Por qué nos impresiona que Jesús reaccionara con tanta calma? Porque aquella era una
noche muy difícil para Jesús. Él sabía que pronto iba a ser torturado hasta morir. Y
también sabía que tenía que ser fiel hasta la muerte para limpiar el nombre de Dios y
salvar del pecado a toda la humanidad.

¿Escucha con atención cuando sus hijos le hablan?

¿Qué ayudará a los hijos a mantenerse calmados?

Los hijos también deben aprender a mantener la calma. Si eres un adolescente,


quizás no te guste que tus padres te digan lo que tienes que hacer. Tal vez hasta pienses
que hacen eso porque no confían en ti. Pero recuerda que ellos se preocupan por ti
porque te quieren. Si los escuchas con calma y les haces caso, te respetarán y confiarán
en ti. Y quizás te den más libertad para hacer algunas cosas. La Biblia dice que los
tontos no saben controlarse, pero los sabios siempre se mantienen calmados (Proverbios
29:11).

¿Por qué es importante el amor para que haya una buena comunicación en la
familia?

Si la comunicación en su familia no es tan buena como les gustaría, no se


desanimen. Sigan esforzándose por mejorar y obedezcan los consejos de la Biblia. En
el paraíso seremos perfectos y no habrá problemas de comunicación. Pero hasta que
llegue ese momento, seguiremos cometiendo errores. Así que pidan perdón y
perdónense siempre que haga falta. Quiéranse mucho, y así estarán muy unidos. El
amor es muy poderoso. Nos ayuda a ser pacientes y amables, a mantener la calma y a
perdonar. “Todas las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las
aguanta.” Si siempre se tratan con amor, la comunicación en su familia será mejor cada
día. Entonces, serán felices y honrarán a Jehová.
En la mayoría de los casos, los padres están muy ocupados todo el día, y las
noches en que hay reunión, la familia está aún más atareada. Hay que preparar la
comida, realizar los quehaceres de la casa, terminar los deberes escolares. La mayor
carga recae sobre los padres, que tienen que asegurarse de que todos estén limpios,
comidos y listos a tiempo. Por supuesto, con los niños puede ocurrir lo imprevisto en
el momento más inoportuno: el mayor se rasga los pantalones mientras juega, el menor
derrama la comida, empiezan a pelearse entre sí (Proverbios 22:15). ¿Las
consecuencias? Aunque los padres hayan hecho planes cuidadosos, estos pueden
estropearse a última hora. Aun así, la familia casi siempre llega al Salón del Reino
mucho antes de que se inicie la reunión. ¡Qué animador es verlos allí semana tras
semana, año tras año, y observar cómo los niños crecen y llegan a servir a Jehová!

Aunque sus funciones de padre o de madre resulten a veces difíciles, incluso


agotadoras, no les quepa duda de que Jehová valora muchísimo su empeño. Fue él quien
dio origen a la familia. Por ello, su Palabra dice que toda familia “debe su nombre”, o
su existencia misma, a Jehová. De modo que cuando ustedes, padres o madres, procuran
desempeñar su función como es debido, honran al Señor Soberano del universo. ¿No
es este un gran privilegio? Es apropiado, pues, que analicemos en este artículo el papel
que Jehová ha asignado a los padres, esta vez desde el punto de vista de proveer a las
necesidades de la familia. Examinemos tres campos en los que Dios espera que los
padres cumplan con este deber.

¿Cómo ha dispuesto Jehová que se atiendan las necesidades de los hijos?

El apóstol Pablo escribió: “Ciertamente si alguno no provee para los que son
suyos, y especialmente para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es
peor que una persona sin fe”. ¿En quién pensaba Pablo cuando dijo “alguno”? Pensaba
en el cabeza de familia, generalmente el padre, aunque Dios también confiere a la mujer
el digno papel de ser ayudante de su esposo. En tiempos bíblicos, las mujeres solían
ayudar a sus maridos a mantener a la familia (Proverbios 31:13, 14, 16). Hoy son cada
vez más comunes las familias monoparentales.* Muchos padres cristianos realizan una
labor admirable al cuidar de los suyos sin la ayuda de un cónyuge. Desde luego, lo ideal
es que la familia cuente con ambos progenitores y que sea el padre quien la dirija.

El contexto deja entrever que estaba hablando directamente de las necesidades


materiales de la familia. En el mundo en que vivimos, el cabeza de familia encuentra
muchos obstáculos para cumplir con esta obligación. Los problemas económicos, los
despidos, el desempleo y el creciente costo de la vida están a la orden del día. ¿Qué
ayudará al padre a perseverar ante tales dificultades?

El padre que sostiene a su familia debe recordar que está cumpliendo un encargo
de Jehová. Las palabras inspiradas de Pablo indican que el hombre que está en
condiciones de obedecer este mandato y, sin embargo, no lo hace es comparable a uno
que “ha repudiado la fe”. El cristiano debe procurar por todos los medios que Dios no
lo considere así. Lamentablemente, en el mundo hay muchas personas que carecen de
“cariño natural”. De hecho, infinidad de padres eluden su obligación y dejan a sus
familias en una situación muy desafortunada. Los esposos cristianos no comparten esa
actitud insensible e irresponsable. A diferencia de muchos de sus compañeros de
trabajo, ellos consideran hasta el empleo más humilde como algo digno e importante,
un medio para agradar a Jehová Dios, puesto que les permite suministrar lo necesario
a sus seres queridos.

¿Por qué es apropiado que los padres tengan presente el ejemplo de Jesús?

Asimismo, los cabezas de familia deben tener presente el ejemplo perfecto de


Jesús. Recuerde que la Biblia se refiere proféticamente a él como nuestro “Padre
Eterno”. Como “el último Adán”, Jesús aptamente reemplaza al “primer hombre,
Adán”, y llega a ser el padre de los seres humanos que ejercen fe. A diferencia de Adán,
quien resultó ser un padre egoísta e interesado, Jesús es el padre ideal. La Biblia dice
de él: “En esto hemos venido a conocer el amor, porque aquel entregó su alma por
nosotros”. En efecto, Jesús ofreció voluntariamente su vida por los demás. Y no solo
eso, sino que día a día antepuso las necesidades ajenas a las suyas propias en cuestiones
de menor importancia. Los padres hacen bien en imitar su espíritu de abnegación.
Los padres pueden aprender mucho sobre el amor desinteresado en estas
palabras de Jesús al obstinado pueblo de Dios: “¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos,
como la gallina reúne sus pollitos debajo de sus alas!”. Jesús describe aquí de forma
muy gráfica a una gallina que cobija a sus pequeños debajo de sus alas. Para los padres
humanos es muy aleccionador el instinto protector de un ave, que no duda en arriesgar
su propia vida para proteger a sus polluelos. También es digno de observar lo que los
dos componentes de la pareja hacen día tras día por su cría. Van de un lado para otro
buscando comida sin cesar. Aun cuando estén a punto de desfallecer, introducen el
alimento en el pico abierto de los polluelos, que se lo tragan y, por lo general, siguen
pidiendo más. Muchas de las criaturas que Jehová ha hecho son “instintivamente
sabias” en la forma en que atienden las necesidades de sus pequeños (Proverbios
30:24).

De igual manera, ustedes, los padres cristianos de todo el mundo, demuestran


una abnegación admirable. Preferirían que les pasara algo malo a ustedes antes que a
sus hijos. Además, todos los días se sacrifican con gusto a fin de proveer lo necesario
para los suyos. Muchos de ustedes se levantan temprano para llegar a tiempo a trabajos
agotadores o monótonos; se desviven por poner alimento nutritivo en la mesa; luchan
para que sus hijos tengan ropa limpia, una vivienda apropiada y una buena educación.
Y lo hacen día tras día, año tras año. Pueden estar seguros de que su abnegación y
aguante complacen a Jehová. Al mismo tiempo, no olvidan que hay formas más
importantes de proveer para los suyos.

Más importante aún que suministrar las cosas materiales es proveer lo necesario
en sentido espiritual. Dijo Jesús: “No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de
toda expresión que sale de la boca de Jehová”. ¿Cómo pueden los padres satisfacer las
necesidades espirituales de su familia?

En lo que a este tema se refiere, quizás ningún otro pasaje de las Escrituras se
cite tanto como. Sírvanse abrir la Biblia y leer esos versículos. Fíjense en que a los
padres se les manda primero cultivar su propia espiritualidad acrecentando su amor a
Jehová y tomando a pecho sus palabras. Es imperioso que ustedes sean estudiantes
concienzudos de la Palabra de Dios, que la lean con regularidad y mediten en ella, pues
de ese modo podrán entender y amar de verdad los caminos, principios y leyes de
Jehová. Entonces su corazón rebosará de verdades bíblicas fascinantes que les
infundirán gozo, reverencia y amor a Jehová, y tendrán así muchas cosas buenas que
transmitir a sus hijos.

Los padres espiritualmente fuertes están preparados para aplicar el consejo de


Deuteronomio 6:7, esto es, ‘inculcar’ las palabras de Jehová en su prole en toda ocasión.
Inculcar significa “repetir con empeño muchas veces una cosa a uno”. Jehová sabe muy
bien que todos —y en especial los niños— necesitamos que se nos repitan las cosas
para aprenderlas. Por eso, Jesús se valió de la repetición en su ministerio. Por ejemplo,
para enseñar a sus discípulos a ser humildes en vez de orgullosos y competitivos, halló
diversas maneras de reiterar el mismo principio: razonando, ilustrándolo y hasta
demostrándolo. Sin embargo, es de notar que Jesús nunca se impacientó. Del mismo
modo, los padres tienen que buscar formas de enseñar las verdades básicas a sus hijos
y repetir pacientemente los principios de Jehová hasta que los asimilen y los pongan en
práctica.

Las sesiones del estudio en familia son ideales para impartir dicha enseñanza.
De hecho, un estudio de la Biblia regular, edificante y feliz es básico para la
espiritualidad de la familia. A las familias cristianas de todo el mundo les encantan
dichos estudios, en los que, según las necesidades de los hijos, se utilizan las distintas
publicaciones que ha provisto la organización de Jehová. Los libros Aprendamos del
Gran Maestro y Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas* han sido
valiosísimos a este respecto. Pero el estudio en familia no es la única oportunidad en la
cual enseñar a los hijos.

Como muestra Deuteronomio 6:7, son muchas las ocasiones en las que los
padres pueden tratar asuntos espirituales con sus hijos. Sea que estén viajando,
haciendo las tareas del hogar o descansando juntos, pueden encontrar oportunidades
para satisfacer las necesidades espirituales de ellos. Claro está, no se trata de
“sermonearlos constantemente” sobre las verdades bíblicas, sino de procurar que el
diálogo se mantenga en un plano edificante y espiritual. Por ejemplo, la revista
¡Despertad! abunda en artículos que tratan una gran variedad de temas, los cuales
pueden dar pie a conversaciones sobre la creación animal de Jehová, lugares de gran
belleza natural del planeta y la asombrosa diversidad de culturas y costumbres de los
seres humanos. Este tipo de charlas pueden mover a los jóvenes a leer más las
publicaciones que proporciona la clase del esclavo fiel y discreto.

Mantener conversaciones edificantes con los hijos permite satisfacer otra


necesidad espiritual. Los niños cristianos tienen que aprender a transmitir eficazmente
su fe a otras personas. Mientras hablan de algún punto interesante tomado de las revistas
La Atalaya o ¡Despertad!, busquen la manera de relacionarlo con el ministerio.
Tal vez pudieran preguntar: “¿No sería magnífico que más personas supieran esto
acerca de Jehová? ¿Qué crees que podemos hacer para que alguien se interese en este
tema?”. Diálogos como estos acrecentarán el interés de los jóvenes por contar a otros
lo que aprenden. Después, cuando sus hijos los acompañen en el ministerio, ellos verán
un ejemplo vivo de cómo llevar a la práctica las ideas de tales conversaciones. Además,
pueden aprender que el ministerio es una labor grata e interesante que produce mucha
satisfacción y alegría.

¿Qué pueden aprender los hijos al escuchar las oraciones de sus padres?

La oración es otro medio de satisfacer las necesidades espirituales de los hijos.


Jesús enseñó a sus discípulos a orar, y en muchas ocasiones oró con ellos. ¡Piensen en
todo lo que aprendieron al unirse en oración al propio Hijo de Jehová! Así mismo, sus
hijos pueden aprender muchísimo de las oraciones de ustedes, como, por ejemplo, que
Jehová desea que le hablemos libremente desde el corazón y que le contemos cualquier
preocupación que tengamos. Sin duda, sus oraciones pueden enseñar a sus hijos una
verdad espiritual de vital importancia: es posible tener una estrecha relación con nuestro
Padre celestial.

¿Cómo revela la Biblia la importancia de mostrar amor a los hijos? b) ¿Cómo


deben los padres imitar a Jehová en lo que toca a expresar amor a los hijos?

Como es natural, los hijos también tienen apremiantes necesidades


emocionales, y la Palabra de Dios advierte a los padres de lo importante que es
satisfacerlas. Por ejemplo, a las mujeres jóvenes se las exhorta a que “amen a sus hijos”.
Esta exhortación está relacionada con el llamamiento que se hace a las madres jóvenes
para que recobren el juicio, o para que sean “mentalmente sanas”. En efecto, mostrar
amor a un niño es algo sensato. Así se le enseña a amar, lo que redunda en beneficios
para toda la vida. Por otro lado, no mostrarle amor a un niño es insensato, pues causa
dolor y equivale a rechazar el ejemplo de Jehová, quien nos ama inmensamente a pesar
de nuestras imperfecciones.

Jehová incluso toma la iniciativa de amar a sus hijos terrestres. Como señala,
“él nos amó primero”. Particularmente el padre debe copiar el ejemplo de Jehová
tomando la iniciativa para crear un vínculo amoroso con sus hijos. La Biblia lo insta
encarecidamente a que no exaspere a los hijos “para que ellos no se descorazonen”.
Pocas cosas descorazonan tanto a un hijo como sentir que su padre o su madre no lo
aman o no lo valoran. El padre que tiene dificultades para expresar sus sentimientos
debe recordar el ejemplo de Jehová, quien hasta habló desde los cielos para manifestar
que aprobaba y amaba a su Hijo. ¡Cuánto debió de reconfortar esto a Jesús! Igualmente,
las expresiones sinceras de amor y aprobación de los padres dan a los hijos ánimo y
fortaleza.

¿Por qué es importante la disciplina, y qué equilibrio procuran hallar los padres
cristianos?

Claro está que el amor de los padres no se limita a las palabras; se expresa más
que nada con hechos. Suministrar a los hijos lo necesario en sentido material y espiritual
es una muestra de amor, sobre todo cuando los padres les confirman que lo hacen
principalmente porque los aman. También la disciplina constituye una expresión
importantísima del amor de los padres. De hecho, “Jehová disciplina a quien ama”. Por
otro lado, no disciplinar a los hijos en realidad denota odio hacia ellos (Proverbios
13:24). Jehová siempre encuentra el equilibrio perfecto y disciplina “hasta el grado
debido”. Para los padres imperfectos no siempre es fácil hacer esto. Aun así, vale la
pena esforzarse al máximo por lograr dicho equilibrio. La disciplina amorosa y firme
ayudará al niño a convertirse en un adulto feliz y productivo (Proverbios 22:6). ¿No es
eso lo que todo padre cristiano quiere para su hijo?

¿Cómo pueden los padres dar a sus hijos una excelente oportunidad de “escoger
la vida”?

Los padres reciben grandes recompensas cuando cumplen la importante misión


que Jehová les ha encomendado de satisfacer las necesidades materiales, espirituales y
emocionales de sus hijos. De este modo les dan a ellos una excelente oportunidad de
seguir esta exhortación: “Tienes que escoger la vida a fin de que te mantengas vivo”.
Además, tienen motivo para regocijarse cuando sus hijos optan por servir a Jehová y, a
medida que van madurando, permanecen en el camino que lleva a la vida. Ese gozo
será eterno. Ahora bien, ¿cómo pueden los jóvenes alabar a Jehová en nuestros días?
El siguiente artículo se ocupará de este tema.

Padres e hijos

Versículos Más Relevantes:

 Proverbios 17:6

Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus
padres.

 Proverbios 23:24

El padre del justo se regocijará en gran manera, y el que engendra un sabio se


alegrará en él.
 Proverbios 10:1

Los proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es
tristeza para su madre.

 Proverbios 15:20
El hijo sabio alegra al padre, pero el hombre necio desprecia a su madre.

 Proverbios 29:3

El que ama la sabiduría alegra a su padre, pero el que anda con rameras malgasta
{su} fortuna.

 Proverbios 15:5

El necio rechaza la disciplina de su padre, más el que acepta la reprensión es


prudente.

 Proverbios 17:21

El que engendra un necio, para su tristeza {lo engendra,} y el padre del necio
no tiene alegría.

 Proverbios 17:25

El hijo necio es pesadumbre de su padre, y amargura para la que lo dio a luz.

 Proverbios 19:13

El hijo necio es ruina de su padre, y gotera continúa las contiendas de una


esposa.
CONCLUSIÓN

Cuando los padres están equilibrados y tienen claras las normas que hay que
seguir y los límites que hay que poner, son capaces de transmitírselos a los niños de
una forma positiva y los niños adquieren esas normas y límites.

La psicóloga nos explicó que el estilo de educación permisivo, en el que no hay


normas, ni límites y los niños pueden hacer lo que quieran no es adecuado para los
niños. Los padres permisivos están educando a niños que no toleran la frustración
porque nadie les ha dicho nunca que no. Son niños que no tienen un modelo de
seguridad en sus padres, no pueden confiar en sus progenitores, porque piensan que
ellos son más fuertes y tienen más poder dentro del entorno familiar.

Según Silvia Álava nos explicó que "es muy importante establecer ese modelo
de crianza donde haya una pautas claras, unos límites claros, y unas normas muy claras
y que los padres sean figuras de confianza y de seguridad. Eso no significa que tenga
que ser un estilo autoritario, ni muchísimo menos". Nuestra pedagoga nos lo explicó de
forma clara: tan malo es ser excesivamente autoritario, como excesivamente permisivo.

Estas conexiones se pueden establecer con las estrategias siguientes:


1. Que los hijos experimenten el cuidado, el amor, el estímulo, la disciplina
y el compartir lo de uno con los otros.
2. Que en el ambiente familiar, se ejercite y se aprenda, lo que es el honrar
y respetar a la gente y a la propiedad de cada uno.
3. Que la familia disfrute la presencia de Dios en su seno y en todas las
actividades de su vida y no solamente cuando asisten o visitan al templo de su
denominación.
4. Que cada miembro de la familia pueda expresar con respeto y libertad
lo que piensa, siente y necesita.
5. Que las personas sean aceptadas por lo que son y no por lo que hacen.
6. Que lo que cada uno haga sea aceptado, reconocido, descalificado o
castigado, de acuerdo al bien que cada hecho produzca, pero que el amor se mantenga
y se exprese a pesar de los resultados de las conductas.
7. Que cada miembro de la familia sepa, que los demás tienen el deber, de
conocer y valorar amorosa y firmemente, lo que hacemos con nuestra vida y con los
recursos que poseemos.
8. Que el ambiente familiar sea un lugar donde se experimente
cotidianamente la mutua protección. Provocamos daño y nos hacemos daño a nosotros
mismos, cuando mostramos alguna de las siguientes conductas: las críticas negativas,
las conductas rebeldes, las actitudes vengativas, la sobreprotección, el rencor, el
orgullo, los recuerdos de experiencias negativas, las palabras ofensivas, el dar a los de
afuera de la familia lo que no damos a los de la familia, en tiempo, atenciones, objetos
valiosos, actividades, afectos y compañía en momentos y fechas que tradicionalmente
refuerzan los vínculos familiares.

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