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PERSONALIDAD

Generalidades

La personalidad no es un artículo que se pueda cambiar, encontrar o adquirir, y resultaría


estéril hablar de personalidad sin entender realmente qué significa o qué se desea expresar
con este término.

Desde el nacimiento, cada persona tiene su propia personalidad, aunque ésta no es


determinante sino más bien hace referencia a ciertas características propias, que con el tiempo
y con la influencia de diferentes factores se irá estructurando y modificando.

La personalidad se encuentra dentro del estudio del campo de la psicología, y se puede explicar
desde varias funciones, en primer lugar permite conocer de forma aproximada los motivos que
llevan a un individuo a actuar, a sentir, a pensar y a desenvolverse en un medio; por otro lado,
la personalidad permite conocer la manera en la cual una persona puede aprender del entorno.

La personalidad se puede definir como la estructura dinámica que tiene un individuo en


particular; se compone de características psicológicas, conductuales, emocionales y sociales.

Los griegos atribuyeron el término de persona a la máscara que utilizaban los actores en los
teatros para identificarse con alguien en particular. Cuando los actores utilizaban esta máscara,
actuaban de acuerdo al personaje que representaban. Del concepto de persona deriva, por
lógica, el término personalidad, esto significa que la personalidad es lo que determina quién es
cada quien y cómo nos manifestamos en el entorno.

Factores que influyen en la personalidad

Existen tres factores que intervienen en nuestra personalidad y en el modo de que no nos
aceptemos como somos,

1. Factor heredado: Hay unos elementos que recibimos de nuestros padres; el


temperamento, las pasiones, los defectos o cualidades físicos y las limitaciones o las
capacidades psíquicas. Estos elementos son los más personales y profundos. Definen
mucho nuestra forma de ser. Podemos mejorarlos o limarlos con la formación personal,
dando un color especial a nuestra personalidad por toda la vida.

Por ejemplo, una joven chaparrita, un joven con siete hermanos o un bebé muy enfermizo
tendrán obviamente una personalidad muy diferente a la de una joven alta, un hijo único o un
bebé sin problemas de-salud. ¿Cuál es mejor? Ninguna. Todas las personas tenemos defectos y
cualidades, ventajas y obstáculos. Pero es bueno conocer cuáles puntos positivos y cuáles
negativos hemos heredado.

2. Factores adquiridos del ambiente: recibimos a lo largo de la vida, sobre todo durante
los cuatro primeros años, adquirimos costumbres, cultura, una forma de ver la vida
(que llamamos cosmovisión), los modales de trato o la formación de comunicación con
los demás. Recibimos estos elementos de la familia durante la infancia en un 70%; en
un 20% de la escuela; y en un 10% de las amistades o la sociedad. Hoy, está
aumentando el influjo de la televisión por la cantidad de horas gastadas por los niños
ante el televisor y los videos juegos. Con el paso del tiempo, el influjo de la familia y de
la escuela disminuyen y crece el de las amistades y del ambiente. Pero la familia es el
elemento clave. No se extrañe, pues, encontrar más problemas en niños con ambiente
familiar conflictivo que en niños de familias estables.

3. Experiencias personales: Hay situaciones muy particulares que forjan el perfil de


cada persona. No se heredan, ni vienen del ambiente: se viven en primera persona. Y
son de dos tipos: las decisiones y los accidentes. Las decisiones personales dejan una
profunda huella: dejar el estudio por iniciar un trabajo: casarse; elegir un grupo de
amistades… Son decisiones que marcan un rumbo para todo el futuro, a veces, las
situaciones que dejan huella vienen de fuera. Los accidentes. Pueden ser totalmente
imprevistos: un choque de carros, un asalto: o podemos tener cada uno parte en la
decisión que ocasioné la situación imprevista: un embarazo no deseado, la elección del
trabajo…Estas experiencias marcan a persona para toda la vida. No tienen siempre
resultados negativos. Aún las situaciones molestas y conflictivas, pueden aprovecharse
para madurar, para aprender o para rectificar.

Orígenes de la teoría de los cuatro humores

Hacia el siglo V a.C., la Antigua Grecia, que fue la cuna de lo que se convertiría en la civilización
occidental, ya se empezaban a fraguar teorías sobre por qué somos como somos y hacemos lo
que hacemos. En realidad esta clase de propuestas teóricas también habían aparecido antes en
otras zonas del planeta, pero el caso griego fue de especial importancia porque allí se unían los
avances técnicos de Asia y Egipto con la filosofía y la potente actividad cultural y filosófica de
la zona.

La teoría de los cuatro humores, propuesta por primera vez por el médico griego Hipócrates,
se basaba en el supuesto de que el cuerpo humano está compuesto por cuatro sustancias
básicas (los denominados "humores") y que los equilibrios y desequilibrios en las cantidades
de estas sustancias en un organismo determinan la salud de este. Estos humores se
correspondían a los elementos aire, fuego, tierra y agua, que unos años antes habían sido
señaladas por el filósofo Empédocles como las materias primas de todo lo que existe.

A cada humor le correspondía un temperamento: a la sangre le correspondía el temperamento


sanguíneo, a la bilis negra el temperamento melancólico, a la bilis amarilla le correspondía
el temperamento colérico y a la flema le correspondía el temperamento flemático.

Sanguíneo

Para Hipócrates el predominio de la sangre en el cuerpo da lugar a un físico robusto, bien


desarrollado, de amplia frente, labios carnosos y expresiva mirada. Este notorio físico
acompaña a un carácter fuerte y dinámico, una mente en constante maquinación de proyectos,
inquieta. De natural optimista, con furtivos momentos de pesadumbre y enfados estrepitosos
que son superados con rapidez. La característica indiscutible del sanguíneo es su sociabilidad:
líder carismático, al que halaga ser el centro de atenciones, suele, por su natural extrovertido
y comunicativo, ser el directivo por naturaleza. Su habilidad de contacto social, unida a su
natural sensibilidad le convierte en un ser empático y buen oyente, aunque, en ocasiones,
podría conducir a actitudes un tanto despóticas e incluso dictatoriales, dado su interés
avasallador
Flemático

La fundamental característica de su carácter es la reflexión, de intelecto ágil pero seguro,


analítico, de inmensa inquietud por profundizar en pensamientos e ideas. Realista, se rige
siempre por la razón. De actitud fría y distante, se distingue por su sobriedad, no se emociona
ni entusiasma fácilmente con proyectos sin dar tiempo a su necesaria reflexión y análisis;
ahora, una vez tomada su decisión, es difícil que la varíe. De carácter básicamente introverso e
individualista, toma las relaciones sociales como un deber; en cuanto a los afectos, su
moderación y sobriedad le llevan a comedirse, controlando sus sentimientos y emociones,
evitando las manifestaciones afectivas.

Colérico

En el nervioso suele destacarse la delgadez, el rostro afilado y pálido y la mirada vivaz a la vez
que soñadora. Intuitivos, creativos, su vivacidad les hace inquietos y temerosos de la rutina, y
su emotividad provoca que antepongan el sentimiento ante la razón. Su nervio les hace actuar
por impulsos y tan pronto se vuelcan en una actividad frenética, como se rinden a la tranquila
rutina. En las relaciones sociales dan al entorno lo que de él reciben; si reciben afecto, si el
ambiente es agradable, serán seres abiertos, comunicativos y, por contrario, si el entorno les
desagrada, pueden ser ariscos y desconfiados. Por lo tanto, apreciamos que los temperamentos
nerviosos son difícilmente encajables, tanto social como laboralmente, en el entorno pero a su
vez, paradójicamente, tremendamente versátiles

Melancólico

Físicamente destaca por su obesidad, sus movimientos lentos y su aparente pasividad, que les
hace inalterables ante cualquier circunstancia y por lo tanto, amantes de la rutina, del
automatismo. Se caracterizan por su capacidad analítica y memorística y, aunque su ritmo de
vida o trabajo tienda a ser lento, son regulares y metódicos. Socialmente son de trato
agradable y tranquilo, aunque no suelen ser expresivos en lo que a afectividad se refiere. Su
tendencia es a la introversión y a un aislamiento que puede rayar a veces en egocentrismo.

Componentes de la personalidad

La personalidad se configura por dos componentes o factores: el temperamento y el carácter.

a) Temperamento: Todos los seres humanos poseen una herencia genética, es decir, las
características que se heredan de los padres, como por ejemplo, el color de ojos, el tono
de piel, e incluso la propensión a determinadas enfermedades. El temperamento es un
componente de la personalidad porque determina, de alguna manera, ciertas
características de cognición, comportamiento y emocionales.

b) Carácter: Se denomina carácter a las características de la personalidad que son


aprendidas en el medio, por ejemplo, los sentimientos son innatos, es decir, se nace con
ellos, pero la manera en cómo se expresan forma parte del carácter. Las normas
sociales, los comportamientos y el lenguaje, son sólo algunos componentes del carácter
que constituyen a la personalidad.
Teorías de los rasgos

Las teorías de los rasgos es un modelo explicativo del comportamiento humano que supone la
existencia de características estables en la estructura de la personalidad de los individuos. Un
rasgo es definido por Gordon Allport como una predisposición, una actitud o tendencia a
responder de una manera determinada. Para él, se trata de "un sistema neuropsíquico
generalizado y localizado, con la capacidad de convertir muchos estímulos en equivalentes
funcionales y de iniciar y guiar formas equivalentes de conducta expresiva y adaptativa".

Los rasgos pueden calificarse en cardinales, centrales y secundarios.

Rasgos cardinales:

Son relativamente poco frecuentes, son tan generales que influyen en todos los actos de una
persona. Un ejemplo de ello podría ser una persona tan egoísta que prácticamente todos sus
gestos lo revelan.

Rasgos Centrales:

Son más comunes, y aunque no siempre, a menudo son observables en el comportamiento.


Ejemplo, una persona agresiva tal vez no manifieste este rasgo en todas las situaciones.

Rasgos secundarios:

Son atributos que no constituyen una parte vital de la persona pero que intervienen en ciertas
situaciones. Un ejemplo de ello puede ser, una persona sumisa que se moleste y pierda los
estribos

Dimensiones de la personalidad

Extroversión: se define como el grado en que el sujeto se muestra abierto con los demás y
canaliza su energía en contextos sociales. Se caracteriza por ser: locuaz, atrevido, activo,
bullicioso, vigoroso, positivo, espontáneo, efusivo, enérgico, entusiasta, aventurero,
comunicativo, franco, llamativo, ruidoso, dominante, sociable.

Afabilidad: La persona amable es aquella que confía en la honestidad de los otros individuos,
tiene vocación para ayudar y asistir a quien lo necesite, se muestra humilde y sencillo, y es
empático hacia las emociones y sentimientos ajenos. Se caracteriza por: desprendido, flexible,
justo, cortés, confiado, indulgente, servicial, agradable, afectuoso, tierno, bondadoso,
compasivo, considerado, conforme.

Dependencia: se refiere a la forma en que la persona está centrada en sus objetivos, además
de cuán disciplinado se muestra para la consecución de dichos fines. Se caracteriza por:
Organizado, dependiente, escrupuloso, responsable, trabajador, eficiente, planeador, capaz,
deliberado, esmerado, preciso, practico, concienzudo, serio, ahorrativo, confiable.

Estabilidad emocional: se define al grado en qué una persona afronta sin problema las
situaciones complicadas de la vida. Los sujetos tranquilos, no muy proclives a sentir rabia o a
enfadarse, suelen permanecer animados y gestionan muy bien sus crisis personales. Se
caracterizan por ser: Impasible, no envidioso, relajado, objetivo, tranquilo, calmado, sereno,
bondadoso, estable, satisfecho, seguro, imperturbable, poco exigente, constante, placido,
pacifico.
Apertura a la experiencia: es aquella persona que tiende a buscar nuevas experiencias
personales y concibe de una manera creativa su futuro. Son características de el: perceptivo,
curioso, imaginativo, analítico, reflexivo, artístico, perspicaz, sagaz, ingenioso, creativo,
sofisticado, bien informado, hábil, versátil, original, profundo, culto.

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