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LIEBRES: animales perjudiciales de

plantaciones forestales y de otros cultivos
Por Dr. Never Bonino
Grupo de Ecología y Manejo de Pastizales y Fauna Silvestre
EEA INTA Bariloche

L
a liebre europea (Lepus europaeus) fue introducida en diferentes partes
de Argentina a finales del siglo XIX. Desde entonces, esta especie exótica
se dispersó hasta ocupar, actualmente, todo el territorio
de Argentina y Chile, el sudeste de Perú, el sudoeste de
Bolivia, el sudeste de Paraguay y el centro-sur de Brasil. Es
un herbívoro que puede llegar a competir por el alimento con
el ganado y provocar daños en cultivos de granos, pasturas
y plantaciones de árboles frutales y forestales. Por este
motivo, la liebre ha sido declarada “especie plaga” por varias
legislaciones, tanto de carácter nacional como provincial.

Anatomía Costumbres de la liebre

La liebre europea posee dos pares de incisivos
en el maxilar superior, el segundo más pequeño y
ubicado detrás del primero. Se caracteriza por el
notable desarrollo de sus orejas, cuyas puntas son
de color negro. Las extremidades posteriores son
más largas que las anteriores (adaptadas a la carre-
ra) y presentan 5 dedos con uñas. La cola es muy
corta, de color negro en dorsal y blanca en ventral.
El color general del cuerpo es pardo amarillento,
con la punta de los pelos de color negro lo cual le
da un aspecto jaspeado; la zona ventral es de color
blanquecino. Una liebre adulta puede llegar a pesar
hasta 5 kilos.
Es un animal solitario ya que no forma colonias,
aunque es posible observar grupos de dos o más
liebres sobre todo en la época de apareamiento.
Nunca cavan madrigueras ya que descansan echadas
al pié de alguna mata o arbusto. Es una especie de
hábitos nocturnos aunque no es raro encontrarlas
de día especialmente en zonas tranquilas. Para vivir
prefieren lugares abiertos, con pastos cortos, ya
que de esta forma tienen buena visibilidad ante los
depredadores y pueden correr fácilmente ante un
peligro. En Patagonia, los mallines son los ambien-
tes principalmente utilizados para su alimentación.
Consumen principalmente pastos pero son capaces

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Experimental Agroforestal Esquel (Chubut), NOMBRES DEL O LOS AUTORES Y LA ZONA A LA CUAL VA DIRIGIDA EL ARTICULO.

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LIEBRES: animales perjudiciales de plantaciones forestales y de otros cultivos
de ramonear árboles y arbustos en épocas de esca-
sez de alimentos.
Reproducción
En Patagonia la reproducción tiene lugar en la
época primavero-estival (desde fines de agosto
a fines de febrero), coincidiendo con la época de
mayor oferta de forraje. Los machos son polígamos;
en las hembras la ovulación es inducida por el coito
y presentan un estro postpartum, razón por la cual
pueden quedar preñadas inmediatamente después
de la parición. El período de gestación dura alrede-
dor de 40 días. En Patagonia cada hembra tiene, en
promedio, 2 pariciones por estación y 2 por camada.
Al nacer, las crías (lebratos) presentan el cuerpo
totalmente cubierto de pelos y los ojos abiertos, y
son amamantados por la madre durante aproxima-
damente 30 días, al cabo de los cuales son capaces
de alimentarse por sí solas
Perjuicios
Las liebres causan perjuicios en distintos tipos
de producciones agropecuarias, incluyendo a las
plantaciones forestales con coníferas. El principal
tipo de daño que inflingen a los pinos es el corte de
la yema apical, lo cual no necesariamente produce
la muerte de la planta. Sin embargo, muchas veces
el corte es recurrente y la planta termina muriendo
o ramificándose, lo cual la inutiliza desde el punto
de vista comercial. También suelen ramonear, en
menor medida, las acículas1 y la corteza del tronco
en su base. Es fácil de reconocer cuando un corte
es realizado por liebres ya que es un corte oblicuo
o en bisel. Las plantaciones sufren los mayores da-
ños durante los primeros 2-3 años de implantación,
es decir, hasta que la planta tiene unos 50-60 cm
de altura y las yemas quedan fuera del alcance de
los animales. Esto ocurre en condiciones normales
1 Acículas: hojas largas, delgadas y puntiagudas a modo de aguja, característica de muchas coníferas.
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ya que en épocas de nevadas los animales pueden
llegar a tener acceso a yemas apicales ubicadas a
mayor altura. Los máximos niveles de ataque ge-
neralmente se observan durante la época invernal
debido, en parte, a la escasez de pastos y, en parte,
a que la plantación puede ser reciente.
En cuanto a los porcentajes de daño, estudios
realizados en plantaciones forestales de Neuquén
sobre el impacto de las liebres, registraron hasta un
68% de daños en yemas apicales durante el primer
año de implantación. En encuestas y relevamientos
realizados en 43 plantaciones de la zona andina
de Río Negro y Neuquén, el 83% de las mismas
experimentó daños por liebres en el primer año de
implantación. En el estudio realizado el porcentaje
de daño varió entre 28 y 73% de las plantas. La
especie más atacada fue el pino ponderosa y, en
menor grado, los pinos oregón y murrayana. El
tipo de daño más frecuente fue el corte de la yema
apical que se verificó en el 88% de los casos seguido
por el consumo de acículas agregado al corte de la
yema apical (12%).
Métodos de control
Los métodos más utilizados para minimizar el
daño ocasionado por liebres pueden ser directos o
indirectos. Los directos están destinados a eliminar
individuos y los indirectos a proteger el producto
afectado (plantación, cultivo).
Entre los métodos directos se encuentran el
control con cebos tóxicos y la caza o trampeo.
Cebos tóxicos: En nuestro país no existen pro-
ductos tóxicos registrados para el control de liebres.
Caza o trampeo: La caza se realiza con armas de
fuego (carabina o escopeta) y el trampeo con lazos
corredizos llamados “guachis” hechos con alambre
fino. Tienen la desventaja de que requieren una gran
inversión de horas/hombre.

La caza con armas de fuego es utilizada princi-
palmente durante la temporada de caza comercial,
ya que la carne de liebre es exportada a diferentes
países europeos donde es muy apreciada. En to-
das las provincias patagónicas se realiza la caza
comercial de liebres y, en algunas de ellas, incluso
hay frigoríficos que procesan liebres (Chubut, Santa
Cruz). Sin embargo, en el 2012 la caza comercial
no fue habilitada en ninguna de las provincias pa-
tagónicas por diferentes motivos, especialmente
la escasez de liebres. Es de destacar que la caza
comercial de liebres es un complemento económico
para muchos trabajadores rurales, especialmente
en el período invernal cuando decrece el ritmo de
otras actividades.
Entre los métodos indirectos se encuentran los
de carácter mecánico y los químicos. Los primeros
consisten en alambrados perimetrales, alambrados
eléctricos y protectores individuales de plantas. Los
químicos consisten en repelentes.
Alambrado perimetral. El alambrado con tejido
perimetral es un método muy eficaz pero su costo,
generalmente elevado, reduce su utilización a plan-
taciones de superficie reducida. Se puede construir
Protección con cilindro de plástico Protección con chapa rezago de tapa
corona
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el alambrado utilizando una malla tejida. También,
de ser posible, se puede aprovechar la presencia
del alambrado tradicional al cual se le adosa una
malla metálica o plástica. En cualquier caso, se
recomienda que la malla tejida tenga una abertura
que no supere los 5 cm y se deben enterrar unos
20 cm en el suelo de la parte inferior de la malla
para evitar que se levante y permita la entrada de
los animales. En este sentido es fundamental el
mantenimiento en buen estado de conservación con
el fin de garantizar su efectividad.
Alambrado eléctrico. Si bien existen alambrados
eléctricos diseñados específicamente para liebres
éstos no se encuentran disponibles en nuestro país.
Sin embargo, es posible utilizar los que común-
mente se comercializan para el manejo del ganado,
teniendo en cuenta que es recomendable utilizar 5
hilos conductores con un espacio de 10 cm entre
sí y con las varillas ubicadas cada 5m.
Protectores individuales. Para la protección
individual de plantas se utilizan mallas metálicas,
como ser el alambre tejido o la chapa rezago de la
fabricación de tapas corona y mallas plásticas. Si
bien el uso de protectores individuales puede llegar
Protección con red plástica
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te sobre la planta. Actualmente las únicas marcas

Protectores individuales con malla y botellas
a tener un costo elevado, los mismos pueden ser
reutilizados en otras forestaciones. También, en
lugar de las mallas, se suelen utilizar cartuchos de
plástico o utilizar, asimismo, botellas de plástico
recortando la parte inferior y superior.
Repelentes. Son sustancias que tienen un olor o
sabor particular, razón por la cual, se utilizan para
repeler o mantener alejados a los animales. Para
repeler a las liebres se utilizan desde preparados
caseros hasta productos comerciales. Un preparado
casero que suele utilizarse es una mezcla de aceite
quemado de automotores, hígado picado en cal viva,
sangre o grasa animal, diferentes proporciones.
La eficacia de un repelente depende de la per-
sistencia del olor o sabor, es decir, de su duración
una vez aplicado sobre la planta. De allí que los
repelentes comerciales sean generalmente más
efectivos que los preparados caseros. Éstos se lavan
rápidamente una vez aplicados sobre la planta. Ade-
más, un repelente no debe dañar al producto que
protege y, en este sentido, los repelentes caseros
pueden ser riesgosos cuando se aplican directamen-
disponibles en el mercado nacional son UNUN y
MACHITUN (formulados a partir de compuestos ali-
menticios biodegradables); ambos son elaborados
por el laboratorio Wemun (http://wemun.com.ar/
v2/index.php).
En general, los repelentes líquidos son más fáciles
de aplicar. Pueden ser aplicados con una fumigadora
sobre las plantas de forma individual o alrededor
de la plantación a modo de un cerco. La primera de
ellas es la más efectiva aunque también la más cos-
tosa. Una forma de disminuir los costos es aplicar
el repelente sobre el atado de plantas antes de su
implantación, en vez de aplicarlo sobre cada planta
ya implantada.
No caben dudas que las liebres constituyen una
seria limitante para las plantaciones forestales de la
Patagonia, como así también de numerosos cultivos
de cereales, granos, alfalfa, frutales y hortalizas. En
algunos casos, incluso, resulta económicamente
inviable encarar alguna actividad sin tomar recaudos
con respecto a la liebre. La elección de un método
de control en particular, o de varios métodos combi-
nados, depende de una serie de circunstancias tales
como, tamaño y ubicación del cultivo, época del año,
costos y disponibilidad de personal, entre otros.
Ampliar información en: nbonino@bariloche.inta.gov.ar
http://www.produccion-animal.com.ar/fauna/65-liebre.pdf

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