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Competitividad de Empresas Industriales-Boscherini PDF
Competitividad de Empresas Industriales-Boscherini PDF
En la década del 60 del siglo pasado, las teorías económicas explicaban principalmente
el éxito o fracaso de las empresas según la estructura de la firma y del mercado. Se
destacaba la importancia del tamaño de la empresa y su inserción en un mercado
imperfecto que le permitía controlar la oferta y la demanda.
Un aspecto relevante de este modelo era que la firma internalizaba los conflictos y las
relaciones económico-sociales, para que la gran empresa pudiera ejercer su control
sobre el proceso productivo y la organización del trabajo, introduciendo así la
racionalidad en la organización de la producción. La gran empresa ejercía el control
sobre el proceso de innovación2, el cual se lograba no por la innovación conseguida y
el esfuerzo innovador, sino por su inserción de poder.
1
Preparado por Mg. Pablo Costamagna, Profesor del Modulo.
2
Boscherini, F. y Poma, L. (2000)
La historia continúa y en el comienzo de la década del 90 del siglo anterior, el
escenario internacional cambia: la apertura de los mercados genera mayor
incertidumbre. La globalización de la economía implica una gran variedad de
necesidades y diferenciaciones culturales, el acelerado progreso tecnológico hace cada
vez más corto el ciclo de vida del producto y de esta manera se ponen de manifiesto
las limitaciones y dificultades generadas en un mercado dominado por un reducido
grupo de empresas poderosas. Es así como la competitividad comienza a ser vista
como un concepto dinámico, el cual incorpora términos muy importantes: la innovación
y la difusión tecnológica.
Durante las últimas dos décadas del siglo pasado, se ha investigado y estudiado la
valorización actual de la competitividad para el crecimiento económico en el nuevo
escenario de negocios. El debate se centra en las distintas estrategias y políticas de los
agentes y organizaciones públicas y privadas y su articulación para la generación de la
innovación, el desarrollo de procesos de aprendizaje y la incorporación de nuevas
tecnologías.
3
Alburquerque, F. (1999)
respecto, Aldo Ferrer4 manifiesta que hoy la globalización confronta a los países con
desafíos de cuya resolución depende su desarrollo o atraso. De las respuestas dadas
al dilema del desarrollo en el mundo global dependen variables críticas como la
acumulación del capital, el cambio técnico, la composición del comercio exterior, la
tasa de crecimiento, el empleo, la distribución de la riqueza y el ingreso.
La respuesta al dilema del desarrollo en el mundo global puede ser variada. Por un
lado, se plantea que las relaciones internacionales impulsan la transformación, el
crecimiento y fortalecen la capacidad de decidir el propio destino; y por otro, que
pueden producirse situaciones opuestas, en donde se fractura la realidad interna de
cada país, sancionándolo al atraso y se lo somete a decisiones fuera de su propio
control.
4
Ferrer, Aldo (1998)
b) La expansión transnacional de las empresas de los países centrales.
c) La multiplicación en el corto plazo de las corrientes de capital por la
internacionalización creciente de los mercados financieros y la liquidez
internacional.
Una vez más, este último período tampoco fue aprovechado por América Latina, cuya
participación en el comercio internacional pasó del 14% en 1945 al 5% en 1970.
A pesar de la consideración de todos los beneficios atribuidos a la globalización, entre
otros, la libre circulación de bienes, servicios, personas, dinero, internacionalización de
las empresas y aumento del comercio mundial, el origen de los recursos en la
economía mundial a fines de la década del ’90 era mayoritariamente interno, como lo
manifiestan los siguientes datos5:
El 80% de la producción mundial se vende en los mercados internos de cada
país.
Nueve de cada diez personas que trabajan permanecen en su lugar de origen.
Más del 90% de la acumulación de capital en el mundo se financia con el
ahorro interno del país.
Es fundamental que una economía abierta al mundo globalizado, considere también el
peso relativo de los recursos y mercados internos respecto de los que se transan en el
mercado mundial. La inserción en el orden mundial es esencial para el desarrollo
económico, pero és clave también un proceso de reformas institucionales,
transformación de la producción, reducción de los costos de transacción, interacciones
eficaces entre las esferas públicas y privadas, lazos entre la producción y los sistemas
de ciencia y técnica, acumulación de conocimientos, habilidades en la fuerza de
trabajo, aumentos de la productividad impulsados por la inversión de capital y la
incorporación del progreso técnico.
5
Ferrer, Aldo, Revista Cepal, op.cit.
6
Boscherini y Poma, op. cit.
7
Alburquerque, F. op.cit.
productividad y la competitividad, aspectos que dominan fuertemente el éxito o el
fracaso de las empresas.
8
Boscherini y Yoguel (2000)
1.3 El nuevo enfoque de competitividad industrial y el rol del
territorio
Marshall9 había expresado que las pequeñas fábricas se encuentran en una situación
de desventaja con respecto a la gran empresa siempre que no existan muchas
concentradas en un mismo distrito. El distrito industrial marshalliano, está conformado
por un conjunto de actividades productivas, intercambios y relaciones, en el marco de
una atmósfera productiva e innovativa que permite que todo circule y se difunda por el
territorio. La localización de la actividad productiva permite que los distintos agentes se
eduquen mutuamente y que generen una atmósfera industrial favorable al desarrollo,
la cual presenta tres dimensiones: espacial (territorio definido), temporal (la tradición,
el cúmulo de conocimientos), relacional (la dedicación a una misma actividad).
Los distritos industriales están basados en una fuerte especialización productiva, una
mayor flexibilidad de las firmas para enfrentar cambios en los mercados y el
aseguramiento de la calidad. El distrito es una modalidad de organización de la
producción, donde operan numerosas empresas manufactureras y de servicios que
trabajan en una determinada área de producto especializadas horizontal y
verticalmente.10 En el caso de Italia este grupo de empresas está acompañado de un
fuerte tejido de relaciones que traducen esa especialización en distintas fases del
proceso productivo en una ventaja competitiva no solo a nivel individual sino de todo el
sistema, y tanto el distrito como el espacio físico donde se desarrollan las empresas no
son sólo una externalidad, sino el lugar de producción y asimilación de conocimiento.11
En este sentido, “en un mundo en que la competencia cada vez es más internacional,
las naciones y la regiones resultan más importantes y no menos. Como la base de la
competencia se ha desplazado cada vez más hacia la creación y asimilación de
conocimientos, ha aumentado la importancia del papel de la nación. La ventaja
competitiva se crea y mantiene a través de un proceso muy localizado. Las diferencias
13
Porter, M. (1990)
14
Esser, Hillebrand, Messner y Meyer-Stamer, (1996)
15
Esser, Hillebrand, Messner y Meyer-Stamer, op. Cit.
de una nación en valores, cultura, estructuras económicas, instituciones e historia
contribuyen al éxito competitivo”.16
Para Putman19 el capital social son los aspectos de las organizaciones sociales, tales
como las redes, las normas y la confianza, que facilitan la acción y la cooperación para
beneficio mutuo. Estas normas y relaciones son específicas a una determinada cultura
y se transfieren de generación en generación, obteniéndose así un stock de relaciones
que se traduce en una sociedad civil fuerte y con una elevada perspectiva de acción
conjunta y en beneficio de todos.
En el nivel macro se trabaja para asegurar condiciones macroeconómicas
estables y favorables para el desarrollo de las distintas regiones del Estado
Nación.
16
Porter, M (1995)
17
Esser, Hillebrand, Messner y Meyer-Stamer, op. cit.
18
Durston (2000)
19
Putman (1993) en pág. Durston op cit.
regulación de los mercados, las políticas de competitividad, el nivel de
desarrollo de la tecnología, la educación, los recursos humanos, el medio
ambiente y las interrelaciones de las firmas con otras empresas e
instituciones que conforman las redes en las que realizan su actividad
industrial. Autores como Buitelar, Meyer, Poma, Yoguel, manifiestan que es
aquí donde la competitividad se transforma en un concepto más complejo,
al dejar de ser un fenómeno asociado a una firma individual, a lo macro y a
lo sectorial para involucrar territorios, redes de empresas y también
cuestiones culturales y organizativas.
20
Esser, Hillebrand, Messner y Meyer-Stamer, (1996).
El nuevo enfoque de la competitividad industrial, además de considerar el rol del
territorio, reconoce la importancia de la innovación, término incorporado
previamente en el concepto dinámico de competitividad. La innovación se
basa en nuevos conocimientos y aprendizajes que, en parte, son absorbidos de
lo que derraman los territorios.
Schumpeter, ya a principios del siglo 20, postulaba que la innovación son “nuevas
combinaciones” que no se identifican sólo con la introducción de nuevas tecnologías
sino que también pueden tener lugar en la organización de la producción. En este
sentido, la innovación no significa solamente desplegar actividades que apunten a
desarrollar nuevos productos y procesos, sino que involucra el conjunto de desarrollo y
mejoras realizadas en distintas áreas de la empresa: organización, comercialización,
producción y gestión.
En este sentido, a partir de los ’80 algunos Estados comenzaron a incluir en las
agendas de gobierno el tema productivo, cuando los cambios realizados por los
empresarios en las estructuras de las empresas y en la forma de gestión, no son
suficientes para poder crecer en el nuevo escenario.
Meter Evans22 señala que hacia fines de los ’80 se comenzó a cristalizar una “tercera
ola”, donde el Estado intenta dejar de ser “problema” para transformarse en
“solución”, el Estado comenzó a considerarse el instrumentalizador necesario de los
programas de ajuste y reestructuración industrial.
El Estado en todos sus niveles parece tener obligaciones sobre la producción. El Estado
Nacional debería asegurar el escenario macro, y el Estado Local trabajar sobre políticas
que potencien la innovación, los procesos de aprendizaje y permitan aumentar la
competitividad industrial. En el caso que existan políticas a nivel nacional, el Estado
Local debe bajarlas al territorio, diseñar políticas complementarias, selectivas,
orientadas a la comunidad y concertadas con los distintos actores del sistema.
21
Arocena, 1995.
22
Peter Evans (1996)
23
Boisier, S. (1999)
ámbito del gobierno local, puesto que carecería de la legitimidad social que el mundo
actual exige.
Siguiendo la idea de Boisier, la participación debe ser eficaz, eficiente y veloz. Esto
presupone por parte de quien participa, poseer el conocimiento pertinente sobre la
cuestión que convoca la participación, en este caso el desarrollo productivo regional. El
conocimiento pertinente es la cantidad mínima de conocimiento que permite entender
la naturaleza sistémica y compleja del problema.
Entonces, a pesar de las complejas relaciones entre los distintos actores que
conforman un territorio, es factible identificar posibles caminos concretos de trabajo
sobre las pymes para alcanzar el objetivo de aumentar la competitividad de las
mismas. Una de las estrategias que plantea este modelo es la “integración
productiva”, entendida como una propuesta para la organización de la producción a
nivel local, centrada en el desarrollo de redes empresariales, que ha demostrado su
eficacia en términos de crecimiento económico, creación de empleo y distribución de
riqueza. Los países avanzados presentan territorios con sistemas productivos
caracterizados por un estrecho entramado de relaciones entre empresas y entre éstas
y los actores locales.
Las empresas más exitosas en este proceso de vinculación con otros actores, son las
que están ubicadas en territorios caracterizados por una tradición de cooperación
empresarial, de coordinación público-privada, de vinculación entre instituciones
educativas y empresas y de fuerte relación entre las instituciones de servicio y el sector
productivo. En los países en desarrollo como los latinoamericanos, la ausencia de estos
vínculos entre empresas, y entre éstas y el entorno institucional, es una de las
principales causas de la debilidad de sus sistemas productivos.
En este abordaje, es indudable que uno de los mayores obstáculos que tienen las
pequeñas industrias no es el tamaño, sino el aislamiento.
Bibliografía
John, Dorston. (2000) ¿Qué es el capital social comunitario? CEPAL, Serie Políticas
Sociales, División Desarrollo Social Nro. 38.