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Existen muchas estrategias de tratamiento, cada una de ellas va a estar dirigida a ir haciendo
conscientes las diferentes etapas del duelo hasta llegar a la aceptación del acontecimiento, en las
cuales se manejan las emociones y los apegos del paciente.
No todo proceso de duelo implica la indicación de una terapia. Se puede ayudar a los familiares
o allegados recomendándole un tratamiento si se observa que el duelo que atraviesa no
es "normal" y que presenta reacciones marcadamente divergentes a la pérdida (por ejemplo en
presencia de conductas o intentos de suicidio).
Los tipos de tratamiento recomendados para estos pacientes pueden ser tanto individuales como
grupales y grupos de autoayuda.
Es importante darnos cuenta que cuando revivimos un recuerdo, hacemos eso justamente,
lo "revivimos", volvemos a vivir las mismas emociones con la misma intensidad que la primera
vez. Sin embargo ante un fallecimiento el evento sucedió una sola vez y nosotros al repetirlo
mentalmente lo vivimos muchas veces y si no logramos cerrar el ciclo nos lastimamos por más
tiempo del necesario. Si de todas maneras vamos a recordar, mejor recordemos eventos felices
que eventos tristes. El proceso que se lleva a cabo es dirigir la mente hacia qué tipo de recuerdos
que son favorables para que sean recurrentes y qué tipo de recuerdos son dañinos para que se
queden en la distancia. El PNL nos dice que el problema no está en el hecho en sí, sino en la
forma que codificamos mentalmente el mismo. El descubrir la manera en que lo hacemos nos
puede dar la pauta para superar el duelo.
Algunas Técnicas Conductuales:
La ira y la tristeza en un principio son emociones funcionales, pero que pueden acabar siendo
disfuncionales. Esto dependerá de muchos factores intrínsecos de cada persona.
Ante la rabia y la tristeza ¿que se puede hacer? ¿qué depende de uno y que queda fuera de
control? Hay que darse cuenta de que aunque hay mucho que no depende de uno, si hay otras
cosas que depende de mi, en las que puedo influir y modificar en mayor o menor grado mis
pensamientos, emociones y sentimientos al respecto.
Las siguientes técnicas son para uso individual pero también se pueden utilizar grupalmente.
Son útiles tanto a nivel del duelo normal como del patológico.
El terapeuta representará y expondrá los pensamientos positivos, para más adelante hacerlo el
paciente. También es útil que el paciente ponga por escrito sus pensamientos negativos y
positivos dialogando consigo mismo (técnica tradicional simplificada a pensamiento original -
negativo- y nuevo pensamiento positivo).
Cierra los ojos, adopta una postura cómoda y dirige tu atención a la respiración. Ahora
imagínate a alguien a quien te gustaría parecerte en su manera de tomarse las cosas, en su
manera de reaccionar emocionalmente. Imagina a esa persona nítidamente, su vestimenta, su
manera de andar, el tono de su voz, etc. Imagina que esa persona vive un grave acontecimiento:
la pérdida de un ser querido o el anuncio de su propia muerte. Observa como reacciona esa
persona cuando recibe la noticia, imagina lo que piensa, lo que siente, lo que dice, lo que
expresa, cómo decide afrontar la situación. Ahora imagina que tu estás dentro de la piel de esa
persona, tu eres y reaccionas como esa persona aunque mantienes tu identidad... y recibes la
noticia, date cuenta de cómo te mueves cómo respondes, date cuenta de la diferencia entre cómo
reaccionas ahora y cómo reaccionas habitualmente.
Anota cada día por escrito 3 cosas que hayan ido bien durante el día y por qué han ido bien
durante un mínimo de 2-3 semanas (aunque se pueda alargar a toda la vida como diario
personal). Con este ejercicio aprendes a dirigir la atención a los aspectos positivos de tu vida.
Se comienza realizando una relajación. Tómate tiempo para entrar en contacto contigo mismo.
Ve centrando la atención en los movimientos de tu corazón. Percibe sus latidos y su calor.
1. Hazte estas preguntas "¿Qué representa el perdón para mí? ¿Qué nueva calidad
de vida podría proporcionarme?".
2. Recuerda una experiencia positiva en la que tú hayas sido perdonado. Tómate
tiempo para saborear la alegría de ese perdón.
3. Ahora deja aflorar el recuerdo de la persona con la que está resentido. Mírala.
Óyela. Deja que se aproxime esa persona que habías expulsado de tu corazón.
4. Deja emerger las emociones y sentimientos que te animan. Tómate tiempo para
identificarlos y aceptarlos.
5. Si tus emociones son demasiado fuertes, no sigas, tómae tiempo para digerirlas
y asimilarlas y poder continuar.
6. Si te sientes bien, sigue dejando aproximarse a la persona que quieres perdonar.
7. Cuando te sientas preparado, déjala entrar en tu corazón. Susúrrale: "Te
perdono". Dirígete a su corazón y con tus palabras y a tu manera dile algo así como "Te
perdono todo lo que me has hecho en el pasado y lo que me ha hecho daño o me ha
perjudicado:tus palabras, tus gestos o incluso tus pensamientos. Te perdono; te
perdono..."
8. Toma consciencia de hasta qué punto esa persona está sufriendo y se siente
asustada y herida.
9. Descubre como para ti la ofensa ha concluido, ha quedado zanjada, que ya no
influye en ti.
10. Luego déjale marcharse como una persona liberada, transformada, rejuvenecida
por tu perdón. Déjale seguir su camino, deseándole la mayor felicidad posible.
11. Agradece a la vida que te haya concedido esa gracia de poder perdonar.
IMPORTANTE: este ejercicio se debe realizar después de que la persona haya podido expresar
completamente sus sentimientos negativos hacia la persona con la que está resentido (en role-
playing o en imaginación).
Este ejercicio es aplicable a situaciones donde no es una persona sino Dios, o la Vida o la
Sociedad con al que uno está resentido.
1. Siéntate en una silla cómoda con los pies en el suelo y cierra los ojos.
2. Lleva la atención a la respiración.
3. Haz una clara representación en tu mente de la persona hacia la que sientes resentimiento.
4. Imagina que a esa persona le ocurren cosas buenas: recibe amor, cuidados, dinero, etc.
5. Percibe tus propias reacciones.
6. Imagina la situación desde el punto de vista de la otra persona.
7. Se consciente de que estás menos resentido. Mentalízate para llevar esta nueva forma de
pensar.
8. Abre los ojos y continúa con tus actividades cotidianas.
Se puede aprender a gestionar la ira y la tristeza, como otras emociones, por medio de la
redacción de un diario personal donde se puedan expresar las emociones más destructivas e
íntimas. Y si se comparte con el terapeuta, todavía mejor. Pero para ser más efectivo es bueno
seguir las siguientes normas:
1. Prescripción y escala del síntoma. En una escala de 1 a 100 donde 100 es lo peor ¿qué
número expresa el grado en el cual tú estás experimentando ese problema en este momento?
2. Prescripción del problema. Permite que el problema empeore. ¿En qué grado empeora? Ahora
permite que el problema mejore. ¿En qué grado mejora?
3. Toma consciencia de lo que haces para mejorar y aplícalo en tu vida cotidiana.
EJERCICIO 8: La despedida
1. Aceptación de los hechos. Reconocer que no se puede estar en otro entorno (el que se tenía).
2. Expresar sentimientos pendientes. Se le pide a la persona que dibuje la situación o persona
añorada, o la visualice en la memoria tal y como era en el momento en el que se apartó, y que
coloque este recuerdo/imagen/dibujo en un lugar concreto de la habitación. Se le pide que se
dirija a él como si se tratase de un interlocutor real y rememorando lo que sucedía interiormente
en el momento de la partida, le exprese tanto el agradecimiento por los buenos ratos y los
beneficios que ha obtenido de él, como el resentimiento por los malos ratos, el miedo por tener
que afrontar los cambios derivados de su partida, la pena por marchar o cualquier otro contenido
emocional, siempre relatado en tiempo presente. Después el sujeto se coloca en el espacio físico
donde había situado al ser desaparecido y asume su identidad. Y le/se responderá a lo que antes
le había expresado. El sujeto podrá intercalar varias veces esos roles hasta que pueda
experimentar una clarificación de sus sentimientos y emociones con respecto a la marcha. Y
acaba estos diálogos diciendo adiós a la persona o situación, lugar de trabajo, país, etc.
3. Revivir el alejamiento. Se trata de recordar como tuvo lugar su despedida real en el pasado y
revivirla como si tuviera lugar en el presente. El terapeuta insistirá para que en la fantasía vea
alejarse a la persona de la que se despide, mientras se repite la palabra "adiós" hasta que
desaparezca de vista.
4. Fijación de un tiempo de luto. La persona puede desear concederse un tiempo de duelo para
digerir la pena. En la mayoría de los casos suele suceder que tras la despedida del punto
anterior, la persona ya esté lista para el presente y rechace cualquier tiempo de luto. En otros
casos, sin embargo, prefiere darse una hora, o un mes o cualquier otro tiempo, para llorar
internamente la pérdida.
5. Recibir el presente. Una vez pasado el tiempo de luto, el terapeuta ayudará a la persona a
centrarse en el presente y acogerlo, aceptar la vida con las nuevas limitaciones, pero con
posibilidades de ser razonablemente feliz.
El EMDR puede ser usado como método tanto en duelos normales como en duelos
complicados, acelerando el proceso, facilitando el procesamiento de los elementos traumáticos
del duelo y favoreciendo la reanudación de actividades.
Este tratamiento consta de 3 sesiones de tratamientos basadas sobre cada una de las etapas:
1. El procesamiento de la muerte real es la más sencilla de las etapas. El objetivo de esta etapa
es facilitar el darse cuenta de que realmente no importa cómo la persona murió, ya sea
durmiendo, de accidente o de cáncer, lo que importa es que se ha ido. Las circunstancias
alrededor de la muerte resultan menos importantes y ahora la atención de la persona debe
dirigirse hacia la etapa más difícil, la aceptación. El procesamiento de los detalles de la muerte
sigue el protocolo estándar de EMDR para TRAUMA.
Usualmente hay una creencia que puede ser re estructurada con EMDR. Normalmente
relacionada con sentimientos de culpa del tipo "Debí haber hecho más", o "No tuve la
oportunidad de decirle adiós ese día". Hay que identificar esas creencias a la hora de realizar el
protocolo, sin luchar para que el paciente las cambie. Solo tomar nota y seguir. Re orienta al
paciente hacia el procesamiento del canal de "la lucha con la muerte", preguntando cuando
piensas en la escena original, ¿cómo te sientes? y sigue desde ahí manejando las circunstancias
alrededor del trauma. Trata de llegar a un cierre del tema en esta primera sesión, aunque ambos
saben que se necesita trabajar más. Si tiene una buena semana y se le reactivan los recuerdos 1 o
2 días antes de la segunda sesión una vez transcurrida 1 semana, es una buena señal, ya que el
paciente entiende que el EMDR es efectivo y trae nuevo material justo antes dela sesión.
Recuperado: https://alex-psicoclinica.blogspot.com.uy/2012/06/el-tratamiento-del-duelo.html