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el naturalismo de Antoine y el realismo
¿En qué modo el “mimo corpóreo” psicológico de Stanislavski. Mi adhesión
de Etienne Decroux es capaz de dar a la escuela de Etienne Decroux estaba
respuestas a lo que había buscado motivada por algo muy diferente a la vo-
inútilmente en el teatro? luntad de investigación y de desarrollo
de cierta tradición pantomímica. Nunca
Decroux atribuyó siempre un espacio al me atrajo el vocabulario gestual imitativo
poema visual, un poema que habría te- e ilusionista familiar de los mimos de res-
nido serias dificultades de encontrar en peto. El estilo mímico implica una ex-
el interior del teatro tradicional, basado presión “explicativa” o “demostrativa”,
en el texto. Quería, además, que este mientras mi lenguaje siempre se ha
poema atravesara el cuerpo del actor dirigido hacia la “identificación”. En ese
para que se convirtiera en una creación sentido me siento cerca del teatro de
suya. Pero sobretodo, el “mimo corpó- actor, entendido no como quien recita
reo” me invitaba a descubrir un lenguaje sino como quien actúa y que, a través
que, aunque lejano al de la danza, se de su acción, existe. Es el “acto” lo que
distanciaba indudablemente también del me interesa: el acto físico radicado en
lenguaje del mimo o de la pantomima el cuerpo, proyectado por el movimien-
tradicionales. to, estimulado por el pensamiento y que
Aunque Etienne Decroux sea conside- afirma una existencia; el acto como
rado el padre del mimo contemporáneo, fuerza de intervención o capacidad de
es preciso recordar que su filiación con escuchar; como lugar de “transfert”
el mimo no se situa en absoluto en el donde la expresión y la comunicación
contexto de la pantomima del siglo XIX se provocan mutuamente, ligándonos a
de Gaspard Debureau, aunque el más nosotros mismos y a los demás en el
popular de sus alumnos, Marcel flujo y el reflujo del dar y recibir: el acto
Marceau, haya perpetrado un nostálgi- como única vía de salida posible, frente
co retorno. a la imperiosa necesidad de existir.
Los orígenes del “mimo corpóreo” de- Eso es lo esencial: que el acto sea vivo
ben buscarse en la escuela del Vieux y que integre, en el instante de su reali-
Colombier antes que en la tradición del zación, la totalidad de quien actúa. El
Pierrot. El trabajo de Etienne Decroux resto es superfluo, análisis de teóricos
nació en la epoca en que trabajaba de universitarios, polémicas de estilos y de
actor con Jacques Copeau y Charles técnicas que intentaran en vano revelar
Dullin. Sus investigaciones se llevaron lo inaprehensible: lo vivido en el imagi-
a cabo bajo las influencias de Edward nario. Es precisamente la fascinación
Gordon Craig y Adolphe Appia, contra del acto en su capacidad de fundir pa-
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ficatorios y sistemáticos, Etienne su sangre, ni la cadencia de la respira-
Decroux reserva a la práctica indicacio- ción, sacan nervio de la fuerza animal
nes ricas en imágenes que rompen la y se radican, según una expresión que
aparente rigidez de sus enseñanzas gusta mucho a Decroux, “dans l’arrière
para abrirlas a la libertad intuitiva de la de la tête” (en el trasero de la cabeza).
experiencia. Hecha esta premisa, es cierto que el
Detrás de lo explicado lo que no lo está. “mimo corpóreo” se fundamenta en
Entre lo dicho y lo hecho, entre lo de- elecciones objetivas, contenidas en la
mostrado y lo sugerido, entre lo defini- misma denominación, cuyo análisis
do y lo indefinido, existen una multitud puede constituir una definición: Corpó-
de contradicciones que únicamente la reo.
experiencia práctica puede resolver. Las ¿Por qué la calificación de “corpóreo”,
enseñanzas de Etienne Decroux son un cuando la noción misma de mimo im-
organismo que comporta conexiones in- plica necesariamente la del cuerpo?
ternas, ramificaciones insospechadas, Este aparente pleonasmo revela una
juegos de ecos y reflejos difíciles de lo- elección: considerar la totalidad del
calizar, donde la nitidez del discurso se cuerpo como medio de expresión, po-
halla incesantemente envuelta por claro- ner todos sus órganos al servicio del
oscuros intuitivos. Etienne Decroux movimiento y dar a los del tronco la
propone mucho más que una técnica, supremacía sobre los brazos, manos y
que un sistema o que un método: motiva cara (rostro).
el descubrimiento de nuestro “cuerpo- Las mímicas de la cara, los gestos de
pensamiento” y, sobretodo, exige una los brazos y de las manos, son siem-
ética de trabajo, provoca una experien- pre juegos expresivos puramente de-
cia de si mismos, dentro de sí y dirigida mostrativos y explicativos, si no se in-
a los demás. tegran en el conjunto del cuerpo, si no
Sus enseñanzas exigen una segunda encuentran sus orígenes en el eje
lectura basada no tanto en lo que se ha central del tronco. Incluso el movimien-
entendido cuanto en lo que se ha trans- to más periférico del cuerpo, nace como
mitido. Esto por desgracia se les esca- consecuencia de una dinámica
pa a muchos de sus alumnos, que se profunda, cuyo impulso se encuentra
fijan exclusivamente en el aprendizaje en la columna vertebral.
riguroso de la técnica corporal, trans- Etienne Decroux, al concebir el “mimo
formándose en impecables marionetas corpóreo”, ha respondido a la voluntad
de ensamblajes engrasados y de arti- de hacer “recitar” a los órganos del tron-
culaciones exactas, pero cuyos movi- co con la misma expresividad que los
mientos no siguen el ritmo del fluido de músculos faciales y con la misma agili-
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niéndose a una situación fosilizante, creativo a unos extremos tales en que
estimulando nuevas fuerzas, o partici- es más evidente la sensación de
pa en la rutina del orden establecido, fa- malestar (disgusto).
voreciendo el roncar tranquilizador de El malestar, entendido en estos
nuestra cotidianeidad. En un caso actua terminos, adquiere un nuevo significa-
como fuerza regeneradora, en el otro do. Ya no significa una opresión, un
mantiene un estado conservador, deter- handicap, sino un derecho, una necesi-
minando fatídicamente decadencia y de- dad, una necesidad que no empuja
generación. paradójicamente al placer, al placer del
Esta elección de orientación preexiste esfuerzo, a la plenitud y a la autentici-
a toda iniciativa de trabajo y supera con dad de la expresión.
mucho la función del mimo, del teatro y Concluyendo con Decroux. “C’est dans
del resto de las artes, para implicar a le malaise que le mime est à l’aise”, (Es
todos los niveles activos de la estructu- en el disgusto donde el mimo está a gus-
ra social. El acto creativo encuentra su to).
fuerza en un movimiento de
revindicación y protesta, provocado por A propósito de la implicación y de
la insatisfacción propia de un estado de los riesgos que comporta, Etienne
malestar (disgusto). “ El arte es una pro- Decroux habla de la “masa vulnera-
testa” decía Decroux. ble” cada desplazamiento del tron-
El “mimo corpóreo”, como todas las ar- co lleva al cuerpo al desequilibrio y
tes realmente comprometidas en un pro- lo expone a un peligro. ¿Este des-
ceso regenerador, persigue tal plazarse al límite del equilibrio ha de
revindicación. Lo que lo hace distinto, ser interpretado como garantía de la
es el hecho de vivirlo en y con el propio implicación del actor?
cuerpo. Si y no. En un primer momento es ne-
Veamos ahora la noción de malestar en cesario, porque fuerza al actor, lo incita
el interior del proceso creativo. a llevar al extremo sus movimientos, pro-
La expresión es creíble únicamente vocando por resonancia una implicación
cuando la sustenta la implicación total de su interioridad. Pero, aunque la im-
de quien la proyecta. No existe implica- plicación física favorezca o determine
ción sin riesgos. Es posible también la psíquica, no lo implica
afirmar que el riesgo es la garantía de necesariamente. Puede incluso ser un
nuestra implicación. La expresión es, obstáculo, en cuanto que, una vez ad-
por tanto, más fuerte cuanto más im- quiridas las capacidades físicas de de-
portantes son los riesgos que se corren. sarrollar el movimiento hasta los límites
Lo que conduce inevitablemente al acto extremos del equilibrio, este puede
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ciones, distensiones y pulsiones reve- tiempo, vacíate, no construyas, deja su-
lan el desarrollo de su energía “psíqui- bir la linfa...”
ca”. Comprendo la desconfianza en lo
Ya no representa su propio pensamien- concerciente a la terminología propia del
to, piensa con su propio cuerpo. El análisis introspectivo. En la mayor parte
“mimo abstracto” se convierte en el de los casos provoca únicamente
punto de fusión entre la vida subjetiva, malentendidos, en la medida en que la
propia del universo psíquico del actor y vida interior de un acto no pueda ser
la objetiva de su cuerpo. Presupone la extrapolada por el mismo. Existe sola-
integridad de una unidad indivisible entre mente en su relación orgánica con el
espíritu y materia, entre cuerpo y pen- proceso físico que la motiva. El pensa-
samiento. Pone como hipótesis, para el miento es inaprensible. Solo el acto, que
arte del actor, que todo fenómeno psí- lo testimonia o lo confirma, permite des-
quico se “duplique” en un fenómeno cubrirlo y transformarlo.
físico y, viceversa, que el cuerpo encar- Paradójicamente, para resultar autén-
ne el pensamiento, tanto como el tico, “evidente”, sin ilusiones sospecho-
pensamiento se revela a través del sas, eficaz y creativo, el pensamiento
cuerpo. no debería concebirse como pensa-
Hipótesis que nos remite al Teatro y su miento sino como acto.
doble de Antonin Artaud y más concre-
tamente a las reflexiones que expresa Si el “mimo abstracto” rechaza es-
en el artículo “Por un atletismo afecti- tablecer su propia expresividad a
vo”: “creer en una materialidad fluida del partir de las referencias figurativas
alma es indispensable para el oficio del del mundo externo ¿En qué nuevas
actor “. relaciones establece su lenguaje?
El acercamiento entre la noción de “ne- En las generadas por el “cuerpo-pen-
cesidad interior” y el arte del actor lo tomé samiento” en relación al espacio, tiem-
de Kandinsky y apliqué al arte del actor. po y público. Los signos de su lenguaje
Decroux habla solo rara vez del proceso no son ya gestos convencionales
interior del alma del actor. Ha tenido reconocibles por los espectadores, sino
siempre una cierta alergia hacia términos “movimientos biológicos” que descubrir
como “psique”, “motivación”, “estado de en el propio cuerpo. Expresar cansan-
ánimo”. Prefiero echar mano del lenguaje cio pasándose el dorso de la mano por
metafórico utilizando, por ejemplo, la la frente es utilizar un signo convencio-
imagen de la “linfa”. Recuerdo de los nal ; manifestar ese cansancio con un
consejos prodigados cuando aflojamiento del pecho y del cuerpo sig-
trabajábamos la improvisación : “ tómate nifica en cambio revelarlo a través de
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que el actor actúa, todas las partes de estereotipados, uno por cada emoción”
su cuerpo se coordinan en la continui- (Por un teatro pobre).
dad del acto. Cada órgano participa en Es un error. Nadie propone crear el hom-
esta continuidad, en una relación de bre-cajoncitos de Salvador Dalí, en el
acuerdo o desacuerdo. que los diferentes órganos del cuerpo
Pero esa participación no supone el mis- serían compartimentos estancos
mo grado de implicación para cada ór- capaces de ofrecer una gama de emo-
gano. Cambia de acto en acto y varía ciones fijas, utilizables por el actor se-
siguiendo la naturaleza del influjo inte- gún el papel que vaya a interpretar.
rior que anima y transforma el cuerpo. Cuando Artaud habla de relaciones entre
Según la calidad de ese influjo la diná- funciones físicas y psíquicas del actor,
mica del movimiento privilegiará un ór- no propone la realización de una
gano más que a otro respetando la rela- gramática de signos representativos de
ción psicofisiológica arriba mencionada, estas correspondencias. Siente que el
haciendo de éste el centro motor del organismo humano contiene centros,
acto. Cada influjo se presta a ser puntos neurálgicos de irradiación a tra-
comparado con un sonido fundamental, vés de los cuales se difunde su pensa-
encontrando con el órgano correspon- miento. El actor que es capaz de des-
diente una resonancia al unísono, que cubrir y de desarrollar una buena rela-
el resto del cuerpo debe posteriormente ción entre estos puntos físicos de irra-
completar con una participación según diación y los múltiples flujos de su pen-
un juego de armonía o de disonancias. samiento, es también capaz de proyec-
tar instintivamente toda la energía psí-
¿La atribución de significados a los quica a través del órgano correspon-
diferentes órganos del cuerpo, no diente, sin por esto dar una forma pre-
corre el riesgo de construir una determinada a su cuerpo. La tesis de
gramática de signos tal que encierre Artaud tiende a descubrir las leyes bio-
la expresión del actor en un código lógicas que regulan el organismo sin
gestual y en comportamientos voluntad de congelarlas en una serie de
estereotipados? movimientos, de actitudes corporales
¡Claro que no! Esta cuestión me recuer- sistematizadas, reconducibles a este-
da la crítica que expresó Jerzy reotipos.
Grotowsky para con Antonin Artaud a El miedo a los estereotipos es una de la
propósito del “atletismo afectivo”, cuan- enfermedades de la cultura contempo-
do dice que “el estudio de Artaud sobre ránea. Frente al manierismo estético de
la gimnasia de los sentimientos los últimos siglos, en que el arte se cris-
conduciría en la práctica a gestos talizó en un formalismo de convención,
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para el actor. Es un desafío, una “cita” Después de la experiencia con Decroux
diaria, una manera de superar sus me dí cuenta que el estudio por él pro-
propios límites, de medir su desarrollo puesto requería esencialmente la capa-
y sobretodo de recordar con humildad cidad de concentrar la mente sobre el
nuestra ignorancia frente a la infinitud advenimiento físico, controlando el mo-
de la sabiduría. No podemos vimiento en su dinámica a través del
desaprender sin haber aprendido tiempo y del espacio. La técnica de
anteriormente. Quiero únicamente situar Decroux me parecía privilegiar el pen-
la técnica en un contexto más amplio: samiento sobre el cuerpo, refiriéndose
el vivido. La búsqueda de la virtud no a lo que más tarde yo definiría “energía
ha de caer jamás en la trampa del vir- mental”. Para compensar esta
tuosismo. La mayor dificultad será siem- ejercitación, emprendí un camino inver-
pre la simplicidad. so partiendo del cuerpo para ir hacia el
Mi objetivo no es pues el de acceder a pensamiento. Así llegué a concebir un
una habilidad física metódicamente con- estudio corporal que respondiera a una
trolada, capaz de conferirnos un voca- llamada más, espontánea e intuitiva del
bulario gestual codificado y articulado, movimiento, cuyas orientaciones se
sino unir el cuerpo al pensamiento, el fueron fijando en lo que ahora llamo las
movimiento a la necesidad interior que energías “mineral”, “vegetal” y “animal”.
lo anima. Junto a la energía “mental”, estas tres
En esta óptica, la técnica adquiere un energías, puestas en paralelo con cuatro
significado nuevo. Se convierte en un elementos de la naturaleza y los cuatro
modo de descubrirse, de alzar el velo órganos fundamentales del cuerpo,
que recubre la vida presente en noso- componen actualmente la base de mi
tros, revelando la inmensidad que vive instrucción :
en nosotros. El entrenamiento se con- . la energía mineral - la tierra - la pelvis
vierte en un pretexto para una confron- . la energía vegetal - el agua - el abdo-
tación siempre nueva entre nuestro men
posible y nuestro devenir, con el fin de . la energía animal - el fuego - el pecho
profundizar el “connaissance” (conoci- . la energía mental - el aire - la cabeza
miento) de sí, entendido en su sentido Estos cuatro aspectos constituyen las
más estricto de “naître avec soi-même” “fuerzas biológicas” presentes en cada
(nacer con sí mismos): intentar en cada ser humano. No pertenecen a ningún
instante despertarse a un nuevo naci- sistema, ni a técnica alguna; escapan a
miento. Descubrimiento que ha de rea- cualquier estilo y estética. Son un dato
lizarse en más niveles, actuar en dife- de naturaleza. Resulta imposible adqui-
rentes direcciones y, tal vez, opuestas. rirlos porque están. Podemos solo des-
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to colectivo más extenso y determinar
El valor del trabajo teatral en el actual una transformación social.
contexto social Nuestra forma de intervención es simi-
Una cuestión que preocupa. lar a un granito de arena, cuyo ínfimo
A veces es muy difícil mantener el tra- peso se añade a los ya depositados en
bajo teatral, y en general el arte, dentro el plato de una balanza que nosotros
de la barbarie civilizada en que vivimos. debemos reequilibrar. Así es como con-
Mientras toneladas de bombas penden cibo el teatro, como lo practico y como
permanentemente sobre nuestras cabe- lo vivo. Si un día tuviera que reconocer
zas, y en algún rincón del planeta en- la total inutilidad e impotencia frente a
carcelan o asesinan con plena “legali- una desesperación y degeneración
dad” hombres en busca de justicia y li- imperante, buscaría otros modos de
bertad, el arte me parece a menudo participar.
reducido a una impotencia que lo vuel-
ve totalmente superfluo e inoportuno.
Estamos todos condenados a muerte en
espera. Únicamente los inconscientes
y manipuladores de este mundo pue-
den hablar de humanidad. ¿Cuál es
nuestro poder de participación real en
este universo en el que cualquier “in-
tento de...” es inmediatamente diluido,
integrado y fichado para congelarse en
una memoria de archivo?. Lo ignoro. Las
preguntas están hechas, las respues-
tas son falsas. Por tanto hay que actuar,
la indiferencia sería complicidad y el ni-
hilismo nuestro suicidio anunciado.
Tengo la osadía de esperar que algo
cambie.
Si cada individuo se halla limitado por el
profesionalismo de su propia actividad
en solitario, esta actividad, aunque
mínima, es, a pesar de todo, una fuer-
za activa. La multitud de formas simila-
res, unidas a nivel cultural, político,
científico, puede generar un movimien-