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EL CUERPO MANIFIESTO cia esta embriaguez física que advertí

- Yves Lebreton - en el escenario del teatro amateur y a


comprender que la intuición que me
Este artículo ha sido realizado a partir había conducido hacia la expresión del
de tres entrevistas publicadas en “Mimo cuerpo se apoyaba en una evidencia:
e mimi”, por La casa Uscher/Firenze, el cuerpo del actor en su relación
Milano 1980; “ Empreintes”. París, comunicativa con el público es la raiz
1980; “Guida al mimo e al Clown”, (Guía del lenguaje teatral.
al mimo y al clown) Rizzoli/ Milano, En el fondo no hacía más que apropiar-
1983. me del análisis realizado por Etienne
Decroux en 1931 y descrito en el arti-
El retorno al cuerpo culo Mi definición del Teatro. Análisis
La elección del retorno al trabajo cor- que anticipaba, con veinte años de an-
poral no se basa en ninguna decisión telación, la formulada por Jerzy
predeterminada, es más una intuición Grotowski como base de su Teatro
que se remonta a los comienzos de mi Pobre. En este artículo, Decroux, al exa-
experiencia teatral, hacia el año1964, minar el lenguaje teatral en su totalidad,
con un grupo amateur. Cuando tuve por se pregunta: ¿Cuál es el elemento sin
primera vez al público enfrente con la el que el teatro no puede existir?. A
exigencia de representar un personaje, través de un proceso de sustracción
seguir un papel e interpretar un texto, llega a la conclusión que el cuerpo del
experimenté en el momento de la re- actor es el elemento indispensable en
presentación una especie de borrache- la representación teatral. Se pueden
ra física tal que me sumergí profunda- eliminar la escenografía, los efectos de
mente en mi cuerpo hasta el punto de luz, el refuerzo musical, el maquillaje, el
sentir el rechazo y la inoportunidad de vestuario, se pueden eliminar el texto y
la palabra frente a la emotividad la voz; mientras quede la presencia fí-
corporal. El recuerdo de esta embria- sica y expresiva del actor en relación al
guez se grabó en mí con la necesidad público, el teatro existe, la expresión y
de una renovación llevándome a conti- la comunicación pueden establecerse
nuar la experiencia teatral, aunque no entre actor y espectadores. De esta ob-
tuviera intención alguna, en aquel en- servación Decroux deduce que si el
tonces, de hacer teatro. Así es como cuerpo es el elemento sin el cual el teatro
llegué a la escuela de Etienne Decroux. no puede existir, este cuerpo es pues
A través de sus enseñanzas, comenzé necesariamente el elemento esencial de
a comprobar en términos de conscien- su lenguaje.

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el naturalismo de Antoine y el realismo
¿En qué modo el “mimo corpóreo” psicológico de Stanislavski. Mi adhesión
de Etienne Decroux es capaz de dar a la escuela de Etienne Decroux estaba
respuestas a lo que había buscado motivada por algo muy diferente a la vo-
inútilmente en el teatro? luntad de investigación y de desarrollo
de cierta tradición pantomímica. Nunca
Decroux atribuyó siempre un espacio al me atrajo el vocabulario gestual imitativo
poema visual, un poema que habría te- e ilusionista familiar de los mimos de res-
nido serias dificultades de encontrar en peto. El estilo mímico implica una ex-
el interior del teatro tradicional, basado presión “explicativa” o “demostrativa”,
en el texto. Quería, además, que este mientras mi lenguaje siempre se ha
poema atravesara el cuerpo del actor dirigido hacia la “identificación”. En ese
para que se convirtiera en una creación sentido me siento cerca del teatro de
suya. Pero sobretodo, el “mimo corpó- actor, entendido no como quien recita
reo” me invitaba a descubrir un lenguaje sino como quien actúa y que, a través
que, aunque lejano al de la danza, se de su acción, existe. Es el “acto” lo que
distanciaba indudablemente también del me interesa: el acto físico radicado en
lenguaje del mimo o de la pantomima el cuerpo, proyectado por el movimien-
tradicionales. to, estimulado por el pensamiento y que
Aunque Etienne Decroux sea conside- afirma una existencia; el acto como
rado el padre del mimo contemporáneo, fuerza de intervención o capacidad de
es preciso recordar que su filiación con escuchar; como lugar de “transfert”
el mimo no se situa en absoluto en el donde la expresión y la comunicación
contexto de la pantomima del siglo XIX se provocan mutuamente, ligándonos a
de Gaspard Debureau, aunque el más nosotros mismos y a los demás en el
popular de sus alumnos, Marcel flujo y el reflujo del dar y recibir: el acto
Marceau, haya perpetrado un nostálgi- como única vía de salida posible, frente
co retorno. a la imperiosa necesidad de existir.
Los orígenes del “mimo corpóreo” de- Eso es lo esencial: que el acto sea vivo
ben buscarse en la escuela del Vieux y que integre, en el instante de su reali-
Colombier antes que en la tradición del zación, la totalidad de quien actúa. El
Pierrot. El trabajo de Etienne Decroux resto es superfluo, análisis de teóricos
nació en la epoca en que trabajaba de universitarios, polémicas de estilos y de
actor con Jacques Copeau y Charles técnicas que intentaran en vano revelar
Dullin. Sus investigaciones se llevaron lo inaprehensible: lo vivido en el imagi-
a cabo bajo las influencias de Edward nario. Es precisamente la fascinación
Gordon Craig y Adolphe Appia, contra del acto en su capacidad de fundir pa-

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radójicamente lo vivido con el imagina- emisión vocal no puede existir. Más allá
rio, que me ha llevado hacia el lenguaje de la voz, la fuente del acto se sitúa
del cuerpo y a la escuela de Etienne pues en el cuerpo.
Decroux.
¿Cuáles podrían ser los elementos
¿ Por qué motivo el “ acto” debe que caracterizan el “mimo corpóreo”
imperativamente pasar por el cuer- de Etienne Decroux? ¿Existen
po y excluir la voz ? principios que puedan constituir una
El acto es necesariamente corporal. Es línea de conducta y definir un méto-
la huella que el pensamiento deja en la do?
arena del cuerpo. Sin el cuerpo la marca Hubiese sido preferible hacerle esa pre-
de la huella no podría depositarse ni el gunta al mismo Decroux dado que él ya
acto realizarse. El acto presupone la ha fallecido y yo puedo solo hablar de lo
existencia del cuerpo, sin que por esto que he vivido y percibido en primera per-
se excluya la voz. Adivino en la sona durante mi formación en su es-
expresión vocal el aspecto emergente cuela. Es siempre peligroso hablar de
de una pulsación subterránea susten- método. Constriñe a menudo la práctica
tada por el cuerpo y por la respiración. a un corredor doctrinario que conduce
La génesis del acto encuentra su ger- rápidamente a la fosilización y a la
men en el soplo respiratorio que da, a muerte.
su vez, una propulsión al cuerpo hacia Aunque las enseñanzas de Etienne
una primera manifestación: el movimien- Decroux sean metódicas, impregnadas
to corporal. El pensamiento y el cuerpo, de luz cartesiana, reducirlas a un méto-
unidos por el cordón umbilical del soplo do es algo absolutamente restrictivo.
vital, constituyen la primera unidad de Encuentro más oportuno hablar de
expresión, la primera corriente de multitud de elementos, contrastados
intercambio entre actor y público. incluso por antinomias, en el interior de
Esta carga expresiva es libre de prolon- los cuales la única teoría válida es la
garse sucesivamente al nivel vocal, me- práctica y donde la única reflexión plau-
diante la emisión de un sonido o de una sible es el esfuerzo renovado día a día.
palabra. Pero ni este sonido, ni esta pa- Si Etienne Decroux ama el análisis
labra pueden ser considerados la base filosófico, es también un amante
originaria del acto. La voz depende del apasionado de la acción. A pesar de
cuerpo y es generada inevitablemente sus irrefutables cualidades demostrati-
por un movimiento, aunque mínimo. Sin vas, que pueden hacer creer a un ob-
el sostén de la columna de aire que los servador premuroso que su trabajo se
órganos del cuerpo le aseguran, la halla articulado según esquemas clasi-

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ficatorios y sistemáticos, Etienne su sangre, ni la cadencia de la respira-
Decroux reserva a la práctica indicacio- ción, sacan nervio de la fuerza animal
nes ricas en imágenes que rompen la y se radican, según una expresión que
aparente rigidez de sus enseñanzas gusta mucho a Decroux, “dans l’arrière
para abrirlas a la libertad intuitiva de la de la tête” (en el trasero de la cabeza).
experiencia. Hecha esta premisa, es cierto que el
Detrás de lo explicado lo que no lo está. “mimo corpóreo” se fundamenta en
Entre lo dicho y lo hecho, entre lo de- elecciones objetivas, contenidas en la
mostrado y lo sugerido, entre lo defini- misma denominación, cuyo análisis
do y lo indefinido, existen una multitud puede constituir una definición: Corpó-
de contradicciones que únicamente la reo.
experiencia práctica puede resolver. Las ¿Por qué la calificación de “corpóreo”,
enseñanzas de Etienne Decroux son un cuando la noción misma de mimo im-
organismo que comporta conexiones in- plica necesariamente la del cuerpo?
ternas, ramificaciones insospechadas, Este aparente pleonasmo revela una
juegos de ecos y reflejos difíciles de lo- elección: considerar la totalidad del
calizar, donde la nitidez del discurso se cuerpo como medio de expresión, po-
halla incesantemente envuelta por claro- ner todos sus órganos al servicio del
oscuros intuitivos. Etienne Decroux movimiento y dar a los del tronco la
propone mucho más que una técnica, supremacía sobre los brazos, manos y
que un sistema o que un método: motiva cara (rostro).
el descubrimiento de nuestro “cuerpo- Las mímicas de la cara, los gestos de
pensamiento” y, sobretodo, exige una los brazos y de las manos, son siem-
ética de trabajo, provoca una experien- pre juegos expresivos puramente de-
cia de si mismos, dentro de sí y dirigida mostrativos y explicativos, si no se in-
a los demás. tegran en el conjunto del cuerpo, si no
Sus enseñanzas exigen una segunda encuentran sus orígenes en el eje
lectura basada no tanto en lo que se ha central del tronco. Incluso el movimien-
entendido cuanto en lo que se ha trans- to más periférico del cuerpo, nace como
mitido. Esto por desgracia se les esca- consecuencia de una dinámica
pa a muchos de sus alumnos, que se profunda, cuyo impulso se encuentra
fijan exclusivamente en el aprendizaje en la columna vertebral.
riguroso de la técnica corporal, trans- Etienne Decroux, al concebir el “mimo
formándose en impecables marionetas corpóreo”, ha respondido a la voluntad
de ensamblajes engrasados y de arti- de hacer “recitar” a los órganos del tron-
culaciones exactas, pero cuyos movi- co con la misma expresividad que los
mientos no siguen el ritmo del fluido de músculos faciales y con la misma agili-

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dad que los dedos de la mano del mimo buyendo al “mimo abstracto” la prerro-
tradicional. El busto, los hombros, el ab- gativa de “imitar los movimientos del
domen, la pelvis, han de poder esculpir pensamiento”.
el tronco tan hábilmente como la mímica Para evitar todo posible malentendido y
perfila las expresiones de la cara. para romper cualquier filiación con el
Por lo que respecta al término “mimo”, mimo ilusionista, abandoné en 1971 la
hay que analizarlo por la práctica que denominación de “ mimo corpóreo” pre-
este arte reviste en la tradición y que lo firiendo hablar de “lenguaje del cuerpo”
liga, irremediablemente, a facultades en el contexto de la enseñanza, y de “
imitativas realizadas solo con la ayuda teatro corpóreo”o “teatro no-verbal” en
del cuerpo. De aquí el carácter ilusio- el de la creación.
nista. El “mimo corpóreo” de Decroux,
lejos de retomar tal tradición imitativa e Más allá de las nociones técnicas que
ilusionista, se ha alejado para concen- podemos tomar del “mimo corpó-
trarse sobre la capacidad corporal de reo”, existe un derecho que él mis-
expresar un estado interior, un pensa- mo se reconoce, es el que Decroux
miento, un sentimiento, una emoción. llama “derecho al malestar (disgus-
Etienne Decroux mismo describe en to)”. ¿Cómo se integra en la prácti-
1974 “contrariamente a la antigua pan- ca este elemento?
tomima no intentamos explicar algo al El “derecho al malestar”(disgusto) es
público. Nos expresamos muy a nues- una noción ética que concierne a todas
tro pesar”. las artes en su vocación
Lo esencial no está ya en la calidad del transformadora. Creo que es necesario
proceso imitativo en su magia ilusionis- distinguir, en el “derecho al malestar”,
ta, sino en la exactitud del movimiento dos aspectos fundamentales: uno se
en su revelación expresiva. refiere al origen mismo del acto creativo
Esta investigación ha empujado a y el otro a su realización.
Etienne Decroux a romper con toda re- Mientras hay satisfacción, cualquier po-
presentación figurativa y a orientar el “ sibilidad de cambio es inoportuna, cual-
mimo corpóreo” hacia lo que definió quier intento de acción, inútil. La felici-
como el “mimo subjetivo” y, más tarde, dad en sí misma corre el riesgo de con-
al “mimo abstracto”. Con este vuelco el vertirse en una especie de beatitud que
concepto de mimo se encuentra com- conduce a la inercia.
pletamente derribado, pasa a ser algo Si para el artista los caminos estéticos
ambiguo y, en mi opinión, incluso im- son múltiples, no lo son las orientacio-
propio. Aunque Etienne Decroux intente nes éticas: o nuestra acción interviene
argumentar sobre su terminología, atri- como la voluntad transformadora opo-

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niéndose a una situación fosilizante, creativo a unos extremos tales en que
estimulando nuevas fuerzas, o partici- es más evidente la sensación de
pa en la rutina del orden establecido, fa- malestar (disgusto).
voreciendo el roncar tranquilizador de El malestar, entendido en estos
nuestra cotidianeidad. En un caso actua terminos, adquiere un nuevo significa-
como fuerza regeneradora, en el otro do. Ya no significa una opresión, un
mantiene un estado conservador, deter- handicap, sino un derecho, una necesi-
minando fatídicamente decadencia y de- dad, una necesidad que no empuja
generación. paradójicamente al placer, al placer del
Esta elección de orientación preexiste esfuerzo, a la plenitud y a la autentici-
a toda iniciativa de trabajo y supera con dad de la expresión.
mucho la función del mimo, del teatro y Concluyendo con Decroux. “C’est dans
del resto de las artes, para implicar a le malaise que le mime est à l’aise”, (Es
todos los niveles activos de la estructu- en el disgusto donde el mimo está a gus-
ra social. El acto creativo encuentra su to).
fuerza en un movimiento de
revindicación y protesta, provocado por A propósito de la implicación y de
la insatisfacción propia de un estado de los riesgos que comporta, Etienne
malestar (disgusto). “ El arte es una pro- Decroux habla de la “masa vulnera-
testa” decía Decroux. ble” cada desplazamiento del tron-
El “mimo corpóreo”, como todas las ar- co lleva al cuerpo al desequilibrio y
tes realmente comprometidas en un pro- lo expone a un peligro. ¿Este des-
ceso regenerador, persigue tal plazarse al límite del equilibrio ha de
revindicación. Lo que lo hace distinto, ser interpretado como garantía de la
es el hecho de vivirlo en y con el propio implicación del actor?
cuerpo. Si y no. En un primer momento es ne-
Veamos ahora la noción de malestar en cesario, porque fuerza al actor, lo incita
el interior del proceso creativo. a llevar al extremo sus movimientos, pro-
La expresión es creíble únicamente vocando por resonancia una implicación
cuando la sustenta la implicación total de su interioridad. Pero, aunque la im-
de quien la proyecta. No existe implica- plicación física favorezca o determine
ción sin riesgos. Es posible también la psíquica, no lo implica
afirmar que el riesgo es la garantía de necesariamente. Puede incluso ser un
nuestra implicación. La expresión es, obstáculo, en cuanto que, una vez ad-
por tanto, más fuerte cuanto más im- quiridas las capacidades físicas de de-
portantes son los riesgos que se corren. sarrollar el movimiento hasta los límites
Lo que conduce inevitablemente al acto extremos del equilibrio, este puede

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transformarse en puro virtuosismo y ba con Etienne Decroux.
actuar como una máscara, dando la ilu- Aunque específica del contexto pictóri-
sión al actor y al espectador de una im- co, la investigación de Kandinsky y su
plicación interior. De hecho el verdade- desarrollo hacia una expresión plástica
ro desequilibrio que se ha de provocar no figurativa, me parecía muy cercana
en nosotros no es el del cuerpo, sino el a mis convicciones teatrales. Encontra-
de la mente en el preciso momento en ba en Kandinsky las mismas orientacio-
que escapa de nuestros cálculos para nes que Decroux en su experiencia del
desafiar el accidente y afrontar lo im- “mimo subjetivo”. Los dos se cuestio-
previsible. La búsqueda de los extremos naban la problemática de la esenciali-
en el cuerpo no siempre garantiza nues- dad. Los dos percibían en la forma un
tra presencia interior. Las medidas de catalizador capaz de reflejar, revelar, un
la “dádiva de si”, para establecer un pensamiento o, como lo definió
paralelismo con Grotowski, no son siem- Kandinsky, una “necesidad interior”.
pre de orden físico. La superación no Si trasladamos al interior del contexto
es obligatoriamente sinónimo de ir más teatral tradicional el análisis que
allá, se debe más a la calidad del Kandinsky aplicó al arte pictórico figu-
esfuerzo que a su cantidad. rativo, la conclusión que sacamos es
Veo a menudo más implicación y au- que la representación de la acción
tenticidad en una rotación de la cabeza escénica, como para el lienzo pintado,
de un viejo actor tradicional al final de es un puro pretexto, a través del cual
su carrera, que en toda la “estatuaria se revela una reflexión, un mensaje, una
móbil” de un diligente alumno de Etienne energía fundamental. Considerando la
Decroux, o en las contorsiones de cier- representación figurativa como una
tos discípulos de Grotowski. coartada, Kandinsky la anula con el fin
de poder comunicar su propia
Sobre la naturaleza del “mimo abs- “necesidad interior” solo con los com-
tracto” ponentes del arte pictórico : los puntos,
No puedo hablar del origen del “mimo las lineas, las formas y los colores.
abstracto” sin situarlo dentro de las en- El “mimo abstracto”, siguiendo esas
señanzas de Etienne Decroux, como no huellas, se abstiene de describir una
puedo hablar de mi experiencia en este historia representable para transmitir su
campo, sin hacer una referencia al tra- mensaje directamente a través de la
bajo de Vassily Kandinsky y más con- materia orgánica del cuerpo. El actor ya
cretamente a su libro Lo espiritual en el no es un personaje inscrito en un
arte. Me acerqué a este texto y a su desarrollo anecdótico, sino un organis-
obra justo en la época en que estudia- mo físico cuyos movimientos, contrac-

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ciones, distensiones y pulsiones reve- tiempo, vacíate, no construyas, deja su-
lan el desarrollo de su energía “psíqui- bir la linfa...”
ca”. Comprendo la desconfianza en lo
Ya no representa su propio pensamien- concerciente a la terminología propia del
to, piensa con su propio cuerpo. El análisis introspectivo. En la mayor parte
“mimo abstracto” se convierte en el de los casos provoca únicamente
punto de fusión entre la vida subjetiva, malentendidos, en la medida en que la
propia del universo psíquico del actor y vida interior de un acto no pueda ser
la objetiva de su cuerpo. Presupone la extrapolada por el mismo. Existe sola-
integridad de una unidad indivisible entre mente en su relación orgánica con el
espíritu y materia, entre cuerpo y pen- proceso físico que la motiva. El pensa-
samiento. Pone como hipótesis, para el miento es inaprensible. Solo el acto, que
arte del actor, que todo fenómeno psí- lo testimonia o lo confirma, permite des-
quico se “duplique” en un fenómeno cubrirlo y transformarlo.
físico y, viceversa, que el cuerpo encar- Paradójicamente, para resultar autén-
ne el pensamiento, tanto como el tico, “evidente”, sin ilusiones sospecho-
pensamiento se revela a través del sas, eficaz y creativo, el pensamiento
cuerpo. no debería concebirse como pensa-
Hipótesis que nos remite al Teatro y su miento sino como acto.
doble de Antonin Artaud y más concre-
tamente a las reflexiones que expresa Si el “mimo abstracto” rechaza es-
en el artículo “Por un atletismo afecti- tablecer su propia expresividad a
vo”: “creer en una materialidad fluida del partir de las referencias figurativas
alma es indispensable para el oficio del del mundo externo ¿En qué nuevas
actor “. relaciones establece su lenguaje?
El acercamiento entre la noción de “ne- En las generadas por el “cuerpo-pen-
cesidad interior” y el arte del actor lo tomé samiento” en relación al espacio, tiem-
de Kandinsky y apliqué al arte del actor. po y público. Los signos de su lenguaje
Decroux habla solo rara vez del proceso no son ya gestos convencionales
interior del alma del actor. Ha tenido reconocibles por los espectadores, sino
siempre una cierta alergia hacia términos “movimientos biológicos” que descubrir
como “psique”, “motivación”, “estado de en el propio cuerpo. Expresar cansan-
ánimo”. Prefiero echar mano del lenguaje cio pasándose el dorso de la mano por
metafórico utilizando, por ejemplo, la la frente es utilizar un signo convencio-
imagen de la “linfa”. Recuerdo de los nal ; manifestar ese cansancio con un
consejos prodigados cuando aflojamiento del pecho y del cuerpo sig-
trabajábamos la improvisación : “ tómate nifica en cambio revelarlo a través de

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un “signo biológico” no codificado, pero cesario suponer para el actor una espe-
cuyo sentido es descubierto cie de musculatura afectiva, que corres-
intuitivamente y revivido por el público, ponde a las localizaciones físicas de los
en el instante de su realización. Rene- sentimientos”.
gando de la narración anecdótica de Acometer el estudio del “mimo corpó-
signos convencionales codificados, el reo” y la práctica de diferentes ejerci-
“mimo abstracto” vuelve a la materia cios de localización de los movimientos,
fundamental del cuerpo. En ese senti- nos conduce a percibir progresivamen-
do, y parafraseando a Kandinsky, su de- te que los órganos del cuerpo poseen
nominación podría también ser la de una cualidad propia y que establecen
mimo “concreto”: el que vuelve a la vida relaciones específicas con nuestra
orgánica y biológica, concebida como actividad psíquica. Si examinamos el
arquitectura de las energías que animan tronco, podemos observar que se com-
toda forma viviente. pone de diferentes órganos, como la ca-
beza, el busto, el abdomen y la pelvis.
¿Cuáles son estos signos?. ¿Pueden Más allá de su característica fisiológi-
ser considerados elementos de un ca, cada órgano parece ser el
vocabulario? catalizador de un aspecto de nuestro
Tendríamos que llegar a un entendi- pensamiento. La cabeza establece re-
miento sobre el término vocabulario. laciones privilegiadas con los estados
Aplicándolo al cuerpo, tendemos a con- reflexivos. Está en relación directa con
cebirlo como un conjunto de movimien- lo que llamo las energías cerebrales,
tos codificados, similares a las palabras mientras que el busto está en relación
para el lenguaje verbal, cuyos con los aspectos dinámicos del pensa-
concatenamientos pueden constituir fra- miento, el abdomen con la afectividad,
ses gestuales que el público ha de des- la pelvis con el sentimiento de afirma-
cifrar. Para mí el término vocabulario tie- ción de nuestra identidad.
ne otra acepción muy diferente. El vo- No se trata con esto de aislar los dife-
cabulario del “mimo abstracto” no se rentes órganos del cuerpo, dotando a
compone de gestos-palabras, como por cada uno de un poder psíquico
ejemplo, en el Katakali, sino de “influ- autonómo e independiente, sino de
jos” corporales, determinados por la determinar los centros psicofisiológicos
constitución orgánica de nuestro cuer- a través de los que se manifiestan los
po en relación al pensamiento. Una vez diferentes impulsos del pensamiento.
más, no podemos encarar el conoci- Ninguno de ellos puede ser separado
miento de ese vocabulario sin citar las del contexto orgánico del cuerpo en
intuiciones de Antonin Artaud: “Es ne- movimiento. En el mismo instante en

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que el actor actúa, todas las partes de estereotipados, uno por cada emoción”
su cuerpo se coordinan en la continui- (Por un teatro pobre).
dad del acto. Cada órgano participa en Es un error. Nadie propone crear el hom-
esta continuidad, en una relación de bre-cajoncitos de Salvador Dalí, en el
acuerdo o desacuerdo. que los diferentes órganos del cuerpo
Pero esa participación no supone el mis- serían compartimentos estancos
mo grado de implicación para cada ór- capaces de ofrecer una gama de emo-
gano. Cambia de acto en acto y varía ciones fijas, utilizables por el actor se-
siguiendo la naturaleza del influjo inte- gún el papel que vaya a interpretar.
rior que anima y transforma el cuerpo. Cuando Artaud habla de relaciones entre
Según la calidad de ese influjo la diná- funciones físicas y psíquicas del actor,
mica del movimiento privilegiará un ór- no propone la realización de una
gano más que a otro respetando la rela- gramática de signos representativos de
ción psicofisiológica arriba mencionada, estas correspondencias. Siente que el
haciendo de éste el centro motor del organismo humano contiene centros,
acto. Cada influjo se presta a ser puntos neurálgicos de irradiación a tra-
comparado con un sonido fundamental, vés de los cuales se difunde su pensa-
encontrando con el órgano correspon- miento. El actor que es capaz de des-
diente una resonancia al unísono, que cubrir y de desarrollar una buena rela-
el resto del cuerpo debe posteriormente ción entre estos puntos físicos de irra-
completar con una participación según diación y los múltiples flujos de su pen-
un juego de armonía o de disonancias. samiento, es también capaz de proyec-
tar instintivamente toda la energía psí-
¿La atribución de significados a los quica a través del órgano correspon-
diferentes órganos del cuerpo, no diente, sin por esto dar una forma pre-
corre el riesgo de construir una determinada a su cuerpo. La tesis de
gramática de signos tal que encierre Artaud tiende a descubrir las leyes bio-
la expresión del actor en un código lógicas que regulan el organismo sin
gestual y en comportamientos voluntad de congelarlas en una serie de
estereotipados? movimientos, de actitudes corporales
¡Claro que no! Esta cuestión me recuer- sistematizadas, reconducibles a este-
da la crítica que expresó Jerzy reotipos.
Grotowsky para con Antonin Artaud a El miedo a los estereotipos es una de la
propósito del “atletismo afectivo”, cuan- enfermedades de la cultura contempo-
do dice que “el estudio de Artaud sobre ránea. Frente al manierismo estético de
la gimnasia de los sentimientos los últimos siglos, en que el arte se cris-
conduciría en la práctica a gestos talizó en un formalismo de convención,

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ha sido saludable emprender una flejándose en el mar, en el que la luna
revuelta. El dadaísmo de principios de seguirá marcando el ritmo cíclico de las
siglo es la expresión más dinamizadora. mareas, mientras el sol ofrecerá toda-
Sin embargo tenemos que evitar caer vía de este a oeste su luz hacia la cual
en el error inverso, instituyendo un las plantas no cesarán nunca de abrir-
reflejo antiracionalista dispuesto a de- se. La vida es un milagro de lugares
rribar automáticamente todos los valo- comunes.
res. Esto supondría canalizar el Ningún ser humano puede sustraerse
anticonformismo hacia comportamien- a las leyes vitales que la animan y que
tos tan convencionales como los este- forman su fuerza biológica, aunque la
reotipos que nos proponíamos denun- consciencia de su pensamiento le da el
ciar en un principio. privilegio de superar su instinto animal,
No puedo evitar ver en los temblores su constitución vegetativa y mineral.
de los labios de los actores que evocan Entre el determinismo y el libre albedrío
a Grotowski, en sus gestos impulsivos de la existencia hay que saber mantener
cuyo origen se sitúa sistemáticamente un equilibrio de complementariedad y no
en la pelvis, en sus contorsiones vo- de oposición.
luntariamente asimétricas, en la cons- La objetividad de la vida presente en
tante precariedad del equilibrio de me- todo ser humano es el sedimento de su
dias puntas, en la búsqueda desenfre- vida subjetiva. Entre la naturaleza y
nada, casi epiléptica, de los extremos nuestra naturaleza, entre el si y el yo,
de todo movimiento, en la incapacidad se sitúa el cordón umbilical que ningún
de proferir una palabra sin caer en fre- individualismo puede cortar.
néticas convulsiones, en la utilización
de la voz en los registros imposibles, El valor de la técnica en el lenguaje
menos los que son más inmediatos o del cuerpo y el recorrido teórico.
normales, un lenguaje teatral estereoti- Cuando salí de la escuela de Decroux
pado como las pomposas y falsamente me dí cuenta progresivamente que para
sentimentales declamaciones de un mal el actor no se trata de aprender una téc-
actor de teatro tradicional. nica corporal, de adquirirla, sino de des-
La diferencia es solo estética. cubrirla. Estoy seguro que la ejercitación
El verdadero peligro no está en la for- es válida únicamente en la medida en
ma, sino en su sistematización. que se abre la capacidad del actor a des-
Afortunadamente el sentido de una cier- aprender, el borrar (cancelar) procesos
ta “gravedad universal” escapará y métodos para encontar de nuevo la
siempre a las inclemencias pasajeras preexistente totalidad de su cuerpo. La
de nuestra cultura. El cielo seguirá re- técnica es una prueba indispensable

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para el actor. Es un desafío, una “cita” Después de la experiencia con Decroux
diaria, una manera de superar sus me dí cuenta que el estudio por él pro-
propios límites, de medir su desarrollo puesto requería esencialmente la capa-
y sobretodo de recordar con humildad cidad de concentrar la mente sobre el
nuestra ignorancia frente a la infinitud advenimiento físico, controlando el mo-
de la sabiduría. No podemos vimiento en su dinámica a través del
desaprender sin haber aprendido tiempo y del espacio. La técnica de
anteriormente. Quiero únicamente situar Decroux me parecía privilegiar el pen-
la técnica en un contexto más amplio: samiento sobre el cuerpo, refiriéndose
el vivido. La búsqueda de la virtud no a lo que más tarde yo definiría “energía
ha de caer jamás en la trampa del vir- mental”. Para compensar esta
tuosismo. La mayor dificultad será siem- ejercitación, emprendí un camino inver-
pre la simplicidad. so partiendo del cuerpo para ir hacia el
Mi objetivo no es pues el de acceder a pensamiento. Así llegué a concebir un
una habilidad física metódicamente con- estudio corporal que respondiera a una
trolada, capaz de conferirnos un voca- llamada más, espontánea e intuitiva del
bulario gestual codificado y articulado, movimiento, cuyas orientaciones se
sino unir el cuerpo al pensamiento, el fueron fijando en lo que ahora llamo las
movimiento a la necesidad interior que energías “mineral”, “vegetal” y “animal”.
lo anima. Junto a la energía “mental”, estas tres
En esta óptica, la técnica adquiere un energías, puestas en paralelo con cuatro
significado nuevo. Se convierte en un elementos de la naturaleza y los cuatro
modo de descubrirse, de alzar el velo órganos fundamentales del cuerpo,
que recubre la vida presente en noso- componen actualmente la base de mi
tros, revelando la inmensidad que vive instrucción :
en nosotros. El entrenamiento se con- . la energía mineral - la tierra - la pelvis
vierte en un pretexto para una confron- . la energía vegetal - el agua - el abdo-
tación siempre nueva entre nuestro men
posible y nuestro devenir, con el fin de . la energía animal - el fuego - el pecho
profundizar el “connaissance” (conoci- . la energía mental - el aire - la cabeza
miento) de sí, entendido en su sentido Estos cuatro aspectos constituyen las
más estricto de “naître avec soi-même” “fuerzas biológicas” presentes en cada
(nacer con sí mismos): intentar en cada ser humano. No pertenecen a ningún
instante despertarse a un nuevo naci- sistema, ni a técnica alguna; escapan a
miento. Descubrimiento que ha de rea- cualquier estilo y estética. Son un dato
lizarse en más niveles, actuar en dife- de naturaleza. Resulta imposible adqui-
rentes direcciones y, tal vez, opuestas. rirlos porque están. Podemos solo des-

7a. mostra internacional de mim a Sueca


cubrirlas, estimularlas, dilatarlas, fun- piral creativa.
dirlas en una relación de Ahora bien, ¿por qué existe esta infa-
complementariedad, para poder realizar tuación, esta atracción hacia la expre-
más profundamente la realidad viva e sión del cuerpo, hacia todo lo que con-
indivisible de nuestro “cuerpo-pensa- cierne al movimiento? Se trata, según
miento”. creo, de una dinámica ligada a una
coyuntura social y cultural de nuestro
¿Por qué hoy asistimos a esta gran tiempo. Un conjunto de factores que
revaloración tienen en común todos los llamados
de la expresión del cuerpo? países civilizados, donde la máquina ha
Comencé a dirigir seminarios en 1969 sustituido el esfuerzo muscular, donde
y desde el principio comprobé que las las culturas tradicionales se han ido
personas que participaban lo hacían nivelando en un recorrido cada vez más
movidas por intereses muy diferentes. uniforme y donde, sobretodo, la educa-
Había personas orientadas hacia la ción pasa esencialmente por la erudi-
práctica teatral, pero también personas ción intelectual. Comenzando desde la
que no tenían intención alguna de infancia la vitalidad física y expresiva es
dedicarse al teatro, ni a la danza, ni a comprimida en el “corredor” educativo.
otras artes y que venían con la espe- Nuestro sistema educativo se preocupa
ranza de desarrollar un mayor conoci- en instruir al individuo según las
miento de sí mismos, y una mayor li- exigencias del mecanismo productivo de
bertad de expresión y de comunicación nuestra sociedad, olvidando de enseñar-
en el ámbito de las relaciones huma- le a vivir, a vivir su propia identidad, a
nas. En este sentido un seminario tie- ser.
ne una doble función: la artística y la Después de 20-25 años de instrucción,
terapeutica. el resultado es una opresión, una este-
Por otro lado, estos dos aspectos están rilización del cuerpo, una mutilación de
estrechamente ligados el uno al otro. nuestro ser y, en el fondo, una cierta
El arte es sublimación de un desequili- angustia para los que han conservado
brio y la terapia recreación de un equili- todavía la necesidad de expresarse con
brio. En cualquier caso, un actor es, el propio cuerpo, pero han perdido todos
antes que nada, un ser humano. Para los medios para hacerlo.
poder crear tiene que actuar sobre su De esta toma de conciencia, nace una
propia indentidad. El teatro es también pregunta, un interés, un deseo de en-
para el actor una forma de terapia que contrar una forma de expresión funda-
es superada, quemada, transcendida, mental que nos pertenece, que habita
en el acto creativo, por medio de la es- en nuestro cuerpo.

yves lebreton
to colectivo más extenso y determinar
El valor del trabajo teatral en el actual una transformación social.
contexto social Nuestra forma de intervención es simi-
Una cuestión que preocupa. lar a un granito de arena, cuyo ínfimo
A veces es muy difícil mantener el tra- peso se añade a los ya depositados en
bajo teatral, y en general el arte, dentro el plato de una balanza que nosotros
de la barbarie civilizada en que vivimos. debemos reequilibrar. Así es como con-
Mientras toneladas de bombas penden cibo el teatro, como lo practico y como
permanentemente sobre nuestras cabe- lo vivo. Si un día tuviera que reconocer
zas, y en algún rincón del planeta en- la total inutilidad e impotencia frente a
carcelan o asesinan con plena “legali- una desesperación y degeneración
dad” hombres en busca de justicia y li- imperante, buscaría otros modos de
bertad, el arte me parece a menudo participar.
reducido a una impotencia que lo vuel-
ve totalmente superfluo e inoportuno.
Estamos todos condenados a muerte en
espera. Únicamente los inconscientes
y manipuladores de este mundo pue-
den hablar de humanidad. ¿Cuál es
nuestro poder de participación real en
este universo en el que cualquier “in-
tento de...” es inmediatamente diluido,
integrado y fichado para congelarse en
una memoria de archivo?. Lo ignoro. Las
preguntas están hechas, las respues-
tas son falsas. Por tanto hay que actuar,
la indiferencia sería complicidad y el ni-
hilismo nuestro suicidio anunciado.
Tengo la osadía de esperar que algo
cambie.
Si cada individuo se halla limitado por el
profesionalismo de su propia actividad
en solitario, esta actividad, aunque
mínima, es, a pesar de todo, una fuer-
za activa. La multitud de formas simila-
res, unidas a nivel cultural, político,
científico, puede generar un movimien-

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