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La
poesía concreta
brasileña, teoría,
poética(s), manifiestos
Tomás Vera Barros*
Introducción
E
■ n este trabajo nos hemos abocado a la experiencia de releer, analizar,
contrastar y reconsiderar los textos críticos programáticos y manifiestos
de la poesía concreta brasileña publicados entre 1950 y 1960, una poé-
tica que alteró el panorama de la lírica a nivel local e internacional. Leeremos
este cauce discursivo con una serie de coordenadas críticas que destejan la
propuesta de los “planes piloto”, para establecer cuál es el (o los) modelo(s)
crítico(s) con que la poesía concreta establece sus fundaciones.
Para ello, reflexionaremos sobre una serie de problemas concurrentes: qué
idea de racionalidad se asocia a la experiencia estética; cuál es la idea de utopía
y de progreso que estos textos muestran; y qué idea de historia literaria diseñan.
Estas preguntas funcionan como disparadores para estructurar este escrito en
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* Doutorando em Letras Modernas pela Universidad Nacional de Córdoba (Argentina).
LA POESÍA CONCRETA BRASILEÑA, TEORÍA, POÉTICA(S), MANIFIESTOS, Tomás Vera Barros
LITERATURA
Base teórica
Paideuma y precursores
En el ensayo “Kafka y sus precursores” la lección de Borges (1974) es clara,
y puede verse impresa en el recorrido de la teoría concretista. La tesis borgesiana
es preclara: un poema de Browning o la paradoja de Zenón pueden “profetizar”
la obra de Kafka, pero también podemos decir que El castillo o “Ante la ley” pue-
den modelar o desviar nuestra lectura de Browning o de Zenón. Dicho de otro
modo, podemos proponer que Zenón o Browning son “kafkianos”. Un autor crea
sus precursores, el pasado y el futuro (BORGES, 1974). Cada autor tiene el de-
recho y la facultad de diseñar su propia genealogía, puede establecer las coor-
denadas de lectura de su obra en la tradición. De este modo, Haroldo y Augusto
de Campos y Decio Pignatari van afinando en diferentes manifiestos el pasado,
sus precursores, el porvenir de su poesía y sus relaciones con otras artes. En
“Pontos‑Periferia‑Poesia concreta” (CAMPOS et al., 2006c), Augusto de Campos
hace una primera pléyade de precursores: Mallarmé‑Joyce‑EE Cummings‑Pound.
Esta genealogía nombra pero rechaza inicialmente a los caligramas de Apollinaire
y a los intentos de dadaístas y futuristas. Se trata de una lista “pura” de los
primeros cuatro nombres arriba mencionados.
El aporte mallarmeano son las “subdivisiones prismáticas de la Idea”, la con-
quista del sentido del espacio blanco de la página, la resignificación de la tipo-
grafía. De Pound, el método del ideograma; con Joyce se introduce el concepto
de lo verbi‑voco‑visual y la condensación de símbolos, referencias e imágenes en
la mínima expresión (la palabra). EE Cummings, finalmente, aporta la “mímica
verbal” y la revolución gráfica de la poesía que Stéphane Mallarmé (1981) había
esbozado en Un golpe de dados... (pero sin caer en la imitación, la mímesis “ser-
vil” del objeto a la manera de Apollinaire2).
Los concretistas se apoyan en dos conceptos clave para situarse en el campo
literario (y en el cultural en sentido amplio, como cuando se codean con la mú-
sica, por ejemplo). El de “paideuma” y el de “culturmorfología”. “Paideuma” tiene
un uso particular por parte de los concretistas y una definición general. Como
definición general, se trata de los valores e ideas de un grupo humano que los
diferencia de otros grupos humanos; o como quiere Ezra Pound – quien toma el
término de Frobenuis –, “the tangle or complex of the inrooted ideas of any pe-
riod... I shall use Paideuma for the gristly roots of ideas that are in action”3
(POUND, 1970, p. 57). Una suerte de Zeitgeist. Para los manifiestos y textos crí-
ticos concretistas, “paideuma” es un Olimpo de autores, un continuum transhis-
tórico de autores que son integrados para establecer una base conceptual sobre
la cual construir el edificio de la poesía concreta; estos autores convergen para la
1 Utilizamos el término “exportación” en el sentido dado en el marco conceptual de la informática, no en el del comercio: “Mover
información de un sistema o programa a otro”. Microsoft Computer Dictionary, Microsoft Press, 1999. CD-ROM. La traducción es
nuestra.
2 Más adelante comentaremos las distintas posiciones respecto de Apollinaire.
28 3 “El enredo o el complejo de ideas enraizadas en algún período. Uso el término ‘paideuma’ para las raíces cartilaginosas de las
ideas que están en acción” (traducción nuestra).
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LITERATURA
4 Haroldo de Campos (2006c) destaca que el racionalismo de la composición lo que hace es manejar, controlar, disciplinar el azar 29
del sentido, no abolirlo.
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LITERATURA
Paideuma y culturmorfología
Esta manifestación especial y hasta revolucionaria de la forma poética, des-
prendida tanto de Mallarmé como de Joyce, refiere al concepto de “culturmorfo-
logía”. Central en la configuración de la poética concretista, la culturmorfología
es la forma de expresión, la fisonomía propia de cada época; esta forma en la
que se expresa cada “época espiritual” es su recipiente del presente “exactamente
correspondiente” (cf. BONNEMASOU, 2009). En la línea mallarmeana, otro au-
tor destacado de la paideuma es EE Cummings. Tenemos que señalar que por
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su contemporaneidad, por su cercanía temporal hay que referirse a éste como
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5 Ernest Fenollosa fue un orientalista y sinólogo cuya obra teórica y poética inédita fue anotada y editada después de su muerte
por Ezra Pound. Entre ellas, una fundamental para el tema que tratamos: The chinese written character as a medium for poetry 31
(1918).
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32 6 Por los aportes revolucionarios de Apollinaire al desarrollo de la poesía occidental y a la poesía visual es fácil suponer a priori
que los concretistas estaban cometiendo un error de juicio y una incoherencia.
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LITERATURA
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7 Es decir, se trata de una obra abierta en lo estructural y en los caminos de la construcción del sentido, pero cerrada en su reser-
vorio semántico (“el” núcleo).
8 A tono con los desarrollos e innovaciones de la física y las matemáticas, la poesía concreta cambió el verso por el espacio y ganó
34 desarrollarse en espacio‑tiempo. Esto puede verse como una torsión conceptual para amoldarse al contexto de la “física pos‑“;
o como el resultado de la utilización del espacio y sus sentidos y el cambio la sucesión temporal por la simultaneidad.
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fuerzas relacionales y base formal del poema. Además, como ya dijimos, tienen
una importancia cardinal la fragmentación de la idea estética en imágenes y las
“subdivisiones prismáticas de la Idea” propuestas por Mallarmé. El orden y el
flujo controlado del sentido de las tipografías serán modelo de una poética pro-
pia, tanto como el campo gráfico como factor de estructuración del espacio y
el tiempo, del ritmo orgánico y de las constelaciones semánticas. La categoría
del verso es sustituida en los manifiestos por la del ideograma, y luego por la de
constelación en el caso de poemas más complejos. Y el ritmo lineal del verso es
desplazado por el ritmo espacio‑temporal, lo que abre uno de los problemas
principales de la poesía concreta: el del movimiento, o la estructura dinámica.
Fruto de la contradicción o de la corrección, Augusto de Campos (2006a) asu-
me que las palabras son entidades complejas, cargadas de historia y contexto,
por lo tanto de conceptos. Las palabras no son “vehículos indiferentes” ni meros
medios, y el poeta debe mirar al centro de las palabras, a su interioridad. De allí
esa poética monoléxica, minimalista, que explora las relaciones entre significado
y significante9, de allí el énfasis puesto en el valor diferencial de los fonemas, en
las ausencias, en el espacio en blanco (esa atención al interior y a la complejidad
de las palabras justifica o explica la ausencia y prescindencia de deícticos, nexos,
de la sintaxis, del fraseo). Esa palabra poética, palabra‑cosa, no es signo, no es
instrumento ni medio, y consta de tres dimensiones: gráfico‑espacial, acústi-
co‑oral y verbal‑contenido; la poesía concreta actúa sobre estas. El poeta con-
creto comprende, desmonta y pone en funcionamiento, en circuito cerrado, esos
tres planos, y pide que el lector/intérprete los desmonte y reintegre.
Estructura móvil
La experiencia estética de la recepción es una experiencia mediada, controla-
da y prevista por la creación poética‑matemática; y el azar está controlado – de-
be estarlo – de algún modo. De los textos críticos y manifiestos que relevamos en
este escrito se desprende que se interesan especialmente por la descripción de
la experiencia estética creativa: mapearla, imponer límites, condicionar su for-
mato y sus formas de producción. Pero el trazado de esas fronteras no supone
rigidez o constreñimiento (una preceptiva negativa). La poesía concreta es diná-
mica; como circuito de información, encuentra y resuelve desafíos formales con-
temporáneos – es decir, no son exclusivos de la poesía. Su método de composi-
ción matemática supone una estructura planeada con anterioridad a la palabra;
las palabras serán, luego, usadas y elegidas con control, disciplina, y cálculo.
Una racionalidad constructiva y creativa que elige la palabra como un vector de
la estructura. Una estructura económica (breve, eficaz), fluida, con la palabra
(lexema) como unidad y fundación – descompuesta ésta cuando la estructura lo
necesite – y la forma como contenido. Las palabras se congregan por una sin-
taxis visual o espacial: relacionadas por proximidad y semejanza, el espacio se
vuelve tan importante como lo sonoro en el armado del poema. El poeta concre-
to, entonces, asocia formas, que son sus ideas. Y esa forma asociativa es el
mentado isomorfismo, o búsqueda de identificación de fondo‑forma y de espa-
cio‑tiempo (“la poesía concreta es tensión de palabras‑cosas en el espacio‑tiem-
po”, CAMPOS, A. de, 2006a). En la poesía concreta, el movimiento tiende a la
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9 Según el modelo saussureano.
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Función y recepción
Como venimos diciendo, la poesía concreta trabaja el poema desde una con-
ciencia rigurosa, ordenada, hipertécnica. Pero en la mayoría de los manifiestos,
pareciera que no hay un interés sobre la experiencia de la recepción como goce
estético. Sí hay, en cambio, un trabajo en la fecundación de un campo‑marco (el
de la culturmorfología) que habilite la comprensión del movimiento por parte de
la crítica; pareciera que los manifiestos – su mayoría – están enfocados en crear
las condiciones teóricas de reconocimiento del movimiento, sus bases, sus pre-
misas, sus herramientas etc. Es claro ejemplo el artículo en el que H. de Campos
(2006d) repasa las afinidades y enlaces de la crítica literaria y la poetología (los
formalistas rusos, Mukarovsky, Sartre...) con los fundamentos de la poesía con-
creta. Del lado de la recepción no‑crítica, es decir, del lado de los lectores, se
presenta la poesía y los poemas como objetos de consumo; más como objetos
decorativos (Bauhaus10) que como medios de conocimiento o epifánicos (roman-
ticismo). En parte porque la poesía concreta apunta a la poesía‑comunicación‑de
formas, a la presentificación del objeto verbal – sin subjetivismos, sin lirismo,
sin emociones. Y en parte porque el lugar de la mirada y de la imagen (lo visual)
son una circunstancia contemporánea ineludible (“la importancia del ojo en la
comunicación más rápida [...] la necesidad del movimiento” [PIGNATARI, 2006c]).
Por su estructura dinámica, por el sistema ideográfico es que se logra una comu-
nicación más rápida y efectiva – sin ruidos, sin residuos, sin deriva semiológica.
Dijimos que la estructura del poema es su verdadero contenido, porque: no
es medio‑para, no es vehículo, no interpreta relaciones con el exterior del poema,
con el contexto, con el plano histórico‑cultural. Pero tampoco se trata de textos
que surgen ex nihilo, sino de relaciones que evitan los contenidos histórico‑cul-
turales y las subjetividades... se trata de relaciones de estructuras, de relaciones
con la fisonomía de una época11: aceleración industrial, emergencia y dominio
de los mass‑media y la publicidad, el auge de la cibernética y los sistemas infor-
máticos, la “nueva” visión del mundo propiciada por la física y la matemática.
En este marco, el poema concreto posee la virtud de lograr una comunicación
rápida, efectiva, eficiente (“el ideograma regulándose a sí mismo” [PIGNATARI,
2006c]), de lograr la comunicación poética en términos tanto verbales (conteni-
LITERATURA
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14 “Todas las manifestaciones visuales le interesan […]. Abolido el verso, la poesía concreta enfrenta muchos problemas de espacio
38 y tiempo (movimiento) que son comunes tanto a las artes visuales como a la arquitectura, sin olvidar a la música más avanzada,
la electrónica” (PIGNATARI, 2006a).
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“La actitud crítica del concretismo lo lleva a absorber las preocupaciones de las
demás corrientes artísticas, buscando superarlas por la apropiación coherente,
objetiva de sus problemas” (PIGNATARI, 2006a).
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15 Parafraseando a Pound (1970), hay que cosechar en el arte la tradición viva, palpitante.
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16 Como ya hemos señalado en el caso de Apollinaire, la posición respecto a las vanguardias fue oscilante: de la denostación al
40 respeto.
17 Entendamos por “modernistas” a las estéticas posteriores a las Vanguardias Históricas europeas y anteriores a las Segunda Guerra.
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Referências
18 Recordamos que utilizamos el término “contemporáneo” en el sentido en que lo trabaja Arthur Danto (2003) (Después del fin 41
del arte), ligado a la reflexión poética hegeliana.
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VERA BARROS, T. A poesia concreta brasileira teoria, poética(a), manifestos. Todas as Letras, São
Paulo, v. 13, n. 2, p. 27-43, 2011.
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