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RETRASO PSICOMOTOR

Juan Narbona y Émilie Schlumberger

1. CONCEPTO 4º. el efecto de un déficit sensorial aislado,


en especial la sordera neurosensorial
Esta noción implica, como diagnóstico profunda congénita ;
provisional, que los logros del desarrollo de
un determinado niño aparezcan con una 5º. el preludio de una futura deficiencia
secuencia lenta para su edad y/o cualitati- mental;
vamente alterada. Se refiere a los primeros 6º. la primera manifestación de un trastor-
hitos, a lo largo de los 30-36 primeros no tónico-motor crónico no progresivo,
meses de vida. Clásicamente se cargaba por daño encefálico (parálisis cerebral
notablemente el acento sobre las aptitudes infantil en sus diversas formas clínicas)
motrices del lactante y del niño pequeño, o, más raramente, un trastorno muscu-
pero en la actualidad la semiología evoluti- lar congénito de escasa o nula evoluti-
va se ha enriquecido notablemente con la vidad clínica;
evaluación de las aptitudes sensoriales,
cognitivas e interactivas del sujeto, conve- 7º. la primera manifestación de una futura
nientemente integradas [1]. torpeza selectiva en la psicomotricidad
fina y/o gruesa (trastorno del desarrollo
de la coordinación);
2. INTERROGANTES 8º. la eclosión de un trastorno global del
BÁSICOS A RESPONDER desarrollo, marcado por un déficit de
El cuidadoso estudio y seguimiento clínico capacidades intersubjetivas especial-
del sujeto permitirán aclarar si se trata de: mente a partir de la segunda mitad del
segundo año.
1º. una variante normal del desarrollo, con
normalización espontánea ulterior [ 2,
3] ; 3. ASPECTOS
2º. un verdadero retraso debido a pobre y/o PATOCRÓNICOS Y
inadecuada estimulación por parte del
DIAGNÓSTICO
entorno socio-familiar, también nor-
malizable si se adecúan la educación y DIFERENCIAL
el ambiente del niño; – La impresión clínica de retraso psico-
3º. un verdadero retraso debido a enfer- motor suele surgir durante los primeros
medad crónica extraneurológica, (ej.: meses de vida al comprobar la despro-
enfermedad celiaca, desnutrición cró- porción entre el desarrollo observado y
nica, cardiopatías congénitas, etc.); el esperado para la edad. Ciertos niños

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con encefalopatía connatal muestran distrofias), si no se tienen en cuenta
una conducta deficitaria y signos de datos sutiles de la historia del desarro-
anomalía neurológica muy precozmen- llo, antecedentes familiares y rasgos
te, desde los primeros días de vida. peculiares en el examen clínico cuya
descripción no tiene lugar aquí.
– La evidencia de retraso psicomotor
comienza en algunos casos a partir de – Retraso específico de la psicomotricidad, o
algun evento patológico que ocasiona un "Trastorno del desarrollo de la coordi-
daño cerebral. Hay síndromes epilépti- nación" (CIE-10: F82; DSM-IV:
cos tempranos (s. de West, epilepsia 315.4): Se establece el diagnóstico de
mioclónica severa de la infancia, etc.) esta entidad sindrómica en niños
que, por sí mismos, ocasionan daño mayorcitos, dede la edad preescolar,
cerebral y consiguiente retraso psico- cuando el rendimiento en las activida-
motor; pero la mayoría de las veces son des cotidianas que requieren integra-
secundarios a un daño cerebral preexis- ción motriz es sustancialmente inferior
tente, de naturaleza demostrada (ence- al esperado para la edad cronológica y
falopatías epilépticas secundarias) o no para el nivel mental del sujeto. Se trata
demostrada (encefalopatías epilépticas de niños que, sin padecer déficits
criptogenéticas). "mayores" de tipo neurológico, muscu-
– Numerosos sujetos con deficiencia mental lar, osteoarticular, ni mental, se com-
ligera "cumplieron" los hitos del des- portan de forma llamativamente torpe
arrollo psicomotor primario con relati- en actividades como correr, saltar,
va normalidad. Tan sólo después del manipular, dibujar, etc. Este cuadro se
segundo año se hacen evidentes un asocia frecuentemente al trastorno por
retraso del lenguaje y una relativa déficit de atención e hipercinesia; tam-
pobreza en los esquemas de juego. De bien cabe destacar la característica tor-
hecho, son frecuentes las consultas de peza psicomotriz que forma parte del
niños en edad preescolar por retraso síndrome de Asperger
del lenguaje, de los aprendizajes o de
las habilidades sociales, que llevan a
descubrir un retraso psicomotor gene- ACTITUD PRÁCTICA PARA EL
ral; éste en muchos casos desembocará SEGUIMIENTO CLÍNICO
más tarde en deficiencia mental de DURANTE LOS TRES
grado ligero o moderado. PRIMEROS AÑOS
– Es preciso diferenciar un retraso psico- Tras el nacimiento: Valoración de even-
motor de una regresión psicomotriz, tuales factores de riesgo prenatal o perina-
como manifestación de encefalopatía tal. Examen neurológico y comportamental
progresiva, con o sin error metabólico (EN-C). Screening de audición (otoemi-
conocido. En algunas de estas patologí- siones) y de metabolopatias más frecuen-
as puede no ser evidente el deterioro tes.
durante largos periodos de observa-
2-3 meses: EN-C y segundo screening de
ción; entonces es posible la confusión
audición. Evaluación del ambiente fami-
diagnóstica con un retraso psicomotor
liar-social.
(ej.: mucopolisacaridosis) o con un sín-
drome de parálisis cerebral (ejs.: para- 6-7 meses: EN-C, con especial atención a:
paresia espástica familiar, ciertas leuco- reacciones posturales de cuello y tronco,

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conducta visual e interacciones sociales tos. Como todos los instrumentos psicomé-
tempranas, detección de estrabismo; tricos, ocupan sólo un lugar auxiliar en la
9-10 meses: EN-C, con especial atención evaluación del sujeto, y nunca pueden
a: sedestación estable, manipulación, capa- excusar un dignóstico clínico completo.
cidades representativas básicas (perma- Son útiles para tener una referencia objeti-
nencia de objeto, juegos de "aparecer-des- va del desarrollo de un determinado niño
aparecer"), balbuceo imitativo y primeras con arreglo a estándares de la población
silabas; general; diferencian bien a los sujetos con
retraso psicomotor y además, las de tipo
12-14 meses: EN-C, con especial aten- nativista permiten desglosar diferentes
ción a: modalidad de desplazamiento autó- áreas (postural-motriz, cognitiva, comuni-
nomo, manipulación con pinza pulgar- cativa) y destacar las posibles disarmonías
índice, primeras palabras. entre ellas. Sin embargo, no poseen una
18-20 meses: EN-C, con especial aten- correlación fiable con lo que, en referencia
ción a: calidad de la marcha indepeniente, a edades ulteriores, se conoce como
uso de cuchara y vaso, juego simbólico, "cociente intelectual".
habilidades intersubjetivas, léxico (com-
Las gradillas de screening de desarrollo,
prensión) y vocabulario (expresión).
como la Denver-II y la derivada del
30-36 meses: EN-C, con especial aten- Proyecto Llevant-Haizea, son útiles en
ción a: calidad de la marcha y del correteo, pediatría primaria para anotar sistematiza-
conocimiento básico del esquema corpo- damente, aunque de forma aproximada, el
ral, intento de usar un lápiz, inicio de sin- desarrollo del niño y descubrir posibles
taxis (sujeto-verbo-objeto, algunos deter- áreas deficitarias [7].
minantes e inicio de flexiones verbales),
Existen instrumentos para evaluar especifi-
juego ficticio, interacción social. El con-
camente lenguaje y comunicación en las
trol del perímetro cefálico es un elemento
primeras edades [6, 8] .
esencial del examen evolutivo.

4. ESCALAS DE 5. EXÁMENES
DESARROLLO COMPLEMENTARIOS
Pueden ser clasificadas en dos grandes gru- PARA EL DIAGNÓSTICO
pos: 1º las que siguen el modelo nativista,
DE NATURALEZA
que presupone unos determinados logros
para cada edad metal (escalas de Gessell, – Los exámenes de neuroimagen tienen
de Bühler, de Brunet y Lézine, de Bayley, diversas indicaciones: ecografía trans-
escala Llevant-Haizea…) y 2º las que se fontanelar en el primer año cuando
inspiran en el modelo epistemológico-genético existen factores de riesgo pre- o perina-
de Piaget, prestando atención preferente a tal definidos o si se sospechan hidroce-
los procesos mentales involucrados en dis- falia o colecciones intracraneales.
tintos tipos de tareas, y no tanto al logro de Posteriormente, TAC cerebral si se
determinados items etarios; para el período quieren descartar calcificaciones post-
sensoriomotor son interesantes las escalas infecciosas o indicadoras de esclerosis
de Uzgyris y Hunt. En las referencias [3, 5, tuberosa en presencia de estigmas cutá-
6] se detallan la estructura, el uso y las neos específicos, y Resonancia
fuentes bibliográficas de estos instrumen- Magnética [9] para delimitar zonas de

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leucomalacia o anomalías displásicas cuando surge la sospecha clínica de
encefálicas. retraso psicomotor, sobre todo si no
– Si el fenotipo morfológico y/o comporta- existen antecedentes de riesgo que
mental es sugestivo de entidades geno- motivasen una alerta previa.
páticas definidas (s. De Angelman, s. – En cualquier caso, debe informarse gra-
de Prader-Willi, s. de Williams, s.de dualmente acerca del desarrollo del
frágil X en varones, s. de Down, etc.), sujeto, objetivándolo mediante el uso
se solicitarán los estudios citogeneticos complementario de escalas y explican-
simples o con técnicas FISH, o bien los do la finalidad de los eventuales exá-
estudios de genética molecular que, en menes complementarios que se indi-
cada caso, permitan confirmar o des- quen.
cartar la entidad sospechada. Un cario-
– Deben evitarse las informaciones
tipo convencional debe ser realizado
catastrofistas o pseudo-piadosas.
ante todo retraso psicomotor sin causa
definida. – Diferenciar claramente una simple sos-
– Muchos errores metabólicos innatos pue- pecha de retraso y un diagnóstico
den mostrarse inicialmente por un apa- firme, para no crear alarmas innecesa-
rente retraso psicomotor. Aunque el rias; explicar por qué es necesario un
screening de fenilcetonuria se realice seguimiento en medio especializado.
sistemáticamente junto al de hipotiroi- – Al mismo tiempo, orientar a los padres
dismo tras el nacimiento, ante un hacia un Servicio de Atención
retraso psicomotor de origen no aclara- Temprana en donde el niño pueda
do debe realizarse una cuantificación recibir al tratamiento neurohabilitador
de aminoácidos en plasma. La presen- y la estimulación adecuados, y la fami-
cia de dismorfia esquelética, de visce- lia obtenga el adiestramiento necesario
romegalias, de anomalías de la piel, de para la educación del niño en el hogar.
linfocitos vacuolados en sangre perifé- El propio clínico puede y debe dar las
rica, de lactacidosis o de eliminación primeras orientaciones educativas a la
de ácidos orgánicos o de glicosamino- familia para evitar las primeras sensa-
glicanos en la orina son elementos que ciones de impotencia e indefensión en
deben hacer proseguir la pesquisa de los padres, mientras dura el proceso de
otras enfermedades degenerativas dis- contacto con el centro de atención y
metabólicas de origen genético, por la con la guardería adecuados.
posibilidad de tratamiento eficaz en
– Poner en marcha lo antes posible los
algunos casos y por la necesidad de
eventuales medios de tratamiento
brindar una correcta información
médico que estuviesen eventuales indi-
genética a la familia [10].
cados (intervenciones quirúrgicas, pró-
tesis auditivas, tratamiento de ciertos
errores metabólicos, etc).
6. INFORMACIÓN A LA
FAMILIA Y MANEJO
TERAPEÚTICO BIBLIOGRAFÍA
1. Aicardi J. Diseases of the nervous system in
– Es un tanto delicado dar la oportuna childhood, 2ª edición. Londres: Mc Keith Press
información a los padres del niño 1998. (Prefacio).

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2. Deonna T. Variations dans les premiers stades du 7. Glascoe FP, Martín ED, Humphrey S. A
développement moteur. Signification des modes comparative review of developmental screening
"inhabituels" ou "anormaux" du développement tests. Pediatrics 1990; 86, 547-554.
postural et locomoteur précoce. Médecine et
Hygiène 1986; 44, 2861-2867. 8. Rivière A. Tratamiento y definición del espectro
autista I: Relaciones sociales y comunicación. II:
3. Fernández-Álvarez E. Desarrollo psicomotor. In
Anticipación, flexibilidad y capacidades simbólicas.
Fejerman N, Fernández-Álvarez E eds. Neurología
In Rivière A, Martos eds El tratamiento del autismo.
pediátrica. Buenos Aires: Panamericana. 1997; p 24-
Nuevas perspectivas. Madrid: MTAS-IMSERSO;
33.
1997, p 61-160.
4. Campos-Castelló J. Seguimiento neuroevo-
lutivo del niño de alto riesgo. Criterios de selección. 9. Skranes J, Vik T, Nilsen G, Smevik O,
In Fejerman N, Fernández-Álvarez E eds. Andersson HW, Brubakk AM. Can cerebral MRI at
Neurología pediátrica. Buenos Aires: Panamericana. age 1 year predict motor and intellectual outcomes
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5. Narbona J, Chevrie-Muller C. Evaluación Neurol 1998; 40, 256-262.
neuropsicológica. In Narbona J, Chevrie-Muller C 10. Lyon G, Adams RD, Kolodny EH. Neurology of
eds. El lenguaje del niño. Barcelona: Masson 1997. hereditary metabolic diseases of children, 2ª
p107-124. edición. New York: Mc Graw Hill, 1996-p. 172-173
6. Soprano AM. Evaluación del lenguaje oral. In y 291-292.
Narbona J, Chevrie-Muller C eds. El lenguaje del
niño. Barcelona: Masson. 1997; p 75-94.

NOTAS

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