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Introducción

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son un grupo de patologías


infecciosas que se pueden adquirir si se mantienen relaciones sexuales con
alguien que las padece. En general se transmiten durante el coito, pero
también pueden propagarse a través de otro tipo de relaciones. El contagio se
produce cuando dos personas ponen en contacto una membrana mucosa
infectada con otra sana. También puede llegar si alguna herida en la piel del
receptor toma contacto con la membrana mucosa infectada.

Las principales vías de transmisión son las mucosas de la boca, los órganos
genitales y el ano, debido a que sus tejidos cuentan con las condiciones
ideales, de humedad y calor, para que la infección se desarrolle y se transfiera.

El riesgo de contraer una de estas infecciones aumenta si no se utiliza un


método de prevención. En la actualidad, el preservativo es el único
anticonceptivo que las previene, por lo que si no se conoce la historia sexual de
la persona con la que se mantienen relaciones, la ausencia de riesgo de
contagio, siempre que haya un contacto vaginal, anal u oral, pasa de forma
ineludible por el uso del condón.
Análisis
Esto es importante porque una persona puede tener una enfermedad de
transmisión sexual sin saberlo. En muchos casos, no se presentan signos ni
síntomas. A decir verdad, por esa razón muchos expertos prefieren el término
«infecciones de transmisión sexual», debido a que puedes tener la infección sin
presentar síntomas de la enfermedad. A diferencia de otras infecciones, las
ITS, una vez padecidas, no generan inmunidad y además no se cuenta con
vacunas con las que hacerles frente, por lo que la misma infección de
transmisión sexual puede afectar de manera repetida a un paciente. Algunas
pueden ocasionar lesiones graves y permanentes, como ceguera, esterilidad o
trastornos psicológicos. Es, por tanto, importante conocerlas a fin de poder
detectar su presencia lo más pronto posible y tratarlas con precocidad. Los
microorganismos causantes de las ITS pueden ser bacterias, virus, hongos o
parásitos. Algunas ITS no muestran signos ni síntomas y si lo hacen son poco
claros, por lo que se pueden confundir con otras afecciones; lo que dificulta el
diagnóstico y retrasa el tratamiento, con lo que se facilita su diseminación.
Conclusión
Tener una enfermedad de transmisión sexual conlleva a cambios de vida, los
cuáles son necesarios y obligatorios. Debemos concientizar a las personas del
gran riesgo que conlleva tener relaciones sexuales a muy temprana edad y sin
precaución, ya que muchas personas carecen de información y de métodos
preventivos. Estas ponen en riesgo tu salud, tu familia y tu vida. La mayoría de
ETS causan irritación, picores y ligeros dolores a nivel local, pero otras como la
gonorrea y la uretritis por Chlamydia son una causa importante de esterilidad
en las mujeres. El tratamiento básico de las enfermedades de transmisión
sexual producidas por bacterias es mediante el uso de antibióticos. La
penicilina ha sido efectiva contra la sífilis y la gonorrea, pero muchos
organismos gonorreicos resisten hoy la acción de este fármaco. De conocer a
tu pareja y ser responsables con el uso de preservativos en especial el condón,
depende tu salud sexual.
Bibliografía
Ananya, M. (2014). Patofisiología de la Infección del Chlamydia. Obtenido de News Medical :
https://www.news-medical.net/health/Chlamydia-Infection-Pathophysiology-
(Spanish).aspx

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