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DEGRADACIÓN DE SUELOS: "EFECTO DE MANEJO DEL CULTIVO DE AGAVE AZUL"

Rubén Darío Guevara Gutiérrez1


Juan Carlos Galván del Castillo
Rogelio Pelayo Sedano1
Angelica Iliana Miramontes Chagolla2

RESUMEN

El proceso de la erosión del suelo en la región Costa Sur y Sierra de Amula del estado de
Jalisco-México, se ha maximizado debido al establecimiento de las plantaciones (extensiva e
intensiva) del cultivo de agave azul (Agave tequilana Weber), así como aquellos cultivos que
debido a su manejo inadecuado han acelerado este proceso, aunado a la reducción de áreas
forestales como lo es el Bosque Tropical Caducifolio (BTC) como respuesta al proceso de
cambio de uso del suelo. El presente trabajo se desarrolló en el municipio de Autlán de Navarro,
ubicado en la Región de la Costa Sur del Estado de Jalisco-México. En este se cuantificó la
pérdida del suelo ocurrida en el agave azul, en consideración a que el impacto de estas
plantaciones en la región, ha sido básicamente sobre el bosque tropical caducifolio como efecto
del cambio de uso del suelo (deforestación), se comparó este resultado con el obtenido en BTC;
la unidad de muestreo fue a través de lotes de escurrimientos, bajo pendiente del terreno de
6%. Los resultados registrados en el cultivo de agave azul manifiestan una pérdida de suelo de
13.089 t ha-1año-1 y para el BTC el registro fue de 0.872 t ha-1año-1.

Palabras Clave: Erosión de suelo y agua, agave azul, bosque tropical caducifolio.

INTRODUCCIÓN

El proceso de degradación de la tierra, es concebido de manera natural e/o inducido por el


hombre, se describe como la disminución o destrucción del potencial biológico de los recursos
naturales ocasionada por el mal uso y/o manejo de los mismos; su importancia es tal, que
actualmente se considera que el ser humano es responsable en una proporción del 87%,
mientras que manera natural solo 13% (Ortiz et al., 1994). Algunos de los factores antrópicos
que favorecen este proceso son la expansión demográfica, la sobre explotación de los recursos
naturales, las presiones socioeconómicas y/o políticas y, los cambios inadecuados del uso de la
tierra y/o deforestación, entre otras (Becerra, 1999). Presión que ha propiciado la conversión de
terrenos de agricultura a pastos, de bosque a pastos y/o agricultura de ladera. En países en
desarrollo se considera que la expansión agrícola y ganadera son la causa principal de cambio
de uso de suelo; desde el punto de vista ambiental, el aumento de estas fronteras, incrementa
las dificultades para la implementación de cualquier práctica de conservación, y de esta manera
propicia la gradual incorporación de las tierras de ladera a la agricultura (Chauvet, 1987).
En México como en otras partes del mundo, la degradación del suelo se presenta como efecto
de los sistemas de la agricultura extensiva y ganadería de bovinos, explotados como un
proceso de producción campesina ligado al uso de mano de obra familiar y al mismo cambio de
uso del suelo o deforestación (IMECBIO, 2000).
Respecto al cambio de uso del suelo y/o deforestación, Roberts y Roper (1999), definen este
proceso como la pérdida permanente de cobertura forestal a otros usos de tierra tales como

1
Centro Universitario de la Costa Sur – Universidad de Guadalajara, rguevara@cucsur.udg.mx
2
SAGARPA OEIDRUS
agricultura, pastizales, nuevos asentamientos humanos, infraestructura y embalses. De igual
forma mencionan que la mayor parte de la deforestación se encuentra relativamente en pocos
países, los diez primeros, son los responsables de la pérdida de 7.4 millones de hectáreas de
bosques o alrededor del 50% del total de la deforestación anual; 4 de estos países son
latinoamericanos (Brasil en primer lugar, Bolivia en cuarto lugar, México en quinto y Venezuela
en sexto lugar). Gómez-Pompa y Burley (1991), manifiestan que esta situación a nivel mundial
representa la conversión de 11 millones de hectáreas de bosque tropical a pastos o agricultura,
y de estos 10% vuelve a ser replanteado.
La deforestación tropical se reconoce como uno de los problemas ambientales más importantes
que enfrenta el mundo, con serias consecuencias económicas y sociales de largo plazo. Hasta
ahora, la historia nos manifiesta que la mayor parte de las tierras que han sufrido la conversión
de uso, no ha sido la adecuada, cuando menos por la agricultura o la ganadería de largo plazo,
ya que éstas se degradan rápidamente de manera irreversible, principalmente en zonas de
bosque (Chauvet, 1987).
El presente trabajo evalúa el efecto de cambio de uso del suelo sobre el proceso erosivo,
basado en su comportamiento sobre plantaciones de agave azul Vs. BTC. Se parte de la
hipótesis establecida por el agricultor dueño de la parcela, el cual establece que “la pérdida de
suelo ocurrida en las partes altas de su parcela de agave correspondiente al “monte” (BTC), es
la misma que ocurre en las partes bajas (plantaciones de agave azul), por lo tanto la cantidad
de suelo perdido en el cultivo, serán recuperado del suelo proveniente del “monte” por efecto
del mismo proceso.

PROBLEMÁTICA IDENTIFICADA

De manera intrínseca al proceso de deforestación se encuentra la ocurrencia de la erosión del


suelo, la que de manera general es reconocida como la remoción, transporte y deposición de
las partículas individuales del suelo, por efecto de un agente causal, en donde su magnitud
dependerá de la energía con que los agentes interaccionen con los factores involucrados.
En el estado de Jalisco-México, el efecto de cambio de uso del suelo sobre el proceso erosivo,
se ha desencadenado básicamente cuando el ser humano provoca con sus actividades, el
deterioro de la cobertura vegetal, modificándola o incrementando las fronteras agrícolas o
pecuarias, con ello ha provocado la destrucción de la cobertura vegetal nativa y la ocurrencia
del desprendimiento y transporte de tierras ocurridas al momento de realizar las labores
culturales o agrícolas ante la presencia de la precipitación pluvial y/o escurrimientos
superficiales.
A nivel regional en el municipio de Autlán de Navarro, la presión sobre los recursos naturales,
ha sido ejercida por un cambio continuo (patrón de cultivo) y extensivo del uso del suelo y/o
deforestación, básicamente por la siembra extensiva del agave azul (Agave tequilana Weber).
Con base a los informes de la superficie del cultivo de agave, se establece una tasa de
crecimiento de 1996 a 2002 de 13.6% (Distrito de Desarrollo Rural 05, El Grullo, 2004); este
cultivo, aún siendo considerado una planta tropical y establecida bajo periodo de lluvias
estacional (Valenzuela, 1994), se carece de estudios regionales para su adaptación (climáticos
y edáficos, entre otros).
Asumiendo que la región Costa Sur y Sierra de Amula son de reciente extensión para la
explotación de este cultivo, se considera que sus efectos y consecuencias ambientales así
como socioeconómicas no son del todo conocidos. Sin embargo, observaciones preliminares
llevados acabo en la zona, nos permite deducir que por la forma en que se planta el cultivo y los
métodos de eliminar las malezas asociadas al cultivo, principalmente a través de la aplicación
de agroquímicos, tiene efectos irreversibles sobre la biodiversidad y la fertilidad del suelo,
además de las implicaciones que tiene el arrastre del suelo hacia presas, ríos o sistemas de
riego.
Con referencia a la superficie sembrada de agave, Ruiz et al. (2002), establece que a nivel del
estado de Jalisco en 1990 y 1997 fue 50,000 y 62,000 hectáreas respectivamente,
reduciéndose para el año 2000 a 45000 hectáreas; el mismo autor comenta con base al
Consejo Regulador del Tequila, que esta superficie es insuficiente, requiriéndose para satisfacer
la demanda actual un incremento hasta de 100,000 hectáreas. Situación que provocó la
búsqueda extensiva de áreas no aptas o inclusive marginales para la siembra de este cultivo en
los años 1995 y 1996, tal como ocurrió en esta región; adicional a ello, se tiene el
desconocimiento del manejo cultural y/o agronómico y de conservación del suelo por parte de
los productores independientes e incluso de las mismas compañías de tequila.
En 1995 en el Distrito de Desarrollo Rural 05, el Grullo-Jalisco, debido a las demandas de
tequila y a las necesidades de nuevas áreas para el cultivo de agave, se incrementa la
superficie sembrada, reconociéndose a esta región con “potencial” para su siembra. A partir de
este año hasta el 2004, este cultivo ha presentado una tasa de crecimiento anual del 18.4% a
nivel distrito (figura 1).

10000 40
9000 35
8000
30
7000
6000 25

5000 20
4000 15
3000
10
2000
1000 5

0 0

Superficie total en hectáreas Tasa de crecimiento anual (%)

Figura 1. Estimación del crecimiento anual de la superficie de agave y


tasa de crecimiento, Distrito de Desarrollo Rural 05, El Grullo (Guevara
y Galván, 2005).

MATERIALES Y MÉTODOS

Descripción del área de estudio


El Presente trabajo se desarrolló en el municipio de Autlán de Navarro, Jalisco-México (Figura
2), ubicado entre las coordenadas extremas de latitud norte 19°54´a 19°35´ y de longitud oeste
104°08´a 104°29´. Cuenta con una superficie territorial de 962.90 km2, correspondiente al 1.2%
de la superficie total del estado de Jalisco. Su composición edáfica está dominada por suelo tipo
Regosol (43.21%). El clima es característico con otoño seco, invierno y primavera seco y
semicálido, sin cambio térmico invernal bien definido; su temperatura media anual es de 23.5 °C
y precipitación media anual de 719.8 mm (Ayuntamiento Constitucional de Autlán de Navarro,
2007).
Figura 2. Topografía del municipio de Autlán de Navarro y vías de comunicación

Trabajo de campo
Este consistió en la cuantificación de la pérdida de suelo por efecto de la erosión hídrica en
parcelas bajo pendiente uniforme del 6%; la unidad de muestreo y medición, fueron lotes de
escurrimiento (dimensiones de 2 metros de ancho por 5 metros de largo), técnica con la cual se
generan datos puntuales de pérdida de suelo y producción del escurrimiento superficial, es
considerada complementaria al uso de cuencas pequeñas de fácil extrapolación pero bajo
condiciones similares de fisiografía y uso del suelo (C.P.- SARH, 1991). Se consideraron dos
tipos de cobertura vegetal, el agave azul (Agave tequilana weber), como cultivo agrícola de gran
importancia en el estado de Jalisco y del país y, bosque tropical caducifolio (BTC), considerado
como uno de los bosques con mayor diversidad florística y de gran amplitud altitudinal (Cuevas
et al., 1998), bajo este principio, al sitio en estudio fue descrito en su composición florística.
Para cotejar estos resultados, y bajo una supuesta condición de deforestación se instaló un lote
(testigo) sin cobertura vegetal.
Estos lotes fueron ubicados al noroeste del municipio, en el predio reconocido como Rincón de
Guanajuato, entre las coordenadas 19o47´28” a 19o47´29” de latitud norte y 104º20´04” a
104o20’08” de longitud oeste. Las características climáticas y edáficas de los lotes fueron
similares.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Cuantificación de la erosión en agave y bosque tropical caducifolio


Los resultados obtenidos demuestran el gran impacto que representa el manejo del cultivo del
agave azul sobre los recursos naturales no renovables suelo y agua, ya que adicional a la
pérdida de suelo correspondiente a 13.089 t ha-1año-1 durante el temporal de lluvias 2005,
también se registró la pérdida del volumen total de escurrimiento superficial, siendo éste de
2211.983 m3; los registros para el BTC, fueron de 0.872 t ha-1año-1, bajo un volumen total
captado de 0.513m3.
Los registros correspondientes para el lote testigo, fueron en cuanto a la pérdida de suelo de
19.548 t ha-1 año-1 y 1974.481m3 de escurrimiento superficial. La descripción de la vegetación
nativa encontrada en el lote correspondiente al BTC, fue a partir de la identificación de cuatro
estratos (Cuadro 1).

Cuadro 1. Composición vegetal del bosque tropical caducifolio en el lote de escurrimiento.


Primer estrato Segundo estrato Tercer estrato Cuarto estrato
Dominado por árboles Conformado por Principalmente Compuesto por hierbas
de 5 a 6 metros de arbustos y árboles compuesto de hierbas menores de 0.5 metros
Prosopis laevigata, pequeños de 1.5 a 3 de 0.6 1.2 metros de y donde Dicliptera aff.
Acacia cochliacantha, metros de altura, con altura donde Abutilon peduncularis es de las
A. farnesina y las especies abutiloides es muy mas abundantes, la
Pithecellobium dulce. mencionadas en el abundante, seguido acompañan Elytraria
Además algunos estrato anterior y de A. trisulcatum. imbricata, Croton
individuos de P. también encontramos Otras especies ciliatoglanduliferus,
laevigata y P. dulce de manera presentes son Tetramerium nervosum,
sobresalen del estrato esporádica Opuntia Tournefortia Eleusine indica, Hilaria
y alcanzan hasta 8 m fuliginosa, mutabilis, Croton ciliata, Loeselia
de altura Stenocereus ciliatoglanduliferus, amplectens, Herissantia
queretaroensis y Solanum trydinamum, crispa y Sida spp.
Casearia arguta Abutilon reventum,
Malvastrum
americanum y
Malvastrum sp.

De igual forma se encontró Antigonon flavescens y Pasiflora foetida, como representantes


aislados de hierbas volubles y bejucos. Además en las cercanías de los caminos y veredas,
destaca la presencia de Rynchelytrum repens y Tithonia tubaeformis.
Con base al panorama que presenta la región, se observa la fuerte expansión del cultivo de
agave azul en las regiones Costa Sur y Sierra de Amula del estado de Jalisco-México,
particularmente en el municipio de Autlán de Navarro. Esta planta no se cultivaba anteriormente
en esta región, por lo cual se desconocen los efectos ambientales y socioeconómicos que
pudiera traer. Sin embargo, observaciones preliminares y este tipo de estudios llevadas a cabo
en la zona, nos permite deducir que por la forma en que se implementa el cultivo, y los métodos
para eliminar las malezas principalmente a través de la aplicación de agroquímicos, se
presentan efectos irreversibles sobre la fertilidad del suelo y el arrastre de partículas hacia
arroyos, ríos, y presas. El crecimiento del agave y su impacto sobre la frontera agrícola y
pecuaria ha sido directo, originando la conversión del uso del suelo o el cambio de patrón de
cultivo, de superficies pecuarias a cultivo de agave.
CONCLUSIONES

Con base a la hipótesis considerada por el agricultor dueño de la parcela, se establece que
la pérdida de suelo que ocurre en las plantaciones agave azul (bajo las condiciones descritas
previamente), NO es recuperada con la cantidad de suelo que por efecto del proceso erosivo
proviene de las partes altas a su parcela (del BTC), contrario a ello, la degradación aumenta.
Los ejidatarios dueños de parcelas que por su parte plantan este cultivo o que aceptan
“ofertas” de empresas tequileras (ofrecidas por intermediarios), para la plantación de mismo,
propician un cambio del patrón del cultivo o la expansión del mismo hacia la frontera forestal
(principalmente al bosque tropical caducifolio) lo cual reduce ésta última, sin considerar y/o
conocer los posibles impactos sociales, económicos y ecológicos que podrían ocurrir sobre
los recursos naturales, algunos de éstos no renovables como lo es el caso del suelo y el
agua. Esto posiblemente por carecer de información veraz y oportuna sobre el cultivo y sus
implicaciones de siembra, manejo cultural, así como de aspectos legales en el manejo de
bosques.
Se considera que las prácticas culturales y “Curvas a nivel,” como estrategia de
conservación del suelo establecidas por las compañías tequileras y la mayoría de los
agricultores independientes a éstas, no han sido suficientes para la conservación del
recurso. Es entonces que el impacto del crecimiento de la superficie del cultivo del agave,
sobre la degradación del suelo como recurso natural no renovable, básicamente se
encuentra referido sobre el desconocimiento del cultivo y del manejo (cultural y agronómico),
y por otro lado, en el desconocimiento de las regiones adecuadas para su plantación, lo cual
favorece el proceso de degradación en más del 100% sobre el proceso natural. Es por ello
que se considera que cualquier práctica alternativa que contribuya a la disminución del
arrastre de las partículas del suelo (principalmente en agave) favorecerá la disminución de
las elevadas tasas erosivas reportadas.
Con base al manejo del cultivo, el cual se supone es el mismo para más del 90% de la
región, el estado y la nación, así como a las condiciones físicas y climáticas en que es
plantado, nos obliga a establecer la hipótesis de que este efecto de degradación de los
recursos naturales que encontramos en esta región, será el mismo para aquellas en donde
se plante este cultivo.

AGRADECIMIENTOS

Mtro. Enrique Javier Solórzano Carrillo Rector CUCSur-UdeG; Dr. Daniel Ramírez Sánchez
Presidente del Consejo Consultivo Regional Cadena Productiva Agave; Ing. Jorge Alberto Pérez
Burgos Fundación Produce A.C. Jalisco; Ing. Carlos L. Meillon Johnston, Presidente
Municipal de Autlán de Navarro 2004-2006;Ing. Saúl del Toro Zapien, Jefe del Distrito de
Desarrollo Rural 05 (hasta 2003); M.V.Z. Crescencio Fletes Cobian, Jefe del Distrito de
Desarrollo Rural 05
(2004 a la fecha); Ing. Salvador Buen Rostro, SAGARPA.

LITERATURA CITADA

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