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RIESGOS DE LA ECONOMÍA MUNDIAL EN EL 2018

Los riesgos para cualquier economía están siempre a la vuelta de la esquina.

Algunos pueden ser más difíciles de anticipar que otros, como es el caso de
una guerra, el colapso repentino de los mercados financieros o un desastre
natural de grandes proporciones.

Otras veces, hay señales que alertan a los economistas de potenciales


amenazas y ello hace posible hacer previsiones a corto y medio plazo.

De cara a 2018, son varios los organismos internacionales que han


elaborado listados de los riesgos que hay en el horizonte para la economía
mundial.

Pese a que se prevé una tasa de crecimiento global de 3,1% este año, hay
incógnitas que persisten y riesgos latentes.

Estos son algunos de los riesgos que proyectan para 2018 expertos
consultados por BBC Mundo que se dedican a analizar la evolución de la
economía mundial:

 Endurecimiento abrupto de las condiciones internacionales


de financiamiento. Este riesgo podría materializarse si los mercados
financieros reevalúan la velocidad a la que los bancos centrales de las
economías avanzadas normalizarán sus políticas monetarias, por
ejemplo, si la inflación en estas economías aumenta más de lo
previsto.

 Rápido reajuste en los mercados bursátiles. Este riesgo ha


aumentado debido a los muy altos niveles registrados en las bolsas de
valores más importantes del mundo, así como a las bajísimas tasas
de interés a nivel mundial, condiciones que podrían cambiar
abruptamente y generar tensión financiera.

 Incremento de las restricciones al comercio. Este riesgo ha


aumentado por las inclinaciones proteccionistas en algunas de las
economías más importantes, como Estados Unidos.
 Aumento de la incertidumbre en materia de política económica.
Cambios drásticos en el manejo de la economía podrían afectar las
decisiones de inversión.
 Aumento de las tensiones geopolíticas. Un recrudecimiento de estas
tensiones, por ejemplo, en la península coreana o en el Medio Oriente,
podría minar la confianza y perjudicar la actividad económica.

 Riesgos geopolíticos y de estabilidad de las instituciones y de las


reglas globales. Por ejemplo, qué ocurrirá con la Organización
Mundial del Comercio, el NAFTA, o una escalada de tensiones entre
Estados Unidos y Corea del Norte, o entre Estados Unidos y China.
No estamos en zona de burbuja, pero sí hay un aumento de riesgos
geopolíticos.

 Caída en el crecimiento de la productividad, tanto en los países


desarrollados como emergentes. Me refiero a la productividad en el
sentido de la forma en la que combinamos las nuevas tecnologías, el
capital y el trabajo. Hay un crecimiento menor del que teníamos en el
pasado. El mundo todavía no sabe cómo utilizar las nuevas
tecnologías en los sistemas productivos. Y el otro elemento que influye
es el envejecimiento de la población.

 La sorpresa inflacionaria. Ahora hay un consenso amplio en el mundo


de que estamos en una etapa de inflaciones estructurales bajas, con
condiciones monetarias muy amables, con mercados exuberantes que
han creado riqueza financiera con poca volatilidad. Esto ha provocado
una sincronización de la recuperación. Ahora, si la inflación sube en
Estados Unidos (que es lo que se espera), habría alzas en la tasa de
interés y cambiaría el escenario.

 Aumento en los altos niveles de endeudamiento del sector privado y


de los países en muchas partes del mundo. Eso implica que algunos
de los recursos que se destinan a inversión o a transferencias sociales,
serán destinados a pagar el mayor costo de la deuda.

 Hay un dilema moral. Las empresas tienen que apostar al bien común
y no solamente a los dividendos de los accionistas. Esto no es un
riesgo, pero plantea la pregunta de cómo las empresas pueden tener
legitimidad ante sociedades más cansadas con el aumento de la
desigualdad. Yo creo que este debate puede tener un efecto
importante.

 Cambio climático. Este es el mayor desafío que estamos enfrentando.


El calentamiento global, los desastres naturales, la escasez de agua y
la contaminación podrían dejar a 122 millones de personas en la
extrema pobreza, adicionalmente a las que hoy están en esa situación.

 Creciente desigualdad. El aumento de la desigualdad de ingresos y la


polarización social son consecuencias adversas de la
hiperglobalización, especialmente en el mundo desarrollado. Hoy
existen ocho personas que concentran una riqueza similar al 50% más
pobre de la población mundial. La desigualdad amenaza la
sustentabilidad económica y social del actual paradigma de desarrollo
y sus costos amenazan el bienestar, la inversión y la innovación.

 Disminución de la confianza en la democracia. Una cultura basada en


privilegios transforma las diferencias en desigualdades. Estas
tensiones sociales, combinadas con la incertidumbre han debilitado
la confianza pública en las instituciones democráticas.

 Crisis del multilateralismo. Los largos y persistentes desequilibrios de


cuenta corriente, junto a los cambios de localización de empresas y el
empeoramiento de las condiciones laborales, han llevado a un
resurgimiento del proteccionismo en muchos países. Esto, combinado
con ineficientes negociaciones comerciales, han debilitado el sistema
multilateral internacional.

 Desigual impacto de la disrupción tecnológica. Más del 40% de la


humanidad todavía está desconectada, no participa, ni tiene voz en la
nueva economía digital. Así como las nuevas tecnologías redefinen los
productos y los mercados laborales, la desigual distribución y el
consumo de esas tecnologías, afectan el crecimiento y crean nuevas
desigualdades.

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