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Blue réquiem

Un bar irlandés sucio, decadente, mal iluminado; tal Cuando llegan descubren que es una emboscada. El gordo
y como un bar irlandés debería ser. Agentes de policía en es- cabrón y sus secuaces les desarman y acompañan a una
tado de embriaguez, cantando canciones tristes de compañe- sala donde hay varios narcotraficantes muertos. «Bueno,
ros caídos y vomitando. La barra llena de pintas, la diana de chicos. Os informo de que vosotros habéis matado a esos
dardos y el suelo de orina. Al fondo un reservado; un grupo narcotraficantes y robado el dinero y la droga que iban a
de jóvenes policías, solemnes y vestidos de negro. Caras largas vender. Nosotros os descubrimos y os tenemos que matar.
y apesadumbradas. Vuelven del entierro de la capitana de la Cosas que pasan».
comisaría del distrito 22 de Baltimore, Dawn Simon. Era dura
pero justa, honorable pero flexible y, sobre todo, mentora de Los nuevos consiguen escapar, llevándose a algu-
los policías que se encuentran en el reservado. no por delante, pero ahora están buscados por la ley y en
las noticias les llaman asesinos.
Estos jóvenes, uno tras otro, cuentan anécdotas
sobre cómo la capitana Simon les volvió mejores profesio- Una semana antes
nales. Un sermón a tiempo, una palabra de ánimo o una Al otro lado de la ciudad, la capitana Dawn Simon
conversación honesta; cada uno tiene un motivo diferente ha quedado con los nuevos policías en un discreto bar. Pa-
para respetar a su capitana muerta y, cuando lo cuenta, rece preocupada y nerviosa. Les explica que ha entregado
se bebe el resto de su pinta y deja la jarra vacía en mitad toda la documentación sobre gordo cabrón a asuntos in-
de la mesa. Cuando el último ha terminado, se acerca un ternos hace un mes y que, al parecer, alguien ha «extra-
policía gordo y sudoroso. Todos saben quién es: Patrick viado» el paquete. Luego les explica que en el sótano de ese
Highsmith, popularmente conocido en la comisaría como bar hay un arcón. Nadie les pedirá explicaciones si bajan y
el gordo cabrón. Está muy borracho, pero eso no le impide lo abren. Después les da la última lección.
darle una charla a «los nuevos». Les habla del respeto entre
iguales y de cómo todos deben ser una piña en momentos «He probado a hablar. He probado a predicar. He
como este, de cómo funciona la policía y de cómo quien no probado las amenazas y he probado todas las vías que me
lo sepa... bueno, quien no lo sepa está muerto. ha dado la ley. Lo que estoy a punto de pediros es difícil.
Mucho. No venguéis mi muerte. No dejéis que mis asesi-
Tres meses antes nos os quiten la humanidad. No matéis».
Primer día. Los nuevos, recién salidos de la academia,
acaban de llegar a la comisaría y les han asignado un compa- «En ese arcón hay pasa-
ñero. Uno tiene al gordo cabrón y el resto a sus esbirros; agentes portes falsos, ganzúas, pistolas
de policía de baja moral, violentos, borrachos y sádicos. Como y algunos artilugios espía.
es el día de San Patricio, patrullan en grupos (todos los nuevos Lo que hagáis con ellos es
con sus compañeros), esperando altercados y mucha bulla. En cosa vuestra. Además, el
cambio se encuentran con miedo en los ojos de los habitantes. sótano tiene unas camas
por si necesitáis un es-
Uno de los policías nuevos captura a un ladrón que acaba condrijo. Suerte».
de robar y contempla cómo sus compañeros le meten una paliza
y encima no le detienen («demasiado papeleo», se excusan). Otro El final
intenta arrestar a un joven que va a conducir borracho, pero su Cada historia
compañero le para y extorsiona para evitar que lo aprese. Cuando es diferente y cada fi-
el tercero de los nuevos descubre un vendedor de drogas, su com- nal también. Es-
pañero le dice que ese no, que ese «es de los nuestros». A cada paso cribe tú el tuyo...
está ahí el gordo cabrón para observar a los nuevos y ver cómo
reaccionan a estos episodios. Si parecen dolidos, les habla de un
conocido suyo que testificó contra un policía con años en el servi-
cio y que luego apareció ahorcado en su casa.

Al finalizar el primer día, la capitana les da una charla


sobre la corrupción policial y todas las formas en las que puede
aparecer. Después, y pidiendo la más estricta confidencialidad, ex-
plica a los nuevos que está montando un caso contra un grupo de
policías en su comisaría que «creen que tienen la ley de su lado».

El día después del entierro


Todos los nuevos, con sus compañeros, acuden a
un aviso de un tiroteo en un barrio marginal de Baltimore.

Escrito por Álvaro Loman, editado por Jesús “Rolero” y Efrén Álvarez Salvado, maquetado por José Francisco Riera e ilustrado por David
Sánchez. Esta obra está distribuida por Rolero bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

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