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Guía de trabajo Seminario Salud de Poblaciones

Objetivos:

Comprender, discutir y criticar los enfoques sobre Salud de Poblaciones en el contexto actual de la
Salud.

Desarrollo|

Con base en la bibliografía anexa responda lo siguiente:

(Realice un ensayo escrito con un mínimo de cinco (5) páginas donde presente las teoría, discusiones
y contradicciones a cerca de Salud de Poblaciones con respecto a las siguientes temáticas.

Prepare presentación para exponer, sustentar y discutir su visión sobre Salud de Poblaciones.

1. Evolución histórica de la salud y los enfoque de intervención en salud


2. Relación entre modelos económicos y salud de poblaciones.
3. Neoliberalismo y la salud de poblaciones.
4. Definición de Salud de poblaciones, objetivos y áreas de actuación en la salud.
5. Los determinantes de la salud de poblaciones.
6. Equidad e inequidad en salud
7. Modelos o enfoques investigativos en salud de poblaciones.
8. Relaciones entre temática del proyecto de investigación y salud de poblaciones

Revisión opcional siguientes videos promocionales salud de poblaciones.

https://youtu.be/hoV-At62JOo

https://www.youtube.com/watch?v=SXcSjTcrskM

https://www.youtube.com/watch?v=qi6s8PpVS5A

https://www.youtube.com/watch?v=ha3i7Pb15wM

Bibliografía anexa en el envío.


Introducción
La salud pública se constituye poco a poco en una transdisciplina autónoma, en el
sentido de un conjunto de proposiciones articuladas dentro de un cuerpo teórico y
sujetas a verificación empírica y confrontación política, más allá de lo que han
venido planteando prestantes estudiosos de este saber, quienes la han dejado
reducida a un campo del conocimiento y a un ámbito para la acción. Es válido
reconocer que la salud pública ofrece un espacio para la confluencia de múltiples
disciplinas, que buscan la convergencia interdisciplinaria. El método de la salud
pública debe partir de enfoques integradores y estructurales de las ciencias, la
filosofía y la política que garanticen a la acción humana la consecución de una
verdadera transformación social, en la permanente búsqueda del bienestar, la
democracia y el desarrollo humano sustentable. Implica, por lo tanto, una
comprensión profunda de las teorías en salud pública, innovar la respuesta social
de esta área académica y dotar de poder a la praxis sanitaria, colocándolas más
allá de la frontera del conocimiento de las disciplinas aisladas y del desarrollo de los
sistemas de salud. Adicionalmente, el método de la salud pública debe contribuir a
la generación de habilidades políticas para la reconstrucción de la salud pública y
propiciar espacios éticos incuestionables para la participación ciudadana. La
investigación constituye el eje fundamental sobre el cual debe girar el desarrollo de
la salud pública, pero no puede ser solo eso. Debe superar los estudios descriptivos
y basados en la indagación de rutinas o la búsqueda de información empírica para
la acción inmediata o para dar cuenta de datos; debe ante todo enfocarse en la
generación de conocimientos e inteligencia en salud pública, requiriendo de
hipótesis fuertes y preguntas profundas, con capacidad explicativa e interpretativa
de la realidad, única forma de avanzar en la ciencia y en la práctica transformadora.
Este trabajo hace énfasis en estas dos cuestiones fundamentales, propiciando una
exploración permanente en el campo de la salud pública y de las disciplinas conexas
acerca de métodos, teorías, modelos y enfoques que nos permitan llegar a una
visión auténtica de la producción intelectual en salud pública. El propósito es
analizar algunas teorías y modelos que, históricamente, hayan surgido como
expresiones y construcciones propias de la salud pública, que hayan contribuido a
perfilar un núcleo académico disciplinar. Ayudará a esta tarea el recorrido por
disímiles enfoques de la sociedad y la salud, en los dos últimos siglos, los cuales
desde la perspectiva metodológica e ideológica han afectado la práctica sanitaria.

Evolución histórica de la salud y los enfoques de intervención en salud


Según algunos autores, se entienden los modelos como representaciones de la
realidad mediante aspectos o elementos esenciales. También, se entiende la teoría
como la sistematización de un determinado conocimiento, organizado de tal manera
que pueda replicarse en otras circunstancias o sobre objetos similares. Las teorías
tratan de representar la realidad, pero sin la solidez y el dominio de una época de
pensamiento, como suele suceder con los paradigmas. De ahí que sea importante
diferenciar concepciones de modelos, teorías y paradigmas. Así, las teorías, echan
mano de diversos objetos, técnicas y pronósticos de la realidad o interpretaciones
de la misma; también de concepciones de la práctica acompañadas de sus formas
de instrumentación. Esta diversidad conceptual depende de distintas ideologías y
de las relaciones que los individuos establecen con la realidad: diferencias que se
evidencian en la praxis y en los marcos epistémicos.
Las teorías buscan soluciones a problemas propios de una disciplina y de su objeto
de conocimiento; como tal, en salud pública deben enfocar los problemas
relacionados con la vida, la salud y la manera de enfermar y de morir de las
poblaciones. Una teoría en salud pública debe dar cuenta de la salud de la
población, pero no solamente la de los individuos en particular, o de las meras
relaciones interpersonales, o de grupos aislados, o de las relaciones del proceso de
atención médico-paciente (como pudieron ser las teorías de Ilich en los años
sesentas); debe, ante todo, referirse al resultado colectivo de las intervenciones
sanitarias. Algunas de ellas son más del ámbito de la medicina, que trata sobre el
individuo y la enfermedad; o de la sicología, basada en formas de comunicación o
en enfoques cognitivos. Más concretamente, la salud pública debe enfocar lo
“público de la salud”, que no significa ni un conjunto de servicios en particular, ni
una forma de propiedad, ni la consideración de los problemas más frecuentes en
salud, ni un componente gubernamental, sino “un nivel de análisis, a saber, el nivel
poblacional”. De aquí se desprende que las teorías en salud pública no podrán ser
meras respuestas con métodos y objetos de una disciplina de apoyo, en particular.
Deben propender por la construcción del objeto de conocimiento. No obstante, las
teorías en salud pública engloban objetos complejos y utilizan concepciones
holísticas de la salud poblacional, subsumiendo otra serie de teorías o modelos
particulares, individuales o grupales o de disciplinas aisladas que participan en el
campo de la salud pública.
Otros autores de renombre en salud pública al hacer aproximaciones desde la
concepción de Kuhn sobre paradigmas, resaltan el papel de la estructura sanitaria
de la ciencia, los modelos y ejemplos compartidos en una comunidad científica y las
creencias, valores y compromisos de esa comunidad. Es decir que, además de
razonamientos teóricos, tienen en cuenta otro tipo de aspectos, como los modelos
prácticos. Esos paradigmas y teorías en salud pública están articulados a la práctica
política y social en consonancia con los modos de vida de una comunidad dada.
Así, Breilh incluye en el modelo que propone la dimensión ontológica (una forma de
recorte del objeto salud y su interpretación), la dimensión epistemológica (formas
de relación sujeto-objeto y su cosmovisión) y la dimensión praxiológica (una
concepción de la práctica y el posicionamiento frente a la estructura de poder),
dimensión novedosa pero cercana al concepto de Foucault sobre el poder y la salud.
En consecuencia, para Breilh, los temas en salud pública deben referirse a una
teoría de la necesidad, los derechos humanos relacionados, las formas de
interpretar la calidad de vida y sus determinantes, los preceptos y los mecanismos
de la seguridad humana, cuestiones étnicas, raciales, de género y sociales de
inequidad y poder.
En resumen, la salud pública es un área de controversia, tanto desde la perspectiva
ideológica como metodológica y desde su concepción epistemológica relacionada
con la praxis (ético–política), de ahí que sea necesario hablar más detenidamente
de las contradicciones entre los enfoques, las teorías y los modelos condicionados
por la perspectiva ideológica.

Relación entre modelos económicos y salud de poblaciones


El incremento en el gasto de salud, que ha superado incluso los aumentos del
producto interno bruto (PIB), generado por diversas condiciones, como aumento de
la esperanza de vida, disminución de la natalidad, incremento de las patologías,
incremento de la demanda de servicios de salud, aumento de población para
coberturas, entre otros, ha despertado el interés de los tomadores de decisiones en
salud de realizar aplicaciones para la distribución y asignación de recursos que
logren satisfacer las necesidades de salud de la población. En este sentido, la
economía de la salud ha permitido evaluar sobre criterios de eficiencia la inversión
en medicamentos, procedimientos y tecnologías, para maximizar el estado de salud
de las poblaciones en el sentido más óptimo para la sociedad, por medio de la
evaluación económica en salud.
La necesidad de asignar eficientemente los recursos en salud lleva a la búsqueda
de herramientas confiables para que los tomadores de decisiones realicen análisis
en condiciones de incertidumbre. Normalmente, se confiaría en los datos que
arrojan ensayos clínicos enmarcados bajo criterios de eficacia clínica. Sin embargo,
es necesario contar tanto con evidencia clínica como económica para evaluar la
incorporación de innovaciones en salud en condiciones reales, que permitan
analizar su efectividad. Dada la complejidad y particularidad de la realidad, aparecen
los modelos de evaluación económica de la salud, basados en descripciones
explícitas y transparentes de la efectividad clínica y del consumo de los recursos de
las alternativas que se están evaluando.
Desde una mirada social, la salud constituye uno de los atributos indisolubles de la
población, y en tal caso, su tratamiento para el estudio del desarrollo económico
desde un enfoque demográfico, correría igual suerte. Desde la perspectiva de la
Economía, el tratamiento de la cuestión demográfica puede ser algo diferente.
Respecto a la primera, sin despreciar los enfoques ya mencionados, es posible
formular modelos económicos en los cuales, la población se comportaría como una
variable “dependiente o endógena”, y el sistema económico o la producción serían
las “variables independientes o exógenas”. No se trata de modelos de crecimiento,
ni de política económica, destinados a realizar proyecciones cuantitativas, sino de
modelos descriptivos, de tipo fenomenológicos, que pretenden explicar el
funcionamiento del sistema económico, construyendo determinadas teorías.
Dentro de esta visión, la salud jugaría como una “variable dependiente”, cuyo
comportamiento está determinado por el desenvolvimiento del sistema económico.
De esta manera, la explicación de las transformaciones en los modelos de salud se
encontraría en el proceso de desarrollo económico.
La Economía de la Salud, es una disciplina tendiente a aplicar la Economía al
estudio de los problemas sanitarios, y ofrecer las bases para la formulación de las
políticas públicas pertinentes. Existen dos enfoques muy diferenciados: a) El
enfoque sistémico, de tipo estructural y macroeconómico, y b) el enfoque
neoclásico, de tipo microeconómico y analítico.
La globalización de la economía vino a imponer la filosofía de la “economía de la
salud” con el cual se prioriza el problema de la asignación eficiente de los recursos
al sector sanitario, unido a la idea que la salud es una inversión capaz de contribuir
al mejoramiento de la productividad del trabajo, al mayor crecimiento de la
economía, y al pago de la deuda externa.

Neoliberalismo y la salud de poblaciones.


El neoliberalismo plantea nuevamente el libre comercio, la libertad en el mercado
de capitales, la libre absorción y ubicación de las empresas nacionales y
transnacionales, la concentración del mercado financiero, y el derecho a determinar
la dirección hacia la que se deben mover las economías menores en un proceso de
globalización como nunca lo habrían imaginado los ideólogos del liberalismo.
En este orden de ideas cabe la pregunta: ¿Qué tiene de liberal el neoliberalismo?
Varias tendencias que se pueden presentar como pruebas apuntan a respuestas
negativas. Es posible afirmar que en el nivel general existe una pérdida de la
autonomía. Los países, y muy especialmente los tercermundistas, supeditan sus
procesos de desarrollo a las directrices de la banca mundial, las transnacionales y
los grupos financieros que manejan realmente el poder. En el proceso de
globalización de la economía los ricos son cada vez más ricos y los pobres además
de ser más pobres son más numerosos (de los 484 millones de habitantes en
Latinoamérica y el Caribe se calcula que 217 millones, o sea 45% de la población,
es pobre).
Paralelamente a estos movimientos neolibrales y neocapitalistas aparece en el
escenario, a finales de la década de 1970 la decantación de los acercamientos en
salud que por años se venían practicando en muchos países. «La Declaración de
Alma-Ata, 1978 Salud para Todos,» proclamaba la salud como «derecho humano
fundamental,» reconoce la grave desigualdad en el estado de salud de la población
y la brecha existente entre la salud de las poblaciones de los países desarrollados
y los subdesarrollados, apela al desarrollo económico y social en el nuevo orden
económico y social, establece el derecho del pueblo y el deber de participar
individual y colectivamente en los procesos de prestación de servicios de salud,
proclama la importante necesidad de alcanzar la salud para todos los pueblos hacia
el año 2000, y define la estrategia de la atención primaria como el mecanismo para
llegar a la gente con servicios de salud.
La Conferencia de Alma-Ata define la atención primaria como la «asistencia
sanitaria esencial basada en métodos y tecnología prácticos, científicamente
fundados y socialmente aceptables, puesta al alcance de todos los individuos y
familias de la comunidad mediante su plena participación y a un costo que la
comunidad y el país puedan soportar en todas y cada una de las etapas de su
desarrollo con un espíritu de autorresponsabilidad. La atención primaria forma parte
integrante tanto del sistema nacional de salud, del que constituye la función central
y núcleo principal, como del desarrollo social y económico global de la comunidad.
Representa el primer nivel de contacto de los individuos, la familia y la comunidad
con el sistema nacional de salud, y lleva lo más cerca posible la atención de salud
al lugar donde residen y trabajan las personas, y constituye el primer elemento de
un proceso permanente de asistencia sanitaria.
Ante estas circunstancias posiblemente irreversibles en el futuro inmediato, los
intentos de revertir los cambios en las políticas económicas que se basan en el
neocapitalismo y legitimizadas por la ideología neoliberal, podrían generar un
empeoramiento en el nivel de vida de las poblaciones latinoamericanas. Los
cambios y ajustes económicos han producido una nueva acomodación del orden de
las naciones, de los hombres y de la sociedad. Los intereses económicos se han
constituido en el centro fundamental que regula la acción social. La globalización
capitalista exige un nuevo paradigma que responda a la privatización de la salud, la
reducción del poder del Estado, la descentralización, la libre oferta y demanda. Es
posible que el camino más adecuado sea reafirmar la salud como derecho social y
exigir la responsabilidad del Estado en una nueva salud pública con base en una
economía solidaria. Las empresas solidarias deben ser eficientes, costo-efectivas y
responder a las necesidades de la gente. La salud como empresa social se debe
organizar y acomodar al discurso neoliberal y tomar prestados los conceptos,
métodos y tecnologías que se han probado exitosamente en las empresas privadas.
Hay que reconocer que esta economía solidaria no se fundamenta en los derechos
sociales o constitucionales. Continúa basándose en la producción de beneficios
cuyo fin principal es la ampliación de los mercados dentro del encuadre aparente de
la solidaridad. El peligro en este nuevo paradigma resulta de la discriminación que
establecen las mismas empresas solidarias en su estructura de mercado al ofrecer
paquetes diferenciales a sus asociados de tal manera que unos puedan tener
acceso a mejores servicios de acuerdo con su capacidad de pago. Así, han surgido
las tarjetas de servicios dorados, amarillos y servicios normales en nombre del
cooperativismo que se fundamenta en los principios de la solidaridad. Es
prácticamente imposible pretender hacer salud pública con empresas sociales del
Estado cuyo subsidio del Gobierno llega únicamente vía la demanda. El desmonte
del subsidio hacia la oferta pone en peligro la solidaridad y la justicia social. Debe
buscarse un paradigma de equilibrio en el cual se garantice un mínimo óptimo de
servicios para responder por la promoción de la salud, la prevención de las
enfermedades y un adecuado tratamiento y rehabilitación para las poblaciones
mayoritarias de pobres y de quienes se encuentran en el plano de la miseria

Definición de Salud de poblaciones, objetivos y áreas de actuación en la salud.


El concepto de salud ha cambiado significativamente a lo largo del tiempo. La
conceptualización de la OMS en la primera mitad de siglo XX entendía la salud
“como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo como la
ausencia de afecciones o enfermedades”, lo que permite comprender la salud no
solamente desde los equilibrios biológicos, sino como un sistema de valores, como
noción que la gente usa para interpretar sus relaciones con el orden social. Estos
conceptos han evolucionado y hoy se entiende la salud como un recurso para la
vida y no el objetivo de la vida, en el cual, estar sano es “la capacidad (...) para
mantener un estado de equilibrio apropiado a la edad y a las necesidades sociales”.
Conocer el estado de salud de los individuos es estudiar los diferentes
determinantes relacionados con la biología de la persona, con el medio ambiente,
con el sistema de salud que le atiende y con los estilos de vida que caracterizan su
comunidad y, por consiguiente, con su cultura, de acuerdo con Dever (citado por
Mariano, H; Ramos, M. y Fernández. A.)

Los determinantes de la salud de poblaciones.


Los determinantes son un “conjunto de factores personales, sociales, económicos
y ambientales que determinan el estado de salud de los individuos o poblaciones”
(OMS, 1998). Comprenden los comportamientos y los estilos de vida saludables,
los ingresos y la posición social, la educación, el trabajo y las condiciones laborales,
el acceso a servicios sanitarios adecuados y los entornos físicos. Combinados todos
ellos, crean distintas condiciones de vida que ejercen un claro impacto sobre la
salud. Los cambios en estos estilos de vida y condiciones de vida, que determinan
el estado de salud, son considerados como resultados intermedios de salud.
Son factores que influyen y modelan la salud de los individuos y las comunidades
(Public Healthy Agency of Canada). El Informe Lalonde estableció en 1974 un marco
conceptual para los factores clave que parecían determinar el estado de salud: estilo
de vida, ambiente, biología humana y servicios de salud. Desde entonces, este
marco básico se ha reforzado y expandido (Lalonde, 1974). En particular, hay
creciente evidencia de que la contribución de la Medicina y la atención de la salud
es bastante limitada, y que aumentar el gasto en atención no resultará en mejoras
significativas en la salud de la población. Por otro lado, hay fuertes indicios de que
otros factores como las condiciones de vida y de trabajo son crucialmente
importantes para una población saludable.

Equidad e inequidad en salud


Se entiende por inequidades en salud las desigualdades evitables en materia de
salud entre grupos de población de un mismo país, o entre países. Esas
inequidades son el resultado de desigualdades en el seno de las sociedades y entre
sociedades. Las condiciones sociales y económicas, y sus efectos en la vida de la
población, determinan el riesgo de enfermar y las medidas que se adoptan para
evitar que la población enferme, o para tratarla.
Siendo la salud un gran desafío para los pueblos, por la complejidad y resistencia
que todo cambio relevante genera, se deben considerar los conceptos en que se
fundamenta: equidad, acceso, oportunidad, calidad. Bases que pretenden una salud
al alcance de todos, objetivo esencial para una mejor calidad de vida.
Desde nuestra infancia y hasta hoy, la noción prevalente era que todas las personas
son iguales, de tal manera que las diversidades sólo eran incorporadas en segunda
instancia.
La definición de inequidad en salud más divulgada y sintética es la propuesta por
Margaret Whitehead (1991), quien la conceptualiza como las diferencias en salud
innecesarias y evitables, pero, además, consideradas injustas.
La equidad consiste en dar a cada uno lo que le corresponde por sus méritos o
condiciones y supone no favorecer en el trato a uno perjudicando a otro (López
Pardo, C., 2007 )
Se identifican siete posibles determinantes de las desigualdades en salud
(Whitehead, 1991):
 Variaciones biológicas naturales.
 Conductas que dañan la salud elegidas libremente, tales como participación
en ciertos deportes y pasatiempos.
 Las ventajas transitorias en salud de un grupo respecto a otro cuando ese
grupo adopta primeramente una conducta promotora de salud (en tanto otros
grupos tengan los medios para alcanzarlo relativamente rápido).
 Conductas dañinas a la salud en la cual el grado de elección de los estilos
de vida está severamente restringido.
 Exposición a condiciones de vida y de trabajo insalubres y estresantes.
 Acceso inadecuado o insuficiente en calidad y cantidad a servicios
esenciales de salud y otros servicios básicos.
 Selección natural o movilidad social relacionada con la salud que tiende a
que las personas enfermas desciendan en la escala social.
El análisis de la equidad en salud es complejo y en muchas ocasiones la
discriminación se refleja en aquellos que no lograr la calidad de asistencia y de
prestaciones debido a su condición.

Modelos o enfoques investigativos en salud de poblaciones.


La salud, inevitablemente referida al ámbito colectivo-público-social, ha pasado
históricamente por sucesivos movimientos de recomposición de las prácticas
sanitarias derivadas de las distintas articulaciones entre sociedad y Estado, las que
definen en cada coyuntura las respuestas sociales a las necesidades y a los
problemas de salud. En los orígenes de estos movimientos se encuentran varios
referentes históricos que han sido ampliamente revisados desde diversas
perspectivas. La configuración de la trama sociohistórica de la salud y en especial
de los sistemas de salud, ha derivado en la definición ampliamente aceptada de que
los sistemas de salud son esencialmente sistemas sociales.
El movimiento que más aportó a la concepción social de la salud desde sus inicios
a finales del siglo XVIII hasta la actualidad es el denominado Medicina Social, o
también conocido como Ciencias Sociales aplicadas a la Salud o Ciencias Sociales
de la Salud. Las ideas y conceptos de este pensamiento se basan en: a) vincular el
proceso salud-enfermedad y los servicios de salud con los aspectos sociales,
políticos y culturales y b) el papel activo del Estado en la solución de los problemas
de salud.
La dimensión poblacional de las explicaciones e intervenciones en salud distingue
a las acciones de salud pública y las diferencia de las acciones médicas y
biomédicas realizadas a nivel individual. Desde esta perspectiva, la salud pública
como espacio de saberes, reconoce la multiplicidad de disciplinas científicas-
técnicas que la integran y como ámbito para la acción, opera en el espacio donde
los actores sociales se organizan para hacer frente a la enfermedad y sus
consecuencias a escala poblacional.
Las premisas de este enfoque de salud de la población plantea: a) que la salud está
determinada por las interacciones complejas entre las características individuales,
los factores sociales y económicos y los entornos físicos; b) la salud de una
población está enteramente relacionada con la distribución de la riqueza en la
población; c) las estrategias para mejorar la salud de la población deben abordar un
amplio rango de factores quede terminan la salud; d) que es posible lograr
ganancias de salud importantes concentrando las intervenciones en la salud de toda
la población (o subpoblaciones significativas) en lugar de los individuos; y e) mejorar
la salud es una responsabilidad compartida que requiere desarrollo de políticas
públicas saludables fuera del sistema tradicional de salud.

Relaciones entre temática del proyecto de investigación y salud de


poblaciones
Antes que nada, será necesario evaluar la importancia real del problema de la
toxoplasmosis en el Huila. En realidad, no sabemos exactamente cuántas madres
embarazadas se infectan cada año y cuál será su evolución a largo plazo, es decir
qué consecuencias tiene la toxoplasmosis en la vida social y profesional de los niños
infectados. De otra parte, nosotros no tenemos pruebas conclusivas de la eficacia
de las pruebas diagnósticas y de los tratamientos que son dados de manera
sistemática. La mayor parte de los autores están de acuerdo en reconocer que
desde la iniciación del programa el número de niños afectados severamente al
nacimiento ha disminuido. Pero no existe actualmente ningún dato sobre el beneficio
exacto de las medidas que se toman, en particular de su capacidad de reducir en el
largo plazo, la invalidez provocada por la toxoplasmosis.

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