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Lirio

Las colinas se desgajan en tu mirada


aspiras el viento del oeste
y en tus alientos un ángel suspira
por cuan celestial ritmo cantan
los vientos que te componen.

Enseñas a volar a los ruiseñores


encanto y sueño de cristal
se funden cuando bailas
alegremente en los interiores
del fuego divino y perpetuo
que te brinda el sol con
sus rayos sempiternos.

Se deshacen mis anhelos


porque tu imagen invoca
los eternos lazos entre
la tierra y el espacio,
empequeñeces la distancia
entre cada estrella
de las nebulosas el brillo
tomas para reflejar
la desigual hermosura
de tus destellos muchos.

Si del cielo en tu guardia hiciera


un castillo de cristal, sus paredes
serían tan finas como el hermoso
trazo con el que haces una sonrisa
en mi rostro.

Abismos cubres cuando sonríes


porque ni la más opaca oscuridad
se resiste a desvanecer cuando
entre tu boca y la realidad se forma
un impacto que atrae
las fantasías nítidas del cielo
a este plano.
Un atardecer se ata a tu cabello
la luna se une a tu piel
y despinta la plata del cielo
para darte por un momento
una pincelada de clamor.

En tus pasos flores


y con la mañana una plegaria
para que no te desvanezcas
con el rocío… para que no
te eleves con la niebla
a donde perteneces.

Enfrasco un poco de tu esencia


de su chispa hago letras
y de letras odas para
no morirme.

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