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(Fischer), Que la cualidad de orden soberana reconocida en muchas ovaciones por la

Santa sede consiste en el goce de ciertas prerrogativas de derecho internacional que la


orden posee. Esas prerrogativas, que son propias de la soberanía en virtud de los
principios de derecho internacional y que, inspiradas en el ejemplo de la Santa sede,
han sido reconocidas por un cierto número de Estados, no constituyen, para la orden,
el conjunto de poderes y prerrogativas que son propias de las entidades soberanas en
el pleno sentido de la palabra.

Las dos cualidades de orden soberana y de orden religiosa están estrechamente


ligadas entre ellas. La ciudad de orden soberana de la institución es funcional, es decir
destinada a asegurar que la orden alcance sus fines y se desarrolle a través del
mundo.

Las cuestiones relativas a la cualidad de orden soberana son tratadas por la Secretaría
de Estado de su santidad.

Como señala de Fischer, el empleo del término «soberana» carece aquí de una
connotación territorial y más bien, subraya la calidad de independencia de la orden
respecto de otros sujetos de derecho internacional, incluido la Iglesia católica.

(Barberis), En lo que concierne al Gobierno de Italia, tanto en el reino como la


República han constatado en numerosas ocasiones la personalidad internacional de la
orden de Malta. Tal es el caso de la sentencia de la corte de casación de Roma que,
que el 13 de marzo de 1935, reconoció que los fines de la orden transcurrían las
fronteras de los Estados, que esta no estaba vinculada por la nacionalidad de sus
miembros y que poseía una limitada capacidad internacional adecuada al cumplimiento
de sus funciones. Por lo demás, la actividad posterior del Gobierno Italiano no ha hecho
sino confirmar esta posición respecto de la personalidad internacional de la Orden de
Malta.

Finalmente el cambio de notas diplomáticas entre la República de Italia y la orden de 11


de enero de 1960 determina de una manera definitiva las relaciones entre ambas
partes. La nota Italiana confirma las diferentes prerrogativas que tanto la República
como el reino de Italia han acordado a la orden desde 1861. Ella reconoce la
personalidad de derecho internacional público de esta y recuerda que este Gobierno
Italiano acuerda la extraterritorialidad a las dos órdenes de Roma (vía condotti y vía
aventino). Este texto precisa finalmente a la República italiana asimila sobre su
territorio la posición de la Orden a la de un Estado extranjero y tiene relaciones
diplomáticas con ella. Ella [la República italiana] acuerdo al Gran Maestre las
prerrogativas de un jefe de Estado.

Cabe resaltar también en la orden de Malta posee numerosos vínculos con la


organización de las naciones unidas, tales como la calidad de observador conferida a la
Orden ante organismos u agencias especializadas de la ONU, cono el alto comisionado
de las Naciones Unidas para la Educación, la ciencia y la cultura - UNESCO- y la
organización Mundial de la Salud - OMS- igualmente, la Orden a participado en
conferencias internacionales convocadas por las Naciones Unidas. Así mismo la Orden
es miembro del Comité internacional de Medicina y Farmacia Militares - organización
intergubernamental con sede en Lieja (Bégica)- participa también el Instituto
Internacional de derecho Humanitario, en el Consejo de Europa y en el Comité
intergubernamental para la migración Europa - CIME- ,así como en la organización de
Estados centroamericanos.

La Orden de Malta se rige por las disposiciones de su carta constitucional de 1961, su


código de 1966, y por las disposiciones del derecho Canónico que le son aplicables. El
jefe Supremo de la orden es Gran Maestre, elegido u asistido por un Consejo de
caballeros; el Gran Maestre una vez elegido asistido por un Consejo de Caballeros; el
Gran Maestre una vez elegido requiere la aprobación pontificia para entrar en
funciones. En caso de impedimento permanente, renuncia o muerte de Gran Maestre,
lo constituye internamente un bailío en calidad de lugarteniente. El capítulo General
actúa como poder legislativo de la Orden. El Gran Maestre nombra a los magistrados
de primera instancia y de los tribunales de apelación de la Orden - que se ocupan de
las cuestiones propias de la Orden que no Sean de Derecho canónico- la corte de
casación del Estado de la ciudad del Vaticano puede actuar como última instancia.

La Orden organiza a sus miembros en el mundo a través de Grandes Prioratos - Roma,


Lombardos Venecia, Nápoles -Sicilia, Australia y Bhemia- , sub prioratos - Alemania,
Irlanda y gran Bretaña - y asaciones Nacionales de la Orden, las que existen más de
una treintena. Así mismo, la Orden ejercen un derecho de legación activó, pues tiene
acreditadas embajadas ante más de cuarenta Estados, entre ellos el Perú. De igual
modo, existen numerosas misiones diplomáticas acreditadas ante la Orden. Por otro
lado, la Orden a concertado varios tratados con Estados para llevar adelante a su obra
de asistencia humanitaria - Camerún y Somalia en 1961, Gabón en 1962- para el
establecimiento de un Museo de la Orden en la Isla de Rodas - tratado con Grecia en
1959-, y para el conocimiento de sus sellos postales.

Lo anteriormente expuesto es evidencia de que la Orden de Malta, en tanto destinataria


de derechos y obligaciones internacionales, es un sujeto de derecho internacional
público.

El Comité Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (CICR)

(Theodore Maunoir), El panorama de dolor y desilusión que el término de la batalla de


Solferino 24 de junio de 1859 hubo de contemplar el banquero ginebrino Henry Dunant,
lo llevo a narrar esa sobrecogedora experiencia en su opúsculo «un recuerdo de
Solferino» (un souvenir de soltería) . El efecto de esta obra se hizo sentir en Gustave
Moynier, a la sazón presidente de la sociedad de utilidad pública de Ginebra. Esta
institución filantrópica acogió la iniciativa de Dunant para la creación de un cuerpo de
voluntarios con el fin de socorrer a los militares heridos en tiempo de guerra, y decidió
el nombramiento de una Comisión integrada por los propios Dunant y Moynier. De esta
Comisión también fueron parte el general Henri Dufour, Louis Appia y Theodore
Maunoir. Esta comisión fue encargada de elaborar un proyecto para crear cuerpos de
enfermeros voluntarios en los ejércitos en campaña. Dicho proyecto debía ser
presentado en Berlín, en 1863, en un Congreso de beneficencia. La comisión decidió,
además asumir el encargo, constituirse “en un comité permanente dedica a socorrer a
los heridos de guerra y toima el nombre de comité internacional et permanent de la
secours aux militares blesses en temps de guerra”.

(Rodríguez), Al frustrarse la conferencia berlinesa, el comité decidió convocar a una


reunión en Ginebra a la que asistieron diversas personalidades, organizaciones
privadas y algunos estados. En dicha reunión se aprobó una resolución de 10 artículos.
De dicha Resolución puede decidirse que abrió el surco de lo que poco más tarde sería
el derecho internacional Humanitario. Entre otras disposiciones, el personal de socorro
debía portar como signo definitivo un brazal con una cruz roja sobre fondo blanco,
signo que al poco tiempo se convertiría en símbolo no solo en la incipiente
Organización. Sino del mismo derecho internacional Humanitario que entonces tomaba
carta de ciudadanía en el derecho internacional.

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