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Arq. Moderna en Latinoamerica
Arq. Moderna en Latinoamerica
(1950 – 1965)
La arquitectura moderna se introduce en América Latina como una reacción
estética de la liberación social. Es después de las revoluciones y periodos de
independencia que la ideología comienza a cambiar y los horizontes a abrirse
de manera abrupta. Se consideran epicentros de la nueva arquitectura
latinoamericana a México, Argentina y Brasil. Europa ha influido en los
movimientos culturales y artísticos desde hace muchos
siglos. Representaba la modernidad y en tiempos de libertad y cambio, la gente
en América Latina quería ser partícipe de ello, querían ser modernos, encarar el
desarrollo y buscar expresiones culturales que representaran su empeño por ser
libres.
Características.
- Obras precisas y rigurosas.
- Preponderancia de la economía de medios y la funcionalidad.
- Aplicación de la arquitectura tropical
- Uso de elementos como corta soles, patios internos, persianas y
grandes aleros.
- La arquitectura es el reflejo de la actualidad política, económica
y social.
Su última obra fue la Torre Digital TV de Brasilia, es una torre que transmite señal
de televisión digital a todo el Distrito Federal y alrededores. Fue planeada para
abrir al público el 21 de abril del 2010 para celebrar el 50 aniversario de Brasilia,
pero se inauguró dos años más tarde, en el 2012, año en que murió Niemeyer.
Las obras están realizadas en hormigón crudo. Esta arquitectura tiene como
características principales tener una apariencia áspera y con la estructura a la
vista, muchas obras dejaban el hormigón expuesto con la textura de las
formaletas de madera que se utilizaron para su fabricación, también se ha
utilizado en el brutalismo el ladrillo, cristal, acero y piedra sin pulir y los volúmenes
son geométricos y repetitivos.
A pesar de esto, Testa reflexiona sobre la escala humana y la relación del ser y
la arquitectura. En los últimos años “se ha ocupado en cuestionar la mortificada
y azarosa existencia urbana de hoy, la transformación de las ciudades en
desiertos de soledad, las violencias y opresiones del pasado y el presente, los
mitos de la historia americana y argentina y las fábulas de nuestro tiempo.”5 Sus
últimos proyectos entre 2010-2013 fueron el Edificio Acuarela, en Mar del Plata,
la ampliación del Banco Hipotecario (ex Banco de Londres), en Buenos Aires, la
Plaza Holmberg, en Buenos Aires, el Pabellón Argentino para la Bienal de
Arquitectura de Venecia 2012, en Venecia y el Campus de la Universidad de
Tres de Febrero, en Villa Lynch.
En el 2003 Salmona recibe el Premio Alvar Aalto, uno de los reconocimientos más
importantes que se le otorga a los arquitectos en todo el mundo. Dentro de sus
obras más importantes se encuentra La Casa de Huéspedes Ilustres en
Cartagena (1978-1982) “la cual fue reconocida como el proyecto
latinoamericano más importante realizado en la década del ochenta.”
Una de las obras que refleja de una manera muy clara los conceptos teóricos,
filosóficos y arquitectónicos de Salmona es el edificio de posgraduado de la
Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia en
Bogotá (1997-1999). Las relaciones entre los volúmenes y los espacios libres, el
manejo del círculo, el cuadrado, las diagonales y el agua se combinan para
crear “un espacio con múltiples rincones, donde conviven la meditación y la
contemplación. Una multiplicidad que también sugiere un lugar laberíntico,
pero cuya trama es un laberinto que invita y remite al realismo mágico del
Gabriel García Márquez de la arquitectura.”7 Proyectos póstumos en Colombia:
Campus norte de la Universidad Pedagógica Nacional, el Centro Cultural
Francés donde se ubica la nueva sede de la Alianza Colombo-Francesa,
ampliación del Museo de Arte Moderno, entre otros.
Será el fenómeno del arte de vanguardia, que surge en esas primeras décadas
en el ámbito europeo, el que marcará en forma diversa pero indeleble la cultura
contemporánea en prácticamente todo el mundo occidental.
Por su propia definición la vanguardia busca romper con todos los cánones del
arte del pasado y establecer otros nuevos, acordes con su tiempo y sociedad.
MÉXICO
El caso de México y su adopción de la Modernidad es extraordinario. La
introducción de la Arquitectura Moderna debe entenderse con el trasfondo de
la revolución de 1910 y el consiguiente rechazo de los modelos culturales
extranjeros, en especial el academicismo francés de beaux-arts.
BRASIL
En Brasil el acontecimiento fundamental para la consolidación de la
arquitectura moderna en el país, fue el proyecto y construcción del edificio del
Ministerio de Educación en Río de Janeiro (1936-1945). El entonces ministro de
Educación del gobierno de Getúlio Vargas, Gustavo Capanema, le encarga el
edificio a un equipo de arquitectos modernos que incluía a Lucio Costa, Oscar
Niemeyer y Affonso Reidy, que tendrán una destacada actuación como
arquitectos y urbanistas posteriormente, los cuales invitan a Le Corbusier como
arquitecto asesor.
URUGUAY
En Uruguay la introducción de la Arquitectura Moderna, en sus variadas
modalidades, se dará tempranamente, en las décadas del 20 y 30 del siglo XX.
Hoy en día, la arquitectura en el Perú avanza a paso firme y cada vez más
rápido. Se hallan nuevas tendencias como la arquitectura horizontal, un ejemplo
de ello son la nueva sede de la embajada de los Estados Unidos o el local central
del banco de crédito. Los problemas ambientales y la urgencia de una solución
han generado la necesidad de que la arquitectura busque nuevas alternativas
para poder estar integrada al medio ambiente, de aquí se desprende que la
arquitectura debe ser entendida como parte de la tarea de humanizar el
entorno y formar una sostenibilidad.
LA AGRUPACIÓN ESPACIO
En mayo de 1947, un grupo de jóvenes estudiantes de arquitectura de la Escuela
Nacional de Ingenieros, lideran a un grupo de intelectuales, arquitectos y
artistas. Adoptan el nombre ESPACIO y, a la manera de las vanguardias
europeas, lanzan un Manifiesto que marcará el inicio de sus actividades y de los
cambios que propugnan.
Desde mediados de los años cuarenta, Lima vivía una vorágine modernizante
auspiciada por la difusión de las imágenes de la modernidad, el fin de la
segunda guerra mundial y por el optimista ambiente existente luego de la
elección de José Luis Bustamante y Rivero como expresión de nuevos vientos en
el país.
La radical transformación de la plaza de armas de Lima y los ensanches en las
calles importantes de su centro histórico, testimoniaban el espíritu que animaba
a los cambios promovidos, emulando lo ocurrido en otras metrópolis. Desde esa
perspectiva, los paradigmas del cambio se mantenían marcadamente
desactualizados.
El arte y la arquitectura transitaban los caminos signados por la pasiva mirada al
pasado, aislados de los acontecimientos arquitectónicos prevalecientes en el
mundo. Un mundo que salía de la segunda gran guerra y veía consolidar a
Norteamérica como principal potencia. Un mundo que había vivido -décadas
atrás-, el entusiasmo por la renovación total del arte y la arquitectura, y que
pocos años después planteaba ya un cuestionamiento a las radicales
formulaciones vanguardistas, vivía el inesperado viraje de los grandes maestros
de la arquitectura y el surgimiento de propuestas abiertas, frescas e incluyentes.
En esta doble y contradictoria realidad, la de dos mundos paralelos y
diacrónicos, se forma en el Perú una agrupación de intelectuales: artistas,
estudiantes y profesionales, dispuestos a enfrentar a los defensores del
adormecimiento de las manifestaciones culturales de nuestra sociedad.
Reunidos en torno a la estimulante figura de Luis Miró Quesada, un grupo de
jóvenes estudiantes de arquitectura de la Escuela Nacional de Ingenieros -la
actual Universidad Nacional de Ingeniería-, surge hace medio siglo, la
Agrupación ESPACIO, vehículo de las expectativas de algunos círculos de
encuentro y discusión como manifestación específica de una sociedad
preocupada por el presente y el futuro.
ESPACIO, se propone marcar distancias, señalando un derrotero; se plantea la
tarea de repensar el arte del Perú y se enfrenta al dilema de combatir el origen
de su propio estatus, revisando y cuestionando el desarrollo de nuestra cultura,
entendiendo la misma de manera integral, como manifestación de un
momento determinado, y de un hombre nuevo. Se constituye entonces en uno
de los movimientos más importantes de nuestra modernidad y sin lugar a dudas,
en el más conocido y trascendental en el mundo artístico. La arquitectura,
asumiría en dicho proceso un decidido liderazgo.
Para cumplir su misión organizan conferencias, exposiciones y publicaciones.
Editan la revista ESPACIO y publican una sección en el diario EL COMERCIO. Pero
sobre todo producirán, harán arte. Rápidamente, la aceptación del arte
moderno se hace patente en la década del cincuenta, al final de la cual, los
más activos miembros de la Agrupación, han arribado al campo político,
persuadidos seguramente de la necesidad de modernizar también el país.
Transcurrido el tiempo, el Perú ha cambiado notoriamente. Lima y el país han
crecido y se han transformado. El mundo en la era post-moderna, lejos de ser el
mismo vuelve a mirar hacia sus más cercanos orígenes: los de la modernidad.
Hace un alto y se formula una serie de inquietantes interrogantes: tradición,
cambio, globalización, pasado, futuro, país, nación; tratando de contestarlas en
esta oportunidad a través de las manifestaciones del arte, estimuladas y
realizadas por la Agrupación ESPACIO.
PRIMERAS OBRAS Y PROYECTOS DE ARQUITECTURA MODERNA EN EL PERÚ
El desarrollo de los recursos mineros del norte del Perú requería la creación de
un puerto apropiado. Chimbote en esos momentos era una aldea de
pescadores que disponía de un buen puerto natural en su bahía. Para ese
entonces Chimbote tenía 4000 habitantes y estos pobladores vivían bajo un
trazado desarrollado por Henry Meiggs, ingeniero norteamericano, en el año
1860, donde se encontraban las llamadas “chozas de barro” que eran las
viviendas precarias de los pobladores.
Se planteó un tipo de hábitat nuevo basado en el “tapiz urbano”, esto es, un
compacto tejido de casas de una, dos y tres plantas con patios cerrados por
muros. Estos patios suelen ser mayores que las propias viviendas, apropiados
para que los habitantes conserven sus hábitos de vida al exterior. Los viales de
servicio y calles de peatones se definen con los muros de escasa altura y
prácticamente sin aberturas.
Se introdujo un nuevo tipo de vivienda urbana, estas casas basadas en las casas
con patio de la arquitectura local eran nuevas versiones de la arquitectura
mediterránea, cuyo origen se remonta a la antigüedad. Estas simples estructuras
de ladrillo requerían menos sofisticación tecnológica y causaban menos
alteración social que la ordenación en bloques, y eran mucho más factibles
económicamente para viviendas de bajo coste. Como estaba previsto que los
residentes de Chimbote procedieran de regiones rurales montañosas, se incluyó
un espacio en las casas para guardar animales. Giedion aludió posteriormente
a estas casas como “formas transitorias entre el pasado y el futuro”, pero en su
propia presentación del proyecto, Wiener y Sert, subrayan la estrecha relación
con las costumbres locales.
El “tapiz urbano” conformado por estas viviendas patio constituyo el primer
ejemplo de una modalidad de hábitat de alta densidad y baja altura que
resulta ideal para situaciones donde el suelo tiene un precio bajo y el clima es
árido, es decir, donde los posibles espacios dejados entre los edificios no estarían
cubiertos por un manto vegetal, sino por polvo y matorrales. Este plan de
Chimbote se presentó al VII CIAM de 1949, celebrado en Bergamo, al que
asistieron arquitectos jóvenes, de la tercera generación del movimiento
moderno.
Las visitas de José Luis Sert al Perú para el desarrollo del Plan Regulador de
Chimbote sirvió también para relacionarse con los proyectistas del "Plan
Regulador de Lima", el cual sólo fue construido en lo que es hoy es el Centro
Cívico, varios años después.
LA BÚSQUEDA DE LA IDENTIDAD
El desarrollo de la arquitectura en el Perú desde la época colonial hasta nuestros
días está ligado primordialmente a la evolución arquitectónica de países con
tradiciones y costumbres ajenas a la realidad peruana, por lo que los arquitectos
locales, en todo momento, han tratado de darle a esta arquitectura adoptada
alguna caracterización que permita identificarla como peruana. Para inicios del
siglo XX se generaron corrientes “neoperuanas” e “indigenistas” con la finalidad
de rescatar elementos precolombinos que trasciendan por encima de la nueva
arquitectura. Sin embargo, por diversas razones, es que esta corriente
neoperuana no obtuvo la acogida necesaria para su desarrollo, prevaleciendo
lo neocolonial como estilo que lideró hasta iniciada la década de 1940.
Para los arquitectos peruanos, el ingreso de la arquitectura moderna significó
una evolución lograda en países desarrollados y luego trasladada a nuestro
país. La universalidad, como uno de los principios del movimiento moderno, no
será completamente entendido por los arquitectos locales, y es por ello que se
ven un sin número de intentos en la búsqueda de aspectos formales que le
proporcione a la arquitectura moderna –producida en el Perú- la identidad
anhelada.
Esta búsqueda de una identidad nacional en la arquitectura moderna y
contemporánea es hasta la fecha una de las preocupaciones que mantiene
ocupados a muchos de los arquitectos peruanos. El hecho de darle una
identidad peruana a la arquitectura será motivo de estudio y práctica por parte
de arquitectos como Enrique Seoane, Héctor Velarde, José García Bryce, entre
otros.
Uno de los primeros intentos por lograr esta identidad propia del Perú se puede
ver en los trabajo desarrollados por el arquitecto Enrique Seoane Ros, quien
colocó a manera de decoración frisos abstractos con figuras zoomorfas que
evocaban la arquitectura desarrollada por la cultura Chimú. El Edificio Wilson
proyectado por Seoane Ros en 1946 nos da un acercamiento a los primeros
intentos de plasmar una identidad peruana en la arquitectura. Estas
reminiscencias también las podemos observar en el edificio del Ministerio de
Educación el cual Proyectó para 1951.
El arquitecto José García Bryce también desarrolló una serie de proyectos en los
que demuestra gran destreza para abstraer reminiscencias históricas peruanas,
como en el proyecto que publicó la revista El Arquitecto Peruano en 1962 con
el título “Una Casa con Inspiración Limeña”, donde se proponía el uso del adobe
como material constructivo logrando mantener una “formalidad moderna”.
El arquitecto español José Luís Sert y su socio Paúl Lester Wiener en el proyecto
para el Plan Regulador de Chimbote hacia 1948, luego de varios estudios,
desarrollan una serie de propuestas arquitectónicas y urbanas modernas que se
adecuaban a las costumbres locales que encontraron en Chimbote. Esta
costumbre lleva a los proyectistas a proponer un tipo de hábitat nuevo basado
en el “tapiz urbano”, esto es, un compacto tejido de casas de una, dos y tres
plantas con patios cerrados por muros. Estos patios suelen ser mayores que las
propias viviendas, apropiados para que los habitantes conserven sus hábitos de
vida al exterior. Los viales de servicio y calles de peatones se definen con los
muros de escasa altura y prácticamente sin aberturas.
Se introdujo un nuevo tipo de vivienda urbana, eran casas basadas en las casas
con patio de la arquitectura local, cuyo origen se remonta a la antigüedad.
Estas simples estructuras de ladrillo requerían menos sofisticación tecnológica y
causaban menos alteración social que la ordenación en bloques, y más
factibles para viviendas de bajo costo. Como estaba previsto que los residentes
de Chimbote procedieran de regiones rurales montañosas, se incluyó un
espacio en las casas para guardar animales. Giedion aludió posteriormente a
estas casas como “formas transitorias entre el pasado y el futuro”, pero en su
propia presentación del proyecto, Wiener y Sert, subrayan la estrecha relación
con las costumbres locales.
En el Perú, gracias a sus costumbres que demandan necesidades
arquitectónicas específicas, se ha desarrollado una arquitectura moderna con
características tipológicas y funcionales propias de una determinada sociedad
y lugar. Como factor importante de esta identidad en la arquitectura nacional
–y quizás la más importante dentro del movimiento moderno, ya que se da por
motivos de función y no de forma- es la distribución de las viviendas modernas
desarrolladas a nivel nacional, la cual muestra espacios destinados al personal
de servicio; aquellos espacios que pudieron ser excluidos en las viviendas
modernas del primer mundo.
Con Juan Velasco Alvarado como presidente del Perú, las principales obras
arquitectónicas cambiaron de rubro, pasando de la vivienda al edificio
institucional. Se proyectaron y construyeron ministerios, observándose el uso de
concreto caravista perteneciente a la etapa llamada “Brutalista”.
Fuentes Bibliográficas:
1. Córdova, Adolfo “La Agrupación Espacio y la Arquitectura Peruana” – 2005.
2. blog.pucp.edu.pe
3. Ludeña, Wiley “Piqueras – Belaunde – La Agrupación Espacio: TRES BUENOS
TIGRES. Vanguardia y Urbanismo en el Perú del Siglo XX”. Editado por el CAP
Regional Junín y Urbe ediciones – Huancayo 2004. Pag. 186.
4. José Bentín Diez Canseco Extracto de Libro: Enrique Seoane Ros, Una
Búsqueda de raíces peruanas. Lima, 1989.
5. http://www.arqandina.com/pages/p3/p3_info.htm
6. http://laformamodernaenlatinoamerica.blogspot.pe/2013/10/arquitectura-
moderna-en-el-peru.html