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LA ERA CIBORG.

Por el doctor Javier Mauri. Sevilla 2018.

Un ensayo sobre el bien-estar en la nueva economía.

PRINCIPIOS DE LA CIBERANTROPOLOGÍA ECONÓMICA

La palabra sigue siendo esa herramienta indispensable que nos ayuda día tras
día a conformar y construir nuestra realidad. Por ello, antes de iniciar este apasionante
viaje por el mundo ciborg, creo indispensable definir y asentar bien el significado de
algunos términos. Cada uno de ellos, aquí delimitados, debe ayudarnos a reflexionar
sobre nuestra forma de interactuar de forma activa y altiva con las nuevas tecnologías.

Digamos que es sentarse en un tranquilo bosque por el que estamos paseando,


después de estar haciendo footing durante toda una mañana. Un bosque tranquilo,
cerca de un riachuelo con agua fresca, que nos invita a sentarnos y a reponer fuerzas
mediante la reflexión, para tomar una decisión sobre qué camino tomar para seguir
corriendo.

Palabras como dependencia, simbiosis, necesidad, deseo y actitud, solemos


usarlas en ocasiones con demasiada alegría sin pararnos a pensar en su significado real.
Lo peor de hacer un uso no adecuado de las palabras que utilizamos no es lo que los
demás no nos entiendan que queremos decirles, sino que no lo entendamos nosotros
mismos o, lo que es aún peor, lo entendamos erróneamente.

¿Para qué queremos las nuevas tecnologías?. ¿Qué esperamos de ellas?.


¿Dependemos de ello?. ¿Nos relacionamos bien, de manera correcta con esas
tecnologías que nos permiten gestionar mi negocio desde un portátil, controlando la
calidad del trabajo de mis empleados?

Son preguntas que va siendo hora de responder, pero, sobre todo hay una
fundamental, la piedra filosofal de este futuro que ya está aquí. Las nuevas tecnologías
pueden y deben contribuir a que seamos más felices, sentirnos más completos.
Como dice mi buen y admirado Rafael Martínez-Cortiña, (TELOS 2018) las
respuestas a esas preguntas deberán enfocarse en torno a los objetivos que nos
planteemos alcanzar con nuestra relación con ellas. Es decir, depende del tipo de
futuro que nos planteemos: Utópico y deseable o bien distópico y alcanzable muy
fácilmente por cierto. En este sentido, si lo que ambicionamos el segundo tipo de
futuro, nos encontraremos con que las máquinas no sólo hacen nuestro trabajo sino
que además suplen carencias y necesidades que hasta ahora hacían los semejantes con
los que nos relacionábamos. Y es que siempre será más cómodo interactuar con la
máquina, independientemente del nivel de inteligencia artificial puesto a nuestro
servicio, que hacerlo con otra persona que exige de nosotros una parte de nuestras
emociones, de nuestra atención y de nuestro sistema cognitivo generador de
expectativas. Lo fácil no es siempre lo mejor, sino lo más cómodo.

Vayamos pues con esas definiciones, antes de seguir más allá del camino a
través del bosque que nos rodea.

EL BISTURÍ DE LA PALABRA

Uno de los pioneros de la neuropsicología soviética de hace bastantes años,


Alexander Romanovich Luria, escribió en su Introducción Evolucionista a la Psicología
(Luria, 1977) que la palabra hizo al hombre. Luego la jerarquía política de aquel tiempo
cambiaría esa expresión por otra, políticamente más correcta, el trabajo hizo al
hombre.

En cualquier caso la palabra se nos presenta como la auténtica arquitecta de la


inteligencia humana. Gracias a ella, somos capaces, no sólo de comunicarnos de forma
muy compleja, sino de categorizar la realidad de una forma o de otra. Esa realidad que
como bien se apunta en la programación neurolingüística no existe como tal, sino que
la construimos momento a momento, (Dilts B. Robert, Epstein A. Todd, Aprendizaje
dinámico en PNL 1995). No debemos pasar por alto que en todo proceso cognitivo el
ser humano no solo es capaz de ver, sino también lo es de percibir. Ello conlleva la
asociación directa de todo aquello que ve con todos sus recuerdos, sensaciones,
imágenes y pensamientos con todos y cada uno de sus momentos vivenciales,
adquiriendo con ella una percepción única en cada momento, siendo específica y
distinta para cada persona.

DEFINICIONES

DEPENDENCIA: No es casual la elección primera de esta palabra. Podemos y debemos


entender por tal la supeditación de una persona o situación a una entidad superior. Dicho
en otras palabras, es aquella relación de origen o conexión supeditada a la subordinación
de un poder percibido como superior. Lo que describe una situación de una persona que
no está en condiciones de valerse por sí misma y que ha de supeditarse bien a otra o a una
situación.

Obviamente, no es esta la clase de relación más deseable que podemos mantener


en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana. Es decir, el ser humano no se puede poner
al servicio de ningún tipo de sistema, sea político, social o económico, ni por supuesto
tecnológico, teniendo las capacidades para no tener este tipo de relación.

Las relaciones de dependencia parten del hecho que la persona no puede valerse
por sí misma, o bien lo percibe de esta manera, porque ya no tiene o nunca ha tenido las
capacidades necesarias para ello.

Lamentablemente, no es un secreto que un uso inadecuado de las nuevas


tecnologías pueden desarrollar relaciones de dependencia de quien las usa. No obstante,
también es cierto que estas personas con este tipo de relación tecnológica, son proclives a
padecer deficiencias afectivas, emocionales y cognitivas.

En varias investigaciones se pone de manifiesto sin embargo, que cuando la


persona en cuestión presenta estas deficiencias y además muestra una baja autoestima,
sentimiento de aislamiento social y ansiedad si mantiene interacciones positivas de tipo
virtual, dichas carencias tienden a desaparecer o minimizarse, (Bueno D. 2017). La
autoestima alta, como muy bien señala la autora Lola Mesa (2016), refleja el respeto a
un@ mism@.

SIMBIOSIS: Este término bien pudiera situarse como antagónico del anterior. En
términos biológicos se considera la simbiosis a aquella asociación íntima o muy cercana
de organismos de especies diferentes para beneficiarse recíprocamente en su
desarrollo vital.
Extrapolando este significado al viaje en el que estamos, es lógico decir que la
simbiosis entre las nuevas tecnologías incluidas dentro de un proceso de digitalización
y la persona que las usa se enmarca dentro de entidades de un mismo nivel
colaborativo. Así, si añadimos la inteligencia artificial que desarrollarán y harán más
factible ese uso tendrán la capacidad de ir aprendido de su usuario a nivel personal y
específico y este mismo usuario debe estar en disposición no solo de aprender de sus
nuevas tecnologías, sino también de enseñar a las mismas. De este modo, lo que es un
uso deja pasa a otro forma de extensión del propio ser humano, (yo mental) la
interrelación personal máquina persona. En donde, en un desarrollo más profundo la
comunicación deja pasa a la conexión. Es decir, la simbiosis plena persona-máquina, en
donde cada uno de estos actores construye su realidad en función del otro cuando
ambos interactúan, (conexión simbiótica)

Esta conexión simbiótica es lo que garantizaría ese “futuro utópico” del


economista Martínez-Cortiña (Telos, 2017), huyendo del distópico basado en la mera
dependencia. Relación tóxica que no contribuye para nada en nuestro bien-estar. En
este sentido, a fecha de escribir el presente ensayo, se abre en Madrid el primer centro
de atención a personas dependientes a las nuevas tecnologías de 12 a 17 años. El
presente centro, pionero en España cuenta con cinco psicólogos y dos educadores. Si
no abrimos un período de reflexión sobre la forma de relación con las tecnologías
nuevas, el problema será mayor.

En este sentido, hemos de tener precaución con integrar esas nuevas tecnologías en
nuestras vidas de una manera simbiótica y no dependiente ya que, como dice la
ciberantropóloga Amber Case ( 2016), esta tecnología es susceptible de crear
dependencia cuando en realidad no es su objetivo.

TECNO-EMOCIÓN: Es un concepto muy novedoso ya introducido por La doctora en


economía Mar Souto de la Universidad Rovira y Virgil en el programa de radio Querer
vivir de la que es directora en la zona de Madrid.

Vayamos por partes. Entendemos como emoción un estado afectivo que


experimentamos ante el ambiente y que se acompaña de cambios fisiológicos y
endocrinos de origen genéticamente establecidos. Tampoco debemos olvidar que el
ser humano forma parte de algo más global que lo transciende. En este sentido la
Doctora Souto está en la cierto cuando asegura que somos el Universo, (2017).

Nuestro sistema emocional, vital para la adaptación al medio, sigue


desarrollándose más allá incluso de los diez años de edad del ser humano, tanto es así
que junto al juicio práctico son los dos sistemas que más tardan en madurar. Esto no
representa una buena noticia en tanto en cuanto los cambios que se producen en las
nuevas tecnologías son de una velocidad vertiginosa. Digamos que no pueden esperar
a que nuestros sistemas cognitivos y emocionales maduren al completo y con la
misma rapidez.

Tal vez, si fuéramos capaces de diseñar competencias emocionales a aplicar en


los modelos educativos actuales salvando esas trabas cognitivas que se definen en los
profesores, facilitando un rápido desarrollo emocional más adaptativos (Souto R, 2012)
seríamos capaces de obtener la simbiosis tan deseada y desterrar para la siempre la
dependencia a las nuevas tecnologías.

En este mismo sentido, debemos entender la tecno-emoción como a aquel


estado afectivo que viene dado como consecuencia del uso de las nuevas tecnologías.
Admitir esto, es admitir que la cibertecnología produce y modifican las emociones del
usuario

NECESIDAD: Se define como aquella sensación de carencia propia de los seres humanos
que se encuentra directamente vinculada al deseo de satisfacerla.

Las necesidades están delimitadas a situaciones o elementos imprescindibles


para nuestra supervivencia como seres humanos. Son elementos sin los cuales nuestra
existencia se vería tan seriamente comprometida que podría extinguirse. Maslow ya las
definió en su tiempo jerarquizándolas desde las más básicas a las más complejas
(Maslow A, Una teoría sobre la motivación humana de 1943) .
Según Maslow (Maslow A., 1943) en su teoría psicológica sobre la motivación
humana, especifica que se va teniendo acceso a la satisfacción de las necesidades
superiores en la medida en que se van satisfaciendo las necesidades inferiores

DESEO: Para el autor Philip Kotler (Kotler, 2016), los deseos nacen al dirigir nuestras
necesidades hacia objetos concretos que podrían satisfacer la mima. Según Kotler, las
necesidades se convierten en deseos cuando éstos se dirigen a objetos específicos que
podrían satisfacerlos. Por ejemplo, la necesidad de alimento puede llevar a una persona
a desear una hamburguesa o una pizza. La necesidad de vivienda puede impulsar a la
persona hacia el deseo de poseer un apartamento.

ACTITUD: Para finalizar, el último término al que haremos referencia antes de iniciar
nuestro camino es la palabra ACTITUD, sin duda muy bien situada en nuestra realidad
cotidiana. Según la Real Academia de la Lengua Española, la actitud es el estado de
ánimo que se expresa mediante una manera muy concreta. Dicho de otro modo, es la
capacidad de los seres humanos de enfrentarse al mundo y a sus circunstancias.

Tener una actitud positiva indica deseos de construir soluciones, de crear


alternativas coherentes contigo mismo y con tus expectativas. Es la actitud positiva la
que hace que movilicemos nuestros recursos mentales para alcanzar nuestro bien-estar
y conseguir con ello que aquellos que nos rodean también lo alcancen.

LA ECONOMIA DE MERCADO.
El sistema global, como todos sabemos, está basado en la economía de libre
mercado, independientemente del modelo ideológico que esté detrás, el capitalismo
salvaje se adapta a cualquier entorno político y cultural. Su efecto camaleónico es lo
que garantiza su supervivencia como sistema económico. Esto crea en las naciones del
mundo profundas desigualdades estructurales de tipo social. Desigualdades que ponen
en peligro la satisfacción misma de las necesidades básicas humanas. Esto provoca una
relación de dependencia entre el ciudadano y el estado.

Cómo hemos dicho para estos contextos, eso no nada positivo, por
consiguiente no facilita nada las cosas para un estado con sus ciudadanos felices.

Hasta ahí las consecuencias de las políticas económicas y fiscales asociales a


esos modelos empresariales tradicionales. Pues bien, las nuevas tecnologías que están
presentes ya y las que quedan por venir, ofrecen la posibilidad de crear modelos
económicos de gestión y plataformas de negocio que sí posibilitan que el tipo de
relación con el usuario sea:

Una relación simbiótica no dependiente.

Una relación basada no solo en la satisfacción de necesidades básicas, sino en


aquellas más elevadas.

Una relación que vaya hacia la satisfacción de unos deseos que nos hagan ser
empáticos

Una relación que desarrolle y haga posible una actitud positiva ante las
circunstancias que nos rodean.

Una relación que produzca un conjunto de tecno emociones que no compitan ni


sustituya a las del mundo real, sino que las complementen de manera simbiótica. El
hecho que un like en nuestra última publicación en facebooock, sea capaz de provocar
la misma cantidad de serotonina que un abrazo, no significa que lo primero debe
hacernos olvidar que también necesitamos lo segundo. Olvidar esto nos lleva a la
dependencia de las máquinas, no olvidarlo nos lleva a completarnos más como nuevos
seres humanos (ciborgs).

Para que esto sea real, porque cierto ya lo es, hemos de tener presente varias
condiciones básicas que desarrollaremos en los siguientes puntos.
LA TECNO-ECONOMIA.

En un mundo en donde el dinero desaparecerá de forma física y nos


comunicaremos mejor y de forma más eficiente, hemos de plantearnos qué modelo
económico queremos. Por ejemplo, uno centrado en la tecnología con la cual
podremos gestionar el tráfico de información de nuestra empresa? La inteligencia
artificial será capaz, a través de la digitalización, hacer análisis estadísticos (lo que se
conoce como big data, data studio, etc.), y decirnos el tipo la experiencia que nuestro
cliente tendrá del producto que nos ha comprado o del servicio prestado por nuestra
empresa.
La fidelización del cliente se presenta pues como un factor clave a tener muy en cuenta.
En ese mismo sentido, nuestra reputación digital, tanto como clientes como dirigentes
empresariales serán muy importantes de cara a generar contenidos atractivos en
nuestras redes sociales. Redes donde no solo la cantidad, sino la calidad de la misma
contribuirá de manera determinante a esa reputación digital.
Una sociedad inteligente sólo es posible si sus dirigentes son lo bastante astutos como
para construir un nuevo modelo de contribución de seguridad social y otro modelo
fiscal, y no sólo reformarlos. Y por supuesto, sostenibles.
Ya no es tiempo de reformar viejos sistemas económicos, sino de crear otros nuevos.
Dichos sistemas deberán tener tres pilares fundamentales:
1. La sostenibilidad que propugna la economía basada en recursos (EBR) que defiende
Alfonso Estébanez. (Estébanez Capilla A, 2017)
2. El bienestar de la teoría del bien común defendida por Christian Felber. (Felber C.,
2015)
3. La justicia social de la economía colaborativa (Martínez-Cortiña)

EL ESLABON ENCONTRADO

Desde .un punto de vista paleontológico, puede parecer una herejía decir que el
nuevo hombre que se ha desarrollado es un ciborg en proceso de fabricación y
desarrollo. Si nos basamos en la definición de ciborg de los años 60 (Clein y Klines,
1960) nos encontramos con esta definición del término “como la integración en
máquinas en los astronautas, en trajes o cuerpo para mejorar sus posibilidades de
supervivencia en medios extraterrestres” (opus cit, Clein-Klines, 1960). Si echamos un
vistazo a las nuevas tecnologías nos encontramos con que tenemos teléfonos móviles
no solo como exoesqueletos (Martínez-Cortiña, Telos 2017), sino que además es ya
realidad los implantes de terminales de móviles en la oreja. Dicho en otras palabras,
¿SOMOS CIBORGS? O como diría Luis Miguel Samperio “somos personas expandidas”.
Afirmar lo segundo considero es ir a términos muy generalistas que no definen
exactamente lo que somos, sino lo que conseguimos con lo que somos, que es bien
distinto. Con ser ciborgs obtenemos una expansión, o dicho por la ciberantropóloga
Amber Case ·”obtenemos una prolongación de mi yo mental con el uso de esas
nuevas tecnologías” (Telos 2017), pero no soy lo que

Obtengo. La causa no es lo mismo que el resultado que provoco.

Dicho esto, ¿estamos ante una nueva evolución del ser humano? (Case, 2013). De
homo sapiens a homo ciber? (del griego Kyber, con significado de timón, control). De
ser así ¿hacia dónde avanzamos, hacia la dependencia y esclavitud de nuestra propia
evolución o hacia una integración simbiótica con la misma?. La respuesta a esta
cuestión hemos de irla construyendo con lo que hemos de entrar en un período de
reflexión. Lo cual parece obvio.

BIBLIOGRAFIA

Bueno D.(2016). Las nuevas tecnologías están cambiando el cerebro humano.


Recuperado
http://www.lavanguardia.com/vida/20160414/401105508727/entrevista-david-bueno-cer
ebroflexia.html

Case A. (2017).En el futuro el bien más escaso, será la atención. Recuperado de:

https://www.fundaciontelefonica.com/2017/11/30/amber-case-en-el-futuro-el-bien-mas-e
scaso-sera-la-atencion/#

Case A. (2013) Todos podemos ser super-humanos. Recuperado de:


http://cnnespanol.cnn.com/2013/01/03/todos-podemos-ser-superhumanos-segun-la-antr
opologia-de-cyborgs/#0

Dilts B. R, Epstein T.A. (1995). Aprendizaje dinámico en PNL 1995. Ediciones Urano

Estébanez Capilla. (2017) La revolución educado. Scribo Editorial.

Felber C. (2015). La teoría del bien común. Deusto S.A. Ediciones.

Kotler P (1999). El Marketing según Kotler. Paidós

Martínez-Cortiña R. El transhumanismo es un alter sistema. Telos 2018

Maslow A. (1943). At theory of human motivation. Martino Publishing. U.S.A.

Mesa R. (2016). Ser tu pareja ideal para atraer a tu pareja perfecta. Círculo Rojo

Romanovich Luria A. (1977). Introducción evolucionista a la psicología. Pirámide


Ediciones.

Souto R. 2016. Desarrollo de competencias emocionales en la educación superior. Ed.:


Universitat Rovira i Virgili. Facultat de Ciències Econòmiques i Empresarials

Souto R. 2017. Somos el Universo Editorial Caligrama

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