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B E A T R I Z P R E C I A D O
Género y performance
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sus orígenes semánticos (siempre impuros), ¿cuáles son sus campos de (habitus), llevarán a cabo para explicar los procesos de socialización y
efectuación? ¿Ha modificado esta interpretación en términos de de interiorización de normas. En otro orden de cosas, el llamado
género la dimensión artística de la noción de performance? ¿Podría movimiento de Arte Feminista en Estados Unidos durante los 70 va a
este éxito hermenéutico ser responsable de otros procesos de invisi- adoptar la performance como estructura fundamental de la acción
bilización? ¿Por qué los activistas transgénero han criticado unánime- política y estética. En los 90, en la versión butleriana, sin duda la más
mente esta inflación performativa? influyente, la performances drag queen, y más en concreto la teatra-
lización hiperbólica de la feminidad en la cultura gay, parecen estar en
La noción de performance, tal como ha sido utilizada por los textos la base de esta definición en términos performativos de la identidad
feministas y queer de principios de los años 90, depende de una de género. Paralelamente, y desbordando la falsa ecuación que había
inscripción poética y política múltiple. En primer lugar, esta noción igualado género y feminidad en buena parte de los discursos femi-
emerge en el campo semántico del discurso psicoanalítico en el que nistas durante los 70 y 80, cobra visibilidad una cultura drag king
Joan Rivière define por primera vez la feminidad como mascarada. de la performance de la masculinidad. Finalmente, es aquí, en el
Por otro lado, desde un punto de vista de la teoría del poder y la sub- ámbito del activismo político y de la producción estética del feminis-
jetivación, la noción de performance traduce en inglés un conjunto de mo y de la cultura drag king, que esta noción performativa encuentra
reflexiones acerca de la inscripción de repeticiones ritualizadas de la su sentido último. Me limitaré aquí a dibujar a grandes trazos tres de
ley que diversos autores, desde Foucault (disciplina) hasta Bourdieu estos episodios.
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EPISODIO 01
Rivière: Confesiones de una máscara en una evidente identificación con el padre,
El primer episodio de este cybermanga femi- que al comienzo de su vida había sido
nista queer trans se sitúa en la Inglaterra de escritor y que después había elegido una
los años 20 del pasado siglo. En la viñetas carrera política”5. Descubrimos con sorpresa
vemos a la joven Joan Rivière vestida con un los rasgos masculinos que amenazan el equi-
traje de pantalón pronunciando una confe- librio libidinal de la “mujer intermedia”: la
rencia en la British Psychoanalytical Society utilización del habla y de la escritura en el
de Londres en 1929. Rivière, que está bajo la espacio público, y la dedicación a la vida
tutela de Ernest Jones, se dirige a una asam- política. Lo que le interesa a Rivière es una
blea compuesta casi íntegramente por hom- triple disociación entre el sexo anatómico,
bres. Su conferencia titulada “Womanliness las prácticas sexuales y las prácticas cultura-
as masquerade”3 será la primera instancia de les de la feminidad. La mujer intermedia de
definición del género como performance, Rivière, que tanto preocupa al psicoanálisis,
como representación, y como superficie en no es otra que la nueva mujer del siglo XX, la
la que se proyectan los signos. mujer de las nuevas sociedades industriales
de Occidente. Se sitúa en un intersticio entre
Rivière dice seguir la clasificación de la sexua- el espacio interior y el espacio exterior, en el
lidad femenina establecida por Ernest Jones4, límite mismo entre dos espacios políticos: el
que distinguía a las mujeres heterosexuales espacio doméstico tradicionalmente reser-
de las homosexuales. Pero va a interesarse vado a las mujeres y el espacio público en
particularmente por las mujeres que Jones el que los hombres hacen uso de la palabra y
había denominado “intermedias.” Dice ser de la representación. Si es intermedia es
fiel a Jones, pero comienza precisamente allí precisamente porque transgrede la división
donde la taxonomía de la sexualidad femeni- sexual del espacio.
na trazada por él falla. Si la taxonomía tiende
a anudar una multiplicidad sexual en un sis- A través del retrato de un conjunto de
tema en el que todos los elementos articu- mujeres intermediarias entre las que se
lan la unidad de una configuración ideal, ya encuentra ella misma, Rivière va a concluir
sea normal o patológica, las formas interme- que la feminidad, declinada performativa-
diarias constituyen una suerte de hetero- mente en su forma verbal como “hacer la
geneidad o de anomalía que se sitúa más allá mujer”, es una defensa para enmascarar la
de lo normal y lo patológico, actuando como masculinidad. Nietzsche había sido el
verdaderas formas normales de lo patológico primero en denunciar el carácter artificial de
o, más aún, como formas patológicas de la la feminidad, en definir la feminidad como
norma. De todas las mujeres intermediarias artificio, como simulacro, como forma sin
descritas por Jones, una retiene de forma fondo. Pero será al describir la cualidad pre-
especial su atención crítica: aquella en la cisa de esta máscara, la efectividad política
Si es intermedia es precisamente que, dice Rivière, la formación normal de la de este artificio, que Rivière emprenda un
heterosexualidad se ve redoblada por una camino extraño a Nietzsche6. Partiendo de la
porque transgrede la inversión patológica de la masculinidad: se mujer intermedia como excepción meta-
división sexual del espacio. trata de la mujer heterosexual masculina, a la ética, tomando como lugar propio este
que bien podríamos llamar hetero-butch. espacio de indecidibilidad entre lo normal y
lo patológico, Rivière va a ofrecer, por
Será necesario notar el instante en el que primera vez, una interpretación política y
por un simple desplazamiento retórico, la cultural de la formación de la feminidad que
restitución narrativa de un caso como se aleja de la nosología clásica psicoanalíti-
cualquier otro, o el estudio de una mujer ca. La ansiedad que provoca la transgresión
intermediaria ejemplar, gira discretamente del espacio político masculino genera en la
sobre sí mismo para convertirse en un mujer intermedia la necesidad compulsiva,
momento de análisis autobiográfico. Rivière dice Rivière, de teatralizar hiperbólicamente
habla de sí misma como si fuera otra, por la feminidad heterosexual, funcionando esta
mujer interpuesta, a veces se trata, dice, de teatralización, este “hacer la mujer”, como
una paciente, otras de una mujer intelectual una máscara que permite reducir la ansiedad
que dice haber conocido. De este modo, el que genera el temor de ser castigada por
análisis de la forma intermedia de la femi- haber usurpado un espacio de poder y de
nidad se llevará a cabo a través de un cierto acción pública que pertenece histórica-
número de narraciones de casos que van a mente a los hombres: “La feminidad puede
operar como auténticas “mujeres interme- ser asumida y llevada como una máscara, al
dias” entre Rivière, la mujer heterosexual, y mismo tiempo para disimular la existencia
Rivière, la psicoanalista masculina. “Se trata- de la masculinidad y para evitar las repre-
ba”, dice Rivière describiendo a la mujer salias” por parte de los hombres. Llevar la
intermedia, “de una mujer de nacionalidad máscara de la feminidad es según Rivière
americana, profesionalmente entregada a “hacer como si estuviera castrada”. Esta
una carrera militante, que la obligaba a noción de feminidad como “máscara”,
escribir y a hablar… el trabajo intelectual que “teatralización”, “disfraz” o “juego de roles”
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sólo no se siente atraído por el desnudo de que la feminidad aparece como una
un strip-tease clásico como el que domina obligación de pliegue, y en el límite, afirma
los escenarios de los clubes heterosexuales, Diane Torr, una forma de “discapacidad y de
sino que, más bien al contrario, se muestra invisililidad”19. Para Diane Torr, la personifi-
crítico a la puesta en escena de una forma cación teatral King de la masculinidad genera
de feminidad que responde a la mirada mas- una re-definición de los límites entre lo pri-
culina. Precisamente en reacción a ésta, vado y lo público, transformando el espacio
Shelly Mars decide invertir la lógica de la de acción política y sexual del cuerpo.
pornografía tradicional para poner en escena
el strip-tease de Martin, un drag masculino. El primer concurso de Drag Kings se celebra
Martin es un cliente borracho y torpe, que en Londres durante el Festival Internacional
vestido de traje de chaqueta y corbata, baila de Cine Gay y Lesbiano en 1995. Allí se
al ritmo de una música de strip-tease, para encuentran Del La Grace Volcano y Judith
acabar ofreciendo un plátano que saca de su Halberstam, y se inicia el proyecto de repre-
bragueta al eufórico público bollero que lo sentación de la cultura Drag King de Londres,
devora mientras ríe a carcajadas. Este primer New York y San Francisco que dará lugar a la
personaje King será inmortalizado por la publicación de The Drag King Book en 1999.
directora de cine alemana Monika Treut en El King maestro de ceremonias en Londres es
la película Virgin Machine. Shelly Mars paro- Jewels, que pone en escena una forma de
dia en Martin al cliente de los clubes porno masculinidad sórdida y casposa de viejo
y declina una forma de masculinidad les- macho inglés (geezer). Jewels, bebedor, rey
biana, generando una estética de la seducción de los pedos y sin duda impotente, pero
King que interpela al mismo tiempo varias seguro de su imán masculino para atraer a
identidades, ninguna de las cuales tiene todas las “gatitas” del barrio, parece salido
como referente aquello que creemos ver. de una escena de la revista Hustler. En reali-
dad Jewels se parece a la representación de
Durante esta época, Del La Grace, comienza la lesbiana mari-macho en la cultura popular:
a fotografiar la cultura butch-fem y lesbiana “no tienen lo que hay que tener”, pero inex-
S&M del club londinense Chain Reaction y plicablemente resulta irresistible. El Club
produce Love Bites. En 1989 Diane Torr, artista Drag King de Londres Naïve, después llama-
y performer, pone en marcha los primeros do Knave, es durante este período al Camp
Talleres de Drag King (Drag King Workshop: King lo que Pink Flamingos a la escena Queen.
King-For-A-Day) en Nueva York. El trabajo de El territorio que delimita el club Knave es
Diane Torr, centrado en la toma de concien- Camp porque autoriza la inversión de todos
cia del carácter performativo del género y lo valores (de género, de clase, de raza) de la
en el re-aprendizaje corporal de la masculini- cultura inglesa. Los Kings del Knave transfor-
dad, aparece como un verdadero espacio de man el mal gusto en estilo, la homofobia del
transición entre la cultura de la performance obrero inglés en juego homoerótico.
feminista americana de los años 70 y la cul-
tura Drag King específicamente queer de los La importancia del proyecto común de
90. Si en Cunt and Cock Play Judy Chicago Halberstam y Del La Grace reside en que
caricaturiza la relación sexual entre los tanto la representación como el discurso en
géneros a través de una metonimia simbólico- torno la cultura lesbiana, butch-fem y King
prostética que hace de dos mujeres dos geni- no provienen de lo que podríamos llamar,
tales respectivamente masculinos y femeni- con la expresión de Monique Wittig, la
nos, Diane Torr abandona el juego simbólico antropología o la sociología straight20, sino
para atacar directamente a los efectos que el que son el resultado de un proceso de
género produce en la utilización pública y autorepresentación y autonominación.
privada del cuerpo. Lo que le interesa a Como señala Halberstam “a veces, Del hace
Diane Torr es, según su propia expresión, “la posar a sus Kings y asume la mirada de un
posibilidad de crear, a través del aprendizaje etnógrafo o un voyeur, pero en la imagen
teatral de la masculinidad, un nuevo territo- siguiente se mete dentro del marco de la
rio para la experiencia del cuerpo”18 que nos representación y se hace el rey de los Kings
ha sido vetado en función de una distribución con su propia masculinidad descarada.”21
política del género. Así, cada gesto, desde la Esta apropiación de los recursos de la pro-
marcha hasta la forma de sentarse, pasando ducción discursiva y de las tecnologías de
por la manera de comer, será analizado en el representación del género es propia de la
taller en términos de género. Por ejemplo, crítica queer a las disciplinas tradicionales en
Torr muestra que mientras un “verdadero” las que las figuras del gay, la lesbiana o el
hombre se sienta con las piernas abiertas trans juegan el rol de un “afuera constitutivo”
ocupando un máximo de espacio, una “ver- en relación al que la normalidad heterosexual
dadera” mujer cruza púdicamente las piernas se establece.
hasta volverse cuasi-plegable. La masculini-
dad es, según este análisis performativo del Varios grupos de cabaret lesbiano de los
cuerpo, un principio de extensión, mientras noventa como Split Britches o The Five
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NOTAS Y REFERENCIAS
Lesbian Brothers habían trabajado ya en la 1 Utilizo el concepto “minoritario” al que Deleuze y Guattari se refieren en
teatralización de la masculinidad, la diferen- Kafka, pour une littérature mineure, Paris : Minuit, 1975, en tanto que “reserva
cia tanto en el caso de Diane Torr como en revolucionaria”, “potencia de transformación política”, “coeficiente de desterri-
el de las actuaciones Drag Kings que tendrán torialización.”
lugar en clubes como HerShe Bar, Casanova
2 FOUCAULT, M. “Nietzsche, la généalogie, l’histoire” , 1971 en Dits et écrits I,
o Meow Mix, es que este trabajo se centra Paris : Gallimard, 1994.
explícitamente en la producción performati-
va y teatral de la masculinidad queer que 3 RIVIÈRE, J. “Womanliness as a masquerade”, publicado por el International
pone en cuestión el carácter natural del Journal of Psycho-Analysis, X, p. 303-313, 1929.
“macho.” Así se inventan las versiones bollo- 4 Ernest Jones, “The early development of female sexuality”, International
camp de Elvis Presley, Marlon Brandon, del Journal of Psycho-Analysis, VIII, 1927.
dandy inglés (Hans Schreil), del mafioso con
puro habano y del chulo conquistador. 5 RIVIÈRE, J. Op.cit., pp. 199-200.
Luego los talleres y las prácticas King se 6 En torno a Nietzsche, el artificio y la feminidad ver Jacques Derrida, Eperons,
extienden: en Nueva York la práctica iniciada Les styles de Nietzsche, Paris : Flammarion, 1978.
por Diane Torr se populariza durante los
7 RIVIÈRE, J. Op.cit., p. 203.
noventa: Annie Sprinkle, activista-porno,
organiza talleres junto con Jack Amstrong; 8 Ver BUTLER, J. “Lacan, Rivière and the Strategies of Masquerade” en Gender
en Alemania aparecen figuras como Bridge y Trouble. Feminism and the Subversion of Identity, London : Routledge, 1990.
Antonia, y mucho más tarde en Francia y 9 DOANE, M. A. “Film and the Masquerade: Theorizing The Female Spectator”,
España, Victor Little King y Bob Gode ponen Screen, September-October 1982, vol. 23, nº 3-4, pp. 74-78.
en marcha los primeros talleres y perfor-
mances Kings. 10 BURCH, N. Theory of Film Practice, trad, Helen R. Lane, New York and
Washington : Praeger, 1973.
Las prácticas camp, tanto Queen como King, 11 Citado en Leo Rubinflen, “Through Western Eyes”, Art in America, 1978, vol.
crean un espacio de visibilidad propio a la 66, p. 76.
cultura marica, bollera y trans, a través del
12 El mayor archivo visual de este movimiento es la película de Laura
reciclaje y la declinación paródica de mode- Cottingham Not for sale.
los de la feminidad y la masculinidad de la
cultura popular dominante. No sólo hombre 13 BUTLER, J. “Acerca del término queer” en Cuerpos que importan. Sobre los
y mujer, masculino y femenino, sino también límites materiales y discursivos del “sexo”, Trad. Alcira Bixio, Buenos Aires :
homosexual y heterosexual aparecen hoy Paidós, 2002.
como binarismos u oposiciones insuficientes 14 Utilizo aquí esta noción de “publicitación” en el sentido de transformación
para caracterizar la producción contem- de la esfera pública y de relación con los medios de comunicación de masas
poránea de cuerpos queer. Más allá de la que ha dado Beatriz Colomina en Privacy and Publicity. Modern Architecture as
resignificación o de la resistencia a la nor- Mass Media, Cambridge : MIT, 1994.
malización, las políticas performativas van a 15 SONTAG, S. Notes on Camp ,1964, Against Interpretation, New York :
convertirse en un campo de experimentación, Vintage, 1980.
en el lugar de producción de nuevas subje-
tividades y por lo tanto, en una verdadera 16 Sobre la crisis del sujeto del feminismo ver BRAIDOTTI, R. Feminismo,
alternativa a las formas tradicionales de Diferencia Sexual y Subjetividad Nómade. Edición a cargo de Amalia Fischer
Pfeiffer, Barcelona : Gedisa, 2004.
hacer política.
17 Hay antecedentes en la teatralización de la masculinidad hecha por mujeres
B E AT R I Z P R E C I A D O es filósofa y activista queer. tanto en el teatro como en la danza del ballet clásico, así como en el Harlem
Autora del libro Manifiesto Contra-sexual, editado Renaissance de los años 20, con figuras como Storme Delaverié o Gladys
por Opera Prima en el año 2000. Actualmente Bentley, pero sólo a partir de los 80 podremos hablar de una auténtica cultura
realiza el doctorado en Filosofía y Teoría de la de la performance de la masculinidad.
Arquitectura en la Universidad de Princeton en 18 Diane Torr citada en la película de Gabriel Baur, Venus Boyz, 2002.
Estados Unidos.
19 Ibíd.
20 WITTIG, M. The Straight Mind, Beacon Press, 1989.
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