Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
EL CONTEXTO NEUROFISIOLÓGICO
Queda aún mucho por descubrir sobre el funcionamiento del sistema nervioso,
pero continuamente están apareciendo nuevas aportaciones sobre moléculas,
mecanismos y procesos implicados en el funcionamiento de este complejo
sistema; y los avances científicos sobre aspectos relacionados con
enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer, la epilepsia, la esclerosis
múltiple y las parálisis nerviosas son cada vez más espectaculares.
2
Las neuronas son el elemento fundamental de toda arquitectura nerviosa.
Constituyen la base de todas las concepciones, ya sean anatómicas,
fisiológicas o patológicas del sistema nervioso. Constan de un cuerpo celular
del que parten diversas prolongaciones llamadas dendritas. Una de ellas tiene
mayor longitud y recibe el nombre de cilindroeje o axón. Funcionalmente, la
célula nerviosa es capaz de recibir impulsos nerviosos por medio de las
dendritas y transmitirlos a otras células por medio del cilindroeje.
3
El estudio del cerebro humano se ha llevado a cabo desde diferentes puntos
de vista en diversas disciplinas y a diferentes niveles. Estos estudios podrían
dividirse, a grosso modo en dos ramas principales que incluyen,
respectivamente los aspectos físicos y los llamados aspectos mentales del
cerebro.
Diferentes teorías
La teoría del trauma:
Surgida de la dualidad cartesiana mente-cuerpo que dominó la ciencia del siglo
XVII y XVIII, la medicina del siglo XIX sugería que así como un golpe en el
cuerpo desencadenaba un traumatismo (del griego trauma, “herida”), el alma
podía dañarse y dejar un trauma en su sustancia. Esta noción del trauma
psicológico fue popularizada en los primeros escritos de Sigmund Freud, quien
trabajando con pacientes con parálisis histéricas, había descubierto que el
momento del desarrollo de la parálisis podía relacionarse con un evento
traumático psicológicamente para la persona.
El localizacionismo frenológico
Se le atribuye al médico F.J. Gall la sistematización de una serie de postulados
aislados que aseguraban que la combinación de ciertas formas craneales
determinaba la personalidad de la gente. Otros autores se dedicaron a la
difusión del concepto más que a comprenderlo y estudiarlo como el caso de
L.N. Fowler, quien trazara un mapa de “facultades mentales” en un busto de
porcelana china, consagrándose así uno de los íconos más populares de la
frenología. Poco a poco fue fortaleciéndose la idea de que el tamaño de
regiones específicas del cerebro determinaban el adecuado funcionamiento de
procesos mentales específicos, y que el futuro de la frenología radicaba en
comprobarse de forma anatómica post mortem.
.
La teoría del hemisferio dominante
No se tiene claro aún, pero todo parece indicar que a raíz de los experimentos
de control de la epilepsia separando los hemisferios cerebrales a través del
corte del cuerpo calloso se difundió una creencia generalizada de que el ser
humano tenía dos cerebros: uno del lado derecho y otro del lado izquierdo del
cráneo, cada uno con funciones totalmente opuestas. Se decía que el
hemisferio derecho era el centro de la capacidad artística, la sensibilidad
musical y la elocuencia. Del mismo modo se decía que el hemisferio izquierdo
era el centro de la razón, el cálculo matemático y la estructura lingüística. Esta
teoría popular, surgida de la lectura superficial de experimentos científicos de
los años 50, se fortaleció a tal grado de
redactarse libros que describían a las personas como “dominadas” por un
hemisferio cerebral, o por el otro. Todavía hasta la década de los noventa,
autores de difusión como S. Covey atribuyen a la teoría del hemisferio
4
dominante la personalidad estructurada y racional de la sociedad actual, y
cómo equilibrando ambos hemisferios se puede lograr la felicidad.