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CARGA

DE LA PRUEBA
Forma general

Época: Décima Época
Registro: 2007973
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 12, Noviembre de 2014, Tomo I
Materia(s): Civil
Tesis: 1a. CCCXCVI/2014 (10a.)
Página: 706

CARGA DE LA PRUEBA. SU DISTRIBUCIÓN A PARTIR DE LOS PRINCIPIOS LÓGICO Y
ONTOLÓGICO.
El sistema probatorio dispuesto en el Código de Procedimientos Civiles para el
Distrito Federal acoge los principios lógico y ontológico que la teoría establece
en torno a la dinámica de la carga de la prueba, cuyos entendimiento y
aplicación facilitan la tarea del juzgador, pues permite conocer de qué forma se
desplazan dichas cargas, en función de las posiciones que van tomando las
partes de acuerdo a las aseveraciones que formulan durante el juicio. Ahora
bien, el principio ontológico parte de la siguiente premisa: lo ordinario se
presume, lo extraordinario se prueba, y se funda, en que el enunciado que trata
sobre lo ordinario se presenta, desde luego, por sí mismo, con un elemento de
prueba que se apoya en la experiencia común; en tanto que el aserto que versa
sobre lo extraordinario se manifiesta, por el contrario, destituido de todo
principio de prueba; así, tener ese sustento o carecer de él, es lo que provoca
que la carga de la prueba se desplace hacia la parte que formula enunciados
sobre hechos extraordinarios, cuando la oposición expresada por su contraria
la constituye una aseveración sobre un acontecimiento ordinario. Por su parte,
en subordinación al principio ontológico, se encuentra el lógico, aplicable en los
casos en que debe dilucidarse a quién corresponde la carga probatoria cuando
existen dos asertos: uno positivo y otro negativo; y en atención a este principio,
por la facilidad que existe en demostrar el aserto positivo, éste queda a cargo
de quien lo formula y libera de ese peso al que expone una negación, por la
dificultad para demostrarla. Así, el principio lógico tiene su fundamento en que
en los enunciados positivos hay más facilidad en su demostración, pues es
admisible acreditarlos con pruebas directas e indirectas; en tanto que un aserto
negativo sólo puede justificarse con pruebas indirectas; asimismo, el principio
en cuestión toma en cuenta las verdaderas negaciones (las sustanciales) y no
aquellas que sólo tienen de negativo la forma en que se expone el aserto
(negaciones formales). De ahí que, para establecer la distribución de la carga
probatoria, debe considerarse también si el contenido de la negación es
concreto (por ejemplo, "no soy la persona que intervino en el acto jurídico") o
indefinido (verbigracia, "nunca he estado en cierto lugar") pues en el primer
caso, la dificultad de la prueba deriva de una negación de imposible
demostración, que traslada la carga de la prueba a la parte que afirma la
identidad; mientras que la segunda es una negación sustancial, cuya dificultad

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probatoria proviene, no de la forma negativa, sino de la indefinición de su


contenido, en cuyo caso corresponde a quien sostiene lo contrario (que el
sujeto sí estuvo en cierto lugar en determinada fecha) demostrar su aserto, ante
la indefinición de la negación formulada. Finalmente, en el caso de las
afirmaciones indeterminadas, si bien se presenta un inconveniente similar,
existe una distinción, pues en éstas se advierte un elemento positivo,
susceptible de probarse, que permite presumir otro de igual naturaleza.

Amparo directo 55/2013. 21 de mayo de 2014. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas
y Jorge Mario Pardo Rebolledo, por lo que hace a la concesión del amparo. El Ministro Jorge Mario
Pardo Rebolledo formuló voto concurrente en el que manifestó apartarse de las consideraciones
relativas al tema contenido en la presente tesis. La Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas
manifestó que si bien vota por conceder el amparo, no comparte las consideraciones ni los efectos, y
formuló voto concurrente. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Mireya Meléndez Almaraz.
Esta tesis se publicó el viernes 21 de noviembre de 2014 a las 9:20 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Época: Décima Época
Registro: 2007974
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 12, Noviembre de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CCCXCV/2014 (10a.)
Página: 707

CARGAS PROBATORIAS. EL ARTÍCULO 281 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA
EL DISTRITO FEDERAL, QUE IMPONE A LAS PARTES EL ONUS PROBANDI PARA DEMOSTRAR
SUS PRETENSIONES, NO TRANSGREDE EL DERECHO DE ACCESO A LA JUSTICIA.
La circunstancia de que el artículo 281 del Código de Procedimientos Civiles
para el Distrito Federal prevea que corresponde a las partes demostrar los
hechos constitutivos de sus pretensiones, de ninguna manera implica violación
a los derechos humanos de la parte que tiene alguna imposibilidad material
para demostrar los elementos de su acción, pues en tales supuestos, el precepto
debe aplicarse de manera complementaria con el resto de las normas que
constituyen el sistema sobre el régimen probatorio. Ciertamente, la norma
mencionada al epígrafe consagra el principio lógico de la prueba que se
sustenta en que, por regla general, el que afirma está obligado a probar, lo que
se explica porque quien formula un aserto tiene, en principio, mayor facilidad
para demostrarlo y, en ese sentido, constituye la pauta general sobre la
distribución de la carga probatoria; así, dicha norma atribuye a cada parte la
carga de demostrar los hechos constitutivos de sus pretensiones. Ahora bien,
en los casos en que la pretensión descansa en hechos en los que existe alguna
imposibilidad material para dicha parte, de probar sus elementos constitutivos,
debe atenderse al resto de las disposiciones en donde se desarrolla el principio
ontológico de la prueba (lo ordinario se presume, lo extraordinario se prueba).
Esto es así porque la prevención contenida en el artículo 281 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, que constituye la regla general
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sobre la distribución de la carga probatoria, se complementa con el resto de las


disposiciones que constituyen el sistema sobre el régimen probatorio, pues no
debe soslayarse que esa norma forma parte de un sistema en el que el resto de
las disposiciones que lo componen, la complementan y, en tal virtud, cuando se
presenta un caso en donde el afectado se encuentra frente a un especial
inconveniente para demostrar sus afirmaciones, no necesariamente es la regla
general contenida en dicho numeral la que debe aplicarse sino las que prevén
los casos de excepción, en los que, o bien se regula una situación en la que, por
la facilidad de la prueba es la parte contraria quien debe demostrar su
oposición, o bien, ante la indefinición del hecho que se pretende demostrar, el
onus probandi se invierte. En tales circunstancias, es de concluirse que el
artículo 281 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, en
modo alguno constituye un obstáculo para acceder a la justicia pues, en todo
caso, será labor del juzgador resolver qué disposición habrá de aplicar en cada
asunto, según la naturaleza de los hechos que hayan de demostrarse.

Amparo directo 55/2013. 21 de mayo de 2014. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas
y Jorge Mario Pardo Rebolledo, por lo que hace a la concesión del amparo. El Ministro Jorge Mario
Pardo Rebolledo formuló voto concurrente en el que manifestó apartarse de las consideraciones
relativas al tema contenido en la presente tesis. La Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas
manifestó que si bien vota por conceder el amparo, no comparte las consideraciones ni los efectos, y
formuló voto concurrente. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Mireya Meléndez Almaraz.
Esta tesis se publicó el viernes 21 de noviembre de 2014 a las 9:20 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.


Época: Décima Época
Registro: 2005138
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 1, Diciembre de 2013, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Civil
Tesis: 1a. CCCXXXVIII/2013 (10a.)
Página: 534

PRUEBAS. EL INCUMPLIMIENTO DE LOS REQUISITOS PREVISTOS PARA SU OFRECIMIENTO
NO DEPENDE DE SU OMISIÓN FORMAL, SINO DEL JUICIO DEL TRIBUNAL DONDE CONSIDERE
SU FINALIDAD Y PERTINENCIA (INTERPRETACIÓN CONFORME DEL ARTÍCULO 291 DEL
CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL DISTRITO FEDERAL).
El citado precepto, permite dos posibles interpretaciones: 1) la que considera
que ante la omisión formal de cualquiera de los requisitos, procede desechar la
prueba, sin hacer consideración alguna a las circunstancias del caso para
valorar la necesidad o utilidad de la información omitida; y, 2) aquella según la
cual, la norma no impone el desechamiento automático de las pruebas respecto
a las cuales no se indique formalmente alguno de los requisitos, sino que se
deja al prudente arbitrio del tribunal la valoración de las circunstancias del
caso, con el fin de determinar si se tienen por cumplidas o no las cargas
impuestas en el precepto, en atención a su finalidad y razón de ser que se

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traduce en proporcionar al juez la información estimada útil y necesaria para


facilitar su labor al resolver sobre la admisibilidad de los medios probatorios,
así como para tomar las providencias necesarias en su preparación y desahogo,
en atención al régimen legal de la prueba, según el cual, sólo los hechos
controvertidos son objeto de ella, además de que las pruebas deben ser
pertinentes respecto de los hechos a demostrar para evitar el empleo de tiempo
y demás recursos en pruebas intrascendentes o impertinentes, que redunden
en dilaciones indebidas del procedimiento. Esta segunda interpretación se
considera la más ajustada al derecho fundamental de defensa, integrante del
debido proceso contenido en el artículo 14 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y en el numeral 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, porque favorece su respeto y ejercicio; de ahí que el
tribunal, al analizar la admisión de las pruebas ofrecidas en el juicio ordinario
civil, debe actuar con la flexibilidad necesaria que requieran las circunstancias
de cada caso y no sólo fundar su decisión en el incumplimiento formal de los
requisitos que prevé el artículo 291 del Código de Procedimientos Civiles para
el Distrito Federal; esto es, debe expresar, en el caso de considerarlos
insatisfechos, los motivos por los cuales considera incumplidos dichos
requisitos para proceder al desechamiento de las pruebas. Así, pueden
considerarse cumplidos los requisitos si de la información que proporcione el
oferente y las remisiones que haga a su demanda o contestación, se adviertan
con claridad los hechos específicos que busca demostrar con cada prueba, así
como los motivos por los cuales considera que con tales elementos los
acreditaría, aunque no los haga explícitos formalmente; por el contrario,
cuando no resulte claro o fácil relacionar las pruebas ofrecidas con los hechos
específicos a demostrar, la satisfacción de la carga es más gravosa porque sus
fines quedarán insatisfechos, con lo cual daría lugar al desechamiento de los
medios probatorios.

Amparo directo en revisión 2606/2013. Armando Zazueta Niebla. 2 de octubre de 2013. Unanimidad de
cuatro votos. Ausente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria:
Mónica Cacho Maldonado.
Esta tesis se publicó el viernes 13 de diciembre de 2013 a las 13:20 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Carga dinámica

Época: Décima Época
Registro: 2002715
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XVII, Febrero de 2013, Tomo 2
Materia(s): Laboral
Tesis: III.3o.T.9 L (10a.)
Página: 1326

CARGA DINÁMICA DE LA PRUEBA EN EL JUICIO LABORAL. ESTÁ PREVISTA EN LA LEY
FEDERAL DEL TRABAJO Y CONSISTE EN DISPENSAR DEL DÉBITO PROBATORIO DEL

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DESPIDO AL TRABAJADOR Y TRASLADARLO AL PATRÓN (REFORMA PUBLICADA EN EL
DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN DE 4 DE ENERO DE 1980).
Conforme al artículo 784, fracción VI, de la Ley Federal del Trabajo, el
trabajador queda eximido de probar el despido, cuando entre otras causas,
exista controversia sobre haberle dado aviso el patrón por escrito, de la fecha y
causa de la separación. Así, la norma traslada al patrón el débito de probar el
hecho de haber despedido al operario por causa justificada; medida
implementada en la reforma a la Ley Federal del Trabajo, publicada en el Diario
Oficial de la Federación el 4 de enero de 1980, cuyas razones, según el proceso
legislativo, fueron: a) una referencia expresa a modificar el parámetro
tradicional de distribución de la carga de la prueba dentro del juicio laboral, al
cuestionar el principio inherente a que quien afirma debe probar los hechos
constitutivos de su acción, porque aplicado rígidamente -en forma absoluta, sin
consideración de las dificultades objetivas-, limita la actividad del tribunal de
juzgar conforme a una idea clara y completa de los hechos; b) la necesidad de
distinguir que el deber de probar un hecho y disponer de todos los medios para
hacerlo, no siempre coinciden y, con frecuencia, es la contraparte o terceros
ajenos al juicio quienes disponen de más elementos que el actor para
comprobar lo que éste afirma; c) exigencia de una modalidad participativa y de
colaboración de todos aquellos que intervienen en el juicio, para lograr el
esclarecimiento de la verdad y para aportar todos los elementos que faciliten la
labor de juzgar; y, d) el sentido optativo de la carga probatoria, contenido en la
iniciativa de la citada reforma, se sustituyó por la de un imperativo y así
afianzar el equilibrio material de las partes, fincándola al patrón, a quien se
consideró en mejor posibilidad de cumplirla. Luego, el fin de la reforma fue
atemperar las consecuencias desfavorables para el conocimiento de la verdad y
la impartición de justicia obrera, del principio de derecho común indicado,
flexibilizándolo en procesos de contenido social, al obligar a la parte que podría
tener mayor capacidad de aportar las pruebas, a su exhibición, con la
presunción de certeza de los hechos narrados por el trabajador en caso de
contumacia (salvo prueba en contrario), así que es un deber contribuir al
conocimiento de la verdad, cooperando con la exhibición de las pruebas en los
supuestos descritos en la norma para la efectiva impartición de justicia, en
atención al desequilibrio entre los factores de la producción que atiende la
referida reforma. En este contexto, en la doctrina procesal también es conocida
como "carga dinámica de la prueba", según la cual debe aportarla quien esté en
mejor posición y condición de hacerlo, ya sea por cuestiones técnicas,
profesionales, fácticas o de mejor oportunidad, en un contexto de buena fe y
solidaridad procesal, frente a situaciones de insuficiencia probatoria de la
contraparte que objetivamente resulta necesario atender. Es un medio
excepcional que desplaza el débito respecto a situaciones concretas y no de
forma total, flexibilizando la rigidez de las reglas generales, pues no las desecha
sino las complementa o perfecciona. Finalmente, atiende a criterios de
disponibilidad (situación de cercanía, acceso o contacto con el medio o fuente
de la prueba) y de facilidad (mayor economía, rapidez o seguridad para
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aportarla), más allá de la situación de actor o demandado, ante la dificultad de


su acceso a la prueba, que podría implicar una menor capacidad de probar.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO DEL TERCER CIRCUITO.
Amparo directo 967/2012. Desarrolladora de Casas del Noroeste, S.A. de C.V. 30 de agosto de 2012.
Unanimidad de votos. Ponente: Rodolfo Castro León. Secretario: Karlos Alberto Soto García.

Discriminación y Carga dinámica

Época: Décima Época
Registro: 2010842
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 26, Enero de 2016, Tomo IV
Materia(s): Constitucional, Laboral
Tesis: XI.1o.A.T.31 L (10a.)
Página: 3310

DESPIDO DE UNA TRABAJADORA BURÓCRATA DE CONFIANZA MOTIVADO POR SU
GRAVIDEZ. REGLAS PARA RESOLVER EL JUICIO LABORAL RELATIVO.
Cuando el despido de una trabajadora burócrata de confianza tuvo como origen
un acto discriminatorio de su patrón, porque fue posterior a que le informó que
estaba embarazada, la autoridad jurisdiccional debe: i) aplicar la herramienta
de perspectiva de género; ii) emplear el principio de no discriminación; iii)
determinar correctamente la carga de la prueba en la alegación a una violación
a éste; iv) valorar las pruebas ofrecidas por las partes, con base en sus
posiciones o pretensiones; y, v) resolver si ese tipo de trabajadoras están
exentas de violaciones al principio indicado, por la sola circunstancia de su
categoría, dado que en el juicio laboral se controvierte el despido motivado por
la gravidez de la actora, por ir contra el derecho humano a la no discriminación,
contenido en los artículos 1o., párrafo quinto, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, 1, numeral 1, de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y 1 del Convenio Número 111 Relativo a la Discriminación
en Materia de Empleo y Ocupación, de la Organización Internacional del
Trabajo pero, especialmente, por transgredir el artículo 11, numeral 2, inciso
a), de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), que reconoce
expresamente el derecho de la mujer a no ser despedida por motivo del
embarazo.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE TRABAJO DEL DÉCIMO
PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 20/2015. 10 de septiembre de 2015. Mayoría de votos. Disidente: Hugo Sahuer
Hernández. Ponente: Víctorino Rojas Rivera. Secretario: Jesús Santos Velázquez Guerrero.
Esta tesis se publicó el viernes 15 de enero de 2016 a las 10:15 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Época: Décima Época
Registro: 2002355
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

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CARGA DE LA PRUEBA
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XV, Diciembre de 2012, Tomo 2
Materia(s): Administrativa
Tesis: I.7o.A.65 A (10a.)
Página: 1487

PREVENCIÓN Y ELIMINACIÓN DE LA DISCRIMINACIÓN. LA CARGA DE PROBAR ÉSTA RECAE
EN LA PARTE ACUSADA CUANDO ACEPTA LOS HECHOS QUE MOTIVAN UNA QUEJA EN LA
MATERIA PERO NIEGA LA CONDUCTA QUE SE LE ATRIBUYE, AL ADUCIR UNA CAUSA DE
JUSTIFICACIÓN.
De conformidad con los artículos 81 y 82, en relación con el 96, del Código
Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a la Ley Federal
para Prevenir y Eliminar la Discriminación, acorde con su numeral 47, la carga
de probar la discriminación corresponde a quien se queja de sufrirla, siempre y
cuando aquel a quien se atribuyan esos actos se concrete a negarlos; sin
embargo, cuando la parte acusada acepta los hechos que motivan una queja en
la materia de dicha ley pero niega la conducta que se le atribuye, al aducir una
causa de justificación, esa excepción de culpa que se traduce en la afirmación de
haberse conducido debidamente, requiere ser demostrada, por lo cual, en ella
recae la carga de la prueba, en ese aspecto.

SÉPTIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 445/2012. 5 de septiembre de 2012. Mayoría de votos. Disidente: F. Javier Mijangos
Navarro. Ponente: Alberto Pérez Dayán. Secretaria: Irma Gómez Rodríguez.

Época: Décima Época
Registro: 2010843
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 26, Enero de 2016, Tomo IV
Materia(s): Constitucional
Tesis: XI.1o.A.T.4 CS (10a.)
Página: 3311

DISCRIMINACIÓN POR RAZÓN DE SEXO. LA CONSTITUYEN LAS DECISIONES EXTINTIVAS DE
UNA RELACIÓN LABORAL BASADAS EN EL EMBARAZO, AL AFECTAR EXCLUSIVAMENTE A
LA MUJER.
La discriminación opera, en última instancia, como un instrumento de
segregación social, en la medida en que dicho comportamiento supone
mantener al grupo discriminado a distancia y le reserva espacios propios, que
únicamente puede abandonar en determinadas condiciones, más o menos
restrictivas. En este campo, son de especial relevancia la Declaración sobre la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (DEDM), la Convención sobre
la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDM) y
el protocolo facultativo de ésta (PFCEDM), adoptados por la Asamblea General
de las Naciones Unidas, porque han ampliado y reforzado la igualdad de
derechos reconocida en otros instrumentos internacionales. Así, la
discriminación por razón de sexo comprende aquellos tratamientos

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peyorativos que se fundan, no sólo en la pura y simple constatación del sexo de


la víctima, sino también en la concurrencia de razones o circunstancias que
tengan con aquél una conexión directa e inequívoca. En estas condiciones, el
embarazo es un elemento o factor diferencial que, por razones obvias, incide de
forma exclusiva sobre las mujeres y que no puede acarrear, conforme a la
interdicción de la discriminación por razón de sexo, perjuicios a las
trabajadoras. Por tanto, las decisiones extintivas de una relación laboral
basadas en el embarazo, al afectar exclusivamente a la mujer, constituyen una
discriminación por razón de sexo, proscrita por los artículos 1o., párrafo quinto,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 1, numeral 1, de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en razón de que estas
disposiciones contienen un catálogo enunciativo, mas no limitativo de los
motivos de discriminación. Refuerza lo anterior, el hecho de que la protección
de la mujer no se limita a su condición biológica durante el embarazo y después
de éste, ni a las relaciones con su hijo durante el periodo que sigue al embarazo
y al parto, sino que se extiende al ámbito estricto del desarrollo y a las
vicisitudes de la relación laboral, razón por la cual condiciona las potestades
organizativas y disciplinarias del empleador, lo que trae consigo que se
califiquen como discriminación basada en el sexo tanto el despido por razón de
embarazo, como la negativa a contratar a una mujer embarazada, por el hecho
de estarlo. De ahí que -se afirme- un trato desfavorable motivado por la
situación de embarazo está directamente relacionado con el sexo de la víctima
y constituye una discriminación directa por esa razón, siendo irrelevante, para
apreciar esa diferencia, que ningún hombre se encuentre en una situación
comparable y pueda servir como punto de comparación. Máxime que, atento a
la condición de las trabajadoras encinta y al riesgo de ser despedidas por
motivos relacionados con su estado -que puede tener consecuencias
perjudiciales sobre su salud física y psíquica, entre ellos el de incitarlas a
interrumpir voluntariamente su embarazo-, en el derecho internacional existen
disposiciones jurídicas que reconocen una prohibición de despido durante ese
lapso, incluso en el de lactancia -salvo motivos justificados, con la carga de la
prueba para el patrón- e independientemente de la categoría que tengan.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE TRABAJO DEL DÉCIMO
PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 20/2015. 10 de septiembre de 2015. Mayoría de votos. Disidente: Hugo Sahuer
Hernández. Ponente: Víctorino Rojas Rivera. Secretario: Jesús Santos Velázquez Guerrero.
Esta tesis se publicó el viernes 15 de enero de 2016 a las 10:15 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Época: Décima Época
Registro: 2010570
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 24, Noviembre de 2015, Tomo IV
Materia(s): Laboral, Administrativa
Tesis: IV.2o.A.111 A (10a.)

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Página: 3570

PENSIONADOS DEL INSTITUTO DE SEGURIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DE LOS
TRABAJADORES DEL ESTADO. EL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y
ADMINISTRATIVA DEBE ALLEGARSE OFICIOSAMENTE DE MÁS ELEMENTOS DE PRUEBA
CUANDO LOS QUE EXHIBAN, COMO ADULTOS MAYORES EN SITUACIÓN DE
VULNERABILIDAD, SEAN INSUFICIENTES PARA CLARIFICAR EL DERECHO CUYO
RECONOCIMIENTO PRETENDAN, ADEMÁS DE QUE AQUEL ORGANISMO ES QUIEN CUENTA
CON LA INFORMACIÓN NECESARIA PARA DETERMINAR SU SITUACIÓN JUBILATORIA,
CONFORME A SU LEY ABROGADA.
La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis 1a.
CCXXIV/2015, publicada en el Semanario Judicial de la Federación del viernes
26 de junio de 2015 a las 9:20 horas y en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Décima Época, Libro 19, Tomo I, junio de 2015, página 573, de
título y subtítulo: "ADULTOS MAYORES. AL CONSTITUIR UN GRUPO
VULNERABLE MERECEN UNA ESPECIAL PROTECCIÓN POR PARTE DE LOS
ÓRGANOS DEL ESTADO.", sostuvo que los adultos mayores constituyen un
grupo vulnerable que merece especial protección por parte de los órganos del
Estado, ya que su avanzada edad los coloca con frecuencia en una situación de
dependencia familiar, discriminación e incluso abandono. En ese contexto, el
Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, en los asuntos en que
alguna de las partes tenga la calidad de pensionado del Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, como adulto mayor en
situación de vulnerabilidad, debe analizar las disposiciones legales aplicables al
caso para proporcionarle el mayor beneficio que pudiera corresponderle y, de
ser necesario, con independencia de las reglas de la carga de la prueba,
allegarse oficiosamente de mayores elementos para clarificar el derecho cuyo
reconocimiento pretenda, cuando los que aporte resulten insuficientes, con el
objeto de proteger de manera reforzada sus derechos, pues a la luz de la citada
tesis, el artículo 41 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso
Administrativo permite que, en los casos de grupos vulnerables, los
Magistrados del tribunal mencionado, hasta antes de que se cierre la
instrucción, para un mejor conocimiento de los hechos controvertidos,
acuerden la exhibición de cualquier documento que tenga relación con éstos,
además de que es el organismo referido quien cuenta con la información de las
cuotas y aportaciones de cada trabajador, es decir, con la necesaria para
determinar su situación jubilatoria, en tanto que es el receptor de las
cotizaciones, de acuerdo con los artículos 6o., párrafos primero y último y 22,
párrafo primero, de su abrogada ley.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL CUARTO CIRCUITO.
Amparo directo 121/2015. María Magdalena Villegas Vilchis. 28 de agosto de 2015. Unanimidad de
votos. Ponente: Hugo Alejandro Bermúdez Manrique. Secretaria: Ana Mitzi Hernández Rivera.
Esta tesis se publicó el viernes 27 de noviembre de 2015 a las 11:15 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Época: Décima Época
Registro: 2008541

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CARGA DE LA PRUEBA
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 15, Febrero de 2015, Tomo II
Materia(s): Civil
Tesis: 1a. XC/2015 (10a.)
Página: 1380

ALIMENTOS. ELEMENTOS QUE EL JUZGADOR DEBE CONSIDERAR PARA CALCULAR EL
QUÁNTUM DE LA PENSIÓN ALIMENTICIA CUANDO LA OBLIGACIÓN DEBA RETROTRAERSE
AL MOMENTO DEL NACIMIENTO DEL MENOR.
En los casos en que se ventile el pago de alimentos derivado del reconocimiento
de paternidad, el juzgador debe valorar y ponderar ciertos elementos a la luz
del interés superior del menor y del principio de igualdad y no discriminación
para verificar su pertinencia y, en caso de que se advierta su actualización, debe
considerarlos al dictar su resolución para modular el monto retroactivo de la
pensión alimenticia, de tal forma que sea razonable y no llegue a ser abusivo,
tales como: i) si existió o no conocimiento previo de su obligación; y, ii) la
buena o mala fe del deudor alimentario. Por lo que se refiere al conocimiento
previo, el juzgador debe ponderar si el deudor alimentario tuvo o no
conocimiento del embarazo o del nacimiento del menor, ya que el conocimiento
del hecho generador es una condición esencial al ponderar el quántum, en tanto
que si el padre no tuvo conocimiento de la existencia del menor, y ese
desconocimiento no es atribuible a él, no podrá asumirse que quiso incumplir
con las obligaciones alimentarias, sino que, al desconocer su existencia, no
podía cumplir con una obligación que ignoraba. Dicho de otro modo, el juez
debe tomar en cuenta si el embarazo y/o nacimiento del menor no le fueron
ocultados, restringiéndose con ello los derechos tanto del menor como del
padre y así, una vez delimitado si existió o no conocimiento previo, el juzgador
debe considerar la actuación del deudor alimentario en el transcurso del
proceso para determinar la filiación y los alimentos, y si ha actuado con buena o
mala fe durante la tramitación del proceso; si siempre se ha mostrado
coadyuvante y con afán de esclarecer la situación o si, por el contrario, se ha
desempeñado negligentemente o se ha valido de artimañas con el objeto de
obstaculizar el conocimiento de la verdad. Como se advierte, la mala fe alude a
la actuación del deudor alimentario, es decir, a la valoración que se realice del
hecho de que por causas imputables a él no puede definirse la paternidad; o
bien, si por el contrario, existe buena fe de su parte y, por ejemplo, se presta a
colaborar en el proceso con la finalidad de esclarecer la paternidad del menor.
En este sentido, el juez debe tomar en cuenta que no le basta al demandado con
adoptar una actitud de simple negación, sino que hay un deber de colaborar
dentro del proceso en atención a su posición privilegiada o destacada en
relación con el material probatorio, pues se encuentra en mejor condición para
revelar la verdad y su deber de colaboración se acentúa al punto de atribuirle
una carga probatoria que en principio no tenía o, mejor dicho, se le atribuyen
las consecuencias de la omisión probatoria. Así, no puede aceptarse que el
padre resulte beneficiado como consecuencia de mantener una conducta
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CARGA DE LA PRUEBA

disfuncional y opuesta a derecho. De ahí que sea en el padre en quien recae la


carga de probar la existencia de razones justificadas por las que deba relevarse
de la obligación de contribuir al sostenimiento del menor a partir de la fecha de
nacimiento del niño o la niña; es decir, corresponde al padre la prueba de que
tuvo como causa un motivo objetivo y razonable, ajeno a toda discriminación y,
por tanto, esos motivos deben considerarse al determinar el quántum de la
obligación alimentaria.

Amparo directo en revisión 2293/2013. 22 de octubre de 2014. Mayoría de tres votos de los Ministros
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Disidentes: José Ramón Cossío Díaz, quien reservó su derecho para formular voto particular y Jorge
Mario Pardo Rebolledo, quien formuló voto particular. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Secretaria: María Dolores Igareda Diez de Sollano.
Esta tesis se publicó el viernes 27 de febrero de 2015 a las 9:30 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Época: Décima Época
Registro: 2006366
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 6, Mayo de 2014, Tomo III
Materia(s): Constitucional, Laboral
Tesis: III.3o.T.24 L (10a.)
Página: 2087

OFRECIMIENTO DE TRABAJO PARA EMPLEADAS EMBARAZADAS Y EN SITUACIÓN DE
MATERNIDAD. SI EL DESPIDO ES ATRIBUIDO EN LOS PERIODOS PROTEGIDOS
CONSTITUCIONAL E INTERNACIONALMENTE, SU CALIFICACIÓN DEBE HACERSE BAJO UN
ESCRUTINIO MÁS ESTRICTO.
Cuando la actora refiere en la demanda, ampliación o aclaración que estaba
embarazada, sus periodos de incapacidad por licencia de maternidad (pre y
postnatal) y ulterior reincorporación, con el planteamiento de un despido
ocurrido en dicha época; y en la contestación, la demandada no debate ese
contexto de maternidad, sino que guarda silencio, entonces debe tenerse como
cierto ese aspecto de maternidad, al ser aplicable la consecuencia jurídica
contenida en el artículo 878, fracción IV, de la Ley Federal del Trabajo, ello para
efectos de la calificación del ofrecimiento de trabajo. En ese contexto, acorde
con el principio internacional y nacional sobre estabilidad laboral reforzada
para conservar el empleo en pro de la madre y el producto de la concepción,
contenido en los artículos 123, apartado A, fracciones V y XV, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; 10, numeral 2, del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; 4, numeral 2 y 11,
numeral 2, inciso a), de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas
de Discriminación contra la Mujer; en especial y, de forma orientadora, el
Convenio 183, artículos 8 y 9, numeral 1, sobre la protección de la maternidad
de la Organización Internacional del Trabajo, que establece: "La carga de la
prueba de que los motivos del despido no están relacionados con el embarazo o
el nacimiento del hijo y sus consecuencias o la lactancia incumbirá al

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CARGA DE LA PRUEBA

empleador."; es obligado dar mayor intensidad a la carga de la prueba del


patrón de la que ordinariamente tiene para desvirtuar el despido. Bajo esa
perspectiva, la calificación del ofrecimiento de trabajo en ese tipo de casos no
puede ser vista bajo un test ordinario, prescindiendo de dicho marco específico
de tutela y medidas de protección contra la discriminación por despido en tales
periodos, sino que las Juntas de Conciliación y Arbitraje deben desplegar un
escrutinio más estricto (analizando con mayor rigor el cumplimiento de los
requisitos para calificarlo), atendiendo, igualmente, a los beneficios de ese
colectivo, a través de fórmulas reforzadas, verificando detenidamente las
condiciones de trabajo que no deben alterarse, el respeto a las prerrogativas
básicas y fundamentales de estas empleadas, el análisis de conductas
antagónicas, contradictorias o desleales y, demás aspectos indicados en la
jurisprudencia para calificarlo, en aras de que no se utilice con el exclusivo fin
de revertir la carga de la prueba a la madre trabajadora, ya que si el patrón
intenta dicha reversión, en esa medida debe someterse a un estudio más
riguroso, pues la justicia laboral debe otorgar tratos procesales acordes al
despido aludido en periodos de mayor tutela, donde es fundamental el empleo,
adoptando medidas procesales afines. De lo contrario, perderían sentido el
marco de protección nacional e internacional, así como las medidas de
protección especiales de ese grupo en desventaja, para lograr igualdad
sustantiva o de hecho, en contextos como el trabajo y juicios laborales, cuando
está a debate su derecho a conservar el empleo en épocas de tutela reforzada.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO DEL TERCER CIRCUITO.
Amparo directo 489/2013. María Azucena Lomelí Alemán. 7 de febrero de 2014. Unanimidad de votos.
Ponente: Rodolfo Castro León. Secretario: Karlos Alberto Soto García.
Esta tesis se publicó el viernes 2 de mayo de 2014 a las 12:05 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Época: Décima Época
Registro: 2003100
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XVIII, Marzo de 2013, Tomo 3
Materia(s): Laboral
Tesis: XIX.2o.P.T.2 L (10a.)
Página: 2048

PENSIÓN POR CESANTÍA EN EDAD AVANZADA. PARA CUANTIFICARLA CORRESPONDE AL
INSTITUTO MEXICANO DEL SEGURO SOCIAL LA CARGA DE LA PRUEBA DEL PROMEDIO
SALARIAL DE LAS ÚLTIMAS 250 SEMANAS DE COTIZACIÓN, AL CONTAR CON MÁS Y
MEJORES ELEMENTOS DE PRUEBA QUE EL ASEGURADO.
Los artículos 123, apartado A, fracción XXIX, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 9 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales; 11, numeral 1, inciso e), de la Convención sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer; y, 17 del
Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en
Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, conforman el corpus
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CARGA DE LA PRUEBA

juris a través del cual se reconoce como derecho humano la protección especial
de los adultos mayores en torno a los beneficios de seguridad social que deben
recibir con motivo de su edad, entre ellos, la obtención de una pensión, razón
por la cual, de la interpretación de los artículos 783 y 784 de la Ley Federal del
Trabajo, en atención al principio pro persona, a través del control de
convencionalidad, debe entenderse que el espíritu del legislador laboral es
conforme con la norma constitucional y convencional en cita, acorde con lo
cual, debe relevarse de la carga de la prueba a los adultos mayores para
determinar el promedio salarial de las últimas doscientas cincuenta semanas
cotizadas para el cálculo de la pensión por cesantía en edad avanzada a que
tienen derecho, puesto que ésta corresponde al Instituto Mexicano del Seguro
Social, en razón de que no sólo por lógica, sino por disposición legal cuenta con
más y mejores elementos de prueba que el asegurado, puesto que es quien lleva
el registro de los salarios con los cuales aquél cotizó.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS PENAL Y DE TRABAJO DEL DÉCIMO NOVENO
CIRCUITO.
Amparo directo 520/2012. María Elena Martínez Cepeda. 4 de octubre de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Arturo Rafael Segura Madueño. Secretario: Emilio Enrique Pedroza Montes.

Época: Novena Época
Registro: 165111
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXXI, Marzo de 2010
Materia(s): Civil
Tesis: I.3o.C.781 C
Página: 2872

ALIMENTOS. LA PRESUNCIÓN DE NECESIDAD DEL DISCAPAZ DEBE CONTEXTUALIZARSE EN
EL ÁMBITO PERSONAL, FAMILIAR Y SOCIAL EN QUE SE DESARROLLA LA PERSONA Y
SOLAMENTE PUEDE DESVIRTUARSE CON DATOS OBJETIVOS Y CONCRETOS DE QUE ESTÁ
ASEGURADO SU DESARROLLO Y DIGNIDAD.
Conforme a la interpretación sistemática y armónica de los artículos 308 y 311
del Código Civil para el Distrito Federal, las necesidades de los acreedores
alimentistas merecen y deben ser cubiertas por los deudores respectivos por
atender a su naturaleza ordinaria, esto es, son aquellas sin las cuales el
individuo no puede subsistir ni desarrollarse plenamente en su entorno
personal, familiar y social, como la comida, el vestido, la habitación, los gastos
para la educación de menores y aquellos que se dirijan a proporcionarles oficio,
arte o profesión adecuados a sus circunstancias personales; y si se trata de
personas con algún tipo de discapacidad o declaradas en estado de interdicción,
tiene ese carácter lo necesario para su habilitación o rehabilitación y su
desarrollo, quienes, además, gozan de la presunción de necesitar alimentos.
Esta presunción es iuris tantum, por lo que la carga de la prueba de que el actor
no los necesita corresponde al deudor alimentario, quien debe acreditar que el
discapaz logró su rehabilitación o tuvo un desarrollo suficiente que lo colocó en
una situación tal que no depende del cumplimiento del deber de solidaridad del
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CARGA DE LA PRUEBA

acreedor alimentario, que tiene bienes propios o porque no obstante su


discapacidad desempeña algún trabajo o alguna profesión, oficio o comercio
suficiente para proporcionarse el contenido mínimo de los alimentos. En ese
tenor, el artículo 2o. de la Ley para las Personas con Discapacidad del Distrito
Federal dispone que por persona con discapacidad debe entenderse todo ser
humano que padece temporal o permanentemente una disminución en sus
facultades físicas, intelectuales o sensoriales que le limitan realizar una
actividad normal y, en términos del artículo 2 de la Ley General de las Personas
con Discapacidad, se añade la circunstancia de que constituya una realidad que
le limite en su capacidad de ejercer una o más actividades esenciales de la vida
diaria, que pueda ser agravada o causada por el entorno económico y social. De
las notas anteriores se desprende que las personas con discapacidad gozan de
la presunción de necesitar alimentos y basta que se demuestre la condición de
discapacidad para que la obligación de proporcionarlos proceda porque se
trata de una cuestión de orden público que se traduce en la observancia del
principio de solidaridad a favor del necesitado en un entorno familiar y social,
para que pueda subsistir y vivir con dignidad. No puede pasar inadvertido que
el cumplimiento del deber de alimentos debe contextualizarse en el entorno
familiar, social y laboral del acreedor alimentista, porque no obstante que la
situación de discapacidad pueda ser aminorada o apoyada en su rehabilitación,
por sí misma no es una demostración de que la persona que la tiene esté en
condiciones de suministrarse alimentos por sí misma; no basta que tenga los
medios para superar aquélla o rehabilitarse, sino que es indispensable que
existan condiciones objetivas y concretas que aseguren que podrán
suministrarse sus propios alimentos porque, de no ser así, la presunción
establecida en el artículo 311 Bis del Código Civil para el Distrito Federal
subsiste y constituye una protección social a favor de los acreedores
alimentistas. El artículo 4.1 de la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad dispone que los Estados partes, como el Estado
mexicano, se comprometen a asegurar y promover el pleno ejercicio de todos
los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con
discapacidad sin discriminación alguna por motivos de discapacidad; el artículo
26 establece que los Estados partes adoptarán medidas efectivas y pertinentes,
incluso mediante el apoyo de personas que se hallen en las mismas
circunstancias, para que las personas con discapacidad puedan lograr y
mantener la máxima independencia, capacidad física, mental, social y
vocacional, y la inclusión y participación plena en todos los aspectos de la vida,
y el artículo 27 de la citada convención establece la necesidad de proteger los
derechos de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las
demás, a condiciones de trabajo justas y favorables, y en particular a igualdad
de oportunidades y de remuneración por trabajo de igual valor, a condiciones
de trabajo seguras y saludables, incluida la protección contra el acoso, y a la
reparación por agravios sufridos. No obstante lo anterior, y las obligaciones
inherentes al Estado mexicano para garantizar y promover los derechos de las

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CARGA DE LA PRUEBA

personas con discapacidad, no puede pasar inadvertido como un hecho notorio


el entorno económico y social actual, las condiciones de escasez en la oferta de
empleo así como las dificultades del mercado de trabajo para absorber la
demanda creciente de nuevas personas en edad laboral y de que, en
condiciones de competencia mercantil, nacional e internacional, la posibilidad
de agrupar e insertar a personas con discapacidad se torna más difícil. Luego,
no basta la circunstancia de que exista la posibilidad de rehabilitar al discapaz
sino que también debe evaluarse si esa situación puede ser apoyada por el
entorno económico y social, de tal manera que efectivamente pueda allegarse
sus propios recursos y subsistir con dignidad, pero siempre bajo la condición
de que sea un dato objetivo y concreto y no una mera conjetura de que
sucederá porque ello pondría en riesgo su subsistencia con dignidad que es el
bien jurídico que tutela el artículo 311 Bis del Código Civil para el Distrito
Federal.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 440/2009. 3 de septiembre de 2009. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López
Ramos. Secretario: José Luis Evaristo Villegas.

Época: Décima Época
Registro: 2008615
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 16, Marzo de 2015, Tomo III
Materia(s): Común
Tesis: XIX.1o.2 K (10a.)
Página: 2374

INFORME JUSTIFICADO. CUANDO LA AUTORIDAD CARCELARIA NIEGA EN ÉSTE QUE HA
RETENIDO LA ENTREGA DE LA CORRESPONDENCIA AL QUEJOSO PRIVADO DE SU LIBERTAD,
NO DEBE IMPONERSE A ÉSTE LA CARGA DE LA PRUEBA PARA DESVIRTUAR LA NEGATIVA
POR ENCONTRARSE EN UN ESTADO DE VULNERABILIDAD Y DESEQUILIBRIO PROCESAL
FRENTE A AQUÉLLA.
Cuando el quejoso que se encuentra en un centro penitenciario reclama en el
juicio de amparo indirecto que la autoridad carcelaria le retiene la entrega de
su correspondencia, y ésta, al rendir su informe justificado niega ese acto, no
debe imponerse a aquél la carga de la prueba para que desvirtúe dicha
negativa, dado que su condición de interno lo coloca en un estado de
vulnerabilidad y desequilibrio procesal en relación con la posición que guardan
las autoridades, pues conforme a los artículos 31 y 32 del Manual de Seguridad
de los Centros Federales de Readaptación Social, corresponde a éstas, a través
de la oficialía de partes, recibir la correspondencia y remitirla al área de
seguridad y custodia para su revisión externa, tanto física como
electrónicamente, su clasificación y separación por módulos y secciones para
entregarla a los internos; por consiguiente, todo el mecanismo queda en poder
de las autoridades penitenciarias, quienes son las únicas capaces de
proporcionar la información detallada respecto del acto reclamado, esto es, si

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CARGA DE LA PRUEBA

existe o no correspondencia retenida que no se hubiera entregado al interesado


o si ya la recibió, y adjuntar la documentación que acredite lo manifestado en su
informe respectivo. De esta manera, se lograría un equilibrio de acceso a la
justicia constitucional a quienes por sus circunstancias particulares, en el caso,
de personas privadas de su libertad, se encuentran en condiciones de
vulnerabilidad y reclaman la violación de sus derechos humanos.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO NOVENO CIRCUITO.
Amparo en revisión 205/2014. 11 de septiembre de 2014. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos
Miguel García Treviño. Secretario: Arturo Ortegón Garza.
Esta tesis se publicó el viernes 6 de marzo de 2015 a las 9:00 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Derechos humanos y Carga de la prueba

Época: Décima Época
Registro: 2001893
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XIII, Octubre de 2012, Tomo 4
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: IV.2o.A.23 A (10a.)
Página: 2467

DERECHO HUMANO A LA SALUD. LA SIMPLE AFIRMACIÓN DE LAS AUTORIDADES
RESPONSABLES SOBRE LA INEXISTENCIA DE LOS ACTOS EN SU INFORME JUSTIFICADO,
RELATIVOS A OTORGAR INCAPACIDADES Y MEDICAMENTOS, ES INSUFICIENTE PARA
REVERTIR LA CARGA DE LA PRUEBA Y, POR TANTO, DICHA ACTUACIÓN CONTRAVIENE
AQUÉL.
El artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
coincidentemente, entre otros tratados internacionales, con la Declaración
Universal de los Derechos Humanos y con el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, consagra el derecho humano a la salud, que
se traduce en la obligación del Estado de garantizar el disfrute de servicios de
salud y de asistencia social que satisfaga las necesidades de la población,
entendiéndose por tales servicios, las acciones dirigidas a proteger, promover y
restaurar la salud de la persona. Por tanto, si la quejosa demuestra ante la
instancia constitucional, mediante los documentos relativos que ha presentado
un padecimiento de salud que está siendo atendida en la institución de salud
pública correspondiente, y le atribuye a ésta la negativa de otorgarle las
incapacidades y medicamentos necesarios; entonces la simple afirmación de las
autoridades responsables sobre la inexistencia de esos actos en su informe
justificado, es insuficiente para revertir la carga probatoria, ya que no se trata
de una negativa lisa y llana, sino que conlleva implícito un hecho positivo
consistente en la prestación adecuada y eficiente del servicio médico, pues por
estar de por medio el irreductible derecho humano a la salud del
derechohabiente, la discrecionalidad en la prescripción de incapacidades y
medicamentos a ella, no puede convertirse en una arbitrariedad libre de

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CARGA DE LA PRUEBA

control de constitucionalidad. En tal virtud, si las citadas autoridades no


esclarecen y justifican la constitucionalidad de la negativa que se les atribuye,
no obstante que tienen a su alcance los medios documentales adecuados para
ello, su actuación contraviene el referido derecho humano a la salud.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL CUARTO CIRCUITO.
Amparo en revisión 190/2012. Martha Beatriz Hernández Ibarra. 21 de junio de 2012. Unanimidad de
votos. Ponente: José Elías Gallegos Benítez. Secretaria: Zarahí Escobar Acosta.

Época: Décima Época
Registro: 2007077
Instancia: Plenos de Circuito
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 9, Agosto de 2014, Tomo II
Materia(s): Laboral
Tesis: PC.III.L. J/3 L (10a.)
Página: 1304

CONTRATO DE TRABAJO POR TIEMPO DETERMINADO. ES IMPROCEDENTE ANALIZAR SU
VALIDEZ (CAUSA O MOTIVO DE CONTRATACIÓN EVENTUAL) Y SUBSISTENCIA DE LA
MATERIA DEL EMPLEO, CUANDO SE APORTA PARA DESVIRTUAR LA EXISTENCIA DEL
DESPIDO INJUSTIFICADO, ALEGADO BAJO NEXO DE TIEMPO INDETERMINADO, SI LOS
HECHOS QUE CONFIGURARON LA LITIS FUERON ÚNICAMENTE SOBRE LA ACCIÓN DE
REINSTALACIÓN O INDEMNIZACIÓN CONSTITUCIONAL, PERO NO LA PRÓRROGA O
NULIDAD DE AQUÉL (LEGISLACIÓN VIGENTE HASTA EL 30 DE NOVIEMBRE DE 2012).
Conforme a los artículos 872, 878, fracciones II, III y IV, así como 885,
fracciones I y II, de la Ley Federal del Trabajo, la litis en el juicio laboral queda
cerrada a razón de los hechos, acciones y excepciones planteadas en la
demanda, ampliación o modificación ratificadas y su contestación, en la etapa
de demanda y excepciones de la audiencia de ley, susceptibles de análisis en
forma integral, como un todo, guiándose con los principios iura novit curia (el
tribunal es el que conoce el derecho), da mihi factum, dabo tibi ius (dame los
hechos, que yo te daré el derecho), pro actione (en caso de auténtica duda,
optar por la interpretación más favorable a la prosecución o estudio de la
acción) y, el derecho de acceso efectivo a la justicia, previsto en los artículos 17
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, para salvaguardar una
justicia sencilla, pronta, idónea y efectiva, con la precisión de que la réplica y
contrarréplica sólo son alegaciones que deben girar sobre lo deducido en
aquellos actos procesales que delimitaron la controversia, sin alterar o
cambiarla. Así, cuando en los actos que configuran propiamente la litis, el
trabajador expone solamente hechos de una relación de trabajo de tiempo
indeterminado (asumiendo duración indefinida) o sin debatir la forma de
contratación transitoria fijada, ni evidenciar causa de pedir en miras de obtener
el reconocimiento de un nexo permanente (tiempo indeterminado) o
proporcionar aquellos que reflejen objetiva, prudente y razonablemente, una
pretensión o acción de prórroga o nulidad del contrato, sino reduciéndose a
alegar despido injustificado respecto al primer contexto; y, a su vez, la patronal
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CARGA DE LA PRUEBA

contesta que el contrato era de tiempo determinado, con vencimiento previo al


presunto despido, entonces, debe estarse a la litis preestablecida, en cuyo caso,
conforme al artículo 784, fracciones V y VII, con relación al 53, fracción III, de la
citada ley, la carga de la prueba del patrón, acorde al tipo de controversia fijada,
consiste en evidenciar una relación de orden temporal (por escrito u oral); y, en
esa medida, la base legal de la conclusión del vínculo, anterior al presunto
despido, para así desvirtuarlo, pero no desbordar en la justificación de la causa
o motivo de esa forma de contratación (examen de validez del contrato), o bien,
de la subsistencia de la materia del empleo, ya que esto fue ajeno a los hechos
deducidos de manera oportuna. De ahí que tampoco sería dable para el órgano
juzgador (ordinario o de orden constitucional) variar la litis deducida y, afectar
el principio de congruencia de toda resolución, así sea para el análisis del
contrato, exigiendo más allá de lo debido, cuando el apoyo de las acciones de
indemnización constitucional o reinstalación se reduce al referido contexto
fáctico, caso en el cual, el plano para examinar el contrato es exclusivamente el
congruente a si existe ese hecho positivo (contrato), sin adentrarse a su validez
intrínseca, requisitos, causa que lo motivó o subsistencia de la materia del
empleo, según los artículos 35 a 39 de la anotada ley, al ser ajeno, pues la litis,
una vez cerrada, también limita el alcance de la valoración del contrato, ya que
si el trabajador sabía que su realidad de contratación era otra y no estaba de
acuerdo con la calidad eventual, podía narrar los hechos de esa situación y, por
ende, cuestionarlo con las acciones de prórroga, nulidad de contrato o alguna
otra, al margen de su denominación exacta, ya que corresponde al tribunal
decidir el derecho aplicable a los hechos proporcionados; empero, si la
controversia no se fijó en torno a ese tópico, resulta improcedente variar el
perfil de análisis del contrato, sea en juicio laboral o en amparo directo, según
el caso.

PLENO EN MATERIA DE TRABAJO DEL TERCER CIRCUITO.
Contradicción de tesis 6/2013. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Primero, Segundo y
Tercero, todos en Materia de Trabajo del Tercer Circuito. 30 de mayo de 2014. Mayoría de tres votos de
los Magistrados Rodolfo Castro León, Antonio Valdivia Hernández y Armando Ernesto Pérez Hurtado.
Disidente: Arturo Cedillo Orozco. Ponente: Rodolfo Castro León. Secretario: Karlos Alberto Soto García.
Tesis y/o criterios contendientes:
El sustentado por el Primer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, al resolver el
amparo directo 632/2012, el sustentado por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
Tercer Circuito, al resolver el amparo directo 1217/2012, y el diverso sustentado por el Tercer
Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, al resolver los amparos directos
235/2012 y 933/2012.
Nota:
Por ejecutoria del 28 de enero de 2015, la Segunda Sala declaró inexistente la contradicción de tesis
324/2014 derivada de la denuncia de la que fue objeto el criterio contenido en esta tesis, al estimarse
que no son discrepantes los criterios materia de la denuncia respectiva.
Esta tesis es objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 170/2016, pendiente de
resolverse por la Segunda Sala.
Esta tesis se publicó el viernes 8 de agosto de 2014 a las 8:05 horas en el Semanario Judicial de la
Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 11 de agosto de 2014,
para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.

Época: Décima Época

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CARGA DE LA PRUEBA
Registro: 2005682
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 3, Febrero de 2014, Tomo III
Materia(s): Constitucional, Penal
Tesis: XXI.1o.P.A.4 P (10a.)
Página: 2355

DETENCIÓN DE UNA PERSONA POR LA POLICÍA. CUANDO AQUÉLLA PRESENTA LESIONES
EN SU CUERPO, LA CARGA DE LA PRUEBA PARA CONOCER LA CAUSA QUE LAS ORIGINÓ
RECAE EN EL ESTADO Y NO EN EL PARTICULAR AFECTADO.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha emitido criterios
orientadores en el sentido de que el Estado es responsable, en su condición de
garante de los derechos consagrados en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, de la observancia del derecho a la integridad personal de
todo individuo que se halla bajo su custodia (Caso López Álvarez vs. Honduras.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de febrero de 2006. Serie C No.
141). Por lo que existe la presunción de considerar responsable al Estado por
las torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes que exhibe una persona
que ha estado bajo la custodia de agentes estatales, si las autoridades no han
realizado una investigación seria de los hechos seguida del procesamiento de
los que aparezcan como responsables de tales conductas (Caso "Niños de la
Calle", Villagrán Morales y otros vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 19 de
noviembre de 1999. Serie C No. 63). Estos criterios dan pauta objetiva para
considerar que la carga de la prueba para conocer la causa que originó las
lesiones que presenta en su cuerpo una persona que fue detenida por la policía,
recae en el Estado y no en los particulares afectados; sobre todo, si a esos
criterios se les relaciona directamente con los principios de presunción de
inocencia -que implica que el justiciable no está obligado a probar la licitud de
su conducta cuando se le imputa la comisión de un delito, pues en él no recae la
carga de probar su inocencia, sino más bien, es al Ministerio Público a quien
incumbe probar los elementos constitutivos del delito y de la responsabilidad
del imputado-; y, pro homine o pro personae -que implica efectuar la
interpretación más favorable para el efectivo goce y ejercicio de los derechos y
libertades fundamentales del ser humano-.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS PENAL Y ADMINISTRATIVA DEL VIGÉSIMO PRIMER
CIRCUITO.
Amparo en revisión 144/2013. 15 de agosto de 2013. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge Carreón
Hurtado. Secretario: Ernesto Fernández Rodríguez.
Esta tesis se publicó el viernes 21 de febrero de 2014 a las 10:32 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

Época: Décima Época
Registro: 2004636
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XXV, Octubre de 2013, Tomo 3

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CARGA DE LA PRUEBA
Materia(s): Penal
Tesis: XXVI.5o.(V Región) 7 P (10a.)
Página: 1727

ACTOS DE TORTURA. CUANDO EN EL PROCESO PENAL EL INCULPADO ALEGUE QUE FUE
SOMETIDO A ELLOS Y COACCIONADO PARA DECLARAR, CORRESPONDE AL JUZGADOR Y NO
A AQUÉL, REALIZAR LA DENUNCIA RESPECTIVA, ORDENAR LA PRÁCTICA DEL EXAMEN
MÉDICO Y DE CUALQUIER PRUEBA QUE SIRVA PARA ESCLARECER LOS HECHOS, A EFECTO
DE VALORARLOS EN LA SENTENCIA DEFINITIVA.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el párrafo 136 de la
sentencia dictada en el caso Cabrera y Montiel contra México, sostuvo que
cuando la persona alegue dentro del proceso que su declaración o confesión ha
sido obtenida mediante coacción, los Estados tienen la obligación de verificar,
en primer lugar, la veracidad de dicha denuncia a través de una investigación
llevada a cabo con la debida diligencia; asimismo, la carga probatoria no puede
recaer en el denunciante, sino que el Estado debe demostrar que la confesión
fue voluntaria. Este criterio, aplicado al contexto en el que se desarrolla el
proceso penal, en el que el juzgador actúa como órgano imparcial y rector ante
dos partes con intereses contradictorios, quienes tienen diversas cargas
procesales, implica que no es al inculpado o a quien incumbe demostrar que fue
coaccionado para declarar cuando alegue que fue sometido a tortura o tratos
crueles, inhumanos o degradantes, sino que en función de las circunstancias en
que se alegue ese tipo de maltratos, corresponde al juzgador realizar la
denuncia correspondiente ante el Ministerio Público y, a su vez, en el proceso,
actuar de manera pronta, efectiva e imparcial, para garantizar que se realice un
examen médico de conformidad con el Protocolo de Estambul y ordenar la
práctica de cualquier probanza que sea necesaria para el esclarecimiento de los
hechos, para que tengan efecto dentro del proceso y puedan valorarse al
dictarse la sentencia definitiva.

QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEL CENTRO AUXILIAR DE LA QUINTA REGIÓN.
Amparo directo 298/2013 (expediente auxiliar 421/2013). 11 de julio de 2013. Unanimidad de votos.
Ponente: Edwigis Olivia Rotunno de Santiago. Secretario: José Guadalupe Rodríguez Ortiz.
Nota:
La sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Cabrera García y Montiel
Flores contra México citada, aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XXXIV, agosto de 2011, página 1477.
Esta tesis es objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 128/2016, pendiente de
resolverse por la Segunda Sala.

Época: Décima Época
Registro: 2003695
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CLXXVIII/2013 (10a.)
Página: 565

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CARGA DE LA PRUEBA
PRESUNCIÓN DE INOCENCIA Y DERECHO A LA INFORMACIÓN. SU RELACIÓN CON LA
EXPOSICIÓN DE DETENIDOS ANTE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
A lo largo de su jurisprudencia, esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación ha reconocido el papel central que juegan la libertad de
expresión y el derecho a la información en un Estado democrático
constitucional de Derecho, como piezas centrales para el adecuado
funcionamiento de la democracia representativa. El orden constitucional
mexicano promueve la comunicación libre y socialmente trascendente, pues el
intercambio de información y opiniones entre los distintos comunicadores
contribuirá a la formación de la voluntad social y estatal, de modo que es
posible afirmar que el despliegue comunicativo es constitutivo de los procesos
sociales y políticos. Sin embargo, el proporcionar información sobre eventos de
interés nacional para un debido ejercicio del derecho a la información no puede
justificar la violación de los derechos fundamentales de los detenidos y
acusados. Es decir, la finalidad de brindar información sobre hechos
delictuosos a los medios periodísticos no puede justificar la violación a la
presunción de inocencia, como regla de trato en su vertiente extraprocesal, por
parte de las autoridades que exponen como culpables a los detenidos. En este
sentido, se estima que al proporcionar información sobre hechos delictuosos,
las autoridades deben abstenerse de deformar la realidad a fin de exponer a
una persona frente a la sociedad y, principalmente, frente a las futuras partes
del proceso, como los culpables del hecho delictivo. Por el contrario, deben
constreñirse a presentar en forma descriptiva y no valorativa la información
relativa a la causa penal que pueda tener relevancia pública, absteniéndose de
brindar información sugestiva que exponga al detenido a un juicio paralelo y
viole su derecho a ser tratado como inocente durante el trámite del
procedimiento e, incluso, desde antes de que se inicie. Esta misma lógica ha
sido sostenida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la cual
estableció en el Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México, que el
principio de presunción de inocencia implica que los juzgadores no inicien el
proceso con una idea preconcebida de que el acusado ha cometido el delito que
se le imputa, por lo que la carga de la prueba está a cargo de quien acusa y
cualquier duda debe ser usada en beneficio del acusado. En el mismo sentido, al
dictar sentencia en el Caso Loayza Tamayo vs. Perú, la Corte Interamericana
condenó enfáticamente la práctica consistente en exponer ante los medios de
comunicación a personas acusadas por la comisión de delitos, cuando aún no
han sido condenadas por sentencia firme. Al respecto, dicho tribunal sostuvo
que el derecho a la presunción de inocencia exige que el Estado no condene
informalmente a una persona o emita un juicio ante la sociedad que contribuya
así a formar una opinión pública, mientras no se acredite conforme a la ley la
responsabilidad penal de aquélla.

Amparo directo en revisión 517/2011. 23 de enero de 2013. Mayoría de tres votos. Disidentes: José
Ramón Cossío Díaz, quien formuló voto particular y Jorge Mario Pardo Rebolledo; Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea formuló voto concurrente. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretarios:
Javier Mijangos y González y Beatriz J. Jaimes Ramos.

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CARGA DE LA PRUEBA

Época: Décima Época
Registro: 2000015
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 3
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. I/2011 (10a.)
Página: 2315

LÍMITE DE RESPONSABILIDAD EN CASO DE ACCIDENTES AÉREOS QUE CAUSEN DAÑOS A
PASAJEROS. EL ARTÍCULO 62 DE LA LEY DE AVIACIÓN CIVIL VIOLA LOS DERECHOS
PREVISTOS EN LOS ARTÍCULOS 1o. Y 4o. DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL.
El citado precepto legal viola los artículos 1o. y 4o. constitucionales al limitar la
responsabilidad del transportista sin perseguir un fin constitucionalmente
válido, debido a que hace prevalecer la protección al patrimonio de la industria
sobre la salud, integridad física y psíquica de los pasajeros, así como sobre su
derecho a recibir una indemnización justa para llevar una vida digna; además
de que dicha limitación es arbitraria, pues impone un monto fijo para medir los
diversos tipos de daños que puedan causarse, desde una lesión leve hasta una
incapacidad total permanente o la muerte del pasajero, sin que se advierta
alguna razón por la cual el legislador haya decidido tasar de esa manera los
daños producidos en accidentes aéreos, en forma contraria a los tratados sobre
aviación internacional celebrados por México y a la regulación internacional
sobre transporte aéreo, ya que en el precepto impugnado el legislador
mexicano impuso la carga de la prueba al pasajero, el cual sólo puede lograr
que el límite en la indemnización no le sea aplicable si prueba que el daño se
debió al dolo o mala fe del concesionario o de sus empleados, lo que se traduce
en que la negligencia o culpa del concesionario o de sus empleados no tenga
alguna trascendencia en la limitación de su responsabilidad. En efecto,
conforme a lo anterior, el concesionario puede actuar con culpa o negligencia
sin tener consecuencia alguna, lo cual va contra los fines perseguidos por la ley
y la Constitución General de la República, pues ello no contribuye a la mejora en
el servicio, a la eficiencia o a la competitividad, ni actualiza el marco jurídico
conforme a la regulación internacional; no persigue la seguridad de los
pasajeros, ni el equilibrio en beneficio del público usuario, y sólo contribuye al
ejercicio irresponsable de la aviación civil, ya que asegura al transportista una
limitación en su responsabilidad, independientemente de su conducta y de los
daños causados en detrimento de la integridad física y la salud de los pasajeros.
Lo anterior es consistente con lo dispuesto en el artículo 1o. constitucional -
reformado mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el
10 de junio de 2011-, que obliga a todas las autoridades a promover, respetar,
proteger y garantizar los derechos humanos, y ordena que se les otorgue la
protección más amplia o la interpretación más favorable, pues el derecho a la
salud y a la integridad física y psíquica de los gobernados se protege otorgando
una indemnización integral conforme a las obligaciones asumidas por el Estado

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CARGA DE LA PRUEBA

mexicano en los tratados internacionales que ha celebrado, y no limitando la


indemnización a una cantidad fija que no atiende al daño causado en beneficio
de quien lo provocó, sin considerar si su conducta incidió en su causación, por
lo que, de prevalecer el artículo 62 de la Ley de Aviación Civil, se produciría en
favor de los transportistas una ventaja injustificada en detrimento de la salud,
bienestar, integridad física y psíquica, así como del patrimonio de los pasajeros,
y se validaría un sistema que no fomenta el ejercicio responsable de la aviación
civil, ya que quien se sabe responsable de los daños que ocasiona, realiza con
más cuidado sus deberes.

Amparo directo en revisión 1068/2011. Gastón Ramiro Ortiz Martínez. 19 de octubre de 2011. Cinco
votos. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretaria: Rosa María Rojas Vértiz Contreras.

Temas Laborales y carga de prueba

Época: Décima Época
Registro: 2011889
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 31, Junio de 2016, Tomo II
Materia(s): Laboral
Tesis: 2a./J. 55/2016 (10a.)
Página: 854

HORAS EXTRAORDINARIAS. CARGA DE LA PRUEBA CUANDO SE RECLAMA SU PAGO
RESPECTO DE LAS QUE EXCEDAN DE 9 A LA SEMANA.
Si se parte de que en el artículo 784 de la Ley Federal del Trabajo, en su texto
vigente desde el 1 de diciembre de 2012, pervive la premisa de eximir al
trabajador de la carga de la prueba cuando existan otros medios que permitan
conocer la verdad de los hechos, puede afirmarse que el patrón está en
posibilidad de acreditar la jornada de trabajo extraordinaria que no exceda de 3
horas al día, ni de 3 veces a la semana, cuando surja controversia al respecto,
pues tiene la obligación de conservar la documentación de la relación de
trabajo, de conformidad con el artículo 804 de la ley aludida, particularmente
los controles de asistencia. En consecuencia, si en el juicio laboral el trabajador
reclama el pago por tiempo extraordinario que excede de 9 horas a la semana y
el patrón genera controversia sobre ese punto, acorde con el indicado artículo
784, fracción VIII, éste debe probar que el trabajador únicamente laboró 9
horas a la semana, debido a que se entiende que esta jornada extraordinaria
(no más de 3 horas al día, ni de 3 veces a la semana), constituye una práctica
inocua que suele ser habitual y necesaria en las relaciones de trabajo, respecto
de la cual, el patrón tiene la obligación de registrar y documentar, conforme al
indicado numeral 804; en cuyo caso, el trabajador habrá de demostrar haber
laborado más de las 9 horas extraordinarias semanales.

Contradicción de tesis 351/2015. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Tercero del
Tercer Circuito, Primero y Segundo, ambos del Décimo Sexto Circuito, todos en Materia de Trabajo. 13
de abril de 2016. Unanimidad de cuatro votos de los Ministros Eduardo Medina Mora I., Javier Laynez

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CARGA DE LA PRUEBA
Potisek, José Fernando Franco González Salas y Margarita Beatriz Luna Ramos; Javier Laynez Potisek
votó contra consideraciones. Ausente: Alberto Pérez Dayán. Ponente: Eduardo Medina Mora I.
Secretario: Luis Javier Guzmán Ramos.
Tesis y criterios contendientes:
Tesis XVI.1o.T.14 L (10a.), de título y subtítulo: "HORAS EXTRAS. LA CARGA PROBATORIA RESPECTO A
SU PROCEDENCIA SE ENCUENTRA DIVIDIDA EN CUANTO AL NÚMERO QUE DE AQUÉLLAS SE
RECLAME (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 784, FRACCIÓN VIII, DE LA LEY FEDERAL DEL TRABAJO,
VIGENTE A PARTIR DEL 1o. DE DICIEMBRE DE 2012).", aprobada por el Primer Tribunal Colegiado en
Materia de Trabajo del Décimo Sexto Circuito y publicada en el Semanario Judicial de la Federación del
viernes 13 de marzo de 2015 a las 9:00 horas y en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,
Décima Época, Libro 16, Tomo III, marzo de 2015, página 2369,
Tesis XVI.2o.T.1 L (10a.), de título y subtítulo: "HORAS EXTRAS. LA CARGA DE LA PRUEBA ESTÁ
DIVIDIDA EN CUANTO A LA DURACIÓN QUE SE RECLAME (ARTÍCULO 784, FRACCIÓN VIII, DE LA LEY
FEDERAL DEL TRABAJO, VIGENTE A PARTIR DEL 1o. DE DICIEMBRE DE 2012).", aprobada por el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Décimo Sexto Circuito y publicada en el
Semanario Judicial de la Federación del viernes 14 de agosto de 2015 a las 10:05 horas y en la Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 21, Tomo III, agosto de 2015, página 2185,
y
El sustentado por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, al resolver el
amparo directo 773/2015.
Tesis de jurisprudencia 55/2016 (10a.). Aprobada por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión
privada del veintisiete de abril de dos mil dieciséis.
Esta tesis se publicó el viernes 17 de junio de 2016 a las 10:17 horas en el Semanario Judicial de la
Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 20 de junio de 2016,
para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.

Época: Décima Época
Registro: 2003178
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XVIII, Marzo de 2013, Tomo 2
Materia(s): Laboral
Tesis: 2a./J. 17/2013 (10a.)
Página: 1677

TIEMPO EXTRAORDINARIO. CARGA DE LA PRUEBA TRATÁNDOSE DE SERVIDORES
PÚBLICOS DE INSTITUCIONES PÚBLICAS DEL ESTADO DE MÉXICO.
Del artículo 221 de la Ley del Trabajo de los Servidores Públicos del Estado y
Municipios del Estado de México se advierte, como regla general, que se exime
a los servidores públicos de la carga de la prueba cuando existan otros medios
para conocer la verdad de los hechos controvertidos, con la excepción expresa
que prevé el último párrafo del propio numeral, en el sentido de que la carga de
la prueba corresponde al servidor público cuando se trate de tiempo
extraordinario. En ese tenor, la fracción VIII del citado precepto impone a las
instituciones públicas o dependencias del Estado de México la obligación de
acreditar la duración de la jornada de trabajo, salvo cuando se trate de
servidores públicos de confianza, por lo que aun cuando el tiempo
extraordinario no se entienda como un hecho aislado de la jornada ordinaria, al
constituir su prolongación, no se confunden, pues es precisamente en el
momento en que se agota la jornada ordinaria y continúa prestándose el
servicio en que surge el tiempo extraordinario. En suma, corresponde al patrón
demostrar la jornada de trabajo legal u ordinaria y a los trabajadores generales

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CARGA DE LA PRUEBA

el tiempo extraordinario laborado, pues el citado precepto en su fracción VIII,


es claro al señalar que corresponde a las instituciones públicas o dependencias
la carga de probar la duración de la jornada, de ahí que les corresponde la
prueba de la duración de la jornada de trabajo, la que aduzcan en la
contestación de la demanda, y solamente la parte excedente de ésta, si es que
existe y así se reclama, que en realidad constituiría tiempo extraordinario o las
horas extras laboradas, le corresponderá a los trabajadores, como lo establecen
los párrafos primero y último del señalado artículo 221.

Contradicción de tesis 386/2012. Entre las sustentadas por el Segundo y Primero Tribunales
Colegiados en Materia de Trabajo del Segundo Circuito. 28 de noviembre de 2012. Mayoría de cuatro
votos. Disidente: Sergio A. Valls Hernández. Ponente: Luis María Aguilar Morales. Secretaria: Úrsula
Hernández Maquívar.
Tesis de jurisprudencia 17/2013 (10a.). Aprobada por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión
privada del seis de febrero de dos mil trece.

Época: Novena Época
Registro: 182749
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XVIII, Noviembre de 2003
Materia(s): Laboral
Tesis: I.6o.T. J/58
Página: 910

TRABAJADORES DE CONFIANZA AL SERVICIO DEL ESTADO. CARGA DE LA PRUEBA DE ESE
CARÁCTER.
Cuando el patrón se excepciona argumentando que el actor era un empleado de
confianza, le corresponde demostrar a aquél dicha calidad y que las labores
desarrolladas por el trabajador se encuentran dentro de las enunciadas
expresamente en el artículo 5o. de la Ley Federal de los Trabajadores al
Servicio del Estado, para ser consideradas con tal carácter, tomándose en
cuenta que dicha categoría depende de la naturaleza de las funciones
desempeñadas y no de la designación que se dé al puesto, toda vez que el
patrón es quien cuenta con más y mejores elementos para poder acreditar
fehacientemente las labores que realizaba el trabajador.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 8966/2000. Gobierno del Distrito Federal. 28 de septiembre de 2000. Unanimidad de
votos. Ponente: Genaro Rivera. Secretaria: Claudia Gabriela Soto Calleja.
Amparo directo 5686/2002. Gustavo Aquino Baltazar. 27 de junio de 2002. Unanimidad de votos.
Ponente: Genaro Rivera. Secretaria: Lourdes Patricia Muñoz Illescas.
Amparo directo 6276/2002. Secretaría de Hacienda y Crédito Público. 11 de julio de 2002. Unanimidad
de votos. Ponente: Genaro Rivera. Secretario: Ricardo Trejo Serrano.
Amparo directo 9476/2003. Samuel Muñoz Flores. 2 de octubre de 2003. Unanimidad de votos.
Ponente: Carolina Pichardo Blake. Secretaria: Leticia C. Sandoval Medina.
Amparo directo 9456/2003. Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno Federal. 9 de octubre de
2003. Unanimidad de votos. Ponente: Genaro Rivera. Secretaria: Claudia Gabriela Soto Calleja.
Véase: Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-2000, Tomo V, Materia del Trabajo,
página 1064, tesis 1207, de rubro: "TRABAJADORES DE CONFIANZA AL SERVICIO DEL ESTADO,
PRUEBA DEL CARÁCTER DE."

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CARGA DE LA PRUEBA
Nota: Esta tesis contendió en la contradicción 167/2004-SS que fue declarada sin materia por la
Segunda Sala, toda vez que sobre el tema tratado existe la tesis 2a./J. 160/2004, que aparece publicada
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XX, noviembre de 2004,
página 123, con el rubro: "TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO. PARA CONSIDERARLOS DE
CONFIANZA, CONFORME AL ARTÍCULO 5o., FRACCIÓN II, INCISO A), DE LA LEY FEDERAL RELATIVA,
NO BASTA ACREDITAR QUE ASÍ CONSTE EN EL NOMBRAMIENTO SINO, ADEMÁS, LAS FUNCIONES DE
DIRECCIÓN DESEMPEÑADAS."

Época: Novena Época
Registro: 916344
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Apéndice 2000
Tomo V, Trabajo, Jurisprudencia TCC
Materia(s): Laboral
Tesis: 1207
Página: 1064

TRABAJADORES DE CONFIANZA AL SERVICIO DEL ESTADO, PRUEBA DEL CARÁCTER DE.-
Si bien es cierto que los empleados de confianza al servicio del Estado, no están
protegidos por el apartado B del artículo 123 constitucional, en cuanto a la
estabilidad en el empleo, no menos cierto es que tal carácter debe ser
demostrado por el titular demandado en forma fehaciente, cuando el puesto
que acepta tener el activo no se encuentra incluido expresamente en el diverso
5o. de la ley burocrática, siendo además necesario que el patrón a fin de probar
su excepción, consigne en qué norma se formalizó la creación de la plaza del
trabajador, para estimar que las funciones que desempeñaba pertenecían a la
categoría de confianza, esto último conforme a lo que prevé el numeral 7o. del
mismo ordenamiento legal.

QUINTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO DEL PRIMER CIRCUITO.
Novena Época:
Amparo directo 10225/88.-Fortunato Valenzuela López.-9 de marzo de 1989.-Unanimidad de votos.-
Ponente: Gemma de la Llata Valenzuela.-Secretaria: María Isabel Haruno Takata Gutiérrez.
Amparo directo 6425/89.-Colegio de Bachilleres.-19 de octubre de 1989.-Unanimidad de votos.-
Ponente: Gemma de la Llata Valenzuela.-Secretario: José Francisco Cilia López.
Amparo directo 2355/92.-Alberto López del Olmo.-26 de marzo de 1992.-Unanimidad de votos.-
Ponente: Gemma de la Llata Valenzuela.-Secretario: Erubiel Arenas González.
Amparo directo 835/96.-Eduardo García Valtierra.-27 de febrero de 1996.-Unanimidad de votos.-
Ponente: Rafael Barredo Pereira.-Secretario: Martín Borrego Dorantes.
Amparo directo 5475/96.-Servicio Postal Mexicano.-20 de junio de 1996.-Unanimidad de votos.-
Ponente: Gemma de la Llata Valenzuela.-Secretario: José Francisco Cilia López.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo IV, septiembre de 1996, página 580, Tribunales
Colegiados de Circuito, tesis I.5o.T. J/8; véase la ejecutoria en la página 581 de dicho tomo.

Época: Décima Época
Registro: 2003179
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XVIII, Marzo de 2013, Tomo 3
Materia(s): Laboral
Tesis: I.3o.T. J/1 (10a.)
Página: 1880

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CARGA DE LA PRUEBA

TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO. CUANDO EXISTA CONFLICTO SOBRE LA
NATURALEZA DE LA RELACIÓN LABORAL (CONFIANZA O DE BASE), EL JUZGADOR DEBE
ANALIZAR SI SE SATISFACEN LOS REQUISITOS DE LA ACCIÓN, AUN CUANDO EL PATRÓN NO
HAYA OPUESTO EXCEPCIONES Y VERIFICAR LA EXISTENCIA DE LA NORMA
COMPLEMENTARIA QUE PREVEA LAS FUNCIONES DE DIRECCIÓN, INCLUSO EN AQUELLAS
DE CARÁCTER DIVERSO A LA MATERIA LABORAL.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido en diversas tesis que
los trabajadores de confianza no tienen derecho a la estabilidad en el empleo,
sino que únicamente disfrutarán de las medidas de protección al salario y de
los beneficios de seguridad social y, por ello, carecen de acción para demandar
la indemnización constitucional o reinstalación por despido. Por otra parte, la
Segunda Sala en la jurisprudencia 2a./J. 160/2004, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XX, noviembre de
2004, página 123, de rubro: "TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO. PARA
CONSIDERARLOS DE CONFIANZA, CONFORME AL ARTÍCULO 5o., FRACCIÓN II, INCISO A), DE
LA LEY FEDERAL RELATIVA, NO BASTA ACREDITAR QUE ASÍ CONSTE EN EL
NOMBRAMIENTO SINO, ADEMÁS, LAS FUNCIONES DE DIRECCIÓN DESEMPEÑADAS.",
determinó que para considerar que un trabajador es de confianza no basta que
en el nombramiento aparezca la denominación formal de director general,
director de área, adjunto, subdirector o jefe de departamento, sino que también
debe acreditarse que las funciones desempeñadas están incluidas en el catálogo
de puestos a que alude el numeral 20 de la Ley Federal de los Trabajadores al
Servicio del Estado, o que efectivamente sean de dirección, como consecuencia
del ejercicio de sus atribuciones legales, que de manera permanente y general
le confieren representatividad e implican poder de decisión en el ejercicio del
mando. En este sentido, se concluye que, por una parte, las funciones o
actividades desempeñadas por el empleado pueden acreditarse con cualquier
medio de prueba y no únicamente con el catálogo de puestos; y, por otra, que
los elementos de la acción son una cuestión de orden público y, cuando exista
conflicto sobre la naturaleza de la relación laboral (confianza o de base), los
juzgadores deben analizar si el trabajador satisface los requisitos de la acción,
aun cuando la demandada no haya opuesto excepciones, ya que de conformidad
con el inciso a) de la fracción II del artículo 5o. de la citada ley, el juzgador debe
verificar la existencia de la norma o normas complementarias que prevean o de
las que deriven las funciones de dirección que tiene el trabajador como
consecuencia del ejercicio de sus atribuciones, las cuales pueden ser incluso de
carácter diverso a la materia laboral, para cumplir con el numeral 137 de la
aludida ley, que ordena al tribunal resolver los asuntos a verdad sabida y buena
fe guardada y expresar en su laudo las consideraciones en que funde su
decisión, pues de no hacerlo se llegaría al extremo de considerar a un
trabajador con nombramiento de base como de confianza por el hecho de
acreditarse que fácticamente desempeña funciones de dirección, e inobservar
con ello su garantía constitucional de estabilidad en el empleo; o viceversa, esto
es, que un trabajador con nombramiento de confianza, por no ejercer las
funciones o actividades de dirección obtuviera una estabilidad laboral, cuando
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CARGA DE LA PRUEBA

constitucionalmente no le corresponde ese derecho, quedando quebrantada la


teleología de la fracción XIV del apartado B del artículo 123 constitucional.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 13083/2006. Secretario de Hacienda y Crédito Público. 4 de octubre de 2006.
Unanimidad de votos. Ponente: Héctor Arturo Mercado López. Secretario: Pedro Cruz Ramírez.
Amparo directo 158/2012. Secretario de Gobierno del Distrito Federal. 28 de junio de 2012.
Unanimidad de votos. Ponente: Alicia Rodríguez Cruz. Secretaria: Enriqueta Soto Hernández.
Amparo directo 277/2012. Alejandro Francisco Jiménez Tepox. 16 de agosto de 2012. Unanimidad de
votos. Ponente: Alicia Rodríguez Cruz. Secretaria: Enriqueta Soto Hernández.
Amparo directo 1166/2012. Pablo Jesús Aguilar Sulu. 26 de noviembre de 2012. Unanimidad de votos.
Ponente: Alicia Rodríguez Cruz. Secretaria: Enriqueta Soto Hernández.
Amparo directo 887/2012. 7 de diciembre de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: Alicia Rodríguez
Cruz. Secretaria: Enriqueta Soto Hernández.

Época: Novena Época
Registro: 180045
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XX, Noviembre de 2004
Materia(s): Laboral
Tesis: 2a./J. 160/2004
Página: 123

TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO. PARA CONSIDERARLOS DE CONFIANZA,
CONFORME AL ARTÍCULO 5o., FRACCIÓN II, INCISO A), DE LA LEY FEDERAL RELATIVA, NO
BASTA ACREDITAR QUE ASÍ CONSTE EN EL NOMBRAMIENTO SINO, ADEMÁS, LAS
FUNCIONES DE DIRECCIÓN DESEMPEÑADAS.
La calidad de confianza de un trabajador al servicio del Estado es excepcional
en atención a la regla general consistente en que los trabajadores se consideran
de base, de ahí que conforme al artículo 5o., fracción II, inciso a), de la Ley
Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, para considerar que un
trabajador es de confianza no basta que en el nombramiento aparezca la
denominación formal de director general, director de área, adjunto, subdirector
o jefe de departamento, sino que también debe acreditarse que las funciones
desempeñadas están incluidas en el catálogo de puestos a que alude el artículo
20 de la ley citada o que efectivamente sean de dirección, como consecuencia
del ejercicio de sus atribuciones legales, que de manera permanente y general
le confieren la representatividad e implican poder de decisión en el ejercicio del
mando.

Contradicción de tesis 137/2004-SS. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Sexto y
Séptimo, ambos en Materia de Trabajo del Primer Circuito. 15 de octubre de 2004. Cinco votos.
Ponente: Juan Díaz Romero. Secretaria: Sofía Verónica Ávalos Díaz.
Tesis de jurisprudencia 160/2004. Aprobada por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión
privada del veintidós de octubre de dos mil cuatro.
Nota: Esta tesis fue objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 261/2015 del Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, desechada por notoriamente improcedente, mediante acuerdo
de 10 de septiembre de 2015.

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