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El Laberinto de la Soledad
“Identidad Mexicana: De soledades e indiferencias”
constante búsqueda. Innumerables son las preguntas que se han hecho en torno a ella: ¿Qué
nacional en los países latinoamericanos? sobre esto Jorge Larraín dirá en su ensayo La
identidad Latinoamericana que ésta es una permanente búsqueda que no será fácilmente
encontrada, puesto en realidad no existe una sola esencia cultural (58). Cuando se habla de
contradictorios que juntos conforman un sentido mexicano, pero hablar de todas sus
manifestaciones culturales y de su historia no podría ser tema de un solo análisis, es por esto
que sólo nos enfocaremos en un motivo que cruza y es común denominador en toda la
población de origen mexicano, abarcando desde el burgués hasta el pelado, y que refiere al
sentido de inferioridad, aislamiento e indiferencia que presenta la población frente a sus pares
y al extranjero lo cual conlleva a una desconfianza patente en todos sus actos que finalmente
Paz, obra en la que mediante nueve ensayos el autor se cuestionará sobre lo que es ser
mexicano, sus costumbres, sus orígenes, su conducta, y su posible identidad, para concluir
Rossi “Cuando Octavio Paz redacta este libro, se enfrenta al agobio de la historia mexicana,
a la relación entre la historia nacional y la historia mundial: a la dificultad de insertarse en la
historia grande del mundo.” (37), esto se puede entender devolviéndonos en la historia; luego
las naciones latinoamericanas, cada estado nación quedó con marcas propias de estos
acontecimientos, marcas violentas que lograron que todos los sometidos quedaran
a una cultura distinta. Es esto lo que podemos ver en todas las culturas que fueron sometidas
por los conquistadores europeos, los cuales se encargaron de dejar un legado de destrucción
e inferioridad en sus colonizados, pues el objetivo del conquistador, en palabras del poeta y
otro que generar un sentimiento de inferioridad en los sometidos para así imponer fácilmente
momento en que nacen, los mexicanos se sienten inferiores, y esto no es algo que sea sólo de
la actualidad, sino que es una característica que se acarrea desde los tiempos de la conquista
española y que ha llevado a los mexicanos a interrogarse sobre sí mismos, a pensar como
pueblo lo que son, cayendo en cuestionamientos sin respuestas que los llevan a adoptar un
personaje con una connotación de inferioridad que deambula solo por una sociedad que lo
rechaza pero que él también rechaza; sus ropajes, que lo distinguen del resto, son casi como
es esta contradicción la que lo arrastra a utilizar la violencia para hacerse notar y ocupar un
rol en la sociedad que tanto repudia. Pero esto no es característica exclusiva del Pachuco,
agresivo motivado por la falta de voluntad, siempre está juzgando todo su entorno con cautela
y usa la agresividad como herramienta para alcanzar el poder y el respeto que desea. Toda
esta violencia no es más que el reflejo y las inseguridades y la desconfianza que se tiene en
tener recelo incluso de los pares, que va transformándose en indiferencia. Al respecto, Paz
nos dice que “nuestra soledad aumenta porque no buscamos a nuestros compatriotas, sea por
vuelve a sí mismo para protegerse del resto, se aísla, habita en soledad. Paz nos muestra un
ejemplo de esto en su ensayo Máscaras mexicanas, donde podemos observar uno de los tipos
de protecciones que ocupan los mexicanos para ocultar su ser en el elemento más común:
apelar a la hombría. Este es el único recurso que poseen para mostrarse fuertes. Todo es
referido al acto sexual pues el verdadero hombre mexicano es fuerte y no se abre al resto, es
“los que se “abren” son cobardes. Para nosotros, contrariamente a lo que ocurre con otros
pueblos, abrirse es una debilidad o una traición. El mexicano puede doblarse, humillarse,
“agacharse”, pero no “rajarse”, esto es, permitir que el mundo exterior penetre en su
intimidad” (Paz, 10) esto demuestra el carácter cerrado del mexicano, que no permite que
nada entre en sí, y él no se abre, pues la desconfianza e indiferencia ante el mundo lo han
hecho reducirse a su mínima expresión, volverse un animal salvaje que se encierra en sí para
protegerse del peligro escondiéndose tras máscaras que parecieran implantar una identidad.
pertenecer a una sociedad unida y festiva, como se refleja en el ensayo Todos santos, día de
muertos donde el solitario mexicano deja todo a un lado para celebrar fiestas, ya sean
toda la población sale a celebrar, deja de lado sus prejuicios y se iguala con el resto, forma
parte de una cultura e identidad única, que luego volverá a disolverse. Según Paz, el mexicano
hace esto para reconciliarse con su historia, pues a través de estos ritos se reconocen con su
historia y con el otro buscando “saltar el muro de la soledad que el resto del año lo
incomunica” (Paz, 19). Estas fiestas nacionales, a su vez, sirven como elemento purificador,
que sacan al ser indiferente de su hermetismo y lo lleva a abrirse al resto, todos disfrutan
juntos, en una acción catártica que además les permite olvidarse de la vida y de la muerte,
elementos que también le son indiferentes el resto de los días, pero que en celebraciones se
acude a los excesos para reírse de la vida, y se celebra con motivos alegóricos sobre la muerte
puede apreciarse en Los hijos de la Malinche donde también se retrata la traición, el odio y
la desconfianza de los mexicanos hacia los suyos y hacia sí mismo sin diferencias clase
social, generando antipatías especiales por diversos grupos de la sociedad, lo que termina
por formar pequeños grupos con antipatías en común que se unirán para enfrentarse a otros,
mientras unos terceros, los más indiferentes, según Paz “contemplan con indiferencia el
grupos indígenas se aliaron a los conquistadores para acabar con los aztecas, esta mácula los
perseguirá hasta el día de hoy, provocando gran desconfianza, que a su vez genera un
hermetismo donde el mexicano se cierra al resto del mundo, que está lleno de traidores desde
el comienzo y por ello “El mexicano no quiere ser ni indio, ni español. Tampoco quiere
descender de ellos. Los niega. Y no se afirma en tanto que mestizo, sino como abstracción:
identidad, sino una serie de máscaras y disfraces en las que el mexicano se isla y protege. No
importa el estrato social al que pertenezcan, no importa si son pelados, burgueses o indígenas,
asilándose con indiferencia de sus pares y el extranjero. Pero ¿estas marcas son exclusivas
del mexicano? “América Latina fue desestructurada por los poderes coloniales para ser
con violencia y traición. Con su obra, Octavio Paz retrata e indaga en el problema de la
comprendidas en los nueve ensayos son también compartidas por toda una Latinoamérica
- Oliva, Elena, Lucía Stecher y Claudia Zapata. «Aimé Césaire desde América Latina:
Diálogos con el poeta de la negritud.» s.f. CECLA Universidad de Chile.
http://cecla.uchile.cl/wp-
content/uploads/2014/07/Aime_Cesaire_desde_America_Latina_libro.pdf.
- Rossi, Alejandro. «50 años del Laberinto de la Soledad.» Letras Libres (Diciembre 2008):
36-42.