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Alfarería

Alfarera modelando una vasija con el torno eléctrico.

Vasija del período Jōmon (Japón) considerada de las más antiguas del mundo.

La alfarería es la cerámica
popular, la más corriente, la
que se hacía en los pueblos
para uso popular. Después
vino la cerámica, todo aquello
que es decorado, con carácter
suntuario, artístico.

—Emilio Sempere1

Alfarería, de alfaharería,2 es el arte de elaborar objetos de barro o arcilla y, por extensión, el oficio que ha
permitido al hombre crear toda clase de enseres y artilugios domésticos a lo largo de la historia. En el
Occidente culturalmente tecnológico la alfarería popular, cacharrería ruda y evocadora obra de artesanos
barreros ha pasado en gran medida a convertirse en artículo decorativo y de coleccionismo y en materia de
interés etnográfico, sumado a su valor arqueológico.3

La industria alfarera, además de la vajilla y la cacharrería, abarca la azulejería sencilla, la tejería, la ladrillería
y la fabricación de baldosas sin esmaltar.

Popularmente, alfarería es sinónimo de cerámica, si bien suele denominarse y aplicarse el término cerámica a
un conjunto de técnicas más depuradas en que intervienen varias cocciones de la pieza, esmaltados más
sofisticados y decoración más fina.4 Otras técnicas cuyos términos se asocian a la alfarería y la cerámica son
la loza y la terracota.

Fases de elaboración

Morfología

Museo de Ávila. Diversas formas.

Tradicionalmente en alfarería se encuentran cuatro modalidades:

 Obra hueca: son las obras que tienen un cuerpo alto y abiertas por la parte superior, que se las puede
tapar, suelen llevar algún tipo de asas para su transporte o para abocar su contenido, por ejemplo las
ánforas, la alcarraza, el cántaro o las botijas.
 Obra abierta: son las piezas con la boca más ancha que la base, como los platos, fuentes y tapaderas
para otras obras. Entran en esta categoría las que tienen unas paredes cortas (3-5 cm), como pueden
ser las cazuelas o los lebrillos y algunas con la base plana de fondo cóncavo y paredes un poco
mayores como los morteros, ollas o soperas.
 Obra cerrada: son las que tienen los cuerpos totalmente cerrados, que se debe terminar con el
bochado (bochar en alfarería es cerrar una pieza), como las huchas, las alcuzas, las cantimploras y el
botijo.
 Obra plana de molde: son las piezas dedicadas especialmente a la construcción y se realizan con el
molde plano, es decir un cajón sin fondo que se coloca sobre el suelo, se rellena con la arcilla, se
saca el molde y se deja secar, por ejemplo los ladrillos, baldosas y tejas. Hay también el «molde de
apretón» que consiste en un molde abierto, normalmente de yeso, en el cual se presiona la arcilla con
las manos y queda grabado el dibujo correspondiente en la pieza.66

Obra hueca:Ánfora con dos asas de Mallorca.

Obra abierta: Olla de los Castellares (Herrera de los Navarros, Zaragoza) Siglo
II.

Obra cerrada:Botijo actual de La Bisbal del Ampurdán (Gerona).

Terminología

El vocabulario alfarero abarca una gran variedad de formas con la consecuente riqueza de léxico, ya que,
según las regiones o comarcas, un mismo objeto tiene distinto nombre. Hay vasijas que han ido
desapareciendo y otras que, a pesar del paso de los siglos, siguen haciéndose con la misma forma y en
ocasiones similar proceso de elaboración. No obstante, desde la segunda mitad del siglo XX, las piezas de
alfarería, aunque no cumplen con su primitiva función, son apreciadas como elementos decorativos. 67

 Alfar: Denomina el obrador o taller en el que trabaja el alfarero y también, de un modo más general,
la localidad que ha producido o produce cerámica. 68
 Vasijas para beber: En el argot ceramista llamadas alfarería de agua, incluyen, desde el sencillo y
antiquísimo cuenco o las ánforas, al 'sofisticado' botijo, que sustituyó a jarros, cantimploras o
porrones.
 Vasijas de cocina: principalmente servían para guardar y almacenar alimentos: tinajas para el vino y
el aceite, orzas para la matanza del cerdo, tarros para conservas en dulce, cazuelas, ollas, pucheros,
morteros, mieleras y parras de varios tamaños. La jarra -la más común- tiene una medida como
máximo de 45-50 centímetros. Las mayores vasijas son las tinajas que llegaban a alcanzar los cinco
metros de altura.
 Vasijas de mesa: antiguamente no se acostumbraba a fabricar la vajilla completa como en la
actualidad y sólo se consideraba vajilla de mesa lo más elemental: platos, cuencos, escudillas, vasos
y copas.
 Vasijas para los animales: curiosos y muy variados recipientes para ordeñar, bebederos y
comederos para gallinas, palomas, etc.
Existen también juguetes, con diferente grado de antigüedad: siurells, pitos, flautas, zambombas y figuras de
belén, además de miniaturas de casi toda la vajilla. Otra pieza muy típica en barro es la hucha. Los
instrumentos musicales también tienen su representación en la alfarería, como todo tipo de flautas populares,
el cuerno, la ocarina —la más completa suele tener ocho agujeros y la más sencilla uno o dos—, que también
se utilizan como reclamo de caza.69 70

Museos

Ánforas romanas en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena (España).

 En Madrid, el Museo Arqueológico Nacional de España, que dispone de colecciones de cerámica


desde los orígenes más antiguos hasta el siglo XIX. Destacan las prehistóricas, griegas y árabes.
 En la Comunidad Valenciana, hay algunos museos dedicados a la actividad cerámica, sobre todo en
Valencia y alrededores, pero están más centrados en la producción de vajillas y utensilios de lujo. En
cacharrería popular destaca el Museo de Alfarería de Agost, en la comarca del Campo de Alicante.
 En Cataluña: el Museo de Arqueología de Cataluña (Barcelona), que cuenta con una interesante
colección de cerámica árgarica, púnica de Ibiza y romana, además del material prehistórico. El
Museo de Arqueología de Cataluña (Gerona) en el monasterio de San Pedro de Galligans. El museo
de la Terracotta, en La Bisbal del Ampurdán. El Museo de Cerámica Popular en La Ametlla de Mar.
Y, entre otras instituciones menores, el Centro de interpretación de la Terrissa Terracota (La
Galera)71 o el Museo del Càntir de Argentona.
 En la comunidad de Castilla y León: el Museo Arqueológico de Valladolid con una buena colección
de cerámica popular española y propia de Valladolid y el Museo Etnográfico de Castilla y León con
sede en Zamora, muestra objetos correspondientes a la alfarería y cerámica popular de las distintas
provincias de la Comunidad Autónoma. En dicho museo se ha llevado a cabo entre otras una
investigación sobre las alfarerías femeninas.72
 Otros museos de la Península Ibérica con grandes exposiciones de cerámica: Alcoy, Cartagena,
Córdoba, Cádiz, Cuenca, Denia, Ibiza, Elche, Granada, Jaén, Las Palmas de Gran Canaria, Linares,
Lorca, Murcia, Palma de Mallorca, Reus, Sevilla, Talavera de la Reina, Tarragona, Úbeda, Zaragoza
y Muelas del Pan.
 En Portugal hay que destacar el Museo Nacional de Arte Antigua, los palacios de Pena, de Ayuda, el
Sintra y la fábrica de Vista Alegre.
 En Grecia: Museo Arqueológico Nacional de Atenas.73
 En Francia: Musée de Prehistoire Bélesta, Bélesta (Perpiñán);74 Musée des Potiers Gallo-romaines
Amphoralis. Salles-d'Aude.
 En Japón el Museo Nacional de Tokio Muestra una gran cantidad de cerámica de todos las épocas.
 En Estados Unidos: Hispanic Society of America, Nueva York75

El proceso de elaboración comienza cuando se va a la mina a seleccionar y recoger el barro


en piedra. Una vez lo seleccionamos, tenemos que quitarle todas las hierbas y piedras para
poder comenzar con su elaboración.

Una vez el barro esté completamente limpio, lo pasamos por los molinos añadiéndole agua
en función de las piezas que queramos realizar, dado que cuanto más alta sean las piezas
que vamos producir más duro debe estar el barro, sino corremos el riesgo de que no se deje
trabajar.A continuación, cuando tenemos la arcilla totalmente pasada por los molinos, se
pasa a la siguiente fase que es el amasado. Esta es una fase importantísima en el proceso
porque ese amasado tiene que ser uniforme porque si no está bien amasado el barro y lleva
bolsas de aire corremos el riesgo de que estallen en el horno las piezas.En Buño, hay dos tipos
de barro. El que más abunda y que más se utiliza es el de tono marrón (conocido como barro
escamento) aunque también hay barro blanco, si bien también se hacen piezas en este tipo de
barro, se emplea mayoritariamente para decorar las piezas. Después, se coloca la peña de barro
en el torno (en Buño a esa peña se le denomina “pelouro”) y se pasa a la realización de las piezas
de forma artesanal. Conforme se vayan realizando las piezas, se van poniendo a secar de una
forma gradual, ya que si el secado es muy rápido nos puede llevar a que las piezas agrieten, dado
que pierden muy rápido la humedad. Una vez tenemos suficientes piezas realizadas, procedemos a
la siguiente fase que es el esmaltado y enfornado. El esmaltado debe ser con cuidado porque la
pieza aún está sin cocer con lo cual se corre el riesgo de que rompa al esmaltar. Una vez
esmaltado, procedemos al enfornado de las piezas. Las piezas si van esmaltadas, no pueden tocar
unas con otras porque sino al cocer cuando funde el esmalte se pegan unas con otras quedando
inservibles.

Para tener la pieza totalmente lista, solo nos queda cocerla. Está cocción depende mucho del tipo
de pieza y de los esmaltes que se usen, por tanto la duración de esta cocción está entre las ocho y
diez horas de duración y una temperatura aproximada a los 1.000 ºC. Cuando se termina de cocer
la hornada hay que dejar enfriar las piezas de forma lenta, porque si se apura mucho ese
enfriamiento, se corre el riesgo de que agrieten las piezas y rompan.

Tinaja Año 1884. Se utilizaba como jarra de agua para el


consumo de las personas y para cocinar.

Olla de barro usada para cocinar o calentar


agua.

 Pisón: utensilio de madera que se utiliza para pisar tierra. Éste en particular
utilizado en prensar la tierra de las tapias.
RECIPIENTES PARA LOS ALIMENTOS

Los alimentos, especialmente los líquidos, necesitan de


recipientes que los contengan y conserven. Éstos pueden
ser de piel, como los odres citados. Pueden ser también
de madera. En Canarias encontramos, en los museos,
vasijas talladas en madera, pero su uso es menos
frecuente, su realización se hace difícil y no pueden ser
utilizadas al fuego. Por eso, el tercer material es el barro
cocido. De él se elaboran vasijas y cuencos de distintos
tamaños y con distintos fines.

Podemos hablar de grandes vasijas para el


almacenamiento de agua; otras, de tamaño mediano,
para guardar lo recolectado o para poner la leche al
fuego, etc. De tamaño mediano son también los cuencos
para el ordeño (tabajoste) y los usados para la recogida RECIPIENTE DE MADERA.
de agua en charcos o manantiales. Cuenco de madera de
Tenerife

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