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2 TRASTORNOS DE ANSIEDAD
Hay varios tipos principales de trastornos de ansiedad. Cada
uno tiene características particulares.
Sensación de asfixia
Miedo a morir
Sofocos o escalofríos
Entumecimiento o parestesias
Sudoración
Temblores o agitación
¿ Sabías que...?
Aunque las crisis de angustia producen síntomas que afectan al
corazón y a otros órganos vitales, no son peligrosas.
Diagnóstico
Tratamiento
Sin embargo, cuando las personas afectadas han presentado crisis frecuentes y han
cambiado su comportamiento para evitar posibles crisis futuras, suele ser necesario el
tratamiento con fármacos y psicoterapia. Las personas que padecen trastorno de
angustia son más receptivas al tratamiento si comprenden que su trastorno implica la
existencia de factores tanto físicos como psicológicos y que, por lo general, el
tratamiento permite controlar los síntomas.
Fármacos
Antidepresivos
Las benzodiazepinas actúan más rápido que los antidepresivos, pero pueden causar
fármacodependencia (ver Fármacos ansiolíticos y sedantes) y causan más
frecuentemente somnolencia, deterioro de la coordinación, problemas de memoria y
aumento del tiempo de reacción.
Psicoterapia
Normalmente, los médicos empiezan con el nivel más bajo de exposición que
la persona puede tolerar con facilidad. Por ejemplo, se le puede pedir que mire
el objeto temido desde una cierta distancia o tal vez sólo una imagen del
objeto. A continuación, los médicos dan instrucciones a la persona para que se
tranquilice pensando que es improbable que el objeto distante pueda causarle
ningún daño. Si su frecuencia cardíaca se dispara o le falta el aire, se le pide
que reaccione con respiraciones lentas y profundas, o bien que practique otros
ejercicios de relajación (como imaginarse mentalmente una escena
tranquilizadora).
Entre las situaciones que resultan difíciles para una persona con agorafobia se
encuentran las siguientes:
Diagnóstico
Además, los médicos deben descartar otros trastornos mentales que pueden
causar síntomas similares, tales como fobia social o trastorno dismórfico
corporal.
Tratamiento
Terapia de exposición
Terapia cognitivo-conductual
Las personas con fobia social experimentan preocupación por la posibilidad de que
sus comportamientos o actuaciones en público puedan ser considerados inapropiados.
A menudo les preocupa que su ansiedad resulte evidente (que lleguen a sudar,
ruborizarse, vomitar, temblar o se les quiebre la voz). También les preocupa poder
perder el hilo de su pensamiento o no ser capaces de encontrar las palabras
adecuadas para expresarse.
Algunas fobias sociales están ligadas a situaciones públicas específicas, por lo que la
ansiedad aparece únicamente cuando la persona debe realizar un tipo concreto de
actividad en público. La misma actividad desarrollada de forma solitaria no provoca
ansiedad. Entre las situaciones que habitualmente desencadenan ansiedad se
incluyen:
Hablar en público
Comer en público
Una variedad más general de fobia social se caracteriza por la aparición de ansiedad
en numerosas situaciones sociales.
En ambos tipos de fobia social, la ansiedad de la persona proviene del temor a que, si
su actuación no está a la altura de las expectativas, esto le provoque vergüenza,
humillación, o rechazo por parte de otras personas, o incluso que pueda ofender a
alguien.
Las personas afectadas pueden ser conscientes o no de que sus miedos son
irracionales y excesivos.
Diagnóstico
Evaluación de un médico, en base a criterios específicos
Los médicos llegan al diagnóstico de fobia social cuando la persona afectada presenta
miedo o ansiedad y se cumplen todos los factores siguientes:
Tratamiento
Terapia de exposición
Terapia cognitivo-conductual
La ansiedad causada por una fobia altera la vida cotidiana de las personas
afectadas, porque les lleva a evitar determinadas actividades y situaciones.
Las fobias específicas constituyen los trastornos de ansiedad más frecuentes. Las
personas que padecen una fobia específica evitan las situaciones u objetos concretos
que les provocan miedo y ansiedad, o bien los soportan con gran angustia, llegando
incluso a veces a sufrir una crisis de angustia a consecuencia de ello. Sin embargo,
reconocen que su ansiedad es excesiva y por ello son conscientes de que tienen un
problema.
Las fobias específicas más comunes son el miedo a los animales (zoofobia), el miedo
a las alturas (acrofobia) y el miedo a las tormentas (astrafobia o brontofobia).
La prevalencia anual se sitúa alrededor del 13% de las mujeres y del 4% de los
varones.
Algunas fobias específicas causan pocos inconvenientes a la persona que las padece;
por ejemplo, un habitante de una zona urbana que padezca miedo a las serpientes no
tendrá probablemente ningún problema para evitarlas. No obstante, otras fobias
específicas pueden interferir en gran manera con las actividades normales de la
persona afectada; así, por ejemplo, un habitante de una zona urbana que sienta temor
ante los espacios pequeños y cerrados, como los ascensores, tendrá que afrontar esta
situación con mayor frecuencia y puede intentar evitarla.
Al menos el 5% de la población presenta como mínimo un cierto grado de aprensión
ante la visión de sangre o heridas o ante el hecho de recibir inyecciones. Estas
personas pueden llegar a desmayarse debido a una disminución de la frecuencia
cardíaca y de la presión arterial, fenómeno que no acontece en otros trastornos
fóbicos o de ansiedad. Muchas personas con otras fobias y trastornos de ansiedad
hiperventilan; en estos casos, la hiperventilación puede producir la sensación
inminente de desmayo, pero rara vez se produce realmente.
Fobia Definición
Fobia Definición
Diagnóstico
Evaluación de un médico, en base a criterios específicos.
Los médicos diagnostican una fobia específica cuando la persona presenta miedo o
ansiedad con todas las características siguientes:
Tratamiento
Terapia de exposición
La terapia de exposición ayuda a más del 90% de las personas que la siguen de forma
correcta, y suele ser el único tratamiento necesario para las fobias específicas. Incluso
las personas que tienen fobia a la sangre o a las agujas responden bien a la terapia de
exposición. Por ejemplo, a una persona que se desmaya durante las extracciones de
sangre se le puede acercar gradualmente la aguja a la vena y alejarla de nuevo
cuando la frecuencia cardíaca comienza a disminuir. La repetición de este proceso
hace que la frecuencia cardíaca se vaya normalizando de manera progresiva.
Finalmente, la persona es capaz de someterse a una extracción de sangre sin sufrir
episodios de desmayo.