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SUMARIO: I. Concepto y principales instrumentos; II. Las fuentes del DIH y la cláusula
Martens; III. Principios del DIH; IV. La función del Comité Internacional de la Cruz Roja
en el DIH; V. Los emblemas protectores reconocidos por el DIH.
1
También ha sido definido como “un cuerpo de normas internacionales, de origen convencional y
consuetudinario, específicamente destinado a ser aplicado en los conflictos armados, internacionales o no
internacionales, y que limita el derecho de las Partes en conflicto a elegir libremente los métodos y los medios
utilizados en la guerra (Derecho de La Haya), o que protege a las personas y a los bienes afectados (Derecho
de Ginebra)”, cfr. Ch. Swinarski, Principales Nociones e Institutos del Derecho Internacional Humanitario
como Sistema de Protección de la Persona Humana, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, San
José de Costa Rica, 2ª ed. rev. (1991), p. 25.
2
Por ejemplo, en el marco de la Carta de las Naciones Unidas, el uso de la fuerza se encuentra legitimado
para el caso de ser ordenada por el Consejo de Seguridad en virtud del art. 42, o bien en el caso de que un
Estado miembro ejerza su derecho inmanente de legítima defensa, conforme al art. 51.
3
Swinarski advierte que “se suele considerar el ‘Derecho de La Haya’ como sinónimo del ‘derecho de la
guerra’ lato sensu y el ‘Derecho de Ginebra’ como el ‘Derecho Humanitario’ sensu stricto”, cfr. Ch.
Swinarski, op. cit., p. 24.
4
Sin embargo encontramos dentro de las convenciones de Ginebra algunas normas referidas al “derecho de
La Haya”, como por ejemplo los arts. 35 y ss. del Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra de 1949
(métodos y medios de guerra).
5
Cfr. Ch. Swinarski, op. cit., p. 16.
1
del derecho: el Convenio de Ginebra para el mejoramiento de la suerte de los militares
heridos en los ejércitos en campaña6.
Sin duda, fue un ciudadano suizo, Henry Dunant quien contribuyó a generar una
toma de conciencia respecto de la necesidad de proteger a las víctimas de los conflictos
armados. En efecto, Dunant, mediante su libro “Un recuerdo de Solferino”, difunde las
consecuencias de la cruenta batalla de Solferino, que tuvo lugar en 1859 en la región de
Lombardía, donde combatían franceses y sardos contra austríacos7. A raíz de ello, un grupo
de ginebrinos crea una sociedad de socorro de carácter privado: el Comité Internacional de
Socorro a los Heridos, actual Comité Internacional de la Cruz Roja8.
Los principales instrumentos internacionales convencionales del DIH son los cuatro
convenios de Ginebra de 19499 y sus Protocolos Adicionales I y II de 1977:
• I Convenio (1949): para aliviar la suerte que corren los heridos y enfermos de las
fuerzas armadas en campaña;
• II Convenio (1949): para aliviar la suerte que corren los heridos, los enfermos y los
náufragos de las fuerzas armadas en el mar;
• III Convenio (1949): relativo al trato debido a los prisioneros de guerra;
• IV Convenio (1949): relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempos de
guerra.
6
Suscripto el 22 de agosto de 1864.
7
Cfr. R. Vinuesa, “Origen y evolución del derecho internacional humanitario”, en Primer Seminario sobre
Derecho Internacional Humanitario, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires
(1981), p. 9.
8
Ibídem.
9
Del 12 de agosto de 1949.
10
De acuerdo a lo estipulado en el art. 2 de cada uno de los Convenios.
11
Por ejemplo, la lucha armada entre las fuerzas armadas de un Estado y fuerzas armadas disidentes o entre
grupos armados.
2
A este respecto, se prohíben, en cualquier tiempo y lugar, por lo que atañe a las personas
arriba mencionadas:
a) los atentados contra la vida y la integridad corporal, especialmente el homicidio en
todas sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los suplicios;
b) la toma de rehenes;
c) los atentados contra la dignidad personal, especialmente los tratos humillantes y
degradantes;
d) las condenas dictadas y las ejecuciones sin previo juicio ante un tribunal legítimamente
constituido, con garantías judiciales reconocidas como indispensables por los pueblos
civilizados.
2) Los heridos y los enfermos serán recogidos y asistidos.
Un organismo humanitario imparcial, tal como el Comité Internacional de la Cruz Roja,
podrá ofrecer sus servicios a las Partes en conflicto.
Además, las Partes en conflicto harán lo posible por poner en vigor, mediante acuerdos
especiales, la totalidad o parte de las otras disposiciones del presente Convenio.
La aplicación de las anteriores disposiciones no surtirá efectos sobre el estatuto jurídico de
las Partes en conflicto”.
12
Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de las
víctimas de los conflictos armados internacionales, suscripto el 8 de junio de 1977.
13
Cfr. art. 1.
14
Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de las
víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional, suscripto el 8 de junio de 1977.
3
2. El Presente Protocolo no se aplicará a las situaciones de tensiones internas y de
disturbios interiores, tales como los motines, los actos esporádicos y aislados de violencia y
otros actos análogos, que no son conflictos armados”.
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Suscripta del 29 de noviembre al 11 de diciembre de 1868.
16
Suscripto el 18 de octubre de 1907.
17
Ibídem.
18
Ibídem.
19
Suscripto el 17 de junio de 1925.
20
Suscripto el 14 de mayo de 1954.
21
Abierta a la firma el 10 de abril de 1972.
22
Adoptado el 10 de octubre de 1980.
23
Enmendado el 3 de mayo de 1996.
24
Adoptado el 13 de octubre de 1995.
25
Adoptado el 28 de noviembre de 2003 y en vigor desde el 12 de noviembre de 2006.
4
• Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción, el almacenamiento y el
empleo de armas químicas (1993)26.
• Convención de 1997 sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y
transferencia de las minas antipersonal y sobre su destrucción27.
En cuanto a las armas nucleares28, si bien no existe ningún tratado que prohíba su
uso a nivel universal, existen algunos convenios que proscriben su utilización en
determinadas regiones o en ciertas circunstancias29.
Las fuentes del DIH no son otras que las fuentes del derecho internacional público,
es decir, los tratados, la costumbre internacional y los principios generales de derecho
(fuentes principales) y como medios auxiliares la jurisprudencia y la doctrina
internacionales. Una situación puede estar regulada no sólo por una norma convencional,
sino también por una norma consuetudinaria general, aplicable a los Estados que no son
partes en el tratado en cuestión.
5
humanidad y de los dictados de la conciencia pública. Esta cláusula se basa en un párrafo
de la Declaración del 20 de junio de 1899, establecida por el jurista y diplomático Fiódor
Martens31, delegado ruso que presidió uno de los comités de la Primera Conferencia de Paz
de La Haya de 189932.
Esta cláusula también juega un rol importante en los conflictos armados internos,
donde generalmente no hay acuerdos entre los gobiernos y las organizaciones rebeldes que
combaten33.
El DIH al igual que otras ramas del derecho internacional, se basa en un conjunto de
principios fundamentales, de carácter universal, los cuales han sido considerados por los
juristas internacionales como normas de jus cogens34, es decir, como aquellas normas
generales aceptadas y reconocidas por la comunidad internacional en su conjunto las cuales
no admiten acuerdo en contrario35.
Pictet considera que estos principios tienen una importancia capital, ya que ofrecen
soluciones para los casos no previstos, contribuyen a colmar las lagunas de derecho y
facilitan los desarrollos futuros indicando las direcciones a seguir, constituyendo,
asimismo, enunciados fácil de asimilar y retener37. Además conforman un mínimo aplicable
31
Al respecto ver V. Pustogarov, “Fiódor Fiódorovich Martens (1845-1909) humanista de todos los tiempos”,
Revista Internacional de la Cruz Roja, v. 135 (1996), pp. 324-339.
32
Cfr. S. Miyazaki, “The Martens Clause and international humanitarian law”, en Studies and essays on
international humanitarian law and Red Cross principles in honour of Jean Pictet, Ch. Swinarski (edit.),
C.I.C.R., Ginebra, Nijhoff, La Haya (1984), p. 434.
33
Cfr. S. Miyazaki, op. cit., p. 440.
34
Cfr. P. Blishchenko, “Les principes du droit international humanitaire”, en Studies and essays on
international humanitarian law and Red Cross principles in honour of Jean Pictet, Ch. Swinarski (edit.),
C.I.C.R., Ginebra, Nijhoff, La Haya (1984), p. 291.
35
Cfr. art. 53 de la Convención de Viena de 1969 sobre el Derecho de los Tratados.
36
Cfr. J. Pictet, Les principes du droit international humanitaire, C.I.C.R., Ginebra (1966), p. 23; P.
Blishchenko, op. cit., p. 292.
37
J. Pictet, op. cit., p. 24.
6
en todo tiempo, en todo lugar y en toda circunstancia, incluso para los Estados que no son
parte de las convenciones38.
Sin embargo, los principios no han sido enunciados de manera uniforme39, de modo
que cada autor los expresa y clasifica desde una perspectiva distinta. Intentaremos
referirnos a algunos de ellos.
Según Pictet, “(l)es belligérants ne causeront pas à leur adversaire des maux hors
de proportion avec le but de la guerre, qui est de détruire ou d'affaiblir la puissance
38
Ibídem.
39
Cfr. P. Blishchenko, op. cit., p. 291.
40
Cfr. P. Blishchenko, op. cit., p. 293.
41
Cfr. J. Pictet, op. cit., p. 25.
42
Ibídem.
43
Ibídem.
44
Cfr. P. Blishchenko, op. cit., p. 298.
45
Cfr. P. Blishchenko, op. cit., p. 293.
46
En cuanto a la terminología empleada “males superfluos o sufrimientos innecesarios” ver Y. Sandoz,
“Prohibición y restricción del empleo de ciertas armas. Tres cuestiones clave”, en Revista Internacional de la
Cruz Roja, v. 122 (1994), pp. 97-101. Ver asimismo el “Proyecto para determinar qué armas causan «males
superfluos o sufrimientos innecesarios»”, C.I.C.R., Ginebra (1998).
47
Ver H. Meyrowitz, “El principio de los males superfluos. De la Declaración de San Petersburgo de 1868 al
Protocolo adicional I de 1977”, en Revista Internacional de la Cruz Roja, v. 122 (1994), pp. 103-126.
48
Cfr. P. Blishchenko, op. cit., p. 294.
7
militaire de l'ennemi”49. Al respecto, el artículo 51, inciso 5 considera que son ataques
indiscriminados –por ende prohibidos– “cuando sea de prever que causarán
incidentalmente muertos y heridos entre la población civil, o daños a bienes de carácter
civil, o ambas cosas, que serían excesivos en relación con la ventaja militar concreta y
directa prevista”. Incluso, como norma de precaución, el artículo 57, inciso 3 dispone
“(c)uando se pueda elegir entre varios objetivos militares para obtener una ventaja militar
equivalente, se optará por el objetivo cuyo ataque, según sea de prever, presente menos
peligro para las personas civiles y los bienes de carácter civil”. Hay autores que se refieren
al “principio de proporcionalidad”, en este orden de ideas50. Independientemente de ello,
hay medios y métodos de combate que están prohibidos de manera absoluta, es decir que no
pueden ser utilizados ni aún en caso de que conlleven una ventaja militar considerable51,
como por ejemplo, el empleo de minas terrestres antipersonales o de armas láser que causan
ceguera.
49
Cfr. J. Pictet, op. cit., p. 28.
50
Cfr. P. Blishchenko, op. cit., p. 300.
51
P. Blishchenko, op. cit., p. 294.
52
P. Blishchenko, op. cit., p. 295.
53
No obstante el inciso 2 del mencionado artículo establece que “no están prohibidas las estratagemas”, es
decir, los actos que tienen por objeto inducir a error a un adversario o hacerle cometer imprudencias que no
violan ninguna norma del DIH ni son pérfidos, puesto que “no apelan a la buena fe de un adversario”. La
misma disposición menciona como ejemplos al camuflaje, las añagazas –señuelos–, las operaciones simuladas
y las informaciones falsas.
8
bienes civiles54. Al efecto, el artículo 48 del Protocolo I establece: “A fin de garantizar el
respeto y la protección de la población civil y de los bienes de carácter civil, las Partes en
conflicto harán distinción en todo momento entre población civil y combatientes, y entre
bienes de carácter civil y objetivos militares y, en consecuencia, dirigirán sus operaciones
únicamente contra objetivos militares”. El artículo 51, como ya se hizo referencia, prohíbe
los ataques “indiscriminados”, tales como los que no están dirigidos o no pueden dirigirse
contra un objetivo militar concreto y los que emplean métodos o medios de combate cuyos
efectos no sea posible limitar y que puedan alcanzar indistintamente tanto a objetivos
militares como a personas civiles55.
54
Cfr. art. 51, inc. 2 del Protocolo I.
55
Art. 51, inc. 4 del Protocolo I.
56
ICJ Reports 1996, p. 28, parág. 79; texto reproducido en I.L.M., v. XXXV, n. 4 (1996), p. 827. No obstante
la Corte se negó a pronunciarse sobre si dicha regla formaba parte del jus cogens, por entender que tal
cuestión no era objeto de la opinión consultiva solicitada; ver parág. 83, p. 29, I.L.M., ibídem, p. 829.
57
ICJ Reports 1996, p. 31, parágs. 88-89; texto reproducido en I.L.M., v. XXXV, n. 4 (1996), p. 829.
58
Los cinco ciudadanos suizos eran H. Dunant, G.-H. Dufour, G. Moynier, L. Appia y Th. Maunoir.
59
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja está formado por las Sociedades
Nacionales –por ejemplo la Cruz Roja Argentina–, el CICR y la Federación Internacional de Sociedades de la
Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Todos ellos se reúnen –generalmente cada cuatro años– junto con los
Estados partes de los Convenios de Ginebra en la “Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media
Luna Roja”. Se trata de un foro de diálogo y discusión sobre distintos problemas que atañen al derecho
internacional humanitario y otras cuestiones humanitarias. En ella se evalúan las propuestas presentadas
referidas a la revisión de los Convenios de Ginebra y sus Protocolos y a otros convenios de DIH.
9
Asimismo se encarga de la difusión del DIH60 y los Principios Fundamentales de la Cruz
Roja y de la Media Luna Roja. Tales principios son: humanidad, imparcialidad, neutralidad,
independencia, voluntariado, unidad y universalidad. También se ocupa de la dirección
general y de la coordinación de las acciones internacionales de socorro de la Cruz Roja y de
la Media Luna Roja en situaciones de conflicto armado y de violencia interna.
Además, para cumplir con sus funciones, establece oficinas en distintos países del
mundo y celebra acuerdos de sede con los Estados pertinentes, a fin de que se le reconozca
personalidad jurídica internacional e inmunidad de jurisdicción61 y se le confieran a sus
delegados las mismas inmunidades y privilegios que gozan los representantes de las
organizaciones internacionales gubernamentales.
Convenio I:
60
Por ejemplo, fomenta la ratificación de los distintos tratados.
61
De esta forma el CICR se protege contra procedimientos administrativos y judiciales en el Estado en el que
se encuentra la delegación y garantiza la inviolabilidad de sus locales, archivos y documentos.
10
negociar con respecto a la otra Potencia o a sus aliados, a causa de acontecimientos
militares, especialmente en caso de ocupación de la totalidad o de una parte importante de
su territorio. Cuantas veces se menciona en el presente Convenio a la Potencia protectora,
tal mención designa, asimismo, a los organismos que la sustituyan en el sentido de este
artículo”.
También el artículo 3 común, aplicable a los conflictos armados internos –el cual ya
transcribimos– y el Protocolo II –artículo 18–, establece que el CICR puede ofrecer sus
servicios a las partes en conflicto.
Las experiencias negativas que dejó la batalla de Solferino62, donde los servicios
sanitarios resultaban inoperantes al no tener un emblema uniforme reconocible por todas las
partes en conflicto, llevaron a que se estudiara el tema de la adopción de un emblema en la
Conferencia internacional celebrada en 186363. Allí se aprueba la cruz roja sobre fondo
blanco como signo distintivo de las sociedades de socorro que se ocupaban de los militares
heridos, el cual se incluye en el Primer Convenio de Ginebra de 1864. El emblema es la
62
De la cual Henry Dunant fue testigo, como ya vimos.
63
Ver “El emblema: reseña histórica”, CICR, Ginebra, 26 de mayo de 2000, en <http://www.cicr.org/spa/...>.
11
inversión de los colores de la bandera nacional de Suiza; el fin no fue representar un
símbolo religioso sino la idea de neutralidad.
Pero en 1876, durante la Guerra entre Rusia y Turquía, el Imperio Otomano decidió
que utilizaría en lugar de la cruz roja, una media luna roja sobre fondo blanco; sin embargo
respetaría el signo de la cruz roja utilizado por la parte contraria. Más tarde Egipto tomó la
misma posición. El Imperio Persa, por su parte, eligió un león y sol rojos sobre fondo
blanco. Es así que el Convenio de Ginebra de 192964 no sólo mantiene el signo de la cruz
roja, sino que, a título de excepción autoriza el uso de la media luna roja y del león y sol
rojos.
Si bien la mayoría de los países utiliza el emblema de la cruz roja o de la media luna
roja, para proteger en tiempos de conflicto armado al personal, los edificios y los equipos
sanitarios y para identificar a organizaciones nacionales de la Cruz Roja y de la Media
Luna Roja, al CICR y a la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la
Media Luna Roja66, sin embargo algunos Estados manifestaron sus objeciones dado que
ven en ellos connotaciones religiosas. Así, ciertos Estados pretendieron usar los dos
emblemas juntos –tal es caso de Kazajistán y Eritrea–, mientras que Israel se inclina por el
escudo rojo de David. El problema es que estos últimos signos no son reconocidos como
emblemas protectores por los Convenios de Ginebra y sus Protocolos67.
64
Suscripto el 27 de julio de 1929.
65
Cfr. Nota diplomática de la República de Irán del 4 de septiembre de 1980.
66
En 1982 la Federación aprobó como emblema la cruz roja y la media luna roja sobre fondo blanco.
67
Asimismo ver C. Sommaruga, “Unidad y Pluralidad de los Emblemas”, Revista Internacional de la Cruz
Roja (julio-agosto 1992); F. Bugnion, “El Emblema de la Cruz Roja – Reseña Histórica”, CICR, Ginebra
(1977), en <http://www.cicr.org/spa/...>; F. Bugnion, “El Emblema de la Cruz Roja y el de la Media Luna
Roja”, Revista del Comité Internacional de la Cruz Roja, n. 95 (1989); A. Bouvier, “El Uso del Emblema de
la Cruz Roja o de la Media Luna Roja: Casos Especiales”, Revista del Comité Internacional de la Cruz Roja,
n. 95 (1989).
68
Este Protocolo entró en vigor el 14 de enero de 2007.
12
práctica se lo denomina “el cristal rojo”. Este Protocolo también autoriza a las Sociedades
Nacionales de los Estados contratantes que deseen emplear el nuevo emblema a incorporar
dentro del “cristal rojo” los emblemas reconocidos por los Convenios de Ginebra (la cruz
roja, la media luna roja, o ambos) u “otro emblema que una Alta Parte Contratante haya
empleado efectivamente y que haya sido objeto de una comunicación a las otras Partes
Contratantes y al Comité Internacional de la Cruz Roja” (art. 3, inc. 1.b)69.
Fuente: CICR70
69
Ver ejemplos de utilización del nuevo emblema en “Preguntas y respuestas en relación con el emblema
adicional, el cristal rojo”, CICR, Ginebra, en <http://www.cicr.org/spa/...>.
70
“Los emblemas del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja”, CICR, Ginebra,
<http://www.cicr.org/web/spa/sitespa0.nsf/html/emblem>.
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