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Psicoterapia Cognitiva de La Depresión
Psicoterapia Cognitiva de La Depresión
DEPRESIÓN
Folleto informativo
Escrito por: Jose Luis Catalan
jcatalan@correo.cop.es
Aclaraciones previas
=> valorar el conjunto de áreas del sujeto que necesitarían una ayuda terapéutica
(falta de habilidades, zonas débiles de personalidad, conflictos ambientales no
resueltos, etc.)
=> analizar las posibles causas que han conducido a la depresión y las que la
mantienen.
=> informa de las conclusiones a las que ha llegado: el tipo de depresión, las
aspectos a tratar y cuáles serían más urgentes, la necesidad de tratamiento
psicológico y/o medicación; proporciona, así mismo, una orientación sobre qué
es la depresión, cómo ha podido desencadenarse, qué conductas
contraproducentes contribuyen a mantenerla y la naturaleza de los síntomas que
padece.
No se dan cambios espectaculares tan pronto, puesto que, a parte de que se haya
proporcionado una información de cómo contempla su caso un experto y las
posibilidades de solución, la eficacia en sí de una psicoterapia proviene de un
trabajo continuado sobre los diferentes aspectos de la depresión.
Obsérvese que este tiempo prudencial antes de valorar la eficacia del tratamiento,
se da también con la medicación antidepresiva (hay que esperar unos quince días
para observar los primeros efectos, y luego comienza una gradual mejoría de los
síntomas).
Esquema general
Estos diferentes aspectos, de hecho funcionan de una forma conjunta, y aquí los
separamos por razones de aportar mayor claridad. Normalmente la alteración de
uno influye en los demás, por lo que la mejora final del ánimo puede provenir de
diversas fuentes.
Sistema de valores
La sociedad o ambiente en el que vivimos nos ha influido para formar una serie
de valores que son la guía de nuestros actos. A la hora de tomar una decisión,
explicarnos algo o enfrentarnos a lo desconocido, acudimos a ellos en busca de
respuesta.
La psicoterapia puede tocar estos temas cuando resultan por algún motivo
problemáticos. Por ejemplo, puede ocurrir que la persona sea demasiado estricta
y severa con sus fallos, tenga falsas creencias e ideas que le conducen
sistemáticamente a la insatisfacción, que tenga valores contradictorios entre sí
que le paralizan, u otros que le causan una permanente desadaptación en el
ambiente en el que se desenvuelve.
También sucede que, a raíz de la depresión, se adquieran ideas acerca de sí
mismo (por ejemplo, todo lo que yo creía que fueron éxitos en mi pasado es un
engaño) o de los demás (nadie se preocupa de su prójimo) que influyen
negativamente en el curso de la depresión.
Los sociólogos han descubierto hace tiempo la importancia del ambiente social
en la psicología del individuo. Así, el desarraigo afectivo, la desestructuración de
la familia, una ética demasiado severa, la soledad, la desadaptación laboral, la
marginación de la mujer, son algunas situaciones ambientales que típicamente
favorecen la depresión. Cuando se presentan este tipo de factores ambientales la
psicoterapia trata de ayudar a la persona a encontrar una alternativa, y si ello no
es posible, ayuda a la persona a adaptarse emocionalmente a su situación.
Deseos y proyectos
Tanto el hecho de tener deseos, como proyectos, que no son otra cosa sino deseos
de algo a largo plazo, constituyen el paso primero del ánimo. Para el deprimido
tener ganas o no tener ganas de hacer cosas es prácticamente sinónimo de estar
animado o desanimado.
=> conveniente: actuar a la fuerza, aun sin tener ganas de hacer las cosas. De
esta forma el deprimido se ve menos grave, ya que está más cerca de la
normalidad, y lentamente mejora su ánimo al impedir con su esfuerzo que el
organismo se inactiva excesivamente. Naturalmente, no cabe esperar el mismo
rendimiento en un estado de desánimo que en otro de ánimo, pero el rendimiento
intermedio es mucho mejor que no tener ninguno.
Disposición emocional
Aunque nuestro cerebro está diseñado para fabricar deseos y maximizar las
posibilidades de éxito, en la depresión hay una reducción del número de deseos
que se realizan, (la psicoterapia trata de encender el máximo de ellos), y ello es
debido a que el sujeto, por una razón u otra, acaba renegando de los deseos que
surgen espontáneamente.
Expectativas negativas
Pudiendo prever los hechos antes de que estos sucedan podemos actuar a tiempo
de evitar lo malo o inclinar a nuestro favor lo considerado deseable. Anticipar
correctamente es por consiguiente imprescindible para tener éxito.
=> existe una tendencia a que aparezcan menos anticipaciones agradables de las
que merecerían surgir (existe una dificultad del deprimido en experimentar placer
creyendo que algunas cosas le saldrán bien).
Valoración negativa
=> Aunque el deprimido mejore, le resulta difícil reconocerlo, porque sólo tendrá
ojos para lo que todavía le falta o va mal.
=> Se compara con frecuencia con las personas sanas que le rodean diciéndose
ellos lo pueden hacer y yo no, eso me demuestra que no sirvo para nada. La
comparación no es como la de dos corredores que partieran de la misma salida, él
estando animado y los demás en la misma situación, por lo que al compararse
con las personas animadas siempre sale perdiendo.
=> Cuando se trata de valorar la posibilidad de realizar algún tipo de acción, tal
como hacer una gestión, hablar con un vendedor, arreglar papeles personales en
el banco, etc. tiende a atribuirse falta de capacidades, lo cual siempre le invita a
renunciar. <R>El no puedo hacer esto o lo otro, queja casi constante en el
deprimido, está basado en la creencia de merma de sus capacidades y
habilidades, bien porque crea que nunca las ha tenido, o si las tenía han
desaparecido.
=> Al valorar etapas de un objetivo le parece que, si ha ido mal, el resultado final
del objetivo está perdido. Por ejemplo, si la misión de una madre es educar a su
hijo y un día tiene un comportamiento poco brillante, ya piensa que es una madre
desastrosa.
=> El deprimido se ha propuesto unos objetivos, pero luego se valora por otros
completamente distintos. Por ejemplo, una persona se había propuesto acabar
todo el trabajo pendiente en la oficina, cosa que logra, pero luego le parece que
todo le ha ido mal porque se olvidó de traerle un regalo a un compañero que
cumplía años.
=> La idea de que sólo lo perfecto está bien y que una cosa medio bien hecha
esta mal hecha.
=> Ha tenido éxito en lo que se proponía pero en vez de alegrarse por ello,
desmerece de tal modo su actuación (me salió por casualidad, en realidad no
tiene ningún mérito) que acaba teniendo la impresión de que realmente ha salido
mal. <R>En algunas ocasiones este fenómeno esta acompañado de dudas
obsesivas: dejé cerrada la llave del gas?, me dejé abierta la puerta?, he limpiado
realmente la habitación?.
Por lo general optar por un lado de lo que se duda, aun en el caso de equivocarse,
es mejor que estar paralizado por una duda que se eterniza, interfiriendo la
actividad diaria, hasta para tomar las más pequeñas decisiones.
=> aquellas que refieren a una situación de crisis de valores y que producen
desorientación, como por ejemplo el divorcio, una crisis religiosa, etc. (en este
caso el terapeuta actúa de clarificador de posturas, acelerando el proceso de
adaptación a una nueva manera de ver las cosas)
Imagen personal
=> baja autoestima (se quiere poco a sí mismo: se desprecia, se critica o castiga).
=> mala identidad (cree que es poca cosa, que no tiene personalidad alguna, que
nadie se da cuenta de que existe o bien que todos se dan cuenta de su pequeñez)
Esta imagen personal disminuida es fruto de cómo valora sus actos y sus méritos,
y esta causada por una deformación irreal del juicio. Como que tiene un poder
desanimador terrible, la psicoterapia da mucha importancia a corregir la imagen
personal que tiene el deprimido de sí mismo, ayudándole a reconocer la realidad
de la situación: cuales son sus verdaderos fallos, capacidades, facetas positivas
sanas, lo posible e imposible.
Juicios subjetivos
Bajo el punto de vista subjetivo hacemos juicios a propósito de cómo nos ha ido
la última hora, día, mes, año o época de la vida. Podemos decir me encuentro
mejor, si ahora mismo estamos más alegres que la hora anterior. También, ésta ha
sido una mala semana, cuando enjuiciamos este período de tiempo, o mi infancia
fue feliz, tratándose de una época de la vida.
En la depresión los juicios que se realizan suelen estar tendenciosamente
inclinados a lo negativo, generando con ello un balance de resultados que es
contraproducente para el ánimo que provoca tal juicio.
Lo mismo podríamos decir del placer, si utilizamos este concepto en lugar del de
ánimo. Existirá un goce de enjuiciar que va bien lo que nos proponíamos hacer,
un goce de considerarnos exitosamente próximos a lo que queríamos, y
finalmente un goce de considerar que hemos logrado metas y propósitos
proyectados anteriormente.
En la depresión el ánimo y el placer que podrían existir por las cosas que van o
han ido bien tienden a desaparecer. Por qué sucede éste fenómeno? La
explicación es que el deprimido deforma el juicio sobre estas cuestiones:
Tono psicofisiológico
Como resultado de las emociones que predominan en el deprimido (en las cuales
ya hemos señalado que existe una importante participación activamente
contraproducente del sujeto mismo) existe un tono básico que en la depresión
implica un desequilibrio del organismo.
Esto podría semejarse a lo que podría ocurrir con un consumo abusivo de azúcar:
el nivel de azúcar en sangre puede oscilar entre dos límites (por exceso y por
defecto) sin que suceda nada malo, pero traspasado el límite de tolerancia de
azúcar en sangre surgen síntomas hiper o hipo glucémicos, deteriorarándose el
funcionamiento del organismo.
=> El control de la alimentación puede ser otro factor que incide en el estado
general del deprimido. Si el problema es la falta de apetito se diseña un plan
especial para combatirlo. La deficiencia de vitaminas, especialmente de B y C es
contraproducente en la depresión. En algunos cuadros depresivos de la
adolescencia (la llamada anorexia nerviosa) esta problemática de la alimentación
ocupa un plano primordial. La obesidad también se trata como factor
depresógeno (si es acentuada influye poderosamente en la inactividad del sujeto,
su imagen personal, sus relaciones sociales, por ejemplo).
=> tomar excitantes (café, té, comidas picantes, etc.) por la noche.
=> tener un nivel de ansiedad alto que impida conciliar el sueño. En este caso hay
que atenuar la ansiedad mediante técnicas de relajación, la actividad sexual,
baños tibios, masajes, etc. (es sabido que beber o comer mata las penas, pero este
recurso no es el ideal precisamente).
=> Social: consiste en diseñar con el paciente una serie de actividades sociales,
que varían según las características personales de cada sujeto. Para aquellos que
antes de deprimirse tenían una red de amistades a las que visitaban con
frecuencia o actividades en asociaciones, clubs o que realizaban hobbys fuera de
casa que les relacionaban con otras personas compartiendo el mismo interés,
simplemente el terapeuta se asegura de que el paciente las retome de nuevo,
asesorándole en las dificultades que puede encontrar y combatiendo la tendencia
al abandono y la valoración negativa. En el caso de que el paciente no tuviera
antes esta clase de relaciones con el medio social se le considera aislado
socialmente, y se le proponen actividades adecuadas para que comience a tener
aficiones, amistades, y en suma aumentar el contacto con el exterior.
=> Cultural: el contacto con la vida cultural es una ocasión de aumentar los
recursos para gozar, mejorar la calidad del contacto con las demás personas
(resultar interesantes, saber de qué hablar, etc.) y mejorar las capacidades de
concentración y memoria a través del ejercicio intelectual (distraer la atención
hacia cosas placenteras, descentrar al sujeto de sus obsesiones por la salud,
mantener vivo su interés por el mundo en general).
=> artesanal: las actividades manuales tales como modelado de barro, dibujo,
confección de artesanía, etc. son indicadas en algunos casos de falta de contacto
con la realidad, confusión, y problemas con la identidad personal. En ellas se
pretende que la actividad corporal organizada, influya también beneficiosamente
en la organización mental.
Los deprimidos que tienen un buen amigo o un cónyuge que les apoya
incondicionalmente y con sabiduría (que le sabe querer, pero también criticar en
lo que es necesario) encuentran un instrumento similar al de la psicoterapia, y tal
vez jueguen un papel tan importante que ni siquiera sea necesario un tratamiento
profesional.
Para aquellos deprimidos que tienen fuertes dificultades de relación afectiva con
los demás, la relación con el terapeuta es una ocasión excepcional para aprender,
en una situación permisiva y didáctica.
El hecho de tener una buena relación con el terapeuta ayuda mucho a generalizar
a otras relaciones la posibilidad de que también sean buenas. Con ello se abre una
brecha en la esperanza de que pueden existir experiencias gratas en la vida.
Resultados y duración
=> El deprimido aprende a superar la depresión con sus propios medios, adquiere
mayor poder y control sobre su ánimo.
=> Aborda el problema de las causas que provocan la depresión.
=> Garantiza mejor la evitación de recaídas, o que estas sean mucho más suaves.