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Llúria 13, Barcelona.
1. EL MUNDO EN EL QUE VIVIMOS
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2. HUMANIZAR EL MUNDO ACTUAL. APORTACIONES
DESDE LA ÉTICA CRISTIANA
Por descontado, otras tradiciones reli- egocéntrico. Un individuo cada vez más
giosas y no religiosas también los pue- aislado, centrado en la realización per-
den aportar, ya que estos rasgos, a pesar sonal asociada al bienestar emocional,
de ser fundamentales para el cristianis- que ha perdido el sentido comunitario,
mo (formarían parte de aquello más nu- que ha dejado de implicarse y de inte-
clear de la ética que nos presentan los resarse por la res publica dejándola en
Evangelios), no son exclusivos de este. manos de los profesionales de la política,
También otras tradiciones recogen al- y que reduce la dimensión comunitaria
gunos de estos rasgos y a veces han si- a la más mínima expresión (familia, pa-
do vividos de forma más plena que por reja, hijos, amigos...). La consecuencia
los mismos cristianos. de esto ha sido el agravamiento del ato-
mismo social que es visto cada vez más
como una de las raíces de las muchas
2.1. La dimensión comunitaria
patologías sociales. El cristianismo pue-
La sociedad europea se ha convertido en de ayudar a recuperar un cierto sentido
la máxima expresión del individualismo de comunidad, una armonía más grande
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entre la necesaria valoración del indivi- menudo, en nuestra sociedad surge la
duo y el sentido comunitario que lo con- necesidad de remarcar aspectos clara-
duce a la solidaridad y al compromiso, mente de gratuidad, uno de los ejemplos
más allá del propio grupo familiar y cul- más extendidos es el voluntariado, pero
tural. La persona como ser individual y sería bueno que esta gratuidad también
social a la vez. estuviera presente en ámbitos que se
El proyecto de Jesús se presenta así rigen por alguna forma de contrato.
como universal y como compatible con Pienso en el trabajo, y también en el pro-
diversidad de formas culturales, al con- pio ocio que progresivamente se ha
siderar a toda persona como digna, de mercantilizado, hasta el punto de estar
tal manera que postula la fraternidad en una especie de relación funcional con
universal, en términos de comunión (= el trabajo. El ocio se ha convertido en
unión común). Otras tradiciones, como una preparación, o en un simple reposo,
la budista, han hablando de lo mismo que permite seguir trabajando más.
utilizando otras palabras como compa- Deberíamos recuperar el ocio como mo-
sión universal o interdependencia. Pala- mento para las relaciones gratuitas con
bras o conceptos que se encuentran en los demás y en las que el tiempo deja de
la base de la reivindicación de una mun- tener un carácter puramente económico
dialización más justa. para ser un tiempo lúdico, un tiempo
Hay que decir que, por desgracia, el que no sirve para nada en términos pro-
sentido de comunidad también se ha ductivos.
visto devaluado dentro de la propia co- La entrada de la dimensión de la gra-
munidad cristiana, sobre todo en Occi- tuidad dentro de las mismas relaciones
dente, potenciando una relación con contractuales daría a éstas una calidad
Dios de carácter mucho más individual. diferente, las haría más humanas y qui-
La caída de la práctica celebrativa de los zás haría que nos diéramos cuenta de
sacramentos ha sido uno de los signos, que sin determinados valores (que per-
si bien no el único. tenecen más a la esfera de la gratuidad)
estas relaciones contractuales acaban
por deteriorarse o perderse. No cabe du-
2.2. La vida como don da de que la confianza, el compartir la
Vivir la vida como posibilidad de ser idea de bien común... no van en detri-
apreciada como don, como regalo y no mento del contrato, sino que lo refuer-
sólo como una construcción personal. zan.
Así podemos aprender a apreciar la
dimensión gratuita de las relaciones
2.3. La capacidad de
humanas y de toda la propia vida.
discernimiento
Descubrir que a menudo somos, porque
alguien nos ha amado cuando éramos El cristianismo debería ayudar a fomen-
débiles, sin esperar nada a cambio. No tar nuestra capacidad de discernimiento,
todo en la vida es contrato o relación en un mundo en el que la persona tiene
basada en el interés por obtener algo. A que optar constantemente por construir
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su vida. Este discernimiento supone la alinearlas (ordenarlas) en la dirección
capacidad de interioridad, de silencio y de lo que queremos llegar a ser. Tam-
de calma que permita hacer las eleccio- bién la práctica de la meditación, enten-
nes desde el yo interior, desde aquello dida sólo como concentración, prepara
en lo que uno se quiere convertir y no la conciencia humana para poder elegir
sólo desde los condicionantes, o desde en un ambiente en el que hay un exce-
las puras ilusiones. La sociología actual so de estímulos, y en el que la informa-
habla de la creciente debilidad de las ción se presenta a menudo de forma
llamadas instituciones-guía que en otras muy fragmentada.
épocas marcaban las elecciones de las En el cristianismo, Jesús se presenta
personas: familia, clase social, escuela, como modelo de máximo desprendi-
religión... Esto es cierto, pero al mismo miento de sí mismo, de un «yo» plena-
tiempo han aparecido otros condiciona- mente libre, no aferrado a las cosas ma-
mientos más sutiles, como las fuerzas teriales, ni tampoco a la propia religión
del mercado que marcan nuestra vida judía como era vivida en su época. Un
más de lo que creemos, y que incorpo- «yo» que es modelo de escucha y de ca-
ramos a veces sin darnos cuenta. Este pacidad de discernimiento. La ética
hecho comporta que se note menos su cristiana, como reflexión sobre la ac-
influencia, ya que da la impresión de ción humana desde el mismo espíritu de
que ha sido uno mismo quien ha optado Jesús, se presenta como abierta a este
y los ha incorporado en base a una elec- Espíritu cuando sólo ofrece grandes
ción. Sin embargo, se trata de una ilu- principios orientadores pero deja al dis-
sión de libertad. Elegimos nuestras cernimiento comunitario y personal la
compras, cómo nos vestimos, qué or- toma de decisiones en cada situación
denador o móvil tenemos, pero en el concreta, en medio de un mundo com-
fondo estas preferencias han sido indu- plejo y en el que continuamente se pro-
cidas dentro de un determinado ámbito ducen conflictos de valores. La ética
social. cristiana ofrece un camino entre las «éti-
Vivir una vida desde el yo que dis- cas fundamentalistas» que ofrecen segu-
cierne supone no dejarse llevar por las ridad al simplificar la realidad, marcan-
constantes solicitudes de nuestro am- do de manera estrecha la conducta de las
biente, por los ruidos que distraen... personas, y las «éticas emotivistas» que
Aprender a cultivar un yo más libre que nos dicen que el comportamiento tiene
escucha, que es más consciente de sus que guiarse por el puro sentimiento aun-
afecciones (de aquello a lo que está afe- que éste sea fragmentario y huidizo. Ni
rrado). Hay muchas prácticas que ayu- las unas ni las otras pueden ofrecer ayu-
dan a cultivar el yo, y de hecho las tra- da a las personas en el discernimiento.
dicionales prácticas ascéticas religiosas Ni las unas ni las otras aportan la solu-
no hacían otra cosa que entrenar para ción a los problemas comunes y com-
ganar libertad ante las cosas. Vivir la vi- plejos que sufrimos como humanidad,
da desde uno mismo supone conocer las sobre todo soluciones que no respondan
propias afecciones desordenadas, para al privilegio de unos cuantos.
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2.4. El factor esperanza a aquellos que las tienen que tomar. En
toda Europa hay movimientos que re-
La ética cristiana contiene un factor es-
claman reformas de las democracias
peranza. La fe cristiana supone que la
para que resulten más plenas. La crisis
plenificación será posible y que los
financiera de 2007 ha mostrado la debi-
pequeños pasos hacia un proyecto soli-
lidad del poder político (el que provie-
dario no son inútiles, no se pierden, aun-
ne de las urnas) frente al poder econó-
que a corto plazo no se vean los resul-
mico transnacional (que no proviene de
tados. Una esperanza que no es ingenua
las urnas sino del mercado). Sería largo
pero que es suficientemente fuerte pa-
ra romper el desánimo del «no hay na- de enumerar y explicar todas las fórmu-
da que hacer». Los grandes sistemas las que se proponen para reformar la
ideológicos acostumbran a privilegiar democracia y las resistencias de parte
determinados colectivos, presentándose de los aparatos de los partidos clásicos
como las únicas soluciones de los pro- y de los grandes grupos económicos
blemas y dando recetas creíbles pero transnacionales. Pero en resumidas
sesgadas. En el pasado estas ideologías cuentas todo esto ha supuesto un pro-
no han ahorrado la violencia y la repre- gresivo debilitamiento de la confianza
sión para imponerse a aquellos que se de los ciudadanos en el poder político.
negaban a seguirlas. Hoy en día, y so- En estos movimientos de reforma es
bre todo en las sociedades democráti- importante la presencia de determina-
cas, estas ideologías han abandonado dos valores propuestos ya sea por «éti-
las formas violentas pero a menudo se cas de los derechos humanos» ya sea
presentan como hegemónicas, exten- por éticas procedentes de las grandes
diendo la sensación de que no hay otras tradiciones religiosas. La base de la de-
opciones. También usan el miedo, el mocracia real descansa precisamente en
estos valores: los derechos básicos de la
miedo a todo cambio que no provenga
persona, su dignidad, la igualdad hu-
de ellas mismas. La esperanza o la uto-
mana, la libertad, el derecho a la partici-
pía son un buen antídoto contra deter-
pación, la libertad de conciencia y de
minadas ideologías y contra el miedo,
creencia... Sin estos valores interioriza-
haciendo posible imaginar que las cosas
dos, la democracia se tambalea, ya que
pueden ser de otra forma y posibilitan- fácilmente cae en la demagogia. Lo po-
do el cambio social real. demos ver cuando la democracia no se
fomenta en los niveles más básicos de
2.5. La participación en el bien la política (asociaciones de vecinos, es-
común cuelas...) o en aquellos países en los que
a pesar de que hay una democracia for-
Nuestra sociedad occidental tiene muy mal (elecciones cada cierto tiempo) no
interiorizado el valor de la democracia, se da una mínima igualdad de oportuni-
es decir, la participación de todos a la dades, y en los que en la práctica los gru-
hora de tomar las decisiones de nuestra pos oligárquicos ostentan todo el poder.
sociedad, o al menos a la hora de elegir Las éticas religiosas, en nuestro mundo,
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pueden cooperar y animar a las personas to se expresa mediante la manera de vi-
en la defensa de estos derechos básicos, vir, mostrando en la práctica los valores
ayudando a crear un marco de solidari- que rigen la vida, sabiendo que los otros
dad que pueda ser el fundamento de la que tienes alrededor pueden tener otras
democracia. A menudo se ha acusado a éticas, otras visiones del mundo.
las tradiciones religiosas de poco com- El cristiano puede y ha de ejercer un
promiso con la democracia, olvidando cierto papel de denuncia cuando cree
que también el liberalismo extremo ha que el ethos social viola valores que él
dado lugar a un individualismo que ha considera importantes; ahora bien, esta
acabado fracturando nuestras socieda- denuncia, como hemos dicho, se expre-
des. Un sistema democrático sólo puede sa mediante la vida o a través del diálo-
funcionar con una mínima conciencia go con quienes piensan diferente. La
de comunidad, de proyecto común, en el ventaja, a veces no suficientemente va-
que las personas asumen deberes ante lorada, de las sociedades democráticas
los demás, y no sólo por obligación le- es que existen foros en los que se pue-
gal (lo piden las leyes), sino que confían den discutir las cuestiones y en los que
en que la cooperación promoverá el se puede dar voz a las diferentes opcio-
bien de todos y de todas, así como la ple- nes éticas presentes en una sociedad.
na realización de las personas. El indi- También a menudo los cristianos pue-
vidualismo extremo sólo conduce a las den apelar a los valores ideales de la
personas a preocuparse de sí mismas y propia sociedad, formulados en forma
no de lo que le pasa al vecino, y así em- de derechos humanos que son compar-
pieza el declive de la verdadera demo- tidos y enunciados pero poco vividos,
cracia. poniéndose al lado de muchos movi-
mientos sociales críticos. En todas las
sociedades, también en las más demo-
2.6. El factor profético
cráticas, los derechos de las minorías o
La ética cristiana tiene que ser cons- los derechos de las personas con menos
ciente de que propone y vive unos va- recursos a menudo pueden estar en pe-
lores que a menudo no son los conside- ligro, en estas situaciones el factor pro-
rados prioritarios en las sociedades en fético y de denuncia deben jugar un pa-
las que se tiene que desarrollar y poner pel relevante.
en práctica, y esto a pesar de que algu-
nas de estas sociedades hayan tenido
una matriz cristiana. Vivir en cristiano 2.7. Una visión positiva de la
no resulta fácil en sociedades plurales autoridad
en las que se necesita un discernimien- El siglo XX ha sido un siglo en el que el
to constante a la hora de tomar decisio- concepto de autoridad ha perdido valor.
nes. Las sociedades plurales, cierta- El totalitarismo de todo tipo y las gue-
mente, permiten que se puedan vivir sus rras mundiales lo han debilitado, ya que
valores, siempre que se acepte el marco ha habido mucho abuso por parte de
común de convivencia. El disentimien- quienes ostentaban el poder. Hay una
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sospecha generalizada sobre la autori- se mostró en su máximo descendimien-
dad como ejercicio del poder por parte to en la Cruz. Esta kénosis es lo que dará
de unos cuantos, aunque esté legitima- y da credibilidad a la Iglesia, es decir,
da por unas elecciones periódicas y se cuando sirve, cuando se hace servidora
ejerza con las limitaciones propias de un de los más pobres, de los más necesita-
Estado de derecho. dos, y no desde el poder sino desde el
Esta crisis de la autoridad no sólo se «poder del no poder». Esta manera de
ha dado en el ámbito político, sino en entender la autoridad puede ser la apor-
todos los otros ámbitos sociales: fami- tación a nuestras sociedades. Y en el in-
lia, escuela, Iglesia... La institución terior de la comunidad cristiana pode-
eclesial había vivido durante siglos una mos recordar unas palabras de B.
situación en la que los fieles no discutí- Haring que encabezan la definición del
an la autoridad de los obispos o de los «magisterio» de la Iglesia recogidas en
teólogos. Si bien es cierto que cuando el Diccionario de Teología Moral: «...El
el magisterio (el Papa, los obispos, los primer magisterio lo ejercen los san-
teólogos...) se pronunciaba sobre cues- tos...».
tiones daba razones (teológicas, racio-
nales...), los fieles se fiaban más de la
autoridad de la que emanaban estos pro- 2.8. Recuperar y repensar la
nunciamientos que no de las razones. Tradición
Hoy en día, y debido a causas muy di- Otra cuestión que podemos relacionar
versas, algunas fruto de la modernidad, con el tema de la autoridad es que nues-
todo esto ha cambiado. tro mundo se ha «destradicionalizado»,
También dentro de la institución es decir, las tradiciones han perdido pe-
eclesial entraron formas poco evangéli- so. No es que hayan desaparecido, sino
cas de ejercicio de la autoridad, de tal que han dejado de ser permanentes y se
manera que la ética cristiana tiene que han adaptado constantemente, hecho
ser muy consciente de aquello que pue- que las ha puesto en crisis, ya que por
de aportar y cómo tiene que aportarlo, definición lo que caracteriza a una tra-
ya que la simple apelación a la autori- dición es su permanencia en el tiempo
dad, cuando ésta se ha ejercido de for- en forma de repetición. Estas tradicio-
ma poco evangélica, puede resultar con- nes ayudaban a las personas a la hora de
traproducente. La tentación del poder, tomar sus opciones de vida ya que da-
de poseer muchos medios o de creer que ban seguridad y al mismo tiempo frena-
se tiene la verdad se han dado y se dan ban los cambios sociales. La sociedad
dentro de la Iglesia. Es la tentación de industrial y tecnológica ha provocado
aceptar ser «rey» para poder imponer su esta destradicionalización, y esto ha
ética, su verdad, y así extender el Reino afectado de lleno a las instituciones re-
de Dios. En el cristianismo, la autoridad ligiosas que vivían en parte de las tradi-
tiene que estar al servicio de los demás, ciones. Hoy en día tenemos que apren-
rebajarse a lavar los pies del prójimo der a vivir en una sociedad en constante
como hizo Jesús. La autoridad de Jesús cambio, en la que hay que aprender a
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discernir aquello perenne (la Tradición los cambios sociales y a la emergencia
en mayúscula) de aquello que se puede de otras formas culturales que no son las
o se tiene que adaptar o cambiar (las tra- occidentales. No ha de tener miedo de
diciones en minúscula). Las resistencias despojarse de las cosas añadidas, que
han sido enormes en una institución en han sido buenas pero que ya no son más
la que las tradiciones tenían mucha fuer- que formas occidentales. La Iglesia qui-
za y en la que se confundía, con cierta zás fue de las primeras instituciones que
facilidad, la fidelidad a Jesús con la fi- se globalizó y que se inculturizó en mu-
delidad a las tradiciones que, al fin y al chos países, convirtiéndose en un mo-
cabo, no son otra cosa que realidades his- delo de cómo hacer compatible la uni-
tóricas (necesarias y buenas), pero que versalidad con la particularidad. En el
en un determinado momento se pueden ámbito ético el cristianismo contiene
haber convertido en rémoras para la unos grandes principios de cómo tiene
propia institución. Si se hace una lectu- que ser el hombre y la mujer plenifica-
ra histórica sorprende la gran capacidad dos, pero a lo largo de las situaciones
de adaptación que la institución eclesial cambiantes de la historia esta vida en
ha tenido, ya que en sus inicios sufrió plenitud o con sentido ha ido cogiendo
inculturaciones muy profundas, la prin- formas diferentes. Porque los grandes
cipal de ellas la incorporación de las fi- principios orientan, pero han de adap-
losofías helénicas a la hora de reelabo- tarse también a los tiempos y a las si-
rar la reflexión teológica del mensaje de tuaciones concretas. Un ejemplo para-
Jesús... digmático es la manera cómo se ha
Por esto la comunidad cristiana no entendido el mandamiento de «no ma-
debería tener miedo de repensar las tra- tar» a lo largo de la tradición moral ca-
diciones actuales para dar respuesta a tólica.
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3. SIGNOS DE LOS TIEMPOS QUE NOS AYUDAN A VIVIR
CRISTIANAMENTE
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4. A MODO DE RESUMEN
1. Francis FUKUYAMA, The End of History and the 7. Uno que dio fuerza a este movimiento en la
Last Man, 1989. década de 1990 fue Serge Latouche. Sus orí-
2. La cultura se puede definir de muchas mane- genes se pueden remontar o a la teoría enun-
ras... Una definición (inspirada en el famoso ciada por Nicholas Georgescu-Roegen sobre
tratado clásico de sociología de G. Rocher y la bioeconomía en su obra The Entropy law
modificada por J. Miralles, profesor de socio- and the Economic Process (1971), así como
logía de ESADE) podría ser: «la cultura como las críticas a la industrialización en las déca-
el conjunto de formas de sentir, actuar, pensar, das 1950, 1960 y 1970 (Günther Anders, La
que son compartidas por una sociedad y que obsolescencia del hombre, 1956; Hannah
permiten la supervivencia, proporcionan iden- Arendt, La condición humana, 1958; o Club de
tidad y pertenencia y dotan de sentido a los Roma, Informe Meadows, 1972).
miembros del grupo». 8. Así lo denuncia el Informe del PNUD del año
3. La definición clásica de Guy ROCHER, en su 2007-8.
Introducción a la sociología, Barcelona, Her- 9. Es interesante ver, por ejemplo, en nuestro con-
der, 1982: «Sistema de ideas y de juicios, texto catalán los datos que ofrece T. MELLÉN,
explícitos y generalmente estructurados, que «Religió i valors» en Javier ELZO i Àngel CAS-
TIÑEIRA (dir.), Valors tous en temps durs. La
sirven para describir, interpretar o justificar
societat catalana l’enquesta europea de va-
la situación de un grupo o de una colectividad,
lors de 2009, Barcelona, Barcino, 2011, ps.
y que, inspirándose ampliamente en unos va-
279-298).
lores, propone una orientación precisa a la
10. La expresión es de un libro titulado así de
acción histórica de este grupo o colectividad».
PAUWELS i J. BERGIER, El retorno de los brujos,
4. La expresión es de J. M. MARDONES, Neoconser-
Barcelona, Plaza&Janés, 1981. Citado en GON-
vadurismo, la religión del sistema, Cuaderno
ZÁLEZ-CARVAJAL, Ideas y creencias del hombre
Fe y Secularidad, Santander, Sal Terrae, 1991,
actual, Santander, Sal Terrae, 1991, p. 173.
p. 10.
11. La podemos encontrar en http://classic.weltet-
5. Ver la importancia de la familia como un factor hos.org/pdf_decl/Decl_spanish.pdf
muy positivo por el proceso de socialización y 12. La Declaración de una Ética Mundial del Par-
por ser la matriz de la comunidad cristiana, lamento Mundial de las Religiones (Chicago,
pero ser consciente de no idealizar la familia 1993) se fundamenta en la regla de Oro for-
de los siglos anteriores, ya que era una familia mulada en las grandes tradiciones religiosas.
patriarcal en la que el hombre tenía un poder La regla de Oro en su formulación en el Evan-
excesivo y la mujer era menospreciada (era un gelio de Mateo nos dice: «haced con los demás
modelo poco evangélico de familia). Ni tam- lo mismo que queréis que los demás hagan
poco idealizar como sociedad con alto sentido con vosotros» (7,12).
de la moral, ya que es olvidar la doble moral 13. Título de un nuevo libro del sociólogo Manuel
que profesaba la clase noble y de la burguesía CASTELLS, Redes de indignación y esperanza:
y en la que la obediencia podía provenir más los movimentos sociales en la era internet,
de los mecanismos de control social que de una Madrid, Alianza editorial, 2012.
convicción evangélica, y por tanto autónoma. 14. http://occupywallst.org/
6. Véase para profundizar en el tema M. ARROYO 15. Ver cuaderno O. MATEOS y J. SANZ, Cambio de
MENÉNDEZ en Tendencias en identidades, valo- época. ¿Cambio de rumbo?, Barcelona, Cris-
res y creencias, Madrid, Sistema, 2004. tianisme i Justícia, Cuadernos 186, 2013.
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16. Stéphane Frédéric Hessel, Indignez-vous!, 2010. orientación de su conducta), también se pue-
Publicado en el 2011 en castellano y catalán. den colocar dos fuentes más de normativa u
17. www.democraciarealya.es orientación moral, las leyes de un país y si
18. Para ver las propuestas, http://madrid.tomala- alguien trabaja en determinada profesión, un
plaza.net/2011/05/20/propuestas-20-mayo/ código deontológico o profesional o en un
19. Dentro del llamado ethos social (que serían los determinada empresa, un código de conducta
valores que flotan en el ambiente y que buena interno. Como es lógico este ethos social y la
parte de la sociedad los acepta de facto como moral personal pueden entrar en conflicto.
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CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN
El autor del Cuaderno afirma que todo sistema económico crea una cultura, y
uno de los elementos importantes de toda cultura es el sistema ético, que se
pone en juego sobre todo a la hora de tomar decisiones, y que acaba por
impregnar toda nuestra vida. ¿Qué valores prioriza nuestro sistema económi-
co? ¿Cómo han impregnado la vida personal, familiar, escolar, el trabajo, las
relaciones en general?
Ante los problemas urgentes hay voces proféticas que nos impulsan, nos invi-
tan a abrir los ojos para ver y nuestros oídos para escuchar… Todas ellas tie-
nen la capacidad de movilizarnos. Señalamos algunas:
Quizás al terminar el Cuaderno podemos decir que «hay mucho por hacer…».
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