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Los países firmantes de la CITES también prohibieron el comercio de cuernos de rinoceronte hace 40
años, pero la caza furtiva vuelve a experimentar un alza en Sudáfrica. Unos 5.000 rinocerontes blancos,
lo que representa el 25 % de la población total, han sido sacrificados en los últimos ocho años, en su
gran mayoría en Sudáfrica, que alberga el 80 % de la población total de esta especie.
Pero China está actuando para zanjar la demanda doméstica de marfil. Sus cuernos, compuestos de
queratina como las uñas humanas, son muy apreciados y buscados en Asia, en donde la medicina
tradicional les atribuye virtudes terapéuticas y afrodisíacas. En el mercado negro, el kilo cotiza más caro
que el oro, hasta USD60 mil.
"China ha dado pasos significativos para combatir el comercio ilegal de animales", dijo Scanlon a los
periodistas, añadiendo que el país había empezado a procesar a personas implicadas en el comercio
ilegal y a reducir la demanda cerrando mercados minoristas.
El tráfico de todas especies "se está produciendo a escala industrial, alentado por grupos criminales
internacionales",
Protección de las plantas silvestres
El comercio internacional insostenible de plantas silvestres puede amenazar la supervivencia de las
poblaciones silvestres
Las plantas silvestres se deben proteger ya que existe una fuerte demanda de muchas especies de
plantas, bien por razones estéticas, o bien por motivos específicos, tales como propiedades medicinales,
alimentarias, o para la obtención de madera.
Aunque la reproducción artificial de muchas especies de plantas es posible, no es así con todas las
especies. En algunos casos, los coleccionistas y aficionados especializados están más interesados en
conseguir ejemplares silvestres directamente de sus hábitats naturales que especímenes obtenidos por
reproducción artificial. Por lo tanto, enormes cantidades de plantas pueden ser extraídas del medio
silvestre para satisfacer esta demanda, poniendo en peligro su propia existencia.
Las plantas silvestres son un recurso importante que es necesario gestionar para asegurar su
supervivencia a largo plazo. CITES constituye el mecanismo que apoya el comercio internacional
sostenible de recursos vegetales.
Como base de la Convención existen tres listas de especies, denominadas Apéndices. En estos
Apéndices se encuentran más de especies vegetales sujetas a los controles CITES, ¡alrededor de cinco
veces más plantas que animales! La mayoría de las especies de flora están en el Apéndice II.
Apéndice I: lista de las plantas en peligro de extinción afectadas por el comercio, o que pueden
llegar a verse afectadas. Está prohibido el intercambio de especímenes de origen silvestre con
fines comerciales. Este Apéndice incluye más de 300 especies vegetales.
o Se prohíbe el intercambio de plantas silvestres con fines comerciales
o Se permite el comercio con plantas reproducidas artificialmente, previo permiso
o incluye especies de plantas en peligro de extinción y afectadas por el comercio
internacional.
Está permitido comerciar con especímenes reproducidos artificialmente, si bien este
comercio está sujeto a la concesión de permisos.
Además de las plantas enteras, el comercio de cualquier parte de dichas plantas, o
cualquier producto fabricado a partir de las mismas, también queda sujeto a los
controles de CITES. Esto incluye material científico, como especímenes de herbario.
Ejemplos de plantas incluidas en el Apéndice I:
determinadas orquídeas del género Paphiopedilum sp – las chinelas o zapatillas de
Venus asiáticas.
Apéndice II: lista de las plantas que, pese a no encontrarse
amenazadas en estos momentos, pueden estarlo a menos que su
comercio esté sujeto a una reglamentación estricta. Este Apéndice
incluye también especies de apariencia similar a fin de garantizar un
mejor control. Se permite el comercio, tanto de especímenes de origen
silvestre como reproducidos artificialmente, si bien está
reglamentado. ¡En este Apéndice hay más de especies de plantas!
Ejemplos de plantas incluidas en el Apéndice II:
El Apéndice II incluye todas las orquídeas y cactáceas que no están
incluidas en el Apéndice I, como la especie Cypripedium sp
(Orchidaceae).
Apéndice III: lista de las plantas sometidas a reglamentación dentro del territorio de una Parte
determinada de CITES, y que necesitan la cooperación de otras Partes
con el fin de prevenir o restringir su explotación. Este Apéndice tiene
más de 30 especies de flora. incluye plantas sujetas a reglamentación
dentro del territorio de una Parte CITES que necesita la cooperación de
otras Partes para impedir o restringir su explotación.
Está permitido el comercio de especies incluidas en el Apéndice III,
tanto con especímenes de origen silvestre como reproducidos
artificialmente, pero requiere documentos CITES.
Ejemplo de especie incluida en el Apéndice III:
El cedro amargo, cedro hembra, cedro español o cedro rojo, Cedrela odorata, está incluido en el
Apéndice III por Perú y Colombia. Los controles CITES se limitan solamente a trozas, madera aserrada
y chapas.
El comercio de especímenes reproducidos artificialmente está permitido para las plantas incluidas en
los tres Apéndices. Todo el comercio CITES se rige por un sistema de permisos.
Permisos de Exportación
Para poder comerciar con las plantas al amparo de CITES, se necesitan ciertos documentos o permisos.
El permiso de exportación es, en realidad, un dictamen en el que una Parte confirma que la extracción
de la planta de su país no afectará a las poblaciones silvestres, y que la planta o parte de esta ha sido
adquirida legalmente. La Autoridad Administrativa de la Parte en cuestión será la encargada de
conceder tales permisos.
El documento más importante es el permiso de exportación para sacar del país de origen un espécimen
incluido en los Apéndices I ó II, es necesario un permiso de exportación. Este documento confirma que,
en opinión de la Parte en cuestión, la extracción de la planta de ese país no va a constituir una amenaza
para la supervivencia de la especie en la naturaleza. Para poder conceder tal permiso, la Autoridad
Administrativa debe haber consultado anteriormente con su Autoridad Científica, que habrá
determinado que la exportación no perjudicará a las poblaciones silvestres, emitiendo lo que se
denomina el “dictamen de extracciones no perjudiciales del medio silvestre.” El requisito de obtener un
permiso de exportación se aplica tanto a los especímenes de origen silvestre como a los reproducidos
artificialmente.
Permisos de importación
Obligatorios para plantas silvestres del Apéndice I de CITES
Algunos países, como los de la Unión Europea, requieren permisos de importación para todas las
especies controladas con consideración de los Apéndices I y II. Se requieren permisos de importación
para plantas y material de origen silvestre cuando la especie está incluida en el Apéndice I.
Normalmente, para el material incluido en el Apéndice II no se requieren permisos de importación.
Con anterioridad a la concesión de un permiso de importación por parte de la Autoridad Administrativa
del Estado importador, la Autoridad Científica de este Estado deberá manifestar que dicha importación
no será perjudicial para la supervivencia de la especie en el medio silvestre.
Algunas de las Partes toman medidas más estrictas que los requerimientos básicos de la Convención.
Por ejemplo, los países de la Unión Europea requieren permisos de importación para todo material de
especies incluidas en los Apéndices I y II. Esto se aplica tanto a material extraído del medio silvestre
como a material reproducido artificialmente.
Certificados de origen
En el caso de las especies incluidas en el Apéndice III: se requiere un permiso de exportación si el
espécimen se exporta desde un país que introdujo la especie en la lista; se necesita un certificado
expedido por el país de origen si el espécimen se exporta desde un país que no sea el que introdujo la
especie en los Apéndices.
Estos documentos vienen a manifestar que el material ha sido adquirido legalmente en el Estado
exportador. Para exportaciones del Apéndice III, no es necesario el dictamen de extracciones no
perjudiciales. Las Partes guardan los detalles de todas las transacciones CITES, que se recopilan en los
informes anuales que se envían a la Secretaría.
Plantas, partes y derivados
Los controles de CITES se extienden a plantas, “vivas o muertas”, así como a “cualquier parte o derivado
fácilmente identificable”.
Esto quiere decir que no sólo las plantas en sí están sujetas a control, sino las partes de estas, incluyendo
semillas, estacas y hojas. Los productos hechos a partir de plantas también pueden estar sujetos a las
disposiciones del Convenio. Además, si el nombre de una especie incluida en los Apéndices figura
escrito en el embalaje o envase, se considera que el producto contiene dicha especie, y por tanto está
sujeto a los controles de CITES.
Junto a las especies que aparecen en los Apéndices, puede haber unas anotaciones que expresamente
incluyen o excluyen ciertas partes y derivados. Por ejemplo, algunas especies de madera están anotadas
para indicar que sólo trozas, madera aserrada y chapas están sujetas a las disposiciones de la
Convención. De forma similar, las orquídeas incluidas en el Apéndice I están anotadas para excluir del
control los cultivos de plántulas o de tejidos que se transportan en envases estériles.
También hay que acatar las disposiciones de CITES en transacciones con especímenes de herbario y
material conservado en alcohol. Pero existe un procedimiento especial de registro CITES que permite
el intercambio de material científico entre instituciones científicas, mediante un simple sistema de
etiquetado.