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La definición básica de una fuente del derecho podemos encontrarla formulada de las
siguiente manera: “Principios, fundamentos y origen de las normas jurídicas (…) en
determinado país y época…”[1]. Es importancia citar que fuente “… proviene de las voces
latinas fons y fonstis, que significan “manantial de agua que brota de la tierra” (…), se
refiere al fundamento el origen de algo. Desde una óptica jurídica se emplea para indicar el
principio, origen o fundamento de las normas que integran un ordenamiento legal en un
espacio y tiempo determinado.[2]
Como hemos podido apreciar, las definiciones que se dan acerca de las fuentes del derecho
coinciden en que se tratan de aquellos entes, materiales o abstractos, que van a ser de base o
sustento a partir de los cuales van a surgir las normas jurídicas. Se coincide, también, en
que todo este proceso originario de leyes, va a darse enmarcado en un determinado espacio
y tiempo o mas específicamente país y época. Pero ¿qué importancia tiene esta aclaración?
Si partimos que en un determinado país y época van a estar presentes ciertas costumbres,
ideas y creencias, las leyes que en el se van a originar necesariamente van a estar
relacionadas con las diferentes manifestaciones naturales que allí se den. La relación en la
función reguladora que ejerce la ley sobre las diversas conductas de una sociedad.
Víctor García Toma afirma que la doctrina “Es la ciencia del derecho elaborada por los
jurisconsultos, y comprende el conjunto de sus investigaciones, estudios, análisis y
planteamientos críticos” [que son] operaciones mentales efectuados por abogados con un
sólida, experta y calificada formación académica.” [5]
Como nos hemos dado cuenta, todos estos autores coinciden en la afirmación que la
doctrina en el derecho no son sino ciertos escritos documentos que han sido dejados por
renombrados hombres expertos en la materia, en toda época y lugar, con el propósito de
“sacra a la luz” o interpretar las normas jurídicas que son abstractas o generalizadas.
En su obra, Miguel Reale afirma que hay muchos autores que niegan el carácter de fuente
del derecho a la doctrina, “…alegando que por grande que sea la dignidad de un maestro
(…), sus enseñanzas jamás tendrán fuerza suficiente para determinar la norma jurídica (…)
que debe ser cumplida por los jueces o por las partes. [También se considera] la posibilidad
de oponer a los argumentos sustentados por insignes jurisconsultos otros argumentos.”[6]
Es importante acotar que Reale afirma el hecho que han existido épocas en que la Doctrina
si tenía carácter obligatorio. Nos pone como ejemplo el “Tribunal de los muertos” que
consistía en seguir obligatoriamente las enseñanzas de grandes jurisconsultos romanos para
interpretar las contradicciones del derecho Romano.
“Los jurisconsultos romanos no solo revelaron el Derecho sino que fueron su interpretes y a
ellos se acudía en busca de consejo, llegando a formarse el ius respondendi en virtud del
cual las opiniones vertidas se tornaban obligatorias para el pretor. Este es el origen de la
doctrina como fuente del derecho.[7]
Pero Reale tiene otra posición: No ve a la doctrina como fuente del derecho por considerar
que toda fuente del derecho se enmarca o desenvuelve dentro de una “estructura de poder”,
o sea que de ella (la fuente) emanan modelos jurídicos (normas jurídicas) que tienen
carácter de obligatorio, mientras que de la doctrina emanan modelos dogmáticos que solo
tienen el propósito de interpretar o esclarecer dichas normas, pero no son ideas que sea
obligatorio el seguirlas.
Para el siguiente análisis, se nos hace necesario esclarecer uy bien en que consisten las
fuentes formales.
Marcial Rubio dice que la fuente formal del derecho “… es aquel procedimiento a través
del cual se procede, validamente, normas jurídicas que adquieren el rasgo de obligatoriedad
(…) y la característica de ser impuesta s legítimamente…”[8]
Por su parte, Aníbal Torres Vásquez al afirmar que “la Doctrina no es fuente formal del
derecho, salvo que la ley se remita a ella, porque no crea normas sino que las interpreta,
describe, explica y sistematiza para su mejor utilidad y aplicación (…) del ordenamiento
jurídico vigente…”[9], nos da la idea que la función de una fuente formal va a ser el crear
normas. Según García Toma ha hecho una separación de las fuentes del derecho:
Históricas, Reales y formales. Considera a las fuentes históricas como medio para
esclarecer la evolución y e proceso de formación en las distintas épocas, además nos dice
que esta fuente contiene elementos directos e indirectos, considera a los elementos directos
como aquellas fuentes de donde se pueden obtener inmediatamente las normas de alguna
época; mientras que los indirectos son una complementación a los elementos directos.
(Testimonios, crónicas, literatura, restos arqueológicos, etc.)
A las fuentes reales las define como las manifestaciones o hechos sociales que contribuyen
a la aparición de las normas jurídicas. A las fuentes formales las define simplemente como
“…aquellos medios de formulación de las normas jurídicas. Implican las distintas maneras
como se las hace conocer y son cinco: la legislación, la costumbre, la jurisprudencia, la
doctrina y la declaración de la voluntad. ” [10]
Como podemos ver en esta parte, García Toma considera a las doctrina como una fuente
formal, esto no se relaciona con lo que después menciona: “…la doctrina no es en sí misma
una fuente formal, pues no crea normas. Sí se la considera como una fuente indirecta, ya
que guía las reformas de la legislación y fija las pautas de interpretación y aplicaron del
derecho…”[11]
Si todo esto lo sometemos a comparación con lo que nos dice Víctor García Toma,
entonces denotaremos que Marcial Rubio nos hablo de “Funciones de la doctrina”, mientras
que García Toma habla sobre “Propósitos de la Doctrina”. Lo más importante es que tres de
las Funciones Marcial Rubio (Describir, Explicar y Sistematizar) están dentro de un
propósito de García Toma, específicamente, dentro del propósito científico. Este autor nos
dice que “La doctrina persigue un cuádruple propósito” [13] Sus propósitos son descriptivo,
científico, practico y crítico.
REFERENCIAS
[2] GARCIA TOMA, Víctor. “Introducción a las ciencias jurídicas”. Jurista editores. 2007.
pág.207.
[3] TORRES VÁSQUEZ, Aníbal, Introducción al Derecho, Tercera edición, Edit. Moreno
S.A. pág. 494.
[4] RUBIO, Marcial. “El sistema jurídico – Introducción al derecho”. PUCP pág. 213.
[6] REALE, Miguel. Introducción al Derecho, Tercera edición, Edit. Pirámide S.A. pág.
134.
[7] VIDAL RAMÍREZ, Fernando. “El derecho Civil”. Edit. Megasol. pág. 199