Pedagogía en Lengua Cast. y Com.

Historia y Arte antiguo

Prof. Daniela Belmar
H. Araya, V. Díaz, M. Orellana
O. Peña, F. Reyes

Discurso Fúnebre de Pericles

Ciertamente, el Discurso fúnebre de Pericles no fue escrito por el propio Pericles, sin
embargo, se piensa que es una recreación fidedigna de los discursos históricos que él
mismo realizaba. En este sentido, a través de este escrito podemos apreciar diversos
conceptos, valores e ideales atenienses que en conjunto con las apreciaciones que le
otorga al texto su autor Tucídides, ayudan a elaborar una idea sobre la influencia que tuvo
sobre Atenas este importante personaje en la historia de Grecia, que fue un destacado
estratega militar y orador.
Es importante mencionar que este discurso se realiza de manera fúnebre bajo un
contexto de guerra contra la superpotencia militar de Esparta, situación bélica que terminará
por provocar la paulatina declinación del apogeo de Atenas. Sin embargo, a pesar de
resultar victoriosa Esparta, hay algo que ella no podrá lograr a diferencia de Atenas, pues el
discurso que realiza Pericles bajo una retórica excepcional logra condensar toda la
idiosincrasia Ateniense, haciéndola trascender culturalmente hasta la actualidad. Dentro del
discurso podemos identificar que se encuentra dirigido al pueblo, especialmente a aquellas
familias que han perdido a sus hombres durante el transcurso del primer año de guerra. En
este contexto, Pericles aprovecha esta oportunidad para explayarse y dar cátedra de lo que
la democracia ateniense significaba:
“Tenemos un régimen de gobierno que no envidia las leyes de otras ciudades,
sino que más bien, somos ejemplo para otros que imitadores de los demás.
Su nombre es democracia, por no depender el gobierno de pocos, sino de un
número mayor; de acuerdo con nuestras leyes, cada cual está en situación de
igualdad de derechos en las disensiones privadas, mientras que según el
renombre que cada uno, a juicio de la estimación pública, tiene en algún
respecto, es honrado en la cosa pública …” (Tucídides, 2)

Junto con esto, se puede observar que agradece a los antepasados por permitirles
tener una tierra libre, describe los valores del pueblo y engrandece a las víctimas que dieron
la vida por defender su tierra, declarando que incluso son superiores a los que están vivos,
como puede apreciarse en el siguiente fragmento: “y si con un exceso de mérito podríais ser
considerados no digo ya iguales, sino ligeramente inferiores a ellos. Porque los vivos están
sujetos a la envidia de sus enemigos…” (Tucídides 6). De esta forma, Pericles se esfuerza
en enfatizar que la muerte producto de la guerra es buena, deseable y honorable, así como
el amor que se tiene por Atenas y la democracia.
Siguiendo con lo anterior, los valores que se intentan transmitir sobre la democracia
en este discurso apuntan a la guerra como una instancia en que los valores democráticos
se ponen en práctica, y es justamente este discurso fúnebre el que trata de explicar la visión
que los atenienses tenían sobre la muerte en el campo de batalla. Una muerte bella, que
dotaba de valentía, heroísmo y honorabilidad a los guerreros: “Su muerte, en mi opinión, ya
fuera ella el primer testimonio de su valentía, ya su confirmación postrera, demuestra un
coraje genuinamente varonil” (Tucídides,8). De esta forma se buscaba dar consuelo a las
familias que perdían a sus seres queridos y también motivar y alentar a las nuevas
generaciones que prontamente debían integrarse a las futuras guerras. Como también
integrarse a este ideal heroico clásico que el mismo Pericles inculca a los ciudadanos
atenienses con los valores antes mencionados, donde prevalece el honor de dar la vida por
su pueblo y familia.
Es así como el texto revisado nos entrega antecedentes directos de una sociedad
ateniense que, como se refleja, le da un valor excepcional a su sistema de gobierno
democrático, destacándolo entre los demás y que también valora de sobremanera la
audacia de sus hombres en la guerra, viendo la muerte como una forma hermosa de
coronar la valentía y la entrega por la patria.