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Jordi Vallverdu
Autonomous University of Barcelona
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All content following this page was uploaded by Jordi Vallverdu on 27 February 2018.
E
l estudio de la consciencia es uno de los caballos que el que crea en torno a la consciencia. Plantea el
de batalla de las ciencias cognitivas en nuestros problema como si el proyecto naturalista justificara la
días. Por otro lado, la aproximación naturalista, posibilidad de la falacia naturalista, al mismo tiempo
que propone la explicación de la consciencia a partir de que una aproximación materialista causalista disminu-
su estructura física-biológica, constituye la tendencia yera el valor de la consciencia, una estructura cogniti-
con mayor predicamento en la actualidad. Por ambos va compleja. De nuevo, el problema religioso de la li-
motivos, tema y orientación, el profesor Arana dedica bertad moral versus el determinismo biológico
un libro al estudio de las diversas aproximaciones na- aparece camuflado bajo las sombras todavía existentes
turalistas de ese complejo fenómeno que llamamos del debate naturalista.
consciencia. Sin ser un experto en la materia, algo que Dejando de lado estas motivaciones, el autor de-
reconoce sin ambages y sobre lo cual no cabe duda al- sarrolla un útil repaso de los principales autores (Llinás,
guna, el autor realiza un pormenorizado análisis histó- Damasio, Dennet, Penrose, Churchland, Crick, Koch,
rico y conceptual de los intentos naturalizadores de la Minsky, Gardner, entre otros) y discusiones sobre la
consciencia. El libro sigue una estructura temática de- naturaleza de la consciencia (pampsiquismo, epifeno-
sarrollada en seis secciones que abarcan, por este orden, menismo, determinismo, ocasionalismo, conexionismo,
la descripción de los diversos tipos de naturalización dualismo), si bien intenta defender el honor de autores
de la consciencia, las explicaciones físico-químicas de defenestrados por la neurología y el pensamiento con-
esta, el debate sobre las relaciones entre mente-máqui- temporáneo, Descartes, Spinoza o Kant, por nombrar
na-consciencia, la consciencia vista desde la inteligencia algunos. También incorpora al debate clásico propio
artificial, también desde las neurociencias, y la parado- de la filosofía las discusiones recientes sobre la inteli-
ja de intentar explicar un fenómeno que el autor consi- gencia artificial, todavía encallada en numerosas dis-
dera inexplicable. En el breve epílogo final, Arana co- cusiones semánticas y operativas (la caja china de
rona la obra con sus más personales reflexiones sobre Searle o el test de Turing). Siguiendo con la polémica
el tema expuesto. maquínica, Arana incluso afirma que aquellos que
Repasemos las ideas principales siguiendo el orden defienden el ser humano como una máquina biológica
que propone el libro, si bien antes tomaremos la palabra son «antihumanistas», puesto que, en su opinión, no
al autor para indicar las preguntas que hilvanan el puede emerger la consciencia de la no consciencia
volumen. ¿Es naturalizable la consciencia? De ser así, material, planteamiento que retoma el horror vacui de
¿alteraría la imagen que de sí mismo tiene el ser huma- la creación ex nihilo. Si se deja de lado el repaso de
no? (El autor dice literalmente «hombre», aunque su- algunos de los debates y modas sobre el estudio de la
pongo que considera que las mujeres también tienen consciencia, el libro contiene demasiados dislates con-
consciencia; el lenguaje o es preciso o no es nada.) El ceptuales y errores para que pueda contemplarse como
planteamiento básico que vertebra la totalidad del libro una lectura pertinente. O al menos eso me dicta mi
propone que la consciencia no puede ser naturalizada consciencia, si es que es algo, puesto que ahora parece
ni explicada por ningún otro método. Si la consciencia que nunca sabremos nada a ciencia cierta sobre la
es descrita como la dimensión «autotransparente de la misma.
vida psíquica», Arana introduce al carácter experiencial —Jordi Vallverdú
un matiz moral, puesto que entonces el sujeto puede Dpto. de filosofía, facultad de letras (UAB)
V
ivimos sumergidos en un piélago de falsas creencias, to; el miedo a la reprobación pública llevó a Charles Dar-
de las que no se halla exento el mundo de la cien- win a retrasar su teoría de la evolución; Gregor Mendel fue
cia. Mitos reales que conviven con verdades de- un pionero adelantado de la genética, y Louis Pasteur re-
mostradas. Es un mito el crecimiento exponencial de la futó la generación espontánea sobre la base de la objetivi-
población mundial; de hecho, ha venido cayendo desde dad científica. Se repite sin cuestionar que, antes de los
1970 como resultado, entre otros factores, de la generali- viajes de Cristóbal Colón, la gente creía que la Tierra era
zación de la educación sexual de la mujer. No es un mito, plana, que la caída de una manzana le sugirió a Isaac Newton
en cambio, la insuficiencia de los recursos a medida que la ley de la gravedad y sustituyó a Dios por la verdad ob-
va creciendo el consumo en los países en vías de desarro- jetiva, por no citar mitos del siglo xx sobre física de par-
llo. La población mundial, cifrada ahora en unos 7300 tículas, teoría einsteiniana de la relatividad, etcétera.
millones de personas, alcanzará en 2050 los 9700 millones. Desde finales de siglo xix un mito que muchos con-
Se cultivan cereales con potencialidad suficiente para sideran hoy verdad apodíctica ha tomado carta de ciu-
abastecer a 10.000 millones de humanos por lo menos. dadanía: la religión impide el progreso de la ciencia.
Para Jerry A. Coyne, ciencia y fe son fundamental- A mediados del siglo xx, Denham Harman sugería que
mente incompatibles. Por idéntica razón que son incom- el envejecimiento se debía a los radicales libres, moléculas
patibles racionalidad e irracionalidad. Solo la ciencia reactivas que se sintetizan en el cuerpo como subproductos
estaría equipada para descubrir la verdad real. En esa del metabolismo, que provocaban lesiones celulares. Muchos
misma onda, Sam Harris declara que el conflicto entre se sumaron a esa hipótesis sobre la relación entre radicales
religión y ciencia es intrínseco y, muy probablemente, de libres y envejecimiento y agregaron que los antioxidantes,
suma cero. El éxito de la ciencia llega a expensas del moléculas que neutralizan los radicales, potenciaban la salud.
dogma religioso: el mantenimiento del dogma religioso En los años noventa se generalizó la costumbre de tomar
siempre es a expensas de la ciencia. De acuerdo con este suplementos antioxidantes, como vitamina C y betacarote-
mito extendido, religión y ciencia constituyen opuestos nos. Pero diez años más tarde, los científicos quisieron es-
polares que compiten por explicar el mismo territorio. tructurar esa teoría y crearon ratones que, por ingeniería
Aunque los historiadores de la ciencia hace tiempo que genética, sobreproducían radicales libres; contra lo espera-
denunciaron semejante embeleco, conocido por hipóte- do, vivían lo mismo que los ratones normales.
sis del conflicto, la verdad es que no resulta fácil erradi- A menudo situamos al cerebro, correlato neuronal de
carlo, pues para muchos se ha convertido en signo de la cognición, en el pináculo de la evolución debido a su
identidad de la ciencia moderna. tamaño desproporcionado en relación al cuerpo así como
No recogidos en este libro, hay mitos que condicionan a la densidad de neuronas y células de soporte o glía.
el quehacer científico y son de interés para el lector. La Cierto es que el cerebro humano es unas siete veces ma-
idea de que la detección precoz salvaba vidas surgió a yor que lo que cabría esperar si lo comparamos con el de
principios del siglo xx, cuando los médicos vieron que animales de tamaño similar; pero no es único, pues
obtenían mejores resultados si los tumores se identifica- múridos y delfines alcanzan las mismas proporciones,
ban y los síntomas se atajaban en fase temprana. El paso incluso algunas aves presentan una proporción mayor.
siguiente fue inferir que, cuanto antes se detectara un En realidad, el cerebro humano respeta las reglas de es-
tumor, más posibilidades de sobrevivir había. Pero los cala. Se ha inflado también el número de células. Artícu-
ensayos aleatorios han mostrado que un barrido precoz los, revisiones y manuales repiten una y otra vez que
no salva la vida. Una revisión Cochrane de cinco ensayos nuestro cerebro posee 100.000 millones de neuronas.
clínicos controlados al azar que abarcaban un total de Mediciones más finas rebajan esa cifra a 86.000 millones.
341.342 participantes hallaron que el barrido no reducía Aunque eso pueda parecernos un error de redondeo, no
el número de fallecimientos por cáncer de próstata. Mu- podemos olvidar que los 14.000 millones de neuronas de
chos cánceres se desarrollan lentamente y no entrañan diferencia equivalen al cerebro de dos macacos.
especial riesgo si se les deja a su albur. —Luis Alonso
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