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INTRODUCCIÓN
El proceso de enseñanza es un proceso comunicacional, por lo tanto, si es eficaz deberá lograr cambios en el
receptor (cambios que presumiblemente lo enriquece), y por el otro, si no hay receptor no hay comunicación. Esta
idea de enseñanza-comunicación cuestiona la relevancia del enfoque de calidad centrado en el producto / docente y
pone al alumno como centro del proceso. Una institución de alta calidad es aquella que en gran medida, enriquece a
sus estudiantes (ASTIN, 1990). De modo que la determinación del valor agregado depende de la metodología y lo
que se define como valor.
Por otro lado, “somos seres sociales”, se acostumbra a decir y es verdad... pero no toda la verdad. Porque no
vivimos simplemente “en sociedad”, sino que para cada individuo la sociedad se presenta como una serie casi
interminable de “grupos”. Dicho con otras palabras, cada individuo no se relaciona con todos los integrantes de una
sociedad (que por otro lado puede tener millones de individuos) sino que sus vínculos toman la forma de
convivencia en diferentes clases de grupos: familia, clase escolar, grupo de amigos, grupo de trabajo, grupo de
diversión, grupo de acción política, etcétera.
La comunicación grupal, por lo tanto, debe ser la forma de estructurar el proceso de enseñanza-aprendizaje, en
la que tanto docente como alumno participan interrelacionándose.
Una característica menos perceptible (tanto para los observadores como para los propios integrantes) es que un
grupo desarrolla siempre un “código de grupo”. Código que supone una diferenciación de roles y cierta distribución
del poder.
Cualquier creación humana necesita de una clasificación para poder asimilarla intelectualmente. En el caso de
los grupos se cae de su peso que lo que ellos “hacen” puede ser un excelente criterio para estudiarlos. El tra bajo en
grupo permite a sus integrantes aprender tanto a pensar como a actuar juntos, es decir, en el que todos sus
participantes tienen un objetivo común y trabajan cooperativamente para alcanzarlo. La aplicación de técnicas
grupales adecuadas, permite al docente y al grupo que el aprendizaje sea activo, que se elaboren normas de trabajo
y criterios de evaluación. En este tipo de actividades, el docente asume un rol de coor dinador / facilitador, que
implica el de observador, guía, intérprete, y, en ocasiones, el de cliente / usuario.
Teniendo en cuenta el aprendizaje, algunos de los objetivos que se pueden lograr son:
Habilidad para obtener información y comprender con profundidad un tema determinado.
Desarrollo de la habilidad para juzgar críticamente.
Cambios de actitudes y conductas (saber escuchar al otro, respeto, valoraciones, etcétera).
Análisis de temas desde otros puntos de vista y enfoques.
Elaboración de ideas originales (creatividad).
Habilidades para la toma de decisiones (tanto en lo grupal como en lo individual).
Posicionamiento en el rol de administrador, etcétera.
Pero, por supuesto que, cada técnica contribuye de distinta manera en la obtención de determinados objetivos,
como por ejemplo, si la meta es promover la participación de todos los miembros, se puede aplicar el Phillips 66; si
se quiere desarrollar la creatividad, puede aplicarse el Brainstorming, si uno quiere fomentar el espíritu crítico y la
toma de decisión en situaciones de escasa información, utilizará la metodología de casos, si el objetivo es la
presentación de opiniones y la defensa de las mismas, el debate parlamentario, etcétera.
Pero más allá de la técnica que se utilice, es importante que el docente cumpla con la función de motivar al
grupo, guiarlo para que logre alcanzar un buen funcionamiento y mejore su productividad, estimulando la co mu-
nicación entre sus miembros. De las técnicas grupales que existen, nosotros hemos aplicado las siguientes:
Torbellino de ideas
Esta técnica consiste en estimular, a partir de un concepto o problema, para que los alumnos expresen ideas
originales, novedosas, mediante el mecanismo de libre asociación de ideas. Tiene dos tiempos:
En una primera etapa se pide al grupo que exprese libremente lo “que se les ocurre, sin preocuparse porque sea
descabellado o una tontería”. Cada una de ellas se registra en el pizarrón. El clima debe ser permisivo e informal,
que no se critiquen las ideas (sobre todo si éstas parecen descabelladas), que se sientan libres para imaginar. Se
acepta el “robo intelectual”, es decir, debe aprovecharse lo que otro dijo para incorporar nuevas ideas... todo vale.
La duración es variable, pero no debe exceder los quince / veinte minutos, podemos decir que cuando comienza
a decaer la productividad, es conveniente cerrar.
La segunda etapa es totalmente crítica. Las ideas se leen y analizan. El docente orienta el análisis a través de
tablas de criterio en donde se analiza la pertinencia y factibilidad de cada propuesta (posible, posible pero no ahora,
imposible para nosotros, imposible). Luego se separan las alternativas más promisorias o productivas para que los
alumnos logren formular el concepto o la solución más conveniente.
El torbellino de ideas o brainstorming suele utilizarse para iniciar el tratamiento de un nuevo tema, pues facilita la
aparición de información previa, aunque sea en forma fragmentada, para la propuesta o el diseño de nuevos
servicios, la solución de un problema, el análisis de premisas en el planeamiento, la formulación de alternativas,
etcétera.
Phillips 66
Es una técnica que no requiere preparación previa y puede tratarse en cualquier grupo y para analizar cualquier
tema. Permite la participación de todos los miembros y que éstos puedan confrontar puntos de vista y lograr un
esclarecimiento mutuo de las ideas. La clave de su nombre radica en el autor que propone la técnica que debe
desarrollarse en un grupo de seis personas en una discusión de seis minutos.
El docente plantea un problema o tema, se explica la técnica: el subgrupo debe designar un coordinador y un
secretario, tiempo de exposición de cada participante y registro por parte del secretario. Cada miembro expone y el
secretario realiza la conclusión sobre la base de lo expuesto; la lee para obtener la aprobación de los seis
participantes. Cada secretario lee al grupo general y el docente sintetiza en una conclusión final.
Es muy útil para tanto para analizar un tema en forma sintética o para proponer alternativas de solución (por
ejemplo concepto de administración, los distintos roles del adminsitrador, la importancia del planeamiento, las
herramientas de control para una situación específica, etcétera).
Mesa redonda
Esta técnica se utiliza para mostrar ante un auditorio los acuerdos y divergencias que pueden tener distintas
personas sobre un temas.
Los integrantes de la mesa redonda no pueden ser menos de tres. Cada uno hace uso de la palabra durante un
breve lapso que el coordinador moderará, cediendo la palabra a los otros participantes de la mesa redonda en forma
sucesiva. Asimismo, irá tomando notas durante las exposiciones. Terminada las exposiciones, el coordinador
resume brevemente las ideas aportadas por cada uno, señalando las diferencias más notorias que se hayan
planteado. A continuación propone al auditorio hacer preguntas sobre lo expuesto, a los integrantes de la mesa
redonda.
Esta técnica nos ha sido muy útil para el tratamiento del pensamiento de la administración, cada expositor
asume el rol de ser el representante de la corriente (Taylor, Fayol, Elton Mayo, Bertalanffy, H. Simon, Peter Drucker,
etcétera) y expone los fundamentos de su posición y su aplicación a las Unidades de Información. El público (resto
de los alumnos) tienen un espacio para preguntas y discusión.
También se puede agregar un pequeño grupo de alumnos que estará en calidad de “observadores”, a los cuales
se les puede incluir una guía de análisis, pues ésta ayudará para la elaboración de la síntesis final. Y el resto queda
como observador / público.
Cuando termina la escenificación, todo el grupo expone sus impresiones, plantea a los intérpretes dudas,
discute el desarrollo de la escena, propone otras posibilidades, etcétera. Finalmente se sacan las conclusiones
sobre el problema o situación En la etapa de discusión, el docente actuará como conductor del análisis.
La técnica de role-playing es especialmente apta para detectar distorsiones, errores y confusiones en la com-
prensión de la información, análisis comportamientos en situaciones críticas (por ejemplo en selección de personal,
estilos de liderazgos, toma de decisión). Además, a través del análisis de lo vivencial se pueden modificar actitudes,
sin contar que estimula la creatividad de los miembros del grupo.
CONCLUSIONES
Hasta aquí hemos reflejado algunas de las técnicas grupales, pues las mencionadas son las que más utilizamos en
la cátedra de Administración de Unidades de Información. Durante nuestra experiencia a lo largo de cuatro años las
técnicas grupales han mejorado no solamente el rendimiento en el proceso de enseñanza-aprendizaje sino también,
la socialización del grupo y la relación docente-alumno. Gracias a ella hemos podido no sólo hacer más
“entretenido” el estudio de algunos temas que suelen ser, para algunos estudiantes, tediosos o “pesados”, sino que
nos han permitido poder disfrutar de la creatividad y la participación del alumnado, disfrutando cada encuentro.
Hemos encontrado que las técnicas grupales nos permiten trabajar con:
Creatividad.
Trabajo de equipo, el espíritu de equipo.
Interactividad.
Autonomía.
Diversificación y el intercambio de competencias.
Empatía.
Finalmente, a modo de guía de aplicación, indicamos los contenidos de nuestra materia, Administración de
Unidades de Información, y las principales técnicas grupales utilizadas:
T E M A A D E S A R R O L LAR T EC N I CA G R U P A L
BIBLIOGRAFÍA
David, José. Juegos y trabajo social: un nuevo auxiliar de la práctica. Buenos Aires: Humanitas, 1990, 279 p.
Pasut, Marta. Técnicas grupales: elementos para el aula flexible. Buenos Aires: Novedades Educativas, 1997, 105 p.
López, Carlos. Talleres ¿Cómo hacerlos? Buenos aires: Troquel, 1993, 92 p.
DIDÁCTICA PARA LA ENSEÑANZA
DE LAS CIENCIAS DE LA SALUD
INTRODUCCIÓN
EL PROCESO ENSEÑANZA-APRENDIZAJE
Hay muchas formas de expresar las intenciones con las cuales se forma un
estudiante, algunas mas generales que otras. Se confunden con los
objetivos, se expresan a partir el desempeño profesional, etc. Algunos de
estos objetivos pueden expresarse así:
El diseño de las actividades instruccionales debe ser cada vez mas parecido
a la realidad; la participación del estudiante debe semejar la función que
desempeñará en su futuro profesional, la capacidad de resolver los
problemas y la actitud crítica y propositiva, deben estimularse desde el
principio.
El ABP.
Bibliografía
La educación médica por si misma no determina la práctica médica, mas bien, los
cambios en la práctica médica determinaran cambios en la educación médica.