Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
una creación humana que tiene como característica principal difundir visiones particulares a cerca
futuro sujetos a la ciencia, entre otros. La cinematografía, tiene la capacidad de estimular al público
cognitiva, psicológica y emocionalmente; pero ¿en qué radica esta característica? Esta reside en la
utilización adecuada de elementos absolutos pero abstractos de otros artefactos anteriores a él, pero
recuperados, adaptados y empoderados en la creación de esta nueva forma artística. Para lograrlo,
para alcanzar la catarsis de los espectadores, el cine mueve a las emociones humanas a partir de la
estimulación de los sentidos, es decir desarrolla la empatía o la antipatía, según sea el caso,
posibilitando el establecimiento de diferentes tipos de vínculos entre los asistentes y las vivencias
casi siempre estereotipadas de sus personajes. Sin embargo, aunque suene como una tarea de fácil
adquisición, muy por lo contrario, es el reto que destaca una experiencia fílmica de otra. Casi se
puede decir que las películas que logran estos estándares son las que se inscriben en la historia del
hombre, pues logra la purga de los sentimientos a partir de la captura de elementos reales y
En este sentido, cuando el cineasta logra la comprensión total de la naturaleza del hombre
trasmitido encuentra su camino y captura ya no en una imagen un instante como lo hace la cámara
para la fotografía, ni en la unidad de acción como lo hace el teatro clásico, un reflejo de la realidad
lo más verosímil posible para que en el espectador obre la credibilidad de las acciones y emociones
que rápidamente pasan el filtro de lo racional y que a su vez llevan a la vinculación emotiva y
detonan la catarsis. Es decir, el cine usa como principal retórica una realista que a partir de la
tapiza de verosimilitud el filme como obra plena y absoluta capaz de suscitar en el otro.
Así pues, el ejercicio de la cinematografía se irgue como una profesión rigurosa que responde
desde la cientificidad las necesidades pragmáticas del mundo, llenando con su trabajo espacios
que por mucho tiempo pertenecieron a otras artes como lo son la literatura, la escultura, la música,
el teatro y otras más recientes como la fotografía, señalando una evolución tácita en los niveles de
percepción y abstracción del hombre en búsqueda de placer. De este modo, la construcción de goce
con la llegada del cine, sino que, por el contrario, se refuerza a través de éste y principalmente
desde del uso de otros lenguajes y manifestaciones de la expresión humana que terminan por
Por tanto, muy a pesar del ideal original que da lugar al cine en el ejercicio de capturar con la
cámara aquello que reflejara lo real en movimiento y de acuerdo al objetivo de su raíz principal
que es la fotografía, lo real en la pantalla grande se ve desdibujado, hoy por hoy la cinematografía
se ha visto invadida por la deconstrucción del imaginario que dio piso a su creación y se ocupa de
distraer a los espectadores con sobrecargados efecto Hollywoodenses que validan más la estética
de la percepción que la trama y la argumentación en sí mismas haciendo más difícil determinar los
verdaderos criterios de valoración del séptimo arte. Sin embargo, y como un ave fénix que se
renace desde sus cenizas se eleva el realismo como aquella cualidad que dota de verosimilitud la
En este sentido, filmes como siete años en el Tíbet, la lista de Schindler y Joy: el nombre del
éxito demuestran que el realismo como expresión artística se mantiene y busca reflejar lo real por
medio de la representación que es capturada como secuencias de acciones reconocidas que cuadran
históricos como contexto de la obra. Detalle con el cual logra encajar en lo racional del espectador
quien califica como posible el hecho narrado y representado, situación que a su vez valida la
verosimilitud de la creación, asegura el paso del primer filtro al desarmar con ello al espectador
quien baja la guardia y se permite la permeación de los sentidos para dejar estimular en sí las
Es por esta razón, que a la búsqueda de la comprensión del cine subyacen diferentes tipos de
semióticos que ponderan el establecimiento de una relación directa entre ambas y que dan lugar a
una semiótica del cine nutrida a partir de los postulados de una semiótica del signo “no lingüístico”
que si bien según Barthes, Greimas y Gennett (Pulecio, s.f., p. 78) no expresan como una lengua
del realismo construye sentido. De otra parte, otra discusión preponderante es la que hoy encuentra
lugar en este texto, y es la significación fílmica en relación con la realidad que establece en sí
vez establece la relación entre tres caras de una misma moneda a leer: el “significado imaginario”,
“significante imaginario” y signo que es se toma directamente del entorno y que representa lo real
y tangible.
De acuerdo con lo anterior, el uso del realismo como recurso retórico de la creación
para alcanzar dicha empresa dotan de una paleta de referentes sociales, culturales, de espacio y de
tiempo su producción, de modo tal, que el espectador va organizando mentalmente hasta hacer
encajar con su imaginario de mundo real todo aquello que el cineasta ha establecido como realidad
catastrófico en el mundo que ha dejado con profundidad huellas en el hombre que ponen en
discusión hasta su calidad de humano. Esta película basada en un libro y en un hecho real ocurrido
en la segunda guerra mundial ofrece principalmente estos elementos de lo real como contexto que
da origen a la percepción de realidad, y aunque se presuponga que al ser arte producido a partir de
la literatura guarda en sí profunda relación con la ficción, son los referentes históricos aquellos
que se encargan de ubicar en el imaginario del hombre los hechos como posible y verdaderos así
como son verdaderas las emociones y sentimientos que se suscitan a partir de él.
De igual forma la utilización de esta retórica de lo real se preocupa por representar en toda su
expresión el mundo, es decir, recoge en el filme todos los elementos de la realidad tangible y los
utiliza para la construcción de lo verosímil, en especial da voz a personajes de todo tipo, raza,
estado civil, situación socioeconómica; escenario que carga al cine de una característica positiva,
psicológica del personaje elementos propios que llevan a la creación de vinculo por
reconocimiento de si mismo o del otro, estado que favorece la catarsis en el público, tal como
sucede con el teatro. Ejemplo claro se encuentra en las tres películas citadas en las cuales el
protagónico de cada una recae y ofrece voz a personajes de diferente caracterización que se aleja
encontramos a una Joy, mujer sencilla de una clase media, con problemáticas económicas y
De este modo, el cine retoma otros elementos del realismo para lograr lo creíble del personaje,
es decir, lo construye atento a las condiciones reales del individuo al que representa, a partir de
estereotipos que manifiestan detalles como el vestuario que es acorde a la profesión, edad,
familiares y de interacción con el otro, como es el caso de siete años en el Tíbet (1997), y Joy: el
nombre del éxito (2015), la dotación de una voz que puede ser leída desde dos perspectivas, de una
parte que corresponda a lo representado, es decir, que se encuentre acorde con las características
del personaje, de acuerdo con los mismos criterios a los que obedece la selección del vestuario, y
adaptadas al ser único que representan. De otra parte, la duración de expresión de la voz, siempre
que el filme incluya voz, expresa la relevancia del personaje en la narración. De este modo un
Por otra parte, un evento característico del cine que no contradice el realismo porque se
originan en él mismo es el uso de tópicos literarios dentro del filme que persuaden y atrapa el ser
sediento de ficción que busca en el arte un escape a su realidad y que son logrados a partir de
historias que como en el caso de estas tres películas retoman temáticas sociales y de del hombre,
apelando a sentimientos, vivencias y hechos que se repiten a lo largo de la historia del hombre y
de la literatura, así, usa el tópico Militia species amor est (el amor es un tipo de lucha)en el cual la
las relaciones interpersonales como las de Heinrich en de siete años en el Tíbet y de Amon Göth
en la lista de Schindler de configuran como personajes fuertemente torturados por sus relaciones
amorosas que de distintas formas representan una lucha persona e interna entre el deber ser y el
ser pasional que llevan dentro e incluso en Joy en Joy: el nombre del éxito que defraudada por sus
dimensión social y afectiva del ser humano. Así mismo usa el carpen diem, y el tempus fugit
requieren de unos mínimos y unos máximos realistas que desempeñen el rol contextual del
sentido logrado a partir de una semiótica del cine que prescriba la pertinencia del uso de signos y
no son más que las dinámicas sociales y la conducta del hombre que dan lugar a las historias que
son viables de representar, como ocurre con siete años en el Tíbet, la lista de Schindler y Joy: el
nombre del éxito filmes que representan las historias de vida basadas en hechos reales que son
trasformados en ficción sin perder su verosimilitud gracias a esos referentes de la realidad que no
Nacional de La Plata.
Recuperado de:
http://www.mincultura.gov.co/areas/cinematografia/publicaciones/Documents/El%20Cine%2C
%20An%C3%A1lisis%20y%20Est%C3%A9tica.pdf
http://elgranotro.com/index.php/el-realismo-cinematografico-tecnica-o-lenguaje/