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Personalidad Trastornos PDF
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CONCEPTO.
● comportamiento
● emocionales
● cognoscitivos
● perceptivos
● psicodinámicos
Las concepciones de la personalidad se han desarrollado tradicionalmente a partir de tres disciplinas distintas:
psicoanálisis, sociología y psicología conductista. A éstas hay que añadir el enfoque biológico.
Uno de los puntos más discutidos al comparar los distintos modelos teóricos consiste en saber si deben ser
considerados desde un punto de vista dimensional o bien categorial. Este problema se plantea debido a que
muchos rasgos descritos se encuentran, en mayor o menor grado, en la mayoría de los individuos.
Según el enfoque dimensional, que cuenta con más pruebas experimentales a su favor, los trastornos de la
personalidad constituyen variantes cuantitativas extremas y desadaptativas dentro del amplio espectro de la
personalidad normal.
El enfoque categorial considera que son entidades psicopatológicas cualitativamente distintas, síndromes que
pueden estar presentes o ausentes. Tal vez lo adecuado sea utilizar un enfoque u otro en función de los
distintos trastornos.
Asimismo es preciso distinguir si realmente se trata de un trastorno estable y duradero o si, por el contrario, es
consecuencia de otros factores, como enfermedad mental, abuso de sustancias, enfermedad orgánica o
simplemente la reacción a un acontecimiento estresante. También es necesario considerar las circunstancias
ambientales que envuelven al individuo. Más frecuentes entre las poblaciones urbanas y los grupos
socioeconómicos más bajos. Asimismo se aprecia un ligero descenso en los grupos de edades más avanzadas.
Los trastornos de la personalidad no muestran diferencias respecto al sexo; algunos trastornos específicos
parecen ser más frecuentes en los hombres que en las mujeres, o al contrario.
Los abordajes de tipo psicoanalítico son preferibles en pacientes ansiosos y/o inhibidos, mientras que las
terapias cognitivo-conductuales se muestran más eficaces cuando se trata de fijar unos objetivos o de
modificar hábitos desadaptativos o socialmente peligrosos.
Epidemiología:
1. Prevalencia: 6-9%.
2. El trastorno del temperamento es un análogo precoz.
3. El trastorno de la personalidad comienza a manifestarse en la adolescencia tardía o al inicio de la
juventud.
4. Afecta por igual a ambos sexos.
5. Antecedentes inespecíficos de trastornos psiquiátricos familiares.
6. Transmisión genética parcial de algunos trastornos de la personalidad.
Etiología:
● Multifactorial.
● Claros determinantes biológicos: genéticos, injuria perinatal, encefalitis, TCE).
● Alta tasa de concordancia entre gemelos monocigóticos.
● Dificultades individuales madurativas y problemas familiares (maltrato, incesto).
Pruebas psicológicas:
Fisiopatología:
CIE-10 DSM-IV
Trastorno paranoide de la personalidad Trastorno paranoide de la personalidad
Trastorno esquizoide de la personalidad Trastorno esquizoide de la personalidad
Trastorno disocial de la personalidad Trastorno antisocial de la personalidad
Trastorno de inestabilidad emocional
-
de la personalidad
● Tipo impulsivo ● -
● Tipo límite (borderline) de la personalidad ● Trastorno límite
CLASIFICACIÓN.
El DSM-IV clasifica los trastornos de la personalidad en torno a tres grandes grupos e incluyen 11 categorías:
2- Sujetos inmaduros:
● histriónicos
● narcisistas
● antisociales
● límite
3- Sujetos temerosos:
● evitadores
● dependientes
● compulsivos
● pasivo-agresivos
Eysenck:
● TRASTORNO PARANOIDE
● > Desconfianza.
● > Hipersensibilidad.
● > Propensión a dar significado a los detalles más nimios.
1. El sujeto sospecha sin base suficiente, explotado, dañado o engañado por los demás.
2. Cuestiona injustificadamente la lealtad o la confianza de amigos.
3. Resistencia a hacer confidencias debido al temor injustificado de que la información se
utilice
en su contra.
4. Atribución de significados ocultos degradantes o amenazantes a comentarios o hechos
inocentes.
5. Rencoroso.
6. Percibe ataques contra su persona con reacciones con ira.
7. Sospecha recurrentemente, sin justificación, de la fidelidad de la pareja.
2. No sobreviene de la esquizofrenia, de trastorno anímico con características psicóticas o de otro
trastorno psicótico, y no se debe a efectos de un problema médico.
Desconfianza hacia los demás, la sospecha constante de que pretenden perjudicarles. Necesitan de forma
exagerada sentirse autosuficientes y se conceden a sí mismos gran importancia.
El sentido de realidad está distorsionado, de forma que cualquier detalle del ambiente, por nimio que sea,
puede ser interpretado como amenazante o como la prueba que confirma sus sospechas. Son dados a ver
conspiraciones y por ello permanecen en constante estado de alerta con el fin de controlar y detectar la más
mínima señal de peligro. Cuando creen hallarla, reaccionan de forma rápida e incluso pueden contraatacar con
violencia.
Suelen ser rectos, se aferran a las normas y carecen de sentido del humor y de flexibilidad, mostrándose
intransigentes, cuando no hostiles, ante todas aquellas personas cuyas actitudes no encajan con las suyas.
Sentido combativo y tenaz, en ocasiones se dejan llevar por el fanatismo.
La tendencia a considerarse muy importantes genera una actitud autorreferencial que les induce a sentirse
ofendidos ante el más pequeño desaire; no olvidan, se suelen mostrar resentidos y rencorosos y jamás
perdonan.
En muchos casos presentan celos patológicos en relación a la pareja y son frecuentes los conflictos laborales.
Carecen de amigos y raramente explican sus cosas por temor a que la información pueda ser utilizada en
contra suya. En sus relaciones interpersonales son fríos y carentes de ternura y se basan en la jerarquización;
sumisos ante los que consideran superiores; despóticos con los inferiores. Acaban viviendo solos.
Falta de autocrítica.
En situaciones muy estresantes, estas personas pueden padecer episodios psicóticos de breve duración.
Con cierta frecuencia presentan abuso o dependencia de tóxicos y pueden desarrollar otros trastornos
(depresivo, agorafóbico u obsesivo-compulsivo).
Los tipos esquizotípico, esquizoide, narcisista, evitativo y límite son los que más se asocian al trastorno
paranoide de la personalidad .
Existen 2 versiones:
● TRASTORNO ESQUIZOIDE
El inicio de este trastorno se sitúa al principio de la edad adulta, aunque en la infancia ya se ha detectado la
dificultad de relación y la falta de expresividad emocional en los ámbitos familiar y escolar.
Prevalencia 0,4-0,9 %.
Más frecuente entre los varones.
No hay pruebas de una relación genética del trastorno con la esquizofrenia.
● TRASTORNO ESQUIZOTÍPICO
Se inicia al principio de la edad adulta, aunque en la infancia ya suele presentarse hipersensibilidad y ansiedad
en el contexto social; estos niños se muestran solitarios y acostumbran a tener un bajo rendimiento escolar.
También llaman la atención por lo peculiar de su forma de expresarse y por la rareza de sus pensamientos y
fantasías.
La prevalencia en la población general se calcula en un 3 % y se diagnostica con una frecuencia ligeramente
más alta entre los varones.
1. Ideas de referencia.
8. Falta de amigos.
9. Excesiva ansiedad social que no disminuye con la familiaridad y tiende a asociarse con temores
paranoides, más que con juicios negativos acerca de sí mismo.
Aunque la persona que lo presenta puede quejarse de tener pocos amigos, lo cierto es que parece no desearlos.
Su lenguaje es peculiar; responde vagamente o con metáforas y, en conjunto, se expresa de forma muy
rebuscada y estereotipada, sin llegar al descarrilamiento o incoherencia típicos del psicótico.
Incapaz de disfrutar de aquellas cosas o situaciones que son consideradas placenteras por la mayoría.
El contacto con los demás es frío y más bien receloso.
Con frecuencia le asaltan ideas autorreferenciales que le provocan grados de ansiedad elevados.
Proclives a interesarse por el mundo de lo paranormal y, a menudo, están convencidos de poseer poderes
especiales o de que son capaces, de alguna extraña forma, de controlar los actos de los demás.
Pueden sufrir episodios de despersonalización o desrealización.
En situaciones de estrés pueden presentar episodios psicóticos breves, pero en algunos casos, el cuadro reviste
tal gravedad que cumple criterios para el diagnóstico de trastorno psicótico.
Con cierta frecuencia presentan depresiones, motivo de ingreso.
No es raro que el trastorno esquizotípico se dé con otros trastornos de la personalidad, especialmente el
esquizoide, el paranoide, el evitativo y el límite.
La labilidad afectiva y dificultad para controlar los impulsos, con los consiguientes problemas para la
adaptación social. A menudo son catalogados de inmaduros.
● TRASTORNO ANTISOCIAL
Aunque este trastorno se diagnostica a partir de los 18 años, en realidad se inicia en la infancia y tiene una
evolución crónica y desfavorable, tanto más cuanto más prominentes sean los rasgos psicopatológicos.
Con el paso del tiempo algunos de los pacientes presentan cierta mejoría.
Prevalencia del 3 % para el sexo masculino y del 1 % para el femenino.
Los familiares de primer grado del paciente antisocial tienen más riesgo de padecer este trastorno, así como el
abuso de sustancias y los trastornos por somatización; estos últimos son más frecuentes entre los parientes
femeninos, mientras que el trastorno antisocial se da más entre los masculinos.
En la historia infantil hay figuras maternas demasiado tolerantes y padres excesivamente débiles, pero la
emergencia del trastorno es tan temprana que a veces es difícil distinguir entre causas y efectos en la
interacción familiar paternofilial. De hecho, la prevalencia familiar del trastorno habla más en favor de la
intervención de factores genéticos que de una alteración exclusiva de los procesos de socialización por
prácticas educativas inconvenientes.
1. No acatamiento de las normas sociales de comportamiento lícito. Actos antisociales que exponen
al arresto.
2. No valoración de la verdad.
3. Impulsividad, no planificación del futuro.
4. Irritabilidad y agresividad.
5. Desprecio temerario por su seguridad y la de otros.
6. Irresponsabilidad. Incapacidad para mantener un trabajo.
7. No remordimientos, es indiferente o se encuentra justificado por haber herido, maltratado o
robado a otro.
● TRASTORNO LÍMITE
Esfuerzos frenéticos por evitar el abandono real o imaginario ( no incluye los comportamientos
suicidas o automutilantes mencionados en el criterio 5).
Impulsividad en no menos de 2 áreas que le puedan causar perjuicios (gastos, abuso de sustancias,
sexo, ...).
Sintomatología alternante (histriónica, obsesiva, antisocial y psicótica) a una velocidad que hace inoperante
los tratamientos.
● > Inestabilidad, respecto a la vivencia de la autoimagen, de las relaciones interpersonales y del estado
de ánimo.
● > Impulsividad.
Presentan alteraciones de la imagen de sí mismos y dudan a menudo de sus objetivos o de sus preferencias
sexuales.
Los sentimientos de vacío les invaden constantemente.
Son muy sensibles a los cambios en sus relaciones interpersonales que, por otra parte, suelen idealizar o
despreciar sin motivos aparentes; se implican tan intensamente que las rupturas acostumbran a ser motivo de
descompensaciones, a veces graves.
Realizan esfuerzos excesivos para evitar el abandono, sea real o imaginado.
A menudo amenazan con autolesionarse o con el suicidio y en no pocas ocasiones lo ponen en práctica.
En algunos casos llegan a automutilarse y después no recuerdan nada, como si hubiesen pasado por un
episodio disociativo.
Se calcula en el 8-10 % la tasa de suicidios consumados, más frecuentes entre los adultos jóvenes.
También son comunes las conductas temerarias o potencialmente autodestructivas: consumen tóxicos,
conducen con peligrosidad, presentan episodios bulímicos, son despilfarradores, se adiccionan al juego y se
involucran en relaciones sexuales poco seguras.
La evolución de este trastorno es muy variable y va desde el suicidio hasta la recuperación total.
Entre los factores de buen pronóstico figuran el nivel alto de inteligencia, el talento artístico y la capacidad de
imponerse una autodisciplina.
● TRASTORNO HISTRIÓNICO
Buscan constantemente ser admirados por los demás y adoptan conductas inapropiadamente seductoras o
provocativas, mostrando además una preocupación exagerada por su atractivo físico. En la biografía existen
traumas de naturaleza sexual; al ser extravertidas y al estar insaciablemente necesitadas de afecto, son cálidas
y seductoras, establecen con facilidad relaciones poco elaboradas y dan señales equívocas, que dan pie a
malos entendimientos.
Facilidad para hacer amistades, pero son poco elaboradas y pasa rápidamente de lo que él cree gran intimidad
al olvido o desprecio más absoluto.
Los cambios en las relaciones interpersonales no le afectan tan profundamente como a los que padecen un
trastorno límite de la personalidad.
Egocéntricas y muy subjetivas en sus juicios, manifiestan cambios bruscos de humor y dan muestras de ser
suspicaces e hipersensibles. Carecen de estabilidad emocional.
A pesar de su elevada sociabilidad, ante la mínima objeción les cuesta controlarse y reaccionan de forma
airada e improcedente.
Todas sus relaciones pecan de superficiales y, con frecuencia, se ven envueltos en conflictos; poco
considerados, manipuladores, parecen poco sinceros y actúan de forma aparatosa y teatral.
La escasa tolerancia a la frustración y la necesidad de gratificaciones inmediatas hace que se sientan
fácilmente decepcionados y tristes y que abandonen pronto tareas que han emprendido con entusiasmo.
Se inventan fantasías de tipo romántico.
La impulsividad los lleva a tomar decisiones demasiado rápidas. Su lenguaje es vehemente y vacuo; emiten
opiniones contundentes pero jamás dan razones que las fundamenten.
Se expresa a veces, en forma de episodios distímicos, de intentos de suicidio instrumentales, de síntomas de
conversión y de trastornos de conducta que se inician en la edad juvenil.
Estos pacientes presentan con frecuencia trastornos depresivos y somatizaciones; también pueden padecer
fenómenos de conversión. A veces alcanzan unos grados de ansiedad tan elevados que pueden confundirse
con crisis de pánico.
La coexistencia con otros trastornos de personalidad es frecuente, principalmente los trastornos límite,
narcisista, antisocial y dependiente.
Los intentos de suicidio para llamar la atención son frecuentes; sin embargo, no se conoce con exactitud el
riesgo real de suicidio.
● TRASTORNO NARCISISTA
Prevalencia < 1 %.
No demostrado que sea más frecuente entre los varones.
Algunos autores piensan que también hay una fuerte determinación genética.
Se manifiesta precozmente a través de dificultades en los aprendizajes escolares y en los procesos de
socialización.
En la CIE-10 no figura como una categoría diagnóstica, sino que se incluye en el apartado de otros trastornos
de personalidad específicos.
Las estrategias para defenderse de esta ansiedad determinan, al parecer, la expresión clínica de los distintos
trastornos (evitativo, dependiente y obsesivo-compulsivo).
1. Evita las ocupaciones que impliquen relaciones interpersonales por miedo a la crítica.
2. No desea relaciones con otros, a menos que está seguro de agradar.
3. Limitación en las relaciones íntimas por temor a ser avergonzado o ridiculizado.
4. Inquietud a ser rechazado en situaciones sociales.
5. Se inhibe en situaciones personales nuevas.
6. Se considera a sí mismo socialmente inepto, sin atractivo personal o inferior a los demás.
7. Reticente a correr riesgos personales o participar en cualquier actividad nueva,
porque puede resultar embarazoso.
Cualquier situación en la que pueda cuestionarse su imagen les genera una gran ansiedad: no sólo temen ser
desaprobados, sino también su propio descontrol ante la mínima señal de ello.
Mecanismos utilizados: negación y proyección.
Los otros lo ven como un individuo tímido, retraído y callado; en realidad, lo que está intentando es pasar
inadvertido por el temor que tiene a no saber qué hacer o qué decir.
Gran retraimiento social.
Aunque ellos desean afecto y aceptación, tienen gran dificultad para establecer relaciones íntimas, ya que sólo
son capaces de acercarse a aquellos de cuya aprobación están completamente seguros.
Les angustia encuentros con personas nuevas.
Poco soporte social, muy a menudo, se refugian en conductas de dependencia de la familia.
Profesionalmente, la falta de seguridad les impide aceptar nuevas responsabilidades o trabajos que impliquen
relacionarse con gente nueva, aunque sea en detrimento de una posible promoción laboral. Si se ven obligados
a ello, son proclives a poner excusas o incluso pueden presentar quejas somáticas erráticas.
Estos pacientes suelen desarrollar trastornos afectivos y de ansiedad, especialmente fobia social y ansiedad
generalizada. También un trastorno de personalidad por dependencia y pueden tener rasgos del trastorno
límite y de los trastornos del grupo I.
Se cree que la ansiedad de separación en la infancia, así como padecer una enfermedad crónica, puede
predisponer a este trastorno.
El trastorno de la personalidad por dependencia se inicia precozmente y, aunque los datos epidemiológicos
son dispares, se considera uno de los trastornos de la personalidad más extendidos en ambos sexos.
1. Incapaz de decidir sobre cuestiones cotidianas, sin recibir de otros una exagerada cantidad
de consejos y seguridades.
2. Deja que los otros tomen las decisiones.
3. Dificultad de mostrarse en desacuerdo con los demás.
4. Le cuesta iniciar proyectos.
5. Se ofrece voluntariamente a hacer cosas desagradables, a fin de ganar la aprobación de otros.
6. Incomodidad cuando está solo, debido al temor de ser incapaz de cuidar de sí mismo.
7. Busca con urgencia otra relación como fuente de cuidado y apoyo cuando concluye una relación
estrecha.
8. Se inquieta sin fundamento por el miedo a quedar librado a sus propios recursos.
Viven presas de un sentimiento de insuficiencia, jamás valoran sus propios logros y se angustian ante la idea
de tener que actuar por su cuenta.
Como consecuencia, casi nunca tienen la ocasión de sentirse gratificados.
A veces actúan en contra de sus propios deseos y llegan a hacer cosas que les resultan desagradables con tal
de que se les siga aceptando y no pierdan el apoyo que necesitan. Nunca piden nada, por razonable que sea, y
se muestran extraordinariamente sumisos.
La pérdida de una relación importante para ellos les crea una sensación tal de desamparo que puede ser causa
de descompensaciones graves, acompañadas a veces de ideación autolítica.
En el aspecto laboral son pasivos, no muestran iniciativas y llegan a renunciar a pro-mocionarse con el fin de
evitar envidias o simplemente ser mal vistos.
Presentan a menudo trastornos depresivos, de ansiedad y de adaptación.
Es frecuente la coexistencia de otros trastornos de la personalidad, especialmente el límite, el evitativo y el
histriónico.
● TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO
Su exigencia y extremado perfeccionismo les impiden tener una visión global de las cosas.
Antes de iniciar una tarea, pueden quedarse atascados intentando decidir cuál sería la mejor forma de hacerla.
Son personas preocupadas por la eficacia, que no toleran el ocio; esto les lleva a renunciar a actividades
placenteras o relaciones personales.
Rendimientos bajos, ya sea por su desorganización y lentitud o por su tendencia a dejar para el último
momento las cosas importantes.
Esclavos de la limpieza y les horroriza desprenderse de las cosas.
Aunque se muestran pedantes, rígidos e intransigentes, son inseguros y temerosos y pronto se ponen a la
defensiva.
Les caracteriza la rectitud y los escrúpulos de conciencia y son muy dados a moralizar.
Emociones afectuosas raras en ellos y se sienten molestos si otros las manifiestan.
Los límites entre el trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad y el trastorno obsesivo-compulsivo no
siempre son fáciles de establecer. La mayoría de los estudios clínicos encuentran que el primero precede al
inicio del segundo. Para evitar confundirlo con este último, la CIE-10 utiliza el término anancástico, que hace
referencia a uno de los síntomas más graves de este trastorno y que consiste en que el paciente se ve asaltado
por ideas absurdas que se imponen involuntariamente.
Complicaciones: trastorno depresivo y ansioso.
Depresivo: la tristeza.
Suele ponerse más de manifiesto en el ámbito laboral; son personas que no toleran la autoridad y
constantemente ponen objeciones a todo lo que se les pide.
No tienen conciencia de que su conducta es la causa de sus conflictos, se sienten incomprendidos y se vengan
con agresiones encubiertas, obstaculizando el trabajo del prójimo.
Viven contrariados y malhumorados, son envidiosos y rencorosos y se irritan y discuten. Pueden presentar
trastornos distímicos y depresivos, así como un consumo excesivo de alcohol.
Es frecuente la coexistencia de otros muchos trastornos de la personalidad.
TRATAMIENTO.
BIBLIOGRAFÍA: