Está en la página 1de 2

Tema: Dios

Autor: San Anselmo de Canterbury

Obra tratada: Prologuen (o alocución)

Anselmo de Canterbury

Anselmo de Canterbury nace en 1033 en Aosta, en los Alpes Italianos. Este hombre
tendrá dos influencias importantes: por un lado Merlino, que era un pirata retirado, del que
su vida y experiencia serán determinantes para su fe, más que la finura intelectual de su
otro maestro: La Franco. Este último agudiza el gusto de Anselmo por la dialéctica y la
lógica; el establecer contactos con personajes como San Agustín o Beocio le dará a
nuestro autor esa peculiar apertura de espíritu.

Dentro de la filosofía se considera a Anselmo como un punto medio, una unión única
entre la patrística y la escolástica. Se dice que en Anselmo coexisten Agustín y
Aristóteles, la contemplación y la dialéctica. Recordemos que la contemplación monástica
ya no es éxtasis, sino razón meditativa y razón orante a la vez.

Prologuen (puntos resaltantes)

En el capítulo primero se hace manifiesta una constante medieval: La razón o intelecto es


algo limitado. De ningún modo pretende conocer a Dios, lo que Anselmo busca es
comprender en cierta medida su verdad. Esto como primer punto. Para retratar los
argumentos que se vierten en los subsiguientes capítulos me he valido de un esquema.

El argumento anserino es el siguiente:

i. Dios = aquello mayor por encima del cual no se puede imaginar nada. No se
puede concebir nada más allá de él.
ii. Aquello mayor existe en la mente del insensato que dice que no hay tal cosa (el
insensato comprende esto mayor)
iii. Una cosa es mayor si existe tanto en la realidad como en el intelecto.
iv. Si solo existe en la mente, no es aquello mayor
v. Es una contradicción decir que podemos hallar algo que esté por encima de esto
mayor (en el caso que existiese solo en el intelecto)
vi. Por lo tanto, aquello mayor existe tanto en la mente como en la realidad.

En el capítulo VII, Anselmo menciona el problema de cómo Dios puede ser misericordioso
e impasible a la vez. El autor nos dice que si es impasible no puede compadecerse de
nadie; si no se compadece de nadie, su corazón no se siente desdichado, que es lo que
ser misericordioso significa. Anselmo dirá que Dios es misericordioso conforme a nosotros
y no conforme a él. ''Cuando nos miras a nosotros, desdichados, sentimos el efecto de tu
misericordia, pero tú no te sientes afectado. ‘‘
Otro punto importante es el que se menciona en el capítulo IX, aquí se pregunta cómo es
posible que Dios perdone a los malos. San Anselmo nos dice que es más bondadoso
aquel que es bueno con los buenos y malos y no el que solo es bueno con los buenos.
También nos dice que no podemos conocer la motivación de su indulgencia, ''la razón se
oculta en la excelsitud de tu bondad''. Concluye nuestro autor con la siguiente frase: ''Y
que te apiadas justamente de los malos no es algo fácil de decir, pero sí en cambio de
creer. ‘‘Para completar esta idea, en el capítulo X, nos dice que Dios al perdonar a los
malos es justo conforme a sí mismo y no conforme a nosotros. Dios es justo no por
darnos lo que merecemos, sino porque hace lo que es digno de él, ser sumo bien.
Más adelante tocara puntos como la atemporalidad e indivisibilidad de Dios o que es el
contenedor de todas las cosas, pero dejaremos esto de lado para ver la discusión que
entablo con Gaunilo, monje de Marmotear.

Discusión entre San Anselmo y Gaunilo

En primer lugar, Gaunilo, tocará el punto de la existencia de esto mayor. Para San
Anselmo, dice él, existir en la inteligencia y en la realidad es indudablemente más que
solo existir en la inteligencia. Gaunilo rechaza categóricamente esta afirmación, lo que el
busca es una prueba irrefutable de esta naturaleza superior. Frente a esta objeción,
Anselmo responde así: ''Todo objeto compuesto de partes puede ser, por el pensamiento,
descompuesto y concebido como no existente. No está, pues, entero en alguna parte ni
en algún tiempo, sino todo entero por todas partes y siempre. ‘‘
Otra critica que Gaunilo hace al Prologuen se ve retratada con su ejemplo de la Isla
Perdida. Según la lectura de Gaunilo, el tan solo comprender esto mayor es suficiente
para no dudar que exista. En respuesta a esto, Anselmo dice lo siguiente: El no pensar en
este objeto grande, hace que no pueda imaginarse su no existencia; si, por el contrario, le
tiene en el pensamiento, concibe entonces un ser cuya existencia no se puede suponer.
''Por consiguiente, el que piensa este ser, piensa algo que es imposible pensar como no
existente. ‘‘

También podría gustarte